Las empresas tercerizadoras deben asumir los servicios prestados por su cuenta y riesgo, contar con sus propios recursos financieros, técnicos y materiales, ser responsables por los resultados de sus actividades, y tener a sus trabajadores bajo su exclusiva subordinación. Elementos típicos de la tercerización incluyen tener múltiples clientes, equipamiento propio, inversión de capital, y recibir una retribución por cada obra o servicio.