El documento describe el origen y fundación del Liceo Federico Varela en Chañaral, Chile. Inicialmente se llamó Escuela N°1 y N°2 y luego Escuela Consolidada de Experimentación. En 1978 se creó el Liceo A N°1, que luego se llamó Liceo Alexander Von Humbolt y finalmente en 1988 adoptó el nombre Liceo Federico Varela en honor a este benefactor de Chañaral. También se describe a Federico Varela como un industrial, filántropo y político que se dedicó al desarrollo de Chañar
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Origen
Inicio de la educación en Chañaral.
Escuela N°1 de hombres y N°2 de Mujeres.
En 1964 la Escuela Consolidada de Experimentación inicia sus actividades
Este liceo fue creado el 22 de septiembre de 1978, el que pone término a la
Escuela Consolidada de Chañaral y designa a este colegio como Liceo A N°1. Fue su
primer Director el señor Simón Alliu Louis.
El primer nombre que tuvo el Liceo A N°1 fue “Alexander Von Humbolt”
establecido por la resolución de fecha 9 de Octubre de 1986.
En forma posterior el 23 de Marzo de 1988, por decreto N°55, el Liceo pasa a
llamarse: “Federico Varela” en homenaje al gran benefactor de Chañaral.
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Industrial minero y filántropo de Chañaral.
En la humanidad siempre han existido ciudadanos que han dedicado sus esfuerzos
en bien de sus semejantes sin esperar recompensas. Uno de estos preclaros hombres fue
Federico Varela Cortéz –Monroy, industrial y filántropo que se distinguió por sus labores
alturistas en beneficio de Chañaral, de Atacama y del País.
Federico Varela, nació en El Palqui, Coquimbo, el 18 de Mayo de 1826. Hijo de José
Varela Gaviño y Doña Victoria Cortés de Monroy Prado. Se dedico a las actividades
agrícolas e industriales, además de empresario minero, dedicado a los minerales de
Ojuaco y Tres Puntas, hasta que en 1867 compró en Chañaral la rica mina de Cobre
“Fortunata” ,también ”Buena Esperanza”, ”Flor de María”, ”Delirio” y otras en el distrito
minero de Las Animas. En el puerto instalo una fundición de metales, con la finalidad de
impulsar el desarrollo industrial de Chañaral. Fue miembro del Consejo Directivo de
Constitución de Minas y Fundición de Chañaral (1881).
Identificando plenamente con esta tierra, construyo con su propia fortuna una
escuela de enseñanza superior denominada “Democrática”, cuyas aulas se enseñaba
teneduría de libros. También su dadivosa presencia fue importante para la construcción
del hospital, de un teatro y de otras obras. Fue sostenedor de diarios locales,
agrupaciones artísticas, instituciones de caridad y del Cuerpo de Bomberos que lo
distinguió como su máximo benefactor.
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Federico Varela, que se había enriquecido en las minas de plata de Copiapó y de
cobre en Chañaral, hasta su muerte se preocupo del bienestar del puerto de Chañaral y
del pueblo de las Ánimas. Lo demuestra al sostener por vida la escuela y los honorarios de
los profesores y al decidir construir en el puerto su imponente mansión que fue destruida
por el maremoto de 1922. Además continúo desde la distancia aportando fuertes
erogaciones para ayudar al sostenimiento de varias instituciones de servicio público.
Este minero y filántropo que lucho por el desarrollo de Chañaral, vendió sus
pertenencias mineras en 1872, dedicándose con éxito en el camino de la política. Fue
electo diputado y luego senador por Atacama. Desde el Congreso impulsó con tesón una
iniciativa que logro en justicia el 14 de Enero de 1884, creándose el Departamento de
Chañaral. De esta forma el puerto se apartó de la tutela de Caldera, instalándose varios
servicios públicos como el registro civil, Juzgado, Gobernación, Notaría, y otros, que dio
nuevos bríos al desarrollo del puerto.
A lo largo del país sostuvo con generosos aportes a escuelas de varias ciudades del
país, colaboró con el sostenimiento de la Academia de Bellas Artes, organizó certámenes
literarios, uno de los más famosos del país llevó su nombre, obsequió numerosas obras de
arte a museos, financió obras como “Recuerdos Literarios” de José Victorino Lastarria y el
libro de poemas “Azul” que llevó a la fama universal a Rubén Darío.
Federico Varela fue distinguido por el gobierno del Presidente Aníbal Pinto por su
contribución prestada a la nación durante la Guerra del Pacífico. Este hombre que amo
entrañablemente a Chañaral, tuvo el reconocimiento del país entero por su alto espíritu
de servicio. Preocupado del desarrollo económico, social y cultural del puerto, escribía en
1877 a un afamado escritor lo siguiente: “Como viejo minero le propongo formemos una
compañía de cateo intelectual; yo costeo la expedición al desierto, dirigida por usted, y
estoy seguro que, cuando lapidemos nuestros rodados, sacaremos a la luz lindas y
valiosas joyas para la musa chilena”. De esta manera, Varela, traía embajadas culturales a
Chañaral.
Este ilustre ciudadano falleció en Valparaíso el 13 de Julio de 1908. Los diarios de
todo el país le tributaron los más elocuentes y expresivos homenajes. Se recordó
ampliamente su obra empresarial y filantrópica, su compromiso con el arte y la cultura y
sus dotes humanas. Su nombre respetado hasta por sus adversarios políticos y su
fallecimiento causo consternación en Chile. Sus restos, previamente embalsamados,
fueron trasladados a la capital en tren especial. En los andenes de Valparaíso lo
despidieron miles de personas y en Santiago se le rindieron honores civiles y militares.
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A su funeral se sumaron cientos de conmovidos estudiantes universitarios de
provincias que se hospedaban en los Internados que él generosamente había sostenido
sin costo para los jóvenes. Delante de su carroza iba un batallón de Regimiento Buin y un
escuadrón del Regimiento Cazadores. Luego seguían carrozas de coronas, el carro
mortuorio, delegaciones del Partido Radical, de la Federación de Estudiantes y diversas
instituciones.
Un diario capitalino señalo “que después de las cinco de la tarde llegó el cortejo al
cementerio descendiendo la urna los deudos y estudiantes, mientras las tropas
presentaban armas y las bandas ejecutaban sus marchas fúnebres”.
Un historiador al enterarse de su fallecimiento dijo de él: “Puso su fortuna y su
influencia al servicio del progreso industrial de Chañaral, sin limitar esfuerzos”.
Este luchador de los intereses de esta tierra merece con creces un monumento en la tierra
que tanto amo y el reconocimiento de todos sus hijos.
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Chañaral proclama a Federico Varela como Senador
A comienzos de 1900, la noticia nacional más destacada fue la designación que
hizo la comunidad de Chañaral, en la persona del prestigioso ciudadano Federico Varela
para candidato a Senador por la Provincia de Atacama. Esta proclamación fue de
inmediato acogida por el partido Radical y todos los grupos de la Alianza Liberal en el país.
Un diario dijo que “hacer el esbozo de la culmínate personalidad del señor Varela,
es tarea superior a nuestra modestia e insuficiencia”. Federico Varela Cortés-Monroy, fue
un hombre comprometido con este puerto, y en el país era “admirado entre los
demócratas y los balmacedistas, distinguido por los doctrinarios, aclamado por los
radicales y respetado por los conservadores”.
Para aceptar esta designación que le hacían los chañaralinos, Federico Varela, tuvo
que renunciar a su candidatura por Valparaíso, ciudad en la que habitaba y donde era un
seguro ganador. Ya antes había sido Senador por el primer puerto de la República.
Para felicidad de los habitantes de Chañaral, este ciudadano benemérito y
benefactor de este puerto nortino, fue elegido Senador por Atacama, evento que fue
celebrado por la comunidad.
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Diario El Pensamiento 1881; Por Belisario Valdez ,1881.
No cumpliríamos con un sagrado deber si al lanar a la publicidad nuestro modesto
periódico no colocáramos en sus primeras páginas el retrato del distinguido caballero con
cuyo nombre encabezamos estas líneas y a cuya proverbial generosidad debemos el que el
ideal que por tanto tiempo acariciamos se halla al fin realizado.
Este solo hecho bastaría para que le tributáramos este débil homenaje de gratitud, si para
ello no militasen, además, otras razones.
Educado el señor Varela en la escuela del rudo trabajo, ha conseguido, a fuerza de una
constante labor, reunir una considerable fortuna puesta siempre al servicio de sus
conciudadanos y de la nación en general.
Amante de su patria, no ha omitido sacrificio alguno para realizar algún hecho que venga
a redundar en provecho de ella; así no es extraño que en su viaje al continente de los Reyes
se afanara por adquirir en la capital del imperio Austro-Hungaro el antiguo mapa de Chile
que hoy adorna las paredes de la Academia de Bellas Letras de Santiago; que gastara
cuantiosas sumas por introducir en el país los pozos artesianos, esa obra magna que
auguraba completar los tesoros que la naturaleza nos donara.
Amante del pueblo, ha trabajado sin cesar por difundir en las masas populares el
conocimiento de las ciencias, abriendo para ello, en la provincia de Atacama una escuela
que al presente sostiene con tanta contracción como en los primeros momentos de su
fundación.
Comprendiendo que la instrucción de la juventud en el termómetro que marca la grandeza
de los pueblos, ha protegido siempre toda idea que propenda a su progreso. Así,
Valparaíso contara dentro de breves días con una magnifica academia de Bellas Letras,
adonde el talento y el estudio se dan cita para compartir reunidos los saludables efluvio de
la ciencia. El museo de esta provincia lo cuenta como uno de sus más constantes
favorecedores y millares de instituciones de caridad repartidas en toda la republica, como
bienhechor más asiduo.
Pero en donde el señor Varela ha tenido ocasión de mostrar grandeza de su alma de
patriota, ha sido en la presente guerra. Acompañado de dos distinguidos ciudadanos, de
los que nos ocuparemos en breve, dotó a nuestra Escuadra de las magnificas
ametralladoras que hoy son el orgullo de nuestra marina. Pero al mismo tiempo que
desembolsaba gruesas sumas para la adquisición de elementos que exterminaran por
completo a nuestros enemigos, creaba los hospitales militares, orgullo de Valparaíso, y en
donde el soldado-héroe encontraba un alivio a sus dolores.
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¡Qué obras colosales no tendríamos que enumerar si las escasas columnas de nuestro
periódico lo permitieran!
Pero sus hechos, aunque siempre practicados bajo el egoísta velo del misterio, son ya del
dominio público, el cual en esta ocasión como que en muchas otras, ha sabido hacer
justicia al mérito colocando al distinguido caballero a la altura a que sus virtudes, como
ciudadano le dan derecho.
La patria agradecida lo ha distinguido como uno de sus representantes en el actual
congreso, eligiéndolo como diputado por los departamentos de Copiapó y Caldera.
¡Ojalá que la conducta observada hasta el presente por el señor Varela y que no dudamos
seguirá siendo su norma para el porvenir, encuentre imitadores porque con esto
tendríamos asegurado el porvenir de Chile!