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Si alguna de estas manchas
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AVENTIS
UNOS LOCOS
MUY CUERDOS
600 KM
DE 95 OCTANOS
EN UNA MOTO DE 49CC
ES INCÓMODO,
SI ADEMÁS ES DEL AÑO 62,
ES UNA LOCURA.
EDITORIAL
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LOCOS PROFESIONALES
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8
ADONDE
LA LOCURA TE LLEVE
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14
VESPAS QUE VUELAN
Y HARLEYS QUE NAUFRAGAN:
LOS SUCESOS MÁS BIZARROS JAMÁS
PROTAGONIZADOS POR UNA MOTO
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MINI MAD-CELINO
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ES UNA LOCURA
¿QUIÉN ESTÁ MÁS LOCO,
Y DEBERÍA ESTAR PROHIBIDO,
PERO POR SUERTE NO LO ESTÁ
EL TIEMPO O NOSOTROS?
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SUMARIO
DENNIS HOPPER
EL MOTORISTA ETERNO
QUE SE BAJÓ DE LA MOTO
Y SE VOLVIÓ LOCO
¿QUÉ DEMONIOS
pá g
46HAGO SUBIDO EN UNA MOTO
DENTRO DE UN TÚNEL DE LAVADO?
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Hace años leí en un comic de JoeBar como dos motoristas, mientras
conducían un coche, iban alabando la calefacción y el estéreo del
vehículo, hasta que uno de ellos se despierta asustado y desde el asiento
de un sidecar grita: ¡He tenido una pesadilla horrible!
Hay algo en “el cerebro derretido de un motero” como dice el personaje
de Christian Debarre, que no va bien, porque pensándolo con frialdad,
las desventajas de la moto frente al coche son numerosas, y sin embargo,
ahí estamos, pasando frío, mojándonos e intentando mantenernos con
todos los huesos intactos.
Os presentamos el número 6 de la revista Pont Grup con el título de
“Locura”. El tema con una relación más obvia con las motocicletas
de todos los que hemos tenido hasta ahora. Viajes, carreras, pruebas,
personajes e historias divertidas, porque la cordura es apacible, pero la
locura es mucho más divertida.
Chano Coronil
DIRECTOR
EDITORIAL
¿LOCURA?
BUENO, ESO DEPENDE
DEL PARABRISAS
CON EL QUE SE MIRE
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M
i primo tenía el álbum de cromos de Evel
Knivel y yo estaba absolutamente fascinado
con ello. Knivel era un tío con aspecto de Elvis
que saltaba distancias increíbles en moto. Me
gustaba tanto que intenté emularle volando en bici sobre
el estanque de mi tío Eugenio. Ésa fue la primera vez que
me rompí un hueso y la última que intenté locuras sobre
dos ruedas.
Evel Knivel fue el primer especialista en moto que tuvo
repercusión internacional ya que sus acrobacias, dignas
de alguien que no tenía todas las tuercas en su sitio, eran
televisadas en todo el mundo. Durante más de diez años
intentó todo tipo de peripecias. Pero por lo que se hizo
realmente famoso fue por sus arriesgados saltos. Cada uno
más difícil que el anterior y siempre jugando cara a cara
con la muerte.
Durante una entrevista en la NBC en 1973 aseguraba:
“(…) no es verdad que me haya roto todos los huesos de mi
cuerpo, sólo me he roto 35…”. Knivel tenía tanto hierro en su
esqueleto como en su moto y había estado en coma varias
veces.
No sé qué es lo que me atrapaba tanto de ese personaje.
Quizás era su aspecto de súper héroe, enfundado en aquél
mono blanco con brillantes estrellas y aquella capita roja.
¡Deverascreíaqueleayudabaavolar!Quizáserasuelegante
bastón de puño dorado, aunque seguramente era aquella
Harley Davidson con su nombre escrito en el depósito
sobre la que parecía capaz de saltarlo absolutamente todo.
Ahora es muy normal ver decenas de vídeos de saltos y
acrobacias alucinantes en moto. No le quito mérito pero
las motos en las que lo hacen pesan menos de 100kg,
tienen 50CV y unas suspensiones infinitas. Evel Knivel
lo hacía con una Triumph Bonneville T120, una Laverda
LocosprofesionalesPOR Carlos de Javier
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American Eagle 750cc y sobretodo con una
Harley Davidson XR750 de serie. Motos
pesadas y con suspensiones que no estaban
diseñadas para eso ni de lejos. De hecho,
muchos de los accidentes sucedieron porque
los amortiguadores no soportaban el terrible
impacto al caer sobre la rampa y Evel salía
despedido de los estribos. Una cosa es hacer un
caballito y otra es volar más de cuarenta metros
por encima de catorce autobuses Greyhound
con una Harley de ciento cuarenta kg.
Los saltos eran más o menos siempre iguales:
una rampa de salto y una de caída. Entre ellas,
diferentes distancias y obstáculos. Durante su
carrera voló sobre trece camiones de reparto
de Pepsi, dieciséis Chevrolet, trece Cadillac, las
fuentes del Caesars Palace de Las Vegas (donde
casi se mata), dieciséis tiburones vivos (donde
casi se mata otra vez llevándose por delante
a un cámara) y muchas otras locuras. Pero su
momento cumbre, el de mayor esplendor y
también insensatez fue la tentativa de salto del
Snake River Canyon enTwin Falls,Idaho.Saltar
en moto los trescientos metros que separan las
dos laderas del cañón era del todo imposible,
así que Evel contactó con una empresa de
Chicago que construía cohetes para diseñar una
moto con la potencia suficiente para hacerlo.
Dough Malewiki diseñó el primer prototipo, el
Skycycle X-1, una moto-cohete que acabó en el
fondo del río. El experimento casi le arruina, ya
que a los elevados gastos de construcción tuvo
que añadir la compra de una ladera del cañón
para poder lanzarlo. Siete años más tarde,
después de muchos saltos y casi matarse varias
veces ya tenía listo el Skycycle X-2. Un artefacto
que no era ni de lejos, perfecto. De hecho tenía
muchos números para fallar y caer al río otra
vez pero no tenía más dinero para prototipos.
Así que volvió al Snake River Canyon decidido
a saltarlo. Como el propietario de la parcela del
otro lado del cañón no le permitía aterrizar en
su terreno, Knivel le replicó en directo por la
NBC minutos antes de saltar: “ya soy un hombre
muerto, así que haré el salto y si caigo en tus tierras,
dispárame si quieres, pero voy a saltar”.
Obviamente la moto-cohete falló estrepitosa-
mente aunque él salió milagrosamente ileso,
Durante su carrera,
Evel voló sobre 13
camiones de reparto
de Pepsi, 16 Chevrolet,
13 Cadillac, las fuentes
del Caesars Palace de
Las Vegas, 16 tiburones
vivos y el intento de
salto sobre el Snake
River Canyon.
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“El fútbol es duro,
el rodeo es duro,
pero la hierba y la
arena son blandas.
Tío, caer a 120mph
sobre asfalto… éso
sí que es realmente
duro”.
Evel Knivel
durante un programa en ESPN.
apenas con unos rasguños. Knivel no fue el
único que intentó saltar un río ya que muchos
años antes, en 1920, lo intentó Putt Mossman
(pionero de los especialistas en moto) en una
Indian tetracilíndrica. Otro que había perdido
algún tornillo. El bueno de Putt, tenía un show
itinerante que consistía en prenderse fuego a lo
bonzo y aterrizar en un río. Una noche la moto
no arrancó y Mossman se frió como un pollo.
Estuvo cuatro meses hospitalizado con que-
maduras de tercer grado por todo el cuerpo, no
obstante repitió el número por todo el país.
“El fútbol es duro, el rodeo es duro, pero la hierba
y la arena son blandas. Tío, caer a 120mph sobre
asfalto… Eso sí que es realmente duro” dijo
durante un programa especial en ESPN. Evel
Knivel se retiró después de romperse los dos
brazos y quedar conmocionado intentando
saltar un acuario lleno de tiburones en 1977.
Quizás aquél tremendo golpe en la cabeza le
hizo reflexionar.
Aquel verano en el que me rompí el brazo no
dejé de pensar (sudando y soportando el yeso
mientras mis primos de bañaban en la piscina)
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en cuáles debían ser las motivaciones del
hombre bala para intentar aquellas insensateces
que desafiaban una y otra vez a la muerte. Me
preguntaba qué pasaba por su cerebro cuando
decidió que iba a dedicar su vida a intentar saltos
imposibles en moto. Cada vez que me dolía el
brazo pensaba en si Evel sentía el dolor o no.
Si tenía miedo a caerse y quedar malherido,
postrado en una cama para siempre. Porque yo
sí lo tenía, y mucho. Entonces resolví que estaba
loco. Que alguien en su sano juicio no podía
planear con tanto detalle y precisión algo tan
peligroso arriesgando su vida porque eso sólo lo
hacía alguien que estaba como una cabra. Evel
Knivel era un loco profesional.
Ahora, cuando me aburro en mi despacho, me
acuerdo a menudo de Evel Knivel y pienso
en que seguramente para alguien cuya vida
consistía en segregar adrenalina enfundado en
una especie de traje de Elvis de cuero blanco
con estrellas y saltar diecinueve coches a lomos
de una Harley, debía ser una locura trabajar de
nueve a cinco encerrado en una oficina durante
toda la vida. Creo que, al fin y al cabo, cada cuál
es libre para escoger su locura ¿no?
... para alguien cuya
vida consistía en saltar
diecinueve coches a
lomos de una Harley,
debía ser una locura
trabajar de 9am a
5pm encerrado en
una oficina durante
toda la vida.
Creo que, al fin y al
cabo, cada cuál es
libre para escoger su
locura ¿no?
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adonde
la locura
te lleve
POR Miguel Roig
C
uando aún era adolescente un amigo
un poco mayor que yo apareció
montado en una Kawasaki 1300.
Para los años setenta en una ciudad
argentina del interior era mucho más de lo
que podía caber en nuestros sueños: fantasías
pobladas por iracundos Hells Angels que se
movían, tan lejos de nosotros, frente a la lengua
burlona de Mick Jagger. Más de una vez tuve
en mis manos esa moto y recuerdo que cruzaba
un viaducto que se elevaba por encima de una
interminable secuencia de vías del ferrocarril
y miraba hacia el este, la dirección donde se
levantaba el perfil de la ciudad sembrado de
edificios, y sentía el vértigo de la fuga, la potente
certeza de arrancarle al espacio su inmovilidad
y de apoderarme del tiempo que se sometía al
capricho de la mano en el acelerador.
Cuando años después leí que Jean-Luc Godard
había soltado aquello de que el travelling es
una decisión moral, yo recordé esa escena y
lo comprendí. ¿No tiene acaso la adolescencia
una mirada moral? Esa moral choca de frente
con lo establecido y ese orden se llama “edad
del pavo” porque llamarla edad de la locura no
entra en sus planes: tiene la esperanza de que
ese adolescente díscolo entre rápidamente a la
organizada vida civil.
Los locos quedan afuera; los outsiders ya no
son recuperables, como los Hells Angels. O
como Horacio Quiroga. ¿Conocen a Horacio
Quiroga? ¿No? Pues, les sugiero que no se lo
pierdan. Era un escritor de finales del siglo
diecinueve que ni bien arrancó el veinte se subía
a una Harley-Davidson y cubría los trescientos
No todos tenemos
la voluntad
autodestructiva del
Chico de la Moto,
por eso nadie
se resigna a aparcar
su moto aunque
muchos días
no sepa uno adonde ir.
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kilómetros que separan Buenos Aires de la
ciudad de Rosario para visitar a una amante. Sus
biógrafos aseguran que se empecinaba en buscar
accidentes en el terreno para desafiarlos en una
ruta que por entonces –la segunda década del
siglo pasado– tenía un asfalto de cartón, pozos
por doquier y zonas anegadas, entre otros
sortilegios viales. Quiroga, que se inspiró en
Poe y el gótico para escribir cuentos en los
que no está ausente lo fantástico, el mundo
de las sombras e incluso los vampiros, nació
en Montevideo, vivió en Buenos Aires, París y
en la selva misionera, junto a las cataratas del
Iguazú. Allí también llevó su Harley y, aunque
cuesta imaginarlo, uno puede verlo lanzado
por senderos selváticos haciendo caso omiso –
De arriba a abajo y de izquierda a derecha: Horacio sobre su Harley; retrato de Horacio Quiroga; y la Harley del escritor en su casa-museo.
mejor: disfrutando– de las ramas y las hojas que
fustigaban su cuerpo y a la máquina. Además de
escritor, Quiroga fue fotógrafo, agricultor, juez
de paz, diplomático, intentó fabricar carbón, se
casó varias veces, fue partero de sus primeros
hijos e incluso se ocupó de su educación. Fue
todo lo que quiso ser, a toda hora, en todo lugar.
¿No es eso a lo que se aspira en la adolescencia?
A todo. La crisis de contingencia llega cuando
se asume que no se puede ser todo y se aparca
la moto. Y la locura. Quiroga no aparcó jamás
su Harley y era una época en la que no había
caminos. Él se empeñó en hacerlos.
Johnny Strabler, El Chico de la Moto (The
Motorcycle Boy) y Rusty Jones están movidos
Ten fe ciega,
no en tu capacidad
para el triunfo,
sino en el ardor
con que lo deseas.
Horacio Quiroga
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por ese mismo impulso. Johnny Strambler es
el jefe de una banda de moteros, los BMRC
(Black Rebel Motorcycle Club) que arriba de
una Triumph cruza California irrumpiendo
con violencia en los pueblos y enfrentándose
a otras bandas. Marlon Brando es Johnny y
la película, como saben, es Salvaje (The Wilde
One). El Chico de la Moto es Mickey Rourke
y Rusty Jones, su hermano menor en el filme,
Matt Dillon. Aquí se llamó La Ley de la Calle,
pero su título original es Rumble Fish, el nombre
de unos pececillos de colores que hay que
mantener en acuarios separados porque, como
las bandas, al juntarse se pelean. Esta película
es de los ochenta, otra obra maestra de Francis
Ford Coppola, en blanco y negro, desde la cual
Although it looks like a Triumph motorcycle, Motorcycle Boy (Mickey Rourke) in fact rides a similarly-styled 1981 Kawasaki 440 LTD
twin cylinder motorcycle.
el maestro conversa con Salvaje a la que le lleva
treinta años.
Si tienen frescas algunas imágenes en la
memoria recordarán a Johnny, el joven Brando,
encerrado en un personaje que, a pesar del
contexto violento, quiere salir de ese mundo, el
del orden, en el que no sabe cómo entró ni por
dónde se puede escapar. Cuando la única chica
que logra detenerlo un instante le pregunta
adonde va, Johnny le responde: “Cuando sales
no vas a ningún sitio. Simplemente vas”. El
Chico de la Moto, el rey, según reza en los
muros de los suburbios (The motorcycle boy
reigns), regresa a su ciudad y aparca su Laverda.
Su hermano, Rusty Jones, vive bajo su influjo y,
Cuando sales,
no vas
a ningún sitio.
Johnny Strabler
Simplemente,
vas.
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La ley de la calle; DVD http://cine.fnac.es/a205272/La-ley-de-la-calle-sin-especificar
Salvaje; Blu-Ray http://cine.fnac.es/a899938/Salvaje-Formato-Blu-Ray-sin-especificar
Easy Rider: Buscando mi Destino; DVD, Blu-Ray http://busqueda.fnac.es/Search/SearchResult.aspx?SCat=4!1&Search=easy+rider
%3A+buscando+mi+destino&sft=1
Cuento de amor, de locura y de muerte; Horacio Quiroga http://www.casadellibro.com/libro-cuentos-de-amor-de-locura-y-de-
muerte/9788441426665/1818662
Cuentos; Horacio Quiroga http://www.casadellibro.com/libro-cuentos/9788437609591/297357
Rusty James (Matt Dillon) -un adolescente cuyo prestigio en las calles ha crecido bajo la sombra de la legendaria reputación de su hermano
mayor, el enigmático y carismático «Chico de la Moto» (Mickey Rourke)-, sueña con ser como su hermano y volver a la época donde las
pandillas lo eran todo y donde el «Chico de la Moto» reinaba.
como Johnny tres décadas atrás, se enfrenta con
otras bandas en escenas parecidas. Rusty Jones
no tiene moto aún, heredará la de su hermano,
quien deja reinar ya que muere al toparse con las
fuerzas del orden.La película termina con Rusty
Jones viendo amanecer montado en la Laverda.
No sabe adónde irá. Simplemente irá, siguiendo
el mismo destino que buscaba Johnny. Coppola
agrega en la película una cita que no se puede
omitir: el padre de los hermanos es Dennis
Hooper, el jinete que montaba una Chopper
en Busco mi destino (Easy Rider) a finales de
los sesenta, en medio de estas dos películas; en
medio del camino a ninguna parte y a todas.
Es difícil aparcar la adolescencia tan cercana a la
locura. Pero al final se cede. No todos tenemos
el nervio vital de seres como Horacio Quiroga
ni la voluntad autodestructiva de Johnny o del
Chico de la Moto. Tal vez será por eso nadie se
resigna a aparcar su moto aunque muchos días
no sepa uno adonde ir.
Es dificil aparcar
la adolescencia
tan cercana
a la locura.
Pero al final
se cede.
Miguel Roig
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LA VESPA VOLADORA
Al césped de los campos de fútbol suele caer de
todo, desde cabezas de cerdo hasta hamburguesas
medio masticadas. Pero el premio al objeto más
surrealista jamás lanzado desde la grada de un
campo de fútbol se lo lleva sin duda alguna la
Vespa que cinco aficionados del Inter de Milán
lanzaron en mayo de 2001 desde la segunda
gradería a la grada inferior de San Siro durante
un Inter-Atalanta de la liga italiana. ¿Pero cómo
lograron los radicales del Inter colar una Vespa
en el campo? A piezas. Uno no sabe si admirarles
la burrez o el espíritu emprendedor, porque eso
de ponerse a montar una moto en los lavabos del
estadio requiere mucho tesón: al César lo que es
del César. Lo bueno: que sólo hubo un herido
-la moto- y un damnificado -el propietario de
la moto robada, un aficionado del Atalanta-. La
moto, por cierto, fue durante unos meses uno de
los objetos estrella de la exposición itinerante
Pasión en las gradas de Obra Social Caja Madrid.
Pero ¿cómo lograron
los radicales del Inter
colar una Vespa en el
campo?
A piezas.
Uno no sabe si
admirarles la
burrez o el espíritu
emprendedor.
EN REALIDAD EL TITULAR EXAGERA,
PERO INCLUIR EN ÉL LA PALABRA
«SEXO» PARA CONDUCIRTE HASTA
ESTAS LÍNEAS HABRÍA SIDO
AÚN MÁS RASTRERO. A FIN DE
CUENTAS, NO PARECE DEMASIADO
DIFÍCIL LIGAR EL CONCEPTO
«LOCURA» CON EL MUNDO DEL
MOTOCICLISMO, ¿CIERTO? ERROR.
EN UN MUNDO EN EL QUE LO RARO
ES LA NORMA Y EN EL QUE TODOS
LOS FRIKIS DISFRUTAN YA DE SUS
QUINCE MINUTOS DE FAMA, DAR
CON UN PUÑADO DE NOTICIAS QUE
SE ELEVEN POR ENCIMA DEL NIVEL
HABITUAL DE SURREALISMO DEL
SIGLO XXI SE ANTOJA UNA TAREA
TITÁNICA. ¿POR DÓNDE EMPEZAR A
BUSCAR? OBVIO: POR EL FÚTBOL.
POR Cristian Campos
VESPAS QUE VUELAN
Y HARLEYS QUE NAUFRAGAN:
LOS SUCESOS MÁS BIZARROS
JAMÁS PROTAGONIZADOS
POR UNA MOTO
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LA MOTO INODORO
La frase «m****a de moto» adquirió un nuevo
significado cuando se presentó en público
la moto experimental diseñada por la marca
japonesa de inodoros Toto. Porque la Toilet
Bike Neo funciona, literalmente, con biogás.
Biogás obtenido a partir del procesamiento de
-lo ha adivinado, querido lector- excrementos
animales. Lo cierto es que la Toilet Bike
Neo puede ser la moto más ecológica jamás
fabricada, pero también es sin duda alguna la
más horrenda. Aunque, bien visto, también
tiene sus ventajas colaterales: dada una urgencia
súbita,el inodoro que la marcaToto ha instalado
en lugar del tradicional asiento de espuma
evita tener que parar en los peores lavabos de
las peores gasolineras del país. De hecho, evita
tener que parar, punto. Peor es llevar pañales,
como los pilotos del rally Dakar. Lo del rollo
de papel higiénico gigante a modo de bandera
flameante no parece, eso sí, muy buena idea. Y
por si se lo está preguntando, la respuesta es
“no”: Toto no produce comercialmente la Toilet
Bike Neo. Una pena.
EL NINJA DE LA MOTO
El pasado 28 de enero, Taylor Smith conducía
su Triumph Daytona 675 de 2011 por las calles
de San Francisco cuando un cager -el término
despectivo que muchos motoristas utilizan
para describir a los conductores de coche- lo
embistió lateralmente tras saltarse un semáforo
en rojo. La cámara que Smith llevaba en el casco
grabó el accidente y el resultado es uno de los
vídeos en primera persona más espectaculares
de internet: Smith vuela por los aires en lo que
parece un triple salto mortal, pero aterriza de
pie en medio del cruce, sano y salvo aunque
dolorido y, es de suponer, dando gracias al cielo
por ser el beneficiario de uno de los milagros
del día. En gimnasia artística eso sería un 10.
El vídeo puede encontrarse en Youtube con el
nombre “The death of my D675 and birth of my
Ninja skills: Idiot cager blows red light”. Es decir
“La muerte de mi D675 y el nacimiento de mis
habilidades como ninja: un cager idiota se come
un semáforo en rojo”.
Arriba, a la izquierda, la moto inodoro de Toto en todo su
esplendor. Aunque parezca increíble,Toto no comercializa la Toilet
Bike Neo. Abajo, un frame del increíble vídeo “The death of my
D675 and birth of my Ninja skills: Idiot cager blows red light”.
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¿ES UNA MOTO O UN PAVO REAL?
Hablemos de geoestrategia. La frontera que
separa la India de Pakistán es una de las más
volátiles del planeta y candidata clara a chispa-
que-haga-estallar-la-Tercera-Guerra-Mundial.
Quizá por eso el cuerpo militar que se ocupa
de su control, el BSF (Border Security Force),
es considerado desde todos los puntos de vista
una fuerza de élite similar a los Navy Seal
estadounidenses. Pero los miembros de la
BSF no están en este artículo por su habilidad
para aniquilar al prójimo, sino por un motivo
ligeramente más llamativo. La Border Security
Force no cuenta con una banda de música
como otros cuerpos militares similares, sino con
los Janbaz o Dare Devils indios, un grupo de
motociclistas acrobáticos que suelen actuar en
fechas señaladas -como el Día de la República
India- y frente a dignatarios internacionales.
Búsquenlos en Youtube. Si tienen suerte,
podrán ver la acrobacia llamada «el pavo real»,
en la que siete aguerridos soldados de pelo
en pecho se suben a una misma motocicleta
vestidos con los colores más macarrónicos jamás
imaginados y se despliegan en abanico mientras
el más afortunado de ellos se calza un casco con
un pavo real de plástico a modo de cuerno. Hay
que verlo para creerlo.
LA MOTO DE DIOS
Si Dios no fuera omnipresente y omnipotente,
¿qué moto escogería para desplazarse de un
rincón a otro del Universo? Difícil saberlo
y nada más lejos de nuestra voluntad que
desatar una nueva guerra teológica entre
fundamentalistas de una y otra marca. Lo que
sí sabemos es cuál es la moto escogida por sus
portavoces en la tierra: la Harley-Davidson. O
al menos es ésa la marca que mejor ha sabido
explotar los intríngulis del marketing logrando
que dos Papas, el actual -Francisco- y su
predecesor -Benedicto XVI-, firmen tres de
sus motocicletas. La primera de ellas, firmada
por Francisco, fue subastada hace un año por
275.551 dólares. La segunda, firmada por
Benedicto XVI, un Papa con bastante menos
tirón mediático que el argentino, fue subastada
hace pocas semanas por apenas 52.651 dólares.
La tercera, también firmada por Benedicto
XVI, puede verse en el museo de la marca en
Milwaukee. Amén.
Arriba, la izquierda, el BSF el Día de la República India. Abajo,
detalle de la Harley firmada por el actual Papa Francisco.
CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA
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LA MOTO NÁUFRAGA
Y continuamos con la marca Harley-Davidson,
que parece producir más noticias delirantes
en un sólo año que el resto de marcas en toda
su vida. En 2012, una FXSTB Softail Night
Train de 2004 apareció, oxidada aunque
perfectamente reconocible, en el interior de un
container en las costas de la Columbia Británica,
en Canadá. La matrícula era japonesa. Su
descubridor, Peter Mark, rastreó al propietario
de la moto y lo encontró pocos días después.
Al parecer, la moto había sido arrastrada por
el tsunami que un año antes había arrasado
las costas del noroeste de Japón y acabado
con la vida de más de 15.000 personas. La
moto, que atravesó los 7.000 kilómetros de
Océano Pacífico que separan Japón de Canadá,
pertenecía a Ikuo Yokoyama. Harley-Davidson
le ofreció a Yokoyama restaurar su moto pero él
prefirió que esta fuera exhibida, tal cual había
sido encontrada, en el museo de la marca. Y si
eso no es el mejor anuncio que jamás podría
haber soñado Harley-Davidson, que venga
Dios y lo vea.
SIEMPRE HAY UN ROTO PARA UN
DESCOSIDO
Motos experimentales las hay a docenas, pero
prácticamente todas ellas son reconocibles como
tales. Es decir como motos. Pero la BOXX,
fabricada por la empresa de Portland del mismo
nombre (boxxcorp.com), es más bien el eslabón
perdido a medio camino evolutivo de una maleta
con ruedas y una moto convencional. Porque
eso es lo que parece la BOXX: una maleta. Sólo
que con manillar, ruedas y asiento. La BOXX
mide poco menos de un metro de largo, alcanza
una velocidad máxima de 56 km/h y tiene una
autonomía -es eléctrica- de aproximadamente
129 kilómetros por carga. ¿Su precio? Unos
4.000 dólares americanos. De hecho, Honda
ya fabricó una moto-maleta en 1981 con un
concepto similar y que se vendió durante un
par de años, la Motocompo, ahora objeto de
coleccionismo. Otro tema muy diferente es si
quieres ser visto subido encima de una maleta
con ruedas, pero ése es ya otro cantar.
A la izquierda, la Harley-Davidson que fue arrastrada desde las
costas de Japón hasta Canadá por el tsunamí que arrasó Hokkaido
el 11 marzo de 2011. Abajo, la moto experimental BOXX.
LA MOTO CON CONTROL REMOTO
INCORPORADO
Reconozcámoslo: a todos nos gusta un buen
vídeo de Youtube. ¿Y qué debe tener un
vídeo de Youtube para ser considerado como
“bueno”? 1. Debe durar aproximadamente un
minuto. 2. Debe poder ser comprendido sin
necesidad de demasiada reflexión hasta por un
niño de cuatro años. 3. Debe ser perfectamente
banal, irrelevante e intrascendente. 4. Debe ser
gracioso. 5. Tras su visionado, debe provocarte
esa desagradable sensación de pérdida absurda
de tiempo que te conduce a replantearte toda
tu vida con pensamientos depresivos como
“¿qué hago perdiendo el tiempo con estas
mentecateces cuando debería estar trabajando
para pagarle el colegio a mis hijos?”. El vídeo
“Motorcycle Garage Door Opener” cumple todos
los requisitos antes mencionados. No cambiará
tu vida, no lleva a ningún lado, no sirve para
nada, ni siquiera puede ser calificado como
uno de los mejores vídeos de internet y podrías
seguir viviendo perfectamente si no supieras de
su existencia. Pero ahora mismo vas a coger tu
móvil, abrir Youtube y buscarlo porque es EL
VÍDEO DEFINITIVO SOBRE MOTOS
Y SEXO. Y una vez visto el vídeo, piensa en
lo irónico de la situación: la moto del vídeo
incorpora un control remoto con una finalidad
muy concreta, pero este pequeño texto también
incorpora uno. Un control remoto que ha
logrado que tú, apreciado lector, hayas hecho lo
que yo quería. ¿Puedo terminar el texto con un
emoticono? ;)
;)
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Nunca me dio miedo, aunque a muchos de
los críos del pueblo les intimidaba y a los más
pequeños los aterrorizaba. Pero los mayores,
los padres, nunca lo vieron como una amenaza.
Tampoco las autoridades. Todo lo contrario,
era aceptado por casi todos, sobre todo por los
golfos de la plaza y por los viejos que hacían
la ronda de los vinos y le seguían el juego, ya
bastante entonados de cosechero. Todos ellos
se iban a casa con sus falsas multas en los
bolsillos, que cada noche inspeccionaban sus
parientas. O eso imagino yo ahora, pasados
tantos años.
Mini
POR Iván Reguera
d
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L
o llamaban Marcelino. Alguien, a saber
quién y cuándo, le había puesto ese
nombre cuando Ricardo Puerto Revilla,
que es como se llamaba y se apellidaba,
decidió ser guardia de tráfico. Y decidió hacerlo
sobre una Ducati Mini Marcelino. De ahí el
rebautizo. Su Mini Marcelino la conocía todo
el maldito pueblo. 28 kg. de peso, suspensión
delantera invertida, ruedas de cuatro pulgadas y
con frenos de disco, escape bajo el motor, arranque
a pedal, faro redondo...
A Ricardo un día se le cruzaron los cables y decidió
dedicarse por entero a su única gran pasión:
recorrer las calles del pueblo con su ruidosa Ducati
y poner multas a destajo, a diestro y siniestro.
Estaba loco, ¿qué esperaban? Eso se supone que
hacen los locos. No se le ocurrió mejor profesión
que ésa, ningún ideal más alto que aquél. Darle al
pedal, acelerar y poner multas como un poseso era
su gran sueño. Y lo cumplió. Vaya que si lo hizo.
Recuerdo especialmente una de las multas que me
puso. Yo salía de mis clases de judo, que detestaba
con toda mi alma. Iba vestido con el pesado y
áspero kimono, que odiaba todavía más que las
clases, y caminaba por la carretera, hacia mi casa.
Al día siguiente tenía examen de Latín y no había
estudiado nada. Marcelino aparcó su moto con
una velocidad casi sobrenatural y se dirigió a mí
con su blanco casco de juguete y su libreta de
bolsillo Scribe en la mano.
−	Déjame en paz, Marcelino. Hoy no estoy para
bromas.
− Tienes que ir por la acera, ¡no por carretera!
Le seguí el juego, como hacíamos todos.
− No me he dado cuenta, tío.
−	Por la carretera los coches, por la acera las
personas.
− Se dice peatones.
− ¡Por burlarte 200 pesetas más!
− Abusón.
Garabateó un “300 ptas” de mala manera, estampó
su firma con un bolígrafo Bic verde, arrancó la
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página y me la entregó con admirable diligencia.
− Y que no vuelva a pasar, ¿eh?
− Vale, pero te has pasado un poco.
− Circula. Venga, ¡arreando!
Deberían haberle visto.Se metió su minilibreta en
el bolsillo derecho de su vieja chaqueta de franela,
se sentó en su minimoto y arrancó orgulloso y
desafiante. Aquella moto podía parecer de juguete
por su tamaño, pero de juguete no tenía nada.
Cómo aceleraba la condenada, ¡y qué velocidades
alcanzaba para semejante trasto! Hasta los 40
llegaba a coger ese abrelatas.
Tras esa multa vinieron más. Si hubiese tenido
que pagar aquellas amonestaciones de atrezzo, la
cifra se hubiese acercado, fácilmente, al cuarto de
millón de pesetas.
Muchos pueblos de España tienen sus propios
locos, sus Marcelinos. Los pueblerinos suelen
aceptarlos como uno más, pero con el plus que
lleva el español de nacimiento: la crueldad. Se
ríen de él y con él, todo junto, una mezcla insana
pero no del todo brutal. Los locos de pueblo, a los
que todo el mundo conoce, entretienen, animan,
calman la tensión cuando existe. Los locos de
ciudad, en cambio, sólo tienen tres opciones:
matarse, acabar encerrados o hacerse ricos, como
Andy Warhol. El libro más famoso salido de
España está protagonizado por un loco. Por algo
será.
Marcelino jamás faltaba a cualquiera de los
festejos que une a todo pueblo que se precie, a los
actos que les recuerdan que son pueblo, grupo o
colectividad, como se suele decir en las películas
americanas. Nunca se perdía, con su Mini
Marcelino, las procesiones de Semana Santa y su
Cristo agonizante, los carnavales y sus inocentes
y pactadas irreverencias, las cabalgatas de Reyes o
el desfile de carrozas de las fiestas patronales. En
todas ellas circulaba él orgulloso con su moto y se
dedicaba a amonestar a los niños que se saltaban
las vallas de obra que separaban a los espectadores
de los desfiles. También ponía multas a destajo a
sus padres, que las aceptaban sin rechistar y con
una sonrisa de oreja a oreja. En ningún lugar del
planeta ha puesto nadie una sonrisa al recibir una
multa, sólo en el mío. Y si era absolutamente
desorbitada les hacía todavía más gracia. Las
miradas estupefactas de los visitantes que venían
a ver las procesiones y festejos al pueblo eran para
verlas. Un poema.
Marcelino unía a los lugareños porque con él se
reían juntos. Los más estirados, como el hijo de
la dueña de la papelería y presunto cronista local,
decían que nos mofábamos de él, pero yo creo que
no. En fin, el eterno dilema español. Eso es algo
que debe juzgar cada uno, y sobre todo los que lo
conocimos. No sabría explicar si el sentimiento
del pueblo hacia Marcelino era más de afecto que
de piedad.
Una noche, el pobre Marcelino multó a quien
no tenía que multar. Y no me refiero a un policía
de verdad, que también los había multado para
mayor descojono del pueblo. No, esta vez fue a los
malos, a dos moteros macarras, dos “robamotos”,
que es como llamábamos a aquellos quinquis. No
les hizo ni puta gracia Marcelino, le estamparon
su libreta en la cara, le partieron el labio de una
hostia, le dieron una brutal patada en los cojones
y se llevaron su moto, que cabía en una maleta
grande. Pero no se crean que él se amedrentó.
Cuando se le pasó el dolor de huevos, se levantó y
los siguió corriendo hasta que desaparecieron por
la gasolinera, en la entrada del pueblo.
El veterano jefe de policía, Clemente, le ayudó a
buscarla y a hacer la correspondiente denuncia,
pero no hubo nada que hacer. Ni rastro de la
Ducati.
A partir de entonces, Marcelino empezó a vagar
por las aceras del pueblo sin su casco de juguete
en la cabeza y sin su libreta Scribe en la mano.
Su mirada estaba en otra galaxia. A la gente le
daba una pena enorme verle así, aunque algunos
pocos se animaron a hablarle y hasta denunciaron
de coña a un vecino para que Marcelino fuese a
por él, a ponerle una multa. Él se lo agradecía
y lo hacía raudo y veloz, pero ya sin la misma
diligencia y porte que antes. Sin la misma mirada.
Más bien arrastrando los pies y recordando su
moto, sus macizas ruedas, sus frenos de disco,
Muchos pueblos de España
tienen sus propios locos, sus
Marcelinos. Los pueblerinos
suelen aceptarlos como
uno más, pero con el plus
que lleva el español de
nacimiento: la crueldad.
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todos los momentos de libertad, de control sobre
aquel cacharro del demonio.
Gracias a la iniciativa del agente Clemente y
de Berna, el dueño del estanco, se organizó
una colecta para comprarle otra Marcelino a
Marcelino. No tardaron ni tres semanas en reunir
todoeldineronecesarioparahacerseconunaMini
Marcelino Súper, con un bastidor más robusto,
un depósito algo más grande, sillín redondeado,
motor potenciado, caja de herramientas en lateral
derecho del bastidor, nuevo carburador, cambio
automático, faro más luminoso... Pesaba algo más:
30 kg.
Los críos del pueblo vimos con tremenda envidia
aquel regalo, que entregaron en uno de los garajes
del Ayuntamiento. No podíamos creer que a
aquel chiflado, a aquel descerebrado, lleno de tics
y medio tartamudo, le regalaran esa moto que
era perfecta para nuestro tamaño. De hecho, las
burlas de muchos de nosotros, los chavales, se
acrecentaron por culpa de aquella envidia.
Macelino recibió la moto con ropas viejas pero
bien planchadas, arreglado y repeinado, con su
casco de juguete bajo su sobaco derecho. El viejo
Clemente y Berna, acompañados por algunos
de los vecinos que habían aportado dinero para
la colecta, entre ellos los viejos borrachines
de la ronda de vinos, condujeron una sencilla
ceremonia. Primero habló Clemente y luego
Berna.
−	Amigo Marcelino, tenemos el honor de
entregarte esta nueva moto, con su casco
incluido, para que hagas cumplir la ley como lo
has hecho, y tan diligentemente, en los últimos
años.
− ¡Gracias por los servicios prestados, agente
Marcelino!
Los asistentes aplaudieron, Marcelino dejó su
casco de juguete en el suelo, se colocó el nuevo, se
aseguró de tener su libreta en el bolsillo, montó en
la nueva y reluciente Ducati, arrancó y se dirigió,
feliz, a combatir a los infractores. Todos volvimos
a ser asados a multas y regañados por Marcelino.
Todo volvió a la normalidad.
Pero nuestra particular normalidad no duró
demasiado. Un año más tarde, hubo otro acto
solemne, otro homenaje. Clemente se jubilaba
después de treinta años en el cuerpo y en el
pueblo. La distinción se la dio el alcalde y entre
los asistentes estaba el que sería su sustituto, el
nuevo jefe de policía. Era un joven robusto, de
pelo negro como el betún, ojos pequeños y
recelosos y nacido y crecido en Asturias. No supo
hacerse con la simpatía del pueblo. No fue capaz.
Más que nada porque él no era nada simpático.
Más bien retraído, osco, desagradable, borde.
Mala gente. Sólo en cuestión de semanas, tuvo
problemas con muchos chavales del pueblo, con
los comerciantes y con los pescadores, pero se
cebó especialmente con Marcelino. No le entraba
en la cabeza que aquel tarado mental se pasease
por el pueblo poniendo multas falsas y montando
en una moto que, aunque pequeña, podía ser
peligrosa.
El nuevo se obsesionó con Marcelino. Indagó en
su pasado, en su vida junto a su madre y hasta
en su informe psiquiátrico. Marcelino sufría
esquizofrenia desorganizada, de ahí su lenguaje
y comportamiento desorganizados y su fijación
con el orden y las multas. Pero no le hicieron
falta sus antecedentes psiquiátricos para cazarlo.
Fue más fácil, mucho más sencillo: Marcelino no
tenía carné de conducir. Ni siquiera el carné más
sencillo, el de ciclomotor. Cuentan en la comarca
que el nuevo no se podía creer que durante tantos
años Clemente y su ayudante, incluso las fuerzas
vivas del pueblo, hubiesen dejado a un loco
conducir ese trasto, y encima sin poseer ningún
permiso. Lo cazó en cuestión de días. Le prohibió
volver a montar y habló con su madre para que
no volviese a suceder nunca más lo de las multas.
No volví a ver a Marcelino por el pueblo. Ni yo,
ni nadie. Desapareció. Acabaron internándolo.
Desconozco su diagnóstico, nunca lo pregunté.
Aunque supongo que murió de una cosa muy
común. De tristeza.
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MOTOR
Monocilíndrico 2T / fabricado
por Ducati, eje del cilindro
inclinado 25º hacia delante
respecto a la vertical
Cilindrada: 47,63 cc
Diámetro x Carrera: 38 mm
x 42 mm.
Potencia máxima: 1,8 CV
5800 rpm
Refrigeración: forzada en
carcasa mediante aletas de
disipación en cilindro y culata
Cámara de combustión de
casquete esférico
Cilindro de fundición especial
al níquel
Biela de acero especial con
rodamientos de rodillos en el
eje de la cabeza, y casquillo de
bronce en el pie (eje del pistón)
Pistón convexo BORGO de
aleación ligera especial con
faldón de una sola pieza y dos
aros de compresión
Culata fundida en aleación
ligera y finamente aletada
DISTRIBUCIÓN
Por lumbreras de transferencia
ELECTRICIDAD
Encendido: Se efectúa por
volante magnético del tipo de
inductor giratorio
Avance: Fijo, equivalente a
15º ± 18º
Tensión / Potencia: 6V
Bujía: Bosch W225 T1 /
Champion L 85
El juego de abertura entre los
contactos del ruptor es de 0,3 ±
0,4mm.
CARBURADOR
La alimentación del carburador
se obtiene por gravedad
Dell´Orto tipo SHA 14-12
Difusor: 12 mm.
Surtido máximo: 55
El depósito de combustible es
de fibra de vidrio o metálico,
su capacidad es de 2,5 litros, la
reserva es de 0,5 litros
EMBRAGUE
Automático centrífugo por
medio del aceite contenido en el
cárter motor
Lubricación: aceite en cárter
300 cc SAE 30
El nivel exacto puede ser
controlado mediante la
oportuna varilla incorporada
en el tapón de entrada del
aceite que está montado en la
tapa del lado del embrague, éste
control se efectúa introduciendo
simplemente el tapón en su
alojamiento y observando la
indicación
REFRIGERACIÓN
Tanto el cilindro como la culata,
están ampliamente aletados
para permitir la refrigeración
del motor
ARRANQUE
Por pedales con engranajes
siempre en contacto y
acoplamiento por trinquete
frontal
CAMBIO
Automático / (Tres velocidades
a petición)
TRANSMISIÓN
Primaria: Mediante engranajes
helicoidales
Secundaria: por cadena de
rodillos
Piñón / Corona: 15 Z / 21 Z
BASTIDOR
Tubo de acero
Nº serie: Situado en la parte
frontal de la tija
Carrocería: Metálica
DEPÓSITO
2,5 litros / 0,5 litros en reserva
SUSPENSIONES
Del: Horquilla telescópica
Tras: Rígida a bastidor
FRENOS
Discos en las dos ruedas
NEUMÁTICOS:
Las llantas son de chapa embutida
Delantero y trasero Pirelli o similar
4,00 - 4 esculpidos
Presión de inflado: 1,25 kg / cm²
delantero y 1,25 kg / cm² trasero.
PESO
27 Kg. con el tanque lleno.
VELOCOCIDAD MÁXIMA
40 Km/h.
AÑO DE FABRICACIÓN
1969-1970
UNIDADES
Aproximadamente 2.500 unidades
(entre los dos modelos)
DUCATI MOTOTRANS MINI MARCELLINO
PRIMERA SERIE • 1969-1970
CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS
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DENNIS HOPPER
EL MOTORISTA ETERNO
QUE SE BAJÓ DE LA MOTO
Y SE VOLVIÓ LOCO
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“Estaba rodeado de
groupies y acólitos. Podría
haber iniciado por sí solo
la resbaladiza pendiente
hacia la megalomanía y la
grandilocuencia, pero tenía
un montón de ayuda”.
Peter Biskind
C
uando uno piensa en un motorista que
haya producido un terremoto cultural,
la imagen del Dennis Hopper de Easy
Rider irrumpe con fuerza.
Y cuando uno piensa un personaje público
cuyo comportamiento haya sido consistente
y entusiásticamente lo más cercano a la
percepción común de locura, ahí tenemos
de nuevo a Dennis Hopper, todavía con más
fuerza.
Cuesta imaginarnos hoy lo que supuso Easy
Rider en su momento.
Estrenada en 1969, recaudó sólo en Estados
Unidos más de 41 millones de dólares, cuando
únicamente había costado alrededor de 400.000
(es decir, ingresos de un 10.250% más que
su coste). Lo cual es sólo una muestra del
impacto social que causó la historia de esos dos
motoristas, interpretados por Dennis Hopper
y Peter Fonda, que recorrían América en moto
para acudir al festival del Mardi Gras, viaje que
se financiaban con tráfico de cocaína.
Fue un hito de la contracultura americana del
momento y se convirtió de inmediato en punto
de referencia de toda una generación. Básica-
mente, porque reflejó (si bien exageradamente)
la nueva realidad vital de un nuevo grupo de
personas.
Tal vez la descripción más adecuada de la razón
de ese impacto la dio el propio Dennis Hopper,
en uno de sus momentos de lucidez: “Nadie
se había visto a sí mismo retratado en el cine
hasta entonces. Por todo el país la gente fumaba
hierba y tomaba LSD, pero como público
seguían viendo a Doris Day y Rock Hudson”.
Hopper digirió mal la fama que acompañó al
descomunal éxito de Easy Rider. En realidad, la
digirió muy mal. Podría decirse que fue bajarse
de la moto y empezar a trastornarse.
POR Javi Carro
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Hopper digirió mal la
fama que acompañó al
descomunal éxito de Easy
Rider. En realidad, la digirió
muy mal. Podría decirse
que fue bajarse de la moto y
empezar a trastornarse.
De él escribió en 1998 Peter Biskind en su
libro Easy Riders, Raging Bulls: “Estaba rodeado
de groupies y acólitos. Podría haber iniciado
por sí solo la resbaladiza pendiente hacia la
megalomanía y la grandilocuencia, pero tenía
un montón de ayuda”.
Y entre esa ayuda, las drogas y el alcohol no
faltaron en cantidades sobrehumanas.
El propio Hopper lo explicaba así en una
entrevista, años después: “Me metía al día
medio galón [casi 2 litros] de ron, 28 cervezas
y 3 gramos de cocaína. Y eso no era para
colocarme, sino para seguir adelante, tío”.
Durante cerca de 15 años, y con esa dieta
habitual como combustible, Hopper fue
con mucha diferencia la figura pública cuyo
comportamiento reflejaba mejor la definición
común de locura.
En una ocasión, aprovechando un rodaje en
Texas, realizó en una solitaria carretera del
interior el Russian death chair act. Frente a una
pequeña multitud de amigos y curiosos, Hopper
se sentó en una silla que estaba colocada sobre
6 cartuchos de dinamita. Y los hizo explotar.
Un periodista presente escribió que “durante
un sencillo y eterno instante, parecía el Coyote,
chafado por su propio petardo”. (Existe un
vídeo en YouTube que recoge el evento y a
Hopper saliendo entre el humo dando alaridos
y hablando luego en un tono que, digámoslo así,
no es precisamente muy normal).
Durante otro rodaje en México, se escapó
desnudo hacia la jungla en mitad de la noche.
Él lo contaba así: “Estaba convencido de que
alguien estaba escuchando mi mente y de que
mis amigos estaban siendo gaseados”. La policía
mexicana lo encontró masturbándose con un
árbol mientras les decía “Soy una galaxia”.
Lo metieron en un avión de vuelta a Estados
Unidos. Y dentro de él, Hopper creyó que
estaba actuando en una película dirigida por
Coppola y Wenders en la que el guión le exigía
que se escapara de la policía que lo escoltaba. Le
pareció ver una señal de acción para empezar
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En el imaginario colectivo,
Hopper será siempre el
motorista de Easy Rider
que a lomos de su Harley
recorría Estados Unidos en
un viaje de absoluta libertad.
En la vida real, y durante
muchos años, fue lo más
parecido a un loco que
podemos imaginar.
a rodar y abrió la puerta del avión y empezó
a gatear sobre el ala. Hopper comentó años
después: “Si hiciera eso hoy en día, seguro que
me pegarían un tiro”.
Estuvo casado varias veces, siempre
tormentosamente. La segunda de ellas con
Michelle Phillips, vocalista de The Mamas and
The Papas. El matrimonio duró exactamente 8
días.Y fue un auténtico desastre, gracias, claro, a
Hopper (“Sabes que tu matrimonio no empieza
bien cuando tu nueva esposa te pregunta:
¿Has considerado suicidarte?”). Hopper la
mantuvo encerrada en casa y atada con unas
esposas para que no se escapara, según parece
porque pensaba que era una bruja, mientras se
entretenía disparando un arma por la vivienda.
Así recordaba él mismo ese matrimonio: “Los
primeros siete días fueron bastante buenos. El
octavo fue el malo”.
En el imaginario colectivo,Hopper será siempre
el motorista de Easy Rider que a lomos de su
Harley recorría Estados Unidos en un viaje de
absoluta libertad.
En la vida real, y durante muchos años, fue lo
más parecido a un loco que podemos imaginar.
Aunque, tal vez, sólo estaba buscando en la vida
real, y de manera extrema, el mismo sentimiento
de absoluta libertad que disfrutó en la película a
lomos de su Harley.
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CADA AÑO, MILES DE MOTORISTAS
DESAFÍAN AL SENTIDO COMÚN
Y A LAS INCLEMENCIAS
METEOROLÓGICAS PARA DISFRUTAR
A SU MANERA DE LAS DURAS Y
EXIGENTES CONCENTRACIONES
INVERNALES.
POR Raúl Romojaro
M
iro a través de la ventana. Una luminosidad especial en este
atardecer reclama mi atención, porque una copiosa nevada
tiñe de blanco cada rincón del paisaje invernal. Llegó la
anunciada ola de frío polar y sólo puedo recrearme en lo
calentito que está ahora uno en casa, el mejor plan posible… ¿o no?
Porquemientrasquemeregocijoenlacomodidaddelhogar,enesemismo
instante miles de motoristas desafían al General Invierno y regresan a
sus lugares de origen desde Tordesillas, en la fría meseta castellana. Han
disfrutado, sí disfrutado, de Motauros, una concentración invernal que
este año ha acaparado un protagonismo inusitado tras la suspensión de
Pingüinos,la más famosa de España y una de las más populares también
de Europa entre las de su estilo. Desde hace más de tres décadas, con
el único paréntesis forzoso de este 2015, la provincia de Valladolid ha
acogido a motoristas llegados desde todo el país (y también de fuera de
él) que acuden a un evento desafiando al sentido común, a la lógica…
Permanecer en nuestra zona de confort pasa por evitar riesgos
innecesarios, situaciones desagradables, incluso calamidades… Justo
lo que buscan los moteros que dan sentido a estas concentraciones
invernales, duras y hostiles pero capaces de enganchar a esos entusiastas
que repiten la experiencia año tras año. Unos llegan por carretera en sus
grandes máquinas ruteras, otros hacen su viaje por caminos en motos
trail, algunos van incluso más allá cubriendo cientos de kilómetros en
ciclomotor… Llegan al centro de España desde Cantabría, Andalucía,
Levante, Cataluña, Asturias, Galicia, en solitario o acompañados, todos
soportando el rigor invernal y las complicaciones de unas carreteras en
condiciones bastante delicadas. ¿Es locura o pasión por la moto? ¿Son
las dos cosas lo mismo?
Porque el desafío no termina con el propio viaje,que por supuesto tendrá
el de retorno quizá igual de exigente o incluso más. En Pingüinos, o en
Motauros este año o en Elefantes para aquéllos que viajan a la legendaria
concentración europea, la convivencia es el motor de esta maravillosa
quimera y eso significa vivir con intensidad el fin de semana en las zonas
de acampada. Así que el cobijo de esa frágil tienda, suficiente ropa de
abrigo, una buena fogata y, sobre todo, el calor de los compañeros para
combatir temperaturas casi siempre bajo cero (salvo algunos años que se
han mostrado más benignos) e incluso las nevadas.
Parece que no hay nada que no pueda neutralizar un caldo caliente, una
buena carne a la parrilla, la música de los conciertos o una copa cuando
la moto está ya aparcada hasta el día siguiente. Pero sobre todo y muy
especialmente, el reencuentro con viejos camaradas. Compañeros de
ruta y afición que, en muchas ocasiones, tan sólo se ven de año en año
reunidos por la concentración,un par de días que esperan durante meses
y que da sentido a la superación de tantas dificultades como las que se
pueden encontrar.Sufrir para disfrutar no es una locura,es una forma de
entender la vida que va más allá de la comprensión de la mayoría.
¿QUIÉN ESTÁ MÁS LOCO,
EL TIEMPO O NOSOTROS?
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“ES UNA LOCURA
Y DEBERÍA ESTAR PROHIBIDO,
PERO POR SUERTE
NO LO ESTÁ”
POR Chano Coronil
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Doctor: Desde 1907 más de 245 personas
han fallecido en el TT ¿Por qué no
participas en carreras en circuito
permanente?
Paciente:	No tendría tanto éxito.
Doctor:	¿Por?
Paciente:	Creo que tengo más huevos que
talento.
Doctor:	 ¿Nunca piensas en los accidentes?
Paciente:	Bueno, si no te estrellas, es que no lo
estás intentando suficiente.
Doctor:	 Entiendo, dime ¿te gusta vivir?
Paciente:	Claro, a quién no, cuando tuve el
accidente durante el TT del 2010…
la sensación de que todo iba mal y
que no iba a poder controlar la moto
a unos 200 K/h fue insuperable. Ése
EL DOCTOR OBSERVA AL PACIENTE SENTADO EN EL SOFÁ. LLEVA YA
UNOS MINUTOS CON ÉL, Y NO TIENE CLARO SI ESTÁ LOCO DE VERDAD O
SIMPLEMENTE ES UN ADICTO A LA ADRENALINA.
fue un subidón auténtico. Esos pocos
momentos entre estar en control de
lo que estaba pasando, y chocar y casi
matarme… fueron súper intensos. Esa
sensación de peligro. Ese sentimiento
no se puede comprar con dinero.
Doctor:	 ¿Crees que ese “subidón”, como tú le
llamas, justifica todo esto?
Paciente:	Es que si las carreras fueran seguras,
todo el mundo correría.
Doctor:	 Háblame de tu familia, de tus padres.
Paciente:	Soy un miembro de la familia Dunlop.
Correr es lo que hacemos en mi
familia. Mi padre y mi tío corrían,
ambos murieron en accidente. 36 horas
después de la muerte de mi padre, gané
la carrera para la que él también estaba
entrenando. Mi hermano también
corre.
“Tienes que entrar en
una dimensión diferente,
porque es algo increíble.
Hay tres o cuatro puntos
durante la vuelta que
son realmente de locos.
Simplemente debes pilotar
la moto sin pensar, porque
si algo fuera mal…
Je, je, je”.
Valentino Rossi.
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	 ¿Ahora es cuando hablamos de cómo
todas estas muertes me hacen sentir?
Doctor:	 Para eso estamos aquí.
Paciente:	Murió haciendo lo que amaba. Es
mejor que morir a los 52 después
de sufrir durante ocho meses como
Barry Sheene. Tienes que vivir la vida
mientras puedes.
Doctor:	¿Tú también quieres morir en un
circuito?
Paciente:	No, claro que no. Siempre me digo a
mí mismo voy a esforzarme por estar
a mi nivel y cuando estoy a ese nivel,
eso es todo, no voy a ir más rápido.
Quizás desde fuera pueda parecer una
locura, la gente piensa que somos unos
lunáticos, pero cuando vas en la moto,
sólamente estás montando en moto,
haciendo lo que sabes hacer bien.
Doctor:	 Ganaste 26 veces en Manx.
Paciente:	Bueno ahora, con el tiempo en realidad
no fue nada, sólo lo que había que
hacer en aquel momento.
Doctor:	¿Y después de ganar? Hablemos de
cómo te sientes.
Paciente: ¿Sabes esa sensación de cuando te vas
a matar y no te matas?
Doctor:	 En realidad, no.
Paciente:	No, claro que no lo sabes. El TT es
peligroso, claro que lo es, pero ésa es
la razón por la que lo hago. Todos los
años muere gente, pero nadie les obliga
a venir, ¿no es cierto?
“Hay una cosa en común
en todos los pilotos que
corren el TT y es que
tienen mirada de locos”.
Valentino Rossi,
curiosa y paradójicamente
apodado El Doctor.
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Doctor:	 ¿Crees que los demás pilotos piensan lo
mismo?
Paciente:	El TT es un lugar peligroso, y si sigues
viniendo las posibilidades aumentan
hasta que eventualmente, tienes todas
las papeletas.
Doctor:	 ¿En qué piensas los días antes de las
carreras?
Paciente:	Disfruto con la idea de que tengo que
hacer las cosas bien mientras corro. Si
te equivocas,eso es todo.Estoy muerto.
Doctor:	Que muchas federaciones, entre ella
la española, hayan prohibido a sus
pilotos participar en la prueba, ¿no te
hace replantearte las cosas? Pensar que
puede que estés haciendo algo que no
deberías hacer.
Paciente:	No especialmente. Está prohibido
porque lo dice un decreto que emitió la
Federación Española tras la muerte de
Santiago Herrero en 1970.
Doctor:	 Por eso.
Paciente:	No, en realidad, no. Sólo que tengo que
participar con licencia británica. Es
una lástima no poder hacerlo con la de
mi país.
Doctor:	 Supongo que sí. También hay muchos
pilotos que se han negado a correr
en el TT. Desde el 76 está fuera del
Campeonato del Mundo.
Paciente:	Sí, es una pena. Sería estupendo ver a
pilotos del Mundial corriendo con los
testículos metidos hacia dentro como
los tigres.
Doctor:	 Sinceramente, ¿no crees que el TT es
una locura?
Paciente:	Puede que sí, pero no estaría mal si
tuviéramos más lugares como la Isla de
Man, donde la locura es una tradición.
Doctor:	 Puede que sí, desde luego sería bueno
para mi negocio.
*Este diálogo entre
un psiquiatra y
un paciente es
inventado, pero
todas las respuestas
que da el paciente
son reales y han
sido recopiladas de
entrevistas a pilotos
del TT.
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DOS GIGANTESCOS RODILLOS
DE COLORES ZUMBAN A MÍ
ALREDEDOR, SOLAMENTE EL
RUIDO QUE PRODUCEN AL GIRAR
IMPONE UN GRAN RESPETO.
EL AGUA BROTA DE REPENTE
CON GRAN ESTRUENDO. UNA
MEZCLA DE JABÓN Y ESPUMA
COMIENZA A CAER SOBRE MÍ
Y SOBRE LA MOTO EN LA QUE
ESTOY MONTADO. EN POCOS
SEGUNDOS ESTOY EMPAPADO
DE ARRIBA ABAJO. CHORROS
DE AGUA Y ESPUMA CAEN POR
LA VISERA DEL CASCO. AFIANZO
LOS PIES CONTRA EL SUELO
SUJETANDO LA MOTO CON
FUERZA, SÉ QUE EL MOMENTO
DEL PRIMER CONTACTO ESTA
CERCA Y MI CORAZÓN LATE CON
FUERZA. ES EN ESTOS INSTANTES
CUANDO PIENSAS SI FUE UNA
BUENA IDEA. HASTA AHORA
TODO HA SIDO ILUSIONANTE
Y DIVERTIDO. PLANEAR LA
PRUEBA, IMAGINÁRTELA, BUSCAR
EL LUGAR ADECUADO, RECLUTAR
UN BUEN EQUIPO QUE TE AYUDE
A LLEVARLA A CABO, PERO, ¿QUÉ
DEMONIOS HAGO YO SUBIDO
EN UNA MOTO DENTRO DE UN
TÚNEL DE LAVADO?
¿QUÉ DEMONIOS
HAGO SUBIDO
EN UNA MOTO
DENTRO DE
UN TÚNEL
DE LAVADO?
POR Albi Albarrán
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A
hora ya no hay vuelta atrás,los rodillos
se aproximan extendiendo todo su
colorido. Sólo pienso en que los
detectores fotoeléctricos que indican a
lamáquinahastadondetienequellegar,haganbien
su trabajo. El primer contacto lo noto al instante
en el casco. La presión del rodillo te hace mover
la cabeza, pero lo que realmente impresiona es el
ruido que se produce al golpear el casco.Enseguida
te acostumbras e instintivamente tratas de relajarte
pero cuando los rodillos avanzan por las piernas
y se abren para llegar a la zona de los brazos,
recuerdas que estás haciendo algo que puede ser
peligroso y aprietas con fuerza el manillar para
contrarrestar la presión que ejercen los rodillos. No
quisiera desaparecer engullido por estos rodillos.
De nuevo volvemos a la misma pregunta. ¿Qué
hago dentro de un túnel de lavado subido en
una moto? Y analizándolo con calma, creo que
realmente es el mismo punto de locura que me
ha llevado a meterme en una cámara frigorífica a
14 grados bajo cero con ropa interior térmica de
moto, o a colgar todo mi peso de un viga sujeto
simplemente por la argolla de seguridad de un
casco, o incluso a clavar más de cinco tornillos
en una rueda y circular con ella comprobando
que no pierde aire. Efectivamente ya os habréis
dado cuenta, que aburrido de ver siempre las
mismas pruebas de motos y productos de la moto,
con idénticas estructuras, comentarios e incluso
contenidos. Movido por el afán de realizar algo
diferente y sobre todo divertido a la hora de probar
productos para la moto, me ha llevado a vivir
situaciones y experiencias cuanto menos hilarantes,
con ese punto de locura que no puede faltar. Por
lo tanto, si para probar la impermeabilización de
una cazadora de moto con un nuevo producto
que ha salido al mercado hay que meterse en un
túnel de lavado con moto incluida, no hay ningún
problema.
Si para probar la
impermeabilización
de una cazadora
de moto hay que
meterse en un túnel
de lavado con moto
incluida, no hay
ningún problema.
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¿Quién me mandará
meterme en estos
berenjenales?
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Del mismo modo que permanecer dentro en
una cámara frigorífica a 14 grados bajo cero
simplemente vestido con la ropa interior térmica
casco y guantes no es la manera clásica de probar
este tipo de prendas para el motorista, pero sí os
puedo asegurar que es una de las experiencias en
las que he podido notar cómo poco a poco se va
escapando de tu cuerpo cada grado centígrado
de calor, mientras toman tu temperatura con
un termómetro de pistola y el fotógrafo ya no
sabe qué hacer para que su equipo funcione
correctamente y no se empañen sus objetivos.
Circular en pleno invierno en moto simplemente
con esa misma ropa térmica ya me había parecido
una pequeña locura no exenta de digamos cierto
“fresquito”, pero meterse en esa cámara frigorífica
fue ya el remate de la prueba.
En otras ocasiones, al realizar alguna que
otra loca prueba como colgarse de la argolla
antirrobo de un casco atado a una viga, me lleva
Circular en pleno
invierno en moto
vestido con la ropa
interior térmica,
casco y guantes ya
me había parecido
una pequeña locura
no exenta de cierto
“fresquito”...
... meterse en una
cámara frigorífica a
-14°C fue el remate
de la prueba.
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a la misma pregunta que al principio. Da igual
la manera en que la formulemos, el contenido
es el mismo ¿Quién me mandará meterme en
estos berenjenales? Realmente, estoy seguro de
que no es la manera más ortodoxa de conocer
la resistencia de este antirrobo. Pero seguro que
colgarse de él y del casco, fue una de las pruebas
de producto más divertidas que he protagonizado.
Y qué os puedo contar sobre la sensación de estar
suspendido en el aire sólo sujeto por el casco,
sin saber si el sistema antirrobo cederá y acabará
con tus huesos en el suelo. Éste es otro de esos
momentos que permanecerá en la memoria
durante mucho tiempo.
Pequeñas locuras para llevar al extremo la
resistencia de productos para la moto y el
motorista, y así dejaremos descansar a la región
de Samarcanda que ya está llena de aventureros
viajando en solitario con su moto por el mundo.
Colgarse de un casco
no es la manera más
ortodoxa de conocer
la resistencia de un
antirrobo...
... pero seguro
que fue una de
las pruebas de
producto más
divertidas que he
protagonizado.
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EXISTE UNA DELGADA LÍNEA
ENTRE LA HEROICIDAD Y LA
LOCURA QUE EN EL MUNDIAL DE
MOTOGP HA GENERADO MUCHO
DEBATE CON SITUACIONES COMO
LA DE LORENZO EN HOLANDA 2013,
CUANDO CORRIÓ SÓLO 35 HORAS
DESPUÉS DE SER INTERVENIDO, EN
BARCELONA, DE UNA CLAVÍCULA.
SIN EMBARGO, DESDE MEDIADOS
DEL CURSO PASADO EL CÓDIGO
MÉDICO DEL MUNDIAL SE HA
ENDURECIDO PARA EVITAR QUE
LOS PILOTOS PUEDAN REAPARECER
EN CUALQUIER CIRCUNSTANCIA,
LO QUE NO IMPIDE QUE MUCHOS
SIGAN RECORDANDO LO QUE
HIZO EL MALLORQUÍN COMO UNA
AUTÉNTICA EPOPEYA.
UNOS LOCOS
MUY CUERDOS
POR Mela Chércoles
A
menudo se oye decir, generalmente
sin ánimo de ofender, que los pilotos
de motos están locos.Quien lo dice lo
argumenta con topicazos tales como
que de otro modo no se entiende que desafíen las
leyes físicas con tumbadas cada vez más increíbles;
que se caigan y lo primero que hagan sea ir
corriendo a levantar sus máquinas para seguir
dando gas; que vuelen a más de trescientos por
hora; que acorten los tiempos de recuperación de
las lesiones como si no fueran humanos; que si tal
o que si cual... El maestro Nieto odia que se le
comente algo así y responde siempre recalcando
que “en el Mundial de locos nada, porque todo el
que se sube a una moto de gran premio tiene la
cabeza bien amueblada y sabe perfectamente lo
que se trae entre manos y lo que se juega”. Y no
le falta razón, así que para equiparar locura con
valentía, que es lo más justo, valga el chascarrillo
de que los pilotos son unos locos muy cuerdos,
lo que es un contraste o antítesis absolutamente
intencionado, y que no quita para admitir que hay
una delgada línea entre la heroicidad y la locura.
Lorenzo se fracturó
la clavícula izquierda
un jueves en un
espectacular vuelo
a 224 por hora. A
falta de quirófanos
disponibles en Assen,
viajó a Barcelona
donde fue sometido a
una intervención de dos
horas, que acabó a las
cuatro de la madrugada
del viernes. Volvió a
Assen ese mismo día.
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De cuando en cuando hay ejemplos que abren el
debate y el más sonado de los últimos tiempos, sin
duda,corrió a cargo de Jorge Lorenzo en el GP de
Holanda 2013 de MotoGP. La historia suena a
ciencia ficción, pero es real como la vida misma…
El de Yamaha se fracturó la clavícula izquierda el
jueves en un espectacular vuelo a 224 por hora.
Fue trasladado al hospital de Assen y allí mismo
metió prisa para que le operaran rápido, con la
intención de regresar al Gran Premio. Como no
había quirófanos disponibles allí, se organizó todo
para que pudiera viajar a Barcelona y que el doctor
Joaquín Rodríguez le sometiera a una intervención
que arrancó a las dos de la madrugada y terminó
dos horas después, a las cuatro de la madrugada
del viernes. En esa intervención se le fijó la
lesión con una placa y ocho tornillos, algo por
lo que ya había pasado antes un Lorenzo que, al
despertarse, escribió en Twitter que se volvía para
Assen ese mismo día, llegando a La Catedral
a las seis y media de la tarde. Aún le quedaba
pasar un reconocimiento médico en el circuito, a
base de flexiones y otras pruebas de fuerza, que
superó a primera hora de la mañana y en el que se
le daba el ok para salir al warm up. En esa sesión
de veinte minutos ya advirtió de sus intenciones,
porque completó once vueltas, terminó octavo y
buscó ritmo. ¡Asombroso! Quedaba otro trámite
médico previo a la carrera, que también superó,
para arrancar duodécimo en la parrilla y terminar
quinto esa carrera de MotoGP sólo 35 horas
después de ser operado. ¡Brutal!
Aquel día Lorenzo fue un héroe para muchos,
pero también un insensato para otros. La jugada
le salió bien, porque minimizó daños en su pelea
por el título con Márquez y Pedrosa, pero el
destino fue cruel con él, porque en la siguiente
cita,la de Alemania,se volvía a lesionar y allí sí que
causó baja y a la siguiente prueba, la de Laguna
Seca, compareció mermado. Pero todo aquello
no terminó en ese calvario encadenando de tres
carreras, porque un año más tarde, al volver a La
Catedral, el mallorquín firmó una de las peores
actuaciones que se le habían visto y él mismo
Tras superar las
pruebas médicas,
arrancó duodécimo
en la parrilla y
terminó quinto esa
carrera de MotoGP
sólo 35 horas después
de ser operado.
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confesó que había sentido miedo al recordar todo
lo vivido la temporada anterior en ese escenario.
Muy honrado por su parte reconocerlo, sin duda,
y muy humano también.
El propio Lorenzo reconocería más tarde que
no creía que volviera a hacer algo así y, para
evitar la tentación, ya no tendrá opción. Ni él
ni ningún otro piloto del Mundial de MotoGP,
porque mediada la temporada 2014 se instauró
un nuevo Código Médico del Mundial para
evitar heroicidades estilo Lorenzo en Assen. El
7 de agosto de 2014, las escuderías mundialistas
recibieron una circular del IRTA (la asociación de
equipos) con unas modificaciones con las que, a
partir de ese instante, se hacían más severos los
controles médicos.
Las líneas maestras de ese código más duro pasan
porque la decisión y la responsabilidad médica de
los pilotos es competencia del CMO (el médico
local jefe) y es consensuada con el director médico
del campeonato (Michele Macchiagodena) y un
representante médico de la FIM, lo que supone
después de que hayan sido sometidos a anestesia
general, epidural, espinal o local. En caso de
cualquier operación abdominal el periodo de
rehabilitación antes de volver a la competición
debe ser de quince días a un mes.
En el caso de que se sospeche de una conmoción,
el piloto será inmediatamente excluido de la
competición, al menos durante ese día. Antes
de regresar a la competición, el piloto deberá
presentar documentación de que regresa en
condiciones neurofisiológicas normales.
Visto así,parece mucho más serio que lo que había
antes,porque muchos pilotos,sin citar nombres en
este caso, solían contar que la revisión médica era
un pitorreo en épocas pasadas. Y eso ya no pasa.
Así que nada de tomar por locos a estos héroes
de las dos ruedas capaces de soportar el dolor a
un nivel muy superior al que está acostumbrado
el común de los mortales comunes, sabiendo,
además, que de no estar realmente en condiciones
de correr, por ser un peligro para ellos mismos y
para los demás, ya no les dejan.
mayor participación médica que antes. La
evaluación para volver a ser apto para competir
tiene lugar en el centro médico del circuito a las
14:00 del jueves previo al GP, y los pilotos deben
suministrar informes de sus doctores, mostrando
el tratamiento al que han sido sometidos.
Los pilotos deben someterse a un tipo de pruebas
simples y efectivas que confirmen su capacidad
física antes de afrontar una competición. Es
responsabilidad del director médico asegurar
que dichas pruebas requeridas por el CMO son
las mismas para todos los pilotos afectados por
las mismas lesiones. Ejemplos: a) Movilidad
equivalente o superior al 50% del juego articular
de la cadera y rodilla; b) permanecer sobre un pie,
tanto izquierdo como derecho, durante al menos
cinco segundos; c) cubrir una distancia de veinte
metros sin ayuda en un tiempo máximo de 15
segundos; y d) subir y bajar diez escalones en un
máximo de 20 segundos.
No se permite a los pilotos participar en
entrenamientos o carrera al menos 48 horas
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ALPINESTARS MOSTRÓ LOS DATOS
RECOGIDOS POR LOS SENSORES DEL
MONO ALPINESTARS TECH AIR DE JORGE
LORENZO. MEDIANTE ELLOS, SE PODÍA
OBSERVAR EN DETALLE CÓMO FUE SU
CAÍDA.
EN EL GRÁFICO, SE APRECIABA
PERFECTAMENTE CUÁNDO SE PRODUCE
LA PÉRDIDA DE CONTROL DE LA
YAMAHA M1 Y CÓMO POSTERIORMENTE
FUE LANZADO POR LOS AIRES TRAS
0,220 SEGUNDOS DE LUCHA CON LA
MONTURA. EN ESE MISMO INSTANTE,
EL AIRBAG SE DESPLEGABA PARA
PROTEGER A JORGE LORENZO.
TRAS LOS 0,605 SEGUNDOS QUE EL
PILOTO PASÓ EN EL AIRE, EL PRIMER
IMPACTO LO SUFRIÓ SU HOMBRO
IZQUIERDO, EL MÁS DAÑADO EN LA
CAÍDA. POSTERIORMENTE RECIBIÓ
MÚLTIPLES IMPACTOS EN EL HOMBRO
DERECHO, ASÍ COMO EN EL TORSO Y LA
ESPALDA.
DE NUEVO SE DEMOSTRABA QUE
LA EVOLUCIÓN EN LA ROPA DE
PROTECCIÓN DE LOS PILOTOS ES
CONSTANTE Y QUE ESTA MISMA CAÍDA,
AÑOS ATRÁS, SE HUBIESE SALDADO CON
ALGUNA OTRA ROTURA MÁS.
Aquel día Jorge fue un
héroe para muchos,
y un insensato para
otros. El propio
Lorenzo reconocería
que dudaba de volver
a hacer algo así. Ya
no tendrá opción
dado que en 2014 se
instauró un nuevo
Código Médico del
Mundial para evitar
heroicidades estilo
Lorenzo en Assen.
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C
harly, un sietemachos de antología,
me retó a ir en su Vespino “hasta
la esquina y volver”. Y yo, por no
aguantar las bravuconadas con que,
a buen seguro, me mortificaría en caso de
negativa, acepté el reto. Tenía 13 años y era
la primera vez que me subía a una moto, pero
aquello no fue excusa para que, no habiendo
recorrido ni 10 metros, me escurriera con
estrépito de comediante. Más aparatoso que la
caída fue el relato que empecé a orquestar cada
vez que alguien, al verme el brazo escayolado,
preguntaba qué, cuándo, dónde. En los días
que siguieron al trompazo sólo me hizo
temblar el cómo. Así, tras la primera ronda de
explicaciones, inexorablemente escoradas hacia
la prosa de atestado, fui aliñando el suceso con
matices más o menos sensacionalistas y, en
cualquier caso, carentes de maldad. El derrape
de la rueda trasera pasó a ser un choque contra
la cabina telefónica, y de ahí pasé a fabular que,
más que “chocar” contra la cabina, me había
“empotrado” en ella. Con todo, no acababa de
estar satisfecho. Precisaba un elemento que
diera a la narración el vuelo definitivo y, sobre
todo, evitara que el protagonista, o sea yo,
quedara como un tarugo, así que en una de ésas
incluí a una hermosa muchacha que pestañeaba
a mi paso, de suerte que yo, arrobado por su
gesto, no sólo perdía el juicio, sino también el
rumbo. En una versión posterior, la muchacha
no estaba a pie de calle, sino que gritaba mi
nombre desde un balcón, y aún hubo un
postrero desvarío según el cual, al empotrarme
en la cabina, se abría la caja de los dineros y los
viandantes, lejos de interesarse por mi estado,
se hinchaban a coger monedas, y ni siquiera el
hecho de que el cúbito me asomara -yeah- por
el antebrazo frenaba los afanes de la turba. Con
cada una de las firmas que fueron decorando
el yeso, se fue engordando la leyenda, en un
raro hipérbaton por el que, en realidad, quien
suscribía la historia no era yo, sino mis amigos
y conocidos, abajofirmantes de un aventis que
era en verdad el fruto de su credulidad. En
cuanto me quitaron la escayola puse fin a mi
carrera de novelista, pero aún hay días en que
me pregunto qué fue de aquella muchacha que
pestañeó a mi paso, quién sabe si por evitar el
riesgo de saber qué fue de mí.
AVENTIS
DE 95
OCTANOS
POR José María Albert de Paco
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A
Raúl se le han pegado las sábanas y,
para arañarle tiempo al tiempo, se
poneelcascodemotoenelascensor.
Ya en la calle, y mientras corre hacia
el lugar donde tiene su scooter, tropieza, cae de
bruces y se lastima el codo (luego sabrá que se
lo ha fracturado). Una viandante, alertada por
sus gimoteos, se acerca hasta él, mas no acierta
a explicarse por qué no hay moto alguna en las
proximidades. Desconfiada, sigue a lo suyo.
POR José María Albert de Paco
AVENTIS
DE 95 OCTANOS
II
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C
asi todas las noticias que informaron
del suceso llevaban empotrado en
el primer párrafo expresiones como
“lo nunca visto”, “ver para creer”,
“aunque parezca increíble”... Claims, en suma,
que no sólo redoblaban el cáracter insólito de
lo ocurrido; además, lo envolvían en el celofán
de lo prodigioso, como si aquella aberración
tuviera algo de proeza. En el estadio milanés
de San Siro, y cuando el partido entre el Inter
y el Atalanta tocaba a su fin, un grupo de
ultras locales había lanzado una moto desde el
anfiteatro a la grada inferior. En su proverbial
tosquedad, los aficionados al fútbol han llegado
a arrojar a la cancha almohadillas, monedas,
mecheros, una botella de Ballantine’s, la cabeza
de un marrano lechón... Pero, ¿una moto?
¿Cómo diablos se las ingenia uno para entrar
al campo una moto?, me pregunté junto con
media humanidad. En los días sucesivos, leí que
los hinchas interistas habían robado la moto en
los aledaños de San Siro, la habían desmontado
y la habían entrado al graderío por piezas.
También se especuló con la hipótesis de que el
vehículo perteneciera a un empleado del club, y
que estuviera aparcado dentro del recinto.Hubo
quien aseguró que los ultras habían accedido al
graderío con la moto en marcha, a través de una
de las rampas espirales que anillan el estadio.
Sea como sea, el sinnúmero de versiones que
fueron circulando y la truculencia con que se
aliñaron confirieron al motorino estatus de
leyenda. Años después, recaló en Barcelona la
exposición Pasión en las gradas y, atraído por el
título, un remedo de la traducción al español
de Fever on Pitch, me acerqué a verla. La
muestra incluía fotografías pretendidamente
impactantes y objetos alusivos a la demencia
consustancial al fútbol. Entre éstos, había un
ataúd gualdinegro que había mandado hacerse
un hincha del Borussia y la muñeca hinchable
que exhibió la afición del Barça en el regreso de
Figo al Camp Nou.También estaba el motorino,
cuyo asiento acaricié devotamente como si
fuera la mano cercenada del primer Terminator.
POR José María Albert de Paco
AVENTIS
DE 95 OCTANOS
III
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T
e llevé a casa.
Al llegar, te bajaste de la Vespino y
me mostraste el portal por donde te
perderías esa noche y las demás.
- Aquí es.
Y te besé.
Y nos besamos
Y nos besamos de nuevo.
Otra vez.
-	¿Te puedo llamar? Mañana, quiero decir, ¿te
puedo llamar mañana?
-	Pobre de ti que no lo hagas.
Bajé por el Paseo de Fabra i Puig, torcí por
Miquel Ferrà y, al dejar atrás la Plaza Virrei
Amat,tomé la suave pendiente de la Avenida de
Borbón, que a la altura de las cocheras tendía a
pronunciarse y, algo más arriba, a encabritarse.
Tras ese tramo, vendría el descenso hacia
San Antonio: Maragall, Córcega, Pau Claris,
Aragón, Rocafort... Quiso la casualidad que
aquella noche enlazara todos los semáforos
en verde, como si la ciudad se me extinguiera
por detrás al tiempo que me brotaba por
delante. Jamás me había ocurrido nada igual:
cruzar Barcelona de norte a sur sin necesidad
de detenerme hasta llegar a mi destino. Creí
que semejante prodigio era una señal divina,
que mientras mi Vespino y yo fuéramos
empalmando semáforos en verde en el regreso
de tu casa a la mía, tú seguirías a mi lado. Me
entregué con denuedo al objetivo, crucial para
la supervivencia de nuestro amor, de recorrer
aquellos 8 kilómetros de trama urbana sin
pararme en ningún semáforo. Después de
todo, si había sido posible aquella primera
madrugada,por qué no iba a serlo en lo sucesivo.
Al principio todo fue como una seda. Tanto
que, de hecho, resultaba más sencillo completar
el trayecto de corrido que hacerlo con paradas.
Hasta que, llegado un día, los semáforos se
desincronizaron y me vi obligado a más de un
súbito acelerón, a ralentizar la marcha en espera
del cambio de disco, a cruzarlos, ay, en rojo. Se
trataba, dicho queda, de no detenerse, de que
las ruedas de mi Vespino siguieran girando y,
con ellas, siguiera girando el mundo, que para
mí, y por aquel entonces, eras tú. Bueno, tú y mi
Vespino; no en vano, de ella dependía nuestra
dicha; de ella y, a qué negarlo, de mi pericia de
piloto. Con el pasar de los días me convertí en
un consumado experto en el arte de ensartar
semáforos. Es cierto que hubo lances un tanto
extravagantes, como la noche en que hube de
aguardar a que cambiara a verde desplazándome
en círculos, para pasmo de un peatón que por
allí pasaba. Debió de ser por aquellas fechas
cuando empecé a dejarte en casa más temprano
que de costumbre, pues no veía el momento de
darte el beso de despedida, poner en marcha mi
moto y, al abrigo de la luna, salvar lo nuestro.
Comprendo que recelaras, que atribuyeras
mis desatenciones y los níveos extravíos que
comenzaron a apoderarse de mí, a la existencia
de otra mujer. Pero créeme, no había en mis
pensamientos nada que no fueran mi Vespino
y mil ardides para sobrevolar Barcelona. Ya ni
siquiera, en efecto, estabas tú.
POR José María Albert de Paco
AVENTIS
DE 95 OCTANOS
IV
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Semana Santa de 1974. Cuatro descerebrados
de un pequeño pueblo de la provincia de
Barcelona, que empezaban a iniciarse en el
mundo de la moto, planean lo que en esa época
parecía una locura. Quizás lo era.
Armados de espíritu aventurero, de cuatro
capelinas y cuatro “barretines” (en esa época no
era obligatorio ni se estilaba usar casco), deciden
emprender un viaje a lo desconocido. Empiezan
los preparativos, eligiendo el destino. Muchas
propuestas, y al final gana La Capital. El Paseo
de la Castellana es el objetivo.
El vehículo, evidentemente, la moto. Pero no
una moto cualquiera. Había que amplificar la
aventura. Dos Moto Guzzi de 49 c.c., una de
65 c.c. y una de 73 c.c. fueron las elegidas. La
más antigua, de 1954. La más nueva de 1962.
Unas motos en marcha pero sin restaurar. Unas
cajas de madera para guardar algunos recambios
y prendas de abrigo constituían el equipamiento
“pro” necesario para el viaje.
600 KM EN UNA MOTO DE 49CC
ES INCÓMODO,
SI ADEMÁS ES DEL AÑO 62,
ES UNA LOCURA.
POR Ramón Forcada
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S
alida desde el centro de Moià,
con concentración de curiosos y
aficionados, despidiendo a los viajeros
cual marineros rumbo a las Américas.
Buenos deseos, algunas fotos, y hasta la vuelta.
Dirección Lleida, la primera moto dice basta.
No habían transcurrido más de 60 km. Gripaje
habitual en el modelo. No era cuestión de
abandonar tan pronto la aventura y había
que reparar. Fácil. Se desmonta el escape, la
culata, se saca el cilindro y armados de tela
de esmeril bañada en el aceite del propio
cárter se procede a un rectificado manual de
calidad. Afortunadamente la operación no
era complicada, ya que el modelo en cuestión
llevaba admisión al cárter a través del cigüeñal,
con lo que no había que tocar el carburador.
Montaje de nuevo y a correr.
La idea era llegar a Zaragoza la primera noche,
pero no fue posible. El gripaje se repitió y la
reparación también. La pérdida de tiempo
fue tan importante que anocheció antes de
Zaragoza. A dormir en una cabaña abandonada,
y esperar que al día siguiente la mecánica fuese
más benevolente.
El segundo día fue un poco mejor en el tema
mecánico, pero al llegar a Medinaceli una
tormenta de nieve sorprende a los aventureros.
Circular en moto era casi imposible. El
frío aterrador y el estado de la carretera,
peligrosísimo. No queda otra solución, sin
pensar en el abandono, que cargar las motos en
el tren hasta Guadalajara. Allí las condiciones
eran un poco mejores y se pudo llegar hasta
Madrid. Entrada por Avda. de América, y visita
a La Castellana, destino final.
Pero el duende de la mecánica estaba travieso.
Otro problema de motor en pleno centro
de Madrid obliga a poner la rectificadora en
marcha. Esta vez había mejores condiciones
Un banco del Paseo
de la Castellana
resultó perfecto
para extender las
piezas y las pocas
herramientas
necesarias. Un motor
de Guzzi 65 c.c.
desmontado sobre
un banco público
un Sábado Santo
a las cuatro de la
tarde se convirtió
en una atracción
improvisada.
CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA
PÁGINA 69
fue mucho más fácil. Un poco de lluvia, un poco
de hambre, mucho frío y demasiados kms.
fueron los principales inconvenientes. Todo
superable. No había autovía entre Madrid y
Zaragoza. Los vehículos eran lentos y el tráfico
exagerado. La falta de unidad de criterio entre
las diferentes patrullas de la Benemérita se
convirtió en la comidilla de la excursión. Unos
decían que las motos debían circular por el
arcén, para evitar posibles desgracias. Otros que
el arcén era sólo para parada de emergencia y
que había que circular por la calzada. Así hasta
cinco veces, evitando por suerte ser sancionados.
Por suerte o por lástima.
¿Quiénes eran los locos de las Guzzi?. Uno era
yo, otro mi hermano y dos amigos. La aventura
fue notable para le época, sobre todo teniendo
en cuenta la poca o nula información previa
al viaje (no había internet) y la cantidad de
inconsciencia de que hicimos gala.
para trabajar. Un banco del Paseo de la
Castellana resultó perfecto para extender las
piezas y las pocas herramientas necesarias. No
hace falta decir que un motor de Guzzi 65 c.c.
desmontado sobre un banco público en el paseo
más emblemático de la capital de España, un
Sábado Santo a las cuatro de la tarde se convirtió
en una atracción improvisada que congregó a
un importante número de curiosos. Pensar que
había que deshacer el camino recorrido, en las
mismas condiciones, era como una losa. La
locura.
Pero esta vez la reparación fue definitiva. Unos
segmentos con demasiado ajuste producían
los múltiples gripajes padecidos. Había que
aumentar la holgura, pero hacía falta una lima.
Cómo no había, la superficie rugosa del banco
de La Castellana se convirtió en un abrasivo
perfecto para ajustar el cierre de los segmentos.
Lavuelta,conelproblemamecánicosolucionado,
La aventura fue
notable para le
época, sobre todo
teniendo en cuenta
la poca o nula
información previa al
viaje y la cantidad de
inconsciencia de que
hicimos gala.
CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA
PÁGINA 70

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Club pont grup magazine. Issue 6. Locura

  • 1.
  • 2. PÁGINA 2 CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA
  • 3. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 3 Si alguna de estas manchas te ha parecido una moto, ... ... es que estás loco por ellas.
  • 4. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 4www.yamaha-motor.es Move. Live. Love. NUEVA YAMAHA TRICITY 125CC por 3.549€ La nueva Tricity representa un concepto de vehículo urbano completamente nuevo, con un diseño innovador de 3 ruedas que proporciona una estabilidad excepcional en marcha, junto con un excelente aplomo en todo tipo de superficies. Con un ancho de vías reducido en las ruedas delanteras, la Tricity tiene una conducción sencilla y ágil, lo que la convierte en una opción perfecta para moverse con total libertad por la ciudad. PVPrecomendadoválidoenlaRedOficialdeConcesionariosYamahano incluyegastosdegestoríanitasasdetráfico.Lospreciospuedenno corresponderconlasimágenesdelosproductosmostrados. Tricity ¡Pruébala en la red de concesionarios oficiales Yamaha!
  • 5. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 5 AVENTIS UNOS LOCOS MUY CUERDOS 600 KM DE 95 OCTANOS EN UNA MOTO DE 49CC ES INCÓMODO, SI ADEMÁS ES DEL AÑO 62, ES UNA LOCURA. EDITORIAL pág 7 LOCOS PROFESIONALES pág 8 ADONDE LA LOCURA TE LLEVE pág 14 VESPAS QUE VUELAN Y HARLEYS QUE NAUFRAGAN: LOS SUCESOS MÁS BIZARROS JAMÁS PROTAGONIZADOS POR UNA MOTO pág 20 MINI MAD-CELINO pág 26 pág 58 pág 52 pág 66 ES UNA LOCURA ¿QUIÉN ESTÁ MÁS LOCO, Y DEBERÍA ESTAR PROHIBIDO, PERO POR SUERTE NO LO ESTÁ EL TIEMPO O NOSOTROS? pág 38 pág 40 SUMARIO DENNIS HOPPER EL MOTORISTA ETERNO QUE SE BAJÓ DE LA MOTO Y SE VOLVIÓ LOCO ¿QUÉ DEMONIOS pá g 46HAGO SUBIDO EN UNA MOTO DENTRO DE UN TÚNEL DE LAVADO? pág 32
  • 6.
  • 7. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 7 Hace años leí en un comic de JoeBar como dos motoristas, mientras conducían un coche, iban alabando la calefacción y el estéreo del vehículo, hasta que uno de ellos se despierta asustado y desde el asiento de un sidecar grita: ¡He tenido una pesadilla horrible! Hay algo en “el cerebro derretido de un motero” como dice el personaje de Christian Debarre, que no va bien, porque pensándolo con frialdad, las desventajas de la moto frente al coche son numerosas, y sin embargo, ahí estamos, pasando frío, mojándonos e intentando mantenernos con todos los huesos intactos. Os presentamos el número 6 de la revista Pont Grup con el título de “Locura”. El tema con una relación más obvia con las motocicletas de todos los que hemos tenido hasta ahora. Viajes, carreras, pruebas, personajes e historias divertidas, porque la cordura es apacible, pero la locura es mucho más divertida. Chano Coronil DIRECTOR EDITORIAL ¿LOCURA? BUENO, ESO DEPENDE DEL PARABRISAS CON EL QUE SE MIRE
  • 8. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 8 M i primo tenía el álbum de cromos de Evel Knivel y yo estaba absolutamente fascinado con ello. Knivel era un tío con aspecto de Elvis que saltaba distancias increíbles en moto. Me gustaba tanto que intenté emularle volando en bici sobre el estanque de mi tío Eugenio. Ésa fue la primera vez que me rompí un hueso y la última que intenté locuras sobre dos ruedas. Evel Knivel fue el primer especialista en moto que tuvo repercusión internacional ya que sus acrobacias, dignas de alguien que no tenía todas las tuercas en su sitio, eran televisadas en todo el mundo. Durante más de diez años intentó todo tipo de peripecias. Pero por lo que se hizo realmente famoso fue por sus arriesgados saltos. Cada uno más difícil que el anterior y siempre jugando cara a cara con la muerte. Durante una entrevista en la NBC en 1973 aseguraba: “(…) no es verdad que me haya roto todos los huesos de mi cuerpo, sólo me he roto 35…”. Knivel tenía tanto hierro en su esqueleto como en su moto y había estado en coma varias veces. No sé qué es lo que me atrapaba tanto de ese personaje. Quizás era su aspecto de súper héroe, enfundado en aquél mono blanco con brillantes estrellas y aquella capita roja. ¡Deverascreíaqueleayudabaavolar!Quizáserasuelegante bastón de puño dorado, aunque seguramente era aquella Harley Davidson con su nombre escrito en el depósito sobre la que parecía capaz de saltarlo absolutamente todo. Ahora es muy normal ver decenas de vídeos de saltos y acrobacias alucinantes en moto. No le quito mérito pero las motos en las que lo hacen pesan menos de 100kg, tienen 50CV y unas suspensiones infinitas. Evel Knivel lo hacía con una Triumph Bonneville T120, una Laverda LocosprofesionalesPOR Carlos de Javier
  • 9. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 9
  • 10. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 10 American Eagle 750cc y sobretodo con una Harley Davidson XR750 de serie. Motos pesadas y con suspensiones que no estaban diseñadas para eso ni de lejos. De hecho, muchos de los accidentes sucedieron porque los amortiguadores no soportaban el terrible impacto al caer sobre la rampa y Evel salía despedido de los estribos. Una cosa es hacer un caballito y otra es volar más de cuarenta metros por encima de catorce autobuses Greyhound con una Harley de ciento cuarenta kg. Los saltos eran más o menos siempre iguales: una rampa de salto y una de caída. Entre ellas, diferentes distancias y obstáculos. Durante su carrera voló sobre trece camiones de reparto de Pepsi, dieciséis Chevrolet, trece Cadillac, las fuentes del Caesars Palace de Las Vegas (donde casi se mata), dieciséis tiburones vivos (donde casi se mata otra vez llevándose por delante a un cámara) y muchas otras locuras. Pero su momento cumbre, el de mayor esplendor y también insensatez fue la tentativa de salto del Snake River Canyon enTwin Falls,Idaho.Saltar en moto los trescientos metros que separan las dos laderas del cañón era del todo imposible, así que Evel contactó con una empresa de Chicago que construía cohetes para diseñar una moto con la potencia suficiente para hacerlo. Dough Malewiki diseñó el primer prototipo, el Skycycle X-1, una moto-cohete que acabó en el fondo del río. El experimento casi le arruina, ya que a los elevados gastos de construcción tuvo que añadir la compra de una ladera del cañón para poder lanzarlo. Siete años más tarde, después de muchos saltos y casi matarse varias veces ya tenía listo el Skycycle X-2. Un artefacto que no era ni de lejos, perfecto. De hecho tenía muchos números para fallar y caer al río otra vez pero no tenía más dinero para prototipos. Así que volvió al Snake River Canyon decidido a saltarlo. Como el propietario de la parcela del otro lado del cañón no le permitía aterrizar en su terreno, Knivel le replicó en directo por la NBC minutos antes de saltar: “ya soy un hombre muerto, así que haré el salto y si caigo en tus tierras, dispárame si quieres, pero voy a saltar”. Obviamente la moto-cohete falló estrepitosa- mente aunque él salió milagrosamente ileso, Durante su carrera, Evel voló sobre 13 camiones de reparto de Pepsi, 16 Chevrolet, 13 Cadillac, las fuentes del Caesars Palace de Las Vegas, 16 tiburones vivos y el intento de salto sobre el Snake River Canyon.
  • 11. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 11 “El fútbol es duro, el rodeo es duro, pero la hierba y la arena son blandas. Tío, caer a 120mph sobre asfalto… éso sí que es realmente duro”. Evel Knivel durante un programa en ESPN. apenas con unos rasguños. Knivel no fue el único que intentó saltar un río ya que muchos años antes, en 1920, lo intentó Putt Mossman (pionero de los especialistas en moto) en una Indian tetracilíndrica. Otro que había perdido algún tornillo. El bueno de Putt, tenía un show itinerante que consistía en prenderse fuego a lo bonzo y aterrizar en un río. Una noche la moto no arrancó y Mossman se frió como un pollo. Estuvo cuatro meses hospitalizado con que- maduras de tercer grado por todo el cuerpo, no obstante repitió el número por todo el país. “El fútbol es duro, el rodeo es duro, pero la hierba y la arena son blandas. Tío, caer a 120mph sobre asfalto… Eso sí que es realmente duro” dijo durante un programa especial en ESPN. Evel Knivel se retiró después de romperse los dos brazos y quedar conmocionado intentando saltar un acuario lleno de tiburones en 1977. Quizás aquél tremendo golpe en la cabeza le hizo reflexionar. Aquel verano en el que me rompí el brazo no dejé de pensar (sudando y soportando el yeso mientras mis primos de bañaban en la piscina)
  • 12. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 12 en cuáles debían ser las motivaciones del hombre bala para intentar aquellas insensateces que desafiaban una y otra vez a la muerte. Me preguntaba qué pasaba por su cerebro cuando decidió que iba a dedicar su vida a intentar saltos imposibles en moto. Cada vez que me dolía el brazo pensaba en si Evel sentía el dolor o no. Si tenía miedo a caerse y quedar malherido, postrado en una cama para siempre. Porque yo sí lo tenía, y mucho. Entonces resolví que estaba loco. Que alguien en su sano juicio no podía planear con tanto detalle y precisión algo tan peligroso arriesgando su vida porque eso sólo lo hacía alguien que estaba como una cabra. Evel Knivel era un loco profesional. Ahora, cuando me aburro en mi despacho, me acuerdo a menudo de Evel Knivel y pienso en que seguramente para alguien cuya vida consistía en segregar adrenalina enfundado en una especie de traje de Elvis de cuero blanco con estrellas y saltar diecinueve coches a lomos de una Harley, debía ser una locura trabajar de nueve a cinco encerrado en una oficina durante toda la vida. Creo que, al fin y al cabo, cada cuál es libre para escoger su locura ¿no? ... para alguien cuya vida consistía en saltar diecinueve coches a lomos de una Harley, debía ser una locura trabajar de 9am a 5pm encerrado en una oficina durante toda la vida. Creo que, al fin y al cabo, cada cuál es libre para escoger su locura ¿no?
  • 13. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 13 Theillustratedvehiclesmayvaryinselecteddetailsfromtheproductionmodelsandsomeillustrationsfeatureoptionalequipmentavailableatadditionalcost.Photos:R.Schedl,H.Mitterbauer 100% RACING! G R A T I S * * Durante el mes de Diciembre, benefíciate también del seguro GRATIS.Promoción válida hasta el 31.12.2014 www.ktm.es/rc SEGURO VALE LA PENA SER RÁPIDO, Y PODER GANAR 2 ENTRADAS VIP PARA UNA CARRERA DE MOTO GP 2015 Si te compras una RC 125 o RC 390 modelos 2015 antes del 28 de febrero 2015, entrarás en el sorteo de 2 pases VIP para una carrera de MOTO GP en España. Dales un vistazo a los últimos modelos de KTM RC inspirados en las carreras - y ve por ti mismo cómo tres títulos mundiales de Moto3 del fabricante consecutivos se traducen en un rendimiento ligero, compacto y ágil para la carretera. Promoción válida para los modelos RC2015, comprados entre el 01.12.2014 y el 28.02.2015. www.kiska.com
  • 14. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 14
  • 15. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 15 adonde la locura te lleve POR Miguel Roig C uando aún era adolescente un amigo un poco mayor que yo apareció montado en una Kawasaki 1300. Para los años setenta en una ciudad argentina del interior era mucho más de lo que podía caber en nuestros sueños: fantasías pobladas por iracundos Hells Angels que se movían, tan lejos de nosotros, frente a la lengua burlona de Mick Jagger. Más de una vez tuve en mis manos esa moto y recuerdo que cruzaba un viaducto que se elevaba por encima de una interminable secuencia de vías del ferrocarril y miraba hacia el este, la dirección donde se levantaba el perfil de la ciudad sembrado de edificios, y sentía el vértigo de la fuga, la potente certeza de arrancarle al espacio su inmovilidad y de apoderarme del tiempo que se sometía al capricho de la mano en el acelerador. Cuando años después leí que Jean-Luc Godard había soltado aquello de que el travelling es una decisión moral, yo recordé esa escena y lo comprendí. ¿No tiene acaso la adolescencia una mirada moral? Esa moral choca de frente con lo establecido y ese orden se llama “edad del pavo” porque llamarla edad de la locura no entra en sus planes: tiene la esperanza de que ese adolescente díscolo entre rápidamente a la organizada vida civil. Los locos quedan afuera; los outsiders ya no son recuperables, como los Hells Angels. O como Horacio Quiroga. ¿Conocen a Horacio Quiroga? ¿No? Pues, les sugiero que no se lo pierdan. Era un escritor de finales del siglo diecinueve que ni bien arrancó el veinte se subía a una Harley-Davidson y cubría los trescientos No todos tenemos la voluntad autodestructiva del Chico de la Moto, por eso nadie se resigna a aparcar su moto aunque muchos días no sepa uno adonde ir.
  • 16. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 16 kilómetros que separan Buenos Aires de la ciudad de Rosario para visitar a una amante. Sus biógrafos aseguran que se empecinaba en buscar accidentes en el terreno para desafiarlos en una ruta que por entonces –la segunda década del siglo pasado– tenía un asfalto de cartón, pozos por doquier y zonas anegadas, entre otros sortilegios viales. Quiroga, que se inspiró en Poe y el gótico para escribir cuentos en los que no está ausente lo fantástico, el mundo de las sombras e incluso los vampiros, nació en Montevideo, vivió en Buenos Aires, París y en la selva misionera, junto a las cataratas del Iguazú. Allí también llevó su Harley y, aunque cuesta imaginarlo, uno puede verlo lanzado por senderos selváticos haciendo caso omiso – De arriba a abajo y de izquierda a derecha: Horacio sobre su Harley; retrato de Horacio Quiroga; y la Harley del escritor en su casa-museo. mejor: disfrutando– de las ramas y las hojas que fustigaban su cuerpo y a la máquina. Además de escritor, Quiroga fue fotógrafo, agricultor, juez de paz, diplomático, intentó fabricar carbón, se casó varias veces, fue partero de sus primeros hijos e incluso se ocupó de su educación. Fue todo lo que quiso ser, a toda hora, en todo lugar. ¿No es eso a lo que se aspira en la adolescencia? A todo. La crisis de contingencia llega cuando se asume que no se puede ser todo y se aparca la moto. Y la locura. Quiroga no aparcó jamás su Harley y era una época en la que no había caminos. Él se empeñó en hacerlos. Johnny Strabler, El Chico de la Moto (The Motorcycle Boy) y Rusty Jones están movidos Ten fe ciega, no en tu capacidad para el triunfo, sino en el ardor con que lo deseas. Horacio Quiroga
  • 17. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 17 por ese mismo impulso. Johnny Strambler es el jefe de una banda de moteros, los BMRC (Black Rebel Motorcycle Club) que arriba de una Triumph cruza California irrumpiendo con violencia en los pueblos y enfrentándose a otras bandas. Marlon Brando es Johnny y la película, como saben, es Salvaje (The Wilde One). El Chico de la Moto es Mickey Rourke y Rusty Jones, su hermano menor en el filme, Matt Dillon. Aquí se llamó La Ley de la Calle, pero su título original es Rumble Fish, el nombre de unos pececillos de colores que hay que mantener en acuarios separados porque, como las bandas, al juntarse se pelean. Esta película es de los ochenta, otra obra maestra de Francis Ford Coppola, en blanco y negro, desde la cual Although it looks like a Triumph motorcycle, Motorcycle Boy (Mickey Rourke) in fact rides a similarly-styled 1981 Kawasaki 440 LTD twin cylinder motorcycle. el maestro conversa con Salvaje a la que le lleva treinta años. Si tienen frescas algunas imágenes en la memoria recordarán a Johnny, el joven Brando, encerrado en un personaje que, a pesar del contexto violento, quiere salir de ese mundo, el del orden, en el que no sabe cómo entró ni por dónde se puede escapar. Cuando la única chica que logra detenerlo un instante le pregunta adonde va, Johnny le responde: “Cuando sales no vas a ningún sitio. Simplemente vas”. El Chico de la Moto, el rey, según reza en los muros de los suburbios (The motorcycle boy reigns), regresa a su ciudad y aparca su Laverda. Su hermano, Rusty Jones, vive bajo su influjo y, Cuando sales, no vas a ningún sitio. Johnny Strabler Simplemente, vas.
  • 18. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 18 La ley de la calle; DVD http://cine.fnac.es/a205272/La-ley-de-la-calle-sin-especificar Salvaje; Blu-Ray http://cine.fnac.es/a899938/Salvaje-Formato-Blu-Ray-sin-especificar Easy Rider: Buscando mi Destino; DVD, Blu-Ray http://busqueda.fnac.es/Search/SearchResult.aspx?SCat=4!1&Search=easy+rider %3A+buscando+mi+destino&sft=1 Cuento de amor, de locura y de muerte; Horacio Quiroga http://www.casadellibro.com/libro-cuentos-de-amor-de-locura-y-de- muerte/9788441426665/1818662 Cuentos; Horacio Quiroga http://www.casadellibro.com/libro-cuentos/9788437609591/297357 Rusty James (Matt Dillon) -un adolescente cuyo prestigio en las calles ha crecido bajo la sombra de la legendaria reputación de su hermano mayor, el enigmático y carismático «Chico de la Moto» (Mickey Rourke)-, sueña con ser como su hermano y volver a la época donde las pandillas lo eran todo y donde el «Chico de la Moto» reinaba. como Johnny tres décadas atrás, se enfrenta con otras bandas en escenas parecidas. Rusty Jones no tiene moto aún, heredará la de su hermano, quien deja reinar ya que muere al toparse con las fuerzas del orden.La película termina con Rusty Jones viendo amanecer montado en la Laverda. No sabe adónde irá. Simplemente irá, siguiendo el mismo destino que buscaba Johnny. Coppola agrega en la película una cita que no se puede omitir: el padre de los hermanos es Dennis Hooper, el jinete que montaba una Chopper en Busco mi destino (Easy Rider) a finales de los sesenta, en medio de estas dos películas; en medio del camino a ninguna parte y a todas. Es difícil aparcar la adolescencia tan cercana a la locura. Pero al final se cede. No todos tenemos el nervio vital de seres como Horacio Quiroga ni la voluntad autodestructiva de Johnny o del Chico de la Moto. Tal vez será por eso nadie se resigna a aparcar su moto aunque muchos días no sepa uno adonde ir. Es dificil aparcar la adolescencia tan cercana a la locura. Pero al final se cede. Miguel Roig
  • 19. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 19
  • 20. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 20
  • 21. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 21 LA VESPA VOLADORA Al césped de los campos de fútbol suele caer de todo, desde cabezas de cerdo hasta hamburguesas medio masticadas. Pero el premio al objeto más surrealista jamás lanzado desde la grada de un campo de fútbol se lo lleva sin duda alguna la Vespa que cinco aficionados del Inter de Milán lanzaron en mayo de 2001 desde la segunda gradería a la grada inferior de San Siro durante un Inter-Atalanta de la liga italiana. ¿Pero cómo lograron los radicales del Inter colar una Vespa en el campo? A piezas. Uno no sabe si admirarles la burrez o el espíritu emprendedor, porque eso de ponerse a montar una moto en los lavabos del estadio requiere mucho tesón: al César lo que es del César. Lo bueno: que sólo hubo un herido -la moto- y un damnificado -el propietario de la moto robada, un aficionado del Atalanta-. La moto, por cierto, fue durante unos meses uno de los objetos estrella de la exposición itinerante Pasión en las gradas de Obra Social Caja Madrid. Pero ¿cómo lograron los radicales del Inter colar una Vespa en el campo? A piezas. Uno no sabe si admirarles la burrez o el espíritu emprendedor. EN REALIDAD EL TITULAR EXAGERA, PERO INCLUIR EN ÉL LA PALABRA «SEXO» PARA CONDUCIRTE HASTA ESTAS LÍNEAS HABRÍA SIDO AÚN MÁS RASTRERO. A FIN DE CUENTAS, NO PARECE DEMASIADO DIFÍCIL LIGAR EL CONCEPTO «LOCURA» CON EL MUNDO DEL MOTOCICLISMO, ¿CIERTO? ERROR. EN UN MUNDO EN EL QUE LO RARO ES LA NORMA Y EN EL QUE TODOS LOS FRIKIS DISFRUTAN YA DE SUS QUINCE MINUTOS DE FAMA, DAR CON UN PUÑADO DE NOTICIAS QUE SE ELEVEN POR ENCIMA DEL NIVEL HABITUAL DE SURREALISMO DEL SIGLO XXI SE ANTOJA UNA TAREA TITÁNICA. ¿POR DÓNDE EMPEZAR A BUSCAR? OBVIO: POR EL FÚTBOL. POR Cristian Campos VESPAS QUE VUELAN Y HARLEYS QUE NAUFRAGAN: LOS SUCESOS MÁS BIZARROS JAMÁS PROTAGONIZADOS POR UNA MOTO
  • 22. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 22 LA MOTO INODORO La frase «m****a de moto» adquirió un nuevo significado cuando se presentó en público la moto experimental diseñada por la marca japonesa de inodoros Toto. Porque la Toilet Bike Neo funciona, literalmente, con biogás. Biogás obtenido a partir del procesamiento de -lo ha adivinado, querido lector- excrementos animales. Lo cierto es que la Toilet Bike Neo puede ser la moto más ecológica jamás fabricada, pero también es sin duda alguna la más horrenda. Aunque, bien visto, también tiene sus ventajas colaterales: dada una urgencia súbita,el inodoro que la marcaToto ha instalado en lugar del tradicional asiento de espuma evita tener que parar en los peores lavabos de las peores gasolineras del país. De hecho, evita tener que parar, punto. Peor es llevar pañales, como los pilotos del rally Dakar. Lo del rollo de papel higiénico gigante a modo de bandera flameante no parece, eso sí, muy buena idea. Y por si se lo está preguntando, la respuesta es “no”: Toto no produce comercialmente la Toilet Bike Neo. Una pena. EL NINJA DE LA MOTO El pasado 28 de enero, Taylor Smith conducía su Triumph Daytona 675 de 2011 por las calles de San Francisco cuando un cager -el término despectivo que muchos motoristas utilizan para describir a los conductores de coche- lo embistió lateralmente tras saltarse un semáforo en rojo. La cámara que Smith llevaba en el casco grabó el accidente y el resultado es uno de los vídeos en primera persona más espectaculares de internet: Smith vuela por los aires en lo que parece un triple salto mortal, pero aterriza de pie en medio del cruce, sano y salvo aunque dolorido y, es de suponer, dando gracias al cielo por ser el beneficiario de uno de los milagros del día. En gimnasia artística eso sería un 10. El vídeo puede encontrarse en Youtube con el nombre “The death of my D675 and birth of my Ninja skills: Idiot cager blows red light”. Es decir “La muerte de mi D675 y el nacimiento de mis habilidades como ninja: un cager idiota se come un semáforo en rojo”. Arriba, a la izquierda, la moto inodoro de Toto en todo su esplendor. Aunque parezca increíble,Toto no comercializa la Toilet Bike Neo. Abajo, un frame del increíble vídeo “The death of my D675 and birth of my Ninja skills: Idiot cager blows red light”.
  • 23. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 23 ¿ES UNA MOTO O UN PAVO REAL? Hablemos de geoestrategia. La frontera que separa la India de Pakistán es una de las más volátiles del planeta y candidata clara a chispa- que-haga-estallar-la-Tercera-Guerra-Mundial. Quizá por eso el cuerpo militar que se ocupa de su control, el BSF (Border Security Force), es considerado desde todos los puntos de vista una fuerza de élite similar a los Navy Seal estadounidenses. Pero los miembros de la BSF no están en este artículo por su habilidad para aniquilar al prójimo, sino por un motivo ligeramente más llamativo. La Border Security Force no cuenta con una banda de música como otros cuerpos militares similares, sino con los Janbaz o Dare Devils indios, un grupo de motociclistas acrobáticos que suelen actuar en fechas señaladas -como el Día de la República India- y frente a dignatarios internacionales. Búsquenlos en Youtube. Si tienen suerte, podrán ver la acrobacia llamada «el pavo real», en la que siete aguerridos soldados de pelo en pecho se suben a una misma motocicleta vestidos con los colores más macarrónicos jamás imaginados y se despliegan en abanico mientras el más afortunado de ellos se calza un casco con un pavo real de plástico a modo de cuerno. Hay que verlo para creerlo. LA MOTO DE DIOS Si Dios no fuera omnipresente y omnipotente, ¿qué moto escogería para desplazarse de un rincón a otro del Universo? Difícil saberlo y nada más lejos de nuestra voluntad que desatar una nueva guerra teológica entre fundamentalistas de una y otra marca. Lo que sí sabemos es cuál es la moto escogida por sus portavoces en la tierra: la Harley-Davidson. O al menos es ésa la marca que mejor ha sabido explotar los intríngulis del marketing logrando que dos Papas, el actual -Francisco- y su predecesor -Benedicto XVI-, firmen tres de sus motocicletas. La primera de ellas, firmada por Francisco, fue subastada hace un año por 275.551 dólares. La segunda, firmada por Benedicto XVI, un Papa con bastante menos tirón mediático que el argentino, fue subastada hace pocas semanas por apenas 52.651 dólares. La tercera, también firmada por Benedicto XVI, puede verse en el museo de la marca en Milwaukee. Amén. Arriba, la izquierda, el BSF el Día de la República India. Abajo, detalle de la Harley firmada por el actual Papa Francisco.
  • 24. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 24 LA MOTO NÁUFRAGA Y continuamos con la marca Harley-Davidson, que parece producir más noticias delirantes en un sólo año que el resto de marcas en toda su vida. En 2012, una FXSTB Softail Night Train de 2004 apareció, oxidada aunque perfectamente reconocible, en el interior de un container en las costas de la Columbia Británica, en Canadá. La matrícula era japonesa. Su descubridor, Peter Mark, rastreó al propietario de la moto y lo encontró pocos días después. Al parecer, la moto había sido arrastrada por el tsunami que un año antes había arrasado las costas del noroeste de Japón y acabado con la vida de más de 15.000 personas. La moto, que atravesó los 7.000 kilómetros de Océano Pacífico que separan Japón de Canadá, pertenecía a Ikuo Yokoyama. Harley-Davidson le ofreció a Yokoyama restaurar su moto pero él prefirió que esta fuera exhibida, tal cual había sido encontrada, en el museo de la marca. Y si eso no es el mejor anuncio que jamás podría haber soñado Harley-Davidson, que venga Dios y lo vea. SIEMPRE HAY UN ROTO PARA UN DESCOSIDO Motos experimentales las hay a docenas, pero prácticamente todas ellas son reconocibles como tales. Es decir como motos. Pero la BOXX, fabricada por la empresa de Portland del mismo nombre (boxxcorp.com), es más bien el eslabón perdido a medio camino evolutivo de una maleta con ruedas y una moto convencional. Porque eso es lo que parece la BOXX: una maleta. Sólo que con manillar, ruedas y asiento. La BOXX mide poco menos de un metro de largo, alcanza una velocidad máxima de 56 km/h y tiene una autonomía -es eléctrica- de aproximadamente 129 kilómetros por carga. ¿Su precio? Unos 4.000 dólares americanos. De hecho, Honda ya fabricó una moto-maleta en 1981 con un concepto similar y que se vendió durante un par de años, la Motocompo, ahora objeto de coleccionismo. Otro tema muy diferente es si quieres ser visto subido encima de una maleta con ruedas, pero ése es ya otro cantar. A la izquierda, la Harley-Davidson que fue arrastrada desde las costas de Japón hasta Canadá por el tsunamí que arrasó Hokkaido el 11 marzo de 2011. Abajo, la moto experimental BOXX. LA MOTO CON CONTROL REMOTO INCORPORADO Reconozcámoslo: a todos nos gusta un buen vídeo de Youtube. ¿Y qué debe tener un vídeo de Youtube para ser considerado como “bueno”? 1. Debe durar aproximadamente un minuto. 2. Debe poder ser comprendido sin necesidad de demasiada reflexión hasta por un niño de cuatro años. 3. Debe ser perfectamente banal, irrelevante e intrascendente. 4. Debe ser gracioso. 5. Tras su visionado, debe provocarte esa desagradable sensación de pérdida absurda de tiempo que te conduce a replantearte toda tu vida con pensamientos depresivos como “¿qué hago perdiendo el tiempo con estas mentecateces cuando debería estar trabajando para pagarle el colegio a mis hijos?”. El vídeo “Motorcycle Garage Door Opener” cumple todos los requisitos antes mencionados. No cambiará tu vida, no lleva a ningún lado, no sirve para nada, ni siquiera puede ser calificado como uno de los mejores vídeos de internet y podrías seguir viviendo perfectamente si no supieras de su existencia. Pero ahora mismo vas a coger tu móvil, abrir Youtube y buscarlo porque es EL VÍDEO DEFINITIVO SOBRE MOTOS Y SEXO. Y una vez visto el vídeo, piensa en lo irónico de la situación: la moto del vídeo incorpora un control remoto con una finalidad muy concreta, pero este pequeño texto también incorpora uno. Un control remoto que ha logrado que tú, apreciado lector, hayas hecho lo que yo quería. ¿Puedo terminar el texto con un emoticono? ;) ;)
  • 25. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 25 ER-6n Seguro Gratis financiando tu motoPara más información visita http://www.kawasaki.es/es/offers/ DesdeDesde ER-6n Desde 5.399€ DesdeDesde Z800e Desde 6.850€ Conduce siempre con responsabilidad, dentro del límite de tus habilidades, tu experiencia y tu moto. Usa un casco homologado y ropa protectora. Síguenos en: facebook.com/kawasakispain twitter.com/Kawasaki_Espana SOMOS A2 ¿ER o Z? Difícil elección. Elegir entre una 650 cc y una 800 cc, nunca fué más complicado. Dos modelos de increible diseño, con grandes prestaciones, limitables a 48cv, aptas para el carné A2 y a un precio excepcional Ahora más que nunca, somos A2 Tú eliges Kawasaki. Mucho por muy poco. Z800e
  • 26. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 26
  • 27. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 27 Nunca me dio miedo, aunque a muchos de los críos del pueblo les intimidaba y a los más pequeños los aterrorizaba. Pero los mayores, los padres, nunca lo vieron como una amenaza. Tampoco las autoridades. Todo lo contrario, era aceptado por casi todos, sobre todo por los golfos de la plaza y por los viejos que hacían la ronda de los vinos y le seguían el juego, ya bastante entonados de cosechero. Todos ellos se iban a casa con sus falsas multas en los bolsillos, que cada noche inspeccionaban sus parientas. O eso imagino yo ahora, pasados tantos años. Mini POR Iván Reguera d
  • 28. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 28 L o llamaban Marcelino. Alguien, a saber quién y cuándo, le había puesto ese nombre cuando Ricardo Puerto Revilla, que es como se llamaba y se apellidaba, decidió ser guardia de tráfico. Y decidió hacerlo sobre una Ducati Mini Marcelino. De ahí el rebautizo. Su Mini Marcelino la conocía todo el maldito pueblo. 28 kg. de peso, suspensión delantera invertida, ruedas de cuatro pulgadas y con frenos de disco, escape bajo el motor, arranque a pedal, faro redondo... A Ricardo un día se le cruzaron los cables y decidió dedicarse por entero a su única gran pasión: recorrer las calles del pueblo con su ruidosa Ducati y poner multas a destajo, a diestro y siniestro. Estaba loco, ¿qué esperaban? Eso se supone que hacen los locos. No se le ocurrió mejor profesión que ésa, ningún ideal más alto que aquél. Darle al pedal, acelerar y poner multas como un poseso era su gran sueño. Y lo cumplió. Vaya que si lo hizo. Recuerdo especialmente una de las multas que me puso. Yo salía de mis clases de judo, que detestaba con toda mi alma. Iba vestido con el pesado y áspero kimono, que odiaba todavía más que las clases, y caminaba por la carretera, hacia mi casa. Al día siguiente tenía examen de Latín y no había estudiado nada. Marcelino aparcó su moto con una velocidad casi sobrenatural y se dirigió a mí con su blanco casco de juguete y su libreta de bolsillo Scribe en la mano. − Déjame en paz, Marcelino. Hoy no estoy para bromas. − Tienes que ir por la acera, ¡no por carretera! Le seguí el juego, como hacíamos todos. − No me he dado cuenta, tío. − Por la carretera los coches, por la acera las personas. − Se dice peatones. − ¡Por burlarte 200 pesetas más! − Abusón. Garabateó un “300 ptas” de mala manera, estampó su firma con un bolígrafo Bic verde, arrancó la
  • 29. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 29 página y me la entregó con admirable diligencia. − Y que no vuelva a pasar, ¿eh? − Vale, pero te has pasado un poco. − Circula. Venga, ¡arreando! Deberían haberle visto.Se metió su minilibreta en el bolsillo derecho de su vieja chaqueta de franela, se sentó en su minimoto y arrancó orgulloso y desafiante. Aquella moto podía parecer de juguete por su tamaño, pero de juguete no tenía nada. Cómo aceleraba la condenada, ¡y qué velocidades alcanzaba para semejante trasto! Hasta los 40 llegaba a coger ese abrelatas. Tras esa multa vinieron más. Si hubiese tenido que pagar aquellas amonestaciones de atrezzo, la cifra se hubiese acercado, fácilmente, al cuarto de millón de pesetas. Muchos pueblos de España tienen sus propios locos, sus Marcelinos. Los pueblerinos suelen aceptarlos como uno más, pero con el plus que lleva el español de nacimiento: la crueldad. Se ríen de él y con él, todo junto, una mezcla insana pero no del todo brutal. Los locos de pueblo, a los que todo el mundo conoce, entretienen, animan, calman la tensión cuando existe. Los locos de ciudad, en cambio, sólo tienen tres opciones: matarse, acabar encerrados o hacerse ricos, como Andy Warhol. El libro más famoso salido de España está protagonizado por un loco. Por algo será. Marcelino jamás faltaba a cualquiera de los festejos que une a todo pueblo que se precie, a los actos que les recuerdan que son pueblo, grupo o colectividad, como se suele decir en las películas americanas. Nunca se perdía, con su Mini Marcelino, las procesiones de Semana Santa y su Cristo agonizante, los carnavales y sus inocentes y pactadas irreverencias, las cabalgatas de Reyes o el desfile de carrozas de las fiestas patronales. En todas ellas circulaba él orgulloso con su moto y se dedicaba a amonestar a los niños que se saltaban las vallas de obra que separaban a los espectadores de los desfiles. También ponía multas a destajo a sus padres, que las aceptaban sin rechistar y con una sonrisa de oreja a oreja. En ningún lugar del planeta ha puesto nadie una sonrisa al recibir una multa, sólo en el mío. Y si era absolutamente desorbitada les hacía todavía más gracia. Las miradas estupefactas de los visitantes que venían a ver las procesiones y festejos al pueblo eran para verlas. Un poema. Marcelino unía a los lugareños porque con él se reían juntos. Los más estirados, como el hijo de la dueña de la papelería y presunto cronista local, decían que nos mofábamos de él, pero yo creo que no. En fin, el eterno dilema español. Eso es algo que debe juzgar cada uno, y sobre todo los que lo conocimos. No sabría explicar si el sentimiento del pueblo hacia Marcelino era más de afecto que de piedad. Una noche, el pobre Marcelino multó a quien no tenía que multar. Y no me refiero a un policía de verdad, que también los había multado para mayor descojono del pueblo. No, esta vez fue a los malos, a dos moteros macarras, dos “robamotos”, que es como llamábamos a aquellos quinquis. No les hizo ni puta gracia Marcelino, le estamparon su libreta en la cara, le partieron el labio de una hostia, le dieron una brutal patada en los cojones y se llevaron su moto, que cabía en una maleta grande. Pero no se crean que él se amedrentó. Cuando se le pasó el dolor de huevos, se levantó y los siguió corriendo hasta que desaparecieron por la gasolinera, en la entrada del pueblo. El veterano jefe de policía, Clemente, le ayudó a buscarla y a hacer la correspondiente denuncia, pero no hubo nada que hacer. Ni rastro de la Ducati. A partir de entonces, Marcelino empezó a vagar por las aceras del pueblo sin su casco de juguete en la cabeza y sin su libreta Scribe en la mano. Su mirada estaba en otra galaxia. A la gente le daba una pena enorme verle así, aunque algunos pocos se animaron a hablarle y hasta denunciaron de coña a un vecino para que Marcelino fuese a por él, a ponerle una multa. Él se lo agradecía y lo hacía raudo y veloz, pero ya sin la misma diligencia y porte que antes. Sin la misma mirada. Más bien arrastrando los pies y recordando su moto, sus macizas ruedas, sus frenos de disco, Muchos pueblos de España tienen sus propios locos, sus Marcelinos. Los pueblerinos suelen aceptarlos como uno más, pero con el plus que lleva el español de nacimiento: la crueldad.
  • 30. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 30 todos los momentos de libertad, de control sobre aquel cacharro del demonio. Gracias a la iniciativa del agente Clemente y de Berna, el dueño del estanco, se organizó una colecta para comprarle otra Marcelino a Marcelino. No tardaron ni tres semanas en reunir todoeldineronecesarioparahacerseconunaMini Marcelino Súper, con un bastidor más robusto, un depósito algo más grande, sillín redondeado, motor potenciado, caja de herramientas en lateral derecho del bastidor, nuevo carburador, cambio automático, faro más luminoso... Pesaba algo más: 30 kg. Los críos del pueblo vimos con tremenda envidia aquel regalo, que entregaron en uno de los garajes del Ayuntamiento. No podíamos creer que a aquel chiflado, a aquel descerebrado, lleno de tics y medio tartamudo, le regalaran esa moto que era perfecta para nuestro tamaño. De hecho, las burlas de muchos de nosotros, los chavales, se acrecentaron por culpa de aquella envidia. Macelino recibió la moto con ropas viejas pero bien planchadas, arreglado y repeinado, con su casco de juguete bajo su sobaco derecho. El viejo Clemente y Berna, acompañados por algunos de los vecinos que habían aportado dinero para la colecta, entre ellos los viejos borrachines de la ronda de vinos, condujeron una sencilla ceremonia. Primero habló Clemente y luego Berna. − Amigo Marcelino, tenemos el honor de entregarte esta nueva moto, con su casco incluido, para que hagas cumplir la ley como lo has hecho, y tan diligentemente, en los últimos años. − ¡Gracias por los servicios prestados, agente Marcelino! Los asistentes aplaudieron, Marcelino dejó su casco de juguete en el suelo, se colocó el nuevo, se aseguró de tener su libreta en el bolsillo, montó en la nueva y reluciente Ducati, arrancó y se dirigió, feliz, a combatir a los infractores. Todos volvimos a ser asados a multas y regañados por Marcelino. Todo volvió a la normalidad. Pero nuestra particular normalidad no duró demasiado. Un año más tarde, hubo otro acto solemne, otro homenaje. Clemente se jubilaba después de treinta años en el cuerpo y en el pueblo. La distinción se la dio el alcalde y entre los asistentes estaba el que sería su sustituto, el nuevo jefe de policía. Era un joven robusto, de pelo negro como el betún, ojos pequeños y recelosos y nacido y crecido en Asturias. No supo hacerse con la simpatía del pueblo. No fue capaz. Más que nada porque él no era nada simpático. Más bien retraído, osco, desagradable, borde. Mala gente. Sólo en cuestión de semanas, tuvo problemas con muchos chavales del pueblo, con los comerciantes y con los pescadores, pero se cebó especialmente con Marcelino. No le entraba en la cabeza que aquel tarado mental se pasease por el pueblo poniendo multas falsas y montando en una moto que, aunque pequeña, podía ser peligrosa. El nuevo se obsesionó con Marcelino. Indagó en su pasado, en su vida junto a su madre y hasta en su informe psiquiátrico. Marcelino sufría esquizofrenia desorganizada, de ahí su lenguaje y comportamiento desorganizados y su fijación con el orden y las multas. Pero no le hicieron falta sus antecedentes psiquiátricos para cazarlo. Fue más fácil, mucho más sencillo: Marcelino no tenía carné de conducir. Ni siquiera el carné más sencillo, el de ciclomotor. Cuentan en la comarca que el nuevo no se podía creer que durante tantos años Clemente y su ayudante, incluso las fuerzas vivas del pueblo, hubiesen dejado a un loco conducir ese trasto, y encima sin poseer ningún permiso. Lo cazó en cuestión de días. Le prohibió volver a montar y habló con su madre para que no volviese a suceder nunca más lo de las multas. No volví a ver a Marcelino por el pueblo. Ni yo, ni nadie. Desapareció. Acabaron internándolo. Desconozco su diagnóstico, nunca lo pregunté. Aunque supongo que murió de una cosa muy común. De tristeza.
  • 31. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 31 MOTOR Monocilíndrico 2T / fabricado por Ducati, eje del cilindro inclinado 25º hacia delante respecto a la vertical Cilindrada: 47,63 cc Diámetro x Carrera: 38 mm x 42 mm. Potencia máxima: 1,8 CV 5800 rpm Refrigeración: forzada en carcasa mediante aletas de disipación en cilindro y culata Cámara de combustión de casquete esférico Cilindro de fundición especial al níquel Biela de acero especial con rodamientos de rodillos en el eje de la cabeza, y casquillo de bronce en el pie (eje del pistón) Pistón convexo BORGO de aleación ligera especial con faldón de una sola pieza y dos aros de compresión Culata fundida en aleación ligera y finamente aletada DISTRIBUCIÓN Por lumbreras de transferencia ELECTRICIDAD Encendido: Se efectúa por volante magnético del tipo de inductor giratorio Avance: Fijo, equivalente a 15º ± 18º Tensión / Potencia: 6V Bujía: Bosch W225 T1 / Champion L 85 El juego de abertura entre los contactos del ruptor es de 0,3 ± 0,4mm. CARBURADOR La alimentación del carburador se obtiene por gravedad Dell´Orto tipo SHA 14-12 Difusor: 12 mm. Surtido máximo: 55 El depósito de combustible es de fibra de vidrio o metálico, su capacidad es de 2,5 litros, la reserva es de 0,5 litros EMBRAGUE Automático centrífugo por medio del aceite contenido en el cárter motor Lubricación: aceite en cárter 300 cc SAE 30 El nivel exacto puede ser controlado mediante la oportuna varilla incorporada en el tapón de entrada del aceite que está montado en la tapa del lado del embrague, éste control se efectúa introduciendo simplemente el tapón en su alojamiento y observando la indicación REFRIGERACIÓN Tanto el cilindro como la culata, están ampliamente aletados para permitir la refrigeración del motor ARRANQUE Por pedales con engranajes siempre en contacto y acoplamiento por trinquete frontal CAMBIO Automático / (Tres velocidades a petición) TRANSMISIÓN Primaria: Mediante engranajes helicoidales Secundaria: por cadena de rodillos Piñón / Corona: 15 Z / 21 Z BASTIDOR Tubo de acero Nº serie: Situado en la parte frontal de la tija Carrocería: Metálica DEPÓSITO 2,5 litros / 0,5 litros en reserva SUSPENSIONES Del: Horquilla telescópica Tras: Rígida a bastidor FRENOS Discos en las dos ruedas NEUMÁTICOS: Las llantas son de chapa embutida Delantero y trasero Pirelli o similar 4,00 - 4 esculpidos Presión de inflado: 1,25 kg / cm² delantero y 1,25 kg / cm² trasero. PESO 27 Kg. con el tanque lleno. VELOCOCIDAD MÁXIMA 40 Km/h. AÑO DE FABRICACIÓN 1969-1970 UNIDADES Aproximadamente 2.500 unidades (entre los dos modelos) DUCATI MOTOTRANS MINI MARCELLINO PRIMERA SERIE • 1969-1970 CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS
  • 32. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 32 DENNIS HOPPER EL MOTORISTA ETERNO QUE SE BAJÓ DE LA MOTO Y SE VOLVIÓ LOCO
  • 33. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 33 “Estaba rodeado de groupies y acólitos. Podría haber iniciado por sí solo la resbaladiza pendiente hacia la megalomanía y la grandilocuencia, pero tenía un montón de ayuda”. Peter Biskind C uando uno piensa en un motorista que haya producido un terremoto cultural, la imagen del Dennis Hopper de Easy Rider irrumpe con fuerza. Y cuando uno piensa un personaje público cuyo comportamiento haya sido consistente y entusiásticamente lo más cercano a la percepción común de locura, ahí tenemos de nuevo a Dennis Hopper, todavía con más fuerza. Cuesta imaginarnos hoy lo que supuso Easy Rider en su momento. Estrenada en 1969, recaudó sólo en Estados Unidos más de 41 millones de dólares, cuando únicamente había costado alrededor de 400.000 (es decir, ingresos de un 10.250% más que su coste). Lo cual es sólo una muestra del impacto social que causó la historia de esos dos motoristas, interpretados por Dennis Hopper y Peter Fonda, que recorrían América en moto para acudir al festival del Mardi Gras, viaje que se financiaban con tráfico de cocaína. Fue un hito de la contracultura americana del momento y se convirtió de inmediato en punto de referencia de toda una generación. Básica- mente, porque reflejó (si bien exageradamente) la nueva realidad vital de un nuevo grupo de personas. Tal vez la descripción más adecuada de la razón de ese impacto la dio el propio Dennis Hopper, en uno de sus momentos de lucidez: “Nadie se había visto a sí mismo retratado en el cine hasta entonces. Por todo el país la gente fumaba hierba y tomaba LSD, pero como público seguían viendo a Doris Day y Rock Hudson”. Hopper digirió mal la fama que acompañó al descomunal éxito de Easy Rider. En realidad, la digirió muy mal. Podría decirse que fue bajarse de la moto y empezar a trastornarse. POR Javi Carro
  • 34. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 34
  • 35. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 35 Hopper digirió mal la fama que acompañó al descomunal éxito de Easy Rider. En realidad, la digirió muy mal. Podría decirse que fue bajarse de la moto y empezar a trastornarse. De él escribió en 1998 Peter Biskind en su libro Easy Riders, Raging Bulls: “Estaba rodeado de groupies y acólitos. Podría haber iniciado por sí solo la resbaladiza pendiente hacia la megalomanía y la grandilocuencia, pero tenía un montón de ayuda”. Y entre esa ayuda, las drogas y el alcohol no faltaron en cantidades sobrehumanas. El propio Hopper lo explicaba así en una entrevista, años después: “Me metía al día medio galón [casi 2 litros] de ron, 28 cervezas y 3 gramos de cocaína. Y eso no era para colocarme, sino para seguir adelante, tío”. Durante cerca de 15 años, y con esa dieta habitual como combustible, Hopper fue con mucha diferencia la figura pública cuyo comportamiento reflejaba mejor la definición común de locura. En una ocasión, aprovechando un rodaje en Texas, realizó en una solitaria carretera del interior el Russian death chair act. Frente a una pequeña multitud de amigos y curiosos, Hopper se sentó en una silla que estaba colocada sobre 6 cartuchos de dinamita. Y los hizo explotar. Un periodista presente escribió que “durante un sencillo y eterno instante, parecía el Coyote, chafado por su propio petardo”. (Existe un vídeo en YouTube que recoge el evento y a Hopper saliendo entre el humo dando alaridos y hablando luego en un tono que, digámoslo así, no es precisamente muy normal). Durante otro rodaje en México, se escapó desnudo hacia la jungla en mitad de la noche. Él lo contaba así: “Estaba convencido de que alguien estaba escuchando mi mente y de que mis amigos estaban siendo gaseados”. La policía mexicana lo encontró masturbándose con un árbol mientras les decía “Soy una galaxia”. Lo metieron en un avión de vuelta a Estados Unidos. Y dentro de él, Hopper creyó que estaba actuando en una película dirigida por Coppola y Wenders en la que el guión le exigía que se escapara de la policía que lo escoltaba. Le pareció ver una señal de acción para empezar
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  • 37. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 37 En el imaginario colectivo, Hopper será siempre el motorista de Easy Rider que a lomos de su Harley recorría Estados Unidos en un viaje de absoluta libertad. En la vida real, y durante muchos años, fue lo más parecido a un loco que podemos imaginar. a rodar y abrió la puerta del avión y empezó a gatear sobre el ala. Hopper comentó años después: “Si hiciera eso hoy en día, seguro que me pegarían un tiro”. Estuvo casado varias veces, siempre tormentosamente. La segunda de ellas con Michelle Phillips, vocalista de The Mamas and The Papas. El matrimonio duró exactamente 8 días.Y fue un auténtico desastre, gracias, claro, a Hopper (“Sabes que tu matrimonio no empieza bien cuando tu nueva esposa te pregunta: ¿Has considerado suicidarte?”). Hopper la mantuvo encerrada en casa y atada con unas esposas para que no se escapara, según parece porque pensaba que era una bruja, mientras se entretenía disparando un arma por la vivienda. Así recordaba él mismo ese matrimonio: “Los primeros siete días fueron bastante buenos. El octavo fue el malo”. En el imaginario colectivo,Hopper será siempre el motorista de Easy Rider que a lomos de su Harley recorría Estados Unidos en un viaje de absoluta libertad. En la vida real, y durante muchos años, fue lo más parecido a un loco que podemos imaginar. Aunque, tal vez, sólo estaba buscando en la vida real, y de manera extrema, el mismo sentimiento de absoluta libertad que disfrutó en la película a lomos de su Harley.
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  • 39. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 39 CADA AÑO, MILES DE MOTORISTAS DESAFÍAN AL SENTIDO COMÚN Y A LAS INCLEMENCIAS METEOROLÓGICAS PARA DISFRUTAR A SU MANERA DE LAS DURAS Y EXIGENTES CONCENTRACIONES INVERNALES. POR Raúl Romojaro M iro a través de la ventana. Una luminosidad especial en este atardecer reclama mi atención, porque una copiosa nevada tiñe de blanco cada rincón del paisaje invernal. Llegó la anunciada ola de frío polar y sólo puedo recrearme en lo calentito que está ahora uno en casa, el mejor plan posible… ¿o no? Porquemientrasquemeregocijoenlacomodidaddelhogar,enesemismo instante miles de motoristas desafían al General Invierno y regresan a sus lugares de origen desde Tordesillas, en la fría meseta castellana. Han disfrutado, sí disfrutado, de Motauros, una concentración invernal que este año ha acaparado un protagonismo inusitado tras la suspensión de Pingüinos,la más famosa de España y una de las más populares también de Europa entre las de su estilo. Desde hace más de tres décadas, con el único paréntesis forzoso de este 2015, la provincia de Valladolid ha acogido a motoristas llegados desde todo el país (y también de fuera de él) que acuden a un evento desafiando al sentido común, a la lógica… Permanecer en nuestra zona de confort pasa por evitar riesgos innecesarios, situaciones desagradables, incluso calamidades… Justo lo que buscan los moteros que dan sentido a estas concentraciones invernales, duras y hostiles pero capaces de enganchar a esos entusiastas que repiten la experiencia año tras año. Unos llegan por carretera en sus grandes máquinas ruteras, otros hacen su viaje por caminos en motos trail, algunos van incluso más allá cubriendo cientos de kilómetros en ciclomotor… Llegan al centro de España desde Cantabría, Andalucía, Levante, Cataluña, Asturias, Galicia, en solitario o acompañados, todos soportando el rigor invernal y las complicaciones de unas carreteras en condiciones bastante delicadas. ¿Es locura o pasión por la moto? ¿Son las dos cosas lo mismo? Porque el desafío no termina con el propio viaje,que por supuesto tendrá el de retorno quizá igual de exigente o incluso más. En Pingüinos, o en Motauros este año o en Elefantes para aquéllos que viajan a la legendaria concentración europea, la convivencia es el motor de esta maravillosa quimera y eso significa vivir con intensidad el fin de semana en las zonas de acampada. Así que el cobijo de esa frágil tienda, suficiente ropa de abrigo, una buena fogata y, sobre todo, el calor de los compañeros para combatir temperaturas casi siempre bajo cero (salvo algunos años que se han mostrado más benignos) e incluso las nevadas. Parece que no hay nada que no pueda neutralizar un caldo caliente, una buena carne a la parrilla, la música de los conciertos o una copa cuando la moto está ya aparcada hasta el día siguiente. Pero sobre todo y muy especialmente, el reencuentro con viejos camaradas. Compañeros de ruta y afición que, en muchas ocasiones, tan sólo se ven de año en año reunidos por la concentración,un par de días que esperan durante meses y que da sentido a la superación de tantas dificultades como las que se pueden encontrar.Sufrir para disfrutar no es una locura,es una forma de entender la vida que va más allá de la comprensión de la mayoría. ¿QUIÉN ESTÁ MÁS LOCO, EL TIEMPO O NOSOTROS?
  • 40. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 40 “ES UNA LOCURA Y DEBERÍA ESTAR PROHIBIDO, PERO POR SUERTE NO LO ESTÁ” POR Chano Coronil
  • 41. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 41 Doctor: Desde 1907 más de 245 personas han fallecido en el TT ¿Por qué no participas en carreras en circuito permanente? Paciente: No tendría tanto éxito. Doctor: ¿Por? Paciente: Creo que tengo más huevos que talento. Doctor: ¿Nunca piensas en los accidentes? Paciente: Bueno, si no te estrellas, es que no lo estás intentando suficiente. Doctor: Entiendo, dime ¿te gusta vivir? Paciente: Claro, a quién no, cuando tuve el accidente durante el TT del 2010… la sensación de que todo iba mal y que no iba a poder controlar la moto a unos 200 K/h fue insuperable. Ése EL DOCTOR OBSERVA AL PACIENTE SENTADO EN EL SOFÁ. LLEVA YA UNOS MINUTOS CON ÉL, Y NO TIENE CLARO SI ESTÁ LOCO DE VERDAD O SIMPLEMENTE ES UN ADICTO A LA ADRENALINA. fue un subidón auténtico. Esos pocos momentos entre estar en control de lo que estaba pasando, y chocar y casi matarme… fueron súper intensos. Esa sensación de peligro. Ese sentimiento no se puede comprar con dinero. Doctor: ¿Crees que ese “subidón”, como tú le llamas, justifica todo esto? Paciente: Es que si las carreras fueran seguras, todo el mundo correría. Doctor: Háblame de tu familia, de tus padres. Paciente: Soy un miembro de la familia Dunlop. Correr es lo que hacemos en mi familia. Mi padre y mi tío corrían, ambos murieron en accidente. 36 horas después de la muerte de mi padre, gané la carrera para la que él también estaba entrenando. Mi hermano también corre. “Tienes que entrar en una dimensión diferente, porque es algo increíble. Hay tres o cuatro puntos durante la vuelta que son realmente de locos. Simplemente debes pilotar la moto sin pensar, porque si algo fuera mal… Je, je, je”. Valentino Rossi.
  • 42. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 42 ¿Ahora es cuando hablamos de cómo todas estas muertes me hacen sentir? Doctor: Para eso estamos aquí. Paciente: Murió haciendo lo que amaba. Es mejor que morir a los 52 después de sufrir durante ocho meses como Barry Sheene. Tienes que vivir la vida mientras puedes. Doctor: ¿Tú también quieres morir en un circuito? Paciente: No, claro que no. Siempre me digo a mí mismo voy a esforzarme por estar a mi nivel y cuando estoy a ese nivel, eso es todo, no voy a ir más rápido. Quizás desde fuera pueda parecer una locura, la gente piensa que somos unos lunáticos, pero cuando vas en la moto, sólamente estás montando en moto, haciendo lo que sabes hacer bien. Doctor: Ganaste 26 veces en Manx. Paciente: Bueno ahora, con el tiempo en realidad no fue nada, sólo lo que había que hacer en aquel momento. Doctor: ¿Y después de ganar? Hablemos de cómo te sientes. Paciente: ¿Sabes esa sensación de cuando te vas a matar y no te matas? Doctor: En realidad, no. Paciente: No, claro que no lo sabes. El TT es peligroso, claro que lo es, pero ésa es la razón por la que lo hago. Todos los años muere gente, pero nadie les obliga a venir, ¿no es cierto? “Hay una cosa en común en todos los pilotos que corren el TT y es que tienen mirada de locos”. Valentino Rossi, curiosa y paradójicamente apodado El Doctor.
  • 43. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 43 Doctor: ¿Crees que los demás pilotos piensan lo mismo? Paciente: El TT es un lugar peligroso, y si sigues viniendo las posibilidades aumentan hasta que eventualmente, tienes todas las papeletas. Doctor: ¿En qué piensas los días antes de las carreras? Paciente: Disfruto con la idea de que tengo que hacer las cosas bien mientras corro. Si te equivocas,eso es todo.Estoy muerto. Doctor: Que muchas federaciones, entre ella la española, hayan prohibido a sus pilotos participar en la prueba, ¿no te hace replantearte las cosas? Pensar que puede que estés haciendo algo que no deberías hacer. Paciente: No especialmente. Está prohibido porque lo dice un decreto que emitió la Federación Española tras la muerte de Santiago Herrero en 1970. Doctor: Por eso. Paciente: No, en realidad, no. Sólo que tengo que participar con licencia británica. Es una lástima no poder hacerlo con la de mi país. Doctor: Supongo que sí. También hay muchos pilotos que se han negado a correr en el TT. Desde el 76 está fuera del Campeonato del Mundo. Paciente: Sí, es una pena. Sería estupendo ver a pilotos del Mundial corriendo con los testículos metidos hacia dentro como los tigres. Doctor: Sinceramente, ¿no crees que el TT es una locura? Paciente: Puede que sí, pero no estaría mal si tuviéramos más lugares como la Isla de Man, donde la locura es una tradición. Doctor: Puede que sí, desde luego sería bueno para mi negocio. *Este diálogo entre un psiquiatra y un paciente es inventado, pero todas las respuestas que da el paciente son reales y han sido recopiladas de entrevistas a pilotos del TT.
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  • 45. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 45
  • 46. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 46
  • 47. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 47 DOS GIGANTESCOS RODILLOS DE COLORES ZUMBAN A MÍ ALREDEDOR, SOLAMENTE EL RUIDO QUE PRODUCEN AL GIRAR IMPONE UN GRAN RESPETO. EL AGUA BROTA DE REPENTE CON GRAN ESTRUENDO. UNA MEZCLA DE JABÓN Y ESPUMA COMIENZA A CAER SOBRE MÍ Y SOBRE LA MOTO EN LA QUE ESTOY MONTADO. EN POCOS SEGUNDOS ESTOY EMPAPADO DE ARRIBA ABAJO. CHORROS DE AGUA Y ESPUMA CAEN POR LA VISERA DEL CASCO. AFIANZO LOS PIES CONTRA EL SUELO SUJETANDO LA MOTO CON FUERZA, SÉ QUE EL MOMENTO DEL PRIMER CONTACTO ESTA CERCA Y MI CORAZÓN LATE CON FUERZA. ES EN ESTOS INSTANTES CUANDO PIENSAS SI FUE UNA BUENA IDEA. HASTA AHORA TODO HA SIDO ILUSIONANTE Y DIVERTIDO. PLANEAR LA PRUEBA, IMAGINÁRTELA, BUSCAR EL LUGAR ADECUADO, RECLUTAR UN BUEN EQUIPO QUE TE AYUDE A LLEVARLA A CABO, PERO, ¿QUÉ DEMONIOS HAGO YO SUBIDO EN UNA MOTO DENTRO DE UN TÚNEL DE LAVADO? ¿QUÉ DEMONIOS HAGO SUBIDO EN UNA MOTO DENTRO DE UN TÚNEL DE LAVADO? POR Albi Albarrán
  • 48. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 48 A hora ya no hay vuelta atrás,los rodillos se aproximan extendiendo todo su colorido. Sólo pienso en que los detectores fotoeléctricos que indican a lamáquinahastadondetienequellegar,haganbien su trabajo. El primer contacto lo noto al instante en el casco. La presión del rodillo te hace mover la cabeza, pero lo que realmente impresiona es el ruido que se produce al golpear el casco.Enseguida te acostumbras e instintivamente tratas de relajarte pero cuando los rodillos avanzan por las piernas y se abren para llegar a la zona de los brazos, recuerdas que estás haciendo algo que puede ser peligroso y aprietas con fuerza el manillar para contrarrestar la presión que ejercen los rodillos. No quisiera desaparecer engullido por estos rodillos. De nuevo volvemos a la misma pregunta. ¿Qué hago dentro de un túnel de lavado subido en una moto? Y analizándolo con calma, creo que realmente es el mismo punto de locura que me ha llevado a meterme en una cámara frigorífica a 14 grados bajo cero con ropa interior térmica de moto, o a colgar todo mi peso de un viga sujeto simplemente por la argolla de seguridad de un casco, o incluso a clavar más de cinco tornillos en una rueda y circular con ella comprobando que no pierde aire. Efectivamente ya os habréis dado cuenta, que aburrido de ver siempre las mismas pruebas de motos y productos de la moto, con idénticas estructuras, comentarios e incluso contenidos. Movido por el afán de realizar algo diferente y sobre todo divertido a la hora de probar productos para la moto, me ha llevado a vivir situaciones y experiencias cuanto menos hilarantes, con ese punto de locura que no puede faltar. Por lo tanto, si para probar la impermeabilización de una cazadora de moto con un nuevo producto que ha salido al mercado hay que meterse en un túnel de lavado con moto incluida, no hay ningún problema. Si para probar la impermeabilización de una cazadora de moto hay que meterse en un túnel de lavado con moto incluida, no hay ningún problema.
  • 49. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 49 ¿Quién me mandará meterme en estos berenjenales?
  • 50. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 50 Del mismo modo que permanecer dentro en una cámara frigorífica a 14 grados bajo cero simplemente vestido con la ropa interior térmica casco y guantes no es la manera clásica de probar este tipo de prendas para el motorista, pero sí os puedo asegurar que es una de las experiencias en las que he podido notar cómo poco a poco se va escapando de tu cuerpo cada grado centígrado de calor, mientras toman tu temperatura con un termómetro de pistola y el fotógrafo ya no sabe qué hacer para que su equipo funcione correctamente y no se empañen sus objetivos. Circular en pleno invierno en moto simplemente con esa misma ropa térmica ya me había parecido una pequeña locura no exenta de digamos cierto “fresquito”, pero meterse en esa cámara frigorífica fue ya el remate de la prueba. En otras ocasiones, al realizar alguna que otra loca prueba como colgarse de la argolla antirrobo de un casco atado a una viga, me lleva Circular en pleno invierno en moto vestido con la ropa interior térmica, casco y guantes ya me había parecido una pequeña locura no exenta de cierto “fresquito”... ... meterse en una cámara frigorífica a -14°C fue el remate de la prueba.
  • 51. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 51 a la misma pregunta que al principio. Da igual la manera en que la formulemos, el contenido es el mismo ¿Quién me mandará meterme en estos berenjenales? Realmente, estoy seguro de que no es la manera más ortodoxa de conocer la resistencia de este antirrobo. Pero seguro que colgarse de él y del casco, fue una de las pruebas de producto más divertidas que he protagonizado. Y qué os puedo contar sobre la sensación de estar suspendido en el aire sólo sujeto por el casco, sin saber si el sistema antirrobo cederá y acabará con tus huesos en el suelo. Éste es otro de esos momentos que permanecerá en la memoria durante mucho tiempo. Pequeñas locuras para llevar al extremo la resistencia de productos para la moto y el motorista, y así dejaremos descansar a la región de Samarcanda que ya está llena de aventureros viajando en solitario con su moto por el mundo. Colgarse de un casco no es la manera más ortodoxa de conocer la resistencia de un antirrobo... ... pero seguro que fue una de las pruebas de producto más divertidas que he protagonizado.
  • 52. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 52 EXISTE UNA DELGADA LÍNEA ENTRE LA HEROICIDAD Y LA LOCURA QUE EN EL MUNDIAL DE MOTOGP HA GENERADO MUCHO DEBATE CON SITUACIONES COMO LA DE LORENZO EN HOLANDA 2013, CUANDO CORRIÓ SÓLO 35 HORAS DESPUÉS DE SER INTERVENIDO, EN BARCELONA, DE UNA CLAVÍCULA. SIN EMBARGO, DESDE MEDIADOS DEL CURSO PASADO EL CÓDIGO MÉDICO DEL MUNDIAL SE HA ENDURECIDO PARA EVITAR QUE LOS PILOTOS PUEDAN REAPARECER EN CUALQUIER CIRCUNSTANCIA, LO QUE NO IMPIDE QUE MUCHOS SIGAN RECORDANDO LO QUE HIZO EL MALLORQUÍN COMO UNA AUTÉNTICA EPOPEYA. UNOS LOCOS MUY CUERDOS POR Mela Chércoles A menudo se oye decir, generalmente sin ánimo de ofender, que los pilotos de motos están locos.Quien lo dice lo argumenta con topicazos tales como que de otro modo no se entiende que desafíen las leyes físicas con tumbadas cada vez más increíbles; que se caigan y lo primero que hagan sea ir corriendo a levantar sus máquinas para seguir dando gas; que vuelen a más de trescientos por hora; que acorten los tiempos de recuperación de las lesiones como si no fueran humanos; que si tal o que si cual... El maestro Nieto odia que se le comente algo así y responde siempre recalcando que “en el Mundial de locos nada, porque todo el que se sube a una moto de gran premio tiene la cabeza bien amueblada y sabe perfectamente lo que se trae entre manos y lo que se juega”. Y no le falta razón, así que para equiparar locura con valentía, que es lo más justo, valga el chascarrillo de que los pilotos son unos locos muy cuerdos, lo que es un contraste o antítesis absolutamente intencionado, y que no quita para admitir que hay una delgada línea entre la heroicidad y la locura. Lorenzo se fracturó la clavícula izquierda un jueves en un espectacular vuelo a 224 por hora. A falta de quirófanos disponibles en Assen, viajó a Barcelona donde fue sometido a una intervención de dos horas, que acabó a las cuatro de la madrugada del viernes. Volvió a Assen ese mismo día.
  • 53. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 53 De cuando en cuando hay ejemplos que abren el debate y el más sonado de los últimos tiempos, sin duda,corrió a cargo de Jorge Lorenzo en el GP de Holanda 2013 de MotoGP. La historia suena a ciencia ficción, pero es real como la vida misma… El de Yamaha se fracturó la clavícula izquierda el jueves en un espectacular vuelo a 224 por hora. Fue trasladado al hospital de Assen y allí mismo metió prisa para que le operaran rápido, con la intención de regresar al Gran Premio. Como no había quirófanos disponibles allí, se organizó todo para que pudiera viajar a Barcelona y que el doctor Joaquín Rodríguez le sometiera a una intervención que arrancó a las dos de la madrugada y terminó dos horas después, a las cuatro de la madrugada del viernes. En esa intervención se le fijó la lesión con una placa y ocho tornillos, algo por lo que ya había pasado antes un Lorenzo que, al despertarse, escribió en Twitter que se volvía para Assen ese mismo día, llegando a La Catedral a las seis y media de la tarde. Aún le quedaba pasar un reconocimiento médico en el circuito, a base de flexiones y otras pruebas de fuerza, que superó a primera hora de la mañana y en el que se le daba el ok para salir al warm up. En esa sesión de veinte minutos ya advirtió de sus intenciones, porque completó once vueltas, terminó octavo y buscó ritmo. ¡Asombroso! Quedaba otro trámite médico previo a la carrera, que también superó, para arrancar duodécimo en la parrilla y terminar quinto esa carrera de MotoGP sólo 35 horas después de ser operado. ¡Brutal! Aquel día Lorenzo fue un héroe para muchos, pero también un insensato para otros. La jugada le salió bien, porque minimizó daños en su pelea por el título con Márquez y Pedrosa, pero el destino fue cruel con él, porque en la siguiente cita,la de Alemania,se volvía a lesionar y allí sí que causó baja y a la siguiente prueba, la de Laguna Seca, compareció mermado. Pero todo aquello no terminó en ese calvario encadenando de tres carreras, porque un año más tarde, al volver a La Catedral, el mallorquín firmó una de las peores actuaciones que se le habían visto y él mismo Tras superar las pruebas médicas, arrancó duodécimo en la parrilla y terminó quinto esa carrera de MotoGP sólo 35 horas después de ser operado.
  • 54. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 54 confesó que había sentido miedo al recordar todo lo vivido la temporada anterior en ese escenario. Muy honrado por su parte reconocerlo, sin duda, y muy humano también. El propio Lorenzo reconocería más tarde que no creía que volviera a hacer algo así y, para evitar la tentación, ya no tendrá opción. Ni él ni ningún otro piloto del Mundial de MotoGP, porque mediada la temporada 2014 se instauró un nuevo Código Médico del Mundial para evitar heroicidades estilo Lorenzo en Assen. El 7 de agosto de 2014, las escuderías mundialistas recibieron una circular del IRTA (la asociación de equipos) con unas modificaciones con las que, a partir de ese instante, se hacían más severos los controles médicos. Las líneas maestras de ese código más duro pasan porque la decisión y la responsabilidad médica de los pilotos es competencia del CMO (el médico local jefe) y es consensuada con el director médico del campeonato (Michele Macchiagodena) y un representante médico de la FIM, lo que supone después de que hayan sido sometidos a anestesia general, epidural, espinal o local. En caso de cualquier operación abdominal el periodo de rehabilitación antes de volver a la competición debe ser de quince días a un mes. En el caso de que se sospeche de una conmoción, el piloto será inmediatamente excluido de la competición, al menos durante ese día. Antes de regresar a la competición, el piloto deberá presentar documentación de que regresa en condiciones neurofisiológicas normales. Visto así,parece mucho más serio que lo que había antes,porque muchos pilotos,sin citar nombres en este caso, solían contar que la revisión médica era un pitorreo en épocas pasadas. Y eso ya no pasa. Así que nada de tomar por locos a estos héroes de las dos ruedas capaces de soportar el dolor a un nivel muy superior al que está acostumbrado el común de los mortales comunes, sabiendo, además, que de no estar realmente en condiciones de correr, por ser un peligro para ellos mismos y para los demás, ya no les dejan. mayor participación médica que antes. La evaluación para volver a ser apto para competir tiene lugar en el centro médico del circuito a las 14:00 del jueves previo al GP, y los pilotos deben suministrar informes de sus doctores, mostrando el tratamiento al que han sido sometidos. Los pilotos deben someterse a un tipo de pruebas simples y efectivas que confirmen su capacidad física antes de afrontar una competición. Es responsabilidad del director médico asegurar que dichas pruebas requeridas por el CMO son las mismas para todos los pilotos afectados por las mismas lesiones. Ejemplos: a) Movilidad equivalente o superior al 50% del juego articular de la cadera y rodilla; b) permanecer sobre un pie, tanto izquierdo como derecho, durante al menos cinco segundos; c) cubrir una distancia de veinte metros sin ayuda en un tiempo máximo de 15 segundos; y d) subir y bajar diez escalones en un máximo de 20 segundos. No se permite a los pilotos participar en entrenamientos o carrera al menos 48 horas
  • 55. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 55 ALPINESTARS MOSTRÓ LOS DATOS RECOGIDOS POR LOS SENSORES DEL MONO ALPINESTARS TECH AIR DE JORGE LORENZO. MEDIANTE ELLOS, SE PODÍA OBSERVAR EN DETALLE CÓMO FUE SU CAÍDA. EN EL GRÁFICO, SE APRECIABA PERFECTAMENTE CUÁNDO SE PRODUCE LA PÉRDIDA DE CONTROL DE LA YAMAHA M1 Y CÓMO POSTERIORMENTE FUE LANZADO POR LOS AIRES TRAS 0,220 SEGUNDOS DE LUCHA CON LA MONTURA. EN ESE MISMO INSTANTE, EL AIRBAG SE DESPLEGABA PARA PROTEGER A JORGE LORENZO. TRAS LOS 0,605 SEGUNDOS QUE EL PILOTO PASÓ EN EL AIRE, EL PRIMER IMPACTO LO SUFRIÓ SU HOMBRO IZQUIERDO, EL MÁS DAÑADO EN LA CAÍDA. POSTERIORMENTE RECIBIÓ MÚLTIPLES IMPACTOS EN EL HOMBRO DERECHO, ASÍ COMO EN EL TORSO Y LA ESPALDA. DE NUEVO SE DEMOSTRABA QUE LA EVOLUCIÓN EN LA ROPA DE PROTECCIÓN DE LOS PILOTOS ES CONSTANTE Y QUE ESTA MISMA CAÍDA, AÑOS ATRÁS, SE HUBIESE SALDADO CON ALGUNA OTRA ROTURA MÁS. Aquel día Jorge fue un héroe para muchos, y un insensato para otros. El propio Lorenzo reconocería que dudaba de volver a hacer algo así. Ya no tendrá opción dado que en 2014 se instauró un nuevo Código Médico del Mundial para evitar heroicidades estilo Lorenzo en Assen.
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  • 57. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 57
  • 58. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 58 C harly, un sietemachos de antología, me retó a ir en su Vespino “hasta la esquina y volver”. Y yo, por no aguantar las bravuconadas con que, a buen seguro, me mortificaría en caso de negativa, acepté el reto. Tenía 13 años y era la primera vez que me subía a una moto, pero aquello no fue excusa para que, no habiendo recorrido ni 10 metros, me escurriera con estrépito de comediante. Más aparatoso que la caída fue el relato que empecé a orquestar cada vez que alguien, al verme el brazo escayolado, preguntaba qué, cuándo, dónde. En los días que siguieron al trompazo sólo me hizo temblar el cómo. Así, tras la primera ronda de explicaciones, inexorablemente escoradas hacia la prosa de atestado, fui aliñando el suceso con matices más o menos sensacionalistas y, en cualquier caso, carentes de maldad. El derrape de la rueda trasera pasó a ser un choque contra la cabina telefónica, y de ahí pasé a fabular que, más que “chocar” contra la cabina, me había “empotrado” en ella. Con todo, no acababa de estar satisfecho. Precisaba un elemento que diera a la narración el vuelo definitivo y, sobre todo, evitara que el protagonista, o sea yo, quedara como un tarugo, así que en una de ésas incluí a una hermosa muchacha que pestañeaba a mi paso, de suerte que yo, arrobado por su gesto, no sólo perdía el juicio, sino también el rumbo. En una versión posterior, la muchacha no estaba a pie de calle, sino que gritaba mi nombre desde un balcón, y aún hubo un postrero desvarío según el cual, al empotrarme en la cabina, se abría la caja de los dineros y los viandantes, lejos de interesarse por mi estado, se hinchaban a coger monedas, y ni siquiera el hecho de que el cúbito me asomara -yeah- por el antebrazo frenaba los afanes de la turba. Con cada una de las firmas que fueron decorando el yeso, se fue engordando la leyenda, en un raro hipérbaton por el que, en realidad, quien suscribía la historia no era yo, sino mis amigos y conocidos, abajofirmantes de un aventis que era en verdad el fruto de su credulidad. En cuanto me quitaron la escayola puse fin a mi carrera de novelista, pero aún hay días en que me pregunto qué fue de aquella muchacha que pestañeó a mi paso, quién sabe si por evitar el riesgo de saber qué fue de mí. AVENTIS DE 95 OCTANOS POR José María Albert de Paco
  • 59. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 59
  • 60. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 60 A Raúl se le han pegado las sábanas y, para arañarle tiempo al tiempo, se poneelcascodemotoenelascensor. Ya en la calle, y mientras corre hacia el lugar donde tiene su scooter, tropieza, cae de bruces y se lastima el codo (luego sabrá que se lo ha fracturado). Una viandante, alertada por sus gimoteos, se acerca hasta él, mas no acierta a explicarse por qué no hay moto alguna en las proximidades. Desconfiada, sigue a lo suyo. POR José María Albert de Paco AVENTIS DE 95 OCTANOS II
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  • 62. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 62 C asi todas las noticias que informaron del suceso llevaban empotrado en el primer párrafo expresiones como “lo nunca visto”, “ver para creer”, “aunque parezca increíble”... Claims, en suma, que no sólo redoblaban el cáracter insólito de lo ocurrido; además, lo envolvían en el celofán de lo prodigioso, como si aquella aberración tuviera algo de proeza. En el estadio milanés de San Siro, y cuando el partido entre el Inter y el Atalanta tocaba a su fin, un grupo de ultras locales había lanzado una moto desde el anfiteatro a la grada inferior. En su proverbial tosquedad, los aficionados al fútbol han llegado a arrojar a la cancha almohadillas, monedas, mecheros, una botella de Ballantine’s, la cabeza de un marrano lechón... Pero, ¿una moto? ¿Cómo diablos se las ingenia uno para entrar al campo una moto?, me pregunté junto con media humanidad. En los días sucesivos, leí que los hinchas interistas habían robado la moto en los aledaños de San Siro, la habían desmontado y la habían entrado al graderío por piezas. También se especuló con la hipótesis de que el vehículo perteneciera a un empleado del club, y que estuviera aparcado dentro del recinto.Hubo quien aseguró que los ultras habían accedido al graderío con la moto en marcha, a través de una de las rampas espirales que anillan el estadio. Sea como sea, el sinnúmero de versiones que fueron circulando y la truculencia con que se aliñaron confirieron al motorino estatus de leyenda. Años después, recaló en Barcelona la exposición Pasión en las gradas y, atraído por el título, un remedo de la traducción al español de Fever on Pitch, me acerqué a verla. La muestra incluía fotografías pretendidamente impactantes y objetos alusivos a la demencia consustancial al fútbol. Entre éstos, había un ataúd gualdinegro que había mandado hacerse un hincha del Borussia y la muñeca hinchable que exhibió la afición del Barça en el regreso de Figo al Camp Nou.También estaba el motorino, cuyo asiento acaricié devotamente como si fuera la mano cercenada del primer Terminator. POR José María Albert de Paco AVENTIS DE 95 OCTANOS III
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  • 64. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 64 T e llevé a casa. Al llegar, te bajaste de la Vespino y me mostraste el portal por donde te perderías esa noche y las demás. - Aquí es. Y te besé. Y nos besamos Y nos besamos de nuevo. Otra vez. - ¿Te puedo llamar? Mañana, quiero decir, ¿te puedo llamar mañana? - Pobre de ti que no lo hagas. Bajé por el Paseo de Fabra i Puig, torcí por Miquel Ferrà y, al dejar atrás la Plaza Virrei Amat,tomé la suave pendiente de la Avenida de Borbón, que a la altura de las cocheras tendía a pronunciarse y, algo más arriba, a encabritarse. Tras ese tramo, vendría el descenso hacia San Antonio: Maragall, Córcega, Pau Claris, Aragón, Rocafort... Quiso la casualidad que aquella noche enlazara todos los semáforos en verde, como si la ciudad se me extinguiera por detrás al tiempo que me brotaba por delante. Jamás me había ocurrido nada igual: cruzar Barcelona de norte a sur sin necesidad de detenerme hasta llegar a mi destino. Creí que semejante prodigio era una señal divina, que mientras mi Vespino y yo fuéramos empalmando semáforos en verde en el regreso de tu casa a la mía, tú seguirías a mi lado. Me entregué con denuedo al objetivo, crucial para la supervivencia de nuestro amor, de recorrer aquellos 8 kilómetros de trama urbana sin pararme en ningún semáforo. Después de todo, si había sido posible aquella primera madrugada,por qué no iba a serlo en lo sucesivo. Al principio todo fue como una seda. Tanto que, de hecho, resultaba más sencillo completar el trayecto de corrido que hacerlo con paradas. Hasta que, llegado un día, los semáforos se desincronizaron y me vi obligado a más de un súbito acelerón, a ralentizar la marcha en espera del cambio de disco, a cruzarlos, ay, en rojo. Se trataba, dicho queda, de no detenerse, de que las ruedas de mi Vespino siguieran girando y, con ellas, siguiera girando el mundo, que para mí, y por aquel entonces, eras tú. Bueno, tú y mi Vespino; no en vano, de ella dependía nuestra dicha; de ella y, a qué negarlo, de mi pericia de piloto. Con el pasar de los días me convertí en un consumado experto en el arte de ensartar semáforos. Es cierto que hubo lances un tanto extravagantes, como la noche en que hube de aguardar a que cambiara a verde desplazándome en círculos, para pasmo de un peatón que por allí pasaba. Debió de ser por aquellas fechas cuando empecé a dejarte en casa más temprano que de costumbre, pues no veía el momento de darte el beso de despedida, poner en marcha mi moto y, al abrigo de la luna, salvar lo nuestro. Comprendo que recelaras, que atribuyeras mis desatenciones y los níveos extravíos que comenzaron a apoderarse de mí, a la existencia de otra mujer. Pero créeme, no había en mis pensamientos nada que no fueran mi Vespino y mil ardides para sobrevolar Barcelona. Ya ni siquiera, en efecto, estabas tú. POR José María Albert de Paco AVENTIS DE 95 OCTANOS IV
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  • 67. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 67 Semana Santa de 1974. Cuatro descerebrados de un pequeño pueblo de la provincia de Barcelona, que empezaban a iniciarse en el mundo de la moto, planean lo que en esa época parecía una locura. Quizás lo era. Armados de espíritu aventurero, de cuatro capelinas y cuatro “barretines” (en esa época no era obligatorio ni se estilaba usar casco), deciden emprender un viaje a lo desconocido. Empiezan los preparativos, eligiendo el destino. Muchas propuestas, y al final gana La Capital. El Paseo de la Castellana es el objetivo. El vehículo, evidentemente, la moto. Pero no una moto cualquiera. Había que amplificar la aventura. Dos Moto Guzzi de 49 c.c., una de 65 c.c. y una de 73 c.c. fueron las elegidas. La más antigua, de 1954. La más nueva de 1962. Unas motos en marcha pero sin restaurar. Unas cajas de madera para guardar algunos recambios y prendas de abrigo constituían el equipamiento “pro” necesario para el viaje. 600 KM EN UNA MOTO DE 49CC ES INCÓMODO, SI ADEMÁS ES DEL AÑO 62, ES UNA LOCURA. POR Ramón Forcada
  • 68. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 68 S alida desde el centro de Moià, con concentración de curiosos y aficionados, despidiendo a los viajeros cual marineros rumbo a las Américas. Buenos deseos, algunas fotos, y hasta la vuelta. Dirección Lleida, la primera moto dice basta. No habían transcurrido más de 60 km. Gripaje habitual en el modelo. No era cuestión de abandonar tan pronto la aventura y había que reparar. Fácil. Se desmonta el escape, la culata, se saca el cilindro y armados de tela de esmeril bañada en el aceite del propio cárter se procede a un rectificado manual de calidad. Afortunadamente la operación no era complicada, ya que el modelo en cuestión llevaba admisión al cárter a través del cigüeñal, con lo que no había que tocar el carburador. Montaje de nuevo y a correr. La idea era llegar a Zaragoza la primera noche, pero no fue posible. El gripaje se repitió y la reparación también. La pérdida de tiempo fue tan importante que anocheció antes de Zaragoza. A dormir en una cabaña abandonada, y esperar que al día siguiente la mecánica fuese más benevolente. El segundo día fue un poco mejor en el tema mecánico, pero al llegar a Medinaceli una tormenta de nieve sorprende a los aventureros. Circular en moto era casi imposible. El frío aterrador y el estado de la carretera, peligrosísimo. No queda otra solución, sin pensar en el abandono, que cargar las motos en el tren hasta Guadalajara. Allí las condiciones eran un poco mejores y se pudo llegar hasta Madrid. Entrada por Avda. de América, y visita a La Castellana, destino final. Pero el duende de la mecánica estaba travieso. Otro problema de motor en pleno centro de Madrid obliga a poner la rectificadora en marcha. Esta vez había mejores condiciones Un banco del Paseo de la Castellana resultó perfecto para extender las piezas y las pocas herramientas necesarias. Un motor de Guzzi 65 c.c. desmontado sobre un banco público un Sábado Santo a las cuatro de la tarde se convirtió en una atracción improvisada.
  • 69. CLUB PONT GRUP MAGAZINE N#6 LOCURA PÁGINA 69 fue mucho más fácil. Un poco de lluvia, un poco de hambre, mucho frío y demasiados kms. fueron los principales inconvenientes. Todo superable. No había autovía entre Madrid y Zaragoza. Los vehículos eran lentos y el tráfico exagerado. La falta de unidad de criterio entre las diferentes patrullas de la Benemérita se convirtió en la comidilla de la excursión. Unos decían que las motos debían circular por el arcén, para evitar posibles desgracias. Otros que el arcén era sólo para parada de emergencia y que había que circular por la calzada. Así hasta cinco veces, evitando por suerte ser sancionados. Por suerte o por lástima. ¿Quiénes eran los locos de las Guzzi?. Uno era yo, otro mi hermano y dos amigos. La aventura fue notable para le época, sobre todo teniendo en cuenta la poca o nula información previa al viaje (no había internet) y la cantidad de inconsciencia de que hicimos gala. para trabajar. Un banco del Paseo de la Castellana resultó perfecto para extender las piezas y las pocas herramientas necesarias. No hace falta decir que un motor de Guzzi 65 c.c. desmontado sobre un banco público en el paseo más emblemático de la capital de España, un Sábado Santo a las cuatro de la tarde se convirtió en una atracción improvisada que congregó a un importante número de curiosos. Pensar que había que deshacer el camino recorrido, en las mismas condiciones, era como una losa. La locura. Pero esta vez la reparación fue definitiva. Unos segmentos con demasiado ajuste producían los múltiples gripajes padecidos. Había que aumentar la holgura, pero hacía falta una lima. Cómo no había, la superficie rugosa del banco de La Castellana se convirtió en un abrasivo perfecto para ajustar el cierre de los segmentos. Lavuelta,conelproblemamecánicosolucionado, La aventura fue notable para le época, sobre todo teniendo en cuenta la poca o nula información previa al viaje y la cantidad de inconsciencia de que hicimos gala.
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