2. ¿Quién es Jesús Lemus? ¿Por qué fue
encarcelado?
Es un periodista de la zona de
Michoacán , llevo más de 20 años
trabajando para medios de
información impresos en el estado
de Michoacán.
Se le acuso por ser narcotraficante
y que pertenecía a una célula del
crimen organizado . Fue detenido
el 8 de mayo del 2008. En ese año
Felipe Calderón era el presidente.
3. El proceso inicia como un “levantón”, estuvo más de dos
días privado de su libertad .
Después apareció en un Ministerio Público de
Guanajuato donde se le hizo su declaración. Días
después ya estaba en la cárcel estatal de Guanajuato,
en Puentecillas, acusado de delitos de narcotráfico y
delincuencia organizada. Después de estar en la cárcel
de Puentecillas, lo reubicaron en Puente Grande en
Jalisco.
Durante los tres años que estuvo ahí convivió con
personajes como Rafael Caro Quintero, Mario Aburto,
Daniel Arizmendi “El Mochaorejas”, y Alfredo Beltrán
Leyva “El Mochomo”, entre otros.
4. Para el Gobierno el era un reo
“peligroso”
Para clasificarlo así, se ordenó un estudio
criminológico que hizo una persona de la cárcel
de Guanajuato, y que se fundó en dos preguntas:
‘¿cómo te llamas?’ y ‘¿qué edad tienes?’ y con
eso ya determinó que el era un reo de altísima
peligrosidad.
Eso le bastó al juez para clasificarlo como una
persona de alta peligrosidad y mandarlo a
Puente Grande.
5.
6. ¿A qué huele Puente Grande?
- Una mezcla de cucaracha, ratones, orina,
drenaje y residuos de comida fermentada, a eso
huele (…) Lo que no hay son palabras para
describir los toletazos, el aliento de un perro que
te ladra a cinco centímetros de la cara, mientras
tu estás hincado con los brazos extendidos a
mitad del patio del penal, después de una
golpiza a las dos de la mañana… con frío, con
miedo.
7. ¿Cómo lograste entablar conversación
con los criminales más peligrosos del
país?
–Se dio por una especie de solidaridad
carcelaria, ahí ya no vale por qué estás, el hecho
es que ya estás. Logras una sinceridad tan simple
porque los ves encuerados igual que tu, los ves
sufriendo las golpizas igual que tu. Lo que hay es
que la solidaridad entre los presos y esto hace
que te acerques con franqueza y ellos mismos te
contestan.
8. ¿Buscaste el encuentro con Rafael Caro
Quintero o Daniel Arizmendi, o fueron
producto de la casualidad?
–No tienes forma de planear, es tan hermético el sistema en Puente
Grande, que no te puedes mover solo. Pude ver a Mario Aburto sólo
cuando estaba en el servicio médico, ahí le pregunté, a hurtadillas, si
él había matado a Luis Donaldo Colosio.
En las celdas del Centro de Observación y Clasificación (COC),
donde estuve los primeros meses, conocí a Daniel Arizmendi y a
Alfredo Beltrán Leyva, porque era a donde los llevaban cuando
recibían algún castigo. Se quedaban hasta por tres meses, todos
estábamos desnudos. Ahí platicaban con todos los presos.
Ya cuando me pasaron a población, me pusieron en la celda 149, a
lado, en la 150, estaba Rafael Caro Quintero y Luis Armando
Amezcua Contreras, el Rey de las anfetaminas.
9. ¿De qué platicaste con ellos?
-De todo menos de los motivos por los que
estaban presos. Lo que resultó es un retrato
contemporáneo de cada uno de estos
personajes. (Por ejemplo) Mario Aburto, es uno de
los presos más carismáticos de Puente Grande;
Caro Quintero es muy respetado, es sereno e
inteligente; y al Chapo Guzmán lo siguen
recordando, a pesar de que dentro del penal
está prohibido hablar de él.
10. ¿Desde que supiste que ibas a estar a
lado de estos personajes, se te
ocurrió que podrías escribir un libro?
–No, yo llegué desorientado con varias dudas en la
cabeza: ¿por qué estaba preso? ¿cuánto tiempo iba
a pasar ahí? Nunca visualicé un libro. Lo que sí hice
pasado el tiempo fue pensar que estaba haciendo
un reportaje, pero sólo para mantener mi mente
ocupada y no llegar al suicidio.
11. ¿Quién fue el interno que más te
impactó?
–Dario de León, el Duby, uno de los
narcosatánicos. Por su nivel de
locura. Este muchacho hablaba
de las almas de diablo y de su
resurrección. Es impresionante
hasta donde puede llegar la
mente cuando la dejas divagar.
12. ¿Alguno de estos personajes te
dio algún consejo?
-Consejo como tal no. En
alguna ocasión Rafael Caro
comentó la necesidad de ser
dignos. Me decía: “Mire
Chuyito, a nosotros como
presos lo único que nos
queda es la dignidad. En la
cárcel como en la vida, hay
que tener dignidad”.
13. ¿Para quién es el libro?
-Para mi esposa, para mi hija, para mis hermanas
y mi papá… pero también para los presos. Debe
ser una llamada de atención para que alguien
voltee a ver las condiciones en las que viven, hay
un abuso de autoridad increíble.
14.
15. En Jalisco, a cada elemento de seguridad de los centros
penitenciarios les corresponde supervisar a 19 internos,
índice que prácticamente duplica lo recomendado por
la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que
sugiere por lo menos un custodio por cada 10 presos
para garantizar su seguridad. Este hacinamiento, de
acuerdo a la Comisión Nacional de Derechos Humanos
(CNDH) ha derivado el autogobierno de los reos, algunos
vinculados a cárteles de las drogas, que controlan desde
la seguridad hasta los servicios al interior del sistema
carcelario de Puente Grande
16. En los reclusorios de Jalisco permanecen encerradas
alrededor de 10 mil personas acusadas de robarse un
objeto de poco valor comercial, incluidos un refresco o
un pan, porque no les alcanza para pagar la fianza o
porque son víctimas de errores en sus procesos judiciales.
Ante la injusticia de esta situación en un país con altísimo
índice de impunidad en los crímenes graves, cada vez
son más las voces que claman por un amplio programa
que permita liberar a los reos de delitos menores,
conocidos como “los olvidados”.
17. El centro penitenciario de Puente
Grande es considerado el segundo
de máxima seguridad del país, ya
que en sus celdas se encuentran
delincuentes de alta peligrosidad.
Ahí estuvo albergado Joaquín "El
Chapo" Guzmán, pero libró sus rejas
y se dio a la fuga.