La historia de la cámara comenzó con la cámara oscura, que proyectaba imágenes en una pantalla. En 1839, Daguerre inventó el daguerrotipo, la primera cámara capaz de capturar imágenes de forma permanente. Poco después, Talbot inventó el calotipo, que permitió la reproducción de fotografías. En la actualidad, las cámaras digitales registran imágenes en un chip de forma similar a como el ojo humano capta la luz a través de lentes y la transmite al cerebro.