Este documento presenta un resumen de cinco secciones de la primera carta de Pedro. La primera sección insta a los lectores a vivir vidas ejemplares siguiendo los pasos de Cristo. La segunda habla sobre vivir por el sufrimiento de Cristo. La tercera sección trata sobre vivir una vida nueva alejada del pecado. La cuarta sección trata sobre vivir en amor unos con otros. La quinta sección enfatiza la necesidad de vivir con sobriedad, oración y amor mutuo mientras esperamos el regreso de Cristo.
2. Texto Clave
Porque los ojos del
Señor están sobre
los justos,
y sus oídos atentos
a sus oraciones;
pero el rostro del
Señor está contra
aquellos que
hacen el mal”
1 Pedro 3:12
3. Pedro apela a sus lectores, en el
contexto de la inminencia del Juicio,
a vivir vidas que estén a la altura de
la vida de Cristo.
Vivir de forma ejemplar
1ª de Pedro 3:8-12
Vivir por el padecimiento
1ª de Pedro 3:18-4:2
Vivir una vida nueva
1ª de Pedro 4:3-6
Vivir en amor
1ª de Pedro 4:7-11
4. 1ª de Pedro 3:8-12
“Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente,
misericordiosos, amigables; no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición,
sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis
bendición” (1ª de Pedro 3:8-9)
Al igual que Pablo, al comparar la
Iglesia con un cuerpo unido (1ª de
Corintios 12:12-26), Pedro nos insta a
que cada miembro tenga un mismo
sentir. ¿Cómo conseguirlo?
1. Siendo compasivos.
2. Amándonos fraternalmente.
3. Tratándonos con misericordia.
4. Siendo amigables.
5. Bendiciendo, sin devolver mal por mal.
Citando Salmos 34:12-16,
Pedro nos anima a vivir cada
día de forma ejemplar.
“…Guarda tu lengua del mal, Y tus labios de
hablar engaño. Apártate del mal, y haz el bien;
Busca la paz, y síguela…”
5. 1ª de Pedro 3:18-4:2
“Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también
armaos del mismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con
el pecado” (1ª de Pedro 4:1)
Jesús padeció “una vez para
siempre” (1P. 3:18 DHH) para
perdonar nuestros pecados, y
resucitó para darnos salvación
(v. 21).
Pedro, usando el diluvio como una
metáfora del bautismo (1P. 3:19-20), nos
recuerda que, por medio del bautismo, el
cristiano participa de este sufrimiento,
muerte y resurrección de Jesús.
Habiendo padecido, pues, con Cristo en la carne, terminamos
nuestra relación con el pecado, y vivimos para Cristo
(1ª de Pedro 4:1; Romanos 6:11).
6. 1ª de Pedro 4:3-6
“Pues ya basta con el tiempo que habéis desperdiciado haciendo lo que agrada a
los incrédulos, entregados al desenfreno, a las pasiones, a las borracheras, a las
orgías, a las parrandas y a las idolatrías abominables”. (1ª de Pedro 4:3 NVI)
Dios creó el sexo y dio la
sexualidad a la humanidad
para que fuera una gran
bendición. Dentro del
contexto matrimonial, es
usada como ejemplo de la
unión de Dios con su pueblo
(Jeremías 3; Ezequiel 16;
Oseas 1-3).
Sin embargo, el pecado introdujo desviaciones
sexuales: “Desenfreno”, “pasiones”, “orgías”,
“idolatrías abominables”.
Los que han sido bautizados en Cristo, ya no
pueden seguir arruinando su vida en vicios de
este tipo.
7. “Ahora, como ya no los acompañáis en los excesos de su mala vida, se
extrañan y hablan mal de vosotros” (1ª de Pedro 4:4 DHHe)
En nuestra nueva vida en Cristo, deja-
mos los pecados sexuales, las borra-
cheras y las juergas. Las personas con
las que antes compartíamos nuestros
pecados, ahora se extrañan de nuestro
cambio, y nos insultan.
Pero no debemos desanimarnos por
ello, porque ellos darán cuenta de sus
acciones el día del Juicio (1P. 4:5).
Para Pedro, estos burladores están
“muertos” (ver Efesios 5:14). Por ello,
con nuestra nueva vida, les
predicamos el Evangelio, para que
puedan llegar a vivir “en Espíritu, según
Dios” (1P. 4:6).
1ª de Pedro 4:3-6
8. 1ª de Pedro 4:7-11
“Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues,
sobrios, y velad en oración. Y ante todo, tened entre
vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá
multitud de pecados” (1ª de Pedro 4:7-8)
Ante el inminente regreso de Jesús,
Pedro nos insta a vivir con sobriedad
y velar en oración.
Somos llamados especialmente a
tener ferviente amor entre nosotros,
porque “el amor cubrirá multitud de
pecados” (v. 8).
Cuando amamos sinceramente,
estamos dispuestos a pasar por alto
los pecados ajenos, perdonándolos.
En los versículos 9-11, Pedro da
consejos prácticos de cómo
podemos vivir en amor.
Hospedándonos
unos a otros.
Sin
murmuraciones.
Usando nuestros dones
para servir a los demás.
Hablando las
palabras de Dios.
Glorificando en todo a
Dios por Jesucristo.
9. “Así como el plan de la redención comienza y termina con
un don, así debe ser llevado a cabo. El mismo espíritu de
sacrificio que compró la salvación para nosotros, morará
en el corazón de los que lleguen a participar del don ce-
lestial. Dice el apóstol Pedro: “Cada uno según el don que
ha recibido, adminístrelo a los otros, como buenos dispen-
sadores de las diferentes gracias de Dios”. 1 Pedro 4:10. Dijo Jesús a sus
discípulos al enviarlos: “De gracia recibisteis, dad de gracia”. Mateo 10:8.
En aquel que simpatice plenamente con Cristo, no habrá egoísmo ni
exclusivismo. El que beba del agua viva hallará que “será en él una fuente de
agua que salte para vida eterna”. Juan 4:14.
El Espíritu de Cristo es en él como un manantial que brota en el desierto y
fluye para refrigerar a todos, y hacer que los que están por perecer deseen
beber del agua de la vida”
E.G.W. (Testimonios para la Iglesia, tomo 5, pg. 683)
10. Te invito a bajar y estudiar
cada una de las 13
lecciones que tratan sobre
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