Este documento discute los logros del socialismo bolivariano en Venezuela en comparación con los efectos negativos del capitalismo en otros países. Señala que, gracias a los programas sociales implementados, Venezuela ha reducido significativamente la pobreza y ha mejorado los indicadores sociales en los últimos 15 años. También resalta la necesidad de continuar fortaleciendo la revolución bolivariana mediante la consolidación del nuevo modelo económico socialista y la soberanía agroalimentaria para alcanzar la independencia económica.
COMUNICADO CNE-CAMPAÑA Y PROPAGANDA ELECTORAL 20240423.pdf
Socialismo BCV debate
1. 1 Noviembre 2014 • ¡AL ENCUENTRO!
Espacio para el debate y la forja de la conciencia socialista entre los trabajadores del BCV
Año 1 • Nro. 12 • Noviembre 2014 • Este impreso es producido por el Movimiento de trabajadores y trabajadoras revolucionarios del BCV • alencuentrovoy@gmail.com
¿Fracasó
el socialismo
¿
E l capitalismo es de naturaleza violenta. La
burguesía es despiadada en el despojo
y en la forma de proteger sus intereses
económicos, lo sentimos a diario en la guerra
de mafi as y comercio con la que pretenden
someter a nuestro pueblo. Gracias a la acción
oportuna, efi ciente y efi caz del Gobierno Boli-variano
y Socialista, hemos podido frenar con
éxito el contrabando, la usura, la especulación
y el acaparamiento que atenta contra el bolsillo
de todas las capas sociales; porque esta guerra
económica no distingue entre la clase media y
las clases populares, su objetivo es dañarnos a
todas y a todos por igual.
Gracias a los proyectos de liberación nacio-nal
puestos en marcha en América Latina, la
situación respecto a la crisis capitalista en ge-neral
es diferente que en Europa y en los mis-mos
Estados Unidos de Norteamérica, porque
aquí efectivamente no se han producido despi-dos
masivos, ni se le han quitado las casas a la
gente porque no pueden pagar una hipoteca, ni
se han dejado de pagar salarios, pensiones o
jubilaciones.
Por el contrario, los países que han empren-dido
proyectos socialistas en la región, como la
Venezuela Bolivariana y Chavista, son los úni-cos
en el mundo que en este momento tienen
planes de gobierno centrados en mantener y
elevar la calidad de vida de la gente y en derro-tar
la pobreza, el hambre, la miseria, la falta de
atención sanitaria, la deserción escolar, entre
otros fl agelos propios del sistema capitalista.
Editorial
Llámame perro… pero dame pan
La diferencia entre un capitalista, (no un usurero) y un ladrón, reside en que el rico sabe que
para mantener llena la botija, debe invertir y reinvertir “ad infi nitum” en cualquier negocio por
ruin y nocivo que este sea, mientras que el ladrón para mantener a su cochinito gozando, no
tiene otra alternativa que continuar robando. En otras palabras: de donde se saca y no se mete,
la necesidad arremete.
Estas consideraciones vienen al caso, por las denuncias del diputado Diosdado Cabello,
en los mazazos del jueves 6 de noviembre del presente, en el cual develó nuevos planes o la
continuación del mismo “gran megaplan”, de insurrección golpista por parte de los eternos “tum-badores”
del gobierno y por supuesto la liquidación del proceso revolucionario.
Denuncias que a pesar de la chanza con la que iniciamos, no debemos tomarlas a la ligera,
pues mucha gente está participando —por intereses económicos— de un juego regido por los
grandes comerciantes del petróleo, que con sus estratégicas guerras silenciosas, no tienen nin-gún
escrúpulo para destruir lo que se oponga a sus intereses.
En esta nueva hora de desestabilización, le tocó convertirse en adalid de la libertad al V.A.
Iván “corretú” Molina, exjefe de la Casa Militar de C. A. Pérez y recordado entre otras “heroicas
acciones” por el Caso Turpial, jugoso contrato de la Armada otorgado “a dedo” el 29-09-1988 por
11 millones y pico de dólares USA, para la repotenciación de los Sistemas integrales de comuni-cación
naval, en el cual “corretú” Molina se vio involucrado. (Ver Últimas Noticias del 02-09-1992).
Al repasar los nombres de los jefezuelos de todas las acciones fallidas de golpes de Estado,
magnicidio o llamados a desconocer tanto a nuestro Líder Eterno como ahora del presidente
Nicolás Maduro, notaremos que lo común en estos “Pranes” es la ansiedad por el dinero.
Como animal en celo, el ladrón de cuello blanco cuando ve mermar “su fortuna”, busca cual-quier
modo para nivelarla así tenga que hipotecar su propia patria y es aquí cuando se torna
peligroso ¿De qué viven o han vivido (apartando las dietas de la AN) sujetos viles como El vampiro
Ledezma, julito Borges, kike Capríles, locoldo López en Venezuela y la cantidad de escua-maya-meros
que pululan en el sur del Estado de Florida…? ¡Todos! Absolutamente todos lo han hecho
del desfalco al erario público: sea nacional, de gobernaciones o alcaldías; timando al sistema
tributario y cambiario o estafando a incautos ahorristas. Es el dinero para ser admirado y el po-seerlo
para sentirse en la cresta de la ola, es el dominio del gobierno para sobresalir y el control
del Estado para saciar estas ansiedades sus motivos para hacer política.
Estos alzamientos y llamados a la insurrección, no son producto de verdaderos intereses
político-ideológicos en contra de una “dictadura” o en pro de un mejor país. Lo que los estimula
a tomar atajos extraconstitucionales, es la “pelazón” en la que andan, pues como expusimos al
principio: de donde se saca y no se mete, la necesidad arremete. Ninguno de estos truhanes sabe
cómo se lleva el condumio al hogar y ni siquiera se han sudado un pasaje para ir a la playa y
aunque mucho hayan robado, el no tener idea ni darle importancia al signifi cado de la palabra
“ahorro”; a qué se le denomina ganarse el salario o lo que es “inversión”, todas estas fortunas
son dilapidadas en el mar de la arrogancia por sus condiciones propias del nuevorrico.
Compatriotas: la “pelazón” para estas gentes es mala consejera, por esto llamamos a estar
alertas. Mientras más avanza el tiempo más se angustian, porque sienten la falta de dinero y
saben que a más tiempo, más se acrecienta nuestro proceso revolucionario. J
POR ADÁN CHÁVEZ FRÍAS
Continúa en la página siguiente...
2. 2 ¡AL ENCUENTRO! • Noviembre 2014
Vemos que en países capitalis-tas,
antes considerados como “pri-mer
mundo”, las consecuencias del
capitalismo son nefastas para las
mayorías. La UNICEF en España,
indicó ayer que 1 de 4 niños espa-ñoles
vive por debajo del umbral de
la pobreza; en Portugal, según ci-fras
del 2013, el desempleo estaba
en 15% y se incrementó el número
de personas que viven literalmente
en las calles. En EE.UU, no queda
nada del sueño americano: en in-forme
publicado por el Consejo de
Asesores Económicos de la Casa
Blanca, en 2012, (y esta cifra ha debido aumen-tar
con el agravamiento de la crisis política y
social) 49,7 millones de norteamericanos vivían
por debajo de la línea de la pobreza, incluyendo
a 13,4 millones de niñas y niños, en especial,
afrodescendientes y latinos. Esto sólo por men-cionar
tres ejemplos, pero en toda la zona de
infl uencia del neoliberalismo, la población sufre
de estos y otros males peores.
Esa realidad contrasta con lo que vemos en
nuestro Socialismo Bolivariano en construc-ción.
En apenas tres lustros, hemos recibido el
reconocimiento de la Organización de la ONU
para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en
2013, por haber logrado los objetivos del Reto
de Hambre Cero y por reducir a la mitad, el nú-mero
de personas desnutridas desde 1996.
La Venezuela Bolivariana, Socialista y Cha-vista,
de acuerdo con los datos del Instituto
Nacional de Estadísticas (INE), entre 1996 y
1999, los indicadores de pobreza en el país su-peraban
66%, con 10,8% de pobreza extrema;
la primera fue reducida a 19,6% , y la segunda a
5,5% al 2013, gracias a los programas sociales
de la Revolución.
En 15 años, la inversión social del Gobierno
Bolivariano ascendió a 623.508 millones de dó-lares
desde 1999. Somos el país suramericano
que asigna el mayor porcentaje, 64%, del Pro-ducto
Interno Bruto (PIB) a programas de salud,
deportes, seguridad social y alimentación.
La mejor manera de mostrar los avances de
la Revolución es con las matemáticas, como
nos sigue recordando el Comandante Eter-no,
debemos continuar divulgando por todas
las vías posibles, cuántas escuelas han sido
construidas, cuántas vidas han sido salvadas
en nuestros CDI; cuántas toneladas de comida
se han vendido a precios solidarios a través de
Mercal y Pdval; cuánto ha mejorado la vida de
los sectores, antes excluidos, en estos años de
Revolución. Allí, en esas cifras, está demostra-do
el éxito y la vigencia del Socialismo Boliva-riano
que nos propuso nuestro Comandante
Supremo en el Plan de la Patria.
Por cierto, el pasado lunes 20 de octubre,
se cumplieron 2 años del histórico Consejo de
Ministros conocido como el Golpe de Timón,
donde el Comandante Chávez nos dejó para
siempre las instrucciones necesarias para for-talecer
el compromiso con la patria y consolidar
defi nitivamente nuestra libertad y soberanía.
En el sentido de fortalecer ese giro estraté-gico,
ese Golpe de Timón, es que el camara-da
presidente Nicolás Maduro, lanzó las cinco
revoluciones para acelerar la marcha hacia el
Socialismo Bolivariano y hacia nuestra defi niti-va
liberación nacional. ¡Independencia o Nada!
¡Comuna o Nada! Nos dijo entonces el Coman-dante
Chávez. Lo continúa gritando a los cua-tro
vientos.
Estamos en una coyuntura histórica que nos
demanda la máxima exigencia para avanzar en
este camino que sigue siendo difícil, porque el
enemigo, la contrarrevolución no cesa en su
empeño de destruirnos.
Como ya lo hemos demostrado, la única ga-rantía
de paz y estabilidad para el país, es el So-cialismo,
que no es otra cosa que el poder trans-ferido
a las manos del pueblo y las comunidades
organizadas; que es la práctica de los valores de
solidaridad, humanismo y bienestar colectivo.
El gran reto ahora es lograr la red, la telaraña
socialista, como la llamó nuestro líder histórico.
En esa articulación, debemos integrar la gestión
política y la de gobierno, la sinergia de todas las
instituciones, con la visión geoes-tratégica
correspondiente.
Hemos logrado grandes avan-ces,
eso es indudable y palpable.
Si estuviésemos más articulados
en todos los niveles, seríamos
más efi cientes. No podemos negar
que existen todavía casos donde
tenemos debilidades, donde hay
corrupción en algunas empresas
del Estado, en algunas institucio-nes;
donde hay negligencia, bu-rocratismo,
poca efectividad. Esto
no signifi ca que hemos fracasado.
Recordemos que estamos luchando contra el
monstruo heredado de la IV República: el viejo
estado burgués.
Por ello, debemos permanentemente recal-car
y recordar los logros de la Revolución Bo-livariana,
difundir su ideología, el Árbol de las
Tres Raíces, la cuarta raíz integradora aprobada
por el III Congreso del Partido Socialista Unido
de Venezuela (PSUV), que es el pensamiento y
la acción de Hugo Chávez, reconocido como el
Libertador de esta nueva época.
Con este legado de Chávez, articulamos en-tonces
el Golpe de Timón con el Salto Adelante,
para proseguir edifi cando nuestro socialismo. En
este nuevo Salto Adelante, con sus 5 Revolucio-nes,
trabajamos en la consolidación de un nuevo
modelo económico que ya tiene grandes avan-ces,
pero también algunas debilidades; y de allí
la necesidad de acelerar la marcha y terminar de
lograr nuestra independencia económica.
Es enorme la tarea: terminar de desmon-tar
el viejo modelo capitalista y avanzar en la
construcción del modelo económico productivo
socialista y de la soberanía agroalimentaria.
Tenemos plena independencia y soberanía po-lítica,
que nadie lo dude, pero seguimos luchan-do
fuertemente por la defi nitiva independencia
económica.
En esa batalla, ponemos en marcha una gestión
política y de gobierno, no para explotar a los demás,
o para usufructuar cuotas de poder o apetencias in-dividualistas,
sino para el bienestar colectivo.
La Comuna es una expresión real de organiza-ción
y desarrollo popular y la educación desde
el maternal (foto derecha) hasta la Misión Ribas,
en los sitios más apartados es claro ejemplo de
avance social.
3. 3 Noviembre 2014 • ¡AL ENCUENTRO!
Cuando se analizan los resultados de la
ofensiva económica que a fi nales del
año se llevó para combatir la guerra
económica, lo primero que se concluye es
que los precios pueden ser de hecho con-trolados
y la especulación atajada de raíz
sí se combina la acción del Estado garante
con la movilización ciudadana y popular.
Inmediatamente, también se concluye que
nada de esto ofrece garantías defi nitivas
sino se sostiene en el tiempo y consolidan
las condiciones sociales, institucionales,
ideológicas e incluso anímicas, que hacen
que el interés colectivo se imponga sobre
la arbitrariedad del poder de los sectores
privados y especulativos.
A este respecto, lo primero que hay
que tener claro es que la guerra económi-ca
debe entenderse antes que cualquier
otra cosa, precisamente, como un guerra.
En cuanto tal, supone la voluntad tanto de
imponerse sobre el otro como de crear las
condiciones que así lo permitan. Desde este
punto de vista, como toda guerra, es la con-tinuación
de la política por otros medios, en
este caso, a través de la manipulación y el
sabotaje de los medios “económicos” tanto
aquellos que tienen que ver con el comercio
diario como las variables monetarias, fi nan-cieras
y fi scales. El fi n último de la guerra
económica emprendida por la burguesía es
la consolidación de las condiciones sociales
de reproducción y explotación de los grupos
concentrados, transnacionalizados, mafi osos
y especulativos sobre la sociedad, lo cual pasa
por la derrota del gobierno pero también por el
aplastamiento de cualquier iniciativa popular y
ciudadana de oponérsele. El capital especu-lativo-
parásito-buitre que gravita en torno
a nuestro país —que es una variación del
que gravita sobre el mundo por más rasgos
locales que tenga— necesita de gobiernos
que le sean funcionales y de una población
sumisa y proclive a dejarse explotar.
Marx decía en alguna parte de sus escri-tos,
que en su competencia por conquistar
mercados y las mayores cuotas de ganan-cia,
los capitalistas fi jan estrategias, alinean
sus tácticas y disponen medidas que actúan
como carros de combate, que buscan cercar
y derribar las plazas contrarias, ocupar terri-torios
fortifi cados o abandonados, también
establecer sus propias áreas de infl uencia y
delimitar sus provincias. En el caso nuestro,
los capitalistas hacen exactamente lo mis-mo,
no tanto para competir entre ellos como
para competir contra la mayoría asalariada
y trabajadora. Uno de los rasgos más ca-racterísticos
del capitalismo venezolano,
tal y como hemos sostenido antes, es que
el modelo de acumulación basado en la
privatización de la renta y a la captura “en
la ruidosa esfera del mercado” de cuotas
extraordinarias de plusvalía a través de la
especulación de precios, supone una modifi -
cación de los esquemas clásicos de compe-tencia
intra-capitalistas. Es decir, en nuestro
país se da el caso que la competencia entre
capitalistas es fi cticia o se da de manera se-cundaria
y focalizada, pues la competencia
realmente existente y determinante es la que
opera entre los capitales cartelizados contra
los consumidores asalariados. De manera
concertada o no, consciente o inconsciente,
premeditada o simplemente por costumbre,
el mercado venezolano ha devenido en un
mercado de carteles que se reparten las
cuotas y acuerdan precios, impiden por
cualquier vía —incluso las gangsteriles— la
llegada de potenciales competidores que
Tenemos la enorme responsabilidad de cum-plir
por mandato del pueblo y de la organización
a la que pertenecemos, con el objetivo de alcan-zar
la mayor suma de felicidad para el pueblo.
En esa búsqueda, llegó el momento de asu-mir
el compromiso con lo que haga falta, hasta
dejar el pellejo si es necesario; la Revolución no
se hace de lunes a viernes, ni con pañitos de
aguas tibias, se hace dejando y dándolo todo
por el proyecto en el que creemos .
Estamos en un momento difícil y comple-jo.
No hay que subestimar nunca al enemigo,
a esta oligarquía y burguesía apátrida, a la ul-traderecha
fi nanciada por Washington. Es casi
imposible que nuestro avance socialista pueda
retroceder, pero el enemigo tratará de frenar-nos
usando cualquier método: el terrorismo, la
violencia, el asesinato político. Por eso no po-demos
descuidarnos; ese enemigo es todavía
poderoso y debemos llamar a la entereza, al
mayor compromiso y a tener siempre presente
al Comandante Eterno, como ejemplo vivo del
pensamiento y la acción para la construcción
socialista.
Cuando alguien sienta que duda, que fl a-quea,
que tiene algún desencuentro con el pro-ceso
revolucionario, que piense en el Coman-dante
Presidente Hugo Chávez, en su ejemplo,
en su dedicación, en su amor al pueblo y a la
patria. Créanlo, es el mejor aliciente para reto-mar
fuerzas y seguir adelante.
Es difícil que alguno de nosotros llegue a ser
como Chávez, porque él es un gigante; uno de
esos líderes que surgen cada cien años, cuando
despiertan los pueblos; pero en colectivo, todos
y todas juntos y juntas, con la conciencia del de-ber
social, unidos con el corazón de la patria,
seremos como Chávez. El llamado es a no con-fi
arnos, a no descuidarnos, el futuro es nuestro
y está en nuestras manos; vamos compatriotas,
a fortalecer la vanguardia revolucionaria, a ser
más efi cientes en la gestión de gobierno y en
la gestión política bajo la indiscutible dirección
de Chávez, como líder espiritual e ideológico
de esta Revolución. Vamos, con paso fi rme y
marcha redoblada, a avanzar en el camino de la
verdadera liberación. Vamos a alcanzar el punto
de no retorno de esta Revolución Socialista Bo-livariana.
Digamos, junto con Rosa Luxemburgo
y con Hugo Chávez:
¡Socialismo o barbarie!
¡Comuna o nada!
¡Viva Chávez! ¡Viva Maduro!
¡Viva la patria! J
Nueva ofensiva económica
¿Qué aprendimos de la anterior?
“Todo control de precios implica un
ejercicio arbitrario del poder público. Pero
esto no es una objeción, pues sustituye
a un ejercicio arbitrario del poder privado,
que tiene efectos más importantes
y excesivamente arbitrario para los que
sufren la inflación resultante”.
John Kenneth Galbraith
Continúa en la página siguiente...
POR LUIS SALAS
4. 4 ¡AL ENCUENTRO! • Noviembre 2014
tienen como consigna sacar la mayor ganancia
lo más rápido invirtiendo menos, lo cual se hace
especulando con el precio por unidad de cual-quier
producto ofertado. A ciertos niveles —los
de mayor concentración— la cartelización es
premeditada y consciente, —como pasa con
los alimentos (Cargill “vs.” Polar)— y con los
vehículos (lo que bien explicaba el presidente
Maduro al solicitar la habilitante el año pasado:
los concesionarios y ensambladoras prefi eren
vender un vehículo al precio de cinco antes de
fabricar tres más económicos). Ahora bien, esta
cartelización premeditada termina arrastrando
al resto de la economía, los demás productores
y comerciantes se ven expoliados por los más
grandes (la especulación con los insumos, el
cobro de rentas abusivas, por caso: los alquile-res
de locales) o simplemente se ven animados
a hacer lo mismo buscando las migajas que los
más grandes dejan o exprimiéndole al consumi-dor
lo que le han exprimido a ellos.
EL PAPEL DE LA ESPECULACIÓN
EN EL CAPITALISMO VENEZOLANO
Parafraseando la promoción de una vieja
película del cine negro, del capitalismo vene-zolano
debe decirse que la especulación no es
su lado oscuro o distorsionado, sino que es el
único lado que tiene y la única forma que co-noce
y ha conocido para funcionar hasta hoy
día. Lo que varía cada cierto tiempo son las in-tensidades,
al menos desde 1830, cuando se
fundó la República oligárquica de la mano de
los representantes de las casas comerciales, la
especulación y la tracalería en su sentido más
amplio ha sido su signo vital.
Más allá del hecho de la posibilidad que para
ello supone la captación de una renta internacio-nal,
la especulación funge también de respuesta
adaptativa del capitalismo venezolano a la con-fl
ictividad social y la movilización histórica de los
trabajadores en contra de su explotación. Es que
tal confl ictividad y movilización, entre otras con-quistas,
tuvo la de procurarse una legislación la-boral
garantista que mantuvo ese carácter desde
1936, cuando se creó la primera Ley del Trabajo,
hasta la década de los noventa, cuando la ofen-siva
neoliberal de la mano de los gobiernos del
ocaso puntofi jista y la represión policial modifi có
la legislación laboral para retrotraerla a los tiem-pos,
cuando eran los gerentes de las petroleras
quienes fi jaban los salarios y benefi cios.
En lo concreto, ese carácter garantista y pro-teccionista
del trabajo en Venezuela —que no
es una prerrogativa otorgada a los trabajadores
sino una conquista histórica— implica que la ex-plotación
capitalista tradicional en la esfera del
trabajo se desplaza preferentemente —aunque
no exclusivamente— a la esfera de la comercia-lización.
Esto es, los capitalistas en Venezuela
se apropian por la vía de la especulación, en
la esfera del consumo aquello que no pueden
apropiarse del todo en la esfera del trabajo da-das
las barreras legales que tienen para ello,
barreras que, como todo el mundo en este país
sabe, fueron no solo recuperadas sino llevadas
a un nivel superior en los últimos quince años.
Así las cosas, por eso siempre hemos dicho que
la “infl ación” venezolana no es una distorsión de
los mercados en el sentido en que suelen afi r-marlo
los expertos económicos convencionales,
tanto los de la derecha como los de “izquierda”:
la infl ación es la expresión de la transferencia
de los ingresos, los salarios y en general de la
riqueza social desde un(os) sector(res) de la po-blación
hacia otro(s) por la vía del aumento de
los precios. En lo fundamental, esta transferen-cia
se produce desde los asalariados hacia los
empresarios, pero también desde una fracción
del empresariado hacia otra fracción de los mis-mos.
Dicho de manera más clara: en la infl ación
se expresa la lucha de fracciones o sectores
empresariales (en especial los más concen-trados)
por incrementar sus ganancias a costa
del salario de los trabajadores (es decir, de la
mayoría de la población) también con cargo a
las ganancias de otros sectores empresariales,
en especial, los pequeños, medianos y menos
concentrados.
Por eso la guerra económica, en el fondo, no
es contra el gobierno sino contra la población
toda. Conspirar a través de lo económico contra
el gobierno es un prerrequisito necesario para la
burguesía nacional y transnacional, en vista de
profundizar su guerra estructural y mucho más
prolongada contra la población trabajadora. Es
decir, la guerra contra el gobierno es una guerra
derivada de la guerra originaria, la que involucra
a los capitalistas contra los asalariados, en la
medida en que la política económica del chavis-mo
se ha basado en una distribución más equi-tativa
del ingreso, al tiempo que ha excluido a la
burguesía del control del Estado, aspecto este
clave para su práctica histórica de acumulación
de capitales, en cuanto el capitalismo en Ve-nezuela
se desarrolló históricamente como un
capitalismo de y desde el Estado. En tal virtud,
no es solo el gobierno el responsable de enfren-tarla
y ganarla sino la población toda, incluso
aquella que no comulga con el actual gobierno,
que igual se ve afectada.
¿QUÉ NOS DEJÓ EL DAKAZO?
Así las cosas, volviendo al principio, de-rrotar
la guerra económica pasa en un primer
momento por replicar en la esfera del consumo
las mismas garantías que la población tiene en
la del trabajo, garantías cuya principal de las
cuales se encuentra la de no quedar a merced
de los especuladores y tener a dónde recurrir
para exigir sus derechos. Al mismo tiempo, en
razón de lo mismo, combatir la guerra econó-mica
implica generar una movilización popular
y ciudadana en defensa de los derechos colec-
5. 5 Noviembre 2014 • ¡AL ENCUENTRO!
tivos, donde entre otras cuestiones, la gente
debe tener claro, quiénes son, dónde están y
cómo los especulan. El dakazo del año pasado
tuvo ese efecto y fue precisamente por eso que
FEDECÁMARAS, CONSECOMERCIO e incluso la
disonancia aunque para la mayoría desconoci-da
Cámara de Comercio de Caracas (que es el
poder real económico junto a Venancham) sa-lieron
a victimizarse y reclamar que no los estig-matizaran,
labor en la cual, dicho sea de paso,
algunos analistas “nuestros” los ayudaron. El
dakazo tuvo la virtud de liberar a la gente del se-cuestro
ideológico en el que los especuladores
los mantenían, particularmente porque se pudo
ver en vivo y directo a través de las cámaras
que no eran ni la “pírrica” asignación de dólares,
ni los “miserables” márgenes de ganancia de los
comerciantes, ni la “escasez” los causantes del
alza alucinada de los precios, sino el acapara-miento
criminal, las ganancias (y expectativas)
de ganancias obscenas y el tráfi co de dólares
sumado a la vocación conspirativa. Ese es el
espíritu que debe rescatarse, consolidarse, por
sobre todo no abandonarse.
Paralelo a la instauración del PVP y las capta
huellas deben tomarse o avanzar en la aplica-ción
de otras medidas que rompan con el poder
que tienen los sectores concentrados, para inci-dir
e incitar la especulación y por tanto la guerra
económica. Uno de ellos pasa por desarticular
las roscas de comercialización y de proveedores
revendedores, de manera que el alza especula-tiva
que se origina en un punto X de la cadena
no termine en un huracán infl acionario cuando
el producto llega al consumidor fi nal. Como di-jimos,
muchos comerciantes y productores son
víctimas también de la especulación, si bien
luego terminan siendo victimarios ellos mismos.
Sin embargo, sumando y restando, termina sien-do
que sus intereses se hayan más del lado de
los consumidores que de FEDECÁMARAS, que
hábilmente los capta apelando a la solidaridad
gremial aunque sus políticas los puedan llevar
a la ruina. Mecanismos como el RUPDAE, sí se
utilizan más allá del registro como medio para la
planifi cación de la actividad económica que im-plique
por ejemplo, priorizar ramas de actividad
sobre otras, así como centralizar el suministro e
importación de rubros sensibles como alimen-tos
y medicinas puede ser la clave de ello.
En fi n, son muchas las cosas que quedan
por hacer y que pueden y deben hacerse.
Como dijo el presidente Maduro más o menos
por estos días el año pasado, lo que suele inter-pretarse
usualmente como “crisis” puede leerse
también como un escenario de posibilidad para
cambiar lo que hay que cambiar y la mayoría
del país está consciente que con esta economía
capitalista parasitaria no vamos para ningún
lado bueno.
De tal suerte, hay que tener presente que
por más efectivos que seamos en los controles
públicos y ciudadanos de las prácticas económi-cas
(que contrarresten el control arbitrario de los
privados concentrados y especuladores), sigue
siendo urgente tomar medidas complementarias
al nivel de la producción (aumentar la oferta de
bienes y servicios producidos y ofertados), tam-bién
cambiar las relaciones de producción para
evitar que la acumulación y la ganancia sigan
determinando las relaciones entre las personas.
Sustituir la acumulación individual y la explota-ción
como principio organizador de lo económi-co
y social por un modelo productivo basado en
la lógica de lo común, lo cual, por cierto, incluye
la creación de un novedoso y sistema bancario,
fi nanciero y de intermediación distinto al privado,
también al público, que debería erigirse a partir
de la experiencia de la banca comunal con un
doble propósito: por una parte, fi nanciar y repro-ducir
el “socialismo productivo”; por la otra redu-cir
y al largo plazo evitar que la renta petrolera,
el presupuesto público en general y los propios
recursos “hechos en socialismo” sigan drenando
al capital fi nanciero y comercial, aumentando las
condiciones de desigualdad, atrofi a y concentra-ción
que caracterizan a nuestra economía y por
tanto a nuestra sociedad.
Esto último debe complementarse con lo
que el presidente Maduro denominó la revolu-ción
fi scal. Es que aprovechando la coyuntura
abierta por la baja de los precios del petróleo
(coyuntura abierta de modo alarmista y catas-trofi
sta, tal y como era la intención de quienes
promueven dicha baja o buscan aprovecharla),
debería reimpulsarse y llamar a debate nacio-nal
el tema de los impuestos, particularmente
el hecho de que la actual legislación (pese a
las reformas hechas por lo menos en materia
de exenciones IVA para proteger la canasta
alimentaria y bienes indispensables) no solo no
permite cobrar a quienes más poseen, sino que
es usada por los especuladores como cubierta
para especular.
En primer lugar, las retenciones por concep-to
de IVA deberían ser entregadas al Estado
mensualmente y no al cierre fi scal, entre otras
cosas para reducir la “tentación” de su evasión
y/o su colocación especulativa. En segundo tér-mino,
deben eliminarse los ajustes por infl ación
del que gozan los capitalistas, que no solo es
una manera de protegerse de la infl ación por
ellos inducidas sino de utilizar la especulación
en provecho propio. Tres, debe subirse el mar-gen
de impuesto sobre la renta (sobre todo en
casos como la banca privada), adecuándolo a
los estándares internacionales, esos que tanto
gusta a la oposición citar cuando de aumentar
la gasolina se trata. Es que nuestro país es uno
de los que cuenta con las más bajas tasas im-positivas
de la región (12% del PIB), por debajo
de por ejemplo Brasil (34%) e incluso el neolibe-ral
Chile (20%), todo sin contar los todavía exis-tentes
problemas de evasión y elusión sobre los
cuales se ha avanzado, donde, como hemos
podido ver en las inspecciones todavía nos
falta mucho, dada que la ingeniería comercial
del sector privado recurre a todos los medios
concebibles para burlar la contribución. Cua-tro,
la reforma fi scal debe incluir pechar tanto
el patrimonio como las ganancias o la utilidad
por ventas lo cual serviría para desincentivar los
precios especulativos. Se trata, en mi criterio,
de replicar un mecanismo de cobro progresivo
similar al de las ganancias extraordinarias por
ventas que se usa para los convenios operati-vos
petroleros. Es decir, luego de un determi-nado
tope —que debería girar el 30% que fi ja
la Ley de Precios— lo que ingrese por concepto
de ventas debería contar como impuesto y pa-sar
por tanto a las arcas del Estado.
Por último, no menos importante, debemos
tener presente que en estos temas, toda ac-ción
genera una reacción. Es decir, así como
las guarimbas, los precios de transferencia para
burlar la revisión de las estructuras de costos
y el recrudecimiento del contrabando fueron la
respuesta a la ofensiva de diciembre pasado,
debemos prepararnos técnica, política e ideo-lógicamente
para la respuesta a esta nueva
ofensiva. Creo que hemos visto sufi ciente como
para no subestimar al adversario y creer que se
disciplinará fácilmente, en especial, cuando más
allá de la avaricia lo animan fuerzas poderosas
que se hallan en otras latitudes. J
6. 6 ¡AL ENCUENTRO! • Noviembre 2014
Una enfermedad llamada odio
E l odio es un sentimiento humano pre-sente
generalmente, en conciencias
enajenadas por valores y principios
egocentristas o narcisistas. Conciencias
que perturbadas por medios externos direc-tos
tales como personas desequilibradas,
líderes políticos reaccionarios o ultradere-chistas,
santones nigrománticos o grupos
de desadaptados sociales. Esta anormali-dad
—porque el odio es eso— es introduci-da
en individuos con estas carencias de manera
certera a través de los Medios de Comunicación
Social, (MCs), como una de las tantas estrate-gias
para consolidar sus intereses de domina-ción
política y por supuesto económicas.
Otra manera de advertir el odio como altera-ción
de la sensibilidad y de la comprensión, es
la que se presenta como respuesta sicopática
en individuos nacidos y criados en hogares en
los cuales la prioridad de sus ductores se cen-tra
en la lucha por el ascenso social, dejando la
crianza de sus niños en manos extrañas cuando
estos tienen suerte, pues generalmente es “so-ledad”
su única compañía. Estos “escaladores
sociales” ante la actitud de desprecio que como
protesta les encaran sus “hijos”, buscan de jus-tifi
car o mejor de remendar sus ausencias con
costosos obsequios sin evaluar que con estas
actitudes, crían seres chantajistas que aprende-rán
que lo que no se les dé, lo pueden tomar.
Olvidan estos “padres”, que lo primordial para el
sano desarrollo de los niños, es el fundamental
y económico afecto sincero.
Por lo anterior podemos deducir sin preten-siones
de estudiosos sociales, que la escalada
de violencia urbana que hemos vivido (y vivire-mos)
en contra del proceso revolucionario por
parte de grupos anárquicos, son expresiones
de odio incoherente y destrucción por el placer
de la destrucción más que de lucha o activismo
político. Jóvenes caprichosos que son atizados
por los medios de comunicación, especialmen-te
desde la radio, por otros seres con similares
carencias afectivas, con el mismo lenguaje re-vanchista
y equivalente ansiedad de venganza
social que el de sus “valerosos e indefensos
luchadores”. Instigación que les es útil a todos
como terapia o válvula de escape para el rencor
social que les corroe el espíritu, especialmente
cuando ven al pueblo excluido, a los “margina-les”,
participar de manera alegre y consciente
de “su gota de petróleo”.
Con estas breves refl exiones, pretendemos
alertar a todos los activistas y defensores de
nuestro hermoso proceso revolucionario, que
responder a la violencia demencial de los re-sentidos
sociales que mayoritariamente partici-pan
en las “guarimbas con la “Ley del Talión” o
el ojo por ojo, diente por diente solo traerá per-juicios
al nivelarnos con quienes en su afán por
fi gurar socialmente, se encuentran hundidos en
los más siniestros vericuetos de sus espíritus.
A continuación presentamos una serie de
“mensajes” a manera de máximas, que nos
podrán ser de utilidad para entender, precisar y
hasta evitar este padecimiento que es el odio.
RECAPACITAR ACERCA DEL ODIO
La persona que odia es desafortunada. Ja-más
alcanzará el logro absoluto de su deseo y
generalmente recibirá como respuesta una ex-presión
de misericordia y hasta el perdón de lo
odiado.
El odio genera violencia. Más odio: más vio-lencia
y más amargura. El odio obtiene como
respuesta más odio.
Cuando un MCs sataniza, lo hace para pro-vocar
el odio social inconsciente que duerme en
sus oyentes.
El odio también se dirige hacia algo. A quie-nes
odian algo abstracto como a una idea o a
un concepto. Una raza, país o población.
El odio no diferencia. Quien detesta a alguien
o a algo siempre sucumbe al odio colectivo que
se manifi esta en aversión a lo religioso, ideoló-gico,
doctrinal, social, nacional o de cualquier
otra índole.
Quienes manifi estan inclinación al odio indi-vidual,
son atrapados por el odio colectivo.
El odio colectivo ofrece una especial atrac-ción.
Absorbe dentro de su torbellino a infi nidad
de individuos que nunca exteriorizaron senti-mientos
de odio. Ellos son seres débiles de es-píritu
cuyas actitudes, pensamientos, senti-mientos
y conductual, los caracteriza como
personas pusilánimes y es predecible que
sean arrastrados o sucumban a la infl uen-cia
de aquellos que odian con verdadera in-tención.
El odio colectivo es más atrayente
y peligroso que el odio individual.
EN SÍNTESIS
La mentira dirigida a procurar odio hacia
alguien o algo, son las armas de los enemigos
del proceso revolucionario. Los revolucionarios
no debemos cobijar rencor, pues nosotros es-tamos
guiados por sentimientos de amor. “Es
imposible pensar en un revolucionario auténtico
sin esta cualidad”.
El pueblo tiene que hacer frente a la inocu-lación
de prejuicios y discriminaciones sociales,
económicas, políticas y raciales, inyectadas por
los medios de comunicación y las redes socia-les,
que además están presentes en institucio-nes
públicas y privadas, incluyendo centros de
educación, donde encontraremos docentes que
hasta contaminan a sus alumnos con sentimien-tos
de odio.
Elevemos las condiciones intelectuales,
sociales, culturales y espirituales de nuestros
compatriotas, donemos una buena dosis de
solidaridad y fraternidad. Un médico no puede
curar con odio ni un maestro educar con rencor.
No se puede construir un país con reconcomio.
La esencia revolucionaria no reside en destruir
lo que nos incomoda, sino en construir nuevas re-laciones.
Apartemos el odio, el egoísmo, la indife-rencia
y el rencor para solidifi car nuestro proceso
de cambio desde la perspectiva del amor.
La Venezuela revolucionaria se distingue por
el respeto a la dignidad humana. Sus valores
son: trabajo, cooperación y tolerancia. Erradi-quemos
el odio y la violencia, marchando uni-dos
para fortalecer la paz. J
“Todos los días la gente se arregla
el cabello, ¿por qué no el corazón?”.
Ernesto Che Guevara
Esta “pinta” no amerita comentarios.
Este trabajo es la síntesis realizada por el equipo
de redacción de ¡Al Encuentro! de la amena
conversación sostenida con Oscar Pastor
Rodríguez R. sobre su preocupación por
el desajuste social que produce el odio y su
aumento en sectores de oposición.
7. 7 Noviembre 2014 • ¡AL ENCUENTRO!
Los bancos privados disfrutan de un privile-gio
extraordinario: cada vez que conceden
un crédito, crean dinero. No monedas o bi-lletes,
que es lo que la gente normal y corriente
cree que es el dinero, sino dinero bancario, es
decir, medios de pago a través de sus cuentas.
Cuando reciben los depósitos de sus clien-tes
los bancos no los mantienen totalmente en
reserva para hacer frente a los reintegros que
éstos soliciten, sino que conservan en caja una
parte mínima y disponen del resto para realizar
préstamos (por eso se dice que es un sistema
bancario de reserva fraccionaria).
El fenómeno es fácil de entender: Poncio
dispone de los únicos 100 euros que hay en la
economía y los deposita en un banco. Con su
tarjeta de débito o con sus cheques puede rea-lizar
pagos por valor de 100 euros. Si el banco
concede un crédito de 20 euros a Pilatos me-diante
POR JUAN TORRES LÓPEZ llamados BANCOS
monstruos
una simple anotación contable, éste podrá gastar esos
20 euros, de modo que desde ese mismo instante ya hay 120
euros en medios de pago. El banco ha creado 20 euros de
dinero bancario.
Como eso se hace sucesivamente y sin descanso, resulta
que los bancos “multiplican” sin cesar los medios de pago en
la misma medida en que van creando más deuda. Como decía
el Premio Nobel de Economía, Maurice Allais, eso signifi ca que
los bancos crean dinero ex nihilo, de la nada.
En Europa, la proporción de los depósitos que hoy día están
obligados a mantener los bancos en reserva es el del 1%, en
el caso de que se trate de depósitos a menos de dos años o
Esos que se puedan retirar sin preaviso y del 0% en los demás. Eso
implica que, si suponemos que los clientes no retienen dinero
en sus manos (lo que hoy día sucede casi siempre, gracias a
las tarjetas), un banco puede crear de la nada 100 euros cada
vez que un cliente deposita en él 1 euro a menos de dos años
y tanto como quieran en el resto de los casos.
Ese es el negocio que le da benefi cios a la banca: crear
dinero de la nada generando deuda sin cesar.
Lógicamente, los bancos no han desaprovechado nunca
esa oportunidad y se han dedicado a imponer las condiciones
que obliguen a que empresas, familias o gobiernos tengan que
endeudarse continuamente. Por ejemplo, fomentando la vivien-da
en propiedad, en lugar de en alquiler, recortando salarios,
permitiendo que se den créditos hipotecarios por encima del
de la actual carga fi scal. J
valor de la casa, subiendo artifi cialmente el precio de la vivien-da,
desgravando fi scalmente los intereses de manera que sea
*Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla. Autor de
más rentable endeudarse que autofi nanciarse, etc.
numerosos libros y trabajos científicos, entre los que destacan últimamente:
Esa y no otra es la causa de que la deuda crezca constan-temente.
Los amos del mundo. Las armas del terrorismo financiero y Lo que debes
También de que los bancos tengan crisis cada dos
saber para que no te roben la pensión, escrito junto a Vicenç Navarro. por tres, puesto que crear deuda de esa forma
hace que el valor de sus créditos se separe
constantemente del que tienen sus depósitos y
su capital en general.
En junio pasado se publicaron los últimos
datos anuales que permiten comprobar la re-lación
entre el capital y los activos de los 50
bancos más grandes del mundo. Aunque no es
exactamente entre depósitos y créditos, la rela-ción
refl eja perfectamente cómo ha crecido el
negocio bancario y la razón de su permanente
inestabilidad.
Esos 50 megabancos tienen en total un ca-pital
de 772.357 millones de dólares, mientras
que sus activos tienen un valor 87,6 veces ma-yor
(67,64 billones de dólares). Pero, hay casos
verdaderamente impresionantes. El récord lo
tiene el Wells Fargo Bank de Estados Unidos
que tiene activos por un valor 2.646,6 veces
mayor que el de su capital. Le siguen Citibank,
con una relación de 1.793,3 a uno y el ING que
tiene 1.550,3 dólares en activos por cada dólar
de capital. En el ranking se encuentran el Banco
de Santander, en el puesto 15 y con una rela-ción
de 196,9 dólares en activos por cada dólar
de capital y el BBVA, en el puesto 35 y con una relación mucho más baja,
de 20,5 a uno (la lista completa puede verse en el Bankers Almanac).
El sistema de reserva fraccionaria da lugar a estos monstruos fi nan-cieros
que descansan sobre la nada y que es materialmente imposible
que se mantengan en pie sin caer en algún momento. La historia lo ha
demostrado docenas de veces.
Aunque el sistema es peligrosísimo, la banca ha adquirido gracias a él
un poder político inmenso, diabólico, que se extiende a todos los resquicios
de la sociedad y que le permite obligar a que sean los ciudadanos los que
carguen con los costes multimillonarios que genera cada vez que cae.
Vivimos, pues, en un sistema que permite que la utilización de un ele-mento
esencial para crear riqueza, empleo y satisfacción humana como
el dinero, que es a la economía como la sangre al cuerpo humano, de-penda
exclusivamente de la voluntad de un grupo social privilegiado. Que,
además, lo utiliza de la forma más despilfarradora y costosa, creando una
deuda creciente que ahoga a la vida económica.
Se mire por donde se mire, no hay más alternativa que acabar con el
sistema de reserva fraccionaria y considerar el crédito como un servicio
público esencial, obligando a que la banca, sea de propiedad privada o
pública, lo gobierne inexcusablemente bajo ese principio. Eso no solo
permitiría evitar el infi erno que produce cada crisis que recurrentemente
provoca el sistema bancario actual, sino utilizar el dinero que es un bien
común para fi nanciar convenientemente a empresas y consumidores y
que los intereses (que podrían ser mínimos o utilizados solo como instru-mento
de estabilización) revirtieran al Estado, aliviando una parte inmen-sa
8. 8 ¡AL ENCUENTRO! • Noviembre 2014
Indudablemente que la guerra económica es
La guerra económica y la batalla contra ladrones
una contienda promovida desde el exterior,
allí están actuando de forma explícita los
grandes capitales, nacionales y extranjeros y el
pueblo debe estar claro, que se libra una batalla
contra ladrones de grandes fi rmas y apellidos,
que son verdaderas mafi as que se cobran y se
dan el vuelto, han recibido dólares para impor-tar
todo aquello que el país necesita, pero que-riendo
ser más vivos que el resto de venezo-lanos
que son consumidores, se esconden en
los argumentos de decirle en su cara al cliente,
cuando le preguntan por algo que necesita: NO
HAY, pero se lo podemos conseguir, eso sí a un
precio que está por “X” orden y como tú com-prenderás
no queda más alternativa, porque
este gobierno no ha dado dólares para traer esa
mercancía y la que se consigue ha sido com-prada
con dólares de mercado negro, que ya
usted sabe a como está.
Este es el cuentecito que se maneja en el co-mercio
de pequeños y grandes comerciantes,
por supuesto, los pequeños son víctimas del
manejo que hacen los grandes con sus men-tiras
y tracalerías, éstos a su vez se convierten
en marcadores del precio fi nal que paga el con-sumidor.
La triangulación de la venta de mercancía
entre empresas de un mismo dueño o dueños,
sin salir de un depósito o galpón, con un precio
fi nalmente establecido sobre la base de una ga-nancia
de hasta quinientos por ciento (500%),
como promedio regular, más que un asalto
a mano armada, es un verdadero descaro de
robo y quienes así lo han venido haciendo no
son más que unos verdaderos ladrones, no se
les puede llamar comerciantes, son unos verda-deros
pillos.
La incautación de equipos médicos y mate-riales
hospitalarios en Tejerías, así como lo más
reciente descubierto en Maracay en inmensos
galpones, repletos de cauchos y aceites, nos
dice a las claras que además del acaparamien-to
de productos, infl ación y precios exorbitantes,
se demuestra que hay una especie de intento
de boicot al gobierno, pero más que esto, se
pretende castigar al pueblo que requiere de
una gran gama de productos, tanto para el con-sumo
humano, la higiene y su transporte. De
allí se impone la necesidad de incrementar la
inteligencia del pueblo y sus trabajadores, para
denunciar a todo aquél que acapare, especule
y robe al pueblo.
Esa misma triangulación en la facturación,
como estrategia para sacar la mercancía y ven-derla
a precios elevados, a través de empresas
de maletín, es la misma que se aplica con la
venta de vehículos, esto se demuestra con lo
realizado por la Superintendencia en el estado
Falcón, el día 4 de noviembre. Semanalmente
se ven gandolas cargadas de vehículos para
Por : ROMEL ALÍ RODRÍGUEZ
los diferentes estados, pero por arte de magia
llegan a los concesionarios y desaparecen. Si
a una persona se le ocurre preguntar, en el mo-mento
que llegan esos vehículos, cómo adquirir
un vehículo de esos, la respuesta es muy sen-cilla:
¡YA ESTÁN VENDIDOS!, sí insiste en pre-guntar,
en cómo hacer para tener la posibilidad
de adquirir un vehículo, le hablan de que hay
mucha gente esperando carro y que la lista es
grande, nadie ve una lista certifi cada, que per-mita
visualizar los benefi ciarios de los mismos
y el orden de espera o de turno de quienes es-tán
por adquirir un vehículo. Lo cierto de todo
esto, es que la casi totalidad de las agencias
de vehículos permanecen vacías, no se ve por
ningún lado transacción comercial alguna de
vehículo, desde el gerente, hasta vendedores
y secretarias permanecen casi todo el día “sin
hacer nada”, entonces surgen las siguientes
preguntas: ¿hay o no hay venta?, y ¿Cómo se
mantienen esas agencias?, la respuesta está
en esa triangulación de fi rmas y empresas de
maletín, que se encargan de negociar por fuera
esos vehículos a quienes están en capacidad
de pagar dos y tres veces el valor de un carro.
Esto es ladronismo descarado, porque se
roba tanto al Estado que da los dólares preferen-ciales
para las autopartes como a las personas
que pagan altos precios. Finalmente se puede
concluir, que el pueblo venezolano libra una ba-talla
contra unos ladrones, que a su vez dicen
estar asociados a organizaciones empresaria-les.
De allí la necesidad del pueblo a estar alerta
y unidos en la lucha por la defensa de la patria
y de todas las conquistas sociales logradas en
quince años de Revolución Bolivariana. J
“Como ustedes saben, Fedecámar as y sus aliados, la burguesía, nos
han declarado la guerra económica y la he aceptado.
Llamo al pueblo, al gobierno, a todos a la guerra económica.
No podrán con nosotros los oligarcas de Fedecámar as y sus medios
de comunicación. Pitiyanquis de pacotillas”.
Comandante Hugo Chávez Frías, Palacio de Miraflores, Consejo de Ministros del 3 de junio de 2010.