El documento habla sobre la fe y la conversión en la familia. Define la fe como la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve, y como una respuesta al llamado de Dios. Explica que la conversión implica una respuesta voluntaria y sincera al Evangelio que incluye entenderla como un camino, un encuentro personal con Cristo, el arrepentimiento, cambiar de rumbo, buscar la reconciliación y salir de sí mismo. Citando Hechos 16:30-33, concluye que uno puede salvarse a sí mismo