El documento presenta las lecturas bíblicas del domingo 30 del Tiempo Ordinario, Ciclo A. En la lectura del Éxodo, Dios ordena no oprimir al forastero, a las viudas o huérfanos y ayudar al pobre. La carta a los Tesalonicenses habla de cómo aceptaron a Dios y abandonaron los ídolos. En el Evangelio, Jesús dice que los dos mandamientos más importantes son amar a Dios y amar al prójimo.
LA PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO: CLAVES PARA LA REFLEXIÓN.pptx
El amor como camino
1. PASTORAL DEL SORDO DE
VALENCIA
DOMINGO 30 TIEMPO
ORDINARIO CICLO A
PARROQUIA DE SANTO
TOMAS APOSTOL Y SAN
FELIPE NERI
2. DOMINGO 30
TIEMPO
ORDINARIO
CICLO A
Éxodo, 22, 21-27
Esto dice el Señor Dios:
“No oprimirás, no
abusarás del forastero,
porque vosotros fuisteis
forasteros en Egipto.
No te aprovecharás de
las viudas y de los
huérfanos. Si ellos piden
mi ayuda, Yo, Dios, les
escucharé.
Me irritaré y os castigaré:
moriréis a espada,
dejando a vuestras
mujeres viudas y a
vuestros hijos huérfanos.
Si tú prestas dinero a
alguien de mi pueblo, a
un pobre que vive
contigo, no serás un
usurero con él
cargándole intereses.
Si tú coges, como
garantía, el manto de tu
prójimo, se lo devolverás
antes de ponerse el sol,
porque él no tiene otro
vestido para cubrir su
cuerpo, ¿y, dónde se va
a acostar?
Si el pobre pide mi
ayuda, Yo, Dios lo
escucharé. Porque Yo
soy compasivo y
misericordioso.
Primera Carta de San Pablo a los
Tesalonicenses, 1, 5-10
Hermanos:
Vosotros ya sabéis nuestro comportamiento entre vosotros para
vuestro bien.
Vosotros habéis aceptado nuestro ejemplo y el del Señor,
acogiendo la Palabra, luchando con alegría y recibiendo el Espíritu
Santo.
Así, vosotros habéis llegado también a ser un modelo de
comportamiento para todos los creyentes de Macedonia y Acaya.
Desde vuestra comunidad la Palabra de Dios se ha extendido por
todas partes.
Vuestra fe en Dios la conocían todos, de modo que nosotros, los
evangelizadores, no teníamos necesidad de explicar nada a las
otras comunidades.
Todos cuentan los detalles de la visita que os hicimos: como,
abandonando los ídolos, os volvisteis a Dios, para servir al Dios vivo
y verdadero y vivir esperando la vuelta de su Hijo Jesús, desde el
cielo.
A Jesús, Dios lo ha resucitado de entre los muertos. Él nos libra del
castigo futuro.
3. Evangelio según San Mateo,
22, 34-40
Los fariseos se enteran de que
Jesús ha hecho callar a los
saduceos.
Ellos se acercan a Jesús y uno, le
pregunta:
“Maestro, ¿Cuál es el mandamiento
más importante de la Ley?”.
Jesús responde: “Amarás al Señor,
tu Dios con todo tu corazón, con
toda tu alma, con todo tu ser”.
Este mandamiento es el primero y
principal.
El segundo es semejante a este:
“Amarás a tu prójimo como a ti
mismo”
Estos dos mandamientos sostienen
la Ley entera y los Profetas”.
Desde vuestra
comunidad la
Palabra de Dios
se ha extendido
por todas
partes.
Abandonando
los ídolos, os
volvisteis a Dios,
para servir al
Dios vivo y
verdadero y vivir
esperando la
vuelta de su Hijo
Jesús, desde el
cielo.
4. Éxodo, 22, 21-27
Esto dice el Señor Dios:
“No oprimirás, no abusarás del forastero,
porque vosotros fuisteis forasteros en Egipto.
No te aprovecharás de las viudas y de los
huérfanos. Si ellos piden mi ayuda, Yo,
Dios, les escucharé.
Me irritaré y os castigaré: moriréis a espada,
dejando a vuestras mujeres viudas y a vuestros
hijos huérfanos.
Si tú prestas dinero a alguien de mi pueblo, a
un pobre que vive contigo, no serás un usurero
con él cargándole intereses.
Si tú coges, como garantía, el manto de tu
prójimo, se lo devolverás antes de ponerse el
sol, porque él no tiene otro vestido para cubrir
su cuerpo, ¿y, dónde se va a acostar?
Si el pobre pide mi ayuda, Yo, Dios lo
escucharé. Porque Yo soy compasivo y
misericordioso.
5. Primera Carta de San Pablo a los Tesalonicenses, 1, 5-
10
Hermanos:
Vosotros ya sabéis nuestro comportamiento entre
vosotros para vuestro bien.
Vosotros habéis aceptado nuestro ejemplo y el del Señor,
acogiendo la Palabra, luchando con alegría y recibiendo
el Espíritu Santo.
Así, vosotros habéis llegado también a ser un modelo de
comportamiento para todos los creyentes de Macedonia y
Acaya.
Desde vuestra comunidad la Palabra de Dios se
ha extendido por todas partes.
Vuestra fe en Dios la conocían todos, de modo que
nosotros, los evangelizadores, no teníamos necesidad de
explicar nada a las otras comunidades.
Todos cuentan los detalles de la visita que os hicimos:
como, abandonando los ídolos, os volvisteis a
Dios, para servir al Dios vivo y verdadero y vivir
esperando la vuelta de su Hijo Jesús, desde el
cielo.
A Jesús, Dios lo ha resucitado de entre los muertos. Él
nos libra del castigo futuro.
6. Evangelio según San Mateo, 22, 34-40
Los fariseos se enteran de que Jesús ha hecho
callar a los saduceos.
Ellos se acercan a Jesús y uno, le pregunta:
“Maestro, ¿Cuál es el mandamiento más
importante de la Ley?”.
Jesús responde: “Amarás al Señor, tu Dios
con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo
tu ser”.
Este mandamiento es el primero y principal.
El segundo es semejante a este:
“Amarás a tu prójimo como a ti mismo”
Estos dos mandamientos sostienen la Ley
entera y los Profetas”.
7.
8. EL AMOR
Los maestros judíos discutían cual era el mas importante de
los 613 mandatos de la Ley (La Torá)
Casi todos coincidían en dar mucha importancia a los
Diez Mandamientos porque solo estos habían sido dichos
por Dios y escuchados por el pueblo.
Los Diez mandamientos se expresaban en forma negativa
( prohibiciones)
“no harás ídolos, no trabajaras en sábado, no mataras, no
adulterarás, etc.”
Pero Jesús los presenta como un camino, como un proceso,
que cualquier persona debe recorrer. (“Amarás”)
Un cristiano se abre cada día al aprendizaje de la caridad.
Camina en una transformación de si mismo , unido a Dios,
respondiendo con fe, esperanza y amor a cualquier
acontecimiento de la vida (agradable o desagradable)
Huir de algún acontecimiento nos adormece y nos impide
crecer en el Amor a Dios,
La mayoría de acontecimientos existen por la actividad
acertada o equivocada de los demás ( del prójimo).
Así se comprende que el Amor a Dios se manifiesta y crece
aceptando libremente el acontecimiento, creciendo
por esa aceptación y amando al prójimo implicado
en ese acontecimiento.