El editorial discute el caso de Sigifredo López, el único diputado que sobrevivió al secuestro de 11 diputados del Valle por las FARC en 2002. Ahora la Fiscalía acusa a López de planear él mismo su secuestro y la muerte de sus compañeros. Esto ha causado gran confusión y extrañeza dado que López pasó 6 años y medio como rehén. La justicia debe esclarecer pronto los hechos con claridad para determinar si López es inocente o culpable sin lugar a dudas.
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Editorial el caso sigifredo lopez
1. Editorial: El caso Sigifredo López
Por: EDITORIAL
Este caso no permite una decisión, en el sentido que corresponda, con la menor
sombra de dudas.
Fabiola Perdomo, una de las viudas de los 11 diputados del Valle secuestrados y
masacrados por las Farc, resumió el desconcierto que produce la noticia de la
impensable captura del político liberal Sigifredo López. Este miércoles, al
enterarse de que este -el único diputado que sobrevivió a la pesadilla- había sido
acusado por la Fiscalía tanto por el cautiverio como por la ejecución de sus
propios compañeros de Asamblea, la señora Perdomo declaró: "No puedo creer
que eso sea cierto; no entiendo cómo puede pensarse esto de alguien que duró
en la selva seis años y medio mientras su familia sufría".
Por supuesto que producen extrañeza y confusión la historia de un padre de dos
hijos que se organiza a sí mismo un secuestro. ¿Por qué hacerlo? Entre las
pruebas, se dice que en un video de 42 minutos, hallado por el CTI en el
computador del fallecido 'Alfonso Cano', puede verse entre sombras a un hombre
de voz semejante a la de López que prepara a un grupo de guerrilleros para el
rapto que finalmente se llevó a cabo el 11 de abril del 2002. Es cierto que López,
el día de la masacre, 18 de junio del 2007, se salvó de milagro, pero también lo
es que cumplía cinco años de cautiverio al lado de sus 11 colegas.
López fue liberado el 5 de febrero del 2009 a la vista del mundo entero. Desde
ese día, el país vio al exdiputado y exalcalde de Pradera abrazar con los ojos
aguados a un par de hijos que se le habían vuelto grandes, cumplir el sueño de
conocer al escritor portugués José Saramago, escribir un libro estremecedor
sobre toda la vida que trató de vivir en la selva y perder de manera ruidosa las
elecciones para el Senado de la República. Es sagrado el postulado de que uno es
inocente hasta que se le pruebe lo contrario. Ahora, no solo por la libertad que
le ha sido esquiva, sino por una sociedad que no merece más engaños, tendrá
que probar que no es el autor intelectual de su propio secuestro y el de sus
colegas, en mala hora asesinados.
Ya lo dijo Fabiola Perdomo: "Quiero seguir pensando que aquí hay un error". Pero
para ello, para sentir el alivio o enfrentar de una vez el horror, la justicia debe
contarle al país de manera pronta, clara y precisa lo que en verdad sucedió. Este
caso no permite una decisión, en el sentido que corresponda, con la menor
sombra de dudas.
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