Este documento describe una ruta de senderismo de baja dificultad que va desde Retamar hasta San Miguel de Cabo de Gata. A lo largo de la ruta, los excursionistas pasan por una ermita, una torre vigía con vistas panorámicas, ruinas de una fábrica de salazones romana, un árbol de azufaifo, un antiguo pozo romano, un bosque de pitas, dunas donde se rodaron escenas de Lawrence de Arabia, la desembocadura de una rambla con aves acuáticas, y
3. Partimos de la barriada almeriense de Retamarla y nos dirigimos a la ermita de
mediados del siglo XX y que acoge la imagen de la Virgen del Mar en las dos
romerías que se hacen al año (primer domingo de enero y primer domingo de
junio).
Seguimos hacia la localidad de San Miguel de Cabo de Gata, siempre paralelos a la
línea de costa. La primera curiosidad que nos encontramos es una Torre Vigía del
siglo XVII y que funciona como mirador. Desde lo alto de ésta disponemos de una
magnifica panorámica de la costa y observaremos, bajo ella, una zona vallada que
corresponde a las ruinas de una antigua fábrica de salazones de origen romano.
Seguimos nuestro camino y pasamos junto al azufaifar mejor conservado dentro
del parque, situado éste justo antes de llegar a la rambla de las Amoladeras, en la
cual podemos observar un antiguo pozo romano del que se ha estado secando
agua hasta hace pocos años.
El resto del camino hasta la rambla de Morales trascurre por la Reserva
Ornitológica de las Amoladeras, que destaca paisajisticamente por las siluetas
estilizadas del bosque de pitas, y otras especies de matorrales y flora característica
de esta zona.
4. La siguiente zona que nos encontramos es el entorno dunar, y en las que
antiguamente, cuando estas dunas eran más grandes, se rodaron escenas de
películas como Lawrence de Arabia.
Más adelante llegaremos a la desembocadura de la rambla de Morales que
mantiene agua casi todo el año, y que cuyo paraje se conoce como “El charco”. Allí
observamos aves.
El siguiente destino de nuestra marcha es la barriada de San Miguel de Cabo de
Gata, donde disfrutamos de un merecido descanso y unas cervecitas en las
terrazas del paseo Marítimo y en sus numerosos bares.
Tras reponer fuerzas y descansar un poco seguimos el viaje hasta las
salinas de Cabo de Gata cuyo origen se remonta al periodo fenicio, y que
siguió explotándose durante la época romana. En este paraje se han
observado más de 100 especie de aves, la mayoría
son aves que utilizan las salinas como lugar de descanso en su proceso
migratorio.