Luisa de Marillac y la educación de las niñas pobres
Se han perdido algunos libros de la biblia
1. ¿SE HAN PERDIDO ALGUNOS LIBROS DE LA BIBLIA?
Por el P. Ariel Álvarez Valdés*
Laguna que desacredita
De vez en cuando se oye hablar de los famosos “libros perdidos” de la
Biblia. Son un conjunto de escritos que, al parecer, existían antes de
que ésta se compusiera, y en los que se basaron los autores bíblicos
para redactar sus obras.
Sabemos de la existencia de estos libros porque la misma Biblia los
menciona. Pero hoy lamentablemente han desaparecido, y resulta
imposible saber qué es lo que decían. Esta situación es aprovechada por
algunos grupos esotéricos, que especulan con que tales libros escondían
informa-ción sobre civilizaciones secretas, ciudades misteriosas y
culturas fan-tásticas, información que hoy, según dicen, puede
descubrirse oculta en el trasfondo de los relatos bíblicos. Otros, en
cambio, se valen de es-tos “libros perdidos” para desacreditar la Biblia;
como es el caso de OrsonPratt, uno de los fundadores de los mormones,
que en 1852 denun-ciaba que la Escritura “no contiene la verdad
completa, porque varios de sus antiguos libros sagrados se han
extraviado”.
¿Existieron estos “libros perdidos”? Probablemente sí. El Antiguo
Testamento menciona 19 de ellos, en un total de 50 citas bíblicas. Vea-
mos cuáles eran, y qué es lo que decían.
Cuando Dios cruza el río
El primero de los mencionados, y más antiguo de todos, es el llama-do
Las Guerras de Yahvé (Nm 21,14). Es el único que figura en el Penta-
teuco. Dice la Biblia que cuando los israelitas marchaban por el desier-
to hacia la Tierra Prometida, mientras recorrían el territorio al este del
mar Muerto, cruzaron el río Arnón. Éste señalaba el límite interna-
cional del país de Moab, enemigo de Israel, de modo que los hebreos
atravesaban el vado preocupados y con miedo. Y añade el texto: “Por
eso se cuenta en el libro de Las Guerras de Yahvé: «El Protector (es
decir, Yahvé) se presentó en la tormenta. Sí, Él ha venido al valle del
Arnón. Él desfiló, él se puso al lado de la región de Ar, se instaló en la
frontera de Moab»”.
Al contar el cruce del río, el autor bíblico se acordó de este an-tiguo
poema y lo citó, para enseñar cómo Dios está siempre al lado de su
pueblo cuando éste debe enfrentar situaciones de riesgo o de peligro.
2. El “libro” de Las Guerras de Yahvé sería, pues, una antigua colec-ción
de poemas, sobre diversas batallas de los israelitas contra sus enemigos,
que proclamaban cómo Yahvé había luchado al lado de ellos. También
sería la fuente de otros poemas que aparecen en la Biblia, como la
Canción del Mar (en Ex 15,1-18), la Canción de Miriam (en Ex 15,21), la
Canción de Moisés (en Dt 32) y la Canción de Débora (en Jue 5).
Para un amigo muerto
En las obras que siguen al Pentateuco, conocidas como la Historia
Deuteronomista (Josué, Jueces, 1º y 2º Samuel, 1º y 2º Reyes), se citan
otros cuatro libros perdidos.
El primero es El Libro de Yashar (o Libro del Justo, porque yashar en
hebreo significa “justo”). Se lo menciona tres veces.
La primera, en el famoso relato de la batalla de Gabaón, cuando el
general Josué, luchando contra una coalición de cinco ejércitos amo-
rreos, logró detener el sol en medio del cielo con la ayuda divina, y así
pudo derrotar a sus enemigos a plena luz del día. Dice la Biblia: “Y esto
está esto escrito en el Libro de Yashar” (Jos 10,12-13).
La segunda mención, es el conmovedor lamento de David sobre la
muerte del rey Saúl y su hijo Jonatán (en 2 Sm 1,19-27). Según la Bi-
blia, el joven David era íntimo amigo de Jonatán, y su muerte, ocurrida
durante la batalla de Gelboé, lo llevó a componer un largo y emotivo
poema, que el autor bíblico dice haberlo tomado del Libro de Yashar.
La tercera y última cita, en realidad no aparece en la Biblia hebrea sino
en su antigua traducción griega, llamada la versión de La Setenta. Se
trata de un poema atribuido al rey Salomón. Cuando este mo-narca
inauguró el Templo de Jerusalén, pronunció una breve oración: “Tú,
Yahve, has dicho que vives en la oscuridad; pero yo te he construido un
Templo para que vivas, un lugar donde habites para siempre” (1 Re
8,12-13). La Setenta asegura que este poema está tomado del Libro de
Yashar.
Vemos, pues, que el Libro de Yashar, a diferencia de Las Guerras de
Yahvé, no se relacionaba con batallas israelitas sino con personajes de
su historia. De hecho, los tres poemas antes citados hacen alusión a tres
grandes héroes (Josué, David y Salomón). Por eso se llamaba el Li-bro
de Yashar (o del Justo): porque contenía poemas vinculados a perso-
najes considerados justos o virtuosos en Israel.
La memoria de los reyes
El segundo libro perdido que aparece en la Historia Deuteronomista es
el de Los Hechos de Salomón. Después de relatar los acontecimientos
3. más importantes que tuvieron lugar durante su reinado, el autor bíblico
termina diciendo: “El resto de los hechos de Salomón, todo lo que hizo y
su sabiduría, ¿no está escrito en el libro de Los Hechos de Salomón?” (1
Re 11,41). El historiador bíblico da a entender que se trata de un libro
que guardaba los registros oficiales del rey, y que se hallaba en los
archivos del palacio de Jerusalén. Supuestamente en ella se basó para
componer su relato sobre Salomón, que aparece en 1 Re 3-11.
El tercer libro mencionado es el de Las Crónicas de los Reyes de Israel.
Es el texto perdido más nombrado de todos. La Biblia lo cita 18 veces.
La primera vez que aparece es al final de la vida del rey Jero-boam. Al
contar su muerte y sepultura, dice el autor sagrado: “El resto de los
hechos de Jeroboam, cómo guerreó y cómo reinó, están escritos en el
libro de Las Crónicas de los Reyes de Israel” (1 Re 14,19). Y a par-tir de
aquí, lo mencionará 17 veces más cada vez que termine de contar la
historia de un rey de Israel, empleando la misma fórmula. O sea que
esas Crónicas fueron la fuente que él empleó para escribir la historia de
la monarquía del norte.
El cuarto y último libro perdido, que aparece en esta colección
histórica, es el de Las Crónicas de los Reyes de Judá. Figura mencionado
15 veces. La primera es al final de la vida del rey Roboam: “El resto de
los hechos de Roboam, todo cuanto hizo, ¿no está escrito en el libro de
Las Crónicas de los Reyes de Judá?” (1 Re 14,29). Y a partir de aquí, el
autor la usará cada vez que termine la historia de algún monarca del re-
ino del sur.
Textos hechos de otros textos
Si seguimos buscando, veremos que también se mencionan libros per-
didos en la llamada Historia Cronista (formada por las Crónicas, Esdras y
Nehemías).
Para componer esta Historia Cronista, los autores tuvieron que re-currir
a numerosos textos escritos anteriormente, que les sirvieron de fuente.
Algunos de ellos los conocemos, porque terminaron dentro de la Biblia,
como el Libro de los Reyes (2 Cro 20,34), o el Libro de Isaías (2 Cro
32,32). Pero hay otros que se han perdido. Estos escritos desapa-
recidos, mencionados en la Historia Cronista, son 12:
1) Los Hechos del vidente Samuel (1 Cro 29,29). De aquí se tomaron los
datos para escribir la historia del rey David;
2) Los Hechos del profeta Natán (1 Cro 29,29; 2 Cro 9,29). Propor-cionó
nueva información sobre el rey David, y también sobre su hijo Sa-lomón,
el rey más sabio de Israel;
3) Los Hechos del vidente Gad (1 Cro 29,29). Sirvió como tercera fuente
4. para escribir los detalles sobre el rey David;
4) Las Profecías de Ajías de Silo (2 Cro 9,29). Contenía más noti-cias y
referencias acerca del rey Salomón;
5) Las Visiones del vidente Idó (2 Cro 9,29; 2 Cro 12,15). Aportó nuevos
detalles de la vida de Salomón, y también de los reyes Jeroboam (de
Samaria) y Roboam (de Jerusalén).
Sigue la Historia Cronista
6) Los Hechos del profeta Shemaías (2 Cro 12,15). De él, los auto-res
bíblicos sacaron información para completar la historia del rey Ro-
boam;
7) Comentario del profeta Idó (2 Cro 13,22). Incluía datos y refe-rencias
al rey Abías, famoso por sus dotes de orador, y por haber tenido 14
esposas y 38 hijos;
8) Comentario del libro de los Reyes (2 Cro 24,27). Aunque tiene el
mismo nombre, no es nuestro actual “Libro de los Reyes”, sino un
Comen-tario sobre él, que circulaba. En este libro, el autor habría
encontrado información sobre el rey Joás, quien subió al trono a los 7
años, gra-cias a una revuelta de los sacerdotes de Jerusalén;
9) La Historia de Ozías, escrita por Isaías (2 Cro 26,22). Era una crónica,
atribuida a Isaías, sobre la vida del rey leproso Ozías, a quien tuvieron
que llevarlo a vivir en una casa aislada, fuera del pala-cio real, para que
no contagiara al resto de la corte;
10) Los Hechos de Jozay (2 Cro 33,19). Jozay es un profeta descono-
cido, nunca mencionado en la Biblia, y a quien se le atribuía una peque-
ña obrita que contaba episodios del malvado rey Manasés de Jerusalén,
quien durante su gobierno introdujo en Judá el culto a los astros, fo-
mentó el horóscopo, construyó altares paganos, y hasta mandó a matar
a su hijo para honrar al dios extranjero Molok;
11) Las Lamentaciones (2 Cro 35,25). No es el actual libro de “Las
Lamentaciones”. Aquél otro contenía una serie de elegías compuestas
por diversas circunstancias luctuosas, entre ellas, por la muerte de
Josías, uno de los reyes más venerados de Jerusalén.
12) El Libro de las Crónicas (Neh 12,23). No se trata de nuestro actual
libro de las Crónicas. Más bien era una lista de nombres, y no una obra
narrativa, porque la Biblia se refiere a él diciendo: “Los je-fes de
familia fueron anotados en el libro de las Crónicas”.
La cueva de Jeremías
Finalmente, en los libros de Los Macabeos se mencionan los dos úl-timos
libros perdidos de la Biblia.
5. El primero es Las Memorias de Nehemías (2 Mac 2,13). Allí se conta-ba
cómo, cuando los babilonios destruyeron el Templo de Jerusalén, el
profeta Jeremías logró salvar el arca de la Alianza y esconderla en una
cueva de las montañas de Transjordania. También contaba que
Nehemías había fundado en Jerusalén una biblioteca con textos
importantes del ju-daísmo.
El segundo es Las Cartas de los Reyes sobre las Ofrendas (2 Mac 2,13),
una antigua colección de cartas de los reyes persas a los judíos de
Jerusalén, con directivas sobre cómo debían celebrar sus prácticas
religiosas en el Templo.
¿Comedia griega en la Biblia?
Estos son los famosos 19 “libros perdidos” de la Biblia.
Resulta difícil saber si eran “libros” en el sentido moderno de la
palabra, o simplemente colecciones orales, y transmitidas de
generación en generación por los mismos israelitas.
Pero aún cuando hubieran sido verdaderos libros, el hecho de que la
Biblia los mencione o cite parte de ellos, no significa que automática-
mente hayan estado inspirados por Dios, y que debían formar parte de
la Biblia.
Eso lo vemos, por ejemplo, en el último libro arriba mencionado, Las
Cartas de los Reyes sobre las Ofrendas. Éste contenía la correspon-
dencia enviada a Jerusalén por los reyes de Persia, cuando los israeli-tas
dependían de ellos. Era, pues, una obra de autores paganos, y mal
puede decirse que constituía un libro para incluir en la Biblia.
Lo mismo ocurre en el Nuevo Testamento. San Pablo, en el discurso que
pronunció en el areópago de Atenas (Hch 17,28), cita el libro Fenó-
menos, del poeta griego Arato (del siglo III a.C.). También en su carta a
los Corintios (1 Cor 15,33) menciona la famosa comedia Tais, del es-
critor ateniense Menandro (siglo IV a.C.). Y la carta a Tito (Tt 1,12)
hace referencia a los Oráculos, del poeta cretense Epiménides (siglo VI
a.C.). Y eso no significa que la filosofía estoica, o la comedia griega, o
la poesía cretense, deban ser incluidas en la Biblia.
Salvando párrafos
Asimismo, si san Lucas menciona que el gobernador Festo escribió una
carta al emperador romano acusando a san Pablo de criminal (Hch
25,26), no por eso hay que ir a buscar esa carta para incluirla entre las
epístolas del Nuevo Testamento.
Cuando la Biblia cita un libro antiguo, no es para canonizarlo, ni porque
reconozca en él una inspiración divina, sino simplemente para re-
6. feriruna idea que en él había, nada más. Otras veces lo hace para con-
tarnos de dónde tomó el autor el material de su obra. Así, quien
compuso el 2º Libro de Los Macabeos nos cuenta que hizo un resumen de
una obra mucho más amplia, en cinco volúmenes, escrita por Jasón de
Cirene (2 Mac 2,23). Los cinco libros de Jasón se perdieron, pero su
resumen ha queda-do en la Biblia, y ese resumen se considera inspirado.
Si los autores bíblicos hubiesen pensado que los libros que mencio-
naban, así como estaban, eran sagrados, se habrían ocupado en
conservar-los completos. Pero el hecho de que tomaran sólo algunas
frases o párra-fos de ellos, muestra que únicamente consideraron
importantes esas sec-ciones, y no todo el libro. Pero una vez que esas
frases o párrafos pa-saron a la Biblia, ya se consideran inspirados por
Dios, porque pasaron a formar parte de un nuevo contexto que sí está
inspirado.
No pasaron los criterios
En segundo lugar, quien estableció qué libros del Antiguo Testamen-to
pertenecen a la Biblia es la Iglesia, inspirada por el Espíritu San-to. Y
para tomar tal decisión, la Iglesia se basó en ciertos criterios, como ser:
a) el empleo de esos libros por la comunidad hebrea; b) el uso posterior
de esos libros por los apóstoles y los primeros cristianos; c) el empleo de
esos libros en la Iglesia primitiva.
Ahora bien, si analizamos estos criterios, veremos que ninguno se aplica
a los 19 libros “perdidos”. Porque: a) éstos desaparecieron pron-to, y la
comunidad hebrea antigua no los consideró parte de sus escritu-ras
sagradas; b) en la época de Jesús ya no existían, y por lo tanto los
apóstoles no parecen haberlos conocido, ni haberlos usado; c) la Iglesia
primitiva posterior tampoco alcanzó a leerlos ni los empleó como expre-
sión de su fe.
En consecuencia, ninguno de los 19 libros perdidos ha sido nunca un
libro “bíblico”. Y el hecho de que se hayan perdido, no significa que
dejaron incompleta a la Biblia.
Sólo una cosa falta
La Biblia, así como la tenemos hoy, está completa. No solamente
contiene todos los libros sagrados heredados del pueblo de Israel, sino
que también incluye en su segunda parte la Buena Noticia de Jesucristo,
el Hijo de Dios, que con su vida trajo la salvación a todos los hombres.
Por eso ella contiene toda la doctrina necesaria para que el hombre viva
una vida con sentido.
Millones de personas a lo largo de los siglos han buscado en ella
7. consuelo para sus tristezas, luz para sus problemas, paz para su ansie-
dad. Y cada vez hay más gente que medita la Escritura, para procurar
vi-vir de acuerdo con ella. Especialmente en épocas de crisis, la Biblia,
por ser Palabra de Dios, constituye un apoyo firme y seguro para soste-
ner la vida de quien se tambalea y se siente inseguro. Cuando leemos
las vidas de Abraham, de Moisés, de David, de Job, vemos cómo, más
allá de su historicidad, estos personajes tuvieron que enfrentar
situaciones lí-mites, y a pesar de todo salieron victoriosos de sus
dificultades, gra-cias a la fuerza extra que da la fe en Dios. Entonces
comprendemos que también nosotros, con ayuda de este Libro, y con la
fuerza que procede de Jesucristo, podemos repetir sus exitosas
experiencias en nuestras dé-biles vidas.
A la Biblia no le falta ninguna obra. Ella tiene el poder, la fuer-za, el
vigor, la energía capaz de transformar a cualquier persona. Lo único que
le falta es que creamos en ella, y empecemos a vivir sus enseñanzas.
* Sacerdote, Doctor en Teología Bíblica, Profesor de Teología en la
Universidad Católica de Santiago del Estero (Argentina)
8. APUNTES 24: LOS LIBROS DE LA BIBLIA
QUE NO ESTAN EN ELLA
LOS LIBROS DE LA BIBLIA QUE NO ESTAN EN ELLA
por Sergio Omar Marco
Si observamos los libros que componen La Biblia, encontramos una diferencia sustancial ente
la versión que emplea la iglesia Católica y la versión de las iglesias Protestantes.
La versión Católica consta de una serie de libros que los protestantes consideran apócrifos,
sobre este debate mucho se ha escrito con abundante argumentación a favor y en contra.
Pero esta no es la razón de este artículo, sino, que el verdadero motivo es sacar a la luz
ciertos libros que son mencionados en La Biblia pero que hoy no conforman el canon. Estos
libros son desconocidos por el gran público, ya que más de una vez habremos leído y no
percibimos sobre la mención que se hace en el texto bíblico sobre estos escritos.
Si estos libros no hubiesen sido importantes no se los hubiese mencionado. Pero por que se
decidió no incluirlos en el canon?. La mención de estos dándoles un papel relevante como
apoyo de lo que se esta contando, como prueba fundamental de lo que se esta diciendo es
verdadero, y que de ninguna manera deberían de ser desconocidos por el pueblo, o al menos
por los sacerdotes y clase dirigente del país. A estos libros no los podemos calificar de
apócrifos o pseudoepigráficos, porque si lo fueran no serian mencionados en La Biblia
De que trataban estos libros?, existen aún?
Veamos, primero, una reseña de estos “libros ocultos”:
–El libro de las batallas de Jehová-
· Números 21:14 Por tanto se dice en el libro de las batallas de Jehová:
Lo que hizo en el Mar Rojo,
Y en los arroyos de Arnón; (El autor es muy explicito y no deja lugar a dudas sobre la
existencia de este libro)
–El libro de Jaser-
· Josué 10:13 Y el sol se detuvo y la luna se paró,
Hasta que la gente se hubo vengado de sus enemigos.
9. ¿No está escrito esto en el libro de Jaser? Y el sol se paró en medio del cielo, y no se
apresuró a ponerse casi un día entero. (Este libro debería de ser de conocimiento en la época
ya que el autor lo utiliza como apoyo y fuente de gran importancia para apuntalar sus dichos)
–El libro de Jaser-
· 2º Samuel 1:18 y dijo que debía enseñarse a los hijos de Judá. He aquí que está escrito
en el libro de Jaser. (Otra mención de este libro hecha por un personaje importantísimo,
como lo es el profeta Samuel, muestra que el libro de Jaser era bastante popular entre los
israelitas)
–El Libro de las Leyes del Reino-
· 1º Samuel 10:25 Samuel recitó luego al pueblo las leyes del reino, y las escribió en un
libro, el cual guardó delante de Jehová. (Este libro se lo conoce hoy como el libro de las leyes
del Reino, y queda bien claro quien es el autor)
–El Libro de los tres mil Proverbios-
· 1º Reyes 4:32 Y compuso tres mil proverbios, y sus cantares fueron mil cinco. (La gran
sabiduría de Salomón era ampliamente conocida en la región y se cree que sus proverbios
fueron puesto por escrito. No deberíamos confundir este libro con el Libro de Proverbios que
se encuentra en el Antiguo Testamento)
–El Libro de los hechos de Salomón-
· 1º Reyes 11:41 Los demás hechos de Salomón, y todo lo que hizo, y su sabiduría, ¿no está
escrito en el libro de los hechos de Salomón? (Esta pregunta que a su vez esta aseverando
la existencia de este libro nos trae a reflexión de cuanto se ha perdido a lo largo de la historia)
–El Libro de las crónicas del profeta Natán y el Libro de las crónicas de Gad vidente-
· 1º Crónicas 29:29 Y los hechos del rey David, primeros y postreros, están escritos enel libro
de las crónicas de Samuel vidente, en las crónicas del profeta Natán, y en las crónicas
de Gad vidente, (Aquí se hace mención a tres libros, uno de los cuales, el de Samuel, lo
encontramos en nuestras Biblias. Pero los otros dos, el de Natán y Gad nos son
desconocidos)
–El Libro de las profecías de Ahíassilonita y el Libro de las profecías del vidente Iddo-
· 2º Crónicas 9:29 Los demás hechos de Salomón, primeros y postreros, ¿no están todos
escritos en los libros del profeta Natán, en la profecía de Ahíassilonita, y enlas profecías
del vidente Iddo contra Jeroboam hijo de Nabat? (Nuevamente tenemos aquí el libro del
profeta Natán, y dos nuevos libros de profecías, el de Ahías e Iddo, dos profetas que no nos
son comunes y que quizás es la primera vez que sabemos de ellos)
–El Libro de Semaías-
· 2º Crónicas 12:15 Y las cosas de Roboam, primeras y postreras, ¿no están escritas en los
libros del profeta Semaías y del vidente Iddo, en el registro de las familias? Y entre
Roboam y Jeroboam hubo guerra constante.
(A parte del libro del profeta Semaías nuevamente se menciona el libro del vidente Iddo. El
escritor de las Crónicas pone de manifiesto que estos profetas y sus libros eran de uso
corriente y los utilizaba de apoyo para sus escritos)
–Las Palabras de Jehú-
· 2º Crónicas 20:34 Los demás hechos de Josafat, primeros y postreros, he aquí están
escritos en las palabras de Jehú hijo de Hanani, del cual se hace mención en el libro de los
reyes de Israel. (Tanto el libro de las Crónicas, como el de los Reyes, atestiguan de la
existencia de este Libro de Jehú)
10. –Los hechos de Uzías-
· 2º Crónicas 26:22 Los demás de los hechos de Uzías, primeros y postreros, fueron escritos
por el profeta Isaías, hijo de Amóz. (Isaías, uno de los profetas más importantes de Israel, fue
autor de este libro, habrá sido autor de otros libros que no nos han llegado noticias?)
–Las palabras de los Videntes-
· 2ºCronicas 33:19 Su oración también, y cómo fue oído, todos sus pecados, y su
prevaricación, los sitios donde edificó lugares altos y erigió imágenes de Asera e ídolos, antes
que se humillase, he aquí estas cosas están escritas en las palabras de los
videntes. (Quienes eran estos videntes?; se generalizaría bajo este nombre a los profetas y
sus escritos que se han ido mencionando?)
–Libro escrito por Jeremías-
· Jeremías 36:2 Toma un rollo de libro, y escribe en él todas las palabras que te he
hablado contra Israel y contra Judá, y contra todas las naciones, desde el día que comencé a
hablarte, desde los días de Josías hasta hoy. (Se cree que el libro que aquí se hace mención
es una obra totalmente distinta a los libros Bíblicos de Jeremías y Lamentaciones de
Jeremías)
–El Libro Sellado de Daniel-
· Daniel 12:4 Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin.
Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará. (Dios le ha dictado un libro a
Daniel que el a sellado y permanecerá así hasta el fin de los tiempos)
–Libro de Efraín-
· Oseas 8:11 Porque multiplicó Efraín altares para pecar, tuvo altares para pecar.
8:12 Le escribí las grandezas de mi ley, y fueron tenidas por cosa extraña. (Palabras que se
han perdido tal vez para siempre, cuantos libros mencionados que solo ha quedado alguna
vaga referencia)
–Epístola previa a los Corintios-
· 1º Corintios 5:9 Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios; (Siendo esta
la primera epístola a los Corintios escrita por Pablo, al menos según en el Nuevo Testamento,
esta frase nos muestra a las claras de la existencia de una carta anterior)
–Epístola a los Laodicenses-
· Colosenses 4:16 Cuando esta carta haya sido leída entre vosotros, haced que también se
lea en la iglesia de los laodicenses, y que la de Laodicea la leáis también vosotros. (Pablo
pone de manifiesto la existencia de una carta escrita por él dirigida a la iglesia de Laodicea)
–El libro de las profecías de Enoc-
· Judas 1:14 De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino
el Señor con sus santas decenas de millares, (Aquí Judas no solo menciona, sino, que narra
sobre las profecías de Enoc, evidenciando que estas eran de conocimiento de la época)
–Epístola previa de Judas-
· Judas 1:3 Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común
salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la
fe que ha sido una vez dada a los santos (Algunos creen que aquí se deja entrever que Judas
había escrito alguna carta anterior a esta que conocemos)
-Epístola de Bernabé y la del Pastor Hermas-
11. · En el Códice Sinaítico encontramos una particularidad que no encontramos en los otros tres
Códice (Vaticano, Alejandrino y de “Ephraemi Rescriptos”). Contiene todo los libros del Nuevo
Testamento excepto unos versículos finales de Marcos, que algunos rechazan. Pero en
cambio contiene la Epístola de Bernabé y parte de la del Pastor de Hermas, las cuales se
leían en algunas iglesias antiguas-