SlideShare una empresa de Scribd logo
1 de 319
Descargar para leer sin conexión
Introducción
Está la conciencia, y está lo que ésta contiene. Lo único REAL es
esta conciencia. Eso es todo lo que hay y nada más. Los contenidos
(percepciones, sensaciones, emociones, ‘visiones’, pensamientos,
sentimientos, experiencias, etcétera) son evanescentes. Ahora
están… ahora no están. Ahora son ‘reales’… ahora dejaron de serlo.
Nada permanece, excepto la conciencia, ESO que contiene a todos y
cada uno de los contenidos. No hay allí nada que se hurte a ser
tragado por esa misma conciencia de donde surgió. NADA hay allí,
y por tanto, NADIE a quien estos evanescentes contenidos ocurran.
Y por consiguiente, nadie allí que experimente, nadie allí que
piense, nadie allí que perciba, nadie allí que sienta, nadie allí que
‘sufra’. En otras palabras, cuando ‘sufres’, no eres tú quien sufre. El
‘tú’ que ‘sufre’ no es nada más que un pensamiento posterior a la
experiencia, un fantasma que se toma por ti.
No hay nada concebible fuera de la conciencia. Incluso pensar en
tal posibilidad no es nada más que otro pensamiento que tiene
lugar en la conciencia. De manera que la conciencia y cada uno de
sus contenidos son UNO. No hay separación. Lo trascendente (la
conciencia) y lo inmanente (los contenidos evanescentes) son UNO,
no están separados. Tú eres ESO. Conciencia y contenido, o más
bien, conciencia-contenido. ‘Cero grados de separación’, para
emplear la expresión de Gilbert Schultz.
SER es simultáneamente CONOCER (ser consciente), pero no el

sustantivo (el ‘conocimiento’), sino el verbo activo. En este preciso
momento estas palabras son leídas —conocidas, vistas— EN la
conciencia, al mismo tiempo que el rumor de los automóviles allí
afuera, o que los latidos de tu corazón. No obstante, nada se ‘pega’
en esa conciencia, como un espejo al que ninguna de las imágenes
reflejadas se adhiere. Ser es conocer, o si se quiere, ‘ver’, pero ver
no en un sentido estrechamente visual… VER: eso que hace la
conciencia sin esfuerzo: escuchar, ver, oler, sentir calor o frío,
advertir un pensamiento, una emoción, o una lacerante sensación
de dolor. Ser es conocer. Ser es ver. Y tú eres eso: SER-CONOCERVER. No hay nada que buscar. Tú eres eso que andabas buscando.
1
ERES, sin la menor duda. Pero no eres nada sustancial, eres VER,
eres CONOCER: el verbo activo (‘En el principio, era el Verbo…’).
Sin forma, ni dimensiones, ni características. Simplemente VER.
Simplemente CONOCER. No eres ninguno de los contenidos que
desfilan ante ti. Pero sin ti, esos contenidos NO SERÍAN. Lo que
equivale a decir que la totalidad del mundo sensible, sin ti, NO ES.

Eres la luz que ‘alumbra’ el mundo entero.

2
John Wheeler
Fundamentos
OBJETIVO DE LA NO-DUALIDAD: EL CONOCIMIENTO DE SÍ

El mensaje central de todas las tradiciones No-Duales se
resume en la siguiente proposición: ‘El descubrimiento de lo real y
la resolución del sufrimiento, de la búsqueda y la duda, se obtienen
gracias a la clara comprensión de la verdadera naturaleza de uno
mismo’. En otras palabras, estas tradiciones nos dicen que la meta
y el propósito de la búsqueda espiritual es saber quiénes somos; el
objetivo de toda empresa espiritual es, pues, el ‘conocimiento-deSí’. Nada más ni nada menos.
Por definición, lo que somos, sea lo que fuere, está ya aquí. El
YO a ser conocido a través del conocimiento-de-Sí debe estar ya
presente en nuestra experiencia inmediata. Nuestro ser no es algo
distante o separado de lo que somos. ES lo que somos. El
conocimiento-de-Sí no involucra la obtención de algo nuevo, sino
la clarificación de lo que YA ESTÁ PRESENTE, pero quizás no
claramente reconocido o del todo apreciado. Esto significa que no
estamos esperando una experiencia futura por medio de la cual
obtendremos algo que aún no tenemos. Ni estamos esperando
lograr algún estado especial de ‘iluminación’ o ‘despertar’, o
cualquier otra cosa similar. El punto es simplemente clarificar la
ya-presente naturaleza verdadera de uno mismo. La indagación se
reduce a la pregunta: ‘¿QUIÉN, o QUÉ soy yo?’. Esta pregunta
resume la esencia de la búsqueda espiritual.
LO QUE NO SOMOS Y LO QUE SOMOS

El primer paso es tener un sentido básico de lo que podría ser
nuestra verdadera naturaleza. Lo que somos, sea lo que fuere, debe
estar constantemente con nosotros. Las cualidades de nuestra
naturaleza esencial deben estar invariablemente presentes en
quienes somos. Las cosas que surgen y pasan, o que sufren
cambios, no pueden ser características esenciales de nosotros
3
mismos. Dada esta premisa, nada de lo que sigue puede ser la
esencia de lo que somos, porque todas estas cosas aparecen y
desaparecen:
Pensamientos
Sentimientos
Sensaciones
Percepciones
Experiencias
Estados
Objetos percibidos
Todas estas son apariencias que vienen y van. Ni una sola de
ellas permanece constante en nuestra experiencia directa. Por esta
razón no califican como ‘candidatas’ para nuestra verdadera
naturaleza. Al no ser la esencia de lo que somos, debemos
descartarlas. ¿Y qué queda? ¿Hay alguna cosa que no hayamos
considerado? Uno podría concluir que esta lista agota todo lo
disponible en nuestra experiencia, y que no hay nada que hayamos
olvidado considerar. Si fuera verdad, nuestra verdadera naturaleza
tendría que ser inexistente. Pero esta conclusión es prematura. Aun
cuando esta lista es bastante exhaustiva, hay todavía algo más a
considerar. En primer lugar hay un sentido de SER, el sentido de
que ‘somos’. Pese al siempre-cambiante flujo de experiencias,
sabemos también que estamos presentes, que existimos. Sabemos
que permanecemos presentes, en y a través de esas experiencias
cambiantes. De otro modo, ¿cómo podríamos saber de la presencia
de esas experiencias? Además, esta presencia no es vacía o inerte.
Es CONSCIENTE, cognoscente. Este sentido de estar presente y
consciente debe de ser lo que somos, porque es lo único que resta
luego de haber agotado todas las otras posibilidades.
Esta comprensión proporciona la clave esencial de aquello que
ha de ser conocido en el conocimiento-de-Sí. Es nuestra verdadera
identidad PRESENTE. La característica esencial de esta naturaleza
verdadera es la de ser presente y consciente. Nuestra presencia ES,
y es CONSCIENTE. Como quedará claro en lo que sigue, no estamos
tratando de dos cosas diferentes aquí (esto es, presencia y
conciencia). En lugar de ello, estamos reconociendo un principio
que puede ser visto de diferentes maneras o señalado con dos
diferentes etiquetas, las cuales se refieren a la misma ‘cosa’ básica.
4
Simplemente, para clarificar términos, en lo que se refiere al
sentido de SER PRESENTE [estar presente], uso indistintamente
los siguientes términos: ‘presencia’, ‘ser’, ‘existencia’ o el ‘sentido
de que ERES’. En lo que se refiere al aspecto consciente de nuestra
naturaleza, utilizo los siguientes términos: ‘conciencia’, o
directamente ‘conocer’, entre otros. Además, debido a que nos
estamos ocupando de un principio o fenómeno singular (nuestra
naturaleza verdadera), en algunas ocasiones utilizo términos con
guiones, como presencia-conciencia, ser-conciencia, existenciaconciencia, conciencia-presencia, y así seguido. En todos los casos,
los indicadores se refieren al mismo principio, tu verdadera
naturaleza esencial: en suma, lo que tú eres.
Así que nuestra verdadera naturaleza es ese principio dentro de
nosotros que está PRESENTE y CONSCIENTE. Ahora que sabemos
esto, tenemos un claro sentido de lo que se está señalando en las
enseñanzas No-Duales. Una vez que tenemos esta comprensión
esencial, todo lo que resta es echarle una mirada y apreciar de
modo completo lo que nuestra presente naturaleza verdadera es.
Recuerda, esto no consiste en conseguir algo que no está presente.
Más bien consiste en la comprensión de algo que ha estado siempre
presente, pero no del todo reconocido o apreciado.
LAS PREGUNTAS: UN MEDIO DE APROXIMACIÓN DIRECTA
DE RECONOCIMIENTO NO-CONCEPTUAL

Para facilitar este reconocimiento voy a proponer una serie de
preguntas. Estas preguntas están diseñadas para poner de relieve
diversas facetas de nuestro verdadero ser. Servirán para encarnar
el reconocimiento de lo que tú YA ERES, aquello que está ya
completamente presente, pero quizás no del todo reconocido. Así,
nuestra verdadera naturaleza se tornará muy claramente evidente.
Deberás responder a las preguntas refiriéndote a tu experiencia
directa. No las respondas pensando o especulando en torno a ellas.
Mira en tu experiencia inmediata y responde desde tu propio
conocimiento directo, no-conceptual, no teorético. Respondiendo a
estas preguntas por ti mismo, diversos aspectos de tu naturaleza
verdadera quedarán claramente a la vista, no sobre la base de la
teoría o la especulación, sino a través del conocimiento directo, de
primera mano. Simplemente para enfatizar este punto: no intentes
responder a estas preguntas a través del proceso del pensar, del
5
conceptualizar o razonar. Todas estas cosas son sólo operaciones
mentales. Lo que quedará claro, si no lo está ya, es que nuestra
verdadera naturaleza no puede ser comprendida o captada a través
del instrumento del pensamiento.
Asegúrate de responder a estas preguntas por ti mismo, antes
de leer cualquiera de los comentarios que siguen. Los comentarios
pretenden clarificar y desplegar las implicaciones de las preguntas.
[1.] ¿Puedes reconocer el sentido de que estás presente, de que
tú eres? Y además, ¿puedes reconocer el hecho de la conciencia?
Comentario: El hecho de estar PRESENTE y la capacidad de
CONCIENCIA deberían ser intuitiva y directamente obvios, incluso
sin reflexión alguna. Nadie puede decir: ‘Yo no soy’. Incluso para
aseverar que no eres, tú debes estar presente para hacer esa
aseveración. En cuanto se refiere a la conciencia: claramente, todos
los pensamientos, sentimientos, sensaciones y experiencias están
siendo ‘conocidas’. Ellas se están registrando en algún principio de
conocimiento o cognición.
Por otro lado, ¿cómo podríamos saber o hablar de ello? Nadie
puede decir que la conciencia no está presente, porque la misma
aserción surge como un ‘objeto’ en la conciencia presente.
Todos deben reconocer el hecho de la existencia-conciencia.
Lo que significa que la pregunta [1.] deberá ser respondida
afirmativamente. Cualquier intento de responder negativamente
(por ejemplo, ‘yo no existo’ o ‘yo no estoy consciente’) tan sólo
confirma lo que uno está intentando negar. Tú debes estar presente
y consciente incluso para aseverar que no estás presente ni
consciente. De modo que la respuesta negativa falla. El punto clave
es ver que eres tú quien responde a la pregunta afirmativamente,
porque SER y CONCIENCIA son claramente reconocidos, no como
conceptos o teorías sino como hechos innegables, no-conceptuales.
Esto significa que, ahora mismo, tienes un claro reconocimiento,
de primera mano, del sentido de SER y de la presencia de la
CONCIENCIA. Si dudas de esto, pregúntate a ti mismo si el hecho
de estar presente es teorético o real.
Debido a que SER y CONCIENCIA son lo que tu verdadera
naturaleza es, afirmar la presencia de ambas significa que tú estás
experimentando directamente el conocimiento-de-Sí, no como una
teoría sino como un reconocimiento viviente. La implicación es que
6
el conocimiento-de-Sí, o el directo reconocimiento de tu verdadera
naturaleza, está ocurriendo ya, AHORA. Todo el mundo es y sabe
que es. Este reconocimiento es, realmente, total y completo
conocimiento-de-Sí. Las enormes implicaciones de esta afirmación
quedarán claras en lo que queda de la discusión.
[2.] ¿Necesitaste pensar para advertir el hecho de ‘ser’ y de la
‘conciencia’?
Comentario: Este es un punto sutil, pero muy profundo.
Advierte que cuando eres interrogado sobre el sentido de SER o
sobre la capacidad de CONCIENCIA, puedes, inmediata e
intuitivamente, afirmar la presencia de ambas. No necesitas la
referencia al pensamiento ni comprometer el uso de la razón para
responder. Incluso antes de la activación de la mente para expresar
alguna respuesta, la respuesta afirmativa se conoce ya. Esto
muestra que el reconocimiento de la verdadera naturaleza de Sí no
es un producto del pensar. Es conocimiento no-conceptual,
inmediato. Si tienes el hábito de utilizar la mente como tu principal
instrumento o herramienta de conocimiento, este punto podría no
resultar obvio. De hecho, puede que te sientas confundido,
pensando ‘¿pero de qué diablos está hablando?’. Esto es porque la
mente trata con conceptos. SER no es un concepto. CONCIENCIA
no es un concepto. En verdad, la mente no tiene la capacidad de
reconocer tu naturaleza verdadera. Este es el porqué a menudo se
escucha afirmaciones como: ‘La mente no puede comprender esto’,
y así seguido. Ello quedará claro a medida que prosigamos.
[3.] Advierte el hecho de estar presente y consciente. Nota
también que diversos pensamientos, sentimientos, sensaciones y
experiencias están surgiendo y desapareciendo en esta presencia
consciente. Mientras notas estas experiencias cambiantes,
¿cambia en lo absoluto el sentido de estar presente y consciente?
¿Desaparece? ¿Oscila? ¿Viene y va?
Comentario: El punto aquí es advertir un hecho sencillo pero
profundo. No sólo el sentido de ser-conciencia está presente ahora,
sino que la presencia o ausencia de pensamientos, sentimientos,
sensaciones y otras experiencias, no afectan este sentido de
ninguna manera. Por ejemplo, el aparecer y desaparecer de los
7
pensamientos no cambian el hecho de estar presente y consciente.
Tu presencia permanece inmodificada e imperturbada a través de
todas las apariencias. Ser-conciencia es realmente el constante
telón de fondo, brillando a través de todas las experiencias, sin
cambio alguno. Empieza a notar esto por ti mismo. Es un hecho
que nosotros probablemente hemos pasado por alto. Estamos
generalmente tan cautivados por las experiencias que pasamos por
alto totalmente el ser-conciencia, que es el necesario telón de fondo
de todas ellas. Por ejemplo, ¿cuántos pensamientos, sentimientos o
percepciones puedes tener sin la presencia de tu existencia y
conciencia? No muchos… ¡En realidad, ninguno! Una vez que
comienzas a reconocer la presencia del ser-conciencia, su
naturaleza inmutable se torna transparente con un poquito de
investigación.
[4.] ¿Tienes que esperar el ‘futuro’ para reconocer esto (es
decir, el sentido de SER y de SER CONSCIENTE)?
Comentario: Debería haber quedado claro que tú no tienes
que esperar el ‘futuro’ para conocer el hecho de SER y la presencia
de la CONCIENCIA. Ser y conciencia no ocurren en el futuro. Ellos
son hechos presentes. Y son reconocidos y confirmados sólo en el
presente. Esto significa que el reconocimiento del ser-conciencia es
siempre en el presente, en el ‘aquí y ahora’. No es, por tanto, algo
que vendrá a nosotros como un evento o experiencia ‘futuros’. Serconciencia —que hemos determinado como nuestra naturaleza
esencial— está ya aquí. Una implicación importante de ello es que
cualquier enseñanza espiritual que confía en el tiempo o que
posiciona alguna realización en el ‘futuro’ es, evidentemente,
dualística, y en desarmonía con el mensaje básico de la NoDualidad. El objetivo de las enseñanzas No-Duales es el claro
reconocimiento-de-Sí. Nuestra verdadera naturaleza o Yo esencial
no reside en el futuro. Por tanto, cualquier doctrina que se apoye
en alguna condición o estado ‘futuros’, aun si es denominado
evento de ‘despertar’ o ‘iluminación’, está operando en el reino de
la dualidad.
[5.] ¿Necesitas emprender una práctica, técnica o ejercicio
para reconocer el ser-conciencia?
8
Comentario: Para reconocer el presente ser-conciencia, ¿son
necesarios alguna técnica, proceso o ejercicio? La respuesta debe
ser negativa. Nadie necesita hacer nada para estar presente. Nadie
tiene que hacer nada para generar conciencia. De hecho, es todo lo
contrario: para hacer o emprender cualquier cosa, el sentido de
existencia-conciencia debe estar ya presente como prerrequisito.
Aquellos que están practicando, esforzándose y ejercitándose con
el objeto de lograr alguna meta espiritual, han colocado la carreta
delante de los caballos. El conocimiento-de-Sí, que es el reconocimiento de tu verdadera naturaleza, no es el resultado de
práctica alguna en absoluto. Las prácticas y aproximaciones están
muy bien para logros y cumplimientos relativos, pero son
enteramente inútiles en el caso del conocimiento-de-Sí. De hecho,
son peor que inútiles, porque al perseguir tales prácticas estamos
negando activamente el reconocimiento esencial de que nuestra
verdadera naturaleza está YA aquí y ahora. Reconocer nuestra
verdadera naturaleza no requiere de ninguna práctica o técnica,
cualesquiera que sean.
[6.] ¿Necesitas leer un libro espiritual para reconocer el serconciencia?
Comentario: ¿Es necesario leer un libro para advertir el
hecho de SER y su natural capacidad de CONCIENCIA? Tú debes
responder negativamente. Muchos de nosotros hemos buscado en
libros espirituales (o en websites, videos, CDs y demás), con la
esperanza de descubrir la verdad de quienes somos. Pero tu Yo no
está en un libro, así que el mucho mirar allí no te acercará al
conocimiento de quien eres. Reconocer el hecho de ser-conciencia
no depende de libros. El único valor real que los libros pueden
tener es el de señalar la necesidad de conocer ese principio de serconciencia que está presente dentro de nosotros. Eso nunca está
contenido en un libro. De hecho, la fijación en la lectura de libros, o
cualquier otra búsqueda objetiva, es a menudo un obstáculo para el
claro y simple conocimiento de nuestra verdadera naturaleza.
[7.] ¿Es posible que alguien venga y te dé este ser-conciencia,
o está ya aquí?

9
Comentario: Muchos de nosotros estamos bajo la impresión
de que el reconocimiento de quienes somos viene de la influencia
de algo o de alguien exterior a nosotros: a través de un maestro, a
través de la gracia de Dios o de alguna otra intervención. Pero mira
en tu propia experiencia y ve si este es el caso. ¿Es verdad que
algún ser desciende sobre nosotros y nos entrega el ser-conciencia
desde el exterior? Sin necesidad de ello, el hecho de ser-conciencia
está YA disponible. Nada necesita traerse desde el exterior. Esto
también muestra por qué el concepto de un maestro ‘despierto’ o
‘iluminado’ que posee alguna maravillosa capacidad o realización
que nosotros no tenemos, es un concepto erróneo, dualístico. Tu
propio ser natural es lo que se está señalando como real. Aquellos
inclinados a hablar mucho de maestros ‘despiertos’, de seres y
sabios ‘iluminados’, están claramente operando en el reino de la
dualidad. Se les ha escapado la comprensión más fundamental:
que de hecho ¡nunca ha habido ningún ser ‘iluminado’ en absoluto!
La única verdad digna de considerarse es la verdad del propio ser
de uno. Esta verdad es la que, en última instancia, es real.
[8.] ¿Necesitas tener una experiencia especial de ‘iluminación’
o ‘despertar’ para ver esto: tu SER y CONCIENCIA presentes?
Comentario: Este punto decepcionará a aquellos aficionados
a los conceptos de ‘despertar’, ‘iluminación’ y demás nociones
dualísticas. Como ‘buscadores’, muchos de nosotros hemos sido
adoctrinados en la creencia de que el conocimiento-de-Sí implica
alguna comprensión o logro espiritual especial, algún ‘estado de
conciencia’ o momento de comprensión extraordinario. ¡Nada
podría estar más alejado de la verdad! ¿Tienes que tener algún
despertar o iluminación en absoluto para conocer el hecho de serconciencia? A partir de esto, queda inmediatamente claro que toda
discusión sobre el despertar o la iluminación son tan sólo historias
conceptuales pergeñadas para atraer a los ignorantes. Tales
conceptos están bastante alejados de la verdad real. ¡Es increíble
cuántos buscadores han sido ‘dopados’ con tales doctrinas
dualistas! Ellos están esperando alguna imaginaria iluminación o
despertar, al tiempo que pasan por alto el hecho de que lo que está
siendo señalado, YA está completamente presente.

10
[9.] ¿Necesitas hacer algún esfuerzo para estar presente y
consciente?
Comentario: Mira en tu experiencia directa y ve si estás
haciendo algún esfuerzo en absoluto para ser (o estar) consciente.
Debería quedar inmediatamente claro que ni el ser ni la conciencia
dependen de tu esfuerzo. Tú no luchas para estar presente y
consciente. Ser y conciencia están naturalmente presentes, sin
esfuerzo. No son algo que tú ‘haces’. Más bien, son algo que YA ES
EL CASO. ¿Cuántos de nosotros hemos estado bajo la impresión de
que el reconocimiento de lo que es real (nuestro verdadero SíMismo) viene como resultado del esfuerzo, de la lucha o de la
resistencia? Tu propio VER DIRECTO muestra que esta asunción,
simplemente, no es verdadera.
[10.] ¿Puedes ‘tú’ hacer algo para cesar de estar presente y
consciente?
Comentario: Este es un suplemento de la última pregunta.
Nota que no sólo el SER y la CONCIENCIA sin esfuerzo están
naturalmente presentes, sino que no hay nada que puedas hacer
para detenerlos, erradicarlos o cancelarlos. No puedes ‘apagarlos’,
aun si lo quisieras. Ninguna cantidad de pensar, sentir, percibir o
experimentar lograrán que el ser-conciencia desaparezca. Esto
muestra que no sólo nuestra verdadera naturaleza de Serconciencia está ya presente, sino que no hay nada que podamos
hacer para perderla. Esto es completamente lo contrario a la
noción común de que nuestra naturaleza es algo distante y difícil
de lograr.
[11.] ¿Es tu sentido de ser, esta presencia consciente, algo que
puedes captar como un objeto?
Comentario: Advierte el sentido de ser-conciencia. Ve si es
algo que percibes ‘allí fuera’ como algo objetivo aparte de ti mismo.
¿Es esa conciencia esencial algún pensamiento, sentimiento o
experiencia que puedas señalar y decir ‘es esto’? Este es un punto
sutil. Tú no puedes señalar al ser o a la conciencia como ‘cosas’,
como objetos ante ti. El ser-conciencia no tiene una forma, perfil o
11
dimensión particulares. Por otro lado, es intuitivamente obvio y
claramente conocido en todo momento. Esto podría parecer una
paradoja.
El ser-conciencia no es un objeto. No puede ser captado por la
mente (como un pensamiento), o por los sentidos (como un objeto
percibido), y sin embargo, está lo más claramente presente. Su
presencia está totalmente más allá de toda duda. Este es el porqué
tendemos a pasar por alto la verdad de quienes somos, no porque
no estemos presentes, sino porque nuestro ser no puede ser
conocido a través de los instrumentos de conocimiento a los que
estamos habituados. Razón por la cual, si intentas comprender tu
verdadera naturaleza a través de los sentidos o de la mente, se te
escapará. Sin embargo, una vez que captas este punto básico, es
muy fácil. Tú puedes dejar de utilizar los sentidos o la mente para
comprender tu verdadera naturaleza, y confiar en el conocer
inmediato, no-conceptual. Tú ERES y SABES QUE ERES. Esto, en sí
mismo, es reconocer tu verdadera naturaleza. No es simplemente
CONOCER —como si se tratara de algún hecho objetivo— sino
también SER. Tú eres lo que conoces, y conoces lo que tú eres. Este
es un fenómeno absolutamente único, porque es la única
experiencia —si podemos llamarla así— en la cual aquello que está
conociendo y lo que está siendo conocido son una y la misma
cosa. ‘Ser’ es, y ‘ser’ se conoce a sí mismo. Por ello, nuestra
naturaleza esencial es algunas veces mencionada como ‘concienciacognoscente-de-sí’.
Ello también muestra que el indicador ‘conciencia’ tiene alguna
precedencia sobre el indicador ‘ser’. Para hablar del ser, la
conciencia debe estar allí. No puede haber ningún ser del que
hablar sin la presencia de la conciencia. El término SER, cuando se
utiliza aisladamente, es confiable sólo para comunicar una
comprensión parcial de nuestra verdadera naturaleza. Nuestra
verdadera naturaleza no sólo está presente, sino vívidamente
consciente y cognoscente. El término CONCIENCIA, por otra parte,
puede funcionar por sí mismo, porque incluso hablar de conciencia
implica que existe, que está presente, de manera que el sentido de
SER aparece automáticamente. Este no es el caso con el sentido de
SER, pues no trae consigo necesariamente el aspecto de conciencia.
Por tanto, entre ambos términos (conciencia y ser), CONCIENCIA
es, generalmente, el indicador principal de nuestra verdadera
naturaleza.
12
[12.] En tu experiencia directa, ¿es eso que tú eres una cosa, y
la existencia-conciencia alguna otra, ‘allí fuera’ y aparte? ¿O es
que TÚ ERES aquello que está presente y consciente?
Comentario: Este es otro modo de considerar la pregunta
anterior. El punto aquí es apreciar el hecho de que el serconciencia no es un principio separado de nosotros. No es que
nosotros estemos aquí y el ser-conciencia en alguna otra parte, ‘allí
fuera’. Más bien, nosotros somos aquello que está presente y
consciente. El ser-conciencia no está separado de quienes somos.
ES lo que somos. Lo cual significa que lo que somos y el principio
de ser-conciencia no son dos cosas diferentes. Esto muestra que la
‘meta’ de las enseñanzas No-Duales no es un objetivo distante. El
objetivo real es la revelación de lo que somos. Nuestra verdadera
naturaleza y, en último término, la real esencia de las cosas, son
una y la misma. Esto es verdadera No-Dualidad. No hay ninguna
dualidad o separación entre lo que es real y lo que somos. Esta es la
razón de que no haya ningún camino ni meta ni logro, porque lo
que hemos estado buscando es lo que ya somos. Y esto muestra
por qué nuestra verdadera naturaleza está siempre presente más
allá de la necesidad de búsqueda, es imposible de perder, etc. Es
ya el caso. El único problema era que no apreciábamos lo que ya
estaba aquí. Es por ello que no existe ninguna posibilidad de
‘profundizar’, ‘estabilizar’, ‘madurar’, etc. Todas estas nociones
están claramente arraigadas en un sutil concepto de separación o
dualidad. Sólo una entidad imaginada que está separada y aparte
de la realidad puede soñar en ‘profundizar’, ‘estabilizar’ o lo que
ustedes quieran. En el claro VER los hechos, todas estas nociones
se descartan como errores conceptuales basados en la ignorancia.
La identidad no se vuelve más ‘idéntica’. La conciencia no se vuelve
más ‘consciente’. La existencia no se vuelve más ‘existente’. Tú no
te vuelves más de lo que tú YA ERES.
Algunos ‘populares’ maestros promueven la visión de que,
inicialmente, tú te tornas consciente de tu verdadera naturaleza,
pero que el camino espiritual sólo ‘comienza’ en este punto.
Después de esta revelación inicial, debe seguir —dicen ellos— un
período de profundización y estabilización en el conocimiento así
obtenido. En algún futuro, cuando todos los impedimentos, las
falsas creencias, los condicionamientos o nociones egocéntricas
13
hayan sido superados, ‘amanecerá’ la liberación final. Nada podría
estar más alejado de la verdad. Tales aproximaciones progresivas
son de carácter claramente dualista. Operan en términos de un
logro ‘futuro’ que por lo común no está presente, de una serie de
impedimentos a la Unidad que son gradualmente ‘superados’ y de
una ‘persona’ que puede lograr (o no) un estado especial llamado
‘liberación’. A menudo se asume que el ‘maestro’ está en ese estado
final, en tanto que todos sus ‘estudiantes’ se encuentran aún en
proceso de aproximación a la comprensión final, a lo largo de un
período de tiempo. Es sorprendente que tanta gente, por lo demás
muy inteligente, sea tan fácilmente engañada por doctrinas tan
patentemente erróneas e ilógicas.
Tales enseñanzas florecen, incluso bajo el membrete de ‘NoDualidad’, aun cuando en verdad no son nada de eso. Claramente,
aquellos que diseminan o creen en tales aproximaciones pasan por
alto totalmente la comprensión esencial de las tradiciones NoDuales. Por un lado se te dice que tu naturaleza ya es libre. Pero
luego se afirma, rápidamente, que ‘esto no es aún suficiente’, que
es sólo el comienzo, que queda mucho trabajo por hacer y demás
absurdos. Así, al descaminado ‘buscador’ se le da una promesa de
libertad, pero luego se le empuja de vuelta a doctrinas dualísticas,
progresivas, a menudo sin que pueda ver el juego engañoso que se
está jugando a sus expensas. Si uno se relaciona con buscadores
influenciados por doctrinas tan cuestionables, es posible observar
el hecho lamentable de que éstos permanecen interminablemente
en el ‘sendero’ esbozado por maestros tan cuestionables. Años o
décadas más tarde aún siguen meditando, asistiendo a retiros,
‘encarnando’ la comprensión, pendientes de la esperanza de que el
gran ‘despertar’ o ‘iluminación’ finalmente amanecerá. Mientras
tanto, vemos a los maestros ascender en rango, influencia y riqueza
personales, todo ello a expensas de sus crédulos estudiantes, que
aún no han visto el modo de atravesar el absurdo con que se los
alimenta. ¡Tanto rollo en torno a la siempre presente libertad!
[13.] Se da por sentado que cuerpos y mentes sufren diversas
experiencias, como placer y dolor, actividad y calma, etc. Pero,
¿sufre la existencia-conciencia —por y en sí misma— de alguna de
estas cosas en su naturaleza intrínseca?

14
Comentario: Este último punto es sutil y puede que necesite
de una fina mirada para apreciarlo totalmente. Advierte que el
cuerpo, la mente y los sentidos tienen, todos ellos, experiencias.
Estas experiencias se despliegan en el reino de las apariencias y son
dualísticas por naturaleza. Por ejemplo, el cuerpo puede
experimentar placer o dolor. Pero ¿experimenta la conciencia, tu
verdadera esencia, placer o dolor?… No, porque es el cuerpo el
que tiene estas experiencias. La conciencia, en sí misma, es del
todo libre e intocada. No está sujeta ni al placer ni al dolor. Ahora
mira a la mente. La mente puede experimentar certidumbre o
dudas, miedo o seguridad, ‘problemas’ o alegría. Claramente, todos
ellos son ‘estados mentales’. Pero ¿sufre la conciencia alguna de
estas experiencias? En otras palabras, ¿es tocada o afectada por
estos estados mentales? Nuevamente, verás que es la mente la
afectada, y no tu verdadera naturaleza o conciencia.
¿Qué significa esto? Significa que nuestra verdadera naturaleza
está totalmente libre de sufrimiento, dolor, temor, problemas,
dudas, preguntas, preocupaciones, etc. Está también libre de todos
sus opuestos. Ello claramente muestra que lo que tú eres es libre,
incondicionado, y más allá de todo dolor, todo sufrimiento y toda
duda. Pero esto es describirlo tan sólo en términos de lo que NO
ES. Por el lado positivo, podemos decir que es paz imperturbada,
plenitud y ‘completud’ que nunca pueden ser perdidas o
comprometidas. ¿Por qué? Porque esto es lo que nuestra verdadera
naturaleza ES, intrínsecamente. Este reconocimiento completa el
cuadro, iluminando otra importante faceta de nuestra verdadera
naturaleza. No sólo estamos presentes y conscientes, sino que
también SOMOS paz, felicidad y libertad incondicionales. Nuestro
único ‘problema’, por decirlo de alguna manera, era que no
estábamos apreciando esto que somos y siempre hemos sido
verdaderamente. Ninguna de estas cosas ‘llega’ como un logro
futuro. Se entiende que es la condición en curso y siemprepresente de aquello que es. Esto es reconocido a través del
conocimiento-de-Sí… Aquí tan sólo estamos mencionando las
características de lo que ya somos, razón por la cual nunca puede
haber una ‘profundización’ o ‘estabilización’ sino, únicamente, un
profundo reconocimiento de lo que YA ES. Toda aproximación que
se apoya en el ‘logro’, la ‘estabilización’ o la ‘profundización’
graduales, está aún obrando en términos de la ilusión de que
somos algo que no somos. El único remedio para ello es el
15
claro conocimiento-de-Sí. No hay ningún ‘logro’ más allá del
conocimiento-de-Sí, porque el Sí Mismo, o la naturaleza verdadera,
es perfecta plenitud y absoluta libertad. Quien tú eres no está
separado de la mismísima Realidad-Una. Hablar sobre algo ‘más
allá’ de conocer quién eres es pura ilusión. No hay nada más allá de
la No-Dualidad, y TÚ ERES ESO.
REVISIÓN DE LOS PUNTOS-CLAVE

Revisemos lo que hemos descubierto hasta aquí para unir todas
las piezas. Primero, el propósito de la espiritualidad No-Dual (que
es la expresión esencial y más profunda de las grandes tradiciones
espirituales) es el conocimiento-de-Sí. Cuando miramos para ver lo
que somos, encontramos que la única cosa que puede calificar
como nuestra naturaleza esencial es el inmutable sentido de
nuestro ser, que es tanto existente como consciente. Al mirar en
este sentido de ser-conciencia, vemos que éste está ya aquí y es
fácilmente reconocible. No sólo está presente, sino que permanece
presente e imperturbado en medio de todo pensar, sentir o
experimentar. No es algo que ‘llega’ a nosotros como una futura
experiencia. No es algo que sacamos de un libro u obtenemos como
resultado de prácticas, técnicas o procesos. Ni es algo que llega
desde fuera de algún maestro o ser divino o de cualquier otra
fuente. No necesitamos una experiencia de ‘iluminación’ o de
‘despertar’ para conocer nuestra verdadera naturaleza. Está
presente sin ningún esfuerzo. De hecho, no hay nada que podamos
hacer para escapar de ella… Hemos visto que nuestra verdadera
naturaleza no es nada objetivo, y no obstante, es claramente
evidente, más allá de toda duda. Nosotros no somos algo ‘aparte’
de ser-conciencia: SOMOS ser-conciencia. Así que no hay ninguna
separación entre nosotros y la Realidad. Esto es verdadera NoDualidad.
Finalmente, hemos visto que esta naturaleza verdadera está
total y completamente libre de sufrimiento, preocupaciones, dudas,
temor, y conflicto. No sólo está presente y consciente, sino que es
paz pura y la libertad misma. Por esta razón, el conocimiento-de-Sí
no tiene que ver con alguna experiencia ‘profundizadora’ o de
‘estabilización’ en nuestra verdadera naturaleza, como es sugerido
por aquellos que promueven doctrinas gradualistas o dualistas. Eso
podría ser únicamente en referencia a alguna imaginaria diferencia
16
entre lo que somos y aquello que —imaginamos— podemos llegar a
ser en el futuro. También asume la realidad del tiempo, así como la
de un ser separado que eventualmente ‘podría’ lograr algún estado
especial de despertar o iluminación. Hemos visto que todas estas
nociones son dualistas y, claramente, representaciones erróneas de
la auténtica No-Dualidad. El conocimiento-de-Sí no es nada si no
es una clara comprensión de lo que YA ES. No hay nada más
allá del conocimiento-de-Sí, porque el conocimiento-de-Sí es
No-Dualidad. No hay nada más allá de la Unicidad. Ninguna cosa
más es necesaria, porque es conocimiento y paz totales y ciertos,
que no pueden ser contrariados bajo ninguna circunstancia.

Indicadores
La No-Dualidad trata sobre conocerte a ti mismo, no sobre
analizar apariencias. Cuerpo, mente, sentimientos y experiencias
vienen y van. Todas ellas son apariencias, y no tu ser verdadero. Si
todas esas cosas vienen y van, ¿qué es lo que siempre permanece a
pesar de esas cambiantes apariencias? Hay el sentido de ser, que
está tanto presente como consciente… No sólo verbalices esto, sino
reconócelo como un hecho, como un conocer directo y como una
experiencia directa. Tu propio ser es lo único constante.

Cuando se niegan las apariencias, ¿qué es lo que queda? ¿Tú
desapareciste? ¿Acaso no estás presente y consciente? Esa
presencia-conciencia es tu duradera naturaleza real. No puedes
negar eso. Es la esencia duradera. Tú no tienes que ‘identificarte’
como eso. Ello sería conceptual. Eres naturalmente y sin esfuerzo,
eso. No puedes negar tu ser y su naturaleza consciente. No hay
‘proceso’ subsiguiente. Tratar de ‘ir hacia adelante’ desde ahí, sería
retroceder al pensamiento. Simplemente detente ahí y advierte que
tú ya eres lo que estás buscando.

Todo aparece en el espacio de la presencia cognoscente. En
último término, es así de sencillo. Eso eres tú. No hay ningún ‘tú’
17
aparte de eso. No hay nada que hacer, en última instancia, porque
eso es lo que tú eres.

Una vez que el interés en creencias e identidades se desecha,
debido a que ya no se les toma por reales, se hacen presentes un
espacio y una apertura mucho mayores. En verdad, ese espacio es
brillante, claro, vibrante y lleno de vida.

La depresión es un ‘estado mental’ —o apariencia— impulsado
a menudo por identidades y creencias residuales ego-céntricas, o,
en algunos casos, por desequilibrios psicológicos. Incluso así, tu
verdadera naturaleza brilla clara y presente a través de todos ellos.
Mantente enfocado en tu verdadera naturaleza y no en los ‘estados
mentales’ (apariencias). En esa comprensión, las cosas llegan de
modo natural a un equilibrio.

‘Dios’, ‘amor’, o ‘yo eterno’ son palabras o conceptos. Todo lo
objetivo es impermanente (incluidas estas palabras). Ese ‘todo lo
objetivo’ incluye todo aquello que podemos sentir o conocer, lo
cual es tan sólo una apariencia en la mente o un movimiento en el
pensamiento. A su vez, el pensamiento aparece y desaparece ante
ti. ¿Qué es ese ‘tú’, esa presencia que conoce al pensamiento? El
pensamiento es objetivo, pero este ‘tú’ no es un objeto. Tú estás
claramente presente, pero no como una ‘cosa’ que pueda ser
conocida o comprendida objetivamente. No es un nombre, porque
un nombre es otro pensamiento. Tú no eres un pensamiento. De
manera que este ‘tú’ no entra en la categoría de los ‘objetos’. Así
que este ‘tú’, ¿es impermanente, o no? ¿Qué puedes decir sobre
esta presencia cognoscente no-objetiva, no-mental, que tú eres?
Es aquí donde la indagación se vuelve interesante. En verdad, este
es el quid de todo el asunto.

18
Cuando un pensamiento aparece, ¿eres tú ese pensamiento?
Cuando ese mismo pensamiento desaparece, ¿desapareces tú
también? Piensa en cualquier pensamiento… Míralo surgir, luego
‘ser conocido’, y luego desaparecer. Hay algo presente en ti antes,
durante y después de esa experiencia. Conoces el surgimiento, la
aparición y la desaparición de ese pensamiento. ¿Cómo podría ese
pensamiento ser tú, cuando tú permaneces, incluso mucho después
de su desaparición? Por lo tanto, no puedes sostener que tu ser
es idéntico al flujo del pensamiento (o a la mente).

El pensamiento-yo está en la apariencia, y no es lo que tú eres.
No obstante, hay una presencia consciente de ese pensamiento
en ti. Básicamente, la conciencia no es un pensamiento. Es ese
principio en el cual los pensamientos son registrados. Es tan claro
y presente que lo pasamos por alto y lo confundimos con algo que
no es.

Todas las cosas —que son ‘objetos’— tienen un comienzo, una
parte media y un fin. ¿Puede algo que no es un objeto, tener un
comienzo, una parte media y un fin? ¿Tienes alguna evidencia de
que la conciencia comienza o termina alguna vez, salvo como una
especulación de tu parte? Algunos le han llamado ‘no-cosa’, o
‘vacío’. Pero no es un vacío inerte, sin vida. Otros le han llamado
vacío que tiene la capacidad de conocer, o vacío cognoscente.

Toda la cháchara sobre ‘el penique que cae finalmente’ es
conceptual, porque tu ser ya está presente. No es necesario que
ocurra nada para ser lo que tú ya eres.

Muchos quieren convertir a los ‘maestros’ en algo grandioso,
pero esto no gira en torno a algún así llamado ‘maestro’, sino en
torno a tu propio ser. Nadie puede dártelo. Únicamente puede ser
señalado de manera que puedas echar una mirada por ti mismo.
19
No demanda ningún esfuerzo ni tiempo ver lo que tú eres; es
necesario tan sólo la disposición para ver lo que ya es claro y obvio.

La mente es una herramienta que aparece en la conciencia. La
conciencia ya es clara y está presente antes de que surja cualquier
pregunta o duda. Detén por un momento la mente y advierte que la
conciencia es simple y obvia. No puede ser negada. Está ya aquí,
registrando todo. Toda búsqueda, cuestionamiento o indagación te
aparta de la simplicidad de lo que ya está presente. Es tan sólo y
simplemente ser-conciencia. Es clara y carente de dudas, y está
aquí totalmente, en toda su capacidad. Es esa presencia en ti
registrando todas las cosas. En ella, pensamientos, sentimientos y
percepciones surgen naturalmente y sin esfuerzo. Son apariencias
momentáneas, espontáneas. Todas ellas son reveladas a la luz de
esta presencia consciente.
Esa presencia consciente brilla continuamente, iluminando
todas las apariencias a medida que vienen y van. Tú eres ese
constante ‘conocedor’, o conciencia. Todos y cada uno de los
pensamientos confirman esa presencia de conciencia, en la cual se
registran. Esa conciencia es tu verdadero ser duradero. No es una
‘cosa’ que pueda ser captada por los sentidos o conocida por la
mente. Mente y sentidos encaran objetos. Sólo pueden registrar
objetos. Pero tu ser no es un objeto. Tú eres el sujeto de todos
los objetos. Así que es inútil tratar de captar o comprender esto
con la mente. Sin embargo, tampoco es difícil, porque la presencia
consciente es auto-evidente, está aquí mismo, sin esfuerzo. Es
innegable. No es una ‘persona’ o ‘yo’ defectuoso. Es como el
espacio: conciencia abierta ‘i-limitada’. No es una cosa.
Los sentimientos, pensamientos y percepciones vienen y van.
No hay en ellos evidencia de alguna persona limitada o defectuosa
en lo absoluto. No hay ninguna evidencia de algún ser, persona,
individuo o ‘yo separado’. Mira por ti mismo, y ve si puedes
encontrar algún yo separado. ¿Dónde está? El ‘ver’ ocurre. Después
decimos ‘yo veo’. El ‘yo’ no estaba allí en el ‘ver’. Es tan sólo una
asunción. No hay ninguna cosa que sea un ‘yo’. ‘Yo’ es tan sólo un
pensamiento, y tú no eres ese pensamiento, ni ningún otro. Tú
eres la pura conciencia misma. Aquí y ahora, tu naturaleza
existe, es consciente y luminosa, serena y pacífica.
20
Si tratas de rastrear en el pensamiento y encontrar allí
alguna‘respuesta’ o confirmación mental, se te escapará la total
simplicidad del asunto. Antes de que el siguiente pensamiento
aparezca, tú ya estás presente y consciente. Y esto es… eso.

Ve tan sólo lo que es claro y presente en ti. Cualquier cosa
puede ocurrir. Simplemente fluye con el funcionamiento natural e
inteligente. Recuerda: no hay ninguna ‘persona’ en la ‘mezcla’,
ninguna ‘persona’ que pueda hacer, o no hacer. Ninguna cosa que
se haga o deje de hacerse cambia la naturaleza básica de tu
verdadero ser. Una vez que la identidad como ‘yo separado’ es
cuestionada, no hay nadie [ninguno] que pueda hacer o dejar de
hacer, ni nadie al que ello preocupe. Todo ocurre simplemente
ante tu clara presencia cognoscente. El cuerpo y la mente son
únicamente instrumentos para funcionar en el mundo. No son
útiles para el auto-conocimiento, así que muy bien podrías usarlos
para alguna otra cosa que sea de utilidad.

La mente es: o silente o activa. Tú estás presente en ambos
estados. Estás conociendo ambos. De hecho, tú eres siempre el
constante ‘conocedor’ de todos los estados. ¡Esa presencia está tan
‘presente’, que tendemos a pasarla por alto!

Nacimiento, vida, muerte y todo lo demás, aparece y
desaparece, pero nada ocurre realmente. Es todo apariencia. Al
final, la cuenta es nula. Pero el ser-conciencia permanece, pleno,
claro, e iluminándolo todo, sin pausa. Ninguna separación de eso
ocurrió jamás. El palo o trozo de madera utilizado para encender la
‘pira’ —que es el mirar e indagar— es arrojado a las llamas y no
queda nada. No hay ninguna No-Dualidad ni nada más que hacer.
Ningún concepto espiritual, ni pregunta, ni nada que comprender.

21
Tu verdadera naturaleza es conciencia ordinaria, cotidiana,
simple. No es cuestión de identificarte con ella. Ya has visto que no
hay ningún ‘yo’, que este es tan sólo un pensamiento. Tú no eres
eso. Así que, ¿quién queda allí que necesite hacer alguna cosa? Tú
dices: ‘¡Pero es que aún no logro identificar mi verdadera
naturaleza como conciencia!’, o ‘¡aún no veo la Unicidad!’. ¡Ese es
el ‘yo’ tratando de ‘colarse’ de nuevo en la ecuación! Ve eso, y ‘deja
ir’ a los pensamientos. Son tan sólo más ejemplos de pensamiento
ego-céntrico. ¡No portan ninguna respuesta porque no hay ningún
‘yo’ allí que pueda responder! Así que deja las dudas desaparecer.
¿Es tu ser algo ‘dudoso’? ¿Hay algún problema con estar presente y
consciente? Ve esto y no tendrás más problemas con ninguna
pregunta o duda, pues todas ellas presuponen que te has alejado de
tu verdadera naturaleza. Pero no lo has hecho. ¡Nunca!

Quedar atrapado en apariencias se debe al hecho de estar
confundidos sobre nuestra identidad y de asumir, tácitamente, que
estamos ‘en’ las apariencias. Es decir, nos hemos identificado con
ellas. Ver lo que verdaderamente eres te coloca en la perspectiva
correcta, y entonces las cosas llegan naturalmente a un balance.
Buscar quién eres en las apariencias es fútil, porque tu ser no es
una ‘cosa’ u ‘objeto’ que resida en la apariencia. Tú eres eso ante
quien las apariencias surgen. Este punto, tan sencillo, a menudo
se pasa por alto. No hay ‘cambios’ ni ‘logros’ involucrados. Estos
conceptos son muy engañosos y yerran el blanco por completo.

Vuelve siempre a lo que ya eres. Pensamientos, preguntas y
dudas están en la mente. Siempre están basados en la noción de
que tú eres un ‘yo separado’, aparte de la conciencia. Pero ¿alguna
vez lo estás? Al volver a la experiencia factual, ves que tú eres
eso que está presente y consciente. Y esa es la realidad
duradera que sostiene todas las apariencias, incluidos los
pensamientos. Así que tú ya eres lo que estás buscando.
Simplemente permanece como eso. ¿Podrías acaso hacer alguna
otra cosa? La separación es sólo imaginaria, nunca real.

22
El estado natural: un diálogo extenso
Pregunta: He estado estudiando Dzogchen los últimos
quince años o algo así. En tu libro dices que pasaste el tiempo
suficiente con ‘Sailor’ Bob Adamson como para que fuera capaz
de llevarte a una detención.
John: Sí. Podría decirse eso.
P: He preparado algunas preguntas. Algunas ya han sido
respondidas luego de la lectura de tu libro: Shining in Plain View
[Brillando a plena luz]. Luego de la lectura de tu libro todo quedó
bastante más asentado. Me torné suspicaz con los pensamientos.
Entiendo que, en tanto haya una sensación de un ‘perceptor’ —y
hasta que el ‘perceptor’ no se disuelva—, todavía concluirá uno
que el falso ‘yo’ es real. Dices que tienes que llegar a una directa
realización de que el ‘yo’ no existe. Eso ‘resuena’ realmente. Pero
dices también que hay un sentido de ‘ser’, un sentido de ‘observar’.
A mí me ocurre todo eso también, pero aún tiendo a llamar a eso
‘yo’.
John: Mmm…
P: Me pregunto cuánto de mi confusión se debe a la
semántica, basada en diferentes tradiciones.
John: He estado al tanto de diversas enseñanzas No-Duales
por quince o veinte años, más o menos, principalmente a través de
lecturas y encuentros con unos pocos maestros occidentales.
Cuando conocí a ‘Sailor’ Bob, encontré a alguien que había tenido
un maestro viviente: Nisargadatta Maharaj. Nisargadatta era un
aclamado maestro de la tradición Navnath Sampradaya de la India
occidental. Esa tradición se remonta a través de nueve maestros
hasta el siglo XI, y luego más atrás aún hasta el mítico gurú
Dattatreya. En cualquier caso, luego de un periodo de años de
búsqueda y de intentar diversas aproximaciones espirituales,
‘Sailor’ Bob obtuvo las respuestas a sus preguntas cuando conoció a
Nisargadatta Maharaj.

23
Para mí, conocer a ‘Sailor’ Bob fue algo muy diferente a mis
anteriores experiencias. Sentarse a conversar con él realmente
clarificó las cosas para mí. Como resultado, soy un firme creyente
en la importancia de un contacto tal. Todas las tradiciones dicen
que la comprensión esencial no es conceptual. No es mental. No es
un objeto a ser alcanzado. No es algo en que la mente pueda
trabajar. Cuando leemos estos indicadores en los libros, casi
invariablemente los reformulamos nuevamente como conceptos y
los volvemos algo objetivo. Como resultado, tendemos a pasar por
alto el punto esencial. Así que lo que hizo por Bob su maestro, y lo
que Bob hizo por mí, fue señalar los fundamentos, manteniendo las
cosas muy simples, muy directas y claras. Y, por supuesto, todo ello
en el contexto de su propia experiencia directa. Eso es lo que yo
también estoy tratando de hacer al compartir esto.
Ahora bien, en el budismo tibetano, hasta donde sé, siempre
están hablando de algo que ellos llaman ‘conciencia intrínseca’. En
mi visión esa es ‘toda la enchilada’, por decirlo así. Es el corazón.
En el Advaita Vedanta tienen una cosa similar. Así que, en el
intento de apreciar estas enseñanzas, lo más importante es
clarificar con precisión aquello de lo que están hablando. ¿Qué es
lo que nos están señalando que debamos comprender? A menudo,
estas tradiciones dicen que reconocer nuestra verdadera naturaleza
como esta conciencia esencial, es sinónimo de libertad. E
inversamente, no estar consciente de ella es la definición de un ser
que sufre bajo el dominio de la ignorancia. Tú estás al tanto de
estas enseñanzas desde muchos años atrás. ¿Es esta parte clara
para ti? ¿Comprendes lo que se está señalando con la palabra
‘conciencia’ y demás otras?
P: Sí, lo que dices es claro. La única diferencia para mí es que,
cuando la conciencia es vista bajo la lente del ego se vuelve
‘conciencia de’.
John: Se podría decir eso. Eso es muy similar a la diferencia
que Nisargadatta establecía a menudo. En sus diálogos él distingue
entre ‘conciencia de’ y ‘conciencia’.
P: Sí. Hay una gran diferencia.

24
John: Bueno, es cuestión de palabras. Depende de lo que
quieras significar con ellas. La conciencia, tal como Nisargadatta
utiliza el término, es un producto material que surge cuando el
cuerpo es concebido, y que subsiguientemente se disuelve con la
muerte. Esta ‘conciencia’ (a la que podríamos llamar ‘mente’) nos
permite concebir pensamientos y generar el sentido de ‘yo soy’
como un pensamiento o experiencia. Este sentido de ‘yo soy’
depende de la conciencia-mente, la cual a su turno depende del
cuerpo. Así que incluso el sentido de ‘yo soy’ es impermanente.
Pero como Nisargadatta continúa diciendo, tú estás aún presente
como esa pura conciencia que está conociendo el surgimiento y la
‘puesta’ de esa (relativa) ‘conciencia’. Él a veces preguntaba: ‘¿Qué
eras tú ocho días antes de ser concebido?’. El interlocutor podía
responder: ‘No lo sé’. La razón de ello es que el cuerpo y la
‘conciencia’ no estaban presentes. No había ningún instrumento
para registrar ni decir nada. Nisargadatta decía entonces: ‘Aquello
(en ti) en lo cual ese pensamiento ‘no lo sé’ surge, estaba allí. Eso es
lo que tú eres’. Algunas veces él se refería a eso como ‘pura
conciencia’ o ‘puro ser’. Dado que no es un ‘objeto’, no puede ser
conocida objetivamente. Sin embargo, es auto-cognoscente. No
puedes conocerla como un ‘objeto’, pero tampoco puedes negarla
porque su presencia es auto-evidente. Es la innegable presencia
registrando incluso el sentido de ‘yo soy’. Podrías decir que es la
pura presencia sin palabras, más allá del sentido del ‘yo soy’.
P: ¡Otra cosa! La claridad es definida muy específicamente en
Dzogchen como ‘ningún perceptor’. También se dice que la
conciencia es consciente de sí misma.
John: Bien.
P: Sin embargo, primero la conciencia ingresa en rigpa
(conciencia intrínseca). Cuando la conciencia entra en rigpa, la
creencia en el yo desaparece. Pero el perceptor se disuelve en una
vasta expansión abierta, tal como es descrito por Longchempa
(maestro Dzogchen del siglo XIII). Entonces tú estás simplemente
siendo en este momento, lo cual es inefable, indefinible,
totalmente radiante, expansivo, luminoso: todas esas cosas. Y no
hay ningún sentido de ‘mí’. Longchempa decía: ‘Descansa sin
reificar un objeto externo, sin reificar un yo interno’. No estamos
25
tornando esto (señalando un vaso en la mesa) en un ‘vaso’
mediante la definición conceptual, y no estamos tornando esto
(señalando el corazón) en un ‘perceptor’. Estas son cosas que se
‘sienten’ intrínsecamente verdaderas en todo ese proceso. Sin
embargo, en este punto hay aún un yo ‘tratando’ de verlo. Cuando
leía tu libro, hubo un momento en que toda esta conceptualización
se detuvo. Pero entonces regresó nuevamente.
John: Hablaré sobre esto en mis propios términos. Será
mucho más simple que el enfoque tradicional. Puedes aproximarte
a esto desde la perspectiva de la especulación filosófica y hacer
montones de sutiles distinciones sobre las cosas. Es un intento de
articular lo que está ocurriendo a un nivel muy, muy sutil de
experiencia y lenguaje. Eso está muy bien. Yo disfruto de ello hasta
cierto punto. Pero en cuanto a llegar al punto esencial de reconocer
quiénes somos y ‘salirnos’ del sufrimiento, es verdaderamente del
todo más simple. Así que déjame presentarlo como yo lo presento.
P: Bien.
John: Todas las enseñanzas de la No-Dualidad señalan
básicamente la presencia de ‘algo’ en nosotros a ser reconocido
como nuestra naturaleza esencial. Así que la pregunta —el quid de
todo ello— es: ¿Qué es esta naturaleza esencial? Lo interesante
aquí es que no estamos buscando algo que no esté presente. No
estamos buscando algo en el futuro. No estamos buscando algo que
sea un diferente estado de conciencia, o alguna experiencia. En lo
absoluto. Estamos arrancando desde la perspectiva de que nuestra
verdadera naturaleza intrínseca ya está presente y siempre lo ha
estado. Debe estar completamente presente ahora. Tener un claro
reconocimiento de esto es el corazón de todo.
E inversamente, no estar claros sobre nuestra verdadera
naturaleza, estar equivocados sobre lo que esta es y concebir
erróneamente quiénes somos, es la ignorancia o incomprensión
fundamental. Este no-reconocimiento se convierte en la causa de
todos los subsiguientes malentendidos, apegos y confusiones. Así
que, a menudo, yo hablo de dos aspectos. Uno es señalar la verdad
positiva de quienes somos. El otro es disolver la idea errónea de
aquello que equivocadamente tomamos por nuestra identidad.
Estos dos aspectos son en realidad la misma cosa. Es simplemente
26
decirla de dos maneras diferentes. Como Nisargadatta decía: ‘Tú
puedes empujar o puedes jalar la carreta. No importa cuál, siempre
que la mantengas rodando’. Al rechazar la creencia errónea de
quien tú eres, lo que va quedando es tu verdadera naturaleza. Por
el otro lado, si clarificas la verdad de quien tú eres, entonces esa
comprensión disuelve las ideas erróneas. Es tan sólo un asunto de
clarificar la identidad esencial de uno. Así es como lo veo.
Nuestra verdadera naturaleza a menudo es señalada como
‘conciencia intrínseca’, o ‘innata’. La pregunta es: ¿Reconocemos
eso? ¿Lo vemos por nosotros mismos? ¿Sabemos por nosotros
mismos que somos eso? Traigamos esto al momento presente y
hagámoslo más simple. Aquí mismo, ahora mismo, sentados aquí
esta noche, ¿podemos reconocer nuestro ser esencial y su
naturaleza consciente? ¿Es enfáticamente claro, sin ninguna duda
en absoluto? Si esto no está claro, entonces vamos a ‘mal-percibir’
quién o qué somos. Y ahí mismo surgirá una visión errónea de
nosotros mismos. Vamos a aferrarnos a alguna otra cosa, a algún
sentido erróneo de ‘yo’.
Ahora mismo, en nuestra experiencia directa, esta naturaleza
intrínseca debe estar presente. ¿Podemos reconocerla? ¿La
conocemos claramente? Debe estar aquí porque nosotros estamos
aquí, nuestro ser está presente. El modo en que esto me fue
señalado es como sigue: ‘Sailor’ Bob Adamson me hizo hacer una
pausa para que reconociera un par de cosas. Una era lo que él
llamaba ‘presencia’, o el ‘sentido de ser’, este simple sentido de ‘yo
soy’, el reconocimiento de que tú eres. Me preguntó: ‘¿Puedes tú
sentir, o saber que estás presente? ¿Hay un sentido de ser?’. Por
supuesto, esto es innegable. Y entonces él señaló este ‘sentido de
conciencia’, preguntándome: ‘¿Estás consciente? ¿Eres consciente,
ahora mismo, de pensamientos, sentimientos y sensaciones
ocurriendo?’. Esto era algo que yo podía reconocer. Pienso que
cualquiera puede. Básicamente, sabemos claramente que estamos
aquí, y que hay conciencia presente… Así que el modo en que él
introducía esto era señalar este innegable sentido de presenciaconciencia y hacernos mirar eso.
Esto es realmente la esencia. En esto va a parar: reconocer esta
presencia de conciencia que está con nosotros ahora mismo. Esto
es importante, porque a menudo estamos bajo la impresión de que
es algo muy ‘sutil’. Imaginamos que es difícil de ver, o que algo
extraordinario tiene que ocurrir antes de que esto se revele. Lo
27
interesante de esta aproximación es cuán simple es. La presencia
de conciencia es realmente lo que estas tradiciones están señalando
como nuestra identidad. Ella ya está aquí. Es simplemente evidente
y conocida. Cuando haces una pausa y reflexionas en el hecho de
que ‘tú eres’, notas que este sentido de ser no es inerte. Es del todo
vívido. Es del todo consciente. Así que esta conciencia presente, o
presencia-conciencia, o como quieras llamarle, es cristalinamente
clara y totalmente disponible. Es muy, muy simple. El hecho de no
haberla reconocido es el origen de esta identidad errónea o falso
sentido de ‘yo’. El punto que intento comunicar, sentados aquí, es
que lo que realmente somos es este sentido desnudo o simple de
estar presentes y conscientes. Nada más que eso.
Ahora bien, otro modo de aproximarnos a esto es descartar
todo aquello que no somos. Por ejemplo, ahora mismo, podemos
ver aparecer y desaparecer los pensamientos. Lo mismo ocurre con
las sensaciones y percepciones. Estos distintos objetos vienen y
van. Son transitorios. No permanecen con nosotros por algún
espacio de tiempo. Así que no pueden ser la esencia de quienes
somos. Si apartas a un lado todo ello y miras qué es lo que queda
(aparte de todo ello), encontrarás que aún queda algo presente. Tú
estás aún aquí, y sabes que estás aquí. Tu presencia continúa, a
pesar de las cambiantes experiencias. Al mismo tiempo que el ir y
venir de los pensamientos, hay una conciencia de ellos. Cuando
están allí, tú eres consciente de ellos. Cuando desaparecen, tú estás
totalmente consciente de que no están allí. Así que esa presencia de
conciencia todavía permanece.
La clave para reconocer nuestra verdadera naturaleza es
advertir que está 100% absolutamente presente. La verdad es que
podemos reconocer esto como un hecho muy, muy fácilmente. Lo
que tiende a ocurrir es que encontramos difícil admitir que sea tan
sencillo. Pensamos: ‘Esto no puede ser quienes somos. ¡Es
demasiado obvio! ¡Es demasiado simple! ¡Esto no puede de ningún
modo posible ser aquello de lo que se está hablando’.
Las cosas cambiaron de una manera drástica para mí luego de
que el propio ‘Sailor’ Bob —basado en su experiencia con su
maestro y en su propia comprensión— me confirmara que, en
efecto, era así de simple. Cuando nos detenemos por un instante y
reconocemos el puro sentido de ser y de conciencia, reconocemos
de manera directa, absoluta y clara nuestra auténtica naturaleza
intrínseca. No es un reconocimiento parcial, momentáneo o vago.
28
Estamos cara a cara ante lo que las tradiciones No-Duales han
estado señalando todo el tiempo. Es muy raro escuchar esto, o que
se nos lo señale así de claro, y mucho menos que empleemos algún
tiempo en penetrar su sentido. Debido a la forma en que hemos
sido condicionados para ver las cosas, pensamos, muy típicamente:
‘Yo soy esto’. ‘Yo soy aquello’. ‘Yo soy un cuerpo’. ‘Yo soy
pensamiento’. ‘Yo soy una persona’. ‘Yo poseo ciertos atributos’.
Pero todas estas cosas son conceptos. Esta conciencia inmediata
que somos factualmente, no es un concepto en absoluto. No está
en la mente. Empiezas a ver la diferencia entre la idea de lo que
pensamos ser, y la presencia no-conceptual de quienes somos
verdaderamente.
Las enseñanzas No-Duales han estado diciendo todo el tiempo
que no estamos en la mente, que no somos una imagen, que no
somos una construcción en el pensamiento, que no somos algo
objetivo. Cuando empiezas a considerarlo, empiezas también a
darte cuenta de que es esto precisamente aquello de lo que se
trataba. Todas las tradiciones están diciendo básicamente que
nuestra verdadera naturaleza es aquello que es real. Reconocerlo es
la esencia toda de ello. Entonces la visión de uno cambia de un
modo radical. Ciertamente cambió para mí, cuando me di cuenta
de que en verdad no estamos buscando algo distante, complicado,
o difícil de entender. Una vez que tienes un sentido básico del
asunto, empiezas a descubrir cosas bastante increíbles sobre esta
presencia-conciencia básica. No hay nada ‘mundano’ en ella.
Reconoce entonces por ti mismo tu verdadera naturaleza como
este innegable ‘sentido de ser’, que es al mismo tiempo presente y
consciente. Advierte que, al tiempo que distintos pensamientos,
sentimientos y percepciones surgen y pasan, tu presencia no
cambia. ¿Se altera en lo más mínimo este sentido de ser? ¿Se ‘va’ a
alguna parte? ¿Ocurre alguna variación? ¿Viene o va? ¿Lo pierdes?
Comprende que, en este mirar, no estamos introduciendo nada
nuevo en absoluto. Puede que hayamos visto esto años atrás, pero,
simplemente, nunca lo habíamos considerado.
Es muy importante que este reconocimiento de nuestra
naturaleza esencial sea claro y firme. Si no queda claro, la mente
retrocederá constantemente al proceso de conceptualización, con
todas sus dudas y preguntas. Ello se debe a que la mente está
‘buscando’ saber lo que es verdadero sobre nosotros mismos. Si la
verdad de quienes somos no queda clara, la mente tratará de
29
responder a esas preguntas volviendo atrás, al único lugar con el
que está familiarizada: el proceso conceptual. Así que es esencial
reconocer lo que somos y permitir que eso quede muy, muy claro.
Hemos visto que nuestra verdadera naturaleza es ese sentido de
ser-conciencia. Está ya aquí. Es fácilmente reconocible. Está
constantemente con nosotros, y no cambia con las apariencias.
P: En el sueño profundo yo no tengo ese sentido.
John: Te sugiero familiarizarte con esto presentemente, en
el estado de vigilia. Entonces el tema del sueño profundo quedará
claro por sí mismo. Pero lo que a menudo ocurre es que, antes de
llegar a familiarizarnos con lo que está siendo señalado, dejamos
de mirar y saltamos a esos casos especiales, con lo que quedamos
enzarzados en la especulación. Hay cantidad de cosas que puedes
ver ahora mismo. ¡Hemos tocado apenas la punta del iceberg!…
Continuemos mirando en nuestra presente naturaleza verdadera.
Parece simple, pero es realmente muy profunda. Hay muchísima
profundidad en ella.
¿Necesitas esperar un momento futuro para reconocer lo que
tú eres? ¿Cuántos de nosotros hemos estado esperando que
ocurriera algo en el futuro, asumiendo de alguna manera que la
respuesta estaría allí? Cuando te das cuenta de que esto trata sobre
tu naturaleza presente, ves entonces que no tienes que esperar
por el futuro. Apartas a un lado ese concepto.
¿Involucra acaso este reconocimiento un camino, una práctica,
una técnica o proceso?
P: No.
John: Es importante ver eso. ¿Hay involucrado en absoluto
algún esfuerzo para ‘ser lo que eres’?
P: Sólo si estás en un estado de temor o sufrimiento.
John: Bien. ¡Te lo estoy preguntando ahora mismo! ¿Estás
realizando algún esfuerzo para reconocer que tú eres?
P: De acuerdo… No. Pero lo traje a colación porque ese es uno
de los temas centrales.
30
John: No obstante, encuentras que, en tu experiencia directa,
tu conciencia natural ya está presente. Naturalmente y sin
esfuerzo. No es un estado que requiere de ‘mantenimiento’. No es
algo que tú manufacturas. No es algo que tienes que lograr o
conseguir… A menudo hacemos esas asunciones. Pero cuando
vemos en la experiencia presente, esas asunciones no son válidas.
Continuemos un poco con la investigación. ¿Es esta conciencia
innata un ‘objeto’ que ves como algo aparte de ti mismo? En otras
palabras, en el reconocimiento de la presencia-conciencia, ¿es ésta
algo que está ‘allí’, mientras que tú estás ‘aquí’? ¿Dices: ‘Allí está, y
yo estoy aquí’? ¿Es eso lo que en los hechos ves en tu experiencia?
¿Es esta presencia innata de conciencia algo ‘objetivo’, en lo
absoluto? Mira por ti mismo. Sabemos que está aquí. Sabemos que
somos. Sabemos que estamos conscientes. En el reconocimiento de
ello, ¿hay allí algo aparte, con características que puedas captar
‘objetivamente’? ¿Es tu ser una ‘cosa’? ¿Es un pensamiento? ¿Es
una percepción particular?
P: No lo experimento aún como una totalidad. Experimento
todas las cosas en ella. Pero lo que aparece está separado,
aparentemente. Así que estoy atascado ahí.
John: No perdamos el hilo de lo que estamos viendo aquí.
Estamos advirtiendo el hecho de que, hasta donde podemos ver, la
presencia —es decir, el sentido de ser-presencia— no es algún
pensamiento, o alguna experiencia u objeto que puedas atrapar. No
es un ‘objeto’, y sin embargo está presente irrefutablemente,
innegablemente… Es algo muy interesante, en verdad.
Hay un par de cosas más a considerar para ‘llevarnos a casa’
con nosotros este básico reconocimiento de las cosas… ¿Es que tú
eres una cosa y la conciencia otra? ¿Puedes hacer alguna distinción
entre la conciencia y tu propia presencia?… Ya hemos visto que la
conciencia no es un objeto. Lo que realmente esto significa es que,
en los hechos, no hay ninguna separación entre nuestra
verdadera naturaleza y aquello que está consciente. Este punto
tiene muy profundas implicaciones… ¡Inmensas implicaciones! Las
enseñanzas No-Duales nos están diciendo que la naturaleza de la
realidad es esta inefable conciencia-presencia. Y, en nuestra
experiencia inmediata, descubrimos que esta conciencia es nuestra
31
verdadera identidad. Es lo que somos. No podemos hallar ninguna
separación entre nosotros mismos y la conciencia. No es que ‘aquí’
estás tú y ‘allí’ está la conciencia. Tú encuentras que ERES aquello
que está consciente.
Hay finalmente otro aspecto a mencionar. El cuerpo ‘siente’
experiencias, la mente ‘tiene’ pensamientos y sentimientos
diversos… Así que, naturalmente, la mente podría tener preguntas,
o problemas, o preocupaciones. Todo ello es algo que claramente
está ocurriendo en la conciencia. Son pensamientos. O el cuerpo
podría estar sintiendo algún dolor o sensación. ¿Pero tiene la
presencia de conciencia alguna de esas cosas? ¿Está la conciencia
misma sujeta a esas apariencias, o es víctima de ellas? Si
establecemos que el sufrimiento psicológico es el producto de la
mente —o una apariencia en la mente—, ¿podemos decir que la
propia conciencia tiene algún ‘sufrimiento’ o ‘problema’? Si
establecemos que es únicamente la mente la que ‘tiene’
pensamientos y sentimientos, entonces podemos empezar a
reconocer algo muy interesante: la conciencia —que como hemos
visto, es, en efecto, lo que somos— no tiene sufrimiento. No
está limitada por él. No está sujeta a los estados del cuerpo o de la
mente. Ello nos lleva al re-conocimiento de que la presencia
intrínseca, innata, está completamente libre de cualquier
limitación o sufrimiento…
Revisemos ahora lo que hemos cubierto hasta aquí. Vimos que
nuestra verdadera naturaleza es el simple sentido de presenciaconciencia. Está ahí, reconocible, sin esfuerzo. No está en el futuro.
No es algo que necesitemos ‘producir’ o ‘mantener’. No es una
práctica. No es algo objetivo que podamos captar o ‘agarrar’. No
obstante, es totalmente innegable. No podemos encontrar ninguna
separación entre nosotros mismos y lo que está presente y
consciente. Esencialmente somos eso. Mientras que el cuerpo y la
mente experimentan diversos estados y condiciones, la conciencia
misma es innatamente libre. Debido a que esta conciencia no es
objetiva, no está en el flujo del tiempo. No podemos decir que
comienza, cambia o termina. ¿Cómo podría algo que no es un
objeto estar sujeto al tiempo o al cambio?
Comienzas a vislumbrar una increíble posibilidad que ha
estado, siempre, totalmente presente, pero que habías pasado por
alto. ¡No se está señalando algo extraño o difícil de comprender! Es
tan innato y presente que no hay siquiera necesidad de recurrir a
32
conceptos como iluminación, despertar, liberación o cosa similar.
Esas cosas son demasiado ‘crudas’, demasiado ‘objetivas’. Cuando
esos conceptos se enfatizan, la gente comienza a pensar: ‘Cuando el
despertar ocurra, entonces yo estaré allí. Entonces yo veré esto.
Entonces sabré de qué se trata’. Resulta que para conocer quién
eres no necesitas ninguna de esas cosas, en lo absoluto. Son
conceptos inútiles. Mantienen a la gente apartada de la simplicidad
y profundidad de las cosas. Si no hemos estado muy claros sobre lo
que estas grandes tradiciones señalaban como nuestra verdadera
naturaleza, es muy importante escuchar y reconocer esto por ti
mismo.
Ahora bien, lo que yo encuentro, sin embargo, es que muchos
de nosotros hemos escuchado cosas así durante mucho tiempo.
Puede que hayamos escuchado sobre ello a través de libros o
maestros populares. ¡No era algo extraño para mí, y estoy seguro
que para ustedes tampoco! Pero el cambio que ocurrió para mí —a
través del contacto con ‘Sailor’ Bob— fue el vívido reconocimiento
de cuán próximo, cuán cercano y accesible era esto. Hasta aquel
momento no lo tenía claro. Lo que yo pasaba por alto era el hecho
de que lo que se está señalando, está ya presente en mi propia
experiencia. Todos los maestros que había conocido hasta entonces
carecían de una clara comprensión de las cosas, porque, abierta o
sutilmente, estaban implicando que el total reconocimiento de
quienes somos no estaba inmediatamente presente. Eran incapaces
de señalar eso. Sin embargo, eso se puede señalar, y será señalado
directamente por aquellos con una comprensión clara y directa. Es
lo que los maestros que provienen de las tradiciones No-Duales me
han confirmado desde su propia experiencia. Y tú encontrarás que
no hay nada más allá de esto.
En algún punto, me vi a mí mismo como un ‘buscador’ que
estaba básicamente a la caza de la ‘iluminación’, el gran logro
futuro. Se me señaló muy rápidamente que eso era tan sólo un
‘concepto’, que estaba buscando en la dirección equivocada.
Mientras perseguimos el estado de iluminación, estamos pasando
por alto el hecho de que, todo lo que está siendo señalado, está ya,
factualmente, aquí. Una vez visto esto, podemos ‘abandonar’ el
concepto. Podemos apreciarlo y relajarnos en el reconocimiento
del hecho ya presente de lo que somos. ‘Sailor’ Bob me sugería que
empezara desde la posición —o desde el reconocimiento— de que
ya somos eso. Tú ya conoces eso. Ya está ‘logrado’. ¿Por qué no
33
comenzar con esto como tu línea-base, en vez de decir: ‘¿Y dónde
está?’ ‘¿Cómo voy a llegar allí?’ ‘Yo no puedo verlo’ ‘Necesito
conseguir la iluminación’… Para la mayoría de la gente, este es un
cambio radical de perspectiva.
Mirar de esta manera te permite desmantelar muchos otros
conceptos innecesarios. Por ejemplo, una noción común es que ‘es
cuestión de relajarse en nuestra verdadera naturaleza una y otra
vez’. Pensamos que de alguna manera esto nos capacitará para
quedar más ‘estabilizados’ o ‘próximos’ a ello. Pero eso es una
superposición conceptual. No es necesaria.
P: Es aún un perceptor.
John: Sí. Ya hemos visto que no hay un ‘tú’ como entidad
separada, y otra cosa llamada ‘conciencia’. Nada de eso. Vimos que
esto es lo que tú eres. Así que, si tú eres esta conciencia y no
puedes encontrar ninguna separación, entonces la noción ‘yo voy a
relajarme en ella’ es puramente conceptual. Si esto es lo que tú
eres, ¿cómo podrías escapar de ello? Ser lo que tú eres es
totalmente sin esfuerzo. ¿Quién va a relajarse en ello? Estas
creencias y asunciones comienzan a constituirse en obstrucciones
conceptuales. Así que hablar de relajarse en la presencia implica
que no somos esta presencia. Pero somos esa presencia.
Deberíamos reconocer la verdad de lo que ya somos.
Una vez que este asunto básico queda señalado —que lo que
hemos estado buscando es lo que ya somos—, ves que no hay nada
que puedas hacer para ‘lograrlo’, o ‘ampliarlo’. ¿Dónde vas desde
allí? Ese es todo el juego. Es como buscar el Polo Norte. Una vez
que llegas allí, ¿dónde puedes ir? De cualquier forma que te
muevas, siempre te dirigirás al Sur. Así que… ¡ALTO! Viendo tu
posición actual, no vas a moverte a ninguna parte porque eso no te
llevaría más ‘cerca’. Sin importar cómo te muevas, siempre ‘caerás’
al Sur.
Desde este reconocimiento, empiezas a darte cuenta que lo que
ha estado demorándote son los conceptos, las creencias erróneas
sobre quienes somos. Digamos que yo aún creo en la noción de que
la meta es algo distante de mí, y que necesito hacer algo para llegar
allí. Esa es una creencia. Basado en ella, asumiré que soy un ser
separado, que mi verdadera naturaleza es algo aparte de mí y que
estoy progresando hacia ella. Así que ese pensamiento-’yo’, que es
34
la noción que establece que ‘yo’ estoy separado de la realidad
intrínseca, se convierte en una sólida creencia. Sin embargo, toda
la estructura conceptual es tan sólo una apariencia de pensamiento
surgiendo y ‘poniéndose’ en esta conciencia presente. Esa
conciencia está ya en la meta, y tú ya eres eso.
Así que toda la estructura conceptual es un malentendido. No
obstante, causa sufrimiento. En vez de realizar la ya presente
libertad, la mente concibe una separación. Creemos que somos
algo separado. El sentido de limitación aparece y la mente
comienza a construir una estructura conceptual sobre cómo lograr
la Unidad. Pero no tiene valor, porque tú no estás separado. A
medida que estos conceptos son señalados, pueden ser vistos y
descartados. Una carga cae. Cada vez que pones sobre el tapete una
de estas estructuras conceptuales, tú la reconoces y la creencia
queda descartada. El sufrimiento y la esclavitud envueltas en ello
caen de tus hombros.
Es importante entender de dónde vienen los conceptos, en qué
arraigan y cómo funciona ese mecanismo. Una vez visto que el
concepto de un ‘yo’ separado y todas las nociones relacionadas no
son válidas, ya no crees en ellas. Al no aferrarte a ellas, ¿dónde
quedas? Quedas naturalmente y sin esfuerzo en la verdadera
naturaleza que tú eres, sin ningún sufrimiento (debido a la creencia
en falsos conceptos). No estás realmente ‘ganando’ nada sino,
simplemente, descartando los conceptos que estaban generando un
sufrimiento innecesario (todo basado en conceptos).
En mi experiencia, lo que sucedió fue que la naturaleza
auténtica me fue señalada y vista muy claramente. Pero, entonces,
mis dudas, temores y creencias del pasado surgían en medio de
este claro conocimiento de mi identidad como conciencia. Ello me
confundía y ‘disparaba’ el sufrimiento. Pero luego comencé a ver lo
que estaba ocurriendo. Los conceptos erróneos —basados en la
visión de un ‘yo’ limitado— que la mente había recogido en el
pasado, iban apareciendo, y la energía de la creencia fluía hacia
ellos. Yo estaba asumiendo esos pensamientos como afirmaciones
válidas sobre mí mismo, y los tomaba en serio. La clara y simple
verdad de quien yo soy estaba siendo pasada por alto. No era nada
más complicado que eso, pero en todos esos años de búsqueda yo
había estado obviando este punto básico.
La vasta mayoría de buscadores que van por ahí no están claros
en cuanto al básico reconocimiento de su verdadera naturaleza.
35
Simplemente no lo están. Y esto se aplica incluso a aquellos
interesados en el budismo, en el Zen, en Dzogchen, en el Advaita
Vedanta u otros modernos derivados de estas tradiciones.
P: Las enseñanzas esenciales raramente se dan alguna vez,
incluso en la comunidad Dzogchen. Así que la mayor parte de
practicantes carecen de ese básico reconocimiento.
John: En mi opinión, no hay mucha gente por ahí que hable
sobre esto de una manera directa (sin ‘mezclarlo’ con conceptos
innecesarios). ‘Sailor’ Bob lo hace. Quizás haya unos pocos más.
Los puntos básicos están incluidos, obviamente, en las tradiciones,
pero cuando examinas el mercado espiritual corriente, raramente
ves esto presentado de un modo tan claro.
Es muy, muy importante tener una directa señalización de tu
verdadera naturaleza. Lo mejor, a menudo, es tener esto señalado
en una conversación viva, cara a cara, de manera que puedas oírlo,
resonar con ello, formular preguntas, y permitir que ello penetre en
tu experiencia directa. Es difícil, si no imposible, leer sobre lo que
estoy hablando y extraer de ello algún sentido. Esto es enteramente
no-conceptual. Así que, si tú lees un libro sobre la presenciaconciencia, puede que pienses: ‘Esta es una idea interesante. Suena
realmente increíble. Quiero entenderla’. Pero cuando el punto
básico de esto hace CLIC en tu experiencia directa y tienes un
‘sabor’ de ello por ti mismo, hay un significativo punto de quiebre.
Entonces tú sabes que lo que está siendo señalado no está en los
libros. No es algo ‘especial’ que los maestros poseen. No es algo
distante en absoluto. Sabes que, dondequiera que vayas, todo lo
que fue señalado está brillando en tu experiencia directa como ese
innegable sentido de ser-conciencia que está ya aquí. Esto es
aquello de lo que siempre estaban hablando los maestros. ¡Ahora
tú lo sabes!… Esto quedó muy claro para mí después de hablar con
‘Sailor’ Bob. Súbitamente, el quid de todo ello se hizo patente.
Después de todos aquellos años, sabía de lo que estaban hablando.
Quedó claro para mí qué era esto realmente.
Vi que mis dudas, temores, preocupaciones y problemas
‘erupcionarían’ en este reconocimiento de quien yo soy. Aún no
sabía lo que estaba teniendo lugar. Así que mi sentido de
sufrimiento aún estaba activo. Hablé de ello con ‘Sailor’ Bob
durante dos o tres días. Me sentía realmente muy claro, con un
36
sentido de ‘¡esto es tan obvio!’. Luego aparecía en mi mente algo
sobre mi trabajo o mi salud. Quedaba luego atrapado en algún
tema personal o algún concepto espiritual. Repentinamente estaba
de vuelta en el sufrimiento… Eso me intrigaba. Afortunadamente,
pude volver y hablar con él sobre este asunto. Y quedó resuelto.

Así como comprendes la verdad de lo que eres, también puedes
comprender el sufrimiento. Tú puedes comprender lo que es, de
dónde viene y cómo puede ser resuelto. Conozco muy, muy poca
gente por ahí que esté clara sobre este asunto. Te encuentras con
cantidad de gente que te dirá: ‘Sé quién soy. Estoy despierto. Sé
que soy conciencia’. Y luego añadirán: ‘Pero el condicionamiento y
el sufrimiento continúan apareciendo’. Si les preguntas qué harán
al respecto, no tienen una verdadera respuesta. No saben de dónde
viene el sufrimiento. No saben por qué surge. Pensamos: ‘Espero
que algún día se resolverá por sí mismo y entonces seré libre’. Pero
ésa no es una respuesta en absoluto. Yo comencé a ver esto en la
escena espiritual contemporánea. Las personas que había conocido
y que habían estado en ello por años y años, aún permanecían
sujetas a dudas y sufrimiento, aun después de haber asistido a
incontables satsangs, retiros, y donde los así llamados maestros
‘despiertos’.
La verdadera respuesta viene a través de la clara comprensión.
Esperar pasivamente a que el sufrimiento desaparezca no es
suficiente desde mi punto de vista. Cuando hablo sobre el
sufrimiento, me refiero a la turbulencia emocional, a las dudas,
temores, preocupaciones sobre mí mismo, sobre lo que la gente
piensa de mí, al sentimiento de ser un individuo separado, o
cualquier cosa que puedas pensar que sea contraria a este innato
sentido de paz. No me estoy refiriendo al dolor físico. Éste forma
parte de la inteligencia orgánica natural del cuerpo. Así que aquello
de lo que estamos tratando aquí es: ‘Cómo comprender y resolver
el sufrimiento psicológico generado por falsos conceptos sobre
quienes somos’. Entonces dejarás de ser víctima de dudas,
sufrimiento y preocupaciones, no te sentirás como un buscador
separado, no sentirás que otra gente sabe cosas que tú no sabes, no
sentirás que estás ‘perdiéndote’ algo, nunca más te sentirás
sumergido en negros u oscuros estados de ánimo. Todas estas
37
cosas provienen de causas que pueden ser ubicadas. Provienen de
una falsa visión de nosotros mismos, y pueden ser resueltas.
Esto se hace en conjunción con el reconocimiento de la verdad
de quien tú eres. A medida que ese reconocimiento pase a primer
plano, irá ‘contradiciendo’ o eliminando la causa-raíz, esa errónea
identidad básica. Eso es perfectamente ‘trabajable’ y llega, absoluta
y enfáticamente, a la raíz de todo, de una vez y para siempre. Los
que dicen que el sufrimiento es inevitable o parte inherente de la
naturaleza de las cosas, están enteramente equivocados.
P: Yo he estado encarándome con algunos dolores físicos.
John: Yo también.
P: Al parecer, para ti ya no hay más dudas en cuanto a que
no existe ningún ‘yo’ separado. ¿Es eso cierto?
John: Sí.
P: Entonces, cuando el dolor físico surge con algún nivel de
intensidad, ¿la conciencia permanece contigo?
John: Definitivamente sí. Y la razón es muy sencilla. El dolor
está surgiendo y se está registrando en la conciencia, así que la
conciencia ‘no se va’ a ninguna parte. Nosotros ya establecimos que
percepciones, sentimientos y pensamientos que se atraviesan no
perturban, contradicen o eliminan la presencia básica de la
conciencia. Puede que no reconozcamos o notemos esto en cierta
etapa, debido a que el foco y la energía emocional fluyen mucho
hacia la experiencia. Pero ello no significa que el ser o la conciencia
‘se vayan’ literalmente a alguna parte. El hecho es que tú no puedes
tener esas experiencias sin conciencia. Todas ellas están
ocurriendo como experiencias en la conciencia, ¿correcto?
P: Pero toma el caso de alguien como Ramana Maharshi. Él
tenía un cáncer en el codo que básicamente se lo ‘comió’, hasta
que murió. Él reconocía que había mucho dolor, pero también
reconocía que no había ninguna duda, que la conciencia no era
afectada en lo absoluto. ¿Correcto?
38
John: Y lo mismo con Nisargadatta, el maestro de ‘Sailor’ Bob.
Murió de un cáncer en la garganta que acabó con su vida en tres
años. Se mantuvo enseñando y hablando hasta el último día. Él
apenas podía hablar, y aun así continuaba comunicando este
mensaje hasta los últimos instantes de su vida. Así que, de alguna
manera, se las arregló para atravesar estas experiencias.
P: Parece que era capaz de sentarse por ahí como conciencia,
y simplemente dejaba las cosas surgir a pesar de las experiencias
físicas, ¿cierto?
John: Parece que sí.
P: Y lo mismo con Ramana, ¿verdad?
John: ¡Y será lo mismo contigo también! Porque la verdad es
que cuando las cosas aparecen, cualesquiera que sean, tú todavía
estarás allí como esa conciencia. Esto ya lo hemos visto.
P: Para mí, ahora mismo, el dolor parece llevarme a tal
aturdimiento, que puedo dejar de conocer mi naturaleza como
conciencia.
John: ¡Aparentemente! Pero no vuelvas atrás a la noción de
que tu naturaleza es algo a ser percibido como un ‘objeto’ que
puedas ganar o perder. Tú no eres una entidad separada aparte de
esa conciencia y nunca lo serás. Así que toda la noción de que ‘no
puedes volver atrás a la conciencia’, o que ‘no puedes verla’, está
basada en una falsa asunción. No importa lo que tú pienses: tú
eres esa conciencia. Siempre lo serás. No hay nada que puedas
hacer para escapar de ella. No es cuestión de relajarse o enfocarse
en ella, u obtenerla. Todo eso es conceptual. Es mucho más básico
que eso. Es lo que innatamente eres y siempre serás.
Así que cuando empiezas a captar ese punto, te das cuenta que
la idea de que ‘tienes que acceder’ a tu verdadera naturaleza es
falaz. La noción de que debes ‘enfocarte, mantener tu mente ‘de
cierta manera’ o ‘prestar atención’, nada tiene que ver con esto. Es
mucho más básico. Todos los pensamientos, confusiones, esfuerzos
o cualesquiera otras experiencias, siempre aparecen en esta
39
conciencia siempre-presente, que está naturalmente presente sin
ningún esfuerzo.
P: La conciencia, si es libre, es libre incluso de mirar ese
dolor. ¿Es así?
John: Bien. No hay ninguna necesidad de eso. Lo que somos
no está realmente sujeto a esas experiencias ni es víctima de ellas.
No hay ninguna necesidad de manipular nada para escapar del
dolor, abrazarlo, empujarlo o cualquier cosa así. Típicamente,
cuando estamos experimentando dolor, pensamos: ‘Esto no
debería estar ocurriéndome a mí. Me gustaría escapar de esto. Esto
no está bien’. Ese tipo de relación con lo que está surgiendo
empieza a desaparecer. Si estás teniendo dolor en el cuerpo,
probablemente harás algo para remediarlo. Eso está bien en un
nivel relativo. Pero cuando miras un poco más profundamente, ves
que hay simplemente conciencia, en la cual las cosas están
ocurriendo, incluyendo un dolor en la pierna o cualquier otra cosa.
La conciencia es una cosa, el dolor otra. Es una experiencia.
Otro nivel presente allí y que confunde las cosas, es el del
proceso conceptual, las interpretaciones de la mente de aquello que
está teniendo lugar. Ello agrega una innecesaria conceptualización
sobre la experiencia. Por ejemplo, piensas: ‘Yo estoy aquí sintiendo
dolor. Me está ocurriendo a mí. Esto no está bien. No debería estar
ocurriéndome. Desearía que pare’. Todo eso simplemente está
‘dando vueltas’ en el proceso del pensamiento. La conciencia no
tiene esas opiniones. Simplemente está registrando ‘lo que es’. Y el
dolor está simplemente ocurriendo. Es una ocurrencia impersonal.
Así que, es en este nivel de conceptualización donde el problema se
desliza, con sigilo. ¿Por qué? Porque tu conciencia es ya libre y no
tiene problema alguno. Pensamientos, sentimientos y percepciones
que surgen son tan sólo cosas transitorias que atraviesan esta
conciencia. No tienen ninguna opinión sobre si deberían, o no,
estar allí. Están simplemente ocurriendo, haciendo su ‘asunto’.
Así que ¿dónde está el problema? ¿Y por qué introducir una
tercera entidad en la ecuación? ¿Por qué no estar con ‘lo que es’ y
no identificarlo como alguna experiencia de un ‘yo’ que ni siquiera
está ahí? Si no interpretas algo a través de ese punto de referencia,
entonces no hay ninguna posición conceptual. Todo puede seguir
apareciendo, tal y como siempre lo ha hecho desde un punto de
40
vista exterior. Pero con una comprensión de la naturaleza
conceptual del sufrimiento, éste ya no es tomado como real. No hay
necesidad de introducir ese tercer componente.
P: Entiendo que tú mismo has tenido algunos problemas
físicos de salud.
John: Sí.
P: Entonces, en esa situación, ¿la preocupación no aparece ni
te mantiene girando en torno a ella? ¿No cargas con ella cuando
aparece?
John: Mayormente no aparece, porque ha sido ‘vista a través’.
Tú puedes ver eso también. Una vez que comprendes que todo este
sufrimiento, preocupación y turbulencia está siendo generado a un
nivel conceptual, en la mente (en base a una incomprensión), y que
aquello en lo que está basado no es real, has acabado con ello. Todo
está basado en el pensamiento: depende de dar realidad a esos
conceptos y creencias. Vamos a poner como ejemplo un caso
extremo, de manera que puedas tener un vislumbre de ello: si
supiera repentinamente que este cuerpo está mortalmente enfermo
y próximo a su fin, y los médicos me dijeran: ‘No sabemos si lo
lograrás o no’, hay dos formas de responder a esto. El hecho
objetivo es que el cuerpo es tan sólo una criatura mortal, nació y
eventualmente morirá. Este es un hecho objetivo. Y la conciencia
simplemente registra lo que aparece. Podría ser un cuerpo lleno de
salud o uno enfermo, un cuerpo joven o uno agonizante. La
conciencia no tiene juicios de valor. No dice: ‘¡Oh, yo debería ser
una persona joven (o saludable)!’. Simplemente registra lo que hay
ahí. Y no hay ningún sufrimiento hasta que aparece la
conceptualización. Ahora imagínate si yo dijera: ‘¡Me estoy
muriendo! ¡Estoy enfermo! ¡Me está ocurriendo a mí!’. Todo ello
comenzaría entonces a convocar este sentido de ‘yo’, la noción de
que mi ser o identidad está siendo arrastrada por los eventos.
Eso sería confundir la conciencia verdadera que yo soy con el
proceso de conceptualización, el cual ya hemos visto que no es lo
que yo soy. La mente está creando confusión al mezclar el sentido
de nuestra verdadera naturaleza con la identidad conceptual. Así
que tú saltas con la afirmación: ‘¡Aquí estoy yo, muriéndome!’. Y el
41
sufrimiento surge con esa creencia. La mente entra en pánico.
Existe la noción de que mi ser o identidad está terminando, o que
algo traumático me está ocurriendo. La verdad es que todo eso es
completamente erróneo.
Aquí es donde empiezas a ver de dónde viene el sufrimiento. El
sufrimiento no es algo dado, y no es natural. No es parte de lo que
realmente está presente, en lo factual. Es una estructura mental
específicamente construida, basada en una errónea visión de las
cosas. De manera que si la mente construye la noción ‘me estoy
muriendo’, y cree en ella, entonces una cierta cantidad de energía
fluye hacia esa creencia.
Ahí es cuando empiezo a tener sufrimiento psicológico. Y la
mente entonces saltará con conceptos adicionales, como ‘¿Qué voy
a hacer ahora? Esto no me debería estar ocurriendo. Tengo que
cambiarlo. ¡Oh Dios mío! ¡No quiero morir! ¡Hay tantas cosas que
quisiera hacer!’… En ese punto ya estás atrapado en una nube de
conceptos, tomándolos como algo totalmente real. Pero todo está
basado en el pensamiento. Todo está surgiendo de esta errónea
identificación. Ello entonces comienza a mostrarte de dónde
proviene el sufrimiento.
Empiezas a darte cuenta de que el sufrimiento, tal como lo
estoy definiendo, es una creación del proceso del pensamiento.
‘Sailor’ Bob hace al respecto el siguiente comentario: ‘¿Qué hay de
malo contigo si no estás pensando en ello?’. Es una forma de
resumir todo el asunto. A partir de aquí, tú empiezas a ver algunas
cosas muy interesantes, por ejemplo, que una pregunta es un
pensamiento, que una preocupación es un pensamiento, que la
sensación de ‘tener un problema’ es un pensamiento, que la
preocupación sobre lo que ‘otros’ pudieran pensar sobre mí es un
pensamiento, que la preocupación sobre lo que yo debería hacer es
un pensamiento, que tus creencias y el sentido de quien eres es una
colección de pensamientos. De pronto te das cuenta de que todas
estas cosas son creadas por la mente conceptual. Si alguien viniera
y borrara esos pensamientos, ¿qué es lo que quedaría? Únicamente
presencia-conciencia y, posiblemente, algunos sentimientos y
percepciones pasajeras, pero ningún sufrimiento personal o
conceptualización basados en la idea de un ‘yo’ separado. Así que…
¡AJÁ! La resolución se presenta por sí misma.

42
P: En ese caso, sólo hay conciencia y dolor físico. ¿No podrías
definirlo como dolor físico?
John: Sí. Puede que ni siquiera hagas eso. Incluso etiquetarlo
como ‘dolor físico’ es realmente una construcción del pensamiento.
Puede que encuentres que el dolor físico no es tan intenso como la
mente lo hace parecer. Puedes ver esto, por ejemplo, en el caso de
una herida o accidente. Usualmente, el cuerpo puede enfrentarse a
ello sin mayor inconveniente. Si ‘salta’ la mente y comienza a
amplificarlo, o a construir sobre ello y a expandirlo, entonces el
conflicto psicológico es, a menudo, más traumático que la situación
física misma.
Estamos entonces llegando a comprender de dónde es que
proviene el sufrimiento. Ver que el sufrimiento es una creación del
pensamiento es muy importante, porque si tú quieres llegar a la
causa, tienes que comprender cómo funciona. Cantidad de gente
piensa que el sufrimiento está basado en eventos ‘externos’. Pero,
¿cómo podrían llegar realmente a la raíz del sufrimiento si no
comprenden de dónde proviene?
De manera que el sufrimiento es, en su mayor parte, un
producto del pensamiento. Cuando miras detenidamente esos
pensamientos, notas que aquellos que realmente nos perturban
son los que nos dicen algo sobre nuestro sentido de ‘yo’ o de
identidad ‘personal’. Si estoy sentado aquí y ‘pienso’ cualquier
pensamiento al azar, como por ejemplo: ‘La luna está brillando esta
noche’… Bien, para la mayoría de nosotros ese pensamiento no nos
afecta. No hay mayor reacción. Es tan sólo un pensamiento
pasajero. Pero si aparece uno que dice: ‘No soy bueno’, o ‘Zutano
no me gusta’, o ‘Voy a morir’, o cualquier otra cosa por el estilo,
entonces las cosas se ponen problemáticas. Lo que sucede
realmente cuando tales pensamientos aparecen es que me están
empezando a definir. Me ‘dicen’ algo sobre mí y sobre quién soy.
Mirando de esta manera empezamos a tener una visión más
precisa sobre lo que realmente es el sufrimiento. ‘Sailor’ Bob me lo
señaló cierta vez. Él definía el sufrimiento como ‘pensamiento egocéntrico’. En otras palabras, lo que realmente nos hace sufrir son
los pensamientos concernientes a mi identidad, al sentido de ‘mí’.
Si tú me dices que algo anda mal contigo, aquí no hay mayor
reacción. Pero si piensas que algo anda mal conmigo, entonces…
‘¡Hey!… Espera, espera, espera un minuto…’ (Risas) ¡Eso a mí no
43
me gusta en absoluto! ¿Por qué no me gusta? Porque es una
afirmación incorrecta sobre lo que soy verdaderamente. Así que
cuando rastreas el sufrimiento hasta el siguiente nivel, ves que esos
pensamientos giran en torno al ‘yo’. Si eres observador, empiezas a
distinguir un patrón en todo ello. No es que haya tan sólo ‘un dolor’
en el cuerpo. Más bien es que ‘yo’ estoy adolorido, o que a ‘mí’ no
me gusta ese dolor. Esta noción-raíz ‘yo’ es descrita de diferentes
maneras, como sentido del ego o yo separado, o pensamiento-yo, o
persona separada. Como fuera que lo describas, es el meollo de
todo este mecanismo. Es aquello a lo que todos los conceptos egocéntricos parecen referirse. La totalidad de las identificaciones
están relacionadas con esta creencia central. La razón de que sean
problemáticas es que la creencia-meollo es tomada como válida,
cuando en realidad es completamente errónea.
Si me dijeras: ‘John, eres un elefante azul’, yo no creería eso ni
por un segundo. No lo tomaría en serio. No asocio ese concepto con
quien yo soy. Esa noción es patentemente falsa. No creo en ella ni
me identifico con ella, en lo absoluto. Y, como consecuencia, no me
perturba en lo más mínimo. Un concepto sólo te perturba cuando
‘cargas’ con él y crees en él. Si no creemos en él, carece de poder.
Así que, para creer en un concepto, para sufrir bajo un concepto tal
como ‘yo no estoy iluminado’, tienes que dar el paso intermedio de
tomar al pensamiento-yo como válido. Tienes que tener al ‘yo’ noiluminado, o cualquier otra identificación así… Esta comprensión
nos permite llegar a la raíz del asunto muy directamente. En vez de
tomar todos los posibles pensamientos y creencias recogidos a lo
largo de los años, tomamos únicamente éste hasta llegar a la raíz.
Así nos damos cuenta de que hay un mecanismo que mantiene
todo esto junto. Si acabas con la causa-raíz —la creencia en el ‘yo’—
entonces no hay lugar en que pueda arraigar cualquier otra
identificación. Nada se adhiere nunca más… Esto nos muestra que
es posible exponer el meollo de esa creencia y resolver la red
completa del sufrimiento de modo concluyente.
Es importante ver de dónde vienen todos los conceptos y
creencias. Todo eso es material recogido a lo largo de los años,
porque no conocíamos nada mejor. La noción de ser un ‘yo’
limitado o separado es recogida en la mente a una edad temprana.
Se asume como real. De ahí en adelante comenzamos a creer en
montones de cosas relacionadas al sentido de ‘yo’. La gente nos
dice cantidad de cosas… ‘Tú eres un cuerpo’; ‘tú eres un buen
44
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad
John wheeler y otros   no dualidad

Más contenido relacionado

La actualidad más candente

Este dolor no es mío.pdf
Este dolor no es mío.pdfEste dolor no es mío.pdf
Este dolor no es mío.pdfRoss Cortes
 
La sabiduria de los estoicos. Selecciones de Séneca Epicteto y Marco Aurelio ...
La sabiduria de los estoicos. Selecciones de Séneca Epicteto y Marco Aurelio ...La sabiduria de los estoicos. Selecciones de Séneca Epicteto y Marco Aurelio ...
La sabiduria de los estoicos. Selecciones de Séneca Epicteto y Marco Aurelio ...Elio Laureano
 
The fable of the mouse trap
The fable of the mouse trapThe fable of the mouse trap
The fable of the mouse trapFrances Kazan
 
Metafisica para la_vida_diaria
Metafisica para la_vida_diariaMetafisica para la_vida_diaria
Metafisica para la_vida_diariaLautaro Liajoff
 
"Ceremonias de rechazo"
"Ceremonias de rechazo""Ceremonias de rechazo"
"Ceremonias de rechazo"Andrea Gianre
 
Nuestro nino interior john bradshaw (1)
Nuestro nino interior john bradshaw (1)Nuestro nino interior john bradshaw (1)
Nuestro nino interior john bradshaw (1)charapito181187
 
A country doctor
A country doctorA country doctor
A country doctorrehowarth
 
LA CASA DEL PECADO (1902) Marcelle Tinayre
LA CASA DEL PECADO (1902) Marcelle TinayreLA CASA DEL PECADO (1902) Marcelle Tinayre
LA CASA DEL PECADO (1902) Marcelle TinayreJulioPollinoTamayo
 
The Great Gatsby Chapter 8
The Great Gatsby Chapter 8The Great Gatsby Chapter 8
The Great Gatsby Chapter 8CoolTeacher
 
o desaparecimento do universo gary renard
o desaparecimento do universo gary renardo desaparecimento do universo gary renard
o desaparecimento do universo gary renardCleyton Nogueira
 
Hipnosis, teoría, métodos y técnicas
Hipnosis, teoría, métodos y técnicasHipnosis, teoría, métodos y técnicas
Hipnosis, teoría, métodos y técnicascienciaspsiquicas
 
Nature Symbols in Dystopia
Nature Symbols in DystopiaNature Symbols in Dystopia
Nature Symbols in DystopiaValerie Frankel
 
Muestrame tu rostro ignacio larranaga
Muestrame tu rostro ignacio larranagaMuestrame tu rostro ignacio larranaga
Muestrame tu rostro ignacio larranagaRaquel Z
 
Sanación emocional del niño interior método ser mejor ser.pdf
Sanación emocional del niño interior método ser mejor ser.pdfSanación emocional del niño interior método ser mejor ser.pdf
Sanación emocional del niño interior método ser mejor ser.pdfdavidmejia43511
 

La actualidad más candente (20)

Este dolor no es mío.pdf
Este dolor no es mío.pdfEste dolor no es mío.pdf
Este dolor no es mío.pdf
 
La sabiduria de los estoicos. Selecciones de Séneca Epicteto y Marco Aurelio ...
La sabiduria de los estoicos. Selecciones de Séneca Epicteto y Marco Aurelio ...La sabiduria de los estoicos. Selecciones de Séneca Epicteto y Marco Aurelio ...
La sabiduria de los estoicos. Selecciones de Séneca Epicteto y Marco Aurelio ...
 
el sermon de la montaña.pdf
el sermon de la montaña.pdfel sermon de la montaña.pdf
el sermon de la montaña.pdf
 
The fable of the mouse trap
The fable of the mouse trapThe fable of the mouse trap
The fable of the mouse trap
 
Caesar and-cleopatra
Caesar and-cleopatraCaesar and-cleopatra
Caesar and-cleopatra
 
Metafisica para la_vida_diaria
Metafisica para la_vida_diariaMetafisica para la_vida_diaria
Metafisica para la_vida_diaria
 
"Ceremonias de rechazo"
"Ceremonias de rechazo""Ceremonias de rechazo"
"Ceremonias de rechazo"
 
La Cenicienta
La CenicientaLa Cenicienta
La Cenicienta
 
El Psicoanalista
El PsicoanalistaEl Psicoanalista
El Psicoanalista
 
Los chamanes de mexcio vol 6
Los chamanes de mexcio vol 6Los chamanes de mexcio vol 6
Los chamanes de mexcio vol 6
 
Nuestro nino interior john bradshaw (1)
Nuestro nino interior john bradshaw (1)Nuestro nino interior john bradshaw (1)
Nuestro nino interior john bradshaw (1)
 
A country doctor
A country doctorA country doctor
A country doctor
 
LA CASA DEL PECADO (1902) Marcelle Tinayre
LA CASA DEL PECADO (1902) Marcelle TinayreLA CASA DEL PECADO (1902) Marcelle Tinayre
LA CASA DEL PECADO (1902) Marcelle Tinayre
 
The Great Gatsby Chapter 8
The Great Gatsby Chapter 8The Great Gatsby Chapter 8
The Great Gatsby Chapter 8
 
o desaparecimento do universo gary renard
o desaparecimento do universo gary renardo desaparecimento do universo gary renard
o desaparecimento do universo gary renard
 
Hipnosis, teoría, métodos y técnicas
Hipnosis, teoría, métodos y técnicasHipnosis, teoría, métodos y técnicas
Hipnosis, teoría, métodos y técnicas
 
Nature Symbols in Dystopia
Nature Symbols in DystopiaNature Symbols in Dystopia
Nature Symbols in Dystopia
 
Muestrame tu rostro ignacio larranaga
Muestrame tu rostro ignacio larranagaMuestrame tu rostro ignacio larranaga
Muestrame tu rostro ignacio larranaga
 
Sanación emocional del niño interior método ser mejor ser.pdf
Sanación emocional del niño interior método ser mejor ser.pdfSanación emocional del niño interior método ser mejor ser.pdf
Sanación emocional del niño interior método ser mejor ser.pdf
 
Las 3 puertas del ser humano
Las 3 puertas del ser humanoLas 3 puertas del ser humano
Las 3 puertas del ser humano
 

Similar a John wheeler y otros no dualidad

En undad con la vida (En Unidad con la Vida rev.).)
En undad con la vida (En Unidad con la Vida rev.).)En undad con la vida (En Unidad con la Vida rev.).)
En undad con la vida (En Unidad con la Vida rev.).)Jose Antonio Garcia Vazquez
 
En undad con la vida (Capítulo 10, en Unidad con la Vida.)
En undad con la vida (Capítulo 10, en Unidad con la Vida.)En undad con la vida (Capítulo 10, en Unidad con la Vida.)
En undad con la vida (Capítulo 10, en Unidad con la Vida.)Jose Antonio Garcia Vazquez
 
193 inteligencia espiritual
193 inteligencia espiritual193 inteligencia espiritual
193 inteligencia espiritualcactustraffic
 
Qué te estás perdiendo realmente.pdf
Qué te estás perdiendo realmente.pdfQué te estás perdiendo realmente.pdf
Qué te estás perdiendo realmente.pdfMiguelRamirez120396
 
El silencio que habla
El silencio que hablaEl silencio que habla
El silencio que hablaRamón Rivas
 
Inteligencia espiritual
Inteligencia espiritualInteligencia espiritual
Inteligencia espiritualjoyb63
 
Practicando el poder_del_ahora-eckhart_tolle
Practicando el poder_del_ahora-eckhart_tollePracticando el poder_del_ahora-eckhart_tolle
Practicando el poder_del_ahora-eckhart_tolleMargarita Flores
 
Trabajo de filosofia-autoconciencia.docx
Trabajo de filosofia-autoconciencia.docxTrabajo de filosofia-autoconciencia.docx
Trabajo de filosofia-autoconciencia.docxMICHAELADRIANALVAREZ
 
Tecnica n°030 cerrar los ojos, observe a tu ser interior en detalle. comprend...
Tecnica n°030 cerrar los ojos, observe a tu ser interior en detalle. comprend...Tecnica n°030 cerrar los ojos, observe a tu ser interior en detalle. comprend...
Tecnica n°030 cerrar los ojos, observe a tu ser interior en detalle. comprend...Renato Clemente Lino Palomino
 

Similar a John wheeler y otros no dualidad (20)

Insight
InsightInsight
Insight
 
Amor total
Amor totalAmor total
Amor total
 
En unidad con la vida (Volverte presente)
En unidad con la vida (Volverte presente)En unidad con la vida (Volverte presente)
En unidad con la vida (Volverte presente)
 
En unidad con la vida (Volverse Presente)
En unidad con la vida (Volverse Presente)En unidad con la vida (Volverse Presente)
En unidad con la vida (Volverse Presente)
 
Tecnica n°086 imagina lo inimaginable
Tecnica n°086 imagina lo inimaginableTecnica n°086 imagina lo inimaginable
Tecnica n°086 imagina lo inimaginable
 
En undad con la vida (En Unidad con la Vida rev.).)
En undad con la vida (En Unidad con la Vida rev.).)En undad con la vida (En Unidad con la Vida rev.).)
En undad con la vida (En Unidad con la Vida rev.).)
 
En undad con la vida (Capítulo 10, en Unidad con la Vida.)
En undad con la vida (Capítulo 10, en Unidad con la Vida.)En undad con la vida (Capítulo 10, en Unidad con la Vida.)
En undad con la vida (Capítulo 10, en Unidad con la Vida.)
 
En Unidad con la Vida
En Unidad con la VidaEn Unidad con la Vida
En Unidad con la Vida
 
193 inteligencia espiritual
193 inteligencia espiritual193 inteligencia espiritual
193 inteligencia espiritual
 
Qué te estás perdiendo realmente.pdf
Qué te estás perdiendo realmente.pdfQué te estás perdiendo realmente.pdf
Qué te estás perdiendo realmente.pdf
 
Tecnica n°084 desecha el apego al cuerpo
Tecnica n°084 desecha el apego al cuerpoTecnica n°084 desecha el apego al cuerpo
Tecnica n°084 desecha el apego al cuerpo
 
Silencio que habla.pps
Silencio que habla.ppsSilencio que habla.pps
Silencio que habla.pps
 
El silencio que habla
El silencio que hablaEl silencio que habla
El silencio que habla
 
En unidad con la vida (¿Quién soy yo?)
En unidad con la vida (¿Quién soy yo?)En unidad con la vida (¿Quién soy yo?)
En unidad con la vida (¿Quién soy yo?)
 
Silencio que habla
Silencio que hablaSilencio que habla
Silencio que habla
 
Inteligencia Espiritual
Inteligencia EspiritualInteligencia Espiritual
Inteligencia Espiritual
 
Inteligencia espiritual
Inteligencia espiritualInteligencia espiritual
Inteligencia espiritual
 
Practicando el poder_del_ahora-eckhart_tolle
Practicando el poder_del_ahora-eckhart_tollePracticando el poder_del_ahora-eckhart_tolle
Practicando el poder_del_ahora-eckhart_tolle
 
Trabajo de filosofia-autoconciencia.docx
Trabajo de filosofia-autoconciencia.docxTrabajo de filosofia-autoconciencia.docx
Trabajo de filosofia-autoconciencia.docx
 
Tecnica n°030 cerrar los ojos, observe a tu ser interior en detalle. comprend...
Tecnica n°030 cerrar los ojos, observe a tu ser interior en detalle. comprend...Tecnica n°030 cerrar los ojos, observe a tu ser interior en detalle. comprend...
Tecnica n°030 cerrar los ojos, observe a tu ser interior en detalle. comprend...
 

Más de sharetob

Papaji esto - poesía y prosa del vacío danzante - libro
Papaji   esto - poesía y prosa del vacío danzante - libroPapaji   esto - poesía y prosa del vacío danzante - libro
Papaji esto - poesía y prosa del vacío danzante - librosharetob
 
Sesha vedanta advaita
Sesha   vedanta advaitaSesha   vedanta advaita
Sesha vedanta advaitasharetob
 
Aceptación de lo que es wayne liquorman
Aceptación de lo que es   wayne liquormanAceptación de lo que es   wayne liquorman
Aceptación de lo que es wayne liquormansharetob
 
Ramesh balsekar - Una Red de Joyas
Ramesh balsekar  - Una Red de JoyasRamesh balsekar  - Una Red de Joyas
Ramesh balsekar - Una Red de Joyassharetob
 
Adyashanti meditación auténtica - completo
Adyashanti   meditación auténtica - completoAdyashanti   meditación auténtica - completo
Adyashanti meditación auténtica - completosharetob
 
Vivir en conciencia Nicole Montineri
Vivir en conciencia   Nicole MontineriVivir en conciencia   Nicole Montineri
Vivir en conciencia Nicole Montinerisharetob
 

Más de sharetob (6)

Papaji esto - poesía y prosa del vacío danzante - libro
Papaji   esto - poesía y prosa del vacío danzante - libroPapaji   esto - poesía y prosa del vacío danzante - libro
Papaji esto - poesía y prosa del vacío danzante - libro
 
Sesha vedanta advaita
Sesha   vedanta advaitaSesha   vedanta advaita
Sesha vedanta advaita
 
Aceptación de lo que es wayne liquorman
Aceptación de lo que es   wayne liquormanAceptación de lo que es   wayne liquorman
Aceptación de lo que es wayne liquorman
 
Ramesh balsekar - Una Red de Joyas
Ramesh balsekar  - Una Red de JoyasRamesh balsekar  - Una Red de Joyas
Ramesh balsekar - Una Red de Joyas
 
Adyashanti meditación auténtica - completo
Adyashanti   meditación auténtica - completoAdyashanti   meditación auténtica - completo
Adyashanti meditación auténtica - completo
 
Vivir en conciencia Nicole Montineri
Vivir en conciencia   Nicole MontineriVivir en conciencia   Nicole Montineri
Vivir en conciencia Nicole Montineri
 

John wheeler y otros no dualidad

  • 1. Introducción Está la conciencia, y está lo que ésta contiene. Lo único REAL es esta conciencia. Eso es todo lo que hay y nada más. Los contenidos (percepciones, sensaciones, emociones, ‘visiones’, pensamientos, sentimientos, experiencias, etcétera) son evanescentes. Ahora están… ahora no están. Ahora son ‘reales’… ahora dejaron de serlo. Nada permanece, excepto la conciencia, ESO que contiene a todos y cada uno de los contenidos. No hay allí nada que se hurte a ser tragado por esa misma conciencia de donde surgió. NADA hay allí, y por tanto, NADIE a quien estos evanescentes contenidos ocurran. Y por consiguiente, nadie allí que experimente, nadie allí que piense, nadie allí que perciba, nadie allí que sienta, nadie allí que ‘sufra’. En otras palabras, cuando ‘sufres’, no eres tú quien sufre. El ‘tú’ que ‘sufre’ no es nada más que un pensamiento posterior a la experiencia, un fantasma que se toma por ti. No hay nada concebible fuera de la conciencia. Incluso pensar en tal posibilidad no es nada más que otro pensamiento que tiene lugar en la conciencia. De manera que la conciencia y cada uno de sus contenidos son UNO. No hay separación. Lo trascendente (la conciencia) y lo inmanente (los contenidos evanescentes) son UNO, no están separados. Tú eres ESO. Conciencia y contenido, o más bien, conciencia-contenido. ‘Cero grados de separación’, para emplear la expresión de Gilbert Schultz. SER es simultáneamente CONOCER (ser consciente), pero no el sustantivo (el ‘conocimiento’), sino el verbo activo. En este preciso momento estas palabras son leídas —conocidas, vistas— EN la conciencia, al mismo tiempo que el rumor de los automóviles allí afuera, o que los latidos de tu corazón. No obstante, nada se ‘pega’ en esa conciencia, como un espejo al que ninguna de las imágenes reflejadas se adhiere. Ser es conocer, o si se quiere, ‘ver’, pero ver no en un sentido estrechamente visual… VER: eso que hace la conciencia sin esfuerzo: escuchar, ver, oler, sentir calor o frío, advertir un pensamiento, una emoción, o una lacerante sensación de dolor. Ser es conocer. Ser es ver. Y tú eres eso: SER-CONOCERVER. No hay nada que buscar. Tú eres eso que andabas buscando. 1
  • 2. ERES, sin la menor duda. Pero no eres nada sustancial, eres VER, eres CONOCER: el verbo activo (‘En el principio, era el Verbo…’). Sin forma, ni dimensiones, ni características. Simplemente VER. Simplemente CONOCER. No eres ninguno de los contenidos que desfilan ante ti. Pero sin ti, esos contenidos NO SERÍAN. Lo que equivale a decir que la totalidad del mundo sensible, sin ti, NO ES. Eres la luz que ‘alumbra’ el mundo entero. 2
  • 3. John Wheeler Fundamentos OBJETIVO DE LA NO-DUALIDAD: EL CONOCIMIENTO DE SÍ El mensaje central de todas las tradiciones No-Duales se resume en la siguiente proposición: ‘El descubrimiento de lo real y la resolución del sufrimiento, de la búsqueda y la duda, se obtienen gracias a la clara comprensión de la verdadera naturaleza de uno mismo’. En otras palabras, estas tradiciones nos dicen que la meta y el propósito de la búsqueda espiritual es saber quiénes somos; el objetivo de toda empresa espiritual es, pues, el ‘conocimiento-deSí’. Nada más ni nada menos. Por definición, lo que somos, sea lo que fuere, está ya aquí. El YO a ser conocido a través del conocimiento-de-Sí debe estar ya presente en nuestra experiencia inmediata. Nuestro ser no es algo distante o separado de lo que somos. ES lo que somos. El conocimiento-de-Sí no involucra la obtención de algo nuevo, sino la clarificación de lo que YA ESTÁ PRESENTE, pero quizás no claramente reconocido o del todo apreciado. Esto significa que no estamos esperando una experiencia futura por medio de la cual obtendremos algo que aún no tenemos. Ni estamos esperando lograr algún estado especial de ‘iluminación’ o ‘despertar’, o cualquier otra cosa similar. El punto es simplemente clarificar la ya-presente naturaleza verdadera de uno mismo. La indagación se reduce a la pregunta: ‘¿QUIÉN, o QUÉ soy yo?’. Esta pregunta resume la esencia de la búsqueda espiritual. LO QUE NO SOMOS Y LO QUE SOMOS El primer paso es tener un sentido básico de lo que podría ser nuestra verdadera naturaleza. Lo que somos, sea lo que fuere, debe estar constantemente con nosotros. Las cualidades de nuestra naturaleza esencial deben estar invariablemente presentes en quienes somos. Las cosas que surgen y pasan, o que sufren cambios, no pueden ser características esenciales de nosotros 3
  • 4. mismos. Dada esta premisa, nada de lo que sigue puede ser la esencia de lo que somos, porque todas estas cosas aparecen y desaparecen: Pensamientos Sentimientos Sensaciones Percepciones Experiencias Estados Objetos percibidos Todas estas son apariencias que vienen y van. Ni una sola de ellas permanece constante en nuestra experiencia directa. Por esta razón no califican como ‘candidatas’ para nuestra verdadera naturaleza. Al no ser la esencia de lo que somos, debemos descartarlas. ¿Y qué queda? ¿Hay alguna cosa que no hayamos considerado? Uno podría concluir que esta lista agota todo lo disponible en nuestra experiencia, y que no hay nada que hayamos olvidado considerar. Si fuera verdad, nuestra verdadera naturaleza tendría que ser inexistente. Pero esta conclusión es prematura. Aun cuando esta lista es bastante exhaustiva, hay todavía algo más a considerar. En primer lugar hay un sentido de SER, el sentido de que ‘somos’. Pese al siempre-cambiante flujo de experiencias, sabemos también que estamos presentes, que existimos. Sabemos que permanecemos presentes, en y a través de esas experiencias cambiantes. De otro modo, ¿cómo podríamos saber de la presencia de esas experiencias? Además, esta presencia no es vacía o inerte. Es CONSCIENTE, cognoscente. Este sentido de estar presente y consciente debe de ser lo que somos, porque es lo único que resta luego de haber agotado todas las otras posibilidades. Esta comprensión proporciona la clave esencial de aquello que ha de ser conocido en el conocimiento-de-Sí. Es nuestra verdadera identidad PRESENTE. La característica esencial de esta naturaleza verdadera es la de ser presente y consciente. Nuestra presencia ES, y es CONSCIENTE. Como quedará claro en lo que sigue, no estamos tratando de dos cosas diferentes aquí (esto es, presencia y conciencia). En lugar de ello, estamos reconociendo un principio que puede ser visto de diferentes maneras o señalado con dos diferentes etiquetas, las cuales se refieren a la misma ‘cosa’ básica. 4
  • 5. Simplemente, para clarificar términos, en lo que se refiere al sentido de SER PRESENTE [estar presente], uso indistintamente los siguientes términos: ‘presencia’, ‘ser’, ‘existencia’ o el ‘sentido de que ERES’. En lo que se refiere al aspecto consciente de nuestra naturaleza, utilizo los siguientes términos: ‘conciencia’, o directamente ‘conocer’, entre otros. Además, debido a que nos estamos ocupando de un principio o fenómeno singular (nuestra naturaleza verdadera), en algunas ocasiones utilizo términos con guiones, como presencia-conciencia, ser-conciencia, existenciaconciencia, conciencia-presencia, y así seguido. En todos los casos, los indicadores se refieren al mismo principio, tu verdadera naturaleza esencial: en suma, lo que tú eres. Así que nuestra verdadera naturaleza es ese principio dentro de nosotros que está PRESENTE y CONSCIENTE. Ahora que sabemos esto, tenemos un claro sentido de lo que se está señalando en las enseñanzas No-Duales. Una vez que tenemos esta comprensión esencial, todo lo que resta es echarle una mirada y apreciar de modo completo lo que nuestra presente naturaleza verdadera es. Recuerda, esto no consiste en conseguir algo que no está presente. Más bien consiste en la comprensión de algo que ha estado siempre presente, pero no del todo reconocido o apreciado. LAS PREGUNTAS: UN MEDIO DE APROXIMACIÓN DIRECTA DE RECONOCIMIENTO NO-CONCEPTUAL Para facilitar este reconocimiento voy a proponer una serie de preguntas. Estas preguntas están diseñadas para poner de relieve diversas facetas de nuestro verdadero ser. Servirán para encarnar el reconocimiento de lo que tú YA ERES, aquello que está ya completamente presente, pero quizás no del todo reconocido. Así, nuestra verdadera naturaleza se tornará muy claramente evidente. Deberás responder a las preguntas refiriéndote a tu experiencia directa. No las respondas pensando o especulando en torno a ellas. Mira en tu experiencia inmediata y responde desde tu propio conocimiento directo, no-conceptual, no teorético. Respondiendo a estas preguntas por ti mismo, diversos aspectos de tu naturaleza verdadera quedarán claramente a la vista, no sobre la base de la teoría o la especulación, sino a través del conocimiento directo, de primera mano. Simplemente para enfatizar este punto: no intentes responder a estas preguntas a través del proceso del pensar, del 5
  • 6. conceptualizar o razonar. Todas estas cosas son sólo operaciones mentales. Lo que quedará claro, si no lo está ya, es que nuestra verdadera naturaleza no puede ser comprendida o captada a través del instrumento del pensamiento. Asegúrate de responder a estas preguntas por ti mismo, antes de leer cualquiera de los comentarios que siguen. Los comentarios pretenden clarificar y desplegar las implicaciones de las preguntas. [1.] ¿Puedes reconocer el sentido de que estás presente, de que tú eres? Y además, ¿puedes reconocer el hecho de la conciencia? Comentario: El hecho de estar PRESENTE y la capacidad de CONCIENCIA deberían ser intuitiva y directamente obvios, incluso sin reflexión alguna. Nadie puede decir: ‘Yo no soy’. Incluso para aseverar que no eres, tú debes estar presente para hacer esa aseveración. En cuanto se refiere a la conciencia: claramente, todos los pensamientos, sentimientos, sensaciones y experiencias están siendo ‘conocidas’. Ellas se están registrando en algún principio de conocimiento o cognición. Por otro lado, ¿cómo podríamos saber o hablar de ello? Nadie puede decir que la conciencia no está presente, porque la misma aserción surge como un ‘objeto’ en la conciencia presente. Todos deben reconocer el hecho de la existencia-conciencia. Lo que significa que la pregunta [1.] deberá ser respondida afirmativamente. Cualquier intento de responder negativamente (por ejemplo, ‘yo no existo’ o ‘yo no estoy consciente’) tan sólo confirma lo que uno está intentando negar. Tú debes estar presente y consciente incluso para aseverar que no estás presente ni consciente. De modo que la respuesta negativa falla. El punto clave es ver que eres tú quien responde a la pregunta afirmativamente, porque SER y CONCIENCIA son claramente reconocidos, no como conceptos o teorías sino como hechos innegables, no-conceptuales. Esto significa que, ahora mismo, tienes un claro reconocimiento, de primera mano, del sentido de SER y de la presencia de la CONCIENCIA. Si dudas de esto, pregúntate a ti mismo si el hecho de estar presente es teorético o real. Debido a que SER y CONCIENCIA son lo que tu verdadera naturaleza es, afirmar la presencia de ambas significa que tú estás experimentando directamente el conocimiento-de-Sí, no como una teoría sino como un reconocimiento viviente. La implicación es que 6
  • 7. el conocimiento-de-Sí, o el directo reconocimiento de tu verdadera naturaleza, está ocurriendo ya, AHORA. Todo el mundo es y sabe que es. Este reconocimiento es, realmente, total y completo conocimiento-de-Sí. Las enormes implicaciones de esta afirmación quedarán claras en lo que queda de la discusión. [2.] ¿Necesitaste pensar para advertir el hecho de ‘ser’ y de la ‘conciencia’? Comentario: Este es un punto sutil, pero muy profundo. Advierte que cuando eres interrogado sobre el sentido de SER o sobre la capacidad de CONCIENCIA, puedes, inmediata e intuitivamente, afirmar la presencia de ambas. No necesitas la referencia al pensamiento ni comprometer el uso de la razón para responder. Incluso antes de la activación de la mente para expresar alguna respuesta, la respuesta afirmativa se conoce ya. Esto muestra que el reconocimiento de la verdadera naturaleza de Sí no es un producto del pensar. Es conocimiento no-conceptual, inmediato. Si tienes el hábito de utilizar la mente como tu principal instrumento o herramienta de conocimiento, este punto podría no resultar obvio. De hecho, puede que te sientas confundido, pensando ‘¿pero de qué diablos está hablando?’. Esto es porque la mente trata con conceptos. SER no es un concepto. CONCIENCIA no es un concepto. En verdad, la mente no tiene la capacidad de reconocer tu naturaleza verdadera. Este es el porqué a menudo se escucha afirmaciones como: ‘La mente no puede comprender esto’, y así seguido. Ello quedará claro a medida que prosigamos. [3.] Advierte el hecho de estar presente y consciente. Nota también que diversos pensamientos, sentimientos, sensaciones y experiencias están surgiendo y desapareciendo en esta presencia consciente. Mientras notas estas experiencias cambiantes, ¿cambia en lo absoluto el sentido de estar presente y consciente? ¿Desaparece? ¿Oscila? ¿Viene y va? Comentario: El punto aquí es advertir un hecho sencillo pero profundo. No sólo el sentido de ser-conciencia está presente ahora, sino que la presencia o ausencia de pensamientos, sentimientos, sensaciones y otras experiencias, no afectan este sentido de ninguna manera. Por ejemplo, el aparecer y desaparecer de los 7
  • 8. pensamientos no cambian el hecho de estar presente y consciente. Tu presencia permanece inmodificada e imperturbada a través de todas las apariencias. Ser-conciencia es realmente el constante telón de fondo, brillando a través de todas las experiencias, sin cambio alguno. Empieza a notar esto por ti mismo. Es un hecho que nosotros probablemente hemos pasado por alto. Estamos generalmente tan cautivados por las experiencias que pasamos por alto totalmente el ser-conciencia, que es el necesario telón de fondo de todas ellas. Por ejemplo, ¿cuántos pensamientos, sentimientos o percepciones puedes tener sin la presencia de tu existencia y conciencia? No muchos… ¡En realidad, ninguno! Una vez que comienzas a reconocer la presencia del ser-conciencia, su naturaleza inmutable se torna transparente con un poquito de investigación. [4.] ¿Tienes que esperar el ‘futuro’ para reconocer esto (es decir, el sentido de SER y de SER CONSCIENTE)? Comentario: Debería haber quedado claro que tú no tienes que esperar el ‘futuro’ para conocer el hecho de SER y la presencia de la CONCIENCIA. Ser y conciencia no ocurren en el futuro. Ellos son hechos presentes. Y son reconocidos y confirmados sólo en el presente. Esto significa que el reconocimiento del ser-conciencia es siempre en el presente, en el ‘aquí y ahora’. No es, por tanto, algo que vendrá a nosotros como un evento o experiencia ‘futuros’. Serconciencia —que hemos determinado como nuestra naturaleza esencial— está ya aquí. Una implicación importante de ello es que cualquier enseñanza espiritual que confía en el tiempo o que posiciona alguna realización en el ‘futuro’ es, evidentemente, dualística, y en desarmonía con el mensaje básico de la NoDualidad. El objetivo de las enseñanzas No-Duales es el claro reconocimiento-de-Sí. Nuestra verdadera naturaleza o Yo esencial no reside en el futuro. Por tanto, cualquier doctrina que se apoye en alguna condición o estado ‘futuros’, aun si es denominado evento de ‘despertar’ o ‘iluminación’, está operando en el reino de la dualidad. [5.] ¿Necesitas emprender una práctica, técnica o ejercicio para reconocer el ser-conciencia? 8
  • 9. Comentario: Para reconocer el presente ser-conciencia, ¿son necesarios alguna técnica, proceso o ejercicio? La respuesta debe ser negativa. Nadie necesita hacer nada para estar presente. Nadie tiene que hacer nada para generar conciencia. De hecho, es todo lo contrario: para hacer o emprender cualquier cosa, el sentido de existencia-conciencia debe estar ya presente como prerrequisito. Aquellos que están practicando, esforzándose y ejercitándose con el objeto de lograr alguna meta espiritual, han colocado la carreta delante de los caballos. El conocimiento-de-Sí, que es el reconocimiento de tu verdadera naturaleza, no es el resultado de práctica alguna en absoluto. Las prácticas y aproximaciones están muy bien para logros y cumplimientos relativos, pero son enteramente inútiles en el caso del conocimiento-de-Sí. De hecho, son peor que inútiles, porque al perseguir tales prácticas estamos negando activamente el reconocimiento esencial de que nuestra verdadera naturaleza está YA aquí y ahora. Reconocer nuestra verdadera naturaleza no requiere de ninguna práctica o técnica, cualesquiera que sean. [6.] ¿Necesitas leer un libro espiritual para reconocer el serconciencia? Comentario: ¿Es necesario leer un libro para advertir el hecho de SER y su natural capacidad de CONCIENCIA? Tú debes responder negativamente. Muchos de nosotros hemos buscado en libros espirituales (o en websites, videos, CDs y demás), con la esperanza de descubrir la verdad de quienes somos. Pero tu Yo no está en un libro, así que el mucho mirar allí no te acercará al conocimiento de quien eres. Reconocer el hecho de ser-conciencia no depende de libros. El único valor real que los libros pueden tener es el de señalar la necesidad de conocer ese principio de serconciencia que está presente dentro de nosotros. Eso nunca está contenido en un libro. De hecho, la fijación en la lectura de libros, o cualquier otra búsqueda objetiva, es a menudo un obstáculo para el claro y simple conocimiento de nuestra verdadera naturaleza. [7.] ¿Es posible que alguien venga y te dé este ser-conciencia, o está ya aquí? 9
  • 10. Comentario: Muchos de nosotros estamos bajo la impresión de que el reconocimiento de quienes somos viene de la influencia de algo o de alguien exterior a nosotros: a través de un maestro, a través de la gracia de Dios o de alguna otra intervención. Pero mira en tu propia experiencia y ve si este es el caso. ¿Es verdad que algún ser desciende sobre nosotros y nos entrega el ser-conciencia desde el exterior? Sin necesidad de ello, el hecho de ser-conciencia está YA disponible. Nada necesita traerse desde el exterior. Esto también muestra por qué el concepto de un maestro ‘despierto’ o ‘iluminado’ que posee alguna maravillosa capacidad o realización que nosotros no tenemos, es un concepto erróneo, dualístico. Tu propio ser natural es lo que se está señalando como real. Aquellos inclinados a hablar mucho de maestros ‘despiertos’, de seres y sabios ‘iluminados’, están claramente operando en el reino de la dualidad. Se les ha escapado la comprensión más fundamental: que de hecho ¡nunca ha habido ningún ser ‘iluminado’ en absoluto! La única verdad digna de considerarse es la verdad del propio ser de uno. Esta verdad es la que, en última instancia, es real. [8.] ¿Necesitas tener una experiencia especial de ‘iluminación’ o ‘despertar’ para ver esto: tu SER y CONCIENCIA presentes? Comentario: Este punto decepcionará a aquellos aficionados a los conceptos de ‘despertar’, ‘iluminación’ y demás nociones dualísticas. Como ‘buscadores’, muchos de nosotros hemos sido adoctrinados en la creencia de que el conocimiento-de-Sí implica alguna comprensión o logro espiritual especial, algún ‘estado de conciencia’ o momento de comprensión extraordinario. ¡Nada podría estar más alejado de la verdad! ¿Tienes que tener algún despertar o iluminación en absoluto para conocer el hecho de serconciencia? A partir de esto, queda inmediatamente claro que toda discusión sobre el despertar o la iluminación son tan sólo historias conceptuales pergeñadas para atraer a los ignorantes. Tales conceptos están bastante alejados de la verdad real. ¡Es increíble cuántos buscadores han sido ‘dopados’ con tales doctrinas dualistas! Ellos están esperando alguna imaginaria iluminación o despertar, al tiempo que pasan por alto el hecho de que lo que está siendo señalado, YA está completamente presente. 10
  • 11. [9.] ¿Necesitas hacer algún esfuerzo para estar presente y consciente? Comentario: Mira en tu experiencia directa y ve si estás haciendo algún esfuerzo en absoluto para ser (o estar) consciente. Debería quedar inmediatamente claro que ni el ser ni la conciencia dependen de tu esfuerzo. Tú no luchas para estar presente y consciente. Ser y conciencia están naturalmente presentes, sin esfuerzo. No son algo que tú ‘haces’. Más bien, son algo que YA ES EL CASO. ¿Cuántos de nosotros hemos estado bajo la impresión de que el reconocimiento de lo que es real (nuestro verdadero SíMismo) viene como resultado del esfuerzo, de la lucha o de la resistencia? Tu propio VER DIRECTO muestra que esta asunción, simplemente, no es verdadera. [10.] ¿Puedes ‘tú’ hacer algo para cesar de estar presente y consciente? Comentario: Este es un suplemento de la última pregunta. Nota que no sólo el SER y la CONCIENCIA sin esfuerzo están naturalmente presentes, sino que no hay nada que puedas hacer para detenerlos, erradicarlos o cancelarlos. No puedes ‘apagarlos’, aun si lo quisieras. Ninguna cantidad de pensar, sentir, percibir o experimentar lograrán que el ser-conciencia desaparezca. Esto muestra que no sólo nuestra verdadera naturaleza de Serconciencia está ya presente, sino que no hay nada que podamos hacer para perderla. Esto es completamente lo contrario a la noción común de que nuestra naturaleza es algo distante y difícil de lograr. [11.] ¿Es tu sentido de ser, esta presencia consciente, algo que puedes captar como un objeto? Comentario: Advierte el sentido de ser-conciencia. Ve si es algo que percibes ‘allí fuera’ como algo objetivo aparte de ti mismo. ¿Es esa conciencia esencial algún pensamiento, sentimiento o experiencia que puedas señalar y decir ‘es esto’? Este es un punto sutil. Tú no puedes señalar al ser o a la conciencia como ‘cosas’, como objetos ante ti. El ser-conciencia no tiene una forma, perfil o 11
  • 12. dimensión particulares. Por otro lado, es intuitivamente obvio y claramente conocido en todo momento. Esto podría parecer una paradoja. El ser-conciencia no es un objeto. No puede ser captado por la mente (como un pensamiento), o por los sentidos (como un objeto percibido), y sin embargo, está lo más claramente presente. Su presencia está totalmente más allá de toda duda. Este es el porqué tendemos a pasar por alto la verdad de quienes somos, no porque no estemos presentes, sino porque nuestro ser no puede ser conocido a través de los instrumentos de conocimiento a los que estamos habituados. Razón por la cual, si intentas comprender tu verdadera naturaleza a través de los sentidos o de la mente, se te escapará. Sin embargo, una vez que captas este punto básico, es muy fácil. Tú puedes dejar de utilizar los sentidos o la mente para comprender tu verdadera naturaleza, y confiar en el conocer inmediato, no-conceptual. Tú ERES y SABES QUE ERES. Esto, en sí mismo, es reconocer tu verdadera naturaleza. No es simplemente CONOCER —como si se tratara de algún hecho objetivo— sino también SER. Tú eres lo que conoces, y conoces lo que tú eres. Este es un fenómeno absolutamente único, porque es la única experiencia —si podemos llamarla así— en la cual aquello que está conociendo y lo que está siendo conocido son una y la misma cosa. ‘Ser’ es, y ‘ser’ se conoce a sí mismo. Por ello, nuestra naturaleza esencial es algunas veces mencionada como ‘concienciacognoscente-de-sí’. Ello también muestra que el indicador ‘conciencia’ tiene alguna precedencia sobre el indicador ‘ser’. Para hablar del ser, la conciencia debe estar allí. No puede haber ningún ser del que hablar sin la presencia de la conciencia. El término SER, cuando se utiliza aisladamente, es confiable sólo para comunicar una comprensión parcial de nuestra verdadera naturaleza. Nuestra verdadera naturaleza no sólo está presente, sino vívidamente consciente y cognoscente. El término CONCIENCIA, por otra parte, puede funcionar por sí mismo, porque incluso hablar de conciencia implica que existe, que está presente, de manera que el sentido de SER aparece automáticamente. Este no es el caso con el sentido de SER, pues no trae consigo necesariamente el aspecto de conciencia. Por tanto, entre ambos términos (conciencia y ser), CONCIENCIA es, generalmente, el indicador principal de nuestra verdadera naturaleza. 12
  • 13. [12.] En tu experiencia directa, ¿es eso que tú eres una cosa, y la existencia-conciencia alguna otra, ‘allí fuera’ y aparte? ¿O es que TÚ ERES aquello que está presente y consciente? Comentario: Este es otro modo de considerar la pregunta anterior. El punto aquí es apreciar el hecho de que el serconciencia no es un principio separado de nosotros. No es que nosotros estemos aquí y el ser-conciencia en alguna otra parte, ‘allí fuera’. Más bien, nosotros somos aquello que está presente y consciente. El ser-conciencia no está separado de quienes somos. ES lo que somos. Lo cual significa que lo que somos y el principio de ser-conciencia no son dos cosas diferentes. Esto muestra que la ‘meta’ de las enseñanzas No-Duales no es un objetivo distante. El objetivo real es la revelación de lo que somos. Nuestra verdadera naturaleza y, en último término, la real esencia de las cosas, son una y la misma. Esto es verdadera No-Dualidad. No hay ninguna dualidad o separación entre lo que es real y lo que somos. Esta es la razón de que no haya ningún camino ni meta ni logro, porque lo que hemos estado buscando es lo que ya somos. Y esto muestra por qué nuestra verdadera naturaleza está siempre presente más allá de la necesidad de búsqueda, es imposible de perder, etc. Es ya el caso. El único problema era que no apreciábamos lo que ya estaba aquí. Es por ello que no existe ninguna posibilidad de ‘profundizar’, ‘estabilizar’, ‘madurar’, etc. Todas estas nociones están claramente arraigadas en un sutil concepto de separación o dualidad. Sólo una entidad imaginada que está separada y aparte de la realidad puede soñar en ‘profundizar’, ‘estabilizar’ o lo que ustedes quieran. En el claro VER los hechos, todas estas nociones se descartan como errores conceptuales basados en la ignorancia. La identidad no se vuelve más ‘idéntica’. La conciencia no se vuelve más ‘consciente’. La existencia no se vuelve más ‘existente’. Tú no te vuelves más de lo que tú YA ERES. Algunos ‘populares’ maestros promueven la visión de que, inicialmente, tú te tornas consciente de tu verdadera naturaleza, pero que el camino espiritual sólo ‘comienza’ en este punto. Después de esta revelación inicial, debe seguir —dicen ellos— un período de profundización y estabilización en el conocimiento así obtenido. En algún futuro, cuando todos los impedimentos, las falsas creencias, los condicionamientos o nociones egocéntricas 13
  • 14. hayan sido superados, ‘amanecerá’ la liberación final. Nada podría estar más alejado de la verdad. Tales aproximaciones progresivas son de carácter claramente dualista. Operan en términos de un logro ‘futuro’ que por lo común no está presente, de una serie de impedimentos a la Unidad que son gradualmente ‘superados’ y de una ‘persona’ que puede lograr (o no) un estado especial llamado ‘liberación’. A menudo se asume que el ‘maestro’ está en ese estado final, en tanto que todos sus ‘estudiantes’ se encuentran aún en proceso de aproximación a la comprensión final, a lo largo de un período de tiempo. Es sorprendente que tanta gente, por lo demás muy inteligente, sea tan fácilmente engañada por doctrinas tan patentemente erróneas e ilógicas. Tales enseñanzas florecen, incluso bajo el membrete de ‘NoDualidad’, aun cuando en verdad no son nada de eso. Claramente, aquellos que diseminan o creen en tales aproximaciones pasan por alto totalmente la comprensión esencial de las tradiciones NoDuales. Por un lado se te dice que tu naturaleza ya es libre. Pero luego se afirma, rápidamente, que ‘esto no es aún suficiente’, que es sólo el comienzo, que queda mucho trabajo por hacer y demás absurdos. Así, al descaminado ‘buscador’ se le da una promesa de libertad, pero luego se le empuja de vuelta a doctrinas dualísticas, progresivas, a menudo sin que pueda ver el juego engañoso que se está jugando a sus expensas. Si uno se relaciona con buscadores influenciados por doctrinas tan cuestionables, es posible observar el hecho lamentable de que éstos permanecen interminablemente en el ‘sendero’ esbozado por maestros tan cuestionables. Años o décadas más tarde aún siguen meditando, asistiendo a retiros, ‘encarnando’ la comprensión, pendientes de la esperanza de que el gran ‘despertar’ o ‘iluminación’ finalmente amanecerá. Mientras tanto, vemos a los maestros ascender en rango, influencia y riqueza personales, todo ello a expensas de sus crédulos estudiantes, que aún no han visto el modo de atravesar el absurdo con que se los alimenta. ¡Tanto rollo en torno a la siempre presente libertad! [13.] Se da por sentado que cuerpos y mentes sufren diversas experiencias, como placer y dolor, actividad y calma, etc. Pero, ¿sufre la existencia-conciencia —por y en sí misma— de alguna de estas cosas en su naturaleza intrínseca? 14
  • 15. Comentario: Este último punto es sutil y puede que necesite de una fina mirada para apreciarlo totalmente. Advierte que el cuerpo, la mente y los sentidos tienen, todos ellos, experiencias. Estas experiencias se despliegan en el reino de las apariencias y son dualísticas por naturaleza. Por ejemplo, el cuerpo puede experimentar placer o dolor. Pero ¿experimenta la conciencia, tu verdadera esencia, placer o dolor?… No, porque es el cuerpo el que tiene estas experiencias. La conciencia, en sí misma, es del todo libre e intocada. No está sujeta ni al placer ni al dolor. Ahora mira a la mente. La mente puede experimentar certidumbre o dudas, miedo o seguridad, ‘problemas’ o alegría. Claramente, todos ellos son ‘estados mentales’. Pero ¿sufre la conciencia alguna de estas experiencias? En otras palabras, ¿es tocada o afectada por estos estados mentales? Nuevamente, verás que es la mente la afectada, y no tu verdadera naturaleza o conciencia. ¿Qué significa esto? Significa que nuestra verdadera naturaleza está totalmente libre de sufrimiento, dolor, temor, problemas, dudas, preguntas, preocupaciones, etc. Está también libre de todos sus opuestos. Ello claramente muestra que lo que tú eres es libre, incondicionado, y más allá de todo dolor, todo sufrimiento y toda duda. Pero esto es describirlo tan sólo en términos de lo que NO ES. Por el lado positivo, podemos decir que es paz imperturbada, plenitud y ‘completud’ que nunca pueden ser perdidas o comprometidas. ¿Por qué? Porque esto es lo que nuestra verdadera naturaleza ES, intrínsecamente. Este reconocimiento completa el cuadro, iluminando otra importante faceta de nuestra verdadera naturaleza. No sólo estamos presentes y conscientes, sino que también SOMOS paz, felicidad y libertad incondicionales. Nuestro único ‘problema’, por decirlo de alguna manera, era que no estábamos apreciando esto que somos y siempre hemos sido verdaderamente. Ninguna de estas cosas ‘llega’ como un logro futuro. Se entiende que es la condición en curso y siemprepresente de aquello que es. Esto es reconocido a través del conocimiento-de-Sí… Aquí tan sólo estamos mencionando las características de lo que ya somos, razón por la cual nunca puede haber una ‘profundización’ o ‘estabilización’ sino, únicamente, un profundo reconocimiento de lo que YA ES. Toda aproximación que se apoya en el ‘logro’, la ‘estabilización’ o la ‘profundización’ graduales, está aún obrando en términos de la ilusión de que somos algo que no somos. El único remedio para ello es el 15
  • 16. claro conocimiento-de-Sí. No hay ningún ‘logro’ más allá del conocimiento-de-Sí, porque el Sí Mismo, o la naturaleza verdadera, es perfecta plenitud y absoluta libertad. Quien tú eres no está separado de la mismísima Realidad-Una. Hablar sobre algo ‘más allá’ de conocer quién eres es pura ilusión. No hay nada más allá de la No-Dualidad, y TÚ ERES ESO. REVISIÓN DE LOS PUNTOS-CLAVE Revisemos lo que hemos descubierto hasta aquí para unir todas las piezas. Primero, el propósito de la espiritualidad No-Dual (que es la expresión esencial y más profunda de las grandes tradiciones espirituales) es el conocimiento-de-Sí. Cuando miramos para ver lo que somos, encontramos que la única cosa que puede calificar como nuestra naturaleza esencial es el inmutable sentido de nuestro ser, que es tanto existente como consciente. Al mirar en este sentido de ser-conciencia, vemos que éste está ya aquí y es fácilmente reconocible. No sólo está presente, sino que permanece presente e imperturbado en medio de todo pensar, sentir o experimentar. No es algo que ‘llega’ a nosotros como una futura experiencia. No es algo que sacamos de un libro u obtenemos como resultado de prácticas, técnicas o procesos. Ni es algo que llega desde fuera de algún maestro o ser divino o de cualquier otra fuente. No necesitamos una experiencia de ‘iluminación’ o de ‘despertar’ para conocer nuestra verdadera naturaleza. Está presente sin ningún esfuerzo. De hecho, no hay nada que podamos hacer para escapar de ella… Hemos visto que nuestra verdadera naturaleza no es nada objetivo, y no obstante, es claramente evidente, más allá de toda duda. Nosotros no somos algo ‘aparte’ de ser-conciencia: SOMOS ser-conciencia. Así que no hay ninguna separación entre nosotros y la Realidad. Esto es verdadera NoDualidad. Finalmente, hemos visto que esta naturaleza verdadera está total y completamente libre de sufrimiento, preocupaciones, dudas, temor, y conflicto. No sólo está presente y consciente, sino que es paz pura y la libertad misma. Por esta razón, el conocimiento-de-Sí no tiene que ver con alguna experiencia ‘profundizadora’ o de ‘estabilización’ en nuestra verdadera naturaleza, como es sugerido por aquellos que promueven doctrinas gradualistas o dualistas. Eso podría ser únicamente en referencia a alguna imaginaria diferencia 16
  • 17. entre lo que somos y aquello que —imaginamos— podemos llegar a ser en el futuro. También asume la realidad del tiempo, así como la de un ser separado que eventualmente ‘podría’ lograr algún estado especial de despertar o iluminación. Hemos visto que todas estas nociones son dualistas y, claramente, representaciones erróneas de la auténtica No-Dualidad. El conocimiento-de-Sí no es nada si no es una clara comprensión de lo que YA ES. No hay nada más allá del conocimiento-de-Sí, porque el conocimiento-de-Sí es No-Dualidad. No hay nada más allá de la Unicidad. Ninguna cosa más es necesaria, porque es conocimiento y paz totales y ciertos, que no pueden ser contrariados bajo ninguna circunstancia. Indicadores La No-Dualidad trata sobre conocerte a ti mismo, no sobre analizar apariencias. Cuerpo, mente, sentimientos y experiencias vienen y van. Todas ellas son apariencias, y no tu ser verdadero. Si todas esas cosas vienen y van, ¿qué es lo que siempre permanece a pesar de esas cambiantes apariencias? Hay el sentido de ser, que está tanto presente como consciente… No sólo verbalices esto, sino reconócelo como un hecho, como un conocer directo y como una experiencia directa. Tu propio ser es lo único constante. Cuando se niegan las apariencias, ¿qué es lo que queda? ¿Tú desapareciste? ¿Acaso no estás presente y consciente? Esa presencia-conciencia es tu duradera naturaleza real. No puedes negar eso. Es la esencia duradera. Tú no tienes que ‘identificarte’ como eso. Ello sería conceptual. Eres naturalmente y sin esfuerzo, eso. No puedes negar tu ser y su naturaleza consciente. No hay ‘proceso’ subsiguiente. Tratar de ‘ir hacia adelante’ desde ahí, sería retroceder al pensamiento. Simplemente detente ahí y advierte que tú ya eres lo que estás buscando. Todo aparece en el espacio de la presencia cognoscente. En último término, es así de sencillo. Eso eres tú. No hay ningún ‘tú’ 17
  • 18. aparte de eso. No hay nada que hacer, en última instancia, porque eso es lo que tú eres. Una vez que el interés en creencias e identidades se desecha, debido a que ya no se les toma por reales, se hacen presentes un espacio y una apertura mucho mayores. En verdad, ese espacio es brillante, claro, vibrante y lleno de vida. La depresión es un ‘estado mental’ —o apariencia— impulsado a menudo por identidades y creencias residuales ego-céntricas, o, en algunos casos, por desequilibrios psicológicos. Incluso así, tu verdadera naturaleza brilla clara y presente a través de todos ellos. Mantente enfocado en tu verdadera naturaleza y no en los ‘estados mentales’ (apariencias). En esa comprensión, las cosas llegan de modo natural a un equilibrio. ‘Dios’, ‘amor’, o ‘yo eterno’ son palabras o conceptos. Todo lo objetivo es impermanente (incluidas estas palabras). Ese ‘todo lo objetivo’ incluye todo aquello que podemos sentir o conocer, lo cual es tan sólo una apariencia en la mente o un movimiento en el pensamiento. A su vez, el pensamiento aparece y desaparece ante ti. ¿Qué es ese ‘tú’, esa presencia que conoce al pensamiento? El pensamiento es objetivo, pero este ‘tú’ no es un objeto. Tú estás claramente presente, pero no como una ‘cosa’ que pueda ser conocida o comprendida objetivamente. No es un nombre, porque un nombre es otro pensamiento. Tú no eres un pensamiento. De manera que este ‘tú’ no entra en la categoría de los ‘objetos’. Así que este ‘tú’, ¿es impermanente, o no? ¿Qué puedes decir sobre esta presencia cognoscente no-objetiva, no-mental, que tú eres? Es aquí donde la indagación se vuelve interesante. En verdad, este es el quid de todo el asunto. 18
  • 19. Cuando un pensamiento aparece, ¿eres tú ese pensamiento? Cuando ese mismo pensamiento desaparece, ¿desapareces tú también? Piensa en cualquier pensamiento… Míralo surgir, luego ‘ser conocido’, y luego desaparecer. Hay algo presente en ti antes, durante y después de esa experiencia. Conoces el surgimiento, la aparición y la desaparición de ese pensamiento. ¿Cómo podría ese pensamiento ser tú, cuando tú permaneces, incluso mucho después de su desaparición? Por lo tanto, no puedes sostener que tu ser es idéntico al flujo del pensamiento (o a la mente). El pensamiento-yo está en la apariencia, y no es lo que tú eres. No obstante, hay una presencia consciente de ese pensamiento en ti. Básicamente, la conciencia no es un pensamiento. Es ese principio en el cual los pensamientos son registrados. Es tan claro y presente que lo pasamos por alto y lo confundimos con algo que no es. Todas las cosas —que son ‘objetos’— tienen un comienzo, una parte media y un fin. ¿Puede algo que no es un objeto, tener un comienzo, una parte media y un fin? ¿Tienes alguna evidencia de que la conciencia comienza o termina alguna vez, salvo como una especulación de tu parte? Algunos le han llamado ‘no-cosa’, o ‘vacío’. Pero no es un vacío inerte, sin vida. Otros le han llamado vacío que tiene la capacidad de conocer, o vacío cognoscente. Toda la cháchara sobre ‘el penique que cae finalmente’ es conceptual, porque tu ser ya está presente. No es necesario que ocurra nada para ser lo que tú ya eres. Muchos quieren convertir a los ‘maestros’ en algo grandioso, pero esto no gira en torno a algún así llamado ‘maestro’, sino en torno a tu propio ser. Nadie puede dártelo. Únicamente puede ser señalado de manera que puedas echar una mirada por ti mismo. 19
  • 20. No demanda ningún esfuerzo ni tiempo ver lo que tú eres; es necesario tan sólo la disposición para ver lo que ya es claro y obvio. La mente es una herramienta que aparece en la conciencia. La conciencia ya es clara y está presente antes de que surja cualquier pregunta o duda. Detén por un momento la mente y advierte que la conciencia es simple y obvia. No puede ser negada. Está ya aquí, registrando todo. Toda búsqueda, cuestionamiento o indagación te aparta de la simplicidad de lo que ya está presente. Es tan sólo y simplemente ser-conciencia. Es clara y carente de dudas, y está aquí totalmente, en toda su capacidad. Es esa presencia en ti registrando todas las cosas. En ella, pensamientos, sentimientos y percepciones surgen naturalmente y sin esfuerzo. Son apariencias momentáneas, espontáneas. Todas ellas son reveladas a la luz de esta presencia consciente. Esa presencia consciente brilla continuamente, iluminando todas las apariencias a medida que vienen y van. Tú eres ese constante ‘conocedor’, o conciencia. Todos y cada uno de los pensamientos confirman esa presencia de conciencia, en la cual se registran. Esa conciencia es tu verdadero ser duradero. No es una ‘cosa’ que pueda ser captada por los sentidos o conocida por la mente. Mente y sentidos encaran objetos. Sólo pueden registrar objetos. Pero tu ser no es un objeto. Tú eres el sujeto de todos los objetos. Así que es inútil tratar de captar o comprender esto con la mente. Sin embargo, tampoco es difícil, porque la presencia consciente es auto-evidente, está aquí mismo, sin esfuerzo. Es innegable. No es una ‘persona’ o ‘yo’ defectuoso. Es como el espacio: conciencia abierta ‘i-limitada’. No es una cosa. Los sentimientos, pensamientos y percepciones vienen y van. No hay en ellos evidencia de alguna persona limitada o defectuosa en lo absoluto. No hay ninguna evidencia de algún ser, persona, individuo o ‘yo separado’. Mira por ti mismo, y ve si puedes encontrar algún yo separado. ¿Dónde está? El ‘ver’ ocurre. Después decimos ‘yo veo’. El ‘yo’ no estaba allí en el ‘ver’. Es tan sólo una asunción. No hay ninguna cosa que sea un ‘yo’. ‘Yo’ es tan sólo un pensamiento, y tú no eres ese pensamiento, ni ningún otro. Tú eres la pura conciencia misma. Aquí y ahora, tu naturaleza existe, es consciente y luminosa, serena y pacífica. 20
  • 21. Si tratas de rastrear en el pensamiento y encontrar allí alguna‘respuesta’ o confirmación mental, se te escapará la total simplicidad del asunto. Antes de que el siguiente pensamiento aparezca, tú ya estás presente y consciente. Y esto es… eso. Ve tan sólo lo que es claro y presente en ti. Cualquier cosa puede ocurrir. Simplemente fluye con el funcionamiento natural e inteligente. Recuerda: no hay ninguna ‘persona’ en la ‘mezcla’, ninguna ‘persona’ que pueda hacer, o no hacer. Ninguna cosa que se haga o deje de hacerse cambia la naturaleza básica de tu verdadero ser. Una vez que la identidad como ‘yo separado’ es cuestionada, no hay nadie [ninguno] que pueda hacer o dejar de hacer, ni nadie al que ello preocupe. Todo ocurre simplemente ante tu clara presencia cognoscente. El cuerpo y la mente son únicamente instrumentos para funcionar en el mundo. No son útiles para el auto-conocimiento, así que muy bien podrías usarlos para alguna otra cosa que sea de utilidad. La mente es: o silente o activa. Tú estás presente en ambos estados. Estás conociendo ambos. De hecho, tú eres siempre el constante ‘conocedor’ de todos los estados. ¡Esa presencia está tan ‘presente’, que tendemos a pasarla por alto! Nacimiento, vida, muerte y todo lo demás, aparece y desaparece, pero nada ocurre realmente. Es todo apariencia. Al final, la cuenta es nula. Pero el ser-conciencia permanece, pleno, claro, e iluminándolo todo, sin pausa. Ninguna separación de eso ocurrió jamás. El palo o trozo de madera utilizado para encender la ‘pira’ —que es el mirar e indagar— es arrojado a las llamas y no queda nada. No hay ninguna No-Dualidad ni nada más que hacer. Ningún concepto espiritual, ni pregunta, ni nada que comprender. 21
  • 22. Tu verdadera naturaleza es conciencia ordinaria, cotidiana, simple. No es cuestión de identificarte con ella. Ya has visto que no hay ningún ‘yo’, que este es tan sólo un pensamiento. Tú no eres eso. Así que, ¿quién queda allí que necesite hacer alguna cosa? Tú dices: ‘¡Pero es que aún no logro identificar mi verdadera naturaleza como conciencia!’, o ‘¡aún no veo la Unicidad!’. ¡Ese es el ‘yo’ tratando de ‘colarse’ de nuevo en la ecuación! Ve eso, y ‘deja ir’ a los pensamientos. Son tan sólo más ejemplos de pensamiento ego-céntrico. ¡No portan ninguna respuesta porque no hay ningún ‘yo’ allí que pueda responder! Así que deja las dudas desaparecer. ¿Es tu ser algo ‘dudoso’? ¿Hay algún problema con estar presente y consciente? Ve esto y no tendrás más problemas con ninguna pregunta o duda, pues todas ellas presuponen que te has alejado de tu verdadera naturaleza. Pero no lo has hecho. ¡Nunca! Quedar atrapado en apariencias se debe al hecho de estar confundidos sobre nuestra identidad y de asumir, tácitamente, que estamos ‘en’ las apariencias. Es decir, nos hemos identificado con ellas. Ver lo que verdaderamente eres te coloca en la perspectiva correcta, y entonces las cosas llegan naturalmente a un balance. Buscar quién eres en las apariencias es fútil, porque tu ser no es una ‘cosa’ u ‘objeto’ que resida en la apariencia. Tú eres eso ante quien las apariencias surgen. Este punto, tan sencillo, a menudo se pasa por alto. No hay ‘cambios’ ni ‘logros’ involucrados. Estos conceptos son muy engañosos y yerran el blanco por completo. Vuelve siempre a lo que ya eres. Pensamientos, preguntas y dudas están en la mente. Siempre están basados en la noción de que tú eres un ‘yo separado’, aparte de la conciencia. Pero ¿alguna vez lo estás? Al volver a la experiencia factual, ves que tú eres eso que está presente y consciente. Y esa es la realidad duradera que sostiene todas las apariencias, incluidos los pensamientos. Así que tú ya eres lo que estás buscando. Simplemente permanece como eso. ¿Podrías acaso hacer alguna otra cosa? La separación es sólo imaginaria, nunca real. 22
  • 23. El estado natural: un diálogo extenso Pregunta: He estado estudiando Dzogchen los últimos quince años o algo así. En tu libro dices que pasaste el tiempo suficiente con ‘Sailor’ Bob Adamson como para que fuera capaz de llevarte a una detención. John: Sí. Podría decirse eso. P: He preparado algunas preguntas. Algunas ya han sido respondidas luego de la lectura de tu libro: Shining in Plain View [Brillando a plena luz]. Luego de la lectura de tu libro todo quedó bastante más asentado. Me torné suspicaz con los pensamientos. Entiendo que, en tanto haya una sensación de un ‘perceptor’ —y hasta que el ‘perceptor’ no se disuelva—, todavía concluirá uno que el falso ‘yo’ es real. Dices que tienes que llegar a una directa realización de que el ‘yo’ no existe. Eso ‘resuena’ realmente. Pero dices también que hay un sentido de ‘ser’, un sentido de ‘observar’. A mí me ocurre todo eso también, pero aún tiendo a llamar a eso ‘yo’. John: Mmm… P: Me pregunto cuánto de mi confusión se debe a la semántica, basada en diferentes tradiciones. John: He estado al tanto de diversas enseñanzas No-Duales por quince o veinte años, más o menos, principalmente a través de lecturas y encuentros con unos pocos maestros occidentales. Cuando conocí a ‘Sailor’ Bob, encontré a alguien que había tenido un maestro viviente: Nisargadatta Maharaj. Nisargadatta era un aclamado maestro de la tradición Navnath Sampradaya de la India occidental. Esa tradición se remonta a través de nueve maestros hasta el siglo XI, y luego más atrás aún hasta el mítico gurú Dattatreya. En cualquier caso, luego de un periodo de años de búsqueda y de intentar diversas aproximaciones espirituales, ‘Sailor’ Bob obtuvo las respuestas a sus preguntas cuando conoció a Nisargadatta Maharaj. 23
  • 24. Para mí, conocer a ‘Sailor’ Bob fue algo muy diferente a mis anteriores experiencias. Sentarse a conversar con él realmente clarificó las cosas para mí. Como resultado, soy un firme creyente en la importancia de un contacto tal. Todas las tradiciones dicen que la comprensión esencial no es conceptual. No es mental. No es un objeto a ser alcanzado. No es algo en que la mente pueda trabajar. Cuando leemos estos indicadores en los libros, casi invariablemente los reformulamos nuevamente como conceptos y los volvemos algo objetivo. Como resultado, tendemos a pasar por alto el punto esencial. Así que lo que hizo por Bob su maestro, y lo que Bob hizo por mí, fue señalar los fundamentos, manteniendo las cosas muy simples, muy directas y claras. Y, por supuesto, todo ello en el contexto de su propia experiencia directa. Eso es lo que yo también estoy tratando de hacer al compartir esto. Ahora bien, en el budismo tibetano, hasta donde sé, siempre están hablando de algo que ellos llaman ‘conciencia intrínseca’. En mi visión esa es ‘toda la enchilada’, por decirlo así. Es el corazón. En el Advaita Vedanta tienen una cosa similar. Así que, en el intento de apreciar estas enseñanzas, lo más importante es clarificar con precisión aquello de lo que están hablando. ¿Qué es lo que nos están señalando que debamos comprender? A menudo, estas tradiciones dicen que reconocer nuestra verdadera naturaleza como esta conciencia esencial, es sinónimo de libertad. E inversamente, no estar consciente de ella es la definición de un ser que sufre bajo el dominio de la ignorancia. Tú estás al tanto de estas enseñanzas desde muchos años atrás. ¿Es esta parte clara para ti? ¿Comprendes lo que se está señalando con la palabra ‘conciencia’ y demás otras? P: Sí, lo que dices es claro. La única diferencia para mí es que, cuando la conciencia es vista bajo la lente del ego se vuelve ‘conciencia de’. John: Se podría decir eso. Eso es muy similar a la diferencia que Nisargadatta establecía a menudo. En sus diálogos él distingue entre ‘conciencia de’ y ‘conciencia’. P: Sí. Hay una gran diferencia. 24
  • 25. John: Bueno, es cuestión de palabras. Depende de lo que quieras significar con ellas. La conciencia, tal como Nisargadatta utiliza el término, es un producto material que surge cuando el cuerpo es concebido, y que subsiguientemente se disuelve con la muerte. Esta ‘conciencia’ (a la que podríamos llamar ‘mente’) nos permite concebir pensamientos y generar el sentido de ‘yo soy’ como un pensamiento o experiencia. Este sentido de ‘yo soy’ depende de la conciencia-mente, la cual a su turno depende del cuerpo. Así que incluso el sentido de ‘yo soy’ es impermanente. Pero como Nisargadatta continúa diciendo, tú estás aún presente como esa pura conciencia que está conociendo el surgimiento y la ‘puesta’ de esa (relativa) ‘conciencia’. Él a veces preguntaba: ‘¿Qué eras tú ocho días antes de ser concebido?’. El interlocutor podía responder: ‘No lo sé’. La razón de ello es que el cuerpo y la ‘conciencia’ no estaban presentes. No había ningún instrumento para registrar ni decir nada. Nisargadatta decía entonces: ‘Aquello (en ti) en lo cual ese pensamiento ‘no lo sé’ surge, estaba allí. Eso es lo que tú eres’. Algunas veces él se refería a eso como ‘pura conciencia’ o ‘puro ser’. Dado que no es un ‘objeto’, no puede ser conocida objetivamente. Sin embargo, es auto-cognoscente. No puedes conocerla como un ‘objeto’, pero tampoco puedes negarla porque su presencia es auto-evidente. Es la innegable presencia registrando incluso el sentido de ‘yo soy’. Podrías decir que es la pura presencia sin palabras, más allá del sentido del ‘yo soy’. P: ¡Otra cosa! La claridad es definida muy específicamente en Dzogchen como ‘ningún perceptor’. También se dice que la conciencia es consciente de sí misma. John: Bien. P: Sin embargo, primero la conciencia ingresa en rigpa (conciencia intrínseca). Cuando la conciencia entra en rigpa, la creencia en el yo desaparece. Pero el perceptor se disuelve en una vasta expansión abierta, tal como es descrito por Longchempa (maestro Dzogchen del siglo XIII). Entonces tú estás simplemente siendo en este momento, lo cual es inefable, indefinible, totalmente radiante, expansivo, luminoso: todas esas cosas. Y no hay ningún sentido de ‘mí’. Longchempa decía: ‘Descansa sin reificar un objeto externo, sin reificar un yo interno’. No estamos 25
  • 26. tornando esto (señalando un vaso en la mesa) en un ‘vaso’ mediante la definición conceptual, y no estamos tornando esto (señalando el corazón) en un ‘perceptor’. Estas son cosas que se ‘sienten’ intrínsecamente verdaderas en todo ese proceso. Sin embargo, en este punto hay aún un yo ‘tratando’ de verlo. Cuando leía tu libro, hubo un momento en que toda esta conceptualización se detuvo. Pero entonces regresó nuevamente. John: Hablaré sobre esto en mis propios términos. Será mucho más simple que el enfoque tradicional. Puedes aproximarte a esto desde la perspectiva de la especulación filosófica y hacer montones de sutiles distinciones sobre las cosas. Es un intento de articular lo que está ocurriendo a un nivel muy, muy sutil de experiencia y lenguaje. Eso está muy bien. Yo disfruto de ello hasta cierto punto. Pero en cuanto a llegar al punto esencial de reconocer quiénes somos y ‘salirnos’ del sufrimiento, es verdaderamente del todo más simple. Así que déjame presentarlo como yo lo presento. P: Bien. John: Todas las enseñanzas de la No-Dualidad señalan básicamente la presencia de ‘algo’ en nosotros a ser reconocido como nuestra naturaleza esencial. Así que la pregunta —el quid de todo ello— es: ¿Qué es esta naturaleza esencial? Lo interesante aquí es que no estamos buscando algo que no esté presente. No estamos buscando algo en el futuro. No estamos buscando algo que sea un diferente estado de conciencia, o alguna experiencia. En lo absoluto. Estamos arrancando desde la perspectiva de que nuestra verdadera naturaleza intrínseca ya está presente y siempre lo ha estado. Debe estar completamente presente ahora. Tener un claro reconocimiento de esto es el corazón de todo. E inversamente, no estar claros sobre nuestra verdadera naturaleza, estar equivocados sobre lo que esta es y concebir erróneamente quiénes somos, es la ignorancia o incomprensión fundamental. Este no-reconocimiento se convierte en la causa de todos los subsiguientes malentendidos, apegos y confusiones. Así que, a menudo, yo hablo de dos aspectos. Uno es señalar la verdad positiva de quienes somos. El otro es disolver la idea errónea de aquello que equivocadamente tomamos por nuestra identidad. Estos dos aspectos son en realidad la misma cosa. Es simplemente 26
  • 27. decirla de dos maneras diferentes. Como Nisargadatta decía: ‘Tú puedes empujar o puedes jalar la carreta. No importa cuál, siempre que la mantengas rodando’. Al rechazar la creencia errónea de quien tú eres, lo que va quedando es tu verdadera naturaleza. Por el otro lado, si clarificas la verdad de quien tú eres, entonces esa comprensión disuelve las ideas erróneas. Es tan sólo un asunto de clarificar la identidad esencial de uno. Así es como lo veo. Nuestra verdadera naturaleza a menudo es señalada como ‘conciencia intrínseca’, o ‘innata’. La pregunta es: ¿Reconocemos eso? ¿Lo vemos por nosotros mismos? ¿Sabemos por nosotros mismos que somos eso? Traigamos esto al momento presente y hagámoslo más simple. Aquí mismo, ahora mismo, sentados aquí esta noche, ¿podemos reconocer nuestro ser esencial y su naturaleza consciente? ¿Es enfáticamente claro, sin ninguna duda en absoluto? Si esto no está claro, entonces vamos a ‘mal-percibir’ quién o qué somos. Y ahí mismo surgirá una visión errónea de nosotros mismos. Vamos a aferrarnos a alguna otra cosa, a algún sentido erróneo de ‘yo’. Ahora mismo, en nuestra experiencia directa, esta naturaleza intrínseca debe estar presente. ¿Podemos reconocerla? ¿La conocemos claramente? Debe estar aquí porque nosotros estamos aquí, nuestro ser está presente. El modo en que esto me fue señalado es como sigue: ‘Sailor’ Bob Adamson me hizo hacer una pausa para que reconociera un par de cosas. Una era lo que él llamaba ‘presencia’, o el ‘sentido de ser’, este simple sentido de ‘yo soy’, el reconocimiento de que tú eres. Me preguntó: ‘¿Puedes tú sentir, o saber que estás presente? ¿Hay un sentido de ser?’. Por supuesto, esto es innegable. Y entonces él señaló este ‘sentido de conciencia’, preguntándome: ‘¿Estás consciente? ¿Eres consciente, ahora mismo, de pensamientos, sentimientos y sensaciones ocurriendo?’. Esto era algo que yo podía reconocer. Pienso que cualquiera puede. Básicamente, sabemos claramente que estamos aquí, y que hay conciencia presente… Así que el modo en que él introducía esto era señalar este innegable sentido de presenciaconciencia y hacernos mirar eso. Esto es realmente la esencia. En esto va a parar: reconocer esta presencia de conciencia que está con nosotros ahora mismo. Esto es importante, porque a menudo estamos bajo la impresión de que es algo muy ‘sutil’. Imaginamos que es difícil de ver, o que algo extraordinario tiene que ocurrir antes de que esto se revele. Lo 27
  • 28. interesante de esta aproximación es cuán simple es. La presencia de conciencia es realmente lo que estas tradiciones están señalando como nuestra identidad. Ella ya está aquí. Es simplemente evidente y conocida. Cuando haces una pausa y reflexionas en el hecho de que ‘tú eres’, notas que este sentido de ser no es inerte. Es del todo vívido. Es del todo consciente. Así que esta conciencia presente, o presencia-conciencia, o como quieras llamarle, es cristalinamente clara y totalmente disponible. Es muy, muy simple. El hecho de no haberla reconocido es el origen de esta identidad errónea o falso sentido de ‘yo’. El punto que intento comunicar, sentados aquí, es que lo que realmente somos es este sentido desnudo o simple de estar presentes y conscientes. Nada más que eso. Ahora bien, otro modo de aproximarnos a esto es descartar todo aquello que no somos. Por ejemplo, ahora mismo, podemos ver aparecer y desaparecer los pensamientos. Lo mismo ocurre con las sensaciones y percepciones. Estos distintos objetos vienen y van. Son transitorios. No permanecen con nosotros por algún espacio de tiempo. Así que no pueden ser la esencia de quienes somos. Si apartas a un lado todo ello y miras qué es lo que queda (aparte de todo ello), encontrarás que aún queda algo presente. Tú estás aún aquí, y sabes que estás aquí. Tu presencia continúa, a pesar de las cambiantes experiencias. Al mismo tiempo que el ir y venir de los pensamientos, hay una conciencia de ellos. Cuando están allí, tú eres consciente de ellos. Cuando desaparecen, tú estás totalmente consciente de que no están allí. Así que esa presencia de conciencia todavía permanece. La clave para reconocer nuestra verdadera naturaleza es advertir que está 100% absolutamente presente. La verdad es que podemos reconocer esto como un hecho muy, muy fácilmente. Lo que tiende a ocurrir es que encontramos difícil admitir que sea tan sencillo. Pensamos: ‘Esto no puede ser quienes somos. ¡Es demasiado obvio! ¡Es demasiado simple! ¡Esto no puede de ningún modo posible ser aquello de lo que se está hablando’. Las cosas cambiaron de una manera drástica para mí luego de que el propio ‘Sailor’ Bob —basado en su experiencia con su maestro y en su propia comprensión— me confirmara que, en efecto, era así de simple. Cuando nos detenemos por un instante y reconocemos el puro sentido de ser y de conciencia, reconocemos de manera directa, absoluta y clara nuestra auténtica naturaleza intrínseca. No es un reconocimiento parcial, momentáneo o vago. 28
  • 29. Estamos cara a cara ante lo que las tradiciones No-Duales han estado señalando todo el tiempo. Es muy raro escuchar esto, o que se nos lo señale así de claro, y mucho menos que empleemos algún tiempo en penetrar su sentido. Debido a la forma en que hemos sido condicionados para ver las cosas, pensamos, muy típicamente: ‘Yo soy esto’. ‘Yo soy aquello’. ‘Yo soy un cuerpo’. ‘Yo soy pensamiento’. ‘Yo soy una persona’. ‘Yo poseo ciertos atributos’. Pero todas estas cosas son conceptos. Esta conciencia inmediata que somos factualmente, no es un concepto en absoluto. No está en la mente. Empiezas a ver la diferencia entre la idea de lo que pensamos ser, y la presencia no-conceptual de quienes somos verdaderamente. Las enseñanzas No-Duales han estado diciendo todo el tiempo que no estamos en la mente, que no somos una imagen, que no somos una construcción en el pensamiento, que no somos algo objetivo. Cuando empiezas a considerarlo, empiezas también a darte cuenta de que es esto precisamente aquello de lo que se trataba. Todas las tradiciones están diciendo básicamente que nuestra verdadera naturaleza es aquello que es real. Reconocerlo es la esencia toda de ello. Entonces la visión de uno cambia de un modo radical. Ciertamente cambió para mí, cuando me di cuenta de que en verdad no estamos buscando algo distante, complicado, o difícil de entender. Una vez que tienes un sentido básico del asunto, empiezas a descubrir cosas bastante increíbles sobre esta presencia-conciencia básica. No hay nada ‘mundano’ en ella. Reconoce entonces por ti mismo tu verdadera naturaleza como este innegable ‘sentido de ser’, que es al mismo tiempo presente y consciente. Advierte que, al tiempo que distintos pensamientos, sentimientos y percepciones surgen y pasan, tu presencia no cambia. ¿Se altera en lo más mínimo este sentido de ser? ¿Se ‘va’ a alguna parte? ¿Ocurre alguna variación? ¿Viene o va? ¿Lo pierdes? Comprende que, en este mirar, no estamos introduciendo nada nuevo en absoluto. Puede que hayamos visto esto años atrás, pero, simplemente, nunca lo habíamos considerado. Es muy importante que este reconocimiento de nuestra naturaleza esencial sea claro y firme. Si no queda claro, la mente retrocederá constantemente al proceso de conceptualización, con todas sus dudas y preguntas. Ello se debe a que la mente está ‘buscando’ saber lo que es verdadero sobre nosotros mismos. Si la verdad de quienes somos no queda clara, la mente tratará de 29
  • 30. responder a esas preguntas volviendo atrás, al único lugar con el que está familiarizada: el proceso conceptual. Así que es esencial reconocer lo que somos y permitir que eso quede muy, muy claro. Hemos visto que nuestra verdadera naturaleza es ese sentido de ser-conciencia. Está ya aquí. Es fácilmente reconocible. Está constantemente con nosotros, y no cambia con las apariencias. P: En el sueño profundo yo no tengo ese sentido. John: Te sugiero familiarizarte con esto presentemente, en el estado de vigilia. Entonces el tema del sueño profundo quedará claro por sí mismo. Pero lo que a menudo ocurre es que, antes de llegar a familiarizarnos con lo que está siendo señalado, dejamos de mirar y saltamos a esos casos especiales, con lo que quedamos enzarzados en la especulación. Hay cantidad de cosas que puedes ver ahora mismo. ¡Hemos tocado apenas la punta del iceberg!… Continuemos mirando en nuestra presente naturaleza verdadera. Parece simple, pero es realmente muy profunda. Hay muchísima profundidad en ella. ¿Necesitas esperar un momento futuro para reconocer lo que tú eres? ¿Cuántos de nosotros hemos estado esperando que ocurriera algo en el futuro, asumiendo de alguna manera que la respuesta estaría allí? Cuando te das cuenta de que esto trata sobre tu naturaleza presente, ves entonces que no tienes que esperar por el futuro. Apartas a un lado ese concepto. ¿Involucra acaso este reconocimiento un camino, una práctica, una técnica o proceso? P: No. John: Es importante ver eso. ¿Hay involucrado en absoluto algún esfuerzo para ‘ser lo que eres’? P: Sólo si estás en un estado de temor o sufrimiento. John: Bien. ¡Te lo estoy preguntando ahora mismo! ¿Estás realizando algún esfuerzo para reconocer que tú eres? P: De acuerdo… No. Pero lo traje a colación porque ese es uno de los temas centrales. 30
  • 31. John: No obstante, encuentras que, en tu experiencia directa, tu conciencia natural ya está presente. Naturalmente y sin esfuerzo. No es un estado que requiere de ‘mantenimiento’. No es algo que tú manufacturas. No es algo que tienes que lograr o conseguir… A menudo hacemos esas asunciones. Pero cuando vemos en la experiencia presente, esas asunciones no son válidas. Continuemos un poco con la investigación. ¿Es esta conciencia innata un ‘objeto’ que ves como algo aparte de ti mismo? En otras palabras, en el reconocimiento de la presencia-conciencia, ¿es ésta algo que está ‘allí’, mientras que tú estás ‘aquí’? ¿Dices: ‘Allí está, y yo estoy aquí’? ¿Es eso lo que en los hechos ves en tu experiencia? ¿Es esta presencia innata de conciencia algo ‘objetivo’, en lo absoluto? Mira por ti mismo. Sabemos que está aquí. Sabemos que somos. Sabemos que estamos conscientes. En el reconocimiento de ello, ¿hay allí algo aparte, con características que puedas captar ‘objetivamente’? ¿Es tu ser una ‘cosa’? ¿Es un pensamiento? ¿Es una percepción particular? P: No lo experimento aún como una totalidad. Experimento todas las cosas en ella. Pero lo que aparece está separado, aparentemente. Así que estoy atascado ahí. John: No perdamos el hilo de lo que estamos viendo aquí. Estamos advirtiendo el hecho de que, hasta donde podemos ver, la presencia —es decir, el sentido de ser-presencia— no es algún pensamiento, o alguna experiencia u objeto que puedas atrapar. No es un ‘objeto’, y sin embargo está presente irrefutablemente, innegablemente… Es algo muy interesante, en verdad. Hay un par de cosas más a considerar para ‘llevarnos a casa’ con nosotros este básico reconocimiento de las cosas… ¿Es que tú eres una cosa y la conciencia otra? ¿Puedes hacer alguna distinción entre la conciencia y tu propia presencia?… Ya hemos visto que la conciencia no es un objeto. Lo que realmente esto significa es que, en los hechos, no hay ninguna separación entre nuestra verdadera naturaleza y aquello que está consciente. Este punto tiene muy profundas implicaciones… ¡Inmensas implicaciones! Las enseñanzas No-Duales nos están diciendo que la naturaleza de la realidad es esta inefable conciencia-presencia. Y, en nuestra experiencia inmediata, descubrimos que esta conciencia es nuestra 31
  • 32. verdadera identidad. Es lo que somos. No podemos hallar ninguna separación entre nosotros mismos y la conciencia. No es que ‘aquí’ estás tú y ‘allí’ está la conciencia. Tú encuentras que ERES aquello que está consciente. Hay finalmente otro aspecto a mencionar. El cuerpo ‘siente’ experiencias, la mente ‘tiene’ pensamientos y sentimientos diversos… Así que, naturalmente, la mente podría tener preguntas, o problemas, o preocupaciones. Todo ello es algo que claramente está ocurriendo en la conciencia. Son pensamientos. O el cuerpo podría estar sintiendo algún dolor o sensación. ¿Pero tiene la presencia de conciencia alguna de esas cosas? ¿Está la conciencia misma sujeta a esas apariencias, o es víctima de ellas? Si establecemos que el sufrimiento psicológico es el producto de la mente —o una apariencia en la mente—, ¿podemos decir que la propia conciencia tiene algún ‘sufrimiento’ o ‘problema’? Si establecemos que es únicamente la mente la que ‘tiene’ pensamientos y sentimientos, entonces podemos empezar a reconocer algo muy interesante: la conciencia —que como hemos visto, es, en efecto, lo que somos— no tiene sufrimiento. No está limitada por él. No está sujeta a los estados del cuerpo o de la mente. Ello nos lleva al re-conocimiento de que la presencia intrínseca, innata, está completamente libre de cualquier limitación o sufrimiento… Revisemos ahora lo que hemos cubierto hasta aquí. Vimos que nuestra verdadera naturaleza es el simple sentido de presenciaconciencia. Está ahí, reconocible, sin esfuerzo. No está en el futuro. No es algo que necesitemos ‘producir’ o ‘mantener’. No es una práctica. No es algo objetivo que podamos captar o ‘agarrar’. No obstante, es totalmente innegable. No podemos encontrar ninguna separación entre nosotros mismos y lo que está presente y consciente. Esencialmente somos eso. Mientras que el cuerpo y la mente experimentan diversos estados y condiciones, la conciencia misma es innatamente libre. Debido a que esta conciencia no es objetiva, no está en el flujo del tiempo. No podemos decir que comienza, cambia o termina. ¿Cómo podría algo que no es un objeto estar sujeto al tiempo o al cambio? Comienzas a vislumbrar una increíble posibilidad que ha estado, siempre, totalmente presente, pero que habías pasado por alto. ¡No se está señalando algo extraño o difícil de comprender! Es tan innato y presente que no hay siquiera necesidad de recurrir a 32
  • 33. conceptos como iluminación, despertar, liberación o cosa similar. Esas cosas son demasiado ‘crudas’, demasiado ‘objetivas’. Cuando esos conceptos se enfatizan, la gente comienza a pensar: ‘Cuando el despertar ocurra, entonces yo estaré allí. Entonces yo veré esto. Entonces sabré de qué se trata’. Resulta que para conocer quién eres no necesitas ninguna de esas cosas, en lo absoluto. Son conceptos inútiles. Mantienen a la gente apartada de la simplicidad y profundidad de las cosas. Si no hemos estado muy claros sobre lo que estas grandes tradiciones señalaban como nuestra verdadera naturaleza, es muy importante escuchar y reconocer esto por ti mismo. Ahora bien, lo que yo encuentro, sin embargo, es que muchos de nosotros hemos escuchado cosas así durante mucho tiempo. Puede que hayamos escuchado sobre ello a través de libros o maestros populares. ¡No era algo extraño para mí, y estoy seguro que para ustedes tampoco! Pero el cambio que ocurrió para mí —a través del contacto con ‘Sailor’ Bob— fue el vívido reconocimiento de cuán próximo, cuán cercano y accesible era esto. Hasta aquel momento no lo tenía claro. Lo que yo pasaba por alto era el hecho de que lo que se está señalando, está ya presente en mi propia experiencia. Todos los maestros que había conocido hasta entonces carecían de una clara comprensión de las cosas, porque, abierta o sutilmente, estaban implicando que el total reconocimiento de quienes somos no estaba inmediatamente presente. Eran incapaces de señalar eso. Sin embargo, eso se puede señalar, y será señalado directamente por aquellos con una comprensión clara y directa. Es lo que los maestros que provienen de las tradiciones No-Duales me han confirmado desde su propia experiencia. Y tú encontrarás que no hay nada más allá de esto. En algún punto, me vi a mí mismo como un ‘buscador’ que estaba básicamente a la caza de la ‘iluminación’, el gran logro futuro. Se me señaló muy rápidamente que eso era tan sólo un ‘concepto’, que estaba buscando en la dirección equivocada. Mientras perseguimos el estado de iluminación, estamos pasando por alto el hecho de que, todo lo que está siendo señalado, está ya, factualmente, aquí. Una vez visto esto, podemos ‘abandonar’ el concepto. Podemos apreciarlo y relajarnos en el reconocimiento del hecho ya presente de lo que somos. ‘Sailor’ Bob me sugería que empezara desde la posición —o desde el reconocimiento— de que ya somos eso. Tú ya conoces eso. Ya está ‘logrado’. ¿Por qué no 33
  • 34. comenzar con esto como tu línea-base, en vez de decir: ‘¿Y dónde está?’ ‘¿Cómo voy a llegar allí?’ ‘Yo no puedo verlo’ ‘Necesito conseguir la iluminación’… Para la mayoría de la gente, este es un cambio radical de perspectiva. Mirar de esta manera te permite desmantelar muchos otros conceptos innecesarios. Por ejemplo, una noción común es que ‘es cuestión de relajarse en nuestra verdadera naturaleza una y otra vez’. Pensamos que de alguna manera esto nos capacitará para quedar más ‘estabilizados’ o ‘próximos’ a ello. Pero eso es una superposición conceptual. No es necesaria. P: Es aún un perceptor. John: Sí. Ya hemos visto que no hay un ‘tú’ como entidad separada, y otra cosa llamada ‘conciencia’. Nada de eso. Vimos que esto es lo que tú eres. Así que, si tú eres esta conciencia y no puedes encontrar ninguna separación, entonces la noción ‘yo voy a relajarme en ella’ es puramente conceptual. Si esto es lo que tú eres, ¿cómo podrías escapar de ello? Ser lo que tú eres es totalmente sin esfuerzo. ¿Quién va a relajarse en ello? Estas creencias y asunciones comienzan a constituirse en obstrucciones conceptuales. Así que hablar de relajarse en la presencia implica que no somos esta presencia. Pero somos esa presencia. Deberíamos reconocer la verdad de lo que ya somos. Una vez que este asunto básico queda señalado —que lo que hemos estado buscando es lo que ya somos—, ves que no hay nada que puedas hacer para ‘lograrlo’, o ‘ampliarlo’. ¿Dónde vas desde allí? Ese es todo el juego. Es como buscar el Polo Norte. Una vez que llegas allí, ¿dónde puedes ir? De cualquier forma que te muevas, siempre te dirigirás al Sur. Así que… ¡ALTO! Viendo tu posición actual, no vas a moverte a ninguna parte porque eso no te llevaría más ‘cerca’. Sin importar cómo te muevas, siempre ‘caerás’ al Sur. Desde este reconocimiento, empiezas a darte cuenta que lo que ha estado demorándote son los conceptos, las creencias erróneas sobre quienes somos. Digamos que yo aún creo en la noción de que la meta es algo distante de mí, y que necesito hacer algo para llegar allí. Esa es una creencia. Basado en ella, asumiré que soy un ser separado, que mi verdadera naturaleza es algo aparte de mí y que estoy progresando hacia ella. Así que ese pensamiento-’yo’, que es 34
  • 35. la noción que establece que ‘yo’ estoy separado de la realidad intrínseca, se convierte en una sólida creencia. Sin embargo, toda la estructura conceptual es tan sólo una apariencia de pensamiento surgiendo y ‘poniéndose’ en esta conciencia presente. Esa conciencia está ya en la meta, y tú ya eres eso. Así que toda la estructura conceptual es un malentendido. No obstante, causa sufrimiento. En vez de realizar la ya presente libertad, la mente concibe una separación. Creemos que somos algo separado. El sentido de limitación aparece y la mente comienza a construir una estructura conceptual sobre cómo lograr la Unidad. Pero no tiene valor, porque tú no estás separado. A medida que estos conceptos son señalados, pueden ser vistos y descartados. Una carga cae. Cada vez que pones sobre el tapete una de estas estructuras conceptuales, tú la reconoces y la creencia queda descartada. El sufrimiento y la esclavitud envueltas en ello caen de tus hombros. Es importante entender de dónde vienen los conceptos, en qué arraigan y cómo funciona ese mecanismo. Una vez visto que el concepto de un ‘yo’ separado y todas las nociones relacionadas no son válidas, ya no crees en ellas. Al no aferrarte a ellas, ¿dónde quedas? Quedas naturalmente y sin esfuerzo en la verdadera naturaleza que tú eres, sin ningún sufrimiento (debido a la creencia en falsos conceptos). No estás realmente ‘ganando’ nada sino, simplemente, descartando los conceptos que estaban generando un sufrimiento innecesario (todo basado en conceptos). En mi experiencia, lo que sucedió fue que la naturaleza auténtica me fue señalada y vista muy claramente. Pero, entonces, mis dudas, temores y creencias del pasado surgían en medio de este claro conocimiento de mi identidad como conciencia. Ello me confundía y ‘disparaba’ el sufrimiento. Pero luego comencé a ver lo que estaba ocurriendo. Los conceptos erróneos —basados en la visión de un ‘yo’ limitado— que la mente había recogido en el pasado, iban apareciendo, y la energía de la creencia fluía hacia ellos. Yo estaba asumiendo esos pensamientos como afirmaciones válidas sobre mí mismo, y los tomaba en serio. La clara y simple verdad de quien yo soy estaba siendo pasada por alto. No era nada más complicado que eso, pero en todos esos años de búsqueda yo había estado obviando este punto básico. La vasta mayoría de buscadores que van por ahí no están claros en cuanto al básico reconocimiento de su verdadera naturaleza. 35
  • 36. Simplemente no lo están. Y esto se aplica incluso a aquellos interesados en el budismo, en el Zen, en Dzogchen, en el Advaita Vedanta u otros modernos derivados de estas tradiciones. P: Las enseñanzas esenciales raramente se dan alguna vez, incluso en la comunidad Dzogchen. Así que la mayor parte de practicantes carecen de ese básico reconocimiento. John: En mi opinión, no hay mucha gente por ahí que hable sobre esto de una manera directa (sin ‘mezclarlo’ con conceptos innecesarios). ‘Sailor’ Bob lo hace. Quizás haya unos pocos más. Los puntos básicos están incluidos, obviamente, en las tradiciones, pero cuando examinas el mercado espiritual corriente, raramente ves esto presentado de un modo tan claro. Es muy, muy importante tener una directa señalización de tu verdadera naturaleza. Lo mejor, a menudo, es tener esto señalado en una conversación viva, cara a cara, de manera que puedas oírlo, resonar con ello, formular preguntas, y permitir que ello penetre en tu experiencia directa. Es difícil, si no imposible, leer sobre lo que estoy hablando y extraer de ello algún sentido. Esto es enteramente no-conceptual. Así que, si tú lees un libro sobre la presenciaconciencia, puede que pienses: ‘Esta es una idea interesante. Suena realmente increíble. Quiero entenderla’. Pero cuando el punto básico de esto hace CLIC en tu experiencia directa y tienes un ‘sabor’ de ello por ti mismo, hay un significativo punto de quiebre. Entonces tú sabes que lo que está siendo señalado no está en los libros. No es algo ‘especial’ que los maestros poseen. No es algo distante en absoluto. Sabes que, dondequiera que vayas, todo lo que fue señalado está brillando en tu experiencia directa como ese innegable sentido de ser-conciencia que está ya aquí. Esto es aquello de lo que siempre estaban hablando los maestros. ¡Ahora tú lo sabes!… Esto quedó muy claro para mí después de hablar con ‘Sailor’ Bob. Súbitamente, el quid de todo ello se hizo patente. Después de todos aquellos años, sabía de lo que estaban hablando. Quedó claro para mí qué era esto realmente. Vi que mis dudas, temores, preocupaciones y problemas ‘erupcionarían’ en este reconocimiento de quien yo soy. Aún no sabía lo que estaba teniendo lugar. Así que mi sentido de sufrimiento aún estaba activo. Hablé de ello con ‘Sailor’ Bob durante dos o tres días. Me sentía realmente muy claro, con un 36
  • 37. sentido de ‘¡esto es tan obvio!’. Luego aparecía en mi mente algo sobre mi trabajo o mi salud. Quedaba luego atrapado en algún tema personal o algún concepto espiritual. Repentinamente estaba de vuelta en el sufrimiento… Eso me intrigaba. Afortunadamente, pude volver y hablar con él sobre este asunto. Y quedó resuelto. Así como comprendes la verdad de lo que eres, también puedes comprender el sufrimiento. Tú puedes comprender lo que es, de dónde viene y cómo puede ser resuelto. Conozco muy, muy poca gente por ahí que esté clara sobre este asunto. Te encuentras con cantidad de gente que te dirá: ‘Sé quién soy. Estoy despierto. Sé que soy conciencia’. Y luego añadirán: ‘Pero el condicionamiento y el sufrimiento continúan apareciendo’. Si les preguntas qué harán al respecto, no tienen una verdadera respuesta. No saben de dónde viene el sufrimiento. No saben por qué surge. Pensamos: ‘Espero que algún día se resolverá por sí mismo y entonces seré libre’. Pero ésa no es una respuesta en absoluto. Yo comencé a ver esto en la escena espiritual contemporánea. Las personas que había conocido y que habían estado en ello por años y años, aún permanecían sujetas a dudas y sufrimiento, aun después de haber asistido a incontables satsangs, retiros, y donde los así llamados maestros ‘despiertos’. La verdadera respuesta viene a través de la clara comprensión. Esperar pasivamente a que el sufrimiento desaparezca no es suficiente desde mi punto de vista. Cuando hablo sobre el sufrimiento, me refiero a la turbulencia emocional, a las dudas, temores, preocupaciones sobre mí mismo, sobre lo que la gente piensa de mí, al sentimiento de ser un individuo separado, o cualquier cosa que puedas pensar que sea contraria a este innato sentido de paz. No me estoy refiriendo al dolor físico. Éste forma parte de la inteligencia orgánica natural del cuerpo. Así que aquello de lo que estamos tratando aquí es: ‘Cómo comprender y resolver el sufrimiento psicológico generado por falsos conceptos sobre quienes somos’. Entonces dejarás de ser víctima de dudas, sufrimiento y preocupaciones, no te sentirás como un buscador separado, no sentirás que otra gente sabe cosas que tú no sabes, no sentirás que estás ‘perdiéndote’ algo, nunca más te sentirás sumergido en negros u oscuros estados de ánimo. Todas estas 37
  • 38. cosas provienen de causas que pueden ser ubicadas. Provienen de una falsa visión de nosotros mismos, y pueden ser resueltas. Esto se hace en conjunción con el reconocimiento de la verdad de quien tú eres. A medida que ese reconocimiento pase a primer plano, irá ‘contradiciendo’ o eliminando la causa-raíz, esa errónea identidad básica. Eso es perfectamente ‘trabajable’ y llega, absoluta y enfáticamente, a la raíz de todo, de una vez y para siempre. Los que dicen que el sufrimiento es inevitable o parte inherente de la naturaleza de las cosas, están enteramente equivocados. P: Yo he estado encarándome con algunos dolores físicos. John: Yo también. P: Al parecer, para ti ya no hay más dudas en cuanto a que no existe ningún ‘yo’ separado. ¿Es eso cierto? John: Sí. P: Entonces, cuando el dolor físico surge con algún nivel de intensidad, ¿la conciencia permanece contigo? John: Definitivamente sí. Y la razón es muy sencilla. El dolor está surgiendo y se está registrando en la conciencia, así que la conciencia ‘no se va’ a ninguna parte. Nosotros ya establecimos que percepciones, sentimientos y pensamientos que se atraviesan no perturban, contradicen o eliminan la presencia básica de la conciencia. Puede que no reconozcamos o notemos esto en cierta etapa, debido a que el foco y la energía emocional fluyen mucho hacia la experiencia. Pero ello no significa que el ser o la conciencia ‘se vayan’ literalmente a alguna parte. El hecho es que tú no puedes tener esas experiencias sin conciencia. Todas ellas están ocurriendo como experiencias en la conciencia, ¿correcto? P: Pero toma el caso de alguien como Ramana Maharshi. Él tenía un cáncer en el codo que básicamente se lo ‘comió’, hasta que murió. Él reconocía que había mucho dolor, pero también reconocía que no había ninguna duda, que la conciencia no era afectada en lo absoluto. ¿Correcto? 38
  • 39. John: Y lo mismo con Nisargadatta, el maestro de ‘Sailor’ Bob. Murió de un cáncer en la garganta que acabó con su vida en tres años. Se mantuvo enseñando y hablando hasta el último día. Él apenas podía hablar, y aun así continuaba comunicando este mensaje hasta los últimos instantes de su vida. Así que, de alguna manera, se las arregló para atravesar estas experiencias. P: Parece que era capaz de sentarse por ahí como conciencia, y simplemente dejaba las cosas surgir a pesar de las experiencias físicas, ¿cierto? John: Parece que sí. P: Y lo mismo con Ramana, ¿verdad? John: ¡Y será lo mismo contigo también! Porque la verdad es que cuando las cosas aparecen, cualesquiera que sean, tú todavía estarás allí como esa conciencia. Esto ya lo hemos visto. P: Para mí, ahora mismo, el dolor parece llevarme a tal aturdimiento, que puedo dejar de conocer mi naturaleza como conciencia. John: ¡Aparentemente! Pero no vuelvas atrás a la noción de que tu naturaleza es algo a ser percibido como un ‘objeto’ que puedas ganar o perder. Tú no eres una entidad separada aparte de esa conciencia y nunca lo serás. Así que toda la noción de que ‘no puedes volver atrás a la conciencia’, o que ‘no puedes verla’, está basada en una falsa asunción. No importa lo que tú pienses: tú eres esa conciencia. Siempre lo serás. No hay nada que puedas hacer para escapar de ella. No es cuestión de relajarse o enfocarse en ella, u obtenerla. Todo eso es conceptual. Es mucho más básico que eso. Es lo que innatamente eres y siempre serás. Así que cuando empiezas a captar ese punto, te das cuenta que la idea de que ‘tienes que acceder’ a tu verdadera naturaleza es falaz. La noción de que debes ‘enfocarte, mantener tu mente ‘de cierta manera’ o ‘prestar atención’, nada tiene que ver con esto. Es mucho más básico. Todos los pensamientos, confusiones, esfuerzos o cualesquiera otras experiencias, siempre aparecen en esta 39
  • 40. conciencia siempre-presente, que está naturalmente presente sin ningún esfuerzo. P: La conciencia, si es libre, es libre incluso de mirar ese dolor. ¿Es así? John: Bien. No hay ninguna necesidad de eso. Lo que somos no está realmente sujeto a esas experiencias ni es víctima de ellas. No hay ninguna necesidad de manipular nada para escapar del dolor, abrazarlo, empujarlo o cualquier cosa así. Típicamente, cuando estamos experimentando dolor, pensamos: ‘Esto no debería estar ocurriéndome a mí. Me gustaría escapar de esto. Esto no está bien’. Ese tipo de relación con lo que está surgiendo empieza a desaparecer. Si estás teniendo dolor en el cuerpo, probablemente harás algo para remediarlo. Eso está bien en un nivel relativo. Pero cuando miras un poco más profundamente, ves que hay simplemente conciencia, en la cual las cosas están ocurriendo, incluyendo un dolor en la pierna o cualquier otra cosa. La conciencia es una cosa, el dolor otra. Es una experiencia. Otro nivel presente allí y que confunde las cosas, es el del proceso conceptual, las interpretaciones de la mente de aquello que está teniendo lugar. Ello agrega una innecesaria conceptualización sobre la experiencia. Por ejemplo, piensas: ‘Yo estoy aquí sintiendo dolor. Me está ocurriendo a mí. Esto no está bien. No debería estar ocurriéndome. Desearía que pare’. Todo eso simplemente está ‘dando vueltas’ en el proceso del pensamiento. La conciencia no tiene esas opiniones. Simplemente está registrando ‘lo que es’. Y el dolor está simplemente ocurriendo. Es una ocurrencia impersonal. Así que, es en este nivel de conceptualización donde el problema se desliza, con sigilo. ¿Por qué? Porque tu conciencia es ya libre y no tiene problema alguno. Pensamientos, sentimientos y percepciones que surgen son tan sólo cosas transitorias que atraviesan esta conciencia. No tienen ninguna opinión sobre si deberían, o no, estar allí. Están simplemente ocurriendo, haciendo su ‘asunto’. Así que ¿dónde está el problema? ¿Y por qué introducir una tercera entidad en la ecuación? ¿Por qué no estar con ‘lo que es’ y no identificarlo como alguna experiencia de un ‘yo’ que ni siquiera está ahí? Si no interpretas algo a través de ese punto de referencia, entonces no hay ninguna posición conceptual. Todo puede seguir apareciendo, tal y como siempre lo ha hecho desde un punto de 40
  • 41. vista exterior. Pero con una comprensión de la naturaleza conceptual del sufrimiento, éste ya no es tomado como real. No hay necesidad de introducir ese tercer componente. P: Entiendo que tú mismo has tenido algunos problemas físicos de salud. John: Sí. P: Entonces, en esa situación, ¿la preocupación no aparece ni te mantiene girando en torno a ella? ¿No cargas con ella cuando aparece? John: Mayormente no aparece, porque ha sido ‘vista a través’. Tú puedes ver eso también. Una vez que comprendes que todo este sufrimiento, preocupación y turbulencia está siendo generado a un nivel conceptual, en la mente (en base a una incomprensión), y que aquello en lo que está basado no es real, has acabado con ello. Todo está basado en el pensamiento: depende de dar realidad a esos conceptos y creencias. Vamos a poner como ejemplo un caso extremo, de manera que puedas tener un vislumbre de ello: si supiera repentinamente que este cuerpo está mortalmente enfermo y próximo a su fin, y los médicos me dijeran: ‘No sabemos si lo lograrás o no’, hay dos formas de responder a esto. El hecho objetivo es que el cuerpo es tan sólo una criatura mortal, nació y eventualmente morirá. Este es un hecho objetivo. Y la conciencia simplemente registra lo que aparece. Podría ser un cuerpo lleno de salud o uno enfermo, un cuerpo joven o uno agonizante. La conciencia no tiene juicios de valor. No dice: ‘¡Oh, yo debería ser una persona joven (o saludable)!’. Simplemente registra lo que hay ahí. Y no hay ningún sufrimiento hasta que aparece la conceptualización. Ahora imagínate si yo dijera: ‘¡Me estoy muriendo! ¡Estoy enfermo! ¡Me está ocurriendo a mí!’. Todo ello comenzaría entonces a convocar este sentido de ‘yo’, la noción de que mi ser o identidad está siendo arrastrada por los eventos. Eso sería confundir la conciencia verdadera que yo soy con el proceso de conceptualización, el cual ya hemos visto que no es lo que yo soy. La mente está creando confusión al mezclar el sentido de nuestra verdadera naturaleza con la identidad conceptual. Así que tú saltas con la afirmación: ‘¡Aquí estoy yo, muriéndome!’. Y el 41
  • 42. sufrimiento surge con esa creencia. La mente entra en pánico. Existe la noción de que mi ser o identidad está terminando, o que algo traumático me está ocurriendo. La verdad es que todo eso es completamente erróneo. Aquí es donde empiezas a ver de dónde viene el sufrimiento. El sufrimiento no es algo dado, y no es natural. No es parte de lo que realmente está presente, en lo factual. Es una estructura mental específicamente construida, basada en una errónea visión de las cosas. De manera que si la mente construye la noción ‘me estoy muriendo’, y cree en ella, entonces una cierta cantidad de energía fluye hacia esa creencia. Ahí es cuando empiezo a tener sufrimiento psicológico. Y la mente entonces saltará con conceptos adicionales, como ‘¿Qué voy a hacer ahora? Esto no me debería estar ocurriendo. Tengo que cambiarlo. ¡Oh Dios mío! ¡No quiero morir! ¡Hay tantas cosas que quisiera hacer!’… En ese punto ya estás atrapado en una nube de conceptos, tomándolos como algo totalmente real. Pero todo está basado en el pensamiento. Todo está surgiendo de esta errónea identificación. Ello entonces comienza a mostrarte de dónde proviene el sufrimiento. Empiezas a darte cuenta de que el sufrimiento, tal como lo estoy definiendo, es una creación del proceso del pensamiento. ‘Sailor’ Bob hace al respecto el siguiente comentario: ‘¿Qué hay de malo contigo si no estás pensando en ello?’. Es una forma de resumir todo el asunto. A partir de aquí, tú empiezas a ver algunas cosas muy interesantes, por ejemplo, que una pregunta es un pensamiento, que una preocupación es un pensamiento, que la sensación de ‘tener un problema’ es un pensamiento, que la preocupación sobre lo que ‘otros’ pudieran pensar sobre mí es un pensamiento, que la preocupación sobre lo que yo debería hacer es un pensamiento, que tus creencias y el sentido de quien eres es una colección de pensamientos. De pronto te das cuenta de que todas estas cosas son creadas por la mente conceptual. Si alguien viniera y borrara esos pensamientos, ¿qué es lo que quedaría? Únicamente presencia-conciencia y, posiblemente, algunos sentimientos y percepciones pasajeras, pero ningún sufrimiento personal o conceptualización basados en la idea de un ‘yo’ separado. Así que… ¡AJÁ! La resolución se presenta por sí misma. 42
  • 43. P: En ese caso, sólo hay conciencia y dolor físico. ¿No podrías definirlo como dolor físico? John: Sí. Puede que ni siquiera hagas eso. Incluso etiquetarlo como ‘dolor físico’ es realmente una construcción del pensamiento. Puede que encuentres que el dolor físico no es tan intenso como la mente lo hace parecer. Puedes ver esto, por ejemplo, en el caso de una herida o accidente. Usualmente, el cuerpo puede enfrentarse a ello sin mayor inconveniente. Si ‘salta’ la mente y comienza a amplificarlo, o a construir sobre ello y a expandirlo, entonces el conflicto psicológico es, a menudo, más traumático que la situación física misma. Estamos entonces llegando a comprender de dónde es que proviene el sufrimiento. Ver que el sufrimiento es una creación del pensamiento es muy importante, porque si tú quieres llegar a la causa, tienes que comprender cómo funciona. Cantidad de gente piensa que el sufrimiento está basado en eventos ‘externos’. Pero, ¿cómo podrían llegar realmente a la raíz del sufrimiento si no comprenden de dónde proviene? De manera que el sufrimiento es, en su mayor parte, un producto del pensamiento. Cuando miras detenidamente esos pensamientos, notas que aquellos que realmente nos perturban son los que nos dicen algo sobre nuestro sentido de ‘yo’ o de identidad ‘personal’. Si estoy sentado aquí y ‘pienso’ cualquier pensamiento al azar, como por ejemplo: ‘La luna está brillando esta noche’… Bien, para la mayoría de nosotros ese pensamiento no nos afecta. No hay mayor reacción. Es tan sólo un pensamiento pasajero. Pero si aparece uno que dice: ‘No soy bueno’, o ‘Zutano no me gusta’, o ‘Voy a morir’, o cualquier otra cosa por el estilo, entonces las cosas se ponen problemáticas. Lo que sucede realmente cuando tales pensamientos aparecen es que me están empezando a definir. Me ‘dicen’ algo sobre mí y sobre quién soy. Mirando de esta manera empezamos a tener una visión más precisa sobre lo que realmente es el sufrimiento. ‘Sailor’ Bob me lo señaló cierta vez. Él definía el sufrimiento como ‘pensamiento egocéntrico’. En otras palabras, lo que realmente nos hace sufrir son los pensamientos concernientes a mi identidad, al sentido de ‘mí’. Si tú me dices que algo anda mal contigo, aquí no hay mayor reacción. Pero si piensas que algo anda mal conmigo, entonces… ‘¡Hey!… Espera, espera, espera un minuto…’ (Risas) ¡Eso a mí no 43
  • 44. me gusta en absoluto! ¿Por qué no me gusta? Porque es una afirmación incorrecta sobre lo que soy verdaderamente. Así que cuando rastreas el sufrimiento hasta el siguiente nivel, ves que esos pensamientos giran en torno al ‘yo’. Si eres observador, empiezas a distinguir un patrón en todo ello. No es que haya tan sólo ‘un dolor’ en el cuerpo. Más bien es que ‘yo’ estoy adolorido, o que a ‘mí’ no me gusta ese dolor. Esta noción-raíz ‘yo’ es descrita de diferentes maneras, como sentido del ego o yo separado, o pensamiento-yo, o persona separada. Como fuera que lo describas, es el meollo de todo este mecanismo. Es aquello a lo que todos los conceptos egocéntricos parecen referirse. La totalidad de las identificaciones están relacionadas con esta creencia central. La razón de que sean problemáticas es que la creencia-meollo es tomada como válida, cuando en realidad es completamente errónea. Si me dijeras: ‘John, eres un elefante azul’, yo no creería eso ni por un segundo. No lo tomaría en serio. No asocio ese concepto con quien yo soy. Esa noción es patentemente falsa. No creo en ella ni me identifico con ella, en lo absoluto. Y, como consecuencia, no me perturba en lo más mínimo. Un concepto sólo te perturba cuando ‘cargas’ con él y crees en él. Si no creemos en él, carece de poder. Así que, para creer en un concepto, para sufrir bajo un concepto tal como ‘yo no estoy iluminado’, tienes que dar el paso intermedio de tomar al pensamiento-yo como válido. Tienes que tener al ‘yo’ noiluminado, o cualquier otra identificación así… Esta comprensión nos permite llegar a la raíz del asunto muy directamente. En vez de tomar todos los posibles pensamientos y creencias recogidos a lo largo de los años, tomamos únicamente éste hasta llegar a la raíz. Así nos damos cuenta de que hay un mecanismo que mantiene todo esto junto. Si acabas con la causa-raíz —la creencia en el ‘yo’— entonces no hay lugar en que pueda arraigar cualquier otra identificación. Nada se adhiere nunca más… Esto nos muestra que es posible exponer el meollo de esa creencia y resolver la red completa del sufrimiento de modo concluyente. Es importante ver de dónde vienen todos los conceptos y creencias. Todo eso es material recogido a lo largo de los años, porque no conocíamos nada mejor. La noción de ser un ‘yo’ limitado o separado es recogida en la mente a una edad temprana. Se asume como real. De ahí en adelante comenzamos a creer en montones de cosas relacionadas al sentido de ‘yo’. La gente nos dice cantidad de cosas… ‘Tú eres un cuerpo’; ‘tú eres un buen 44