El documento resume cuatro dogmas marianos reconocidos por la Iglesia Católica, incluyendo la Asunción de María declarada por el Papa Pío XII en 1950. Argumenta que debido a que María era libre de pecado original y compartió íntimamente la vida, muerte y resurrección de Jesús, es apropiado que ella también haya compartido su resurrección corporal al final de su vida terrenal.