2. Hch 5, 27-32. 40-41
Salmo 29
Ap 5, 11-14
Jn 21, 1-19
DOMINGO III
DE PASCUA
CICLO C
3. ORACION INICIAL
Señor, ayúdame a que
viendo lo que le pediste a
Pedro , vea mi actitud ante
ti, para ver cómo estoy
viviendo mi fe y mi
seguimiento a ti.
Ayúdame a sincerarme y
ver si te amo, te quiero o te
ignoro.
Ven Señor en mi ayuda con
tu gracia
y confírmame nuevamente
en tu seguimiento
Invitándome a amarte
siempre más.
Que así sea.
4. Del libro de los Hechos de los apóstoles: 5, 27-32. 40-41
En aquellos días, el sumo sacerdote reprendió a los
apóstoles y les dijo: "Les hemos prohibido enseñar en
nombre de ese Jesús; sin embargo, ustedes han llenado a
Jerusalén con sus enseñanzas y quieren hacernos
responsables de la sangre de ese hombre".
Pedro y los otros apóstoles replicaron: "Primero hay que
obedecer a Dios y luego a los hombres. El Dios de nuestros
padres resucitó a Jesús, a quien ustedes dieron muerte
colgándolo de la cruz. La mano de Dios lo exaltó y lo ha
hecho Jefe y Salvador, para dar a Israel la gracia de la
conversión y el perdón de los pecados. Nosotros somos
testigos de todo esto y también lo es el Espíritu Santo, que
Dios ha dado a los que lo obedecen".
Los miembros del sanedrín mandaron azotar a los apóstoles,
les prohibieron hablar en nombre de Jesús y los soltaron.
Ellos se retiraron del sanedrín, felices de haber padecido
aquellos ultrajes por el nombre de Jesús.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
5. Es admirable el testimonio que dan de Jesús
los apóstoles, capitaneados por Pedro.
Incluso delante del Sanedrín, las autoridades
que llevaron a Jesús a la muerte, se atreven a
decir: "Dios resucitó a Jesús, a quien ustedes
mataron colgándolo de un madero", y ahora
ese Jesús a quien persiguen es nada menos
que "el jefe y salvador" y es en su nombre
como Dios concede el perdón de los pecados.
Por más que se los prohibían, ellos hablaban
de Jesús: "hay que obedecer a Dios antes que
a los hombres". Más aún, estaban "contentos
de haber merecido aquel ultraje por el nombre
de Jesús".
Tal vez tendremos que recordar también nosotros la consigna que dio
Pedro: "hay que obedecer a Dios antes que a los hombres".
6. SALMO 29
R/. Te alabaré, Señor, eternamente. Aleluya
Te alabaré, Señor, pues no dejaste que se rieran de mí
mis enemigos. Tú, Señor, me salvaste de la muerte y a
punto de morir, me reviviste. R/.
Alaben al Señor quienes lo aman, den gracias a su
nombre, porque su ira dura un solo instante y su
bondad, toda la vida. El llanto nos visita por la tarde;
por la mañana, el júbilo. R/.
Escúchame, Señor, y compadécete; Señor, ven en mi
ayuda. Convertiste mi duelo en alegría, te alabaré por
eso eternamente. R/.
7. Una intensa y suave acción de
gracias se eleva a Dios desde el
corazón de quien reza, después de
desvanecerse en él la pesadilla de
la muerte. Este es el sentimiento
que emerge con fuerza en el
Salmo 29
El Misterio Pascual es el corazón de nuestra fe cristiana. Un cristiano
no es simplemente alguien que "cree en Dios". Esto lo hacen
prácticamente todas las grandes religiones. El carácter específico de
nuestra fe cristiana es que nosotros "creemos en Jesucristo muerto
y resucitado".
8. Del libro del Apocalipsis
Yo, Juan, tuve una visión, en la cual oí alrededor del trono
de los vivientes y los ancianos, la voz de millones y
millones de ángeles, que cantaban con voz potente:
"Digno es el Cordero, que fue inmolado, de recibir el poder
y la riqueza, la sabiduría y la fuerza, el honor, la gloria y la
alabanza".
Oí a todas las creaturas que hay en el cielo, en la tierra,
debajo de la tierra y en el mar —todo cuanto existe—, que
decían:
"Al que está sentado en el trono y al Cordero, la alabanza,
el honor, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos". Y
los cuatro vivientes respondían: "Amén". Los veinticuatro
ancianos se postraron en tierra y adoraron al que vive por
los siglos de los siglos.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
9. Es una visión que debe dar ánimos a la comunidad perseguida de su
tiempo, y a la nuestra, que tampoco vive siempre momentos de euforia en
su lucha contra el mal.
La gran asamblea que en el pasaje de hoy
se describe por entero la forman Dios
Padre sentado en su trono, el Hijo como
el Cordero, degollado pero triunfador, el
río de agua viva que procede de ambos,
el Espíritu, y luego millones de ángeles y
ancianos y santos que cantan alabanzas
al Cordero y se postran rindiéndole
homenaje.
10. Del santo Evangelio según san Juan
En aquel tiempo, Jesús se les apareció otra vez a los discípulos junto
al lago de Tiberíades. Se les apareció de esta manera: Estaban juntos
Simón Pedro, Tomás (llamado el Gemelo), Natanael (el de Caná de
Galilea), los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos. Simón Pedro les
dijo: "Voy a pescar". Ellos le respondieron: "También nosotros
vamos contigo". Salieron y se embarcaron, pero aquella noche no
pescaron nada. Estaba amaneciendo, cuando Jesús se apareció en la
orilla, pero los discípulos no lo reconocieron. Jesús les dijo:
"Muchachos, ¿han pescado algo?". Ellos contestaron: "No". Entonces
Él les dijo: "Echen la red a la derecha de la barca y encontrarán
peces". Así lo hicieron, y luego ya no podían jalar la red por tantos
pescados.
Entonces el discípulo a quien amaba Jesús le dijo a Pedro: "Es el
Señor". Tan pronto como Simón Pedro oyó decir que era el Señor, se
anudó a la cintura la túnica, pues se la había quitado, y se tiró al
agua. Los otros discípulos llegaron en la barca, arrastrando la red
con los pescados, pues no distaban de tierra más de cien metros. Tan
pronto como saltaron a tierra vieron unas brasas y sobre ellas un
pescado y pan. Jesús les dijo: "Traigan algunos pescados de los que
acaban de pescar
11. Entonces Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la
red, repleta de pescados grandes. Eran ciento cincuenta y tres y a
pesar de que eran tantos, no se rompió la red. Luego les dijo
Jesús: "Vengan a almorzar".
Y ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: ¿Quién eres?,
porque ya sabían que era el Señor. Jesús se acercó, tomó el pan y
se lo dio y también el pescado.
Ésta fue la tercera vez que Jesús se apareció a sus discípulos
después de resucitar de entre los muertos.
Después de almorzar le preguntó Jesús a Simón Pedro: "Simón,
hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?". Él le contestó: "Sí, Señor,
tú sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis corderos".
Por segunda vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". Él
le respondió: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero". Jesús le dijo:
"Pastorea mis ovejas".
Por tercera vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?".
Pedro se entristeció de que Jesús le hubiera preguntado por
tercera vez si lo quería y le contestó: "Señor, tú lo sabes todo; tú
bien sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas.
Yo te aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías la ropa e
ibas a donde querías; pero cuando seas viejo, extenderás los
brazos y otro te ceñirá y te llevará a donde no quieras". Esto se lo
dijo para indicarle con qué género de muerte habría de glorificar a
Dios. Después le dijo: "Sígueme".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
12. ¿dónde se apareció
Jesús y a quiénes ?
lago de Tiberíades. Simón Pedro, Tomás (llamado
el Gemelo), Natanael (el de Caná de Galilea), los
hijos de Zebedeo y otros dos discípulos
¿qué les preguntó Jesús? "Muchachos, ¿han pescado algo?"
¿Qué les dijo Jesús? "Echen la red a la derecha de la barca
y encontrarán peces".
¿escuchas a Jesús cuando te anima y orienta a
echar las redes en tu vida diaria?
¿Quién reconoció a Jesús Resucitado? el discípulo a quien amaba Jesús
¿qué contestaron? no
¿Qué sucedió con la pesca? ya no podían jalar la red por tantos
pescados.
¿ te has dado cuenta que cuando confías en
Jesús logras una pesca abundante y cuando no;
no consigues nada?
13. Barca de los tiempos de Jesús
¿¿soy capaz de decir con Juan ¡Es el Señor!? Y ¿estar prest@
para acudir con Pedro?
¿Quién fue el que se subió a la barca para traer los pescados
que Jesús quería para darles de comer?
Pedro
Jesús Resucitado, ¿cuantas veces le
pregunta a Pedro si lo ama? Y ¿por qué?
¿ qué contesta Pedro a cada
pregunta y Jesús que le dice?
3 veces las mismas
veces que lo negó
"Sí, Señor, tú sabes que te
quiero".
Apacienta mis corderos
Pastorea a mis ovejas
“Señor, tú lo sabes todo; tú
bien sabes que te quiero“
"Apacienta mis ovejas.
y si el Señor me preguntara
¿me amas más que éstos?...¿qué le
respondería?
¿Con qué palabra
termina el texto? Sígueme
¿Qué hizo Pedro cuando supo
que aquel hombre era Jesús?
se anudó a la cintura la túnica,
pues se la había quitado, y se tiró
al agua.
14.
15. Del mismo modo que hizo Simón Pedro, también
nosotros debemos dejarnos interpelar por la
Palabra de Jesús Resucitado, que pone al
descubierto nuestros pecados, nuestra fragilidad
pasada y presente, aunque nos pide un
consentimiento de amor.
Reanimado por esa mano tendida, Pedro
recomenzó su servicio como testigo del
resucitado, luchando ya no con las tempestades
del lago de Galilea, sino contra las amenazas, la
cárcel y la intimidación de parte del Sanedrín. El
que había flaqueado en la noche pascual,
negando a su Maestro, estaba ahora lleno de
entereza. El encuentro vivo con el Señor
resucitado le había enseñado a discernir y
obedecer el camino de la fidelidad, en medio de
la prueba.
16. en nuestros días más ordinarios, en
medio de nuestras actividades
habituales: es el encuentro con el
Resucitado, un encuentro para el que,
con frecuencia, no estamos
preparados, sino más bien “ciegos”,
como los apóstoles en el lago.
17. COMPROMISO
PERSONAL
COMPROMISO
COMUNITARIO
Tener o mantener un espacio diario de
intimidad y de oración con Jesús
Resucitado, para renovar nuestro
discipulado
Pedir por el ministerio que está
realizando el Papa Francisco
sucesor de San Pedro, para que
Jesús Resucitado lo bendiga
siempre.
Trabajar en el anuncio misionero del
Evangelio en la parroquia, donando
parte de nuestro tiempo en busca de
las ovejas descarriados de nuestra
comunidad.
Orar por la santificación de los
Obispos, Sacerdotes y
Seminaristas del mundo
entero.
18. Manifiéstate de nuevo, Señor: También nosotros, como
tus discípulos, deseamos ir contigo y desafiar la noche
oscura. Sin ti no podemos hacer nada; nuestra red
sigue estando vacía y no sirve de nada el esfuerzo de
echarla al mar; Pero a tu Palabra queremos repetir una
vez más este gesto, pues tú nos quieres llevar más allá
de nuestra lógica mezquina, que se detiene en el
calcular los riesgos de las pérdidas y las posibilidades
de ganancia.
Cuando tocamos el fondo de nuestra miseria, Tú nos
haces experimentar el poder de tu fuerza de
Resucitado. Nosotros creemos que eres el Señor. Sin
embargo, en medio de nuestra pobreza, que Tú
conoces tan bien, haz que al alba de cada nuevo día
renovemos el deseo de seguirte, repitiendo
humildemente como San Pedro; “Señor, Tú lo sabes
todo. Tú sabes que te amo”. Amén
19. ORACION A MARIA
Madre siempre fiel, cuando te
asaltó la incertidumbre, cuando las
cosas se te hacían complicadas,
supiste confiar.
¡Y cómo confiaste! En el momento
cumbre de la historia con decisión
y firmeza pronunciaste aquel
bienaventurado «Hágase», del que
viene nuestra salud. ¡Y siempre lo
mantuviste! Las desconfianzas de
otros, los decires de tantos nunca
te apartaron de la santa confianza.
Obtenme, Santa María de la
Confianza, el auxilio divino que me
permita superar las incertidumbres
que ahora me acosan.
Que así sea. Amen