3. ESTUDIOS: Licenciatura en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid 3º Geografía e Historia por la U.N.E.D. Diploma de Estudios Avanzados Departamento de Pintura Facultad Bellas Artes BECAS: 2002 - Beca Taller de Pintura U.C.M. en El Escorial (Madrid) 2000 - Beca de Paisaje de la Fundación Rodríguez Acosta (Granada). 1999 - Beca de Pintura en Ayllón de la Facultad de Bellas Artes de la U.C.M. Profesora Educación Plástica Secundaria en el Colegio Estudio (Madrid)
4. CERTÁMENES Y EXPOSICIONES: 2008 - Estampa 2008. Ifema, Madrid Exposición “El Cuaderno de Viaje”. Galería Garajarte, San Ildefonso, Segovia 2007 - Exposición “ El espejo y la mirada”. Ayuntamiento de Segovia. 2005 - Exposición “ Lenguajes de Color “en las salas Botí y Villaseñor de la Casa de Cultura de Torrelodones (Madrid). Seleccionada en el Concurso de Pintura Fundación Wellington. Exposición Sala Alcolea (Madrid) Seleccionada en el Concurso Pintura “Casimiro Sainz” de Reinosa (Cantabria) Seleccionada en el Concurso Pintura Ayuntamiento de Guadarrama (Madrid) 2004 - Exposición Certamen de Pintura Quintanar de la Orden (Madrid). 2003 - Exposición III Certamen de Pintura Contemporánea Fundación Wellington (Madrid). 2002 - Exposición colectiva "Paisajes y Figuras" Galería El Cantil (Santander) Exposición colectiva Colegio de Médicos de Madrid (Galería El Arte, Madrid) Exposición Certamen Pintura Winterthur (Burgos) 2001 - Exposición individual Galería Altalene (Madrid) Accésit concurso de pintura Ayuntamiento de Majadahonda. Exposición Becarios en la Sala de Exposiciones de la Facultad BBAA de la U.C.M. Exposición IIº Certamen de Pintura Rafael Botí de Torrelodones (Madrid) Exposición Certamen de Pintura Manuel Viola de S. Lorenzo (Madrid)
25. En este proceso de síntesis que María Rubio ejerce sobre la naturaleza, hay una simplificación y un cierto abatimiento de los planos, como en el cubismo, pero sin renunciar al color, tratado, por otra parte, con cierta libertad, no respecto a la aplicación sino en cuanto a la gama, pues, coherentemente con el fondo geométrico de su visión, la pintora utiliza una pincelada que, coherente con el fondo geométrico de su visión, es más lisa a medida que se aleja de la visión naturalista. El resultado es un paisajismo aún referencial que, en el caso de los colages, al llevar el proceso hasta su extremo, se vuelve autorreferencial, es decir, que las formas se vuelven autónomas y difícilmente evocan ya el motivo del que partieron; por otra parte, los materiales imponen su propia e inmediata naturaleza. Una exposición para disfrutar y aprender, esto es, el 'instruir deleitando' de los ilustrados, que tampoco es mal lema para maestros y programadores de televisión, por ejemplo.
26. EL PUNTO DE LAS ARTES, septiembre 2001 Juan Antonio Tinte . A lo largo de este mismo año, tuvimos ocasión de asistir a la exposición organizada por la Facultad de Bellas Artes de Madrid con obras de los artistas becados. La muestra, que contaba con la participación de un más que destacado número de autores, no escondía las claves de lo singuiar. Mas aún, forzaba de alguna manera el reparar con especial atención sobre la obra de alguno de ellos. En este sentido, la obra de María Rubio Cerro (Madrid, 1967), que formaba parte de aquel grupo, no pasaba inadvertida y no lo hacía porque el singular silencio que parecía querer manifestarse desde sus obras, nos remitía por el contrario a una pintura tratada con dureza. Es decir, dominando las querencias, dirigiendo las formas y el color en un continuo soterrar lo fortuito aun cuando ciertas pinceladas parezcan querer convencemos de lo contrario. El modo en que su pintura se articula nos remite a una percepción muy particular tanto del paisaje como del propio universo interno. En sus pinturas, hay cierta tendencia a estructurar la dimensión emocional, como si éstas fueran vestigios de una arquitectura de lo tectónico que silencia apreturas y se sumerge en un sinuoso danzar de sólidos volúmenes adaptándose a los canales de un espacio inventado. De tal forma, su obra se deja seducir y se compone desde los principios de color dominante que marca los compases hacia esas áreas en las que lo natural se empapa de connotaciones como si en ello la autora quisiera mostrar de manera gráfica los vaivenes de una sinfonía invisible de tierra y mar aupada como un despejado conglomerado de todo su discurrir: desde el remoto hasta un ahora que se desnuda de orientaciones y nos descubre lo esencial a modo de telúricas arquitecturas.
27. CRÍTICA DE ARTE, Septiembre 2001 Olga Escorial Pese a su juventud, María Rubio Cerro lleva exponiendo desde el año 91 por toda la geografía española. Licenciada en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid con la especialidad de pintura, Rubio Cerro responde a uno de esos mil estilos artísticos que englobamos bajo la definición de "abstracto". En efecto, sus lienzos responden a la enunciación académica de conjunto de líneas, colores y formas que pueden expresar adecuadamente emociones íntimas y sugestiones. Sin embargo, su obra queda ligada de una forma peculiar a un mundo real que podemos hollar con nuestros pasos. Podríamos decir, que esta artista pinta paisajes. Paisajes exteriores unos e interiores otros. Paisajes del alma cargados de lirismo y poesía, poemas sin palabras. Los lienzos, aún ajenos en muchos casos al referente figurativo palpable, se llenan de colores que huyen siempre de la monotonía llenándose de matices, de luces y sombras pertenecientes a un plano nuevo, diferente con armonías y disonancias cromáticas propias. Su pincelada, amplia y visible, se empapa de materia en una ocasiones haciendo del goteo de la pintura un elemento más de la composición y se arrastra en otras prácticamente seca dejando su impronta en forma de caminos inacabados.
28. EL DIARIO MONTAÑÉS , martes 5 de marzo de 2002 José María Gutiérrez Exposición colectiva "Paisajes y Figuras" Galería El Cantil (Santander) La madrileña Rubio Cerro expone su particular concepción de tres marcos paisajísticos españoles bien diferentes: la zona castellana, la extremeña y la norte, que visita con asiduidad aunque esta sea la primera vez que expone en Santander. Por ello, se suceden los cambios de colores y tonos en sus cuadros, "en parte razonados y en mucho sugeridos por el propio ambiente" en el que dice necesitar "sumergirse" antes de la realización de cada uno. Así, comenta, que en todos sus viajes tiene como más fiel acompañante un cuaderno, donde toma las primeras notas de sus futuros cuadros. "Son mi obra más personal, pero nunca estarán a la venta".
29. ALERTA , martes 5 de marzo de 2002 David Carrera Exposición colectiva "Paisajes y Figuras" Galería El Cantil (Santander) El trabajo de María parte de sus cuadernos de trabajo, convertidos en cuadernos de viaje, en los que va recreando lo que sus ojos perciben, luego tamizado por los pinceles. Se trata, como explica la artista madrileña, becada por la fundación Rodríguez Acosta, de inspirarse en una idea original, en una visión espontánea, ya sea una montaña, un lago, un bosque o una playa, reinterpretados en su pintura, lo que le atribuye a la obra unos rasgos muy personales y en ocasiones haciendo que la idea original pierda verosimilitud, convirtiéndose en un producto imaginario. "Siempre trabajo sobre una idea que voy analizando y dando vueltas hasta que el cuadro hable por sí solo" afirma. La evolución en la obra de María ha ido siguiendo un proceso de depuración, marcado sobre todo porque al principio se trataba de una obra sobre conceptos muy clásicos ligados a la formación académica y para ir corrigiendo la técnica del dibujo. Poco a poco todo ello ha ido derivando en un estilo distinto en el que han ido desapareciendo elementos de la composición hasta llegar a obras cercanas a la abstracción pero siempre dentro de un contexto del paisaje. En cuanto a la respuesta del espectador, María explica que su intención además de crear en su obra "el cuadro que yo quiero", es que al espectador le sugiera algo nuevo siendo el "quien acabe el cuadro".
30. ALERTA , martes 15 de abril de 2002 María Torres-Solanot Rubio Cerro, licenciada en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, convierte las sensaciones que percibe frente a un paisaje en una imagen visual. Necesita sumergirse en el entorno, se empapa de él, y a partir de ahí plasma en el lienzo la evocación de las sensaciones que le produjo. En su obra la Naturaleza se manifiesta de modo fuerte y claro. Mediante pinceladas amplias y gruesas, y huyendo del detalle, desestructura el panorama y muestra lo que sintió al verlo. En algunas de sus pinturas los signos de la representación se han alejado casi por completo de la forma real. Rubio Cerro nos presenta tres zonas distintas: la extremeña, la granadina y la cántabra, cada una con su luz y su colorido. Así resulta un cromatismo muy diferenciado según el marco paisajístico, y los ocres, los verdes o los azules, se adueñan de la obra. A ello se une una atracción por el agua, por su movimiento y color, y, para mejor representarla, María la fragmenta y la vuelve a unir aflorando la riqueza cromática que bulle bajo la superficie.
31. María Rubio Cerro: Pintora María Rubio ya era pintora cuando pasó por mi clase-taller de la Facultad de Bellas Artes de Madrid hace 3 años. Ya lo era como son siempre los verdaderos pintores, que no pintadores. Bastaba verla delante del caballete para notarlo. Buscaba, se buscaba; un lenguaje de pintora, exento de apoyaturas anecdóticas que no fuesen esencialmente plásticas. Su mundo expresable venía del paisaje, en el cual ha dado y sigue dando magníficas obras. Por algo la comisión de la Fundación Rodríguez Acosta de Granada le había otorgado una de sus becas en su sin par residencia granadina. Allí, como siempre, María siguió investigando el mundo formal y cromático, sus relaciones y sus revelaciones. De un elenco de formas orgánicas, casi magmáticas, donde las masas cerradas, redondas, se arrimaban y extendían como en un movimiento respiratorio, arropadas de azules, blancos, violáceos y verdes y enlazadas con múltiples "senderos" lineales fibrosos, dinámicos, está llegando a unos espacios de tensión o reposo, según el "pulso" que mantiene con la obra, que la hacen más abierta, más múltiple, más elástica. Las tierras, los rojos, los amarillos y ocres la han ido calentando y junto a un cierto lirismo de antes, ahora convive una gama más seca, más austera, como un poco más castellanizada. Atención, pues, a esta muestra. En ella están, con carta de naturaleza, la emoción, lo netamente plástico, un espacio más personalizado, y sobre todo, algo que empezamos a echar en falta en el panorama joven en nuestra pintura: la Belleza, así, con mayúscula. Enhorabuena a María Rubio Cerro. Antonio Zarc o