El documento resume varias doctrinas católicas sobre María: la Inmaculada Concepción, que establece que María fue concebida sin pecado original; su perpetua virginidad antes, durante y después del parto de Jesús; su Asunción en cuerpo y alma a los cielos; y su maternidad divina como Madre de Dios reconocida en el Concilio de Éfeso. También se mencionan su papel como mediadora y corredentora dependiente de Cristo, y su título de Reina del Cielo y la Tierra.
2. El Dogma de la
Inmaculada
Concepción
establece que María
fue concebida sin
mancha de
pecado original.
El dogma fue
proclamado por el
Papa Pío IX,
el 8 de dic de 1854,
en la Bula
Ineffabilis Deus.
3. "Declaramos, pronunciamos y definimos que la doctrina que sostiene que
la Santísima Virgen María, en el primer instante de su concepción,
fue por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente
en previsión de los méritos de Cristo Jesús, Salvador del genero humano,
preservada inmune de toda mancha de culpa original, ha sido revelada por Dios,
por tanto, debe ser firme y constantemente creída por todos los fieles."
4. SIEMPRE VIRGEN
El dogma de la Perpetua Virginidad se refiere a que María fue Virgen antes, durante
y perpetuamente después del parto. "Ella es la Virgen que concebirá y dará a luz un Hijo
cuyo nombre será Emanuel" (Cf. Is., 7, 14; Miq., 5, 2-3; Mt., 1, 22-23)
(Const. Dogmática Lumen Gentium, 55 - Concilio Vaticano II).
"La profundización de la fe en la maternidad virginal ha llevado a la Iglesia a confesar
la virginidad real y perpetua de María incluso en el parto del Hijo de Dios hecho hombre.
En efecto, el nacimiento de Cristo "lejos de disminuir consagró la integridad virginal" de su madre.
La liturgia de la Iglesia celebra a María como la 'Aeiparthenos', la 'siempre-virgen'."
(499 - catecismo de la Iglesia Católica)
5. La Asunción de la Virgen María
"Finalmente, la Virgen Inmaculada, preservada inmune de toda mancha de pecado original,
terminado el curso de su vida en la tierra, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del cielo
Y enaltecida por Dios como Reina del Universo, para ser confirmada más plenamente
a su Hijo" (Catecismo de la Iglesia Católica 966).
Este dogma fue proclamado por el Papa Pío XII el 01 de noviembre de 1950 por medio
de la Constitución Munificentissimus Deus decretando como solemnidad
el día 15 de Agosto para su celebración en el calendario litúrgico.
6. ¿Por qué decimos "asunción" de María y no "ascensión" como cuando hablamos de Jesús?
El Misterio de la Asunción consiste, dentro de otras cosas, en que la Virgen María
es elevada, ascendida, por ángeles, no por sus propios medios. Es decir, es Dios
quien desea preservarla al final de sus días; por eso históricamente se la ha retratado
rodeada de ángeles que la la levantan entre nubes. Jesús en cambio, sube a los cielos
por sus propios medios, pues es Dios.
7. La Maternidad Divina de María
La Maternidad Divina es el fundamento del culto Mariano. Jesús es hombre
y Dios al mismo tiempo, no es dos personas en una, sino que una persona
que integra estas dos naturalezas. María entonces, es madre de Jesús
en su integridad, siendo así Madre de Dios.
8. Concilio de Éfeso (año 431). –
Convocado por el Papa San Celestino I y presidido por el Patriarca Cirilo de Alejandría,
proclamó la maternidad divina de María, La Theotokos. La Fiesta de “María, Madre de Dios”
(Theotokos) es la más antigua que se conoce en Occidente.
En las Catacumbas o antiquísimos subterráneos de Roma, donde se reunían los primeros
cristianos para celebrar la Santa Misa, se encuentran pinturas con esta inscripción.
9. OTRAS DOCTRINAS
María es la Madre de todos los creyentes
"Jesús, al ver a la Madre y junto a ella al discípulo que más quería, dijo a la Madre:
«Mujer, ahí tienes a tu hijo.» Luego dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre»"
(Juan 19, 26-27.). Con esta expresión, revela a María la cumbre de su maternidad:
en cuanto madre del Salvador, también es la madre de los redimidos,
de todos los miembros del Cuerpo místico de su Hijo. Por tanto los creyentes
comparten con Cristo la paternidad de Dios y la maternidad de María
10. MEDIADORA
Jesucristo es el único mediador entre Dios y el Hombre. (1 Timoteo 2, 1-6.). Solo Él concilió al hombre
con Dios a través de su muerte en la cruz. Pero esto no excluye un papel secundario de María
como mediadora, dependiente de Cristo. La enseñanza de que María intercede por todos los creyentes,
y especialmente, aquellos que piden su intercesión a través de la oración, se refiere a los primeros siglos
del cristianismo, por ejemplo la oración Sub tuum praesidium, escrita en griego aproximadamente en el 250.
Otra oración de Efrén de Siria (306-373) afirma: Después del mediador, la mediadora de todo el mundo.
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14. CORREDENTORA
El concepto de co-redención se refiere a una participación indirecta,
pero importante de la Virgen María en la redención, porque María dio
a luz al Redentor (Jesucristo), que es el responsable de toda la redención
y la salvación por lo que fue mediadora de la redención.
Los católicos creen que Cristo es el único Redentor de la humanidad
(1 Tim 2, 5.), y la propia María tuvo que ser rescatada y redimida por Jesucristo.
15. REINA DEL CIELO
Gregorio Nacianceno, que afirma que María es "la Madre del Rey del universo",
y "la Virgen Madre, de quién surgió el reino de todo el mundo",
Efren de Siria ya la consideraba Reina del Cielo.
La Iglesia católica generalmente ve a María como reina del cielo,
luciendo una corona de doce estrellas en el Apocalipsis. (Apocalipsis 12, 1-10.)
16. Muchos papas homenajeron
a María con este título:
María es la Reina del Cielo
y de la Tierra (Pío IX),
Reina del Universo (León XIII)
y Reina del Mundo (Pío XII)18
El fundamento teológico y lógico
de esos títulos se basa
en el dogma de María como
la Virgen Madre de Dios,
que reina a lo largo
de todo el mundo,
siendo celestialmente
bien aventurada
con la gloria de una reina.
17. Ciertamente, en sentido pleno y estricto del término, solo Jesucristo, el Dios-Hombre,
es Rey, pero María, también, como Madre del divino Cristo, [...] tiene una participación,
aunque limitada y de modo análogo, en su dignidad real. [...] La unión radiante
que ella alcanzó con Cristo trasciende la de cualquier otra criatura, de su unión
con Cristo ella recibe el derecho real de disponer de los tesoros del Divino Redentor
del Reino, de su unión con Cristo se deriva finalmente la inagotable eficacia
de su maternal intercesión del Hijo y de su padre.