Apartes relacionados con los mitos de Euterpe y las Musas griegas, deidades inspiradoras de las Artes y las Ciencias según la Mitología de esa esplendorosa cultura, que se desarrolló en la península de los Balcanes y se expandió por Creta, las Islas del Mar Egeo y la costa Mediterránea de Asia Menor entre el siglo XII y I antes de la Era Cristiana.
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Euterpe y las Musas
1. EUTERPE Y LAS MUSAS GRIEGAS
He aquí algunos apartes relacionados con Euterpe y las Musas griegas,
deidades inspiradoras de las Artes y las Ciencias según la Mitología de esa
esplendorosa cultura, que se desarrolló en la península de los Balcanes y se
expandió por Creta, las Islas del Mar Egeo y la costa Mediterránea de Asia Menor
entre el siglo XII y I antes de la Era Cristiana.
EUTERPE, MUSA DE LA MUSICA
En la mitología griega, Euterpe (en griego Ευτέρπη, "la muy placentera", "la de
agradable genio" o "la de buen ánimo") es la Musa de la Música, especialmente
protectora del arte de tocar la flauta. Como las demás Musas era hija de
Mnemósine y de Zeus. Su nombre procede del griego eu (bien) y τέρπ-εω
(contentar).
Por lo general se la representa coronada de flores y llevando entre sus manos el
doble-flautín. En otras ocasiones se le representa con otros instrumentos de
música: violines, guitarras, tambor, etcétera. A finales de la época clásica se la
denominaba musa de la poesía lírica, y se le representaba con una flauta en la
mano.
2. Algunos sostenían que inventó el aulos o flauta doble, aunque la mayoría de los
estudiosos de la mitología conceden ese honor a Atenea, como se da a conocer
en el mito de Marsias y su duelo con Apolo.
3. El río Estrimón dejó a Euterpe embarazada. Su hijo, Rhesus, dirigió a una partida
de tracios y murió a manos de Diomedes en Troya, según la Ilíada de Homero.
FUENTE: https://es.wikipedia.org/wiki/Euterpe
MEDIA y FOTOS https://commons.wikimedia.org/wiki/Category :Euterpe
PINTURAS https://commons.wikimedia.org/wiki/Category :Paintings_of _Euterpe
MOSAICOS https://commons.wikimedia.org/wiki/Category :Mosaics_of _Euterpe
ESTATUAS https://commons.wikimedia.org/wiki/Category :Statues_of_Euterpe
4. EL MITO DE EUTERPE
El término música proviene de la palabra griega mousike, vocablo originalmente
utilizado para designar toda disciplina artística en general, y encuentra su raíz en
las nueve musas, protectoras de las ciencias y de las artes. Las musas son
divinidades femeninas que inspiraban a los filósofos y a los poetas (artistas). Estas
diosas se presentan como cantantes en las fiestas de los dioses, y forman parte
del séquito de Apolo, dios de origen solar que maneja el arco con certera puntería
y que sabe extraer de la lira el más dulce de los sonidos. Apolo es el dios
inspirador de las artes, el más bello de los inmortales, que representa en sí mismo
el ideal clásico de belleza.
Euterpe era una de las nueve musas, ninfas, que comandaba Apolo. Su nombre
significa "la muy agradable", "la de agradable genio", "la de buen ánimo" y
normalmente se la representa con una flauta. Hija de Zeus y Mnemosine la diosa
de la memoria).(nació con sus hermanas en la Tracia. Es la musa de la música y
muy especialmente de los flautistas (protectora del arte de tocar la flauta).
La música tenía una gran importancia en Grecia, por considerársela de origen
divino. Estaba en un principio íntimamente ligada con la mitología y dotada, según
la creencia, de cualidades mágicas. Era fundamental en las ceremonias religiosas
y en festividades tales como las dedicadas a Dionisio. La música griega era
monofónica y consistía en la repetición sistemática de una misma estrofa, en la
que el ritmo era más importante que la melodía.
5. Los instrumentos de mayor protagonismo eran la flauta doble, la lira, la siringa y la
cítara. Hay una leyenda que explica el surgimiento de cada uno de ellos, si bien
muchos tienen influencias de otras culturas, como la egipcia y la mesopotámica.
Según el mito, Afrodita descubrió la flauta doble, si bien otras versiones atribuyen
su invención a Euterpe; Hermes creó la lira y Orfeo inventó la cítara.
6. Durante el Renacimiento y el Barroco se producen numerosos e importantes
descubrimientos arqueológicos en Grecia y Roma. Artistas, pensadores y teóricos
de entre los siglos XVI y XVIII dirigen su mirada hacia ese pasado en un intento de
recrear lo sucedido en la antigua y gloriosa época clásica.
La Música y demás artes recogen esta idea y se inspiran en escenas como la que
representa el antiguo bajorrelieve romano que a continuación mostramos. En él,
se nos muestra la escena de un interesante diálogo musical entre Apolo y Euterpe.
Las demás musas cantan y danzan -una de ellas acompañada de un pandero- y
ambas divinidades de la música transmiten sus afectos, pasiones, ideas e
inquietudes a través de la lira y la flauta sin necesidad de palabras.
FUENTE http://compensatoria15.blogspot.com/2015/05/mito-de-euterpe.html
7. Apolodoro, Zeus, las Musas, Orfeo ...
Ugo Bratelli, 2001, Libro I, 3, 1-6
Zeus se casó con Hera, con quien tuvo a Hebe, Ilithiah y Ares. Pero también se
unió con muchas otras mujeres, mortales e inmortales. Con Themis, la hija de
Ouranos, Zeus engendró las estaciones: Eirênê [Paz], Eunomie [Orden] y Dikè
[Justicia] - y las Madres: Clothô, Lachésis y Atropos. De Dione, nació Afrodita, y de
Eurynome, hija de Ocean, tuvo a las Gracias: Aglae, Euphrosyne y Thalia. De Styx
tuvo a Perséfone, y de Mnemosyne (diosa de la Memoria) tuvo a las Musas:
primero a Caliope, luego a Clio, Melpomene, Euterpe, Erato, Terpsicore, Urania,
Talia y Polymnia.
De Caliope y Oagre (o quizás de Apolo, la versión más extendida) nacieron Linos,
quien luego fue asesinado por Heracles, y Orfeo, el gran músico: con su canción
sabía cómo mover incluso a las piedras y los árboles. Un día, su esposa Euridice
fue mordida por una serpiente y murió; entonces Orfeo bajó al inframundo,
decidido a recuperarla, y persuadió a Hades para que la enviara de vuelta a la
tierra. El dios puso una condición a su promesa: en el camino de regreso, Orfeo
nunca debería volverse para mirar a su esposa antes de llegar a casa. Pero Orfeo
desobedeció: se dio la vuelta, miró a Eurídice y ella tuvo que regresar al infierno.
Orfeo fue el fundador de los misterios de Dioniso. Las Ménades lo mataron y lo
cortaron en pedazos, y fue enterrado en Pieria.
8. Clio se enamoró de Piéres, el hijo de Magnetes: fue la venganza de Afrodita, por el
desprecio con el que Clio había hablado de su amor con Adonis. La Musa, por lo
tanto, se unió a Pieros, de quien ella tendría a Jacintos; Thamyris, el hijo de
Philammon y la Ninfa Argiopea, se enamoraron de él, y así nació el amor
homosexual por primera vez. Apolo también se enamoró de Jacintos. Pero un día,
al lanzar un disco, lo mató accidentalmente. Thamyris era excepcionalmente
hermosa y tocaba la lira a la perfección, tanto que se atrevió a desafiar a las
Musas en una competencia musical. Las condiciones eran las siguientes: si
Thamyris salía victoriosa, podría hacer el amor con todas las Musas; si por el
contrario, perdía, podrían quitarle lo que quisieran. Naturalmente, las Musas eran
superiores, sin duda. Y se llevaron lejos de Thamyris y su vista, el arte de la lira.
Euterpe se unió con el río Strymon, y de él tuvo a Rhesos, quien luego fue
asesinado por Diomedes en Troya; pero hay quienes dicen que nació de Calliope.
De Thalia y Apolo nacieron los Corybantes, y de Melpomene y Acheloos, las
sirenas, que se narran en las aventuras de Ulises.
El simbolismo de las Musas
La musa es una figura como no se ha revelado a ningún otro pueblo. Es la diosa
de la Verdad en el sentido más elevado. Los rapsodas y poetas, los que hablan la
verdad, se llamaban a sí mismos sus servidores, sus secuaces o “profetas”, y le
dedicaban su veneración piadosa y ritual.
9. Eran plenamente conscientes de no poder reivindicar para sí lo que nosotros tan
soberbiamente llamamos fuerza creadora, sino que no se consideraban más que
escuchas, mientras que la diosa misma es la que canta.
Las musas eran ninfas relacionadas con ríos y fuentes, espíritus de las aguas. Se
les atribuían virtudes proféticas, así como la capacidad de inspirar toda clase de
poesía. En un desarrollo ulterior se convirtieron en inspiradoras y protectoras de
toda forma de arte y pasaron a presidir toda manifestación de inteligencia.
Esencia y origen
Era bien conocido el mito según el cual un rol en el gobierno del mundo de Zeus
correspondía a las musas. Píndaro, en su célebre Himno a Zeus, hoy
lamentablemente perdido, narra que este, consumada la creación del mundo,
preguntó a los dioses, sumidos en silenciosa admiración, si faltaba algo para que
este fuese perfecto.
Sí, –respondieron–, falta algo: una voz para alabar las grandes obras y la
completa creación en palabras y música. Se necesitaba para ello un nuevo espíritu
divino, y de ese modo los dioses pidieron a Zeus que creara a las musas.
Hesíodo nos cuenta que Zeus se unió a Mnemosine (Memoria) durante nueve
noches, y que, cumplido el tiempo regular, ella dio a luz a la vez, en parto
nónclupe, cerca de la cima del nevado Olimpo, a las nueve musas que hoy
conocemos.
10. En la Edad Heroica, las musas eran tres y formaban una trinidad indivisible, como
reconocieron los sacerdotes católicos medievales cuando construyeron el templo
de la Santísima Trinidad en el lugar donde estaba el santuario abandonado de las
musas heliconianas. Los nombres apropiados de las tres personas eran
Meditación, Memoria y Canción. El culto de las musas en el Helicón (y
presumiblemente también en Pieria) se relacionaba con la maldición y la bendición
mágicas.
Skelton, en su Garland of Llaurell, describe a la diosa triple en sus aspectos de
Señora del Cielo, la Tierra y el Infierno. Como diosa del Infierno le atañían el
nacimiento, la procreación y la muerte. Como diosa de la Tierra le atañían las tres
estaciones de la primavera, el verano y el invierno. Vivificaba los árboles y plantas
y gobernaba a todas las criaturas vivientes. Como diosa del firmamento era la
Luna, en sus tres fases de luna nueva, luna llena y luna menguante. Esto explica
por qué de una tríada se pasaba con frecuencia a un grupo de nueve. Pero no se
debe olvidar que la diosa triple se relacionaba con la mujer primitiva, creadora y
destructora. Como la luna nueva de la primavera era doncella, como la luna llena
del verano era mujer, y como la luna vieja del invierno era una bruja.
11. Hacia el siglo VII a.C. la tríada de musas se amplió, bajo la influencia tracio-
macedónica, a tres tríadas, o sea, un grupo de nueve. Esto recuerda a las nueve
sacerdotisas orgiásticas de la isla de Sein, en la Bretaña occidental, y a las nueve
doncellas de Preiddeu Annwm, que calentaban con su aliento la caldera de
Cerridwen. Una musa repetida nueve veces expresaba la universalidad del poder
de la diosa mejor que una triple, pero el sacerdocio de Apolo, que regía la
literatura clásica de Grecia, no tardó en utilizar el cambio como un medio para
debilitar su poder mediante un proceso de división en secciones.
Hesíodo dice que bajo el patronazgo de Apolo, se les dieron a las nueve hijas de
Zeus los siguientes nombres y funciones:
Calíope: musa de la elocuencia y la poesía épica. Se la representaba coronada de
laurel, adornada de guirnaldas, de porte majestuoso. En su mano derecha llevaba
el estilo y en la izquierda un libro. Alrededor de ella, La Ilíada, La Odisea y La
Eneida (en posteriores representaciones romanas), los inmortales poemas de
Homero y Virgilio.
12. Clío: musa de la Historia. Coronada de laurel, sentada o de pie, con un rollo de
papel o junto a una caja de libros.
Erato: musa de la poesía lírica. La podemos ver coronada de mirto y de rosas
sosteniendo en una mano una lira y en la otra un plectro. A su lado, un pequeño
Cupido alado con su arco y su inseparable carcaj.
13. Euterpe: musa de la música. Coronada de flores y cargada de papeles de música.
Cerca de ella una flauta, oboes y otros instrumentos musicales.
Melpómene: musa de la tragedia. De porte rígido, viste con gran riqueza. Figura
de hermosa presencia. Coronada de pámpanos y calzada con coturnos. Lleva en
una mano una careta trágica o un puñal, y en la otra, cetros y coronas.
Polimnia: musa de la retórica y del arte de escribir. Coronada de perlas y vestida
de blanco. De pie y apoyada en actitud pensativa.
14. Talía: musa de la comedia. Representada con una corona de hiedra, lleva en la
mano izquierda una careta cómica y va calzada con borceguíes.
Terpsícore: musa de la danza. Doncella jovencita, alegre y vivaracha. Va
coronada de guirnaldas y camina tocando el arpa.
Urania: musa de la astronomía. Coronada de estrellas y vestida de azul.
15. El número de musas varía entre una, tres, cuatro, cinco, siete, ocho y nueve. A
pesar de la reconocida mayoría, siempre se es consciente de que en esencia solo
hay una musa. Su unidad, pues, estará corroborada a través de su pluralidad.
Porque no es un número indeterminado de muchas musas, sino que forman, como
las gracias, un grupo de tres que llega a ampliarse hasta triplicarse.
Las musas y sus nombres
A las musas se les daban diversos nombres, según los lugares donde se supone
que habitaron o nacieron, o las fuentes que les consagraron. Unos las llaman
helicónidas, del monte Helicón. Otros, Parnásides, del monte Parnaso, que es el
mismo Helicón. Otros, Citeríades, del monte Citerón, que está cerca de Tebas.
Piérides, de las nueve hijas de Pierio, que por competir con las musas en el canto
fueron transformadas en picazas por su atrevimiento.
Otros, como Ovidio, las nombran Tespiades o Mnemosínides. Otros las llaman
Pegásides o Castalias, de las fuentes Pegaseya y Castalia. Otros las nombran
Hipocrénides, de dicha fuente griega. Libértides, de una fuente de Macedonia.
Nereidas, de Nereo, Dios del mar. Aonias, de una fuente así llamada cercana a
Tebas, etc.
Interpretación según el número de musas
Los que declaraban que las musas eran tres, entendieron por ellas las tres artes
sermocinales, que son: gramática, retórica y dialéctica.
16. Los que decían que eran cuatro, entendieron por ellas las tres dichas, y por la
cuarta, la sabiduría que de ellas resultaba, declarada por Calíope, la principal
entre todas; porque según Aristarco, a esta atribuían la sabiduría de todas las
demás.
Los que afirmaban que eran nueve, las refirieron a las ánimas de los orbes
celestiales, a saber: Urania, ánima del cielo estrellado o firmamento; Polimnia, de
los orbes o cielos de Saturno; Terpsícore, de los orbes de Júpiter; Clío, de los de
Marte; Melpómene, de los del Sol; Erato, de los de Venus; Euterpe, de los de
Mercurio; Talía, de los de la Luna. Dichos orbes, según opinión de los pitagóricos,
causaban ocho tonos, de los cuales resultaba un suave sonido o música, el cual
atribuían a la novena musa, llamada Calíope, que quiere decir “buen sonido”.
Influencia de las musas
Dicen que los hombres que en su nacimiento tuviesen influencia de la Luna
(Talía), por ser de temperamento húmedo, se inclinaban a cosas lascivas y a ser
variables y mudables.
Los saturninos (Polimnia), por ser de temperamento frío y seco, tendrían gran
memoria de cosas pasadas y se inclinarían a diversos estudios, según los
diversos aspectos de los planetas. Por ejemplo, si Mercurio (Euterpe) está bien
aspectado, imprime sabiduría y suavidad en el hablar, e ingenio para la ciencia,
principalmente para las artes matemáticas. Si Mercurio está aspectado con
Júpiter, inclina supuestamente a la filosofía y a la teología. Si Mercurio está bien
aspectado con Marte, inclina a la medicina. Con Venus, a estudios de música y
poesía. Con la Luna, influye a mercaderes y negociadores, diligentes, astutos y
cautelosos. Y así con otros planetas y aspectos, causando diversidad de
inclinaciones en los humanos.
17. Pierio Valeriano entiende por estas nueve musas los nueve instrumentos con que
el hombre habla, que son los labios, cuatro dientes principales con que se hace la
pronunciación, la lengua, el lugar por donde pasa el aire para la pronunciación y la
concavidad de los pulmones en que se engendra la materia de que se hace la voz.
El furor
El furor es una iluminación del alma procedente de los dioses o los demonios; de
ahí el dístico de Ovidio: “En nosotros hay un dios y también comunicaciones
celestes: este espíritu nos llega de las montañas etéreas”. Hay cuatro especies de
furores divinos; cada uno procede de su divinidad; de las musas, de Dionysos, de
Apolo y de Venus.
El primer furor, procedente de las musas, despierta y templa el espíritu. Como las
musas son las almas de las esferas celestes, marcan los distintos grados de
atracción hacia los elementos superiores.
El más bajo de estos grados, que representa la esfera de la Luna (Clío), gobierna
lo relativo a los vegetales, las plantas, los frutos de los árboles, las raíces y los
elementos que provienen de las materias más duras, como piedras y metales, sus
aleaciones y suspensiones.
El segundo, que representa a Mercurio (Calíope), gobierna lo relacionado con los
animales y compuestos de la mezcla de diferentes bebidas y manjares.
El tercero es la esfera de Venus (Terpsícore); gobierna los polvos sutilísimos,
vapores, olores, ungüentos y perfumes.
El cuarto pertenece a la esfera del Sol (Melpómene); gobierna la voz, las palabras,
los cantos y los sones armoniosos cuya suave cadencia disipa del alma la
discordia que la perturba y eleva el coraje.
18. El quinto corresponde a Marte (Erato); posee violentas fantasías, pasiones,
ideaciones y movimientos del espíritu.
El sexto depende de Júpiter (Euterpe); gobierna las discusiones de la razón, las
deliberaciones, las consultas y las absoluciones morales.
El séptimo representa a Saturno (Polimnia); gobierna las inteligencias más
secretas y las tranquilas contemplaciones del pensamiento.
El octavo, que representa al cielo estrellado (Urania), concierne a la situación,
movimientos, rayos y luz de los cuerpos celestes. También a las imágenes, anillos
y demás elementos que se fabrican según la regla de las cosas celestes.
El noveno corresponde al primum mobile, es decir, a la novena esfera o al
universo mismo (Talía); gobierna los elementos formales, como los números, las
figuras y los caracteres, y concierne a las influencias ocultas de las inteligencias
del cielo y los demás misterios.
Relación de las musas con los planetas
Según La música de las esferas, obra neoplatónica del siglo XV, y La práctica
musice de Gauforios, publicada en Milán en 1496, las musas representan y están
consagradas a las esferas de sus respectivos estadios.
Más allá del rostro aterrador del tiempo que todo lo consume, las artes nos inician
en la armonía permanente del universo, cuyos planos o aspectos están
gobernados por los planetas y sus esferas. Además, a cada esfera se le asigna un
metal, una nota musical y un modo.
Clío, La musa de la Historia, gobierna el plano de la Luna, que controla las
estaciones del tiempo. Nota musical: Proslambanomenos (La). Modo: hipodorio.
Metal: la plata.
Calíope, la poesía heroica, está unida a Mercurio, el guía de las almas fuera de la
esfera temporal. Nota musical: Hypate hypaton (Si). Modo: hipofrigio. Metal: el
azogue.
19. Terpsícore, musa de la danza y el canto coral, gobierna la esfera de Venus y
Cupido. Su nota musical sería Parhypate Hypaton (Do). Modo: hipolidio. Metal: el
cobre.
Melpómene, musa de la tragedia, purifica e ilumina con el fuego y la luz del Sol.
Nota musical: Lichanos hypaton (Re). Modo: dorio. Metal: el oro.
Erato, la poesía lírica y amorosa, se asienta en el plano de Marte, dios de la
guerra. Nota musical: Hypate meson (Mi). Modo: frigio. Metal: hierro.
Euterpe, la musa del arte de la flauta, eleva la mente al plano de Júpiter, donde el
alma se dirige al aspecto protector del Señor. Nota musical: Parhypate meson
(Fa). Modo: lidio. Metal: estaño.
Polimnia, la musa del canto sacro, celebra el aspecto del Padre en Saturno,
esgrimiendo la guadaña que nos libera de este mundo gobernado por las esferas
planetarias. Nota musical: Lichanos meson (Sol). Modo: mixolidio. Metal: el plomo.
Y en la esfera de los astros fijos, la musa Urania, la astronomía, nos transporta
desde la puerta del Sol a los mismos pies de la transformación suprema del Padre,
la luz absoluta. Nota musical: Mese. Modo: hipomixolidio.
Talía preside la Tierra. La primera de las nueve musas, es la inspiradora de la
poesía bucólica y la comedia, y como se la representa debajo de la superficie
terrestre, oculta, es Talía silenciosa, la musa no escuchada, pues los hombres,
ante los terribles rasgos del tiempo, que no pueden comprender, están ciegos y
sordos a la inspiración de la poesía de la Naturaleza, y su gloria solo se revela
cuando el espíritu ha sido transportado a la cima de la sabiduría.
Esta escala de cuerpos celestes fue presentada por un profesor de música italiano
del siglo XV para demostrar que “las musas, los planetas, los modos y las cuerdas
se corresponden unos con otros”. En realidad, es una idea extremadamente
antigua. Ya era conocida por los estoicos, y Cicerón la desarrolló en El sueño de
Escipión, donde menciona las esferas por ese orden y dice que sus revoluciones
emiten un grato sonido. Pero la esfera terrenal, la novena, “está siempre inmóvil y
estacionaria en el centro del universo”. “Los hombres sabios, imitando esta
armonía en los instrumentos de cuerda y en el canto –afirma Cicerón– han
conseguido regresar a las alturas celestiales”.
“Ciegos son los pensamientos del hombre –dice Píndaro– cuando busca el camino
con ingenios del intelecto sin las musas”. Pero si, continuando el sentido del poeta
griego, se deja conducir por las musas, es decir, por la voz de la esencia misma
de las cosas, entonces las palabras son inspiradas no solamente por lo vivido y
por lo experimentado, sino también por el plano divino. Como dice Píndaro, ha
montado el carro de la musa y puede llamarla su madre, y llamarse a sí mismo su
compañero, acólito o profeta.
20. El arrebato de las musas –las artes– transporta nuestro espíritu de gloria en gloria,
hasta esa cima de gozo en la conciencia donde el ojo del mundo –más allá de la
esperanza, más allá del temor– reconoce el universo en su venida, su marcha y su
ser.
FUENTE: http://homosacervii.blogspot.com/2016/08/euterpe-musa-de-la-musica.html
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OTRAS FUENTES: Historia Universal: La Cultura Griega
https://mihistoriauniversal.com/edad-antigua/cultura-griega/