2. La santidad tiene su origen en Dios, es su naturaleza interior y pertenece a sus atributos morales como justicia, fidelidad, misericordia, amor, bondad. La santidad de Dios significa su absoluta pureza moral; no puede pecar ni tolerar el pecado (Ex15.11;Lv11.44-45;20.26; Jos24.19) La raíz de la palabra "santo" es apartado, separado.¿En qué sentido está separado Dios? Está separado del hombre en lo que respecta a espacio. Él está en los cielos(Mt6.9b), el hombre, en la tierra. Él está separado en lo que respecta a la naturaleza, al carácter. Dios es perfecto, el hombre imperfecto; Dios es divino, el hombre humano y pecaminoso. Vemos, pues, que la santidad es el atributo que establece y preserva la distinción entre Dios y las criaturas. Denota no sólo un atributo de Dios, sino su naturaleza misma. Sólo Dios es santo en sí mismo. Se habla de gente santa, de edificio y objetos santos, porque Dios los ha santificado. La palabra "santo" aplicado a personas u objetos es un término que expresa una relación con Dios, o sea, que estos han sido separados para el servicio de Dios.
3. 15:1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.
4. Podríamos decir que Jesús es la planta eléctrica y su Padre es el interruptor para que se haga la luz en su casa y para que cada uno de nosotros seamos bombillas que lucen y alumbran. Pero tenemos que estar conectados.Son muchos los que están desconectados. Son muchos los que quieren brillar por si mismos. Muchos los que hacen sus cosas, muchos los que entienden la religión a su manera, muchos los que se conectan con Dios sólo para mendigar en los tiempos difíciles… ¿De qué sirve tener una bombilla colgada del techo si no está conectada? ¿De qué sirve tener una Biblia si uno no está conectada al que es la Palabra viva de Dios? ¿De qué sirve llevar el nombre de cristiano si uno no está conectado al Cristo que me da el nombre? ¿De qué sirve la hermosura del culto si no damos frutos? El misionero Jesús nos recuerda, hoy, a todos nosotros: "sin mi no pueden hacer nada". La vida cristiana, la vida del cristiano, sólo tiene plenitud y sentido si está conectada a Cristo.
5. 15:2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.
6. Jesús establece una diferencia entre dos tipos de poda: (1) quitar, y (2) limpiar las ramas. Las ramas que llevan fruto se limpian a fin de promover el crecimiento. En otras palabras, a veces Dios debe disciplinarnos para fortalecer nuestro carácter y nuestra fe. Pero las ramas que no llevan fruto se quitan del tronco porque no solo son inútiles, sino que a menudo afectan el resto del árbol. Las personas que no llevan fruto para Dios o que intentan bloquear los esfuerzos de los que lo siguen, serán cortados de su poder vitalizador.
7. 15:5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
8. El fruto no se limita a ganar almas. En este capítulo, la oración respondida, el gozo y el amor se mencionan como fruto (15.7, 11, 12). Gálatas 5.22–24 y 2 Pedro 1.5–8 describen frutos adicionales: cualidades del carácter cristiano. Permanecer en Cristo significa: (1) creer que Él es el Hijo de Dios (1 Juan 4.15), (2) recibirlo como Señor y Salvador (Juan 1.12), (3) hacer lo que Dios dice (1 Juan 3.24), (4) seguir creyendo en el evangelio (1 Juan 2.24), y (5) relacionarse en amor con la comunidad de creyentes (Juan 15.12).
9. 15:8 En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.
10. Muchos tratan de ser personas buenas y sinceras que hacen lo que es debido. Pero Jesús dice que la única manera de llevar una vida buena de veras es permanecer cerca de Él, como un pámpano unido a la vid. Separados de Cristo, nuestros esfuerzos no llevan fruto. ¿Recibe usted el alimento y la vida que ofrece Cristo, la vid? Si no los recibe, se está perdiendo algo extraordinario que da el Señor. ! Esta analogía de la agricultura muestra cómo Dios se glorifica cuando la gente establece una buena relación con Él y comienza a «llevar mucho fruto» en sus vidas.
11. 15:16 No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.
12. Jesús tomó la primera decisión: amar y morir por nosotros, invitarnos a vivir con Él para siempre. Nos toca a nosotros la siguiente decisión: aceptar o rechazar su oferta. Sin la decisión de Él, no nos quedaría alternativa
14. Los cristianos recibirán bastante odio del mundo; entre nosotros lo que debemos darnos es amor y apoyo. ¿Permite usted que un problema pequeño le impida amar a otro creyente? Jesús le ordena amarlo y le dará la fortaleza necesaria para hacerlo.
15. 17:15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.
16. los valores de ;os cristianos estos difieren de los del mundo. Como los seguidores de Cristo no colaboran con el mundo uniéndose a su pecado, se convierten en acusaciones vivientes contra la inmoralidad del mundo. El plan que sigue el mundo es el de Satanás, y este es el enemigo declarado de Jesús y de su pueblo
17. 17:16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 17:17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.
18. Un seguidor de Cristo se santifica (apartado para uso sagrado, lavado y hecho santo) al creer y obedecer la Palabra de Dios (Hebreos 4.12). Ya ha aceptado el perdón mediante la muerte sacrificial de Cristo (Hebreos 7.26, 27). Sin embargo, la aplicación diaria de la Palabra de Dios tiene un efecto purificador sobre nuestros corazones. Las Escrituras señalan el pecado, nos mueven a confesar, renuevan nuestra relación con Cristo y nos guían de regreso al buen camino
19. 17:18 Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. 17:19 Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.
20. Jesús no pidió que Dios quitara a los creyentes del mundo, sino que los usara en el mundo. Como Jesús nos envía al mundo, no tenemos que tratar de escaparnos de él. Tampoco debemos evitar toda relación con inconversos. Tenemos el llamado a ser sal y luz (Mateo 5.13–16), y debemos hacer la obra que Dios nos envió a hacer.
21. 17:20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos,
22. Jesús oró por los que le seguirían, incluyéndolo a usted y a otros que conoce. Oró pidiendo unidad (17.11), protección del mal (17.15) y santidad (17.17). Saber que Jesús oró por nosotros nos debe dar confianza al hacer la obra para el Reino de Dios
23. 17:21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.
24. El gran deseo de Jesús era que sus discípulos llegasen a ser uno. Quería que se uniesen para ser un poderoso testimonio de la realidad del amor de Dios. ¿Ayuda a la unidad del cuerpo de Cristo que es la Iglesia? Usted puede orar por otros cristianos, evitar el chisme, edificar a otros, trabajar juntos en humildad, dar de su tiempo y dinero, exaltar a Cristo y rehusar desviarse con discusiones sobre asuntos que provoquen división.
25. 4:13 En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu. 4:14 Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo. 4:15 Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios. 4:16 Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.
26. Cuando llegamos a ser cristianos, recibimos al Espíritu Santo. La presencia de Dios en nuestra vida es una prueba de que de veras somos de Él y nos da el poder para amar (Romanos 5.5; 8.9; 2 Corintios 1.22). Dependa de ese poder para llevar el mensaje de Dios a los demás. Cuando lo haga, adquirirá confianza. Véase también Romanos 8.16 El día del juicio es el día final en que estaremos delante de Cristo y daremos cuenta de nuestros actos. Con Dios en nosotros por medio de Cristo, no tenemos razón para temer aquel día, porque hemos sido librados del castigo. Por el contrario, debemos mirar hacia adelante
27. La palabra de Dios es Clara. Jesucristo viene por su iglesia, y si la iglesia no es santa, no verá al Señor. Hoy es el día en el cual tenemos que ponernos a cuentas con Dios por todas las maneras en que le hemos ofendido. Pidámosle perdón por nuestro orgullo y soberbia de pensar que podíamos vivir la vida sin santidad, y aún así ver al Señor cara a cara en el Día del Señor. Ponte a cuentas hoy mismo, y declárate, desde hoy y en adelante, un santo del Señor, dispuesto a escuchar su voz, y hacer su voluntad, todos los días de tu vida. Prepárate, porque Jesucristo viene y el mismo nos dice: “Estarán dos en una misma cama, y uno será tomado y el otro dejado”. El que será tomado es aquel que vivió una vida de santidad, agradable a Dios, dando buen testimonio, y sirviéndole a su Señor y Salvador con todo su corazón. Esto como todas las cosas relativas a la Salvación, es algo personal, entre Jesucristo y tu. Si Jesús viniera por su iglesia hoy, ¿Podrías verlo de frente a los ojos, sin nada que ocultar? ¿Podríasocultaralgo de Susojos?