Para aplicaciones manuales, las películas preestiradas son mejores porque ofrecen fuerza de contención con bajo calibre. Para aplicaciones automáticas, la mejor película es aquella que puede estirarse mucho mientras mantiene buen adhesivo, resistencia y no se rompe, pero depende de que la máquina también pueda estirarla completamente. La película debe seleccionarse en base a las capacidades de la máquina.