1. HOMENAJE A UNA DIVA
¿Quién que haya vivido en Cali en los 70s no recuerda a María Eugenia Piedrahita? María
Eugenia nació en este cotarro el 26 de febrero de 1942, en el hogar de José Gabriel
Piedrahita Castro y Bertha Elena Plata Lloreda; después de Pedro, fue la segunda de cinco
hermanos, con Francisco, Bertha y Jaime. Siendo muy joven, sus padres la introdujeron al
mundo de la música en cuanta reunión musical había en familia, y así, Pedro y ella
comenzaron a cantar muy temprano con grupos de la talla del Trío Calima y ejecutantes
como Luis Eduardo Agudelo, Jaime DeFrancisco y Carlos Alberto (Papeto) Cucalón.
La vida artística de María Eugenia se desarrolló principalmente en Cali entre 1960 y 1974.
Su encuentro inicial con mi madre, la intérprete Mireya Arana de Ayala, fue fortuito en una
Novena de Navidad en la Iglesia de Santa Mónica, en diciembre de 1959. Ambas jóvenes,
guiadas por la Sra. Rosa Carvajal, fundaron el Coro de Santa Mónica en 1960, que desde sus
inicios estuvo bajo la dirección del maestro y compositor Santiago Velasco Llanos. María
Eugenia se graduó de bachiller en el Colegio de La Presentación en junio de ese año y viajó
a Chicago, donde comenzó a estudiar música; tras la fortuita muerte de su padre, regresó a
Cali en abril de 1961 para continuar destacándose como solista mezzo-soprano del Coro de
Santa Mónica, que iba ganando prestigio.
En noviembre de 1963 se casó con el ingeniero Luis Alfonso Calderón, con quien tuvo dos
hijos, José Francisco y Patricia. Dos años después se vinculó al Circo Teatro de Variedades
de Cali, debutando en canto y bailes en el Teatro Municipal. Este año grabó su primer disco
sencillo para Sonolux, presentando el huapango "Cuando esté dormida", compuesto por su
compositora de cabecera, Graciela Arango de Tobón; lanzó su primer larga duración que
encabezó con el hit del momento “Extraños en la Noche” y donde incluyó varios temas de
Graciela Arango, Tomás Burbano y Héctor Ulloa. Con este disco, al que siguieron catorce
más, se dispararon sus presentaciones en las principales ciudades del país, seguidas de
compromisos internacionales en Quito, Caracas, Miami, México D.F., Ciudad de Panamá,
Santiago y Madrid, entre otras ciudades, a las que viajó sola y con su hermana y compañera
del alma, Bertha Piedrahita de Moretz.
En total, María Eugenia grabó 15 álbumes en formatos larga duración y CD, la mayoría con
la casa Sonolux y otros con CBS y RCA Víctor. Participó en muchos shows, certámenes
musicales y presentaciones para TV en países de América y Europa, alternando con grandes
figuras como Charles Aznavour, Leo Marini y Armando Manzanero.
En 1972, varios años después de separarse, María Eugenia comenzó una relación seria con
el político y empresario Rodrigo Lloreda Caicedo, que culminó en matrimonio a mediados
de 1974; vino luego la llegada de la hija de ambos, María Eugenia, la “Tata” Lloreda
Piedrahita, y esto marcó el fin de su época de gran diva y las giras para grandes públicos,
puesto que decidió dedicarse de lleno a la vida familiar con Rodrigo y las camadas de "míos,
tuyos y nuestra"(7 hijos en total). La familia cambió de lugar de residencia varias veces
dados los sucesivos nombramientos de su esposo en el gobierno nacional. Ella cuidó muy
2. asiduamente de su madre, doña Bertha, hasta su fallecimiento, y de la enfermedad de su
esposo Rodrigo, quien fallecióen febrero del año 2000. Días antes de morir, Rodrigo reveló:
“lo mejor que me ocurrió en la vida fue encontrarme con María Eugenia”.
Tras la muerte de Rodrigo, María Eugenia se ensimismó bastante, permaneciendo sólo
accesible para su familia y muy pocas “amigas del alma” como Martha Cecilia Calero de
Borrero y Elsa Dorronsoro y sólo se animó a participar en algunas actividades familiares,
sociales y políticas, así como a apoyar la confección de la biografía de su esposo. Realizó
contribuciones personales y artísticas para varias causas sociales, como las fundaciones San
José, Crean y Funmúsica; también grabó varios CDs, tanto sola como en compañía de su
hermano Pedro, para importantes firmas como Industrias Puracé, De Lima y entidades
como Funmúsica y Fundamor.
Tras penosa enfermedad, y rodeada de todo elamor de su familiay círculo de amigos,María
Eugenia alzó vuelo de manera tranquila el 23 de enero de 2015. Pidió que la despidieran
con la canción “A mi manera”, interpretada en su voz.
Son muchas y muy diversas las razones para recordar, admirar y homenajear a tan
polifacética, hermosa e irrepetible mujer caleña. Su familia, amigos y allegados la adoraron
por su temperamento amoroso, sensible y generoso; su esposo, el gobierno y los
colombianos le deben haber coadyuvado en la gestión de gobierno de un hombre tan
brillante e importante como su esposo. Su meteórica carrera artística si bien fue corta, fue
sumamente intensa y fructífera, pues en una década demostró hasta dónde puede llegar
una artista caleña que estuvo a la altura y aún superó a muchas divas nacionales e
internacionales del momento, fijando nuevas cotas a las artistas colombianas que surgieron
gracias a su ejemplo.
En alguna entrevista periodística, cuando era considerada la gran cantante de Colombia,
ella se retrató de esta forma:
“Quiero que merecuerden comola mujer que siente sus canciones al cantarlas, porque hace
parte del mundo sentimental femenino. Amo la naturaleza de nuestro Valle, su pradera, su
playa bañada de olas zarcas, donde se escucha la queja del mar. Lugar ideal para morir,
ninguno.”
Invito a todos los lectores de El País a asistir al gran Homenaje que le brindaremos el 25 de
abril entre 6 y 9 p.m. en la Casa Hacienda El Limonar; será una velada musical a beneficio
de la Semana del Menor en la que cuatro importantes cantantes caleñas, Sandra Márquez,
María Alejandra Parra, Sandra Patricia Manzano y Vanessa Manzano, acompañadas por
Roberto Gómez J. y un distinguido grupo musical,recrearán lo mejor delrepertorio de María
Eugenia.
Oscar Ayala A.
Publicado en EL PAIS de Cali, 4-23/2019