El padre le enseña a su hijo que se puede saber si una carreta está vacía o llena solo por el sonido que hace, ya que cuanto más vacía esté la carreta, mayor será el ruido. Años más tarde, el hijo recuerda esta lección cuando ve a personas presumidas y habladoras, comparándolas con una carreta vacía que hace mucho ruido. El documento concluye enfatizando la humildad y la compasión silenciosa.