2. LAS INDUSTRIAS L1TICAS DE
SAN AGUSTIN
MARIA PINTO NOLLA
Profesora Asociada, Instituto de Ciencias Naturales
Universidad Nacional de Colombia
HECTOR LLANOS VARGAS
Profesor Emérito, Departamento de Antropologla
Universidad Nacional de Colombia
Fundación de Investigaciones Arqueológicas Nacionales
Banco de la República
Santalé de Bogotá, 1997
3. Cartitula: Morelia. terraza de
habitación excavada.
FUNDACION DE INVESTIGACIONES
ARQUEOLOGlCAS NACIONALES. No. 63
BANCO DE LA REPUBLICA
LAS INDUSTRIAS LlTlCAS DE SAN AGUSTlN
Primera Edición, 1997
Clasificación Dewey: 5719561
Autoedición e Impresión
Editora Guadalupe Llda. Te!.: 269 07 88
Santaf~ de Bogotá. D.C., Colombia
Printed and made in Colombia I Impreso y hecho en Colombia
• Profesora Asociada, Instiluto de Ciencias Naturales. Universidad Nacional de
.. Colombia.
Profesor Eml!rilo. Depanamento de Anlropologfa. Universidad Nacional de
Colombia.
4. CONTENIDO
Página
COLABORACIONES 9
INTRODUCCION 11
MEDIO AMBIENTE................................................................... 13
PitaliIO.......................................................................................... 13
I..a región 13
Paisajes 15
Ganón ............................................................•............................ 18
Localización y paisajes 18
Morelia 20
La tierra 20
Los bosques y el clima 28
Quinchana 29
Localización geográfica 29
El paisaje 30
Fonnación geológica 32
PROCESO HISTORlCO DEL SUR DEL ALTO
MAGDALENA 35
Cambios climáticos y periodización histórica 35
Pautas de asentamiento del fonnativo.................................... 40
Pautas de asentamiento del clásico Regional......................... 41
Pautas de asentamiento del reciente 43
5. 6 LAS INDUSTRIAS LITIeAS DE SAN AGUSTIN
Página
METODOLOGIA 45
LA INDUSTRIA LlTICA 47
Las técnicas de talla 47
Las materias primas ,......... 49
Descripción ...,................................................................... 49
Fuentes de materia prima 51
Los Núcleos ,.................... 52
Globular 56
Tabular............................................................................... 56
Irregular. 58
Cónico ,.......................... 58
Desechos de talla 58
Los productos de talla utilizados y retocados 59
Las lascas 59
Los perforadores 62
Los raspadores 66
Análisis tipológico 69
Bloques de materia prima utilizados en bruto........................ 72
Piedras con picado por uso 72
Golpeadores 72
Yunque·golpeador. 72
Machacadores 72
Cincel 72
Mortero......................................................................... 72
Instrumentos que presentan superficies desgastadas
por el uso .. 72
Pulidores 72
Metates 73
Manos de moler 73
Ovoide - convexa 73
Rectangular - horizontal......................................... 73
Ovoide· horizontal................................................. 73
Ovoide - ligeramente convexa 73
Semicircular - convexa 73
6. CONTENIDO 7
Página
Cuadrangular - convexa 73
Instrumentos sobre lasca con los bordes en bruto o
retocados 81
Lascas con los bordes en bruto o retocados
(acción cortar)............................................................... 81
Lascas prismáticas 81
Lascas triangulares 81
Lascas concoidales 81
Lascas atípicas 81
Lascas con bordes convergentes formando un extremo
agudo (acción perforar) 82
Perforadores sencillos 82
Perforadores de eje 82
Perforadores oblicuos ..".................................... 83
Perforadores angulares. 83
Perforadores dobles 83
Perforador de eje-angular 83
Perforador de eje-doble 83
Perforador angular doble 83
Instrumentos con los bordes brutos o retocados
(acción múltiple) 84
Lasca - perforador 84
Lasca - raspador lateral................................................ 84
Raspador terminal - perforador 84
Raspador lateral - perforador 84
Raspador terminal - lasca 84
Raspador cóncavo - lasca 84
Instrumentos con borde activo retocado (acción raspar) .. 84
Raspador lateral 85
Raspador terminal 85
Raspador cóncavo 85
Raspador discoidal 85
Raspador múltiple 85
Raspador doble lateral................................................. 85
Raspador lateral - terminal........................................... 85
Raspador cóncavo - terminal....................................... 85
7. 8 LAS INDUSTRIAS LITIeAS DE SAN AGUSTIN
Página
Raspador cóncavo - lateral - leoninal.......................... 86
Instrumentos con borde activo lascado
(acción Golpear). 86
Chopper 86
CONSIDERACIONES FINALES 113
BIBLIOGRAFIA 117
INDICE DE LAMINAS. 123
INDICE DE GRAFICAS 125
IND1CE DE TABLAS 127
INDICE DE FIGURAS 129
8. COLABORACIONES
Agradecemos a continuación a las instituciones y personas que con-
tribuyeron con la realización del presente trabajo:
1. El patrocinio de esta investigación lo realizó la Universidad Nacio-
nal de Colombia: CINDEC. Vicerreetorfa de Recursos; Insrituto de
Ciencias Naturales. Facultad de Ciencias; Departamento de Antro-
pología, Facultad de Ciencias Humanas.
2. La Fundación de Investigaciones Arqueológicas Nacionales del
Banco de la República y el doctor Luis Duque Gómez, su Director
Ejecutivo. permitieron su publicación.
3. Diego Escobar Alvarado, estudiante de Monografía de Grado de la
carrera de Antropología. colaboró en la clasificación tecnológica y
tipológica del materiallftico.
4. El antropólogo Jorge Alarcón Guevara y el artista Arlan Hassem
Londoño hicieron los dibujos del material lítico.
s. El geólogo Carlos Martín Molina realizó el análisis petrográfico y
mineralógico.
6. Julio Cabra tomó las fotografías de los artefactos líticos.
7. Las fotografías de paisajes y excavaciones son de Héctor Llanos
Vargas.
9. INTRODUCCION
Los andlisis de las industrias Uticas del precerámico en Colombia se
iniciaron con los trabajos del Abra (Hurt, van der Hammen y Correal,
1976), fue a partir de estos hallazgos que se estableció la clasificación
tipológica para los instrumentos iflicos de grupos de cazadores-recolectores
en Colombia. teniendo en cuenta la metodolog{a desarrollada por Angel
Garc{a Cook (1982), para series mejicanas.
Con el desarrollo de posteriores investigaciones, Tequendoma (Co·
rtY!o/ &: vanderHammen, 1977). NemocónySueva(Correa~ 1979), Zipacón
(Correal &: Pinto. 1983), Chfa (ArdUa. 1984), Aguazuque (Correal, 1990),
Galindo (Pinto. 1991, MS). etc., se ha podido establecer cierta continui-
dad en la fabricación de los instrumentos, a lo cual CorreallJama la in·
duslria Abriense. esta fOT1TlQ de elaboración definida de una manera am-
plia se continúa hasta perfodos cerámicos en las series de kz SabaruJ de
Bogotá.
Los análisis efectuados en el trabajo de Galindo (Pinto. 1996. MS)
iniciaron el estudio tecno16gico de estos conjuntos lfticos. en la búsqueda
de cambios culturales en los procesos de fabricacidn de los instrumentos.
Estas investigaciones buscan complementar la infonnacidn cultural que
ofrece el establecimiento de tipologras. tratando de acercarse al hombre.
sus gestos ticnicos y sus escogencias culturales.
Para perrados agro-alfareros no esfrecuente encontrar estudios espe-
cializados de la industria lftica. Sobre la regidn arqueo16gica de SanAgustfn
no se han realil.lldo clasificaciones completas de los instrumentos lfticos.
Los diferentes investigadores que han excavadc solamente han hecho una
identificacidn parcial de los artefactos que encuentran. Hasta aJwra no se
habla hecho ninguna aproximacidn tecno16gica de estos conjuntos lfticos.
10. 12 LAS INDUSTRIAS LlTICAS DE SAN AGUSTIN
Entre los años 1981 y 1993 bajo la dirección del Profesor Héelor
Llanos V. y con el patrocinio permanente de la Fundación de Investigacio-
nes Arqueológicas Nacionales, del Banco de la República, se realizaron
cuatro etapas del Programa de Investigaciones Arqueológicas del Alto
Magdalena (PlAAM), en las regiones de QuinchaTUl (SanAgust(n), Morelia
(SaladobJancoJ, valle de Laboyos y Garzón (Lianosy Durán, 1983; lia-
nas, 1988, 1990, 1991).
En las excavaciones anteriores se obtuvieron instrumentos f(ticos per-
tenecientes a diferentes perfadas del proceso histórico de San Agust(n, los
cuales se clasificaron de manera preliminar sin haber sido objeto de un
análisis tecnológico, Por considerar que esta industria Utka regional es
importante porque nos permite apreciar actividades de la vida cotidiana,
nos propusimos la realización de este proyecto de investigación, con miras
a contribuir a la definición y utilización de metodologtas para el estudio
tecnológico de instrumentos lfticos pertenecientes a grupos agroaifareros.
11. MEDIO AMBIENTE
PITALITO
La región
La región investigada se conoce con el nombre de valle de Laboyas
(Llanos. 1990), y hace parte del municipio de Pitalito. ubicado en el sur
del departamento del Huila. Limita con los siguientes municipios: al nor-
te con Saladoblanco y Elías. al noroeste con San José de Isoas, al noreste
con Timaná, al sur con Palestina, al este con Acevedo y al oeste con San
Agustín.
El valle de Laboyas es la parte central del municipio de Pitalito y
constituye el centro geográfico de la parte sur del Alto Magdalena. delimi-
tado por las estribaciones de la cordillera Oriental, hacia el sur y el oriente,
y varias serranías que lo separan del valle det do Magdalena. hacia el norte
y el oeste. (Lam.!). Está ubicado entre)O 5J' 13" Y }O 54' 4" de latitud Norte
y entre 76° l' 7" Y76° 5' 40" de longitud Oeste.
Es una región privilegiada en tanto que en ella se encuentran vías
naturales que la comunican hacia el sur, con el curso alto de los ríos
Caquetá y Putumayo (alta Amazonia), hacia el norte, con el valle medio
del río Magdalena, y hacia el occidente, con el alto Cauca y el altiplano
de Nariño.
El valle ha sido formado principalmente por la acción de los ríos
Guarapas y Guachicos, que nacen en la cordillera Oriental y corren parale-
los de sur a norte; el primero desemboca en el río Magdalena después de
haber recibido las aguas del segundo. El valle también es regado por las
quebradas Mortiñal, Regueros, Aguadulce y El Guadual, que corren de
12. 14 LAS INDUSTRIAS lITICAS DE SAN AGUST1N
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5
13. MEDIO AMBIENTE 15
norte a sur formando un solo caudal que se llama Cálamo, que desemboca
en el río Guarapas, en un sitio que hace parte del perímetro urbano de
Pitalito.
La zona estudiada del valle se encuentra en clima templado, entre
1.200 y 1.500 metros. De un total de 1.012 kilómetros que tiene el munici-
pio de Pitalito, 681 pertenecen al piso térmico medio y 331 al frío. Las
temperaturas v8Óan entre los 17 y los 230 C., para las tierras del piso tem-
plado del valle de Laboyos. (Univ. Nacional, 1983: 20). Según Holdridge,
el valle se inscribe en la zona de vida de bosque húmedo subtropical (bh-
ST) (IGAC, 1988: 12)
El clima del valle de Laboyos es relativamente homogéneo: "Los
parámetros climáticos no varían excesivamente respecto a los promedios
anuales". (Idem: 6). Hay un promedio anual de lluvias de 1000 a 2000
mm. Existen dos períodos de mínima precipitación, comprendidos, el pri-
mero, entre finales del mes de diciembre y comienzos de marzo y el segun-
do, entre los meses de agosIo y septiembre; de igual manera dos períodos
de invierno, uno entre el roes de octubre y comienzos de diciembre, y el
otro entre abril y junio (Idero).
Paisajes
La región centro y norte de Pitalito, recorrida por los ríos Guarapas
y Guachicos, es el 40% del área del municipio y corresponde a suelos
desarrollados a partir de rocas sedimentarias. (Universidad Nacional,
1983: 21).
En esta zona se distinguen cuatro tipos de paisajes: zona montañosa,
zona de terraza, zona de valles y vegas recientes, y montículos y colinas.
En este proyecto se investigaron los paisajes de terrazas planas y de valles
y vegas recientes:
"El ambiente morfogenético en el cual se han desarrollado los paisajes del
valle y piedemonte, es de cardcter deposicioTUlI y en su construcción han
tenido acción principal los r(os Magdalena, Guachicos y Guarapos los que
en competencia con otros rlos, en su continuo divagar, han depositado
materiales. dejando por esta causa los diferentes tipos de relieve". (IGAC,
198& 3).
14. 16 LAS INDUSTRIAS UTICAS DE SAN AGUSTIN
Entre las vegas del río Guarapas y el piedemonte de la cordillera Orien-
tal se localizan en secuencia terrazas: baja. media y alta. La primera integra
el paisaje del valle y es "estrecha, alargada, contigua y paralela al cauce del
no Guampas, está formada de materiales francos y arcillosos sobre cstraetos
pedregosos". Odem: 4).
La terraza media: "se ha fonnado a partir de sedimentos aluviales
espesos (arcillas) que descansan sobre estratos profundos de materiales
arenosos ...", y tienen un desnivel de 60 a 70 metros con respecto de la
baja. (Idem: 4).
La terraza alta es considerada la más antigua y "está localizada
entre los abanicos y la montana y se ha formado a partir de materiales
aluviales arcillosos"; tiene un desnivel de 15 a 20 metros a la terraza
media. (Idem: 4).
Por último, el piedemonte lo forma el abanico que "está formado por
depósitos aluviales derivados de rocas volcánicas muy antiguas (de edad
Jurásica) correspondiente en su mayoría a la formación Saldaña, que es,tá
integrada por rocas ácidas e intennedias, especialmente ignimbritas de'tipo
Riolita y Riodacita y lavas volcánicas de tipo andesftico" (Idem: 4),
Según la prospección arqueológica la mayoría de los asentamientos
hallados se localizan entre las fonnas de la terraza media: taludes, albardones
y cubetas de decantación.
Los taludes:
"Se han fomuuJo como producto de la incisi6n y entalle ocasionada por el
rfo Guarapas y otros caños, intermedios ent" el nivel alto de la terraZJl
media y la terraz.a baja. TIene configuraci6n estrecha y alargada; son para-
lelos al curso del r(o Guarapos y caños menores; topográficamente son
rectilfneos, de relieve fuertemente quebrados y con pendientes entre 25 y
75% Y están dominados por el relieve plano de los albardones", (ldem: 5),
Los albardones son diques naturales que:
"correspollden a dep6sitos de materiales efectuados en un proceso de
modelaje según el cual, los dos en esta ?oono sufrieron represamiento en el
choque contra la cordiffera Oriefllal, dividiendo su cauce en braz.os y istos
15. MEDIO AMBIENTE 17
efectuaron la respectiva disposición en sus márgenes en un sistema fluvio
delMico. Debido a su dinámica alterna de deposición inicialmente horizon-
tal (rápida) y posteriormente vertical (lenta), predominan los materiales
arcillosos con inclusiones. en zonas de materiales arenosos. Como resulta-
do de este proceso, estas fonnas son de configuración estrecha y sinuosa
con relieve plano convexo, con pendientes de 0-1-3-7%". (ldem: 5).
Las cubetas de decantación son las formas depresionales característi-
cas del sistema fluvio deltáico:
"Estas posiciones que alternan en complejo con los albardones (diques),
en gran cantidad, en el valle de Lab.oyos constituyen un subpaisaje
multideltaico·multibasinal. Las cubetas han sido· sometidas a estancamien-
to prolongado de agua y la deposici6n de materiales sobre estas posiciones,
ha sido en forma vertical lenta, por lo tanto en general son arcillosas con
mas de 60% de arcilla. En su configuraci6n son anchas, masivas. de relieve
plano cóncavo y pendiente de 0·3%". (ldem: 6).
En general los suelos se han desarrollado a partir de materiales aluviales
de diferentes orígenes: "Los sedimentos son arrastrados desde las cordille·
ras y depositados en el valle de Laboyos. Hay materiales ígneos
metamórficos y sedentarios". (Idem: 117). Los relieves son planos convexos
y plano cóncavos:
"En los convexos el agua percolafácilmenre, los suelos son moderadamen-
te bien drenados. En los relieves cóncavos el agua no percola fácilmente y
forma un ambiente de saturación, originando suelos pobremente drenados.
También las zonas de bajos que se encuentran constantemente en medio
hidromórfico, han favorecido el ambiente para la formación de los suelos
orgánicos". (/dem: 59).
Sin embargo, se puede decir: "que los aportes de materiales de origen
aluvial que han formado abanicos, terrazas y vegas ya estabilizadas, han
contribuido tanto en la ganancia de materiales como en la nivelación de
estas superficies, facilitando en cierta forma su uso adecuado". (Idem: 59).
Como se pudo constatar en las excavaciones, los suelos de la terra-
za media al ser derivados de sedimentos aluviales, "poseen un estrato
superior espeso de arcillas que descansan sobre estratos profundos de
materiales arenosos, que sirven de· matriz a materiales heterométricos".
(Idem: 59).
16. 18 LAS INDUSTRIAS UTICAS DE SAN AGUSTIN
En la fonnaci6n de bosque húmedo subtropical (bh-ST),la lluvia ex-
cede a la evapotranspiraci6n, lo cual significa un sobrante de agua en el
suelo. 10 que es: "condición favorable para la planeación de las tierras de
esta región y en especial para aprovechar al máximo sus suelos", (ldem:
12). Además, por ser generalmente un área de tierras planas, los procesos
erosivos son muy escasos, siendo favorables para actividades agrícolas.
(Idem: 73).
En síntesis. los suelos del valle de Laboyas tienen una fertilidad gene-
ralmente alta. Una dificultad se presenta en las regiones más bajas. como
La Caneca. donde los suelos están muy saturados de agua. ronnando pan-
tanos, pero que si se drenan bien, serían aptos para la agricultura al ser
ricos en contenidos orgánicos.
Los aborígenes que vivieron en el valle de Laboyas, desde tiempos
anteriores a la era cristiana hasta los tiempos de la colonización hispánica,
comprendieron las características de los suelos, con sus cualidades para la
agricultura, y con la dificultad de saturación de agua en algunas áreas, por-
que de lo contrario no se entendería cómo lo habilaron durante un largo
proceso histórico.
GARZON
Localización y paisajes
El área investigada del municipio de Garzón (Llanos, l 993) está loca·
lizada hacia el centro del departamento del Huila (75° 40' de longitud Des·
te y 2° 15' de longitud Norte). Garzón limita con los municipios de Agrado
hacia el occidente, Gigante hacia el norte y Altarnira y Guadalupe hacia el
sur, por el oriente limita con el departamento del Caquetá y comparte las
tierras escarpadas del·Macizo de Garzón, que hace parte de la cordillera
Oriental, a 2800 metros sobre el nivel del mar.
El municipio de Garzón tiene básicamente dos conjuntos estructura-
les y topográficos: el Macizo de Garzón (zona oriental) y la depresión del
no Magdalena (zona intennedia y occidental). Esta última fue escogida
para realizar la investigación arqueológica:
17. MEDIO AMBIENTE 19
"... el r[o sigue una depresión tectónica formada por un sinclinalfallado.
cuyo borde occidental aparece bajo forma de crestas que dominan el valle
del r[o y son más o menos paralelas a éste, estas crestas culminan a unos
1.000 metros. El eje del sinclinal desaparece bajo la acumulación de depó-
sitos de lahar relativamente recientes. que forman a cada lado del lecho
mayor del do colinas tubulares de algunas decenas de metros de altura"
(Ruiz.1986:3).
La zona intennedia:
"... entre el Magdalena y el Macizo de Garz6n, se eleva continuamente en
forma irregular hacia el macizo, es heteroginea desde todo punto de vista y
aparece a la escala del paisaje, como formada por una serie de colinas,
explanadas (glacis) y conos de piedemonte, m6s o menos entallados y
disectados por la red de pequeños afluentes del rlo" (Idem).
"El municipio de Garzón presenta una variedad de pisos térmicos y por lo
tanto una variedad de climas. La temperatura de la zona intermedia escons-
tante durante todo el año y. como era de esperarse, va disminuyendo en la
medida que se asciende el Macizo de Garz6n, con una temperatura media
de 23 a 26~ C, en el punta más bajo, a 700 metros (a orillas del r(o Magda-
lena), y sólo 13 a 15 oC, en la cima de la cordillera a 3.000 metros". (Op. cit.:
8). "Con la precipitación sucede un fenómeno que sorprende, por los con·
trastes que existen entre la zona situada cerca del r[o Magdalena y la loca-
lit.ada en las partes altas del Macit.o de Gart.ón que dominan el valle, a un
clima de sequ[a, de calor y sobre todo despejado sucede otro de humedad,
de frescura, nublada, a medida que se asciende en altitud, a partir de los
1.000-1.200 m., fenómenos que se acentúan a mayores altitudes" (Idem).
Existen dos períodos invernales (de lluvias) entre principios de octu-
bre y fines de diciembre y de marzo a junio: "Sobre el valle las lluvias
caen, en efecto, en fonna muy intensa y adquieren por este hecho una im-
portancia morfodinámica relativamente grande. Mientras que en la parte
montañosa se trata más bien de lluvias relativamente moderadas, a menudo
son casi nieblas húmedas que humedecen el suelo en varios metros de es-
pesor" (Op. ciI.: 13).
A diferencia del Macizo de Garzón donde existen los bosques muy
húmedos, montanos y premontanos (bmh-M,PM), característicos de otras
regiones del sur del Huila, la depresión del río Magdalena corresponde al
bosque seco tropical (bs-T), zona de vida que se inicia en los municipios
vecinos de Tarqui y Guadalupe (al sur de Garzón), y se extiende a lo largo
18. 20 LAS INDUSTRIAS LITleAS DE SAN AGUSTIN
del valle del Magdalena, hacia el norte, hasta La Dorada, y es característica
de otras regiones colombianas como el valle del río Cauea. Son regiones
planas y onduladas, con variedad de árboles frutales y maderables. entre
los más apetecibles por su calidad.
En la zona intermedia hay los paisajes conformados por las grandes
terrazas del río Magdalena y los pequeños valles de alfluentes de este río.
como las quebradas Garzón, Guacanas, Majo y el río Loro (Lam. 3).
Las formaciones de terrazas y montañas que se localizan en ambas
márgenes del río Magdalena son de origen precuatemario: arcilla y arenis-
ca localmente calcáreas, del Mioceno; areniscas y tobas del Plioceno Infe-
rior y Medio y tobas del Plioceno Superior. En las vegas de este río tam-
bién se aprecian terrazas recientes (Op. cit.) (Lam. 4).
El valle de Guacanas. localizado al norte de la ciudad de Garz6n,
(Lam. 2), tiene una formación precuatemaria que se ubica en el Plioceno
Inferior y Medio (areniscas y tobas); posteriormente. la formación
pleislocénica, holocénica y actual son rellenos coluviales y coluvio-aluviales.
Según parece, como lo da a entender el nombre de la finca La Laguna,
hasta hace unos años existieron varias lagunas que pueden tener un origen
pleistocénico, que hicieron que el valle fuera una regi6n propicia para ser
habitada por los indígenas prehispánicos, por el atractivo de los recursos
animales, además de alta fertilidad de los suelos de origen lacustre y coluvio-
aluvial.
A semejanza del valle de Guacanas otros afluentes del río Magdalena
como la quebrada Majo y el río Loro. durante el cuaternario formaron va-
lles menores con rellenos coluviales y coluvio-aluviales, terrazas (acumu-
laciones actuales), acumulación f1uvio volcánica y suelos propicios para la
actividad agrícola.
MORELIA
La Tierra
A pesar de que no hay una cartografía y un estudio geográfico detalla-
dos sobre el municipio de Saladoblanco, se puede hacer una presentación
22. 24 LAS INDUSTRIAS LIneAS DE SAN AGUSTIN
general de la región investigada, con la información ex.istente en algunos
trabajos monográficos sobre los suelos y la geología del Alto Magdalena,
complementada con las observaciones obtenidas en terreno.
La zona está inscrita en el valle alto del río Magdalena enjurisdicci6n
municipal de Saladoblanco (sur del Departamento del Huila), cuyos lími·
tes políticos son: al norte con los municipios de la Plata, La Argentina y
Oporapa; al sur el rfo Bordones sirve de lindero con el municipio de Isoas;
al este el río Magdalena es la línea divisoria con los municipios de Pitalito
y La Mesa de E1ias y al oeste, las altas cumbres de la cordillera Central 10
separan del departamento del Cauca.
La cabecera municipal de Saladoblanco, con este mismo nombre, sir-
ve de eje para localizar la región investigada: 10 59' 50" de latitud Norte y
76· 02' 49" de longitud Oeste, (l.G.A.C., 1982: 16).
El territorio explorado está localizado en las vertientes orientales de
la cordillera Central y hace parte de la "altillanura escalonada", o zona de
transición entre la depresión del río Magdalena y el relieve montañoso de
la mencionada cordillera, y entre la divergencia de las cordilleras Oriental
y Central (Macizo Colombiano) al sur, y la Serranía de Minas al norte, que
es la línea divisoria de aguas de las Cuencas de los ríos La Plata y Magda-
lena. Esta altillanura se encuentra entre los 1400 y los 2500 metros sobre el
nivel del mar (Lam. 5):
"En esta zona, fa altil/anura presenta u.na morfologra ondulada de gran
unifonnidad, que consiste en un sinnúmero de montrculos convexos, sepa-
rados por una red de drenaje densa y esencialmente dendr(tico... está pro·
fundamente disectada, hasta más de 4(){) metros por los r(os principales que
fa atraviesan el! la cuenca del do Magdalena el mismo r(o de este nombre,
y sus afluentes Bordones, Granates y Mazamorras". (Kroonenberg y otros,
1981.. 294).
Una vez que se cruza el río Magdalena, viniendo por la carretera
desde Pitalito, se asciende a la altillanura y se llega a la población de
Saladoblanco, donde se aprecia un amplio paisaje con un relieve de
suaves lomas que pertenecen a fincas cultivadas de pastos para la gana-
dería, café, plátano, banano, mafz, frfjol, yuca y caña de azúcar, princi-
palmente.
24. 26 LAS INDUSTRIAS uriCA5 DE SAN AGUSTlN
La altiplanicie tiene un origen volcánico: "que incluye las rocas cons-
tituyentes en el Neoterciario, unidad que abarca tanto derrames de lavas y
varios tipos de lohas, como los sedimentos volcanogénicos antes designa-
dos como Grupo Mesa y Honda", (Idem: 294).
Los suelos de Saladoblanco parecen estar constituidos básicamente
por ignimbritas que se deben a la emisión "en forma de coladas espumosas
de ceniza vítrea durante erupciones violentas". (ldem: 306). Las coladas de
cenizas se depositan varios kilómetros más abajo del cono volcánico, "en
zonas de pendientes más suaves, a veces decenas de kilómetros alejadas
del centro de erupción". (ldem: 306).
Los yacimientos arqueológicos de Saladoblanco están localizados
en las tierras comprendidas entre los ríos Bordones y Granates que nacen
en la parte sur de la sierra nevada de Los Coconucos donde se encuentran
varios volcanes alineados en dirección NO·SE: Puracé, Pan de Azúcar y
Paletará (lam. 6). Es posible que los derrames de lava y cenizas de estos
volcanes se hayan despositado en la región arqueologica explorada. Así
lo insinúa Kroonenberg para las cuencas de los ríos Bordones y La Plata,
y como se pudo observar, también en la región de Morelia (río Granates),
hay abundancia de rocas volcánicas como lavas, tobas, basaltos y
obsidiana.
Debido a las nubes que se concentran en Morelia (cañón del río Gra-
nates) no hay aerofotografías completas que pennitan hacer un estudio más
detallado, por lo cual no se puede descartar la existencia de otros conos
volcánicos a semejanza de los idenficados en los municipios de Isnos y
San Agustín y que corresponden a sitios arqueológicos, como los Altos de
Los Idolos, La Horqueta, El Purutal y La Pelota:
"Existen una serie de pequeños volcanes, como Merenberg, El Morro y El
Pensil, que son más jóvenes que las ignimbritas. pues sus lavas se deposita-
ron sobre ellas... Las erupciones de estos volcanes son bastante recientes.
aunque aún no hall sido fechadas: Kroonenberg (1983) dice que son poco
superiores a los 50.000 años". (EII Orennan. 1985: 36).
Después de la antigua deposición de basaltos e ignimbritas vino una
época durante la cual "las rocas volcánicas sufrieron una meteorización
profunda y una disectación fina dendrftica. dando lugar a la morfología
26. 28 LAS INDUSTRIAS LITleAS DE SAN AGUSTlN
ondulada actual de la altillanura ignimbrftica".(Op.cit.: 311); y "El le-
vantamiento final de la zona originó un rejuvenecimiento de los ríos
principales y una disrupci6n de la red de drenaje dendrítica. como lo
demuestran los numerosos vallecitos colgantes. a lado y lado de los
entalles recientes. La fuerte erupción vertical expuso las rocas subya-
centes en ventanas geológicas importantes tal como el Salto de Bordo-
nes", (Op. dI.: 311).
La sección baja del curso del río Granates que corresponde a las vere-
das MoreHa y El Palmar se caracteriza por tener en ambas márgenes am-
plias planadas a diferentes alturas, en donde se encuentran los yacimientos
prehispánicos (núcleos de terrazas de habitación y campos de cultivo). Es-
tas terrazas coluviales se encuentran cubiertas de cenizas volcánicas, se-
gún observación del doctor Pedro Botero, investigador del Centro Intera-
mericano de Aerofotointerpretación (e. 1. A. F.).
Partiendo de la población de Saladoblanco en dirección noroeste, la
carretera cruza una región de topografía ondulada, hasta llegar al poblado
La Cabaña, donde está la desembocadura del río Granates al Bordones, que
kilómetros más abajo vierte sus aguas al Magdalena.
A partir de La Cabaña la carretera sigue bordeando el río Granates
por su margen izquierda y el paisaje tiene un cambio fuerte, en tanto
que dicho río desciende por un cañón profundo, con montañas a ambos
lados de pendientes pronunciadas que alcanzan varios centenares de
metros de altura. Unos tres kilómetros antes de llegar a la inspección de
policía de Morelia el cañón se abre y ofrece a la vista un paisaje confor-
mado por amplias vegas muy propicias para los asentamientos huma-
nos. Este hermoso valle se continúa a lo largo de la vereda El Palmar y
en su recorrido se ven los antiguos asentamientos indígenas, en ambas
márgenes (Lam. 5 y 6).
Los bosques y el clima
A pesar de la colonización moderna, que ha transformado el paisa-
je de las regiones Morelia y El Palmar, todavía en las altas montañas
que enmarcan el valle del río Granates (entre 1900 y 2900 mts. de altu-
ra) se mantiene en pie la vegetación primaria del bosque muy húmedo
27. MEDIO AMBIENTE 29
montano bajo (bmh-MB) que posee una biotemperatura media entre 12°
y 18° C. y una alta lIuviosidad media anual (de 2000 a 4000 mm.)
(I.G.A.C.. 1977: 133).
Las lomas y terrazas más próximas al río Granates están recubiertas
de bosque muy húmedo premontano (bmh-PM), entre los 1500 y los 2000
mts. de altitud, con una biotemperatura media entre los 18° y los 24° C. y
con un alto promedio anual de lluvias (de 2000 a 4000 mm.), pertenecien-
do a la "Provincia de Humedad Perhúmedo". (Op. cit.: 106) (Lam. 6).
Las montañas de los cañones del río Granates y de sus afluentes son
una barrera de condensación de masas de aire húmedo (procedentes del
Valle del Magdalena), que provoca constantemente la formación de densas
neblinas y mantos de nubes que cubren los bosques. Pedro José Botero
explica este fenómeno de la siguiente manera:
"En el valle del Magdalena el aire se calienta. Se produce una alta
evapotranspiraci6n y se carga de humedad el aire al ascender. Es tomado
por vientos que van en direcci6n oriente-occidente y al subir por las lade-
ras de la cordillera se va enfriando paulatinamente y de ese modo comien-
za a condensarse el agua y a caer sobre las primeras laderas. A medida
que suben por las molltaiías que rodean fa planicie ignimbrftica y los va-
lles encajonados de los ríos se enfría" cada vez; más y por lo tanto la
precipitaci6n es mayor a medida que el clima es más fr{o". (En Drennan,
/985, 52).
QUINCHANA
Localización geográfica
El territorio de Quinchana hace parte del Alto Magdalena, área en la
cual están localizados los yacimientos arqueológicos de San Agustín. (Lia-
nas, 1983). Quinchana es el nombre indígena de la región localizada al este
del poblado de San Agustín (28 Kms. por carretera). Políticamente perte-
nece al municipio de San Agustín (sur del departamento del Huila) y com-
prende las veredas de la Vega (donde está el caserío de Puerto Quinchana),
La Gaitana y el Alto de Quinchana. En terrenos de esta última se realizaron
la prospección y las excavaciones.
28. 30 LAS INDUSTRIAS LIneAS DE SAN AGUSTIN
La cabecera municipal de San Agustín está localizada a )0 59' 54"
latitud Sur y a 2° 10' 56" longitud Oeste de Bogolá, que vienen a ser aproxi-
madamente 76° de longitud Oeste del meridiano de Greenwich y 2° de
latitud norte a partir del Ecuador.
El Paisaje
Quinchana hace parte de las estribaciones orientales del Macizo Co-
lombiano. de donde se desprende el ramal Este de los Andes, que aquí se
dirige hacia el oriente. El río Magdalena o Guacacayo (río de Las Tumbas)
nace en la laguna de La Magdalena, en el Valle de las Papas y desciende
hacia el este cruzando la región de Quinchana. Su cauce está encañonado y
separa las estribaciones de las cordilleras Central y Oriental.
El río Quinchana. que nace en la cordillera Oriental, también baja
encañonado y desemboca al Magdalena en el sitio donde está el poblado de
Puerto Quinchana. Sus aguas son la linea divisoria de las veredas del Alto
Quinchana (margen izquierda) y la Vega (margen derecha). La vereda La
Gaitana está frente a la Vega, en el lado izquierdo del río Magdalena. que
también sirve de límite al Alto de Quinchana (margen derecha).
El paisaje de Quinchana está constituido por una topografía quebra·
da. por las estribaciones de las dos cordilleras que descienden pronun-
ciadamente a los ríos Magdalena y Quinchana. El paisaje se amplía hacia
el cañón del río Quinchana que se abre en proximidades a su desemboca-
dura; y a orillas del Magdalena hay grandes terrazas fluviales casi planas.
que también suavilan la topografía (Lam. 7).
En la actualidad el territorio de Quinchana presenta. a primera vista.
una impresión no tan abrupta debido al proceso de colonización moder-
na. Las lomas que bajan hacia el río Magdalena y sus terrazas se encuen-
tran cultivadas de pastos para la ganadería y de algunos productos agrí-
colas como la caña de azúcar. el maíz. la arracacha. el plátano. la yuca y
el café. Además. algunos árboles frutales. como el naranjo. el granadillo
y el aguacate.
El área investigada se encuentra entre los 1800 y 2200 metros sobre el
nivel del mar, y se inscribe en la zona de bosque muy húmedo montano
30. 32 LAS INOUSTRIAS LITICAS DE SAN AGUSTIN
bajo (bmh-MB) que: "se desparrama ampliamente por el sistema
cordillerano de los Andes en dilatadas fajas de las vertientes del Cauea y el
Magdalena. enmarcadas sus tierras por los páramos hacia las cimas de las
sierras y en su nivel inferior por el piso premontano o zonas cafeteras".
(IGAC. 1977: 133).
La temperatura media aproximada es entre los 12 y los 180 e, con un
promedio anual de lluvias de 2000 a 4000 mm. y pertenece a "la Provin-
cia de Humedad Perhúmedo". Las lluvias son comunes durante todo el
año: "Muy destacado en esta formación es el efecto orográfico en el in-
cremento de las lluvias, al servir las montanas de barreras de condensa-
ci6n a masas de aire húmedo, lo cual provoca frecuentemente la forma-
ción de densas neblinas y mantos de nubes que arropan las cordilleras"
(Op. cit.: 135).
Formación geológica
Sobre San Agustín y Quinchana existen trabajos geológicos realiza-
dos por Hemán Tello (1981), y un estudio reciente sobre las ignimbritas
pliopleistocénicas del suroeste del Huila hecho por Salomón Kroonenberg
y otros investigadores (1981-1982).
La morfología de San Agustín es consecuencia de derrames lávicos
andesíticos y cenizas volcánicas; su topografía es ondulada, suave,
subredondeada; con cañones profundos (ríos Magdalena y Naranjos). (Tello.
1981: 21).
El sistema de drenaje de San Agustín varía entre subparalelo y
subangular y en algunos sectores es radial. En la región se distinguen va-
rios conos volcánicos como son los altos de La Horqueta, Las Guacas, El
Purutal y el Cerro de La Pelota. (Idem).
En Quinchana las rocas metamórficas de alto grado son las más anti-
guas de la región. pero afloran fuera del área estudiada y parecen pertene-
cer a la falla del Romeral. Tello pudo identificar como las rocas más anti-
guas las sedimentarias del Cretáceo, que corresponden a la invasión del
mar que se originó desde hace 130 millones de años hasta hace 70 millones,
aproximadamente. (Op. cie: 82).
31. MEDIO AMBIENTE 33
Después de la foonación anterior viene un período orog6nico que Ja
coloca en posición vertical; luego, se acumula material volcmico corres·
pondiente a actividad ígnea explosiva. El período siguiente es erosivo y
convierte la zona en una especie de meseta, sobre la que se depositan tobas
y lavas de la última actividad volcánica explosiva de la cordillera Central.
En esta época se produce la falla del río Quinchana (durante la fase final
del modelamiento de la Cordillera Central), hace 5 a 7 millones de aftoso
Por último se depositan los sedimentos que arrastran los ríos, en el
cuaternario, configurando valles jóvenes en forma de V y terrazas o vegas
(Op. cil.: 82).
Las rocas resultantes de la actividad volcánica fueron utilizadas por
los habitantes prehispánicos de San Agustín. Las tobas, las labas y las co-
lumnas basálticas, fueron la materia prima de las esculturas, los templetes
y las tumbas. Piedras y manos de moler son basaltos microporfiriticos,
metandesitas y andesitas microporfirfticas. (Op. cit.: 81).
El alto de Quinchana pertenece a la foonación de sedimentos silíceos
del cretáceo. En la superficie parece existir la formación de tobas, lavas y
ondulaciones debidas a la ceniza volcánica. Este último dato se confirmó
con el análisis de muestras de tierra.
32. PROCESO HISTORICO DEL SUR DEL ALTO
MAGDALENA
CAMBIOS CLIMATICOS y PERIODIZACION
HISTORICA
En el sur delAllo Magdalena se han hecho estudios paleoclimáticos
en el volcán de Meremberg, en el valle del no La Plata (Herrera el al,
1989) y en el valle de Laboyas (Bakker, 1990: 123). Estos trabajos per-
miten hacer una historia climática regional y establecer asociaciones de
los cambios climáticos con las principales transfonnaciones culturales
(Graf. 1).
Los trabajos de investigación arqueológica realizados por Luis Du·
que Gómez y Julio César Cubillos durante la década de los setenta, les
permitieron hacer una periodización histórica, que han precisado en re-
ciente publicación (1993).
Arcaico 5250 - 3050 A.P. (3300 A.C. - 1100 A.C.)
Formativo 3050 - 2150 A.P. (1100 A.C•• 200 A.C.)
Inrerioe 3050 - 2850 A.P. (1100 A.e. • 900 A.C.)
Superior 2850 - 2150 A.P. ( 900 A.C. - 200 A.C.)
CI,"sico Regional 2150 1150 A.P. (200 A.C•• 800 D.C.)
Reciente 1150 - 800 A.P. ( 800 D.C. - 1550 D.C.)
Entre el 7200 y e14100 A.P., en el valle de Laboyas el clima mejoró,
se volvió m~s tropical, la vegetación comprendió elementos tropicales y
subandinos bajos (1200-1800 m.s.n.m.). En La Caneca existieron lagunas
con vegetación característica (Selaginella. Oenotheraceae, Algae
34. PROCESO HISTORICO DEL SUR DEL ALTO MAGDALENA 37
Botryococcus, Pediastrum y Spirogyra). De acuerdo con cálculos cronoló-
gicos, en esta zona se halló polen de maíz (Zea Mays) con una antigüedad
de 4300 aftos antes del presente (2350 A.C.), siendo la evidencia más anti-
gua de agricultura en el sur del Alto Magdalena (Bakker, 1990: 129).
Esta fecha parece insólita, al profundizar de manera considerable la
presencia de grupos agricultores en el sur del Alto Magdalena, pudiéndose
pensar que el período Formativo, va hasta el tercer milenio antes de Cristo;
pero, no parece extraño, si se asocia al fogón excavado en el Alto de
Lavapatas y fechado en el 5250 ± 120 A.P. (3300 antes de Cristo) (Duque
Cubillos, 1988). Aunque no hay materiales culturales asociados a estas fe-
chas antiguas, se puede afirmar que la presencia de grupos humanos es
muy antigua en el sur del Alto Magdalena, dimensión histórica que futuros
proyectos de investigación arqueológica ayudarán a comprender, y que
parece insinuar la existencia de un periodo precerámico (Llanos, 1992,
1994).
La investigación arqueológica más reciente constata la existencia de
agricultura del maíz, con fechas cada vez más antiguas, en el suroccidente
y en la amazonía colombianos. En el valle de El Dorado (región Calima,
Valle del Cauca), se halló "polen fósil de maíz en estado ya probablemente
domesticado, en un estrato fechado en 6.600 A.P. (4730 ± 230 A.C.)".
(Herrera, Cardale y Bray. 1990: 115). Recientes estudios palinológicos he-
chos en la región de Araracuara, río Caquetá (Amazonia), muestran agri-
cultura del maíz en el 4.650 A.P. (2.700 A.C.). (Mora, Herrera, Cavalier y
Rodríguez, 1991).
Entre el 4100 y el 2800A.P. (2150-850 A.e.) las colinas del valle de
Laboyos estuvieron cubiertas con vegetación tropical y subandina (Melia-
ceae, Solanaceae, Aracaceae (Palmae), Alchornea, Cecropia, Clethra,
Hedyosmun, Quercus, Rapanea, y Vallea); además hubo lagunas rodeadas
por vegetación (Gramineae, Elaphoglossum, Gyatheceae, Labiatae, Piper
y Poligonum) y otros elementos como Hydrocoryle y Rumex que pudieron
fijar sus raíces en los suelos arcillosos; también se encontró polen de maíz
(Zea mays) y frijol (Phaseolus sp.), fechado hacia el 3500A.P. (l550A.C.)
(Biller, op. cit.)
Este último dato significa la continuidad de grupos agricultores en el
valle de Laboyos. Para esta fase formativa (segundo milenio antes de Cris-
35. 38 LAS INOUSTRIAS un'CAS DE SAN AGUSTlN
to) lampoco hay evidencias culturales materiales. aunque está próxima a la
fecha mas antigua asociada a material cerámico del período Fonnativo de
San Agustín, hallado en un montículo funerario de Ullumbe (900 A.C.)
(Cubillos, 1994), en una tumba delAllo de la Piedras del siglo IX A.C.• y al
perteneciente a un sitio de vivienda fechado en el siglo VII A.C. (Duque y
Cubillos, 1988: 104).
Entre el año 1050 y el 50 A.P. se presentó en el valle del río La
Plata mi aumento de la precipitación y una disminución de la tempera·
tura, bajándose el bosque Alto Andino (Herrera el al., 228); por eso
grupos de agricullores del sur del Alto Magdalena prefirieron habitar
una terraza a orillas del río Cálamo. hacia el siglo III A.C. (2.200 ± 120
A.P.), al encontrar un clima mas favorable que el de las altas sierras de
las cordilleras.
La terraza debió ser muy atractiva para construir allí sus viviendas y
cultivar sus huertas, por estar próxima al río y a las áreas lacustres de las
tierras más bajas, en donde podemos pensar habitaron especies animales
propias para ser parte de una dieta alimentaria. El suelo superficial, en ese
entonces, fue el resultado de un largo proceso evolutivo, maduro y con
elementos de origen volcánico, muy apropiado para la agricultura.
Allí, en ese entonces, los indígenas cultivaron sus huertos, tallaron
artefactos de piedra como lo indica la presencia de un raspador lateral, una
navaja de obsidiana, un cuchillo, tres núcleos y varios desechos de talla.
En un detenninado momento, sobre este suelo agrícola construyeron casas
de planta circular y paredes con estructura de postes de madera.
Los aborígenes pennanecieron en la terraza en un período durante el
cual manufacturaron una alfarería con un estilo propio y una tecnología
que habían heredado de sus ancestros, que habitaron en la cima del alto de
Lavapatas, hacia el siglo VII A.c. (Duque y Cubillos, 1988).
Por razones que se desconocen la terraza de Cálamo fue abandonada.
Según parece, sus habitantes emigraron hacia otros terrenos del valle o
hacia las cordilleras. Se sabe que sus descendientes vivieron durante el
siglo 1 D.C. en lugares como la cima de una loma en El Mondey (munici-
pio de Saladoblanco) (Moreno, 1987) y el alto de Lavapatas (Duque y
Cubillos, 1988).
36. PROCESO HISTORICO DEL SUR DEL ALTO MAGDALENA 39
A diferencia del periodo anterior, en el valle del río La Plata se ha
constatado que el clima mejoró hacia unas condiciones semejantes a las
actuales, entre el 50 A.C. y el 550 D.C. (Herrera et aL, 1989: 228). Du-
rante este período climático, favorable para la ocupación humana, la te-
rraza de Cálamo no fue habitada, aunque no se puede descartar que los
aborígenes trasladaron sus viviendas a otros sitios del valle. Sobre este
período se sabe que los aborígenes ocuparon otras regiones localizadas
mas que todo en el piso térmico templado, donde construyeron centros
funerarios monumentales.
Los aborígenes del período Clásico son los constructores de las
monumentales obras funerarias (montículos, templetes, tumbas, escul-
turas), localizados en diferentes regiones del sur del departamento del
Huila, como en las Mesitas del Parque Arqueológico Nacional de San
Agustín, los altos de Los Idolos y Las Piedras (Isnos) y en Morelia
(Saladoblanco).
Hacia el siglo VI D.C. se incrementaron las lluvias y la temperatura y
los indígenas del valle de Laboyos, aunque soportaron parte del período
climático caracterizado por las inundaciones, resolvieron abandonar la te-
rraza. El empeoramiento del clima regional a partir de esta centuria es un
argumento para proponer, a manera de hipótesis, la crisis de la cultura de
San Agustín. El incremento de lluvias y las temperaturas bajas llevaron al
abandono de regiones altas como MoreHa o inundables como el valle de
Laboyos, además de que pudo causar una crísis en el pensamiento
chamánico, fundamentado en la naturaleza.
Los últimos 1100 años antes del presente (850 D.e. - periodo colonial
hispánico) se caracterizaron por el incremento y establecimiento de ele-
mentos tropicales alrededor del valle de Laboyos. En la base de esta zona
hubo Myriophyllum, Polygonum, Typha y Cyperoceoe que indican la pre-
sencia de pequeñas lagunas. (Bakker, op.cit.: 130).
Para el período Reciente (800-1550 De.) el valle de Laboyos como
otras regiones vecinas presentan una mayor densidad de ocupación te-
rritorial, por parle de la etnia de los Yalcones, quienes enfrentaron a los
conquistadores españoles. En el valle del río La Plata se identificaron
mayores precipitaciones y temperaturas que las actuales (Herrera el 01.
1989: 230).
37. 40 LAS INDUSTRIAS LmCAS DE SAN AGUSTIN
Pautas de asentamiento del formativo
3050-2150 A.P. (1100·200 A. C.)
De este periodo se sabe que sus viviendas estuvieron localizadas en
las cimas amplias y planas de lomas y altos como el de Lavapatas. Las
Piedras. Los Idolos, en la terraza de Cálamo (valle de Laboyas), en el
Mondey (Saladoblanco), y en otros lugares del valle del río La Plata y
según parece, en la región de TierradenlrO. Cauca. aunque desafortunada-
mente para esta última región no se ha definido una periodización, pero
tiene elementos cerámicos similares a Jos de San Agustín, que pueden ser
contemporáneos.
Las fechas más antiguas del periodo Formativo están en los munici-
pios de San Agustín (Ullumbe), San José de ISRos (Alto de Las Piedras),
pero como se deduce de los demás asentamientos de este período se puede
pensar que el territorio que terminaron ocupando estas comunidades de
agricultores, comprende los municipios del sur del departamento del Hui-
la, que incluyen una variedad de paisajes ubicados en los pisos térmicos,
frío, templado y cálido.
Sobre sus viviendas se conoce la evidencia parcial localizada en la
terraza de Cálamo, del siglo III A.C., donde parece que no eran muy gran-
des, de planta circular techos c6nicos y paredes sostenidas con postes y
probablemente recubiertas de caias o bahareque.
La pauta funeraria está representada por cementerios con tumbas de
pozo y cámara o fosa lateral, con varias piedras a su entrada o dentro de
ella, en donde colocaron el cadáver o una urna funeraria, acompañados de
ofrendas cerámicas y líticos; también enterraron sus muertos en sarcófagos
tallados en troncos de árboles.
Los torsos femeninos, naturalistas. macizos en arcilla, con fechas muy
antiguas (siglo VII A.C.), insinúan que durante el periodo Formativo pudo
existir como algo sobresaliente, un universo mágico en el que se di6 mu-
cha importancia a los ritos de fertilidad, donde lo femenino puede asociar-
se a la agricultura a semejanza de otras culturas formativas americanas.
Hacia la fase final del Formativo se produjeron algunos cambios gra-
duales (período de transici6n) en el estilo cerámico y la pauta funeraria,
que posteriormente dominarán en el período Clásico Regional.
38. PROCESO HISTORICO DEL SUR DEL ALTO MAGDALENA 41
Pautas de asentamiento del clásico regional
2150 • USO A.P. (200 A.C.• 800 D.C)
El Clásico Regional sobresale por la presencia de monúculos funera-
rios, sarcófagos monolíticos, tumbas revestidas de lajas, grandes
aterrazamientos y arte escult6rico monumental. El auge de estos centros
ceremoniales se di6 hasta el siglo VI D.e.
Los grandes cementerios se encuentran en diferentes sectores del te-
rritorio del sur del Alto Magdalena, en sitios geográficos que fueron esco-
gidos de acuerdo con fenómenos naturales y con posiciones solares
(solsticios y equinoccios). En ellos enterraron a los señores principales con
poderes mágicos y sus familias. Alrededor de estos centros vivieron las
demás familias que dependieron de la autoridad de aquellos.
Cada montículo con sus esculturas, la tumba principal y los entierros
que lo rodean, constituyen un modelo que refleja la estructura social que lo
produjo. Este modelo funerario expresa una jerarquía social donde priman
los elementos simb6licos mágicos, como los rasgos zoomorfos y los obje-
tos que portan los personajes de piedra, vinculados directamente al jefe o
señor que enterraron en la tumba principal.
La presencia de montículos funerarios en regiones distantes o la se-
cuencia de varios de éstos en centros ceremoniales, se puede interpretar
como la ocupación simultánea de varios territorios contiguos, al mando de
jefes con una autoridad local, inscritos en linajes, que gobernaron durante
el período Clásico Regional.
En la estatuaria domina la figura de un ser antropomorfo con rasgos
felinos, que agarra otros símbolos como serpientes, cabezas trofeo, pesca~
dos, monos y niños. Además el carácter principal de la figura felina se
enfatiza al llevar coronas de plumas, cintas con moño alrededor de la cabe-
za, un caracol y un punzón, collares, pulseras o un cintur6n que destaca su
fuerza masculina, y sobre todo al estar custodiada en varias oportunidades
por dos guardias o guerreros.
El poder de los señores princípales se asocia a estos personajes felinos
en sus centros ceremoniales. Los elementos antes mencionados y el mane-
jo de un mundo dual y complementario, simétrico (derecha - izquierda,
39. 42 LAS INDUSTRIAS LIneAS DE SAN AGUSTIN
arriba - abajo. atrás - al frente) son componentes de universos rituales má~
gicos que aún se mantienen vivos en comunidades indígenas. sobre todo en
la región amazónica. Los chamanes jaguares controlaron las fuerzas nega-
tivas y positivas de la naturaleza, en beneficio de sus comunidades.
Desafortunadamente, todavía no existe mucha infonnaci6n sobre la pauta
de vivienda, La primera evidencia que se obtuvo sobre una planta de vivien-
da fue en Cálamo, fechada en el siglo VI O.e. Luego las plantas de vivienda
de los valles de los ríos Loro y Guacanas (Municipio de Garzón), fechados
en el siglo 1D.C. (Llanos, 1991. 1993), pero se conoce con otras excavaciones
que los sitios de habitación estuvieron localizados en las partes altas de lo-
mas y en mesetas dispersas en la región, en donde en detenninados momen-
tos se aterrazaron y se construyeron sus centros funerarios monumentales.
De la agricultura existen las evidencias palinológicas obtenidas en
Cálamo, que insinúan la existencia de huertas caseras, y el cultivo de maíz,
fríjol, papa, batata, quinua, yuca y coca, productos de los tres pisos ténni-
cos, en el Valle del río La Plata (Herrera el al, 1989). Su dieta alimenticia la
complementaron con carne de venado, conejo, ratón, oso, borugo, nasúa,
fara, zorro, tigrillo, guácharo y gasterópodos. (Llanos, 1993; Correal y
Vander Hammen, 1988).
También para este periodo se ha identificado un trabajo de orfebrería
(Duque, 1966). La piedra se talló no solamente con fines escultóricos, sino
que también se hicieron gran cantidad de artefactos domésticos, en obsidiana
y otras rocas (raspadores, raederas, instrumentos de cortes, manos de mo-
ler, metates).
Las vasijas presentes en la vida cotidiana, luego acompañaron, como
ajuar, a sus muertos, sobresaliendo las copas y las alcarrazas, por su carác-
ter ceremonial. Los elaborados diseños geométricos logrados con la técni-
ca de la pintura negativa parecen tener también un carácter ritual.
Finalmente, los cambios que identifican el Clásico Regional y que sur-
gieron durante el Formativo Superior, fueron producidos por las comunida-
des aborígenes que habitaban la región, pero la presencia de algunos elemen-
tos alfareros nuevos se debe probablemente a influencias de otras culturas.
Parece tratarse de la adaptación de aspectos culturales foráneos, logrados por
intercambios interélnicos, que enriquecieron la cultura de San Agustín. Hay
40. PROCESO HISTORICO DEL SUR DEL ALTO MAGDALENA 43
que recordar que los pobladores de la región sur del Alto Magdalena no
estuvieron aislados, y que como los consideran los arqueólogos que han tra-
bajado en ella, hay vínculos a través de su cerámica, las tumbas, la metalur-
gia y la escultura con otras regiones como Tierradentro, Calima, Quimbaya,
y la Costa Pacifica colombo-ecuatoriana, entre otras. Estos paralelos señalan
aspectos comunes entre San Agusún y otras culturas, identificándose hori-
zontes y tradiciones culturales, pero lamentablemente no todas las regiones
circunvecinas a San Agustín han sido objeto de investigaciones sistemáticas
que pennitan dilucidar la problemática histórica.
Pautas de asentamiento del reciente
1150· 800 A.P. (800 D.C.• 1550 D.C.)
De este período histórico se tiene mayor infonnaci6n en tanto que la
investigación arqueológica se integra a los estudios etnohistóricos, funda-
mentados en las cr6nicas de la conquista y los documentos de archivos
coloniales.
La fecha de C.14 mas antigua que existe para este período es el siglo
X D.C., asociada a un basurero del poblado de Morelia (Llanos, 1988),
luego vienen sitios de vivienda fechados entre el siglo XI yel siglo xvm
(período colonial).
El sistema alfarero del período Reciente cambia con respecto al del
Clásico regional, es menos pulido y decorado con técnicas y diseños dife·
rentes. En el período Reciente no están presentes rasgos estilísticos como
la pintura negativa, las formas de silueta compuesta (aquilladas), las
alcarrazas y la gran variedad de platos delgados.
Los grupos aborígenes que enfrentaron a los conquistadores españo-
les durante el siglo XVI tuvieron una pauta de asentamiento diferente a la
del periodo Clásico Regional, lo que parece indicar que se trata de los
Yalcones, que entre los siglos VIII y IX D.C. se establecieron en el sur del
alto Magdalena, probablemente procedentes de la alta Amazonia.
Los Yalcones construyeron terrazas artificiales sobre las pendientes
de lomas, no muy distantes entre sí, donde las familias aborígenes constru-
yeron sus viviendas próximas a sus campos donde cultivaron maíz y fríjol.
Estos conjuntos de terrazas estuvieron localizados a lo largo de las márge-
41. 44 LAS INDUSTRIAS LmCAS DE SAN AGUSTIN
Des (lomeríos) de ríos como el Magdalena, el QuinchaRa y el Granates.
Además de esta vivienda dispersa tuvieron aldeas como la del alto de
Quinchana, o el poblado de MoreHa, donde concentraron las terrazas de
vivienda, interconectadas por caminos y con ciertos sectores destinados a
campos de cultivo delimitados por una red de canales recolectores de agua
(Llanos, 1988). También hubo conjuntos de casas sobre las cimas de lo-
mas, como en el caso de La Estación (Duque G6rnez y Cubillos, 1981), o
sobre tierras planas como el potrero de Lavapatas (Duque, 1966), y en los
valles de Laboyas y Garzón (Llanos. 1990. 1993).
Hay una alta densidad de asentamientos del periodo tardío distribui-
dos sobre los municipios del sur del departamento del Huila, que incluye
además el valle del río La Plata (Drennan y otros, 1993), y regiones mas al
norte como Tierradentro (departamento del Cauca), según trabajo publica-
do por Alvaro Chaves y Mauricio Puerta (1988).
Sus viviendas fueron circulares, probablemente con paredes de
bahareque y techos cónicos cubiertos de materiales vegetales. En ellas se
han encontrado fogones donde prepararon sus alimentos y a un lado, áreas
donde se fabricaron artefactos de obsidiana y otras rocas.
La pauta funeraria del período Reciente se diferencia de la
monumentalidad del período Clásico Regional. Las tumbas excavadas son
pequeñas y se encuentran en el perímetro de la vivienda; son de pozo con
escalón de descenso a la cámara; en el alto de Lavapatas se excavaron
varias tumbas con cámara y sin ella, con ofrendas cerámicas y narigueras
planas de tumbaga. (Duque Gómez y Cubillos, 1988: 112)
Los Yalcones ocuparon los tres pisos térmicos del sur del Alto Mag-
dalena, obteniendo una variedad de cultígenos y de recursos naturales, y
adaptaron su pauta de asentamiento a las características fisiográficas de
los distintos paisajes. En Quinchana se recuperaron granos y semillas
carbonizadas de Zea mays y Phaseolus sp. del siglo XI O.e. (Llanos y
DUTán, 1983).
La organización social y política de los Yalcones fue la de los
cacicazgos. Su extenso territorio estuvo en sectores al mando de caciques
principales y secundarios cuyo poder se fundamentó en el prestigio adqui-
rido en la guerra.
42. METODOLOGIA
El presente trabajo se llevó a cabo con los materiales líticos obtenidos
en las investigaciones realizadas en el Sur del Alto Magdalena (Llanos.
1981, 1988. 1990, 1992) en Quinchana, MoreHa, Pitalito y Garzón, los
cuales no habían sido objeto de un análisis tecnológico. ni de una clasifica-
ción tipológica completa.
El estudio se inició con la consulta de los textos de arqueología
correspondientes a las investigaciones realizadas en el Sur del Alto Mag-
dalena, para establecer el contexto en el que se encontraron los artefac-
tos líticos excavados y al mismo tiempo realizar un balance de los ma-
teriales existentes.
A partir de las propuestas metodológicas aplicadas en Colombia para
el estudio de las industrias líticas del precerámico. se hizo una aproxima-
ción a los materiales líticos de los grupos agro-alfareros que habitaron los
territorios del sur del departamento del Huila, asociados a las llamadas
culturas de San Agustín y los Yalcones.
Una vez realizado el balance se inició el análisis tecnológico del con-
junto de objetos líticos, buscando seguir la cadena operatoria efectuada por
los artesanos talladores, se estudió la obtención de la materia prima, el
proceso de fabricación, la posible utilización como instrumento y por últi-
mo el abandono final.
Se realizó una clasificación de la materia prima empleada para fabri-
car los objetos, lo cual permitió conocer la economía de los materiales y la
escogencia cultural de los diferentes grupos.
El proceso de fabricación de cada artefacto se analizó después de ha-
ber efectuado una clasificación preliminar, con el fin de acercarse a las
43. 46 LAS INDUSTRIAS LmCAS DE SAN AGUSTlN
técnicas de fabricación y a las huellas que penniten distinguirlas en los
objetos.
Para llevar a cabo este tipo de análisis se tomaron como base los estu-
dios realizados por los especialistas en tecnología lítica. Tixier, búzan y
Roche definen la tecnología así:
"La ttena/agla no es una tipolog(o. Ella tiene en cuenta la totalidad del
materia/lftico sin aislar preferencia/mente aquel que nosotros escogemos
arbitrariamente como "instrumento",
Ella coloca cada objtlo en la cadena de acciones tlcnicos que va (despuls
de la conapci6n, la pre~djtaci61l) de la materia prima en bruto al aban-
dono. a lo muerte del inst~nto. El conjunto de carocter(sticas de esta
cadena varia ugún los grupos prehist6ricos y puede distinguirlos. diferen-
ciarlos o aproximarlos. Aún fracturado en miles de microlitos y de "dese-
chos", un conjunto [[tico forma siempre un todo unido por un proceso met6-
dico" (1980: 8).
Para la realización de la clasificación tipológica se tuvo en cuenta la
propuesta presentada por Pinto (1996), la cual se basa en el proceso tecno-
lógico seguido para fabricar los instrumentos líticos, se clasifican los ma-
teriales según el mismo, para llegar finalmente a crear grupos según la
posible función para la que fueron fabricados y teniendo en cuenta el borde
activo. Esta clasificación permitirá establecer relaciones entre los diferen-
tes conjuntos relacionándolos con las cronologías existentes.
Finalmente. el análisis de la Industria Pulida se basó en la clasifica-
ción elaborada por Carlos Castaño para el material de Buritaca-2000; quien
tiene en cuenta el aspecto tecnológico de los artefactos. lo cual le permite
inferir los procesos de producción. las relaciones sociales y espirituales de
la cultura (Castaño, 1988). esta manera de clasificar los instrumentos está
en concordancia con toda la metodología empleada en los análisis descri-
tos anterionnente.
Concluido el análisis del material lítico de San Agusún se procedió a
establecer las relaciones de este con los diferentes sitios excavados y la
periodización.
44. LA INDUSTRIA LITICA
LAS TECNICAS DE TALLA
A partir del desarrollo de los estudios tecnológicos en diferentes
conjuntos de artefactos líticos de la prehistoria se ha podido establecer
que las técnicas de fabricación de los instrumentos son universales, sien·
do la percusión, la presión y el pulido, las empleadas. Lo que ha diferi-
do a través del tiempo y de las culturas es la manera como se lleva a
cabo la técnica de fabricación. Este modo se divide en dos grandes
métodos: La predeterminación y la no predetenninaci6n, definidos por
Tixier el al, así:
"TaJkuIo sin predeterminaci6n: Las lascas serán obtenidas por percusión
directa, sin que su desprendimiemo haya estado precedido por una prepa-
ración especial del núcleo. El artesano escoge cada vez un lugar donde
golpear, teniendo en cuenta la morfologra de su núcleo, para que una lasca,
utilizable tal cual o transformada en instrumento, pueda ser desprendida, y
continuar su tallado....
Tallado COII predeterminación: El deseo es de obtener a voluntad lascas de
fonnas bien definidas gracias a una preparación, a una mor/oLogla espe-
ciaL. Siguiendo esta voluntad, los métodos serdn diferentes pero contiucirdn
todos a una preparación especial deL núcleo en vista de la talla. La idea
iniciaL de este método es entonces la producción de elementos parecidos, es
la estandarización, cada mor/ologla de lasca preexiste en la imaginación
del artesano-tallador" (1980: 42, 44).
Los estudios de la industria lítica del precerámico en Colombia han
pennitido evidenciar dos métodos de fabricación de los instrumentos
enmarcados en los descritos anteriormente.
45. 48 LAS INDUSTRIAS LITICA5 DE SAN AGUSTIN
En la Zona de Ocupación 1del Tequendama, datada en 10920 ± 260
A.P.• se encontraron una serie de instrumentos fabricados sobre lascas gran-
des, entre ellos raspadores plano-convexos y aquillados, con retoques ob-
tenidos mediante la técnica de presión, estos artefactos fueron fabricados
con el método de tallado con predetenninaci6n y ha sido denominarlo ''Téc-
nica Tequendamiense" (Correal & van der Harnmen. 1977), para su elabo-
ración se necesitó realizar un proceso de preparación del núcleo logrando
lascas de tamaños y espesores semejantes. Este tipo de artefactos se ha
encontrarlo hasta ahora además del Tequendama en el valle del río Magda-
lena en los Municipios de Puerto Berrio y Yondó (Departamento de
Antioquia), los cuales han sido fechados en 10400 ± 90A.P. y 10230 ± 80
A.P. (Pal. 2, Yondó, Antioquia) (Lópel, 1988).
En todos los sitios excavados en la Sabana de Bogotá y el resto del
país se han encontrado instrumentos realizados mediante la técnica de per-
cusión sin que haya ninguna preparación previa del núcleo, los productos
de talla que se van obteniendo obedecen a la forma inicial de la materia
prima. Estos instrumentos se describieron por primera vez en el sitio del
Abra, cuya fecha mas antigua se remonta a 12460 ± 160 A.P. (Correal, van
der Hammen & Lermann, 1969) y fueron denominados como ''Técnica
Abriense". Este método de fabricación corresponde al modo de obtener
instrumentos sin predeterminación, en Colombia se encuentra presente du-
rante todo el precerámico y se continúa hasta periodos agroalfareros. Se
hace necesario realizar análisis tecnológicos mas puntuales en todos los
conjuntos de artefactos líticos para establecer particularidades culturales
del empleo de este método.
En el conjunto de materiales líticos de los diferentes sitios de San
Agustín, evidenciamos el empleo de esta última forma de fabricación de
instrumentos.
El análisis tecnológico se realizó buscando un mayor acercamiento a
la individualidad de cada grupo. Comenzamos el análisis con un estudio de
las diferentes materias primas empleadas para fabricar los instrumentos,
luego se analizó el proceso de talla, partiendo de los núcleos y la forma
como fueron gerenciados, luego los soportes escogidos para fabricar los
instrumentos finales y sus características mas sobresalientes.
Una vez estudiada la cadena de fabricación anterior, se analizaron los
instrumentos tallados directamente sobre el bloque de materia prima, los
46. LA INDUSTRIA LlTICA 49
cuales corresponden a una cadena independiente de la fabricación de los
instrumentos y obedece a un proceso diferente al de tallado de los núcleos.
Por 111timo, presentaremos la clasificación del conjunto de instrumen-
tos, utilizando como pauta para la clasificación el proceso seguido para su
fabricación.
En lo que concierne a los instrumentos pulidos, la clasificación
implementada tiene en cuenta la fabricación de los instrumentos, sin em-
bargo no se implemento un análisis tecnológico minucioso, como el reali-
zado a la industria tallada, debido a que es necesario iniciar todo un proce-
so de experimentación para discernir las técnicas de fabricación de este
tipo de Industria.
Las materias primas
La descripción y clasificación de los lfticos del área de San Agustín,
se basó en la composición mineralógica de las rocas y su color máfico o
félsico. Para todas las rocas se observaron los llamados minerales esencia·
les, como lo son el cuarzo, feldespato alcalino y plagioclasa, complemen-
tados con los accesorios como biotita y moscovita principalmente.
Además, para las rocas piroclásticas, por conformar la mayor canti·
dad en cada uno de los lugares estudiados, tuvimos en cuenta sus constitu-
yentes mas importantes, como 10 son vidrio, cristales y fragmentos líticos.
DESCRIPCION
Tobas: Roca piroclástica, con fragmentos de vidrio, de pómez,1fticos,
cristales oxidades, amigdulas y material sedimentario. Presenta variedad
de colores: rosado, gris claro y oscuro, amarillento, pardo o verdoso. En-
contramos tobas de tipo dacítico, andesítico, riolítico y riodacítico.
IgnimbriJ4s: Roca piroclástica, corresponde a una toba soldada o
consolidada.liene cristales de cuarzo, feldespato alcalino y biotita, su matriz
esta formada por cristal consolidado y en parte vitrificado. El color varía
de claro a gris o parduzco. Distinguimos ignimbritas de composición dacítica
y riolítica.
47. 50 LAS INDUSTRIAS LITICAS DE SAN AGUSTIN
Andesita: Roca ígnea efusiva. Tiene plagioclasa y biotita, en algunas
se apreció óxido de hierro. Su color es pardo negruzco.
Riolüa: Roca ígnea efusiva, con cuarzo y feldespato potásico como
minerales esenciales, y biotita como accesorio. Su color varía entre claro y
verde.
Obsidiana: Roca ígnea efusiva. Su composición corresponde a vi-
drio volcánico con fractura concoidea, es de color negro.
Basalro: Roca ígnea efusiva, de color muy oscuro. Algunos muestran
algo de oxidación y se apreciaron fracturas columnares. Su composición es
plagioclasa y piroxena.
Dacita: Roca ígnea efusiva, con plagioclasa, cuarzo y a veces se ob·
servó biotila. Es de color gris intermedio.
Diorita: Roca ígnea inlrUsiva. Tiene plagioclasa y anfiboI. Su color es
gris negruzco.
Cuarcita: Roca metamórfica regional. Esencialmente cuarzo con una
que otra moscovita o biotita. En algunas muestras se notaron unos puntos
negros que posiblemente correspondan a minerales pesados. Su color es
blanco y se puede ir tomando más o menos grisáceo con la presencia de
otros minerales.
Cuano: Es un mineral esencial, composición silícea y el observado
corresponde a la variedad incolora.
Chert: Roca sedimentaria. Composición de sílice, presenta aspecto
compacto y denso. La calcedonia, una de sus variedades es de color rojizo
y anaranjado; también la hay de colores opacos no brillantes.
Arenila Tobácea Y Limolita Tobácea: Corresponden a una mezcla
de materiales sedimentarios y volcánicos. La diferencia está en el tamaño
del grano, el cual es mayor en la arenita.Ambas contienen cuarzo y algo de
feldespatos, al igual que fragmentos líticos. Colores de anaranjado a gris.
Lodolíta Silícea: Roca sedimentaria. Tiene cuarzo, feldespatos y mi-
nerales arcillosos. Color gris.
48. LA INDUSTRIA L1T1eA 51
Filüa: Roca metamórfica regional. Presenta foliación, es de grano
fino, la superficie tiene lustro, se observan algunas micas y una de las mues-
tras corresponde a una filita carbonosa.
Neiss: Roca metamórfica regional. De grano medio a grueso, se apre-
cia bandeamiento y esta compuesto por feldespato y mica. Su color es
claro intercalado con tono medio.
El total de rocas analizadas fue de 1012, divididas en los cuatro luga-
res de la siguiente fonna:
Pitalilo (Valle de Laboyos): 153 15.1 %
Garzón: 412 40.7 %
Morelia (Saladoblanco): 338 33.3 %
Quinchana: 109 10.7 %
FUENTES DE MATERIA PRIMA:
Los tipos de rocas encontradas en el área estudiada, corresponden al
producto de las fonnaciones geológicas presentes en sus alrededores:
Valle de Laboyos (Pitalito): La fonnación Saldaña (Triásico-Jurásico),
se hace presente con una secuencia volcano-sedimentaria, flujos de lava
intennedios a básicos, tobas, aglomerados y localmente calizas. La forma-
ción Guacacallo (comienzo del cuaternario), contribuye con flujos
ignimbriticos y depósitos volcánicos y volcanoclásticos (Tabla 1).
Garz6n: Aparecen depósitos glaciales y fluvio-glaciales e interca-
laciones locales de depósitos volcánicos y volcano-clásticos del cuaternario.
La fonnación Gigante aporta conglomerados, areniscas tobáceas e interca-
laciones de arcillolitas de posible origen tobáceo con edad terciaria. Tam-
bién hay algunas metamorfitas como neises y migmatitas del precámbrico
(Tabla 1).
49. 52 LAS INDUSTRIAS LlTICAS DE SAN AGUSTIN
Morelia (SakuJoblanco): Presencia de flujos ignimbriticos y depósi-
tos volcanoclásticos del cuaternario. Conglomerados cuarzosos, con
intercalaciones de areniscas en las partes inferior y superior del terciario.
También está presente la formación Saldaña (Triásico-Jurásico), reseilada
en Pitalito (Tabla 1).
Quinchana (San Agust{n): En sus alrededores se encuentran
sedimentitas marinas, areniscas ferruginosas, ¡utitas, calizas y areniscas
cuarzosas pertenecientes a las formaciones Caballos, Villeta y Guadalupe,
todas del cuaternario. Además, tiene la presencia de la Formación Guaca-
callo, con flujos ignimbríticos y depósitos volcánicos y volcanoclásticos
del cuaternario (Tabla 1).
El análisis de las materias primas empleadas en los diferentes si-
tios, pone en evidencia que en Pitalito, la materia prima mas utilizada
son las tobas (65 elementos), seguidas de la obsidiana (36). En Garzón,
igualmente. el material predominante son las tobas (159). siendo las
cuarcitas (88), el chert (65) y la ignimbrita (49), muy utilizados. En
Morelia es la obsidiana la materia prima preferida (136), seguida de las
tobas (130). Finalmente. en Quinchana, vemos que los elementos fabri-
cados en tobas son la mayoría (87). Esta evidencia nos permite concluir
que a pesar de la variedad de rocas presente en la región, los talladores
prefirieron emplear las mas comunes, las tobas; a excepción de Morelia,
sitio en el que la escogencia cultural nos muestra una preferencia por la
obsidiana. (Tabla 1).
Los Nucleos
Un núcleo como lo define Leroi-Gourhan (1982: 159) es toda masa
de mater1 prima tallada a la que se le ha realizado un proceso de lascado y
de la cual se han extraído productos, pero no se ha fabricado ningún instru-
mento sobre él; cuando un núcleo presenta retoques en alguna de sus aris-
tas deja de ser tal y se convierte en instrumento. Este producto de la talla
presenta huellas de la fabricación que evidencian la percusión realizada,
como son los contrabulbos, las ondas, los negativos de los lascados,
esquillamientos, etc.
En los 140 núcleos analizados (Tabla 2), podemos observar que los
artesanos escogieron los bloques de materia prima de ciertos tamaños,
50. LA INDUSTRIA LineA 53
Tabla 1. Distribución por sitios de las materias primas
TOBAS 65 159 130 87 441
IGNIMBRITAS 4 49 5 O 58
ANDESITA 4 3 7 6 20
RIOLITA 6 2 10 O 18
OBSIDIANA 36 136 O 173
BASALTO 9 4 2 11 26
DACITA 3 19 18 41
DIORITA 5 3 3 12
CUARCITA 5 88 13 O 106
CUARZO 2 11 3 O 16
CHERT 7 65 6 O 78
ARENITA
2 3 O 6
rOBACEA
LIMüLITA
4 O O 5
rOBACEA
LOOOLITA
7 O O 8
SILICEA
FlUTA O O 2
NEISS O O 2
TOTALES 153 412 JJ8 109 1012
51. 54 LAS INDUSTRIAS LITICAS DE SAN AGUSTIN
Tabla 2. Núcleos: Frecuencias por sitios
prefiriendo trabajar con soportes no muy grandes. máximo 8 cm. Según los
sitios obtuvimos los resultados siguientes:
PITALITO: El tamaño medio es el de mayor proporción. GARZÓN:
Predomina el tamaño medio. MORELIA: El tamaño pequeño es el de
mayor número. QUINCHANA : Los núcleos son de tamaño medio y pe-
queño. (Graf. 2).
En lo que concierne al análisis del proceso de fabricación, los resulta-
dos en los diferentes conjuntos son los siguientes:
PITALITO
Los núcleos fueron trabajados en una forma poco exhaustiva, los mas
abundantes son los que poseen siete superficies lascadas y que fueron frag-
mentados partiendo en su mayoría de un plano de fractura cortical o de
varios planos de fractura lisos (Graf. 4, 6,7).
GARZON
Los núcleos fueron poco trabajados, solo 5 tienen 20 cicatrices de
lascados, en general se lascaron a partir de un plano de fractura cortical, o
dos lisos y en algunos casos uno retocado o preparado (Graf. 4, 5, 6, 7).
MORELIA
Los núcleos no fueron lascados en una proporción muy grande, sien·
do los mas abundantes los que poseen seis negativos y que fueron frag-
mentados, partiendo en su mayoría, de un plano de fractura cortical, o
lascando a partir de tres o mas planos de fractura lisos (Graf. 4, 6, 7).
52. LA INDUSTRIA L1TICA 55
60
" • Grande (de 8 a 10 cm.)
_ _ _---jBl Medio (de 4 a 8 cm.)
SO
• Pequeño (de 3 a 4 cm.)
40
30
20
10
O
PITALlTO GARZON MORELIA QUINCHANA
GráRc:a 2. Núcleos: Tamaño
QUINCHANA
Los núcleos mas abundantes son los que poseen cuatro superficies
lascadas y que fueron trabajados. partiendo en su mayoría de un plano de
fractura cortical o lascando a partir uno, dos o mas planos de fractura lisos
(Graf. 4, 6, 7).
Thbla 3. Núcleos: Planos de fractura cortical por sitio
5 46 9 5
2 11 o
3 o 2 o
53. 56 LAS INDUSTRIAS L1TICAS DE SAN AGUSTIN
Tabla 4. Núcleos: Planos de fractura retocados por sitios
Tabla S. Núcleos: Planos de fractura lisos por sitios
2 17 3 5
2 3 31 12 5
3 5 13 15 3
4 o o 7 2
5 o o o o
6 o o o
A partir del análisis anterior, los 140 núcleos de la industria lítica de
San Agustín pueden ser clasificados en 4 tipos así:
GLOBULAR: Franoois Bordes (1981) lo define así: t'as lascas se ob-
tuvieron haciendo girar el núcleo en forma regular, los lascados anteriores
se utilizaron como planos de percusión. Se clasificaron 4 en Garzón y 3 en
MoreHa (Graf. 3).
TABULAR: Según la materia prima utilizada, fragmentos tabulares,
el núcleo adquiere la forma tabular siendo lascado a lo largo del bloque, los
planos de percusión serán los ex:tremos del bloque (Pinto,1996 MS). Se
clasificaron 3 en Pitalito; 12 en Garzón; 1 en Morelia y 3 en Quinchana
(GraL 3).
54. LA INDUSTRIA UTleA 57
Tabla 6. Negativos de lascados en los núcleos por sitios
NllG4nVOS
1lB_~. 1'
''''qnQs
1" rrw.rro 'CMIZOII ............
1 o O O O
2 O 2 O O
3 O 9 1 O
4 2 13 5 6
5 I 20 5 4
6 2 9 14 I
7 3 11 8 I
8 2 5 1 1
9 I 3 1 1
10 O O O I
11 O 1 2 O
12 O I O O
13 O O I 1