1. Era italiano de ascendencia sefaradí
y su vida licenciosa terminó en tragedia.
Vivió apenas 35 años (1884-1920)
Amedeo Modigliani
“El pintor maldito”
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2. Era italiano de ascendencia sefaradí
y su vida licenciosa terminó en tragedia.
Vivió apenas 35 años (1884-1920)
3.
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8. A los 20 años Modigliani emigró a
Francia y se instaló en el barrio
parisino de Montmartre, donde
muchos de sus colegas, Picasso
incluido, no tardaron en satirizar
su apellido y le apocoparon el
“Modigliani” por “Modí”, con
acento en la última vocal.
A los 20 años Modigliani emigró a
Francia y se instaló en el barrio
parisino de Montmartre, donde
muchos de sus colegas, Picasso
incluido, no tardaron en satirizar
su apellido y le apocoparon el
“Modigliani” por “Modí”, con
acento en la última vocal.
Dicho así, “modí” suena
exactamente como en francés se
pronuncia la palabra “maudit” que
significa “maldito”; un alias que
se ganó con penosa justicia,
como que aún hoy a Modigliani se
lo recuerda no sólo por sus
talentosas pinturas… sino
también por su maldad.
Dicho así, “modí” suena
exactamente como en francés se
pronuncia la palabra “maudit” que
significa “maldito”; un alias que
se ganó con penosa justicia,
como que aún hoy a Modigliani se
lo recuerda no sólo por sus
talentosas pinturas… sino
también por su maldad.
Modigliani era tremendamente
exitoso con el sexo opuesto, pero
sus tormentosos amoríos fueron
tan famosos como la crueldad
con la que invariablemente
trataba a “sus” mujeres.
9. A los 20 años Modigliani emigró a
Francia y se instaló en el barrio
parisino de Montmartre, donde
muchos de sus colegas, Picasso
incluido, no tardaron en satirizar
su apellido y le apocoparon el
“Modigliani” por “Modí”, con
acento en la última vocal.
A los 20 años Modigliani emigró a
Francia y se instaló en el barrio
parisino de Montmartre, donde
muchos de sus colegas, Picasso
incluido, no tardaron en satirizar
su apellido y le apocoparon el
“Modigliani” por “Modí”, con
acento en la última vocal.
Dicho así, “modí” suena
exactamente como en francés se
pronuncia la palabra “maudit” que
significa “maldito”; un alias que
se ganó con penosa justicia,
como que aún hoy a Modigliani se
lo recuerda no sólo por sus
talentosas pinturas… sino
también por su maldad.
Dicho así, “modí” suena
exactamente como en francés se
pronuncia la palabra “maudit” que
significa “maldito”; un alias que
se ganó con penosa justicia,
como que aún hoy a Modigliani se
lo recuerda no sólo por sus
talentosas pinturas… sino
también por su maldad.
Modigliani era tremendamente
exitoso con el sexo opuesto, pero
sus tormentosos amoríos fueron
tan famosos como la crueldad
con la que invariablemente
trataba a “sus” mujeres.
10. Decía que “pintar a una mujer desnuda es como poseerla”.
“Las pintaba para desnudarlas, las desnudaba para pintarlas”.
Sumido en el ocultismo e intoxicado por las drogas y el alcohol,
era un destructor implacable de las mujeres que amaba.
Ninguna logró recuperarse tras la catástrofe de la separación.
Muchas de ellas murieron jóvenes. Dos por suicidio.
11. Ninguna logró recuperarse tras la catástrofe de la separación.
Muchas de ellas murieron jóvenes. Dos por suicidio.
12. Beatrice Hastings, escritora y
periodista sudafricana, recordó así en
la revista New Age los dos años que
vivió con Modigliani: «Era un cerdo y
una perla, hachís y brandy, ferocidad y
glotonería.»
Tiempo después, Beatrice Hastings
abrió la llave del gas y se quitó la vida.
Con la canadiense Simone Thiroux
tuvo un hijo. Nunca lo reconoció y ella
terminó dándolo en adopción, luego
de que “Modí” le marcara la cara con
el fondo de un vaso roto.
Beatrice Hastings, escritora y
periodista sudafricana, recordó así en
la revista New Age los dos años que
vivió con Modigliani: «Era un cerdo y
una perla, hachís y brandy, ferocidad y
glotonería.»
Tiempo después, Beatrice Hastings
abrió la llave del gas y se quitó la vida.
Con la canadiense Simone Thiroux
tuvo un hijo. Nunca lo reconoció y ella
terminó dándolo en adopción, luego
de que “Modí” le marcara la cara con
el fondo de un vaso roto.
13. Beatrice Hastings, escritora y
periodista sudafricana, recordó así en
la revista New Age los dos años que
vivió con Modigliani: «Era un cerdo y
una perla, hachís y brandy, ferocidad y
glotonería.»
Tiempo después, Beatrice Hastings
abrió la llave del gas y se quitó la vida.
Con la canadiense Simone Thiroux
tuvo un hijo. Nunca lo reconoció y ella
terminó dándolo en adopción, luego
de que “Modí” le marcara la cara con
el fondo de un vaso roto.
Beatrice Hastings, escritora y
periodista sudafricana, recordó así en
la revista New Age los dos años que
vivió con Modigliani: «Era un cerdo y
una perla, hachís y brandy, ferocidad y
glotonería.»
Tiempo después, Beatrice Hastings
abrió la llave del gas y se quitó la vida.
Con la canadiense Simone Thiroux
tuvo un hijo. Nunca lo reconoció y ella
terminó dándolo en adopción, luego
de que “Modí” le marcara la cara con
el fondo de un vaso roto.
En 1911 sedujo a la poetisa rusa Anna
Ajmátova. La conoció en París cuando
ella pasaba la luna de miel (…) junto a
su marido, el poeta Nicolai Gumilev.
Modí tenía entonces 26 años; ella, 21.
Convivieron durante todo el verano y
bajo esa influencia, ella escribió los
poemas convulsos que forman parte
de su primer libro, “Atardecer”.
Quienes posaron para él decían sentir
que era como si les hubiera
“desnudado el alma.”
Pintaba con notable rapidez y jamás
retocaba sus cuadros.
Siempre retratos. Siempre desnudos.
Caras y cuerpos que expresaban la
avidez que tenía por desenmascarar la
carne.
14. Quienes posaban para él decían sentir
que era como si les estuviera
“desnudado el alma.”
Pintaba con notable rapidez y jamás
retocaba sus cuadros.
Siempre retratos. Siempre desnudos.
Caras y cuerpos que expresaban la
avidez que tenía por desenmascarar la
carne.
15. En su época, estos excepcionales desnudos fueron considerados
“inaceptables por su sexualidad incendiaria” y cuando la famosa
Galería Berthe Weill de París se animó a exponerlos, la muestra fue
inmediatamente clausurada por “ultraje al pudor”.
Fue tan grande el éxito que la muestra recibió en la primera semana más de
200.000 visitantes, debiendo permanecer abierta por cerca de cinco meses.
En octubre de 2006, casi un siglo después, el Museo de Luxemburgo, al
que Modigliani nunca hubiera soñado acceder, le dedicó un salón exclusivo
para exponer allí sus obras.
Hoy en día un “Modigliani” vale una verdadera fortuna, como que por uno de
sus célebres desnudos ha llegado a pagarse la friolera de US$27.000.000
16. Chaim SoutinePaul GuillaumeJean CocteauJuan GrisDiego riveraLéopold Zborowski,Max Jacob
Hoy en día un “Modigliani” vale una verdadera fortuna, como que por uno de
sus célebres desnudos ha llegado a pagarse la friolera de US$27.000.000
17. Chaim SoutinePaul GuillaumeJean CocteauJuan GrisDiego riveraLéopold Zborowski,Max Jacob
“Modí” era muy solicitado como retratista y plasmó los de muchos artistas,
literatos y “marchands” que en esa época deambulaban por la bohemia
parisina. Cada uno de esos retratos vale también hoy millones.
19. Jeanne Hébuterne fue la única con
quien Modigliani tuvo una hija
reconocida. La pintó 27 veces pero
nunca desnuda, cual si su morbo
enfermizo hubiera claudicado.
Su relación afectiva con “el pintor
maldito” le costó a Jeanne la ruptura
total de sus lazos familiares, ya que
sus padres jamás consintieron en
verla unida a un “pintor pobre, judío y
extranjero”.
En este retrato de 1919 Modigliani la
muestra en un incipiente pero visible
segundo embarazo que jamás llegaría
a feliz término.
Jeanne Hébuterne fue la única con
quien Modigliani tuvo una hija
reconocida. La pintó 27 veces pero
nunca desnuda, cual si su morbo
enfermizo hubiera claudicado.
Su relación afectiva con “el pintor
maldito” le costó a Jeanne la ruptura
total de sus lazos familiares, ya que
sus padres jamás consintieron en
verla unida a un “pintor pobre, judío y
extranjero”.
En este retrato de 1919 Modigliani la
muestra en un incipiente pero visible
segundo embarazo que jamás llegaría
a feliz término.
20. Y como no podía ser diferente,
la bohemia, las drogas,
el alcohol y la lujuria
reservaron, tanto para él como para
su amante, un final trágico.
21. Era invierno y nevaba
en París.
Una jovencita
veinteañera, madre
de una niña de 2 años
y embarazada de
ocho meses, se
dejaba caer al vacío
desde el balcón de un
quinto piso.
Se llamaba
Jeanne Hébuterne y
no había podido
soportar la angustia.
Su amante, el pintor
Amedeo Modigliani,
había muerto en la
víspera, tomado de su
mano, víctima de una
meningitis
tuberculosa de la que
ella había terminado
contagiándose.
22. Se llamaba
Jeanne Hébuterne y
no había podido
soportar la angustia.
Su amante, el pintor
Amedeo Modigliani,
había muerto en la
víspera, tomado de su
mano, víctima de una
meningitis
tuberculosa de la que
ella había terminado
contagiándose.¡Modí..!