El documento resume la historia de Daniel en la corte de Darío el Medo en Babilonia. Los gobernadores intentaron acusar a Daniel pero no pudieron encontrar ninguna falta en él. Luego idearon una trampa para Daniel al convencer al rey de prohibir la oración a cualquier dios excepto al rey durante 30 días, sabiendo que Daniel continuaría orando a Dios. A pesar de esta prohibición, Daniel siguió orando y fue arrojado a la fosa de los leones pero Dios lo protegió. Al día siguiente, el rey se alegró al ver a Daniel