El documento habla sobre una vasija de barro que se rompió porque no pasó por el proceso de cocción en el horno. Esto representa cómo las personas necesitan pasar por las tribulaciones para fortalecer su fe y quitar impurezas, ya que solo el fuego puede refinarlas como la plata. Al igual que la vasija de barro, las personas deben pasar por altas temperaturas en el horno de la aflicción para limpiarse de todo lo que no les permite madurar.
Programa electoral de Vox para las elecciones catalanas
Dia sexto
1. DIA SEXTO
Compré tres vasijas de barro y sembré en ellas unas planticas, al día siguiente cuando fui a ver mi jardín me
encontré que una de las macetas se había desbaratado y la planta estaba tirada en el suelo. Me acerqué para
ver lo que pasaba y me di cuenta que aquella vasija de barro, hermosa e igual a las otras dos, se había deshecho
por el agua que se le había echado al sembrar la planta. Y me fijé que eso sucedió porque la maceta no había
pasado por el fuego. Me la vendieron sin hornear.
El alfarero me vendió una maceta sin terminar, la maceta se veía bonita, pero no sirvió para nada. Y no sirvió
para nada porque no pasó por uno de los procesos más importantes en la hechura de una vasija de barro: el
proceso de cocer, a temperaturas extremadamente altas y por muchas horas, las piezas de arcilla en el horno,
para que salgan fuertes, duras y perdurables.
Cualquier barro, por más que ya haya sido preparado y limpiado, y por más que ya se haya formado en una
vasija muy hermosa y útil, todavía tiene algo de carbón, materiales orgánicos, azufre y otras impurezas. Estos
elementos solamente salen a temperaturas muy, muy altas. Este proceso de horneado se llama sintetizar. Y
exactamente así es con nosotros, vasijas de barro, elaboradas por el Alfarero celestial.
Vasija que no pasa por el fuego no es capaz de resistir ningún material que se le coloque, no podrá ser usada
para nada. Por eso nosotros necesitamos pasar por las tribulaciones para fortalecer nuestra fé, nuestro
carácter, nuestra paciencia, nuestro temperamento y quitar de nuestra vida todo aquello que no nos deja
madurar.
Además, necesitamos el horno a altas temperaturas para limpiar y refinarnos de todas las impurezas que
todavía tenemos en nuestro ser.
“He aquí te he purificado, y no como a plata; te he escogido en horno de aflicción.” (Isaías 48,10) “Porque Tú
nos has probado, oh Dios; nos has refinado como se refina la plata.” (Salmo 66,10).
ORACION:
Gracias Espíritu Santo por haber fijado tus ojos en mí. Yo sé que cada dificultad por la que paso, eres tú en
ella, eres tú dándome la fortaleza que necesito para sobrellevar los avatares de cada día. Tú eres mi roca,
mi refugio, mi Dios en quien confío. Amen!
"…te he puesto en el fuego, igual que la plata, y te he
probado en el horno de la desgracia."
Is. 48,10
UNA VASIJA EN EL FUEGO