Grondona analizó cómo el federalismo en Argentina se ha desnaturalizado desde la Revolución de Mayo, llevando al país a 80 años de crisis. Explicó que mientras los unitarios veían a Buenos Aires como el poder central, los federales creían en la soberanía de las provincias. Además, señaló que el golpe de 1930 inició un sistema cada vez más presidencialista y unitario en lugar del equilibrio federal-unitario que había llevado al país al progreso por 80 años. Finalmente, predijo que debido a los errores cometidos, Argentina
1. LA DESNATURALIZACIÓN DEL FEDERALISMO NOS OBLIGA A REGRESAR A LAS
FUENTES”
El periodista Mariano Grondona disertó en San Luís. Ofreció un repaso por las
desavenencias que sumergieron al país en 80 años de crisis. Pero vaticina una pronta
“explosión de sabiduría”.
Como parte del ciclo de Conferencias del Bicentenario, que organiza la Universidad de La
Punta (ULP) en Terrazas del Portezuelo, llegó a la provincia el reconocido analista político
Mariano Grondona. En una exposición cercana a los 60 minutos, el especialista condujo a la
audiencia por el desafío de pensar el federalismo, en “un país unitario que se dice federal, que
afirma el valor de un federalismo que no practica”.
Para abordar sus reflexiones, Grondona apeló a José Ortega y Gasset, con su noción de “razón
narrativa”. “Si tienes un problema cuéntalo. Cuando uno cuenta cómo fue, empieza a entender”,
definió. En su análisis se remontó a los albores del Imperio Romano. Explicó que la idea de
federación acompañó los primeros tiempos de la república romana, pero que se desnaturalizó
con la llegada del imperio. “Imperato, en latín, significa general. Es decir, empezaron a
gobernar los generales. Y tenemos alguna experiencia de ello en la Argentina”.
Con perspectiva narrativa, detalló que en el movimiento de la Independencia (1810-1816)
aparecen dos interpretaciones sobre la Revolución de Mayo: una unitaria y otra federal. En la
primera había un cordón umbilical desde Buenos Aires a Madrid. “Para los unitarios, la
Revolución de Mayo significó un corte de ese cordón umbilical. Es decir, que Buenos Aires
pasó a ser el poder central y debajo de ella estaban las provincias subordinadas, como había
sido durante el virreinato”.
Los federales interpretaban, en cambio, que “la Revolución Mayo había disuelto todo, y que
nuestros pueblos empezaban de nuevo, de abajo hacia arriba. Entonces nuestras provincias
recuperaban su soberanía. Y la construcción sería a partir de pactos entre ellas. Este contraste
entre unitarios y federales no se superó nunca”. Esa controversia continuó en los intentos
unitarios, con las constituciones de 1819 y la de 1826, que eran unitarias. Se probaban en
Buenos Aires, y luego se rechazaban en las provincias.
“Juan Bautista Alberdi quiso superar este antagonismo. Con su proyecto de constitución de
1852-1853. Imaginó un sistema mixto”, dijo. En ese proyecto el presidente nace “por el miedo
que tenemos a la anarquía. En la Argentina el que tiene poco poder está condenado a que los
argentinos lo tumben”, expresó. Sin embargo, “en la actualidad no tenemos presidencialismo,
tenemos hiperpresidencialismo”, que es una desnaturalización de lo que pensó Alberdi.
Grondona manifestó que gran parte de los males de hoy, se originaron con el golpe militar de
1930, “un tremendo error”. En cada golpe de 1930 a 1983, el país se fue acostumbrando a que
no hubiera otra institución permanente, fuera de la presidencia. Eso contribuyó con la actual
cultura presidencialista. “Hay que meditar mucho lo del 30. Se los dice una persona como yo,
de familia conservadora. La macana que se mandaron los conservadores en el 30 no tiene
parangón”, reconoció. Seguidamente, recordó que de 1853 a 1930 el país progresó como
ninguno. “Pero olvidamos el origen de ese éxito descomunal. Abrimos la caja de Pandora y
hace 80 años que no la podemos cerrar”.
2. Al respecto, añadió la Argentina fue un país federal, o al menos mixto, y republicano con
división de poderes. Durante cerca de 80 años (1853-1930) el país creció ininterrumpidamente
bajo un equilibrio federal−unitario, con presidentes que no querían ser “hiperpresidentes”. De
eso, se mutó a un sistema presidencialista, cada vez más unitario. “La frutilla del postre del es
el sistema fiscal. Sobre todo en esta última presidencia. La caja se distribuye según los
gobernadores se alineen o no a la presidencia. A algunos gobernadores los salva que son
buenos administradores y conservan su independencia. Los demás, no pueden conservar su
dignidad”, afirmó.
Como ejemplo del unitarismo reinante, Grondona comentó que entre la Capital Federal y el
Gran Buenos Aires suman 14 millones de habitantes, la tercera parte de los argentinos, lo cual
deforma la armonía entre Buenos Aires, y el resto de la federación argentina. “Si queremos
conservar un equilibrio entre el principio unitario y el federal, tenemos que luchar por el principio
federal. El equilibrio se logra por el segmento más débil de la relación”, subrayó. Al respecto,
señaló la incorporación del balotaje en la Constitución de 1994, como uno de los avances
unitarios más fuertes de la era actual. “De eso resulta que la Matanza elige el presidente”.
En la tesis final para su exposición, el periodista sostuvo que el país está en una situación en
que “la desnaturalización del federalismo ha llegado a punto tal, que obliga a regresar a las
fuentes”, en referencia a los principios alberdianos. Asimismo, añadió que por los errores
cometidos de 1930 al presente, está convencido de que “la Argentina está por aflorar. Que nos
viene una explosión de sabiduría, por todo lo que hemos pasado en estos años”.
Informes: ciu@ulp.edu.ar –Tel: 452000-6089
El periodista Mariano Grondona durante su disertación en San Luís.