1. 6.- Los Escamoles:
Los escamoles son, simplemente, los huevecillos de la hormiga negra gigante, la cual habita los
magueyes y agaves. Recolectar estos huevecillos no es tarea sencilla, ya que dichas hormigas
(pueden ver un ejemplar en la foto) no son precisamente amistosas y tienen un potente veneno.
Los huevecillos tienen una consistencia suave, parecida al queso cottage. Se comen con tortilla y
con salsa o guacamole, aunque no es conveniente abusar de estos ingredientes, pues harían que
se perdiera el sabor de este manjar
El autor del artículo en inglés dice que los comensales deben estar alerta para que no les den
“inadvertidamente” un taco de escamoles en sus alimentos cuando comen comida mexicana. Eso
es, francamente, una estupidez, pues los escamoles son muy caros y de ninguna manera lo
pondrían sin cobrar el elevado precio que tienen, aún en México.
Es como si dijera: ¡Cuidado! Investigue bien, ¡no le vayan a dar caviar escondido en su comida! Je,
je. Cómo se ve que no tiene la menor idea.
5.- Casu Marzu:
Hace unos meses, hice una entrada precisamente acerca de este manjar. He aquí lo que puse
entonces:
2. El Casu Marzu es un queso típico de Cerdeña, Italia. Significa: “Queso Podrido”, y debe su textura
y sabor únicos a las larvas vivas que viven en el mismo. Las larvas son introducidas
intencionalmente en el queso y éstas catabolizan las grasas del queso. Tras este proceso, el queso
se vuelve muy suave y algunas veces casi líquido. Antes de comerlo, muchas personas quitan las
larvas, mientras que otros las dejan donde están. Se recomienda usar algún tipo de protección en
los ojos, ya que se ha sabido de larvas que saltan hasta 15 centímetros en el aire cuando son
molestadas por los comensales. Es importante verificar que las larvas estén vivas pues, en caso
contrario, significa que el queso es tóxico. Otros riesgos de casu marzu son reacciones alérgicas o
infestación del intestino por las larvas. Por todo esto, el casu marzu está prohibido, aunque puede
conseguirse en el mercado negro italiano.
4.- Lute fisk:
Se trata de un platillo tradicional noruego que consiste en bacalao que ha sido molido y
ablanadado durante varios días en una solución que contiene lejía. La lejía es un químico cáustico
que se usa, entre otras cosas, para limpiar drenajes (¿han escuchado hablar del “Drano”?).
También se usa en baterías, en la manufactura de biodiesel y en algunas otras actividades. El
contacto con esta substancia puede provocar quemaduras químicas, cicatrices permanentes y
ceguera.
Imagino que esta comida no será muy saludable, aunque sabemos que los estómagos humanos
toleran cosas mucho peores. Si no me creen, pregúntenle a los empleados de MacDonalds o a los
cocineros de Sanborns.
3.- Vino de Bebés Ratones:
3. Es un producto coreano que es, también una tradición coreana y china. Se usa como tónico, ya
que se le atribuyen propiedades medicinales. Los ratones, quienes aún no han abierto los ojos, son
depositados vivos en el vino.
2.- Pacha
4. Es un platillo típico de Irak que consiste en lo que parece: Una cabeza. Es de borrego, y ha sido
hervida para mejorar un poco su sabor, pero por lo general se sirve al comensal tal y como se ve
en la foto. No sé por qué esto de recordó la película de “El Padrino”.
1.- Balut
Se consume en Filipinas y consiste en huevos de pato, los cuales han sido incubados hasta que
los fetos tienen plumas y pico. Entonces, son hervidos vivos. Además de Filipinas, el Balut se
consume también en Camboya, y son considerados un manjar.
Parece que hemos dado un buen recorrido al último círculo del infierno culinario. Creo que los
únicos platillos que no me atrevería a probar son: El vino con bebés ratón y los huevos de pato.
Los demás… bueno, tal vez les daría una oportunidad. Después de todo, vale la pena intentarlo.
Recuerdo vivamente la repulsión que sentía cuando consideré la idea de probar chapulines
(grillos), y lo sorprendido que estaba con lo deliciosos que son. Algo semejante me sucedió con la
iguana, la víbora, los jumiles, el armadillo, el venado y hasta con los gusanos de maguey.
Para los coreanos degustar carne de perro es, y ha sido, una costumbre que se remonta a más de
dos mil años. Cuando tuvo lugar la Copa Mundial de Futbol, en 2002 (realizada conjuntamente por
la República de Corea y Japón) las autoridades de Seúl prohibieron (aun cuando esa disposición
tuviese vigencia únicamente durante esa justa deportiva) que en los restaurantes fuesen servidos,
a los turistas llegados de otros países, platillos a base de carne de perro. Esa decisión
5. gubernamental provocó general descontento en la población, ya que en las costumbres culinarias
de aquel país la ingesta de esa carne es motivo de acentuado placer palatal (quienes la comen
frecuentemente aseguran que es en extremo deliciosa, y además la consideran altamente
afrodisíaca, lo que juega un papel muy importante en su amplio consumo), y por ese motivo los
habitantes de Seúl manifestaron su disgusto por la decisión del gobierno. Apenas concluyeron
aquellos juegos -y una vez que Corea del Sur, y principalmente su ciudad capital, ya no se
encontraba bajo la atención mundial-, el gobierno volvió a autorizar el amplio consumo de carne de
perro, de manera especial la sopa de carne canina llamada poshintang, que hoy en día es tan
popular entre el pueblo de Corea del Sur.
De acuerdo a las investigaciones arqueológicas más recientes, los coreanos han comido carne de
perro durante miles de años. Y no se trata únicamente de una esporádica alimentación en tiempos
de crisis o de carencias nutricionales (como ha ocurrido en infinidad de países del mundo (entre
muchos otros Francia, especialmente en la guerra franco-prusiana de 1870 -recuérdese que el
ejército alemán sitió la capital francesa y se generó una hambruna generalizada-, cuando fueron
sacrificados casi todos los animales del zoológico de Paris, y esa carne fue consumida en los
principales restaurantes), en los cuales, en períodos de hambruna colectiva, se ha recurrido a la
ingesta de carne canina y gatuna para satisfacer el hambre
apremiante, que la mayoría de los habitantes de una población
determinada experimentan en un momento dado.
Para
extraño, extravagante, desacostumbrado, infrecuente, inusual,
insólito. Y como antónimos los términos autóctono, nacional, común,
corriente. La palabra exótica (que proviene del latín exoticus, cuyo
significado es extranjero, peregrino), a mi parecer, queda muy bien
para hacer referencia a cierto tipo de platillos, cuya degustación no
es frecuente para quienes gustan de manjares raros (exóticos), y
menos aún para una inmensa mayoría de personas, que no
experimentan ninguna atracción, ni afinidad palatal, por comer guisos preparados con animales
cuyo consumo se halla bastante disminuido, especialmente en las ciudades populosas.
Cabe decir que en la ciudad de Paris tuvo verificativo, el 6 de marzo
de 1855, un gran banquete presidido por el naturalista Geofrey
Saint-Hilaire, y los refinados comensales que participaron en tan
sibarítico ágape degustaron un menú que, de principio a fin, tuvo la
carne de caballo por principal ingrediente. Para establecer un
atinado maridaje entre guisos y vinos fue seleccionado un vino Gran
Cru de Burdeos, de la región de Saint-