El documento critica la calidad de la educación en algunos institutos que defienden su acreditación como prueba de calidad. Señala que ninguno de sus profesores son kinesiólogos o profesionales de la salud, y que tienen tasas de egreso extremadamente bajas, donde de 200 alumnos que ingresan sólo se gradúa 1 después de 10 años, lo que constituye un engaño a los estudiantes.