1. Historia
Su origen está en el «antiguo perro africano, kelb thal gliet, o perro de toros maltés:
una raza importada a Inglaterra, que cruzada con antiguos mastines dio origen al
antiguo bulldog inglés.
El bulldog de antaño era más ligero y similar al bóxer que al rechoncho bulldog actual;
era un animal puramente deportivo. Fue usado en la creación de otras razas
como: bullmastiff, boxér, bull terrier y algunos sabuesos como el beagle de tipo
antiguo. Como perro de pelea era un animal que solo aceptaba el desafío de animales
mayores tales como osos, toros e incluso leones.
El origen del nombre se debe al hecho de ser un perro de carniceros, es decir, su
función era hacer correr a los toros, por creerse que así su carne era más suave.
Aunque es probable que sea una deformación del nombre Band dog o «perro
aguerrido».
Hay que tener en cuenta que los bulldogs antiguos no tienen que ver nada con el
actual, solo fueron modificados con cruces con otras razas como el pug o carlino; raza
de la cual el bulldog heredó su achatado hocico así como su regordeta musculatura.
Los bulldogs antiguos eran perros de aspecto variado, a veces perros de hocico
alargado y de todos los colores. Ha de tenerse en cuenta que el antiguo bulldog era un
animal de trabajo por lo cual se le daba mucha importancia al carácter.
Los orígenes del bulldog inglés se remontan, como todos los molosos, al Mastín
tibetano, que se expandió por el mundo gracias a los navegantes fenicios. En la Gran
Bretaña actual, el Mastín tibetano cruzado con perros locales dio origen a un perro que
se podría comparar con un Mastín de hoy y que se utilizó para luchar contra los
romanos cuando, en el año 55 a. C., intentaron invadir por primera vez las islas
británicas.
El valor, la potencia física y la resistencia al dolor manifestados por estos perros
impresionaron tanto a los romanos que se llevaron algunos de ellos a Roma para que
combatiesen en la arena contra osos y leones. Incluso, años más tarde, se les lanzo
contra los cristianos.
Con la caída del Imperio Romano de los Césares, los combates de perros se
expandieron por toda Europa. Los canes destinados a este fin, eran incitados desde
cachorros a morder todo lo que pasaba por delante de ellos; la selección se operaba
haciendo reproducirse únicamente a los ejemplares más robustos, valientes y
agresivos. Así, se consiguió una verdadera 'máquina de guerra de cuatro patas'.
El bulldog inglés actual es un animal orientado a la competición en exposiciones de
belleza. Es inteligente, limpio y muy manso; es un excelente animal de compañía.