1. Evangelio según San Marcos
san Marcos (9, 30-37)

2. Lectura del Santo Evangelio
según San Marcos
Gloria a ti, Señor.

3. Vigésimo Sexto Domingo del Tiempo
Ordinario
Día del Señor
Tu palabra, Señor, es la verdad
La voluntad de Dios es santa

4. Aleluya, aleluya.
Tu palabra, Señor, es la verdad;
santifícanos en la verdad.
Aleluya.

5. 38. Juan le dijo: «Maestro, hemos visto a uno
que expulsaba demonios en tu nombre y no
viene con nosotros y tratamos de impedírselo
porque no venía con nosotros.»

6. 39. Pero Jesús dijo: «No se lo impidáis,
pues no hay nadie que obre un milagro
invocando mi nombre y que luego sea capaz de
hablar mal de mí.
40. Pues el que no está contra nosotros, está
por nosotros.»

7. 41. «Todo aquel que os dé de beber un vaso de
agua por el hecho de que sois de Cristo,
os aseguro que no perderá su recompensa.»

8. 42. «Y al que escandalice a uno de estos
pequeños que creen, mejor le es que le
pongan al cuello una de esas piedras de
molino que mueven los asnos y que le echen
al mar.

9. 43. Y si tu mano te es ocasión de pecado,
córtatela. Más vale que entres manco en la
Vida que, con las dos manos, ir a la gehenna,
al fuego que no se apaga.

10. 45. Y si tu pie te es ocasión de pecado,
córtatelo. Más vale que entres cojo en la Vida
que, con los dos pies, ser arrojado a la
gehenna.

11. 47 Y si tu ojo te es ocasión de pecado,
sácatelo. Más vale que entres con un solo ojo
en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser
arrojado a la gehenna,
48 donde su gusano no muere y el fuego no
se apaga;

12. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

13. Meditando en el Santo Evangelio
que acabamos de leer,
Oremos el Salmo:
18

14. Los mandamientos del Señor alegran el
corazón.
La ley del Señor es perfecta del todo y
reconforta el alma; inmutables son las
palabras del Señor y hacen sabio al sencillo.

15. Los mandamientos del Señor alegran el
corazón.
La voluntad de Dios es santa y para siempre
estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos y
enteramente justos.

16. Los mandamientos del Señor alegran el
corazón.
Aunque tu servidor se esmera en cumplir tus
preceptos con cuidado,
¿quién no falta, Señor, sin advertirlo?
Perdona mis errores ignorados.

17. Los mandamientos del Señor alegran el corazón.
Presérvame, Señor, de la soberbia,
no dejes que el orgullo me domine; así,
del gran pecado tu servidor podrá encontrarse
libre.

18. Oración:
”Mi Señor haz que entienda que contigo
encuentro la felicidad y la alegría eterna,
que entienda que Tú eres la Paz y el Amor y
que fuera de Ti, encuentro el fuego y la
desesperación eterna, líbrame Señor del
fuego eterno,
que ningún miembro de mi cuerpo sea
ocasión de pecado, sino que al contrario todo
mi ser te sirvan a Ti;

19. que mi lengua sirva para alabarte,
mis manos para servirte,
mis pies para caminar tu camino,
mis ojos para mirar con amor,
en fin que todo mi ser sirva para servirte”.
Amén

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y que permanezcamos unidos
en el amor a Jesús.