Ramiro Helmeyer - Los delincuentes siempre surgen primero que la ley. Pero sus fechorías, actos contrarios al bien común, orientan el sentido de los legisladores. Tal como lo establece la máxima latina de los romanos “nullum crimen, nulla poena sine praevia lege”, “Ningún delito, ninguna pena sin ley previa”.