El documento argumenta que las drogas deberían legalizarse porque su prohibición no ha reducido su consumo y ha generado altos costos. Señala que en México hay 10 millones de consumidores a pesar de la prohibición y que la ilegalidad las hace más atractivas. En su lugar, propone educar sobre los riesgos de las drogas y rehabilitar consumidores para reducir su uso, en lugar de depender de la prohibición.