1. Novena a la Divina Misericordia
Del Diario de Santa Faustina
2. SEXTO DÍA
Por las almas
mansas y
humildes
y las de los niños
pequeños
3. Rezar el Credo, un Padre
nuestro, un Ave María.
Hoy, tráeme a LAS ALMAS
MANSAS Y HUMILDES Y A
LAS ALMAS DE LOS NIÑOS
PEQUEÑOS,
y sumérgelas en Mi
misericordia.
Éstas son las almas más
semejantes
a Mi Corazón.
Ellas Me fortalecieron
durante
Mi amarga agonía.
4. Las veía como ángeles
terrestres
que velarían al pie de Mis
altares.
Sobre ellas derramo
torrentes enteros
de gracias.
Solamente el alma humilde
es capaz
de recibir Mi gracia;
concedo Mi confianza a las
almas humildes.
5. Oración:
Jesús, tan
misericordioso,
Tú Mismo has dicho
Aprendan
de Mí que soy manso
y humilde de corazón.
Acoge en la morada de
Tu compasivísimo
Corazón a las almas
mansas y humildes
y a las almas de los
niños pequeños.
6. Estas almas llevan a
todo el cielo
al éxtasis y son las
preferidas del Padre
celestial.
Son un ramillete
perfumado ante el trono
de Dios, de cuyo
perfume se deleita Dios
Mismo.
Estas almas tienen una
morada permanente en
Tu compasivísimo
Corazón y cantan sin
cesar un himno de amor
7. Padre eterno, mira con
misericordia a las
almas mansas y a las
almas
de los niños pequeños
que están encerradas
en el muy compasivo
Corazón de Jesús.
Estas almas son las
más semejantes a Tu
Hijo.
8. Su fragancia asciende
desde la tierra y alcanza
Tu trono.
Padre de misericordia
y de toda bondad,
Te suplico por el amor
que tienes por estas
almas
y el gozo que Te
proporcionan,
bendice al mundo entero
para
que todas las almas
canten juntas las
alabanzas de Tu
misericordia por los
9. Valiéndose de un
rosario, en las cuentas
grandes antes de cada
decena rezamos:
“Padre Eterno, te
ofrezco: el Cuerpo, la
Sangre, el Alma y la
Divinidad de tu
Amadísimo Hijo,
nuestro Señor
Jesucristo, en reparación
de nuestros pecados y
los pecados del mundo
10. En las diez cuentas
pequeñas en cada
decena rezamos:
“Por su dolorosa Pasión,
ten misericordia de
nosotros y del mundo
entero”.
11. Al final; después de las
cinco decenas rezamos:
“Santo Dios, Santo
Fuerte, Santo Inmortal,
ten misericordia de
nosotros y del mundo
entero”.
(tres veces)
12. Oración:
“Expiraste Jesús pero tu
muerte hizo brotar un
manantial de vida para las
almas y el océano de tu
Misericordia inundó todo el
mundo".
"Oh fuente de vida, he
insondable Misericordia
Divina, inunda el mundo
entero derramando sobre
nosotros hasta tu última
Gota"
13. Como jaculatorias finales
rezamos tres veces:
"Oh sangre y agua que
brotaste del Sacratísimo
Corazón de mi Jesús como
fuente inagotable de
misericordia:
Confiamos en Ti".
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