El poema describe cómo el acto de levantar una rosa ilumina todo como la luna y el sol no pueden, y cómo al levantar una rosa el poeta grita a las aves en el cielo y construye perennidad con la savia de la rosa y su propia sangre en su breve vida, dejando atrás sus penas y asombros mientras escucha la vida en el canto de las aves en sus hombros.