El documento discute el origen y propósito del diezmo en la Biblia, argumentando que el diezmo fue establecido en la ley de Moisés para apoyar financieramente al sacerdocio levítico, pero que quedó abolido con la llegada de Cristo. Se analizan los casos de Abraham, Jacob y la ley de Moisés, concluyendo que el diezmo era para los necesitados de Israel y no una garantía automática de bendición, y que no se aplica a los creyentes del nuevo pacto.
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Es común en nuestros días escuchar algunas frases como “diezme para que el
señor lo bendiga”, “Usted no prospera porque no diezma”, “el señor me ha
prosperado desde que empecé ha diezmar” Estas enseñanzas nos hacen
preguntar ¿Es el diezmo una ley vigente en la actualidad? ¿Es el diezmo
bendición? ¿Qué hay detrás del diezmo? Es necesario revisar los orígenes del
diezmo para abordar la situación actual.
El libro de Génesis (Gen.14:1-20) narra que Abraham participó en una batalla
para rescatar a su sobrino Lot y su familia (Gen.14:15-16). En esta operación
quedó en su poder un botín de guerra y de éste Abraham le dio los diezmos a
Melquisedec (Gen: 14:20). Como usted puede ver Abraham Diezmó del botín y
nunca diezmó de su trabajo como algunas personas quieren hacer creer a los
creyentes. Este hecho es confirmado en el libro de Hebreos (7:1-4) donde se
afirma: “Abraham le dio los diezmos del botín”. ¿Entonces de dónde sale la
idea cuando se les dice a los creyentes que den el diezmo de Abraham,
refiriéndose a que diezmen de su trabajo? Esta idea es una manipulación de
las escrituras desarrollada por muchos predicadores que por avaricia colocan
en dificultades a los creyentes como está escrito: “y por avaricia harán
mercadería de vosotros con palabras fingidas” (2ª de Pedro 2:3)
El profeta Jacob hizo voto voluntario de dar el diezmo a Dios de todo lo que él
le diere, o sea que Jacob ofreció el diezmo de su trabajo (Gen. 28:20-22). Este
caso también es usado para justificar el diezmo actual que algunas iglesias
cobran a los creyentes para alcanzar la bendición material y espiritual, pero
debemos observar que Dios nunca le pidió el diezmo a Jacob, sino que él
voluntariamente hizo un voto de darle el diezmo a Dios. ¿Cómo le fue a Jacob
con el voto que hizo? A Jacob le fue mal. Vemos en la escritura que Jacob
regresó próspero a la tierra de Canaán del viaje que había emprendido (Gen.
31:17). Este hecho parecería respaldar la idea que el diezmo era bendición
antes de la ley, pero los años fueron pasando y llegó el momento en que Jacob
estaba pasando hambre con su familia (Gen. 42:1-2; 43:1-8; 45:11),y si no es
por la gracia de Dios la familia habría muerto de hambre, como José se lo dice
a sus hermanos por el Espíritu al expresar: “Ahora, pues no entristezcáis, ni os
pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envío
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Dios delante de vosotros, pues ya ha habido dos años de hambre en medio
de la tierra, y aun quedan cinco años en los cuales ni habrá arada ni siega
y Dios me envió delante de vosotros, para preservaros posteridad sobre la
tierra, y para daros vida por medio de gran liberación” (Gen. 45:5-7). Y el
mismo Jacob hace un balance de su vida y dice: “los días de mi peregrinación
son ciento treinta años; pocos y malos han sido los días de los años de mi vida,
y no han llegado a los días de los años de la vida de mis padres en los días de
su peregrinación” (Gen. 47:9). Vemos claramente que el diezmo no garantizó la
bendición antes de la ley, y aun cuando Abraham le dio el diezmo a
Melquisedec, éste ya lo había bendecido Gen.14:18-20, observe que él
primero fue bendecido y después fue que diezmó. ¿Cómo, entonces, dicen
algunos que dé el diezmo de Abraham para que Dios le bendiga?
Cuando Dios saca al pueblo de Egipto no le mandó nada referente al
diezmo. Dios les dijo: “Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi
pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía
es toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa.
Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel” (Exodo19:5-6).
Fíjese que todo el pueblo estaba en posibilidad de ejercer el sacerdocio y
que ninguna tribu de Israel tenía el sacerdocio como única ocupación ¿Qué
sucedió para que la tribu de Leví quedara a cargo del sacerdocio? Esta
situación comenzó cuando Moisés recibió de Dios las tablas con los Diez
mandamientos y al regresar encontró que el pueblo se había hecho un ídolo.
Moisés quebró las tablas y subió nuevamente al monte a orar por el pueblo,
para que Dios no lo destruyera (Deuteronomio. 9:9-18). Dios le dijo a Moisés
que se labrara dos tablas de piedra y subiera al monte para escribir
nuevamente en ellas los diez mandamientos y después de estos hechos, Dios
apartó a la tribu de Leví para el sacerdocio y no permitió que la tribu de Leví
tuviera territorio como las otras tribus (Deuteronomio. 10: 1-8; Números18:20),
dejando sin posibilidades de trabajo material a los levitas. ¿De qué iban a vivir
entonces? Este hecho género que se añadiera la ley del diezmo, esto es
entendible, porque un sacerdocio de tiempo completo necesitaba una forma de
financiación (Números.18:23-24; Deuteronomio 12:17-19)). Observe que esta
ley fue añadida a causa de la transgresión cometida por el pueblo de
Israel al hacerse un ídolo, porque cuando Dios dio los diez mandamientos no
agrego más (Deuteronomio 5:6-22). Esto es confirmado en el libro de Gálatas
donde el Espíritu Santo dice: “la ley fue añadida a causa de las transgresiones
hasta que viniese la simiente” (Gálatas3:16-19), es decir, toda la ley fue
añadida, incluida la del diezmo, hasta que viniese el señor Jesucristo, Porque
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la escritura dice: “el fin de la ley es cristo para justicia a todo aquel que cree”
(Romanos 10:4).
El diezmo fue establecido para los levitas y nunca para los gentiles, como en
este tiempo se afirma por parte de muchos predicadores. En Israel diezmaban
todas aquellas personas que tenían propiedades (Deuteronomio 14:22). Ahora
bien, el propósito del diezmo no era acumular riquezas en bancos, como se
hace hoy día, sino atender a los necesitados en Israel, acuérdese que el Levita
no tenía territorio, sino ciudades para vivir, y una pequeña zona alrededor de la
ciudad de 450 metros de ancho, y si las otras tribus no diezmaban él padecía
necesidad (Deuteronomio 12:19; 14:27-29). O sea que el diezmo era para
repartírselo a los pobres del pueblo y no como se practica en la actualidad,
donde los pobres y desamparados diezman para seguir enriqueciendo a las
iglesias. El diezmo de la ley era bendición porque Dios se agradaba de que el
levita, la viuda, el pobre y el extranjero tuvieran que comer, y por eso Dios le
reclama al pueblo de Israel porque habían descuidado el diezmo cuando dice
que la nación le ha robado y que si traían los diezmos, Dios derramaría
bendición (Malaquías 3: 8-10).
El diezmo fue dado para el pueblo de Israel (Levitico27:30-34) y los levitas eran
los encargados de cobrarlos según la ley, y nunca Dios dijo nada del diezmo
para nosotros los gentiles ¿Cómo, entonces, muchos dirigentes religiosos le
piden diezmos a los creyentes? (Hebreos 7:5), y aún siendo judío algún
creyente no tiene porque pagarlo porque el diezmo quedó abolido (Hebreos
7:4-18). Ahora, si cobran el diezmo porque ellos dicen que son fieles al antiguo
testamento ¿por qué no se lo reparten a los creyentes pobres de la iglesia?
(Deuteronomio 14:27-29).Porque el objetivo del diezmo era suplir las
necesidades de los pobres en Israel, y observe que los que diezmaban lo
hacían con productos agropecuarios y no con dinero como lo practican muchas
iglesias hoy, es más, la Biblia no señala que el trabajador asalariado tuviera
que diezmar, sino las personas que tuvieren propiedades (Deuteronomio
14:22). Además, La Biblia aclara que los trabajadores no diezmaban, sino que
comían del diezmo que entregaban los propietarios de los campos o sea que
ellos no daban el diezmo sino que lo recibían, como está escrito: Ni comerás en
tus poblaciones el diezmo de tu grano, de tu vino o de tu aceite, ni las primicias
de tus vacas, ni de tus ovejas, ni de los votos que prometieres, ni las ofrendas
elevadas de tus manos; sino que delante de Jesús tu Dios las comerás, en el
lugar que Jesús tu Dios hubiere escogido, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu
sierva, y el levita que habita en tus poblaciones (Deuteronomio 12:17-18).
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El nuevo pacto abolió el pacto de la ley, en el cual estaba el diezmo, porque
la escritura al decir: “Nuevo pacto, ha dado por
viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a
desaparecer (Hebreos 8:8-13). Esta escritura nos esta diciendo claramente que
la ley, incluido el diezmo, quedó abolida para el que acepte al Señor Jesucristo;
como también otra escritura nos dice: “porque el fin de la ley es Cristo, para
justicia a todo aquel que cree”(Romanos 10:4), y de nuevo el Espíritu nos dice :
“aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos
expresados en ordenanzas, …”(Efesios 2:15), y esto es claro porque el
diezmo era una ordenanza, como esta escrito: “indefectiblemente diezmaras…”
(Deuteronomio 14:22). Jesús mismo nos enseño que la ley iba ha llegar a su fin
cuando todo tuviera cumplimiento (Mateo5:17-18) y en la cruz, sabiendo Jesús
que ya todo estaba consumado dijo para que la escritura se cumpliese: “tengo
sed” y una vez tomado el vinagre dijo: “consumado es”, es decir, Jesús estaba
diciéndonos que ya todo se había cumplido y que la ley había llegado a su fin,
hecho este confirmado después de la resurrección cuando Jesús dijo a sus
discípulos: “era necesario que se cumpliese todo lo que estaba escrito de mí
en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos”. Cuando hablamos de la
ley no nos referimos a los Diez mandamientos, los cuales están vigentes,
aunque algunas de las cosas planteadas en estos requieren una explicación
detallada de la cual no nos ocuparemos en este tratado, sino de las cientos de
leyes que fueron añadidas a causa de las trasgresiones, porque cuando Dios
dio los diez mandamientos por primera vez no añadió más (Deuteronomio5:6-
22; 9:10). Ahora, estas cientos de leyes, aunque fueron abolidas, encierran una
serie de enseñanzas, porque estas eran sombra y figura de las cosas
celestiales (Hebreos8:5; 10:1), como dijo el Espíritu: “Toda la escritura es
inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para
instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente
preparado para toda buena obra” (2ª Timoteo3:16-17). La ley del diezmo nos
deja la enseñanza que Dios se preocupa por los necesitados y que lo que el
buscaba no era el cobro del diezmo para guardarlo sino para repartirlo entre los
necesitados. Jesús refiriéndose al diezmo dijo: “mas ¡ay de vosotros, fariseos!
Que diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza, y pasáis por alto la justicia y
el amor de Dios. Esto os era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello”
(Lucas 11:42).
El Espíritu, por medio del apóstol Pedro, nos confirma el fin de la ley cuando
algunos creyentes sostenían que los gentiles tenían que guardar la ley de
Moisés al decir: “¿Por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los
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discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido
llevar?”(Hechos 15:5-10; 28), y de nuevo por boca del apóstol Pablo nos dice:
“y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de
Israel no fijaran su rostro en el fin de aquello que había de ser abolido. Pero el
entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy cuando leen el
antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por cristo es
quitado” (2ª de corintios 3:13-14).
Jesús hablando del diezmo se refirió a éste en pasado diciendo: “era necesario
hacer” (Lucas11:42), y el Espíritu en el libro de Hebreos nos dice claramente
que el diezmo esta abolido al afirmar: “queda abrogado el mandamiento
anterior a causa de su debilidad e ineficacia” (Hebreos 7:18). El punto
principal de lo que venimos diciendo es que el diezmo está abolido ¿Y por qué
causa se abolió? Por la misma que le dio origen, es decir, por el sacerdocio.
Recordemos que cuando Dios sacó al pueblo de Egipto le dijo que ellos serían
un pueblo de reyes y sacerdotes y gente santa (Éxodo 19:6), o sea que todas
las tribus tenían la posibilidad del sacerdocio, pero cuando el pueblo hace el
becerro de oro Dios apartó a la tribu de Leví para el sacerdocio (Deuteronomio
10:8), y este encargo de parte de Dios dio inicio a la ley del diezmo para
sostener a los levitas (Números18:23-24). Cuando Jesús se levanta como
sumo sacerdote el sacerdocio levítico fue cambiado, porque nuestro señor no
provenía de la tribu de Leví sino de la tribu Juda y cambiado el sacerdocio es
necesario que haya cambio de ley, en otras palabras el diezmo como ley surgió
a causa del sacerdocio levítico y fue abolido cuando este sacerdocio fue
reemplazado por el sacerdocio del señor Jesucristo (Hebreos 7:11-14; 18;
4:14), y nuevamente todo el pueblo de Dios se encuentra en la situación inicial
en que se encontraba el pueblo de Israel a la salida de Egipto (Éxodo 19:6),
como está escrito en el nuevo testamento: “Mas vosotros sois linaje escogido,
real sacerdocio, nación santa pueblo adquirido por Dios para que anunciéis las
virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable”(1ª de
Pedro2:9). Y otra vez: “Digno eres de tomar el libro abrir sus sellos; porque tú
fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y
lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y
sacerdotes” (Apocalipsis 5: 9-10), y eso de que nos ha hecho sacerdotes
a todos los linajes es la confirmación de que el sacerdocio levítico ya no
está funcionando ni la ley que lo financiaba, el diezmo, ya que todos los que
creemos en cristo podemos servirle, como está escrito: “Creí por lo cual hablé”
( 2ª de Corintios 4:13 ). El sacerdocio cristiano es gratuito como dijo el señor
Jesucristo: “…de gracia recibisteis, dad de gracia” (mateo10:8) y el Espíritu
nos confirma esto al decir por boca del apóstol Pablo: “¿Cuál, pues, es mi
galardón? Que predicando el evangelio, presente gratuitamente el evangelio
de cristo para no abusar de mi derecho en el Evangelio” (1ª de Corintios 9:18).
Esta posición fue confirmada por el apóstol cuando se despidió de los
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ancianos de la iglesia diciéndoles: “Y ahora, hermanos, los encomiendo a
Dios y a la palabra de su gracia, que tiene poder paras sobreedificaros y
daros herencia con todos los santificados. Ni plata ni oro ni vestido de nadie
he codiciado. Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario a
mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido (hechos 20:32-34).
Y el Espíritu testificó de manera clara acerca de este tema en el libro de
hebreos al decir: “tenemos un altar, del cual no tienen derecho de comer los
que sirven al tabernáculo” (Hebreos 13:10).
El diezmo en la ley era bendición y la persona estaba sometida por la ley a
cumplir con el pago del diezmo (Deuteronomio14:22; 29), pero una vez venido
la simiente, es decir Cristo, la ley quedo sin vigencia, como esta escrito: “la ley
fue añadida a causa de las transgresiones hasta que viniese la simiente a
quien fue hecha la promesa” (Gálatas 3:19; 16) y “el fin de la ley es Cristo para
justicia a todo aquel que cree”(Romanos 10:4). Si Dios abolió el diezmo
(Hebreos 7:18) ¿Qué pasa con aquellas personas que diezman para que el
señor las bendiga? Este asunto es complejo porque lo que era bendición, si
Dios lo quitó ¿sigue siendo bendición? ¿Podemos contradecir a Dios?
Recuerde que si usted esta pagando diezmo esta en rebeldía en contra de la
palabra y que como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e
idolatría la obstinación y que el obedecer es mejor que los sacrificios (1ª de
Samue15:22-23). Algunos creyentes diezman para que Dios los bendiga,
dependiendo de una obra de la ley, el diezmo, para alcanzar bendición. Pero
olvidan “que todos los que dependen de las obras de la ley están bajo
maldición” (Gálatas 3:10) y que “los que por la ley os justificáis; de la gracia
habéis caído” (Gálatas 5:4), en otras palabras la persona se justifica porque
diezma al decir “es justo que Dios me bendiga porque diezmo” y con esto se
esta separando de la gracia, porque al que obra no se le tiene en cuenta su
salario como gracia, sino como deuda (Romanos 4:4) Además si Cristo nos
redimió de la maldición de la ley ¿Cómo nosotros vamos a someternos
nuevamente al yugo de esclavitud? (Gálatas3:13; 5:1) El consejo de Dios es
que permanezcamos firmes en la libertad que Cristo nos dio, “sabiendo que el
hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de
Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser
justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por
las obras de la ley nadie será justificado” (Gálatas 2:16)
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