3. TEXTO CLAVE
“Y decía a todos:
Si alguno quiere venir en
pos de mí, niéguese a sí
mismo, tome su cruz cada
día, y sígame”
(Lucas 9:23)
4. OBJETIVOS
1. Comprender las consecuencias
desastrosas que acarrea el
apartarse de Dios.
2. Desarrollar humidad y sumisión
en la relación con Dios.
3. Diferenciar sabiamente la
verdad del error.
5. VERDAD CENTRAL
No hemos sido librados de
cargar un yugo.
Hay uno suave, que es útil
para nuestra aprendizaje y se
lleva con la ayuda divina; el
otro, es pesado, es
consecuencia de nuestra
rebelión, y nos destruye.
7. Una vida solitaria
EL YUGO DE
JEREMÍAS
La vida solitaria y exenta de vínculos humanos
fue una advertencia viviente para sus
contemporáneos. ¿Por qué una vida de
apostasía y separación de Dios da como
resultado soledad y vínculos destruidos?
Dios se vale de métodos didácticos, a veces
drásticos, para enseñarnos lecciones
valiosas.
En el luto y en las celebraciones los vínculos
humanos se fortalecen. Cuando estamos
lejos de Dios, esos momentos igual ocurren,
pero parecen no tener sentido.
Dios es la Fuente de toda unión. Lejos de Él,
las relaciones humanas son vacías.
8. «No tomarás para ti mujer, ni tendrás hijos ni hijas en este lugar» (Jeremías 16:2)
Al igual que la vida de Oseas, la vida de
Jeremías debía ser una parábola, una
representación de la verdad que estaba
llamado a enseñar.
• Porque serían muertos por
enfermedad y guerra.
No te casarás ni
tendrás hijos…
(Jer. 16:1-4)
• Porque llegarán días sin paz,
cuando los muertos no podrán
ser llorados ni enterrados.
No entres en casa
de luto…
(Jer. 16:5-7)
• Porque yo haré cesar toda voz
de gozo y alegría.
No entres en casa
de banquete…
(Jer. 16:8-9)
Cuando se le preguntaba por qué
anunciaba algo tan negativo, Jeremías
señalaba el pecado del pueblo (Jer. 16:10-13)
y la misericordia divina (Jer. 16:14-15).
9. En ocasiones, los sufrimientos son la
consecuencia de nuestras malas
elecciones, tal como sucedió con Israel.
En otras ocasiones, simplemente son las
consecuencias de estar en este mundo de
pecado.
En cualquier paso, debemos pedirle a Dios
que use esas situaciones desgraciadas en
nuestro favor.
¿Qué yugo hemos tenido que cargar? ¿Cómo
lo podemos percibir?
El yugo de Jeremías
EL YUGO DE
JEREMÍAS
10. «Mas a la nación que sometiere su cuello al yugo del rey de Babilonia y le
sirviere, la dejaré en su tierra, dice Jehová, y la labrará y morará en ella»
(Jeremías 27:11)
En el capítulo 27 de Jeremías, se le ordena al
profeta hacer yugos de madera.
Él mismo debía llevar uno. Los otros debían
ser entregados a los representantes de todas
las naciones, los cuales se habían reunido con
Sedequías para confabularse contra Babilonia.
El mensaje era claro: No escuchéis a vuestros
profetas y adivinos que os dicen que Babilonia
será vencida. El que se someta a Babilonia
vivirá, y el que no lo haga será deportado o
destruido.
Desobedecer este
mensaje era desobedecer
a Dios mismo.
Dios decide el destino de
todas las naciones.
11. «La historia de las naciones nos
habla a nosotros hoy. Dios asignó
a cada nación e individuo un lugar
en su gran plan. Hoy los hombres
y las naciones son probados por la
plomada que está en la mano de
Aquel que no comete error. Por su
propia elección, cada uno decide
su destino, y Dios lo rige todo
para cumplir sus propósitos»
E.G.W. (Profetas y reyes, pg. 393)
12. Guerra entre profetas
No siempre la verdad será conveniente, tal
como sucedió en el caso de Jeremías.
Debemos tener la humildad de reconocer
posturas equivocadas.
En un mundo pluralista, en el que el
relativismo acabó infiltrándose en la
iglesia, ¿cómo podemos discernir la
diferencia entre la verdad y el error?
EL YUGO DE
JEREMÍAS
13. «Así habló Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, diciendo: Quebranté el
yugo del rey de Babilonia. Dentro de dos años haré volver a este lugar
todos los utensilios de la casa de Jehová, que Nabucodonosor rey de
Babilonia tomó de este lugar para llevarlos a Babilonia» (Jeremías 28:2-3)
Hananías habló
con la misma
autoridad y con
palabras similares
a las de Jeremías
(«Así habló
Jehová»).
Pero el mensaje de
los dos profetas
era contradictorio.
¿A quién creer?
¿Cómo resolverías
hoy un dilema
similar?
14. «Así habló Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, diciendo: Quebranté el
yugo del rey de Babilonia. Dentro de dos años haré volver a este lugar
todos los utensilios de la casa de Jehová, que Nabucodonosor rey de
Babilonia tomó de este lugar para llevarlos a Babilonia» (Jeremías 28:2-3)
Jeremías defendió su mensaje de la siguiente manera:
1. «Amén, así lo haga Jehová» (Jer. 28:6):
El mensaje de Hananías era lo que el pueblo, y
el mismo Jeremías, deseaban que ocurriese.
Pero esto no lo hacía verdad.
2. «Los profetas que fueron antes de mí y antes de
ti…» (Jer. 28:8):
Los mensajes de los profetas anteriores eran
coherentes con los de Jeremías.
Jeremías procuraba conseguir que
el pueblo de su época aprendiese
del pasado, a fin de que no
cometiesen los mismos errores
que cometieron sus antepasados.
15. El yugo de hierro
Cuando no somos sumisos, estamos en
abierta afrenta a Dios, tal como Hananías hizo
con su “profecía” forzada.
La tendencia natural del ser humano es
permitir que su voluntad y deseos personales
hablen más fuerte que la voluntad de Dios.
Hananías evidenció obstinación y no fue
sumiso en aceptar el mensaje de Dios.
¿Debiéramos aprender a simplemente
escuchar y aceptar la voluntad divina?
EL YUGO DE
JEREMÍAS
16. «Y después que el profeta Hananías rompió el yugo del cuello del profeta
Jeremías, vino palabra de Jehová a Jeremías, diciendo: Ve y habla a
Hananías, diciendo: Así ha dicho Jehová: Yugos de madera quebraste,
mas en vez de ellos harás yugos de hierro» (Jeremías 28:12-13)
No teniendo argumentos para defender su postura, Hananías repitió
sus palabras, y las acompañó con un acto simbólico: romper el yugo
de madera de Jeremías (Jer. 28:10-11).
«Y siguió Jeremías su
camino». Ya había dado las
evidencias necesarias para
confirmar su mensaje.
Dándonos ejemplo, dejó esta
«guerra» en las manos de
Dios.
La respuesta de Dios hablaba
sobre «yugos de hierro»
(Jer. 28:12-14). Nada podría
quebrar la palabra firme de
Dios respecto a Babilonia.
17. Confiar en mentiras
Hananías presentó la mentira con apariencia
de verdad.
Una mentira se propaga rápidamente, y
cuando es creída por más personas se
convierte más verosímil.
Una mentira fue lo que condujo a la nación a
la caída final.
Tanto a corto como a largo plazo, ¿cuáles
son los efectos devastadores de la mentira?
EL YUGO DE
JEREMÍAS
18. «Entonces dijo el profeta Jeremías al profeta Hananías: Ahora oye, Hananías:
Jehová no te envió, y tú has hecho confiar en mentira a este pueblo. Por
tanto, así ha dicho Jehová: He aquí que yo te quito de sobre la faz de la
tierra; morirás en este año, porque hablaste rebelión contra Jehová. Y en el
mismo año murió Hananías, en el mes séptimo» (Jeremías 28:15-17)
Tan solo dos meses después de haber roto el yugo
de madera, Hananías murió tal como había
profetizado Jeremías.
A pesar de la evidencia de que Jeremías tenía la
verdad, el pueblo prefirió confiar en las mentiras
de Hananías.
Hoy, la gente prefiere creer cualquier mentira (por
muy absurda que sea) en lugar de aceptar la
verdad tal cual es en Cristo.
Como está profetizado, «apartarán de la verdad el
oído y se volverán a las fábulas» (2ª de Timoteo 4:4).
Habiendo rechazado a Dios, Él les permite que
«crean la mentira» (2ª de Tesalonicenses 2:11).
19. «Hasta el fin del tiempo, se levantarán hombres
que querrán crear confusión y rebelión entre los
que aseveran ser representantes del Dios
verdadero. Los que profetizan mentiras
alentarán a los hombres a considerar el pecado
como cosa liviana. Cuando queden manifiestos
los terribles resultados de sus malas acciones,
procurarán, si pueden, responsabilizar de sus
dificultades al que los amonestó fielmente, así
como los judíos culparon de su mala suerte a
Jeremías. Pero tan seguramente como en la
antigüedad quedaron justificadas las palabras de
Jehová por medio de su profeta, se demostrará
hoy la certidumbre de sus mensajes»
E.G.W. (Profetas y reyes, pg. 326)
20. PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
Como hemos visto,
la gente quiere oír
buenas noticias, no
malas. Ellos querían
creer en el mensaje
de Hananías, no en
el de Jeremías.
HOY también sucede lo mismo. Muchos todavía insisten, por
ejemplo, en que nuestro mundo mejorará con el tiempo. No
obstante, un ateo como Terry Eagleton ve cuán ridícula es esa idea:
“Si alguna vez hubo un mito piadoso y una superstición crédula, es
la creencia liberal-racionalista de que, aparte de algunos saltitos,
estamos firmemente en una ruta a un mundo mejor.”
21. “Este frágil triunfalismo
es un resabio de la época
heroica del liberalismo,
cuando la estrella de la
clase media estaba en
ascenso.
Hoy se encuentra cara a cara con el cinismo, el escepti-
cismo o el nihilismo, en los que mucho de ese honroso
linaje se ha degenerado”.−Reason, Faith and Revolution:
Reflections on the God Debate, p. 70, ed. Kindle.
22. Aunque algunos
aspectos de la vida
han mejorado,
nuestro mundo, por
sí mismo, nos ofrece
poca esperanza,
poco consuelo,
especialmente a la
larga.
Si hemos de tener alguna esperanza real, ha de ser en algo
divino, no terrenal; en algo sobrenatural, no natural. Y, por
supuesto, en eso consiste el evangelio: la intervención
divina y sobrenatural de Dios en nuestro mundo y nuestra
vida. Sin eso, ¿qué otra cosa tenemos fuera de algún
Hananías y sus mentiras?
23. CONCLUSIONES
1. Vivir alejado de Dios puede parecer
atractivo, pero nos hace solitarios y sin
gozo.
2. La verdad siempre será combatida fuerte e
ilusoriamente por el enemigo de Dios.
Debemos ejercer el discernimiento para
ubicarnos del lado correcto.
3. La victoria sobre la voluntad propia
continúa siendo el desafío del pueblo de
Dios.
24. Te invito a bajar y estudiar cada una de las 13 lecciones
que tratan sobre el tema:
JEREMIAS
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