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DOMINGO 34º del T. O.
Jesucristo, Rey del Universo
20 de noviembre de 2011
1. MONICIÓN DE ENTRADA
Bienvenidos a la Eucaristía. La Solemnidad de Jesús, nuestro Pastor y Rey del Universo marca el
final de este ciclo de las misas y nos situamos a las puertas del Adviento, que iniciaremos el
próximo domingo. Como escucharemos en las lecturas, y muy especialmente en el Evangelio de
Mateo, Jesús es un Rey amoroso, que nos examinará del amor al final de nuestras vidas. El Reino
de los Cielos no es otra cosa que un Reino de Amor. Jesús es, pues, un rey pacífico que quiere que
seamos felices amándonos unos a otros. Él nos preguntará en el cielo ¿Os habéis preocupado los
unos por los otros, habéis servido a los demás, especialmente a los pobres y a los débiles? No es
sólo cuestión de servir a otros: Se trata también de servir a Dios, ya que el prójimo en necesidad
no es sino Cristo mismo "disfrazado". Se trata, por lo tanto, de un acto de fe profunda y de amor
sin límites.
Esta fiesta de Cristo Rey, fue creada por el Papa Pío XI el año 1925. Quería decir al mundo que, a
pesar de que muchos no creían en Jesucristo y querían quitarlo de en medio, Él, Jesús, era el
verdadero “rey” del mundo que quiere reinar en nuestros corazones.
Que la escucha de la Palabra de Dios fortalezca nuestra fe, nuestro amor y deseos de libertad.
2. PETICIONES DE PERDÓN
* Señor Jesús, tú buscaste a los que estaban perdidos, vendaste a los heridos y fortaleciste a los
débiles:
Señor, ten piedad de nosotros.
* Cristo Jesús, tú viniste a unir y juntar a los que estaban dispersos en la niebla y en la oscuridad.
Cristo, ten piedad de nosotros.
* Señor Jesús, tú te identificaste con los hambrientos y los enfermos, con extraños, extranjeros y
presos.
Señor, ten piedad de nosotros.
3.- ORACIÓN
Oh Dios, Padre de los pobres: Tu Hijo Jesús nació entre nosotros
pobre, humilde y dependiente.
Abre nuestros ojos, nuestros corazones y nuestras manos
para honrarle ahora como nuestro Rey y Señor,
acogiéndole en los hambrientos y sedientos,
en todos los solos y abandonados, en los marginados y encarcelados
en los refugiados, en los pobres y en los enfermos.
Que nuestro amor llegue a ser libre y espontáneo,
como la ternura que tú nos has mostrado en tu Hijo.
Acógenos en tu reino eterno
preparado para nosotros por medio de Jesucristo nuestro Señor. Amén
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4.- DIOS NOS HABLA POR SU PALABRA
PRIMERA LECTURA
Comentario
El momento en que tenemos que afrontar nuestra responsabilidad es ahora, el “gran día es hoy”.
Hemos de prepararnos para el tiempo nuevo y por eso es oportuno meditar sobre todo lo que
hemos hecho en el tiempo viejo.
LECTURA DE LA PROFECÍA DE EZEQUIEL 34, 11-12. 15-17.
Así dice el Señor Dios:
Yo mismo en persona buscaré a mis ovejas, siguiendo su rastro. Como sigue el pastor el rastro de
su rebaño, cuando las ovejas se le dispersan, así seguiré yo el rastro de mis ovejas y las libraré,
sacándolas de todos los lugares por donde se desperdigaron un día de oscuridad y nubarrones. Yo
mismo apacentaré mis ovejas, yo mismo las haré sestear --oráculo del Señor Dios--. Buscaré las
ovejas perdidas, recogeré a las descarriadas; vendaré a las heridas; curaré a las enfermas: a las
gordas y fuertes las guardaré y las apacentaré como es debido. Y a vosotras, mis ovejas, así dice
el Señor: Voy a juzgar entre oveja y oveja, entre carnero y macho cabrío.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL (SALMO 22)
R. - EL SEÑOR ES MI PASTOR, NADA ME FALTA.
El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar. R.- Tu bondad y tu misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
Me conduce hacia fuentes tranquilas, y habitaré en la casa del Señor,
y repara mis fuerzas; por años sin término. R.-
me guía por el sendero justo,
por el honor de su nombre. R.-
SEGUNDA LECTURA
Comentario
San Pablo “profetiza” con el final de los tiempos, pero en el plano de la relación inefable entre el
Padre y el Hijo. Además nos dice que el último enemigo de Cristo es la muerte y que esta también
será derrotada. Cristo nos llevará a todos a la felicidad eterna.
LECTURA DE LA 1ª CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS CORINTIOS 15, 20-26a. 28
Hermanos:
Cristo resucitó de entre los muertos: el primero de todos. Si por un hombre vino la muerte, por un
hombre ha venido la resurrección. Si por Adán murieron todos, por Cristo todos volverán a la vida.
Pero cada uno en su puesto: primero Cristo, como primicia; después, cuando él vuelva, todos los
que son de Cristo; después los últimos, cuando Cristo devuelva a Dios Padre su reino, una vez
aniquilado todo principado, poder y fuerza. Cristo tiene que reinar hasta que Dios haga de sus
enemigos estrado de sus pies. El último enemigo aniquilado será la muerte. Al final, cuando todo
esté sometido, entonces también el Hijo se someterá a Dios, al que se lo había sometido todo. Y
así Dios lo será todo para todos.
Palabra de Dios.
EVANGELIO
Comentario
Jesús nos dice que nos va a juzgar sobre nuestro amor que hemos dado a los demás y, por lo
tanto, a Él. Cristo viene a dar sentido a las acciones de los hombres. No viene a destruir sino a
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recuperar lo positivo, a dar valor a lo que realizamos. Por tanto lo esencial no es lo que veamos
en los demás, sino lo que hemos hecho por ellos.
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 25, 31-46
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-- Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono
de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones. Él separará a unos de otros, como un
pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su
izquierda. Entonces dirá el rey a los de su derecha: "Venid vosotros, benditos de mi Padre;
heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me
disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo
y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme." Entonces los justos le
contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de
beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos
enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?" Y el rey les dirá: "Os aseguro que cada vez que lo
hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis." Y entonces dirá a los de
su izquierda: "Apartaos de mi, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.
Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y
no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me
visitasteis." Entonces también éstos contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed,
o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?" Y él replicará: "Os aseguro
que cada vez que no lo hicisteis con uno de éstos, los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo." Y
éstos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.
Palabra del Señor
REFLEXIÓN
A la hora del juicio final no importarán las diferencias de razas,
naciones o ideas. No importará lo que se creyó o lo que se dejó de
creer —con la cabeza o c o n l a b o ca — , s i n o lo q u e s e h iz o o s e d e j ó
d e h a c e r p o r l o s demás. Eso unificará a todos los seres humanos. A
los de todos lo s tie m pos. No ha brá e nton ce s ropa je s de color e s
dife re nte s. Todos e s ta rá n de snudos a nte Dios con u n únic o
e quipa je : Sus obras de justicia.
Hay tres ideas teológicas esenciales a este texto evangélico del juicio
final. La primera es que el sentido de la vida humana es la
fraternida d, la unión entre los hombre s. Fuimos he chos por Dios para
eso: Para que fuéramos hermanos. Y sobre eso serán juzgadas
nuestras vidas. Seremos juzgados por el amor que hayamos tenido a los
demás y por la capacidad que hayamos desarrollado de crear en el
mundo condiciones fra ternales de vida. En segundo lugar, este amor
no es una idea abstracta, un buen se ntimiento, una palabra cariñosa. Son obras concretas:
Dar de comer, vestir, visitar en la cárcel... Y hacer todo eso no necesariamente «por amor de
Dios». Basta con que se haga por «amor al hombre». Si realmente es así, se está haciendo a
plenitud y según la voluntad de Dios. Y esta es la tercera idea básica: Dios no nos juzgará por
lo que le hayamos hecho «a él». Nadie ama a Dios directamente n i ofe nd e dire ct a m e nte a
Di os . Le a m a m o s y le of e n de m o s e n nuestro hermano (1 Jn. 4, 19-21). El hombre es el
sacramento de Dios, la necesaria mediación y el único camino para llegar a él.
Nadie será juzgado por su doctrina, por las ideas que tuvo sobre la religión, por los dogmas
era los que creyó. Esas diferencias que existen hoy entre las distintas religiones y grupos no son
fundamentales. Un diálogo profundo y serio nos haría ver ya ahora lo cerca que a veces
podemos estar unos de otros, sin darnos cuenta. Na die se rá juzga do tam poco por los a ctos
de culto dirigidos a Dios: Oraciones, penitencias, promesas, novenas, jaculatorias, primeros
viernes, escapularios, velas. Eso no contará al final. Sólo contará el dar de comer, el dar de
beber, el dar vestido... Cosas tan simples y tan básicas, las elementales «obras de
misericordia» sa l va rá n a l h om bre . J e s ús — e st o e s e se n cia l a s u m e nsa je — con side ra rá
com o he c ho a é l m ism o —y por é l a Dios m is m o—lo que se haya hecho por el hombre.
Hay que evitar la interpretación de este amor y de este servicio en una dimensión puramente individualista.
Nuestro prójimo no e s s ól o e l h om bre o la m u je r in di vi dua le s. E s , y h oy m á s q ue nunca, el
hombre en la colectividad. Son las mayorías, la clase social explotada, la raza marginada, el
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pueblo oprimido y esclavizado. Dar de come r no es dar un plato de comida, por más que a
veces esto sea urgente y necesario. Dar de comer es posibilitar que los pueblos coman y para
esto es necesaria no tanto la beneficencia, sino la transformación de las estructuras
económicas que impiden que hoy todos puedan comer. Y así podríamos decir de todos los
actos de servicio por los que Dios juzgará a los hombres. Si a Dios le encontramos en nuestro
hermano, el lugar privilegiado para ese encuentro es el hermano empobrecido y despojado de su
misma condición humana por la ambición de otros hombres. El lugar del encuentro del hombre con
Dios (lugar teológico) es la cárcel, el hospital, los barrios marginales, las chabolas, los guetos de
inmigrantes, los campos de refugiados. Al final de la historia, Jesús, el pobre, nos juzgará en
nombre de todos los pobres. El sentido último de la historia pasa por ellos. Nuestro
compromiso con ellos determinará nuestra salvación o nuestra condenación definitiva.
ORACIÓN DE OFERTORIO
Oh Padre bondadoso: Éste es el pan que tú nos das para compartirlo con los pobres
y éste es el vino que tú deseas que lo bebamos
con todos los que han olvidado lo que es la alegría.
Que tu Hijo Jesús venga a nosotros en estos signos
y nos dé el amor y la fuerza para encontrarle
en todos los que padecen hambre y sed de alimento material
y de afecto, en los pequeños e inseguros.
Que éste sea el sacrificio que aceptas con agrado,
por medio de Jesucristo nuestro Señor
ORACION FINAL
TÚ, JESÚS, VALES MUCHO MÁS Más que los reyes del mundo
Que el poder de los poderosos de la tierra Más que los príncipes de la tierra
Que el bien que algunos presumen Más que los que piensan que son todo
Que los millones de palabras que otros dicen TÚ, JESÚS, VALES MUCHO MÁS
TÚ, JESÚS, VALES MUCHO MÁS Porque Tú vences con el amor
Que la alegría que el mundo vende Porque Tú sirves con el perdón
Que la mano que otros esconden Porque Tú sirves muriendo
Que el corazón pequeño que otros ofrecen Por que Tú sirves caminando
TÚ, JESÚS, VALES MUCHO MÁS TÚ, JESÚS, VALES MUCHO MÁS
PASTOR DE ISRAEL, ESCUCHA (Sal. 79)
Pastor de Israel, escucha: señores de la guerra, el mundo está en sus
Vienes a pastorear la humanidad manos.
con la fuerza del Señor. ¿Qué puedes hacer, buen pastor?
Oigo tus silbos de amistad
y veo tus gestos entregados. Yo defenderé a mis ovejas
con mi Espíritu y mi Palabra.
Eres un hermoso pastor, herido de amores. Yo enseñaré a mis ovejas
Mira, buen pastor, a tu grey numerosa, con mi paz y mi Palabra.
sufre sin cuento penas y dolores, Yo alimentaré a mis ovejas
anda dispersa por lobos desalmados, con mi pan y mi Palabra.
cunde el desaliento, son muchas Yo haré pastores de mis ovejas
las muertes y los llantos. con mi sangre y mi Palabra.
Vienes con la paz, Si hieren al pastor
paz en tus ojos, paz en tus labios, ya no se dispersarán las ovejas,
paz en tus manos, paz en tu cayado. estarán más unidas
Eres un pastor pacífico, por la fuerza de mi Espíritu.
eres Paz-Pastor. Si muere el pastor,
su sangre, en paz ungida, regará toda la tierra,
Pero hay lobos fieros, hijos del diablo, y florecerán los pastores