Nadie duda que detrás de las notas periodísticas sobre los procesos de cambio social que viven Venezuela, Ecuador, Bolivia, está la mano de los escribientes a sueldo de las oligarquías de la prensa decadente de Perú y de otros países. Los presentadores de noticias, sólo leen lo que les muestra el teleprompter, pero algunos (as) se permiten hacer comentarios adicionales en un afán por agradar mejor a sus amos. En el caso de la Venezuela, estos “agregados” de la “inteligencia teleprompteriza” hablan del “desabastecimiento” que estaría viviendo ese país, de la “falta” de papel higiénico, de los supuestos gazapos del Presidente Maduro, siempre sacados de contexto.
La Justicia Federal no le hizo lugar a medida del Intendente de La Rioja cont...
Venezuela: "claves para entender la guerra económica", (A propósito de un artículo de Víctor Hugo Majano)
1. Venezuela: “Claves para entender la guerra económica”
(A propósito de un artículo de Víctor Hugo Majano)
rubèn ramos
Nadie duda que detrás de las notas periodísticas sobre los procesos de cambio
social que viven Venezuela, Ecuador, Bolivia, está la mano de los escribientes
a sueldo de las oligarquías de la prensa decadente de Perú y de otros países.
Los presentadores de noticias, sólo leen lo que les muestra el teleprompter,
pero algunos (as) se permiten hacer comentarios adicionales en un afán por
agradar mejor a sus amos.
En el caso de la Venezuela, estos “agregados” de la “inteligencia
teleprompteriza” hablan del “desabastecimiento” que estaría viviendo ese país,
de la “falta” de papel higiénico, de los supuestos gazapos del Presidente
Maduro, siempre sacados de contexto.
Sus “opiniones” se apoyan en lo que sus amigos (as) venezolanos que “viven
en el Perú” les cuentan sobre la situación en su país. No quiero suponer que se
trate de amigos (as) perseguidos por la justicia venezolana y que gozan del
asilo concedido por Alan García o algún otro de nuestros gobernantes
“demócratas”.
En todo caso, no creo que se trate de ningún venezolano (a) de los millones
que salieron de la pobreza gracias al proceso de transformación y movilización
que iniciara el Presidente Hugo Chávez; pues todos ellos son activos
defensores de las conquistas en salud, en educación, en ingresos, en
ocupación, en vivienda en cada uno de los Estados de ese país.
Los periodistas y los lectores (as) de noticias harían bien en enterarse de la
historia de Venezuela antes de la revolución chavista para permitirse emitir
juicio alguno respecto de su actualidad. Deberían consultar los informes de
instituciones independientes sobre la consistencia y los avances de la
revolución en su lucha contra la pobreza, el hambre, la desnutrición, el
analfabetismo, el acceso a la educación con sentido y significado
transformador, a la salud, la vivienda. Incluso, la de la institucionalidad al
servicio de los intereses norteamericanos (FMI, BM, BID, USAID) que certifican
los avances alcanzados por los gobiernos de Chávez y Maduro en todos los
órdenes de la vida económica, social, política e ideológica. (Ciertamente que
este reconocimiento viene por el lado de advertirles a las élites del poder
imperial de los riesgos que implicaría una aventura intervencionista en ese
país).
Que el proceso de liberación económica venezolano apareja contradicciones
¡claro que sí! Y digo contradicciones porque se trata del enfrentamiento entre
las diferentes fracciones de una “burguesía” mercantilista que monopolizó la
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2. economía, la política, la cultura de ese país, con el pueblo secularmente
explotado y marginado, que hoy tiene el poder.
El proceso que hoy vive Venezuela se opone diametralmente a los intereses de
una burguesía comercial y financiera, que medró de la exportación del petróleo
y enriqueció con la manipulación de las importaciones de alimentos y de otros
bienes para satisfacer la demanda de una burocracia servil y una pseudo
burguesía rentista mientras el pueblo se moría de hambre sin poder acceder a
los bienes y servicios esenciales. Hoy, esta amplia mayoría tiene resueltas sus
necesidades básicas y cualquiera que quiera opinar, sin dejarse llevar por lo
que dicen los resentidos del odio, y los dueños de la prensa decadente, puede
ir a comprobarlo.
Son estos los que lo atacan a Maduro y a la revolución bolivariana. Y es sus
privilegios empezaron hace rato a deteriorarse y añoran el retorno del pasado
antes que desaparezcan definitivamente. Muchos ya entendieron que no hay
vuelta atrás y ya forman parte de la “lumpenesca” población “burguesa” de
Miami.
No se me ocurre que los “periodistas”, jefes de redacción, de prensa o de
noticias, puedan desalienarse después de haber hecho de su profesión una
vocación de servilismo y obsecuencia del poder mediático de la oligarquía
decadente de la prensa peruana. Tampoco es de esperar que esto ocurra con
quienes creen que su salario los ha convertido en miembros de la clase social
de sus amos. Lo que sí creo es que un mínimo de decencia profesional (porque
de ética sería demasiado pedir), los obliga a eximirse de hacer comentarios de
lo que no conocen ni entienden.
En un artículo de Víctor Hugo Majano publicado el 05-11- 13, en “ECO
Popular”, se aportan algunas “claves” para ayudar a entender lo que se vive en
Venezuela. Esto dista mucho de lo que dicen los cables, o el Universal y otros
diarios decadentes de Caracas, o transmite Globovisión, CNN y otros canales,
portales, web, o “redes sociales” de Europa y de los EEUU y que son
reproducidos alegremente por la prensa oligárquica de América latina y del
Caribe y del Perú en particular. Todos alineados y alienados con el sueño
imposible del retorno al pasado.
Dice Majano, “la guerra económica” en Venezuela consiste básicamente en el
uso de mecanismos propios de la lógica de mercado del capital para reducir o
limitar la oferta de bienes esenciales de consumo masivo. Entre estos
mecanismos se incluyen técnicas de “merchandising”, que son acciones
tendientes a modificar la conducta del consumidor en los puntos finales de
venta. También la utilización de sistemas no formales de distribución,
contrabando de extracción y reducción deliberada de la producción alegando
falta de algún insumo. Estos mecanismos son habituales e inherentes al
proceso de circulación de las mercancías en un sistema capitalista, por lo tanto
son legales y no se consideran ilegítimos.
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3. Nuevos productos
Uno de los mecanismos usados frecuentemente es el desarrollo de nuevos
productos a partir de la materia prima o insumos base de productos esenciales.
Por ejemplo, en el caso de la harina precocida de maíz, los fabricantes
privados han introducido variedades dirigidas a la elaboración de empanadas.
O han desarrollado mezclas para la elaboración de cachapas, una especie de
arepa de maíz tierno. Todos estos nuevos productos se ofrecen a precios
sustancialmente superiores a los regulados pues parte del propósito de su
creación es maximizar las ganancias del fabricante”.
Arroz saborizado
Los fabricantes privados, han introducido al mercado versiones de arroz de
mesa condimentado, saborizado o coloreado. De esa manera lo presentan
como un producto premium al cual no se aplican los precios establecidos para
versiones de uso masivo. Es frecuente, por tanto, conseguir en los anaqueles
de supermercados diversidad de versiones de un mismo producto, pero nunca
el original.
Leche para bebés
La leche para lactantes y menores de dos años ha registrado incrementos de
entre 60 y 80 por ciento en los últimos seis meses. Simultáneamente han
aparecido nuevos productos con “vitaminas y minerales” que reemplazan a los
de menor costo. Un ejemplo extremo es el de una formula infantil que la Nestlé
comercializa con la marca Nan, cuyo precio es de 8,40 bolívares en su
presentación de 400 gramos en su versión regulada y que la empresa debe
producir conforme a requerimientos legales. Sin embargo su disponibilidad es
excepcional. La que se consigue es la misma pero con otra etiqueta y a un
costo 12 veces mayor, es decir en 103 bolívares”. Ningún componente en esta
presentación justifica un incremento del precio en más del 1000 por ciento,
impuesto por Nestlé.
Yogurt sí hay
En la misma línea de lácteos es pertinente acotar que mientras escasea la
leche en polvo en sus distintas versiones, no faltan derivados a base de leche
como yogurt líquido, chichas y bebidas achocolatadas. Si se usaran estos
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4. productos como sustituto de la leche para compensar necesidades
nutricionales, los costos serían sencillamente insostenibles.
No más de ocho alimentos
Los productos alimenticios de uso masivo que están sometidos a este proceso
de “guerra económica” son: harina de trigo, pastas de sémola, aceite vegetal y
margarinas, azúcar, caraotas y otros frijoles, así como la harina precocida de
maíz, el arroz de mesa y la leche tanto en polvo como líquida.
Papel higiénico
Mientras la empresa trasnacional de productos de higiene personal KimberyClark ha impuesto severas restricciones a la producción de papel higiénico de
uso doméstico, las líneas industriales, como rollos de gran tamaño para baños
públicos, toallas de papel y similares han mantenido su disponibilidad en el
mercado. Lo mismo ha ocurrido con las servilletas y toallas de mesa y de
cocina. Todos estos productos se comercializan con precios aumentados hasta
en un 1000 por ciento con respecto al del rollo convencional y regulado.
No faltan golosinas ni enlatados
El resto de los productos alimenticios de consumo masivo no esenciales se
mantienen disponibles en el mercado formal. Eso incluye galletas, mermeladas,
enlatados marinos, golosinas, chocolates en barras entre otros. Mientras que
en la línea de aseo personal no faltan jabones, champu, pañales para bebes y
toallas sanitarias.
Informales y contrabando
Todos los productos con oferta restringida, es decir harinas de maíz y trigo,
azúcar, aceite, granos, leche, pastas y papel higiénico se pueden localizar casi
siempre en redes de comercio informales y vendedores callejeros conocidos
como buhoneros. Por supuesto se expenden a precios sustancialmente más
elevados.
El otro elemento de características ilegales y delictivas es el llamado
contrabando de extracción con destino a Colombia. Este mecanismo incluye el
llamado “bachaqueo” que es el transporte en pequeños volúmenes, con la
utilización de personas en forma individual, que a través de vías clandestinas y
trochas llevan los productos. Y también el traslado en camiones por las rutas
formales y con la probable complicidad de agentes policiales y militares,
precisa, Majano.
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5. Transnacionales, importadores y comerciantes
Todos los productos con “escasez” poseen altos niveles de industrialización y
son elaborados por grandes corporaciones transnacionales o con conexiones
muy estrechas con estas. Entre estas se debe mencionar a Polar, Nestlé,
Procter, Kimberly-Clark, Cargill entre otras. A su vez estas corporaciones
mantienen alianzas con componentes de la burguesía venezolana dedicados a
la importación y distribución. Son quienes manejan las redes de distribuidores
de alimentos al por mayor y grandes y medianos supermercados. Esta capa
que podemos denominar la “burguesía comercial-importadora” es la que
maneja la industria de la publicidad de los grandes medios de difusión y por
tanto de la llamada industria cultural. Y por este lado controla a los voceros y
actores políticos que adversan a la revolución bolivariana. Para ser precisos
hay que mencionar que la principal figura opositora, Henrique Capriles, es hijo
(literalmente) de familias ligadas a la importación de alimentos y a la
distribución de películas. Su padre fue una especie de franquicitario de
Alimentos Kraft y la familia de su madre estableció una de las principales
cadenas de cines del país. Asimismo sus más estrechos colaboradores
provienen de familias con grandes negocios de importación y venta de equipos
de línea blanca y línea gris.
Vegetales y hortalizas
Los productos alimenticios no industriales o de consumo directo, como
vegetales y quesos artesanales presentan una mayor disponibilidad. Sin
embargo registran importantes variaciones e incrementos de precios según el
mecanismo de comercialización. Los grandes y medianos supermercados y
distribuidores convencionales manejan precios que pueden hasta duplicar los
que presentan aquellos distribuidores informales que ofrecen los productos en
ferias y mercados callejeros desde el mismo vehículo de transporte. Es obvio
que los componentes de costo incorporados desde los centros de
comercialización formal son de muy alto impacto en estos rubros. Vale destacar
que estos productos no están sometidos a regulación de precios.
Carnes
Las proteínas de origen animal como carnes bovinas, porcinas y pollo registran
una disponibilidad aceptable pero con importantes aumentos de precios. Los
incrementos durante el año, y especialmente desde mayo, superan el 80 por
ciento en todos los casos. Si bien los principales rubros como cortes de carne
vacuna y el pollo tienen precios regulados casi todos los establecimientos
comerciales formales los ofrecen por montos muy por encima sin recibir
penalizaciones de las autoridades. Los controles sólo se aplican a las grandes
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6. cadenas de supermercados. Llama la atención que rubros como el cerdo han
comenzado a tener mayor presencia en las neveras y sus precios han crecido a
menor velocidad que la carne bovina.
El pescado también se localiza con más frecuencia en expendios de calle con
precios muy cercanos a las carnes, mientras que especies muy nutritivas como
las sardinas frescas se compran por precios 7 o 8 veces menos que el de la
carne bovina.
Bombillos y grifos
Es sumamente preocupante el crecimiento de los precios en productos
relacionados con el mantenimiento y funcionamiento de las viviendas. Por
ejemplo los bombillos de bajo consumo, cuyo uso ha sido promovido por la
industria de electricidad para estabilizar el consumo, cuestan al menos cinco
veces más que a principios del año. Es decir, de alrededor de 30 bolívares
pasaron a costar al menos 150 bolívares. Esta situación no sólo se traduce en
perjuicios económicos para los usuarios, sino que de esa manera se sabotea el
programa de ahorro energético planteado por el gobierno como parte de los
mecanismos para solventar la “crisis eléctrica” por averías y consumos en
exceso.
Otra línea de productos con muy elevado crecimiento de precios es el de
plomería y grifería. Aquellos componentes expuestos a fallas frecuentes como
mangueras, canillas y grifos tienen precios con aumentos superiores al 1000
por ciento. Un grifo para lavaplatos de categoría económica cuesta actualmente
600 bolívares, lo que equivale a 6 días de salario mínimo normativo.
Transporte
Algunos servicios públicos básicos han sufrido grandes ajustes de precios pese
a que los más esenciales están regulados o son operados por el Estado. Uno
de los más afectados es el transporte público superficial mayoritariamente en
manos de particulares organizados en asociaciones empresariales por rutas.
En el caso del transporte en las ciudades el incremento no ha superado el 30
por ciento, pero en el servicio suburbano, que involucra a ciudades cercanas y
grandes áreas metropolitanas los incrementos superan el 60 por ciento. Por
ejemplo los costos de pasaje entre las ciudades de la Gran Caracas pueden
representar entre 30 y 40 por ciento del actual salario mínimo normativo.
Bancos cerrados
Otro aspecto que evidencia la “guerra económica” que sufre Venezuela es la
resistencia de las grandes empresas a cumplir con las disposiciones de una
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7. nueva ley del trabajo promulgada por el comandante Hugo Chávez en abril de
2012. En mayo de este año entró en vigencia una nueva jornada laboral que
incluye el disfrute de dos días libres por semana. Las grandes corporaciones
bancarias han optado por suspender operaciones los días sábados y domingo.
Así evitan que el personal de guardia reciba pagos extras y que disfruten los
días de asueto entre semana. Como consecuencia de esto agencias que
prestaban servicios los sábados ya no lo hacen y el efectivo en los cajeros
electrónicos se acaba los domingos por no existir equipos de trabajo que
vuelvan a abastecerlos. Eso impacta en forma alarmante sobre la dinámica de
la economía y sobre la calidad de vida y la tranquilidad de la población.
Control de cambio
La escasez provocada se pretende atribuir a las decisiones oficiales de control
cambiario establecido en 2003, y el de precios en los productos esenciales.
El control sobre las divisas se sustenta en que el 97 por ciento de las divisas
proviene de exportaciones de empresas del Estado, especialmente las de
hidrocarburos. Durante 2013, hasta septiembre, se han entregado a través de
Cadivi, organismo de asignación de divisas, más de 33 mil millones de dólares,
según informó el vicepresidente del área económica Rafael Ramírez. Este
monto, que no incluye el último trimestre, es igual al otorgado durante 2012. La
expresidenta del Banco Central de Venezuela, Edmee Betancourt, anunció en
mayo que durante 2012 entre 15 y 20 mil millones de dólares fueron asignados
a “empresas de maletín” que no realizaron importaciones sino que se quedaron
con las divisas.
Control de precios
Los controles de precios para los productos y servicios esenciales se han
usado en Venezuela incluso durante períodos con políticas económicas
neoliberales. Esas líneas no han cambiado y sólo los productos esenciales
tienen precios fijados por el Estado. Hace dos años se amplió la gama de
bienes con precios oficiales con la incorporación del concepto de “precio justo”
y la creación de un organismo para su determinación. El “precio justo” está
determinado por la estructura de costos aportada por la misma empresa
debidamente sustentada y contempla el respectivo margen de utilidad.
Majano concluye aquí.
Lo que queda claro de esta precisa descripción es la orientación de la “guerra
económica” manipulada por quienes ejercen el monopolio de la producción de
bienes y servicios esenciales. Se trata de no producir lo que el pueblo necesita
y de encarecer aquello que el Estado habilite para el consumo popular por
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8. otros medios, generando su acaparamiento a través de mafias vinculadas con
el contrabando y la especulación. Estas mafias proveen de capital a familias y
grupos que se turnan para entrar a los supermercados y arrasar con la
existencia de productos que están regulados. Estos son entregados a las
mafias que se encargan de su traslado a Colombia o de su reventa a precios
mucho más altos en lugares clave donde operan a través de minoristas
inescrupulosos o directamente.
Son los rezagos de una sociedad regida por el individualismo, el oportunismo,
la viveza, el engaño. Es igualmente el precio que Venezuela tiene que pagar
por abrir sus fronteras a los millones de colombianos (as) que huyeron y huyen
del terror de décadas en su país. Las actividades a las que se dedicaron estos
millones de “refugiados” fueron siempre marginales y en su mayoría vinculadas
con la delincuencia y el mal vivir, como producto de la exclusión a la que fueron
sometidos por los gobiernos anteriores a la revolución. La inercia de esa
marginación que también alcanzó a sectores pobres de la sociedad venezolana
y a sus poblaciones originarias, es aprovechada por una oposición apátrida que
se resiste a perder el poco poder que le queda.
De toda esta compleja red de boicot, de corrupción, de engaño, de
acaparamiento y especulación, y de sedición, no se excluyen los agentes
externos como USAID, la NED, el IRI, de la ISOA, de Freedom House, que no
sólo acechan sino que actúan directamente a través sus financiamientos a la
prensa, la radio, la televisión, las redes sociales, las universidades, las ONG,
las iglesias evangélicas y católicas; de sus “socios inversionistas” y de sus
mercenarios.
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