2. Estilo Manierista
Característica de la Arquitectura Manierista:
El manierismo rechaza el equilibrio y la
armonía de la arquitectura clásica,
concentrándose más bien en el contraste
entre norma y transgresión, naturaleza y
artificio, signo y subsigno.
Si en la arquitectura del Renaciomiento la
fábrica de los edificios a menudo denuncia
su propia conformación interna también
hacia el exterior (mediante, por ejemplo,
la
presencia
de
cornisa
intermedia, extradós e intradós), las
obras manieristas generalmente se alejan
de esta tendencia, escondiendo su propia
estructura de base.
Desde el punto de vista decorativo, asume
particular importancia el fenómeno de lo
grotesco, un tema pictórico de tiempos
del Imperio Romano, redescubierto a
fines del
siglo XV, durante algunas
excavaciones arqueológicas .
Características:
La característica más curiosa del palacete reside en la decoración, en particular
en las cornisas de las puertas y ventanas externas que tienen el aspecto de
mostruosas bocas abiertas, inspirados en los Jardines de Bomarzo y ligadas al
estilo fantasioso de la Arquitectura Manierista en los umbrales del siglo XVII.
3. Características:
Las cuatro fachadas exteriores tienen
pilastras planas contra paredes de
carácter rústico, las ventanas indican
que la planta noble es la baja, con
una planta secundaria por encima. La
fachada oriental difería de las otras
tres por tener motivos paladianos en
su pilastra y una loggia abierta en su
centro más que un arco en el patio.
Las fachadas no son tan simétricas
como parecen, y los espacios entre las
columnas son irregulares. El centro
de las fachadas septentrional y
meridional están recorridas por arcos
en dos plantas sin pórtico ni frontón,
simplemente un camino cubierto que
llevaba al interior del patio.
Pocas ventanas dan al patio interior
(cortile); las paredes con columnas
están decoradas por todos los lados
con hondos nichos y ventanas ciegas,
y las superficies intermedias están
salpicadas con spezzato (escayola
rota y con manchas) que da vida y
profundidad a las superficies.
Variaciones sobre la entrada de tipo
«serliana» se desarrollan por todo
el edificio.
En el cortile algunos de los triglifos del friso
parecen haberse caído de su posición
original.
4. Características:
La primera parte construida era la
cúpula
octogonal,
cubierta
externamente por un tambor con una
logia y arcadas decoradas por doce
estatuas de ladrillo por Agostino De
Fondulis, diseñado en estilo lombardo
por Giovanni Antonio Amadeo (14941498).
En 1506 al edificio original se
añadieron un complejo con una nave
central y dos laterales, la primera
cubierta por una bóveda de cañon
monumental también por Amadeo; el
presbiterio recibió una girola poligon al
inspirada en la del Duomo.
En el siglo XVI se añadió también el
pórtico cuadrado en estilo clásico, quizá
diseñado por Cesare Cesariano o
Cesariano o Cristoforo Lombardo (il
Lombardino). La fachada maciza fue
diseñada por Galeazzo Alessi a finales
del siglo XVI y fue realizada por
Martino Bassi; está decorada por
numerosas estatuas y relieves por
Stoldo Lorenzi y Annibale Fontana.
San Celso
La fachada (rehecha en el siglo XIX)
tiene un rosetón y un portal románico
con decoración de figuras animales.
San Celso
5. Características:
-Planta en forma de cruz
-Corte longitudinal
-Ancho crucero
-Eje visual con el entorno
-Los ejes laterales están encuadrados
por pilastras que se duplican en las
esquinas
-De las paredes, ligeramente retiradas,
sobresalen monumentos funerarios en
forma de tabernáculos acolumnados,
apoyados
en
altos
pedestales
-Las grandes columnas anuncian al
frontón triangular
-Las cuatro columnas sobresalen de la
pared en sus tres cuartas partes, dando
la impresión de un orden libre
-El frontón es superado en altura por la
cúpula
-Los bloques de piedra blanca ofrecen
una armonía cromática en relación a los
ladrillos rojos
-La verticalidad de la parte central de la
fachada produce un tenso equilibrio
con las casas adyacentes, de marcada
articulación horizontal
-Los tres tramos de la bóveda están
separados por columnas de orden
corintio, que se apoyan en altos
pedestales
6. Estilo Manierista
Característica de la Pintura Manierista:
Los pintores manieristas tienen obsesión por la profundidad, para
que el espectador pueda profundizar a través de todos los
espacios de la pintura.
La línea que predomina será la diagonal, pero a la vez esta línea
cobrará un movimiento curvilíneo que envuelve a las figuras.
Podemos decir que hay dos corrientes: el manierismo académico
y el manierismo revolucionario; los métodos cambiaron también.
Los académicos seguían inspirando en la naturaleza, pero no
directamente sino a través de los grandes maestros, lo que
condujo al virtuosismo. Es verdad que se consiguió una
generación de artífices casi perfectos, pero sin creación original.
En cambio, en el manierismo revolucionario, los artistas fueron
en parte excéntricos y atormentados. Las matemáticas, la
perspectiva lineal o la relación figura y espacio fueron
abandonadas. Esta corriente convino al naturalismo y a la
imaginación; el espacio fue ocupado por multitud de figuras
dentro de diferentes planos pictóricos.
El personaje principal de la pintura será difícil de distinguir, pues
casi todos tendrán la misma categoría, y a la vez el ojo pierde la
situación por la multiplicidad de líneas en desequilibrio.
El claroscuro no modela ya la figura, pues la luz creará ilusiones
ópticas, colores intensos e iluminación teatral. Este manierismo
pictórico ya lo había iniciado Miguel Ángel en el Juicio Final.
Virgen del cuello largo, de
Parmigianino.
7. Estilo Manierista
El entierro del Señor de Orgaz de El Greco, ca. 1586.
Moisés salvado de las aguas, Pablo Veronese, h. 1580.
8. Estilo Manierista
Característica de la Escultura Manierista:
Los rasgos manieristas superficiales son patentes: el alargamiento
de las figuras, el gesto desmedido y poco coherente, el espacio
angosto... Pero lo propio de Giambologna es su capacidad para
introducir estas notas -que son generales a todo el Manierismoen un movimiento que rompe de forma definitiva con la estatua
clásica. El rapto de las sabinas responde todo él a la forma
serpentinata que ya había utilizado Miguel Ángel, pero
Giambologna rechaza el punto de vista único y el grupo incita a
multitud de perspectivas. No existe un delante y un detrás sino
una multiplicidad de puntos de vista, de tal manera que el grupo
gira como una espiral. Esta multiplicidad, insistimos, viene
impuesta por la misma escultura: el movimiento de las figuras
que se retuercen y prolongan en su contraposición no atiende ya a
la perspectiva frontal típica del Renacimiento, visión estática y
serena sustituida, aquí, por un enérgico dinamismo.
Giambologna introduce así una creciente intranquilidad en el
espectador que, en relación con las pautas clasicistas, puede
resultar como así fue para los hombres de la época, de ahí su
enorme éxito enigmática. La imagen constituye un problema casi
imposible de resolver: dónde termina una figura y empieza otra,
cuál es el juego de cortes, paralelismos y contraposiciones, son
cosa sobre las que el espectador nunca tomará una decisión
definitiva.
El rapto de la sabina. Giambologna, 1582.
Mármol blanco. 4.10 m. Logia dei Lanci
(Florencia). Italia.
9. Estilo Manierista
La tendencia al desgarramiento propio de este estilo aparecen en
la exagerada musculatura de
“Perseo con la cabeza de Medusa” de Benvenutto Cellini.
Fue fundida en bronce de una sola pieza, lo que supone una
enorme dificultad técnica
Juan de Bolonia: Mercurio