Un hombre ciego fue curado milagrosamente por Jesús y ahora puede ver. El autor expresa su gratitud y fe en que Jesucristo nunca lo abandonará ni en la oscuridad ni en los días de prueba.
1. Yo soy testigo del poder de Dios
por el milagro que El ha hecho en mí.
Yo estaba ciego, más ahora veo la luz
la luz divina que me dio Jesús.
No, no, no, nunca, nunca,
nunca me ha dejado, nunca, nunca
me ha desamparado /en la noche
oscura /en el día de prueba
Jesucristo nunca me desamparará.