1. RELACIONES EN LA OFICINA
El trato con el jefe
El jefe puede ser hombre o mujer, en ambos casos es vital mantener una buena
relación con él. A diferencia del trato con los colegas, con su jefe guarde las
formas que responden a la naturaleza de sus funciones.
Un jefe busca en quien confiar, alguien que le brinde soluciones y no problemas.
Si su jefe se le ha encomendado una tarea y se le presentan problemas, no se le
comunique de inmediato porque esto la pintaría como una persona irresoluta,
incapaz de hallar soluciones.
En el entorno laboral, cuando dos personas acaban de conocerse se tratan de
usted, luego, si son compañeros cercanos de trabajo y su trato es cotidiano,
llegaran a tutearse.
¿Dificultades con el jefe?
Existen jefes con personalidades diversas. Las mujeres que hemos trabajado
durante años con jefes sabemos por experiencia que existen algunos son
neuróticos, mal educados, intransigentes y que pueden llevar a sus empleadas al
borde de la locura.
Se dice que una de las soluciones es cambiar de trabajo o hacerse de la vista
gorda y de oídos sordos. Pero no siempre es lo correcto. Recuerda por mas jefe
que sea no tiene derecho a ofenderla bajo ninguna forma. No permitan que
abusen d su cargo, de ser así puede quejarse a un superior inmediato.
El problema más frecuente hoy en día es la jefa que puede llegar a ser una
espina muy difícil de sacar. Podría tomar una actitud hostil contra usted si
llega a verla como una rival en potencia.
¿Qué hacer? Elevarle el ego, elogiar de forma mesurada el trabajo que
realiza y todo lo que está aprendiendo de ella. Su actitud de aprendiz la
colocara en otro plano y sus relaciones mejoraran.
¿y si la crítica mucho? Converse en privado haciéndole comprender que
hace lo mejor que puede, que está poniendo mucho interés y esfuerzo en
lograr lo que se le encarga.
2. ¿Su jefe la acosa sexualmente?
El acoso sexual puede producirse desde cuando se comete una agresión física
directa hasta una broma con doble sentido, y resulta totalmente ofensivo e
inaceptable para quien la recibe. Además interfiere y altera el ambiente de sana
camaradería, y desde luego repercute directamente en la productividad de la
acosada, por eso es obligación de las campañas establecer políticas que eviten
que inescrupulosos den rienda suelta a sus bajos instintos.
La mejor manera de frenar un acoso sexual es afrontándolo firme y seriamente
ante el acosador para que cambie su actitud.
¿Debe servirle el café a su jefe?
Muchas ejecutivas ven con malos ojos y hasta con un acto denigrante preparar el
famoso café para el jefe. Es degradante que una profesional se tome la molestia
con un quehacer de ese tipo? Pues no lo es en verdad.
Si es cierto que no existe un contrato que determine que una secretaria o asistente
deba preparar café, esto se toma como una muestra de cortesía y deferencia para
el jefe. Es una muestra de consideración que, hecha en el momento oportuno,
dejara en todos la imagen de una empleada con mucho tacto y educación.
Si su jefe le pide ayuda para comprar regalos para su cónyuge o sus clientes,
acepte sin problema, siempre y cuando este dentro de su horario de trabajo. Sin
embargo, otro tipo de tareas que no tienen nada que ver con la oficina, como
mecanografiar trabajos privados, no deberían ser solicitadas, a menos que sea
fuera del horario de trabajo y con una compensación extra.
El amor en el trabajo
Se cree que nadie escoge de quien va a enamorarse, ni cuándo va a surgir el
amor. Pero esto no puede ser excusa para quebrar los códigos elementales de
ética en el mundo laboral. No es conveniente establecer amoríos dentro del
trabajo.
Así usted sea una persona muy profesional y mantenga una relación amorosa con
algún compañero o jefe sin que afecte su normal desempeño, quedara expuesta a
los comentarios y el chisme. De igual manera, el día que consiga un logro o
reconocimiento, más de uno pensara que no es por sus méritos laborales, si no
por su afinidad con alguien especial.
3. En algunas empresas se prohíbe la contratación de cónyuges. Y si dos personas
que trabajan juntas contraen matrimonio, es ético que él o ella renuncie o que
cambie de área para evitar conflictos laborales y personales que afecten la
productividad.