Todo era muy difícil en aquella época. El reino de Judá estaba en abierta apostasía. No contaban con que Dios los podría disciplinar. Algunos creen que Dios es como un “Santa Claus” cósmico al que solo hay que pedir cosas y que nunca se va a enfadar. Bueno, eso no es así. En la Biblia encontramos episodios en los que la ira de Dios se ha desatado. Pero a diferencia de la ira desquiciada del hombre, la ira de Dios lleva un propósito: la salvación.
San Vicente de Paúl y Santa Luisa de Marillac, protagonistas de la Iglesia fr...
Daniel
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DANIEL
“DIOS
ES
MI
JUEZ”
Pr.
Yván
Balabarca
C.
Todo era muy difícil en aquella época. El reino de Judá estaba en abierta
apostasía. No contaban con que Dios los podría disciplinar. Algunos creen que Dios es
como un “Santa Claus” cósmico al que solo hay que pedir cosas y que nunca se va a
enfadar. Bueno, eso no es así. En la Biblia encontramos episodios en los que la ira de
Dios se ha desatado. Pero a diferencia de la ira desquiciada del hombre, la ira de Dios
lleva un propósito: la salvación.
“Cuando Moisés pidió al Señor que le mostrase su gloria, Dios le dijo: “Yo haré
pasar todo mi bien delante de tu rostro”. “Y pasando Jehová por delante de él,
proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso, y piadoso; tardo para la ira, y
grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la
iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al
malvado... Entonces Moisés, apresurándose, bajó la cabeza hacia el suelo y adoró”.
Éxodo 33:19; 34:6-8. Cuando podamos comprender el carácter de Dios como lo
comprendió Moisés, también nos apresuraremos a postrarnos en adoración y alabanza”.1
Aunque en nuestro contexto humano no podamos entender la ira de Dios a
plenitud, sus juicios y sus castigos tienen el propósito final de poner fin a la maldad y
liberar a su pueblo sufriente, es decir, salvación para sus hijos.
“Los juicios de Dios caerán sobre los que traten de oprimir y aniquilar a su
pueblo. Su paciencia para con los impíos da a estos alas en sus transgresiones, pero su
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G.
De
White.
Consejos
para
los
maestros,
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castigo no será menos seguro ni terrible por mucho que haya tardado en venir. “Jehová
se levantará como en el monte Perasim, y se indignará como en el valle de Gabaón; para
hacer su obra, su obra extraña, y para ejecutar su acto, su acto extraño”. Isaías 28:21
(VM). Para nuestro Dios misericordioso la tarea de castigar resulta extraña. “Vivo yo,
dice el Señor Jehová, que no quiero la muerte del impío”. Ezequiel 33:11. El Señor es
“compasivo y clemente, lento en iras y grande en misericordia y en fidelidad, [...] que
perdona la iniquidad, la transgresión y el pecado”. Sin embargo “visita la iniquidad de
los padres sobre los hijos, y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y hasta la cuarta
generación”. “¡Jehová es lento en iras y grande en poder, y de ningún modo tendrá por
inocente al rebelde!” Éxodo 34:6, 7; Nahúm 1:3 (VM). Él vindicará con terribles
manifestaciones la dignidad de su ley pisoteada. Puede juzgarse de cuán severa ha de
ser la retribución que espera a los culpables por la repugnancia que tiene el Señor para
hacer justicia. La nación a la que soporta desde hace tanto tiempo y a la que no destruirá
hasta que no haya llenado la medida de sus iniquidades, según el cálculo de Dios,
beberá finalmente de la copa de su ira sin mezcla de misericordia”.2
Daniel era uno de los jóvenes que aspiraban a convertirse en un personaje de
autoridad entre el pueblo. Su familia era de buen nombre y sus aptitudes sobresalientes,
pero sobre todo, Daniel era un joven que amaba a Jehová con todo su corazón, con toda
su alma y con todas sus fuerzas y era muy infeliz con la degradación de su pueblo, el
pueblo de Dios, así lo reconoció Darío (Daniel 6:20).
En el año 605, las tropas de Babilonia llegaron a Jerusalén y tomaron por asalto
la ciudad. El monarca de Babilonia fue Nabucodonosor quien recibió el poder en
armonía al plan divino (Jeremías 27:6 “ahora yo he puesto todas estas tierras en mano
de Nabucodonosor rey de Babilonia, mi siervo, y aun las bestias del campo le he dado
para que le sirvan”).
Este poderoso monarca, todo un genio, (Ezequiel 31:11 “yo lo entregaré en
manos del poderoso de las naciones”), ideó un plan para que las naciones se
mantuviesen sin desarrollo mientras Babilonia alcanzase la fama mundial. Lo que hizo
fue llevar prisioneros a toda la crema y nata de la sociedad judía. Entre esos prisioneros
fue llevado Daniel con sus amigos Ananías, Misael y Asarías.
En medio del sufrimiento generado por el cautiverio, Dios tuvo tres embajadores
que llevaron sus mensajes a su pueblo: Jeremías quien ministró entre los que quedaron
en Jerusalén, Ezequiel quien ministró entre los exiliados a las afueras de Babilonia y
Daniel quien fue el embajador del cielo para mostrar los planes de Dios a Nabuconosor
de tal modo que pueda colaborar con la voluntad divina, a fin de que el fuego del
castigo no se encendiera sobre manera sobre el pueblo penitente.
Una de los episodios que revelaron el carácter y valía de Daniel como un joven
del Señor fue el siguiente.
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Elena
G.
De
White,
El
conflicto
de
los
siglos,
611.
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Una vez en el cautiverio, Daniel y sus amigos fueron llevados al palacio para ser
preparados en las artes y ciencias de los Babilonios. Cuando se les expuso la mesa del
rey, es decir, sus alimentos, Daniel observó que algunos potajes estaban hechos de la
manera que Dios no recomendó. Firmemente pero con mansedumbre Daniel habló con
el encargado de su salud y de la de sus amigos, que no comerían de los alimentos de la
mesa del rey.
“Entre las viandas que se colocaban ante el rey había carne de cerdo y otras
carnes declaradas inmundas por la ley de Moisés. Se había prohibido expresamente que
los hebreos las comieran. Aquí Daniel fue puesto en una prueba severa. ¿Debía
adherirse a las enseñanzas de sus padres sobre alimentos y bebidas, y ofender al rey,
probablemente perdiendo no sólo su posición sino también su vida, o debía desobedecer
el mandato del Señor y retener el favor real, obteniendo de esta suerte grandes ventajas
intelectuales y las más halagüeñas perspectivas mundanas? Daniel no dudó por mucho
tiempo. Decidió mantenerse firme en su integridad, fueran cualesquiera los resultados.
“Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey,
ni con el vino que él bebía”. Daniel 1:8”.3
Esto sorprendió muchísimo al encargado porque si estos jóvenes bajaban de
peso o se los veía demacrados, su vida sería apagada.
Daniel recomendó que se probara con ellos 10 días, proveyéndoseles alimentos
en base a menestras y agua.
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White,
Consejos
sobre
el
régimen
alimenticio,
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Dios premió la lealtad de Daniel en este asunto que puede resultar sin
importancia para algunos, como es la alimentación. Dios prosperó a sus hijos fieles.
Pronto la dieta sana y sencilla de los fieles hijos del Altísimo se evidenció en sus
rostros. Sonrosados y saludables. Sus pensamientos se hicieron más agudos, lúcidos y
ágiles.
Al final, cuando fueron probados por Melsar, el encargado de su alimentación,
los descubrió más saludables y robustos que sus compañeros. Así hizo de la dieta de
estos israelitas una costumbre solo para ellos.
Cuando llegó el tiempo de que todos los jóvenes sean examinados por el agudo y
perspicaz Nabucodonosor, este genio político y militar los encontró diez veces mejores
en comparación a todos sus sabios y astrólogos de TODO su reino. Esta fue una victoria
para la firme fe de Daniel.
Daniel se volvió en uno de los consejeros más jóvenes de Nabucodonosor, al
punto que se cuando se les traía asuntos difíciles, ellos los resolvían con facilidad. Dios
le otorgó a Daniel el don de profecía y fue capaz de aconsejar durante toda la época del
esplendor Babilónico, incluso hasta inicios del reino Medo Persa, cuando el rey Darío lo
hizo su consejero.
Pero el ministerio de Daniel no contó con el apoyo de todos. Hubo muchos que
querían quitar a Daniel del camino. Cuando el tiempo pasó y Daniel ya no era un joven,
le tendieron una trampa al rey. Este accedió a firmar un decreto real por el que
cualquiera que invocara a otro dios que no sea el rey, entonces morirá.
Esto lo hicieron porque Daniel tenía costumbre de orar al Señor todos los días.
Daniel 6:10 “se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios”
con las ventanas abiertas en dirección a Jerusalén.
Poco tiempo pasó hasta que Daniel fue arrestado y llevado ante el rey quien con
no poca sorpresa vio que todo esto se había tratado de un complot para eliminar a su
amigo y consejero y que él mismo fue utilizado.
Daniel 6:14-16 “Cuando el rey oyó el asunto, le pesó en gran manera, y resolvió
librar a Daniel; y hasta la puesta del sol trabajó para librarle. 15
Pero aquellos hombres
rodearon al rey y le dijeron: Sepas, oh rey, que es ley de Media y de Persia que ningún
edicto u ordenanza que el rey confirme puede ser abrogado. 16
Entonces el rey mandó,
y trajeron a Daniel, y le echaron en el foso de los leones. Y el rey dijo a Daniel: El Dios
tuyo, a quien tú continuamente sirves, él te libre”.
Fue por el valor y la entrega de un solo hombre que el poder del diablo fue
quebrantado. Al día siguiente, luego de no haber comido nada, el rey se levantó muy
temprano y salió a buscar a Daniel:
-‐ Daniel 6:20 “Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a
quien tú continuamente sirves, ¿te ha podido librar de los leones?”
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Entonces una voz del interior del foso sonó serena y clara:
-‐ Daniel 6:21-22 “Oh rey, vive para siempre. 22
Mi Dios envió su
ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño, porque
ante él fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada
malo”.
El rey entonces mandó sacar a Daniel del foso, con alegría en su corazón por ser
testigo del poder con que Dios actuó para salvar a su siervo. Pronto fueron sentenciados
a la misma pena los hombres quienes tendieron la trampa al rey y estos sin haber
terminado de llegar al fondo, fueron despedazados por los hambrientos y salvajes
leones.
El ministerio de Daniel y de sus amigos sirvió para que dos monarcas llegaran a
conocer al Rey de reyes y Señor de señores, Nabucodonosor de Babilonia y Darío de
Media.
Cuando decidimos hacer de Dios nuestro amparo y fortaleza, entonces
encontramos que Dios puede llegar a las personas con las que nos relacionamos. Solo
hay que ponernos en contacto con el Señor constantemente como lo hizo Daniel y a
través de sus profecías Dios fue exaltado como el gran Juez de la historia.