1. Las enfermedades degenerativas tenían escasa incidencia en el pasado, esto ha variado en la últimas
décadas y se ha extendido ampliamente a todas las sociedades hasta el punto que hoy se ha convertido en
un grave problema y ha sido responsable de la mayor parte de decesos.
Al hablar de enfermedades degenerativas, nos referimos a aquellas que van degradando el estado físico y/o
mental de quien lo padece y provoca in desequilibrio en los mecanismos de regeneración celular.
La degeneración es un proceso en el que un órgano o tejido van perdiendo sus características propias más
importantes, por la disminución de su actividad. Así, las enfermedades degenerativas afectan y modifican a
las células, al producirse sustancias inhabituales que alteran su comportamiento.
Las enfermedades degenerativas pueden ser congénitas o hereditarias. Suelen manifestarse en edades
avanzadas, aunque también pueden afectar a personas jóvenes de entre 20 y 40 años, dependiendo la
enfermedad.
Este tipo de patologías tardan generalmente un periodo prolongado en desarrollarse; destruyen
progresivamente tejidos y órganos, e impiden el funcionamiento óptimo del organismo.
Aunque existen enfermedades degenerativas con consecuencias que podrían calificarse como “benignas” y
corregibles, como por ejemplo las caries dentales, las várices y el eccema, entre otras. Hay enfermedades
degenerativas crónicas que tienen consecuencias graves que pueden provocar invalidez, pérdida de un
órgano o incluso la muerte.
Las enfermedades degenerativas pueden afectar a diversos órganos o tejidos del cuerpo. Hay enfermedades
degenerativas del cerebro, asociadas a la edad (como el Alzheimer y el Parkinson), enfermedades
degenerativas articulares (como la artrosis de columna, cadera o rodilla); enfermedades degenerativas
2. oculares (de la córnea o de la retina); enfermedades degenerativas óseas (osteoporosis), y muchas otras
entre las que se incluyen: la hipertensión, la artritis, esclerosis múltiple, arteriosclerosis,
esterioscleriosis, fibromialgia, diabetes, la enfermedad de Creutzfeldt Jacob (versión humana del mal
de las vacas locas), el cáncer y hasta el SIDA.
A la fecha, se han realizado varios estudios que apuntan a que muchas enfermedades degenerativas pueden
prevenirse o corregirse a través de la alimentación.
Hay alimentos a los que se les atribuye propiedades benéficas en la prevención de estas patologías, como el
caso del aceite de oliva, el consumo moderado de vino o los suplementos de glicina (un aminoácido presente
en carnes, pescados y productos lácteos), que según estudios, pueden prevenir algunas de estas
enfermedades degenerativas.
Actualmente se continúan investigando las causas degenerativas y buscando soluciones a éstas. Pero
aunque se ha avanzado en diagnósticos y tratamientos, muchas de estas dolencias son aún de causa
desconocida y no existe cura para la mayoría de ellas.