El documento describe las actitudes éticas que deberían tener los auditores independientes frente al presupuesto participativo. Estas incluyen ser independientes, brindar beneficios al auditado mediante recomendaciones para mejorar el rendimiento, actuar con calidad, capacidad, discreción, integridad moral, legalidad, precisión, responsabilidad, secreto profesional, veracidad, transparencia, vocación de servicio, justicia, equidad, solidaridad, tolerancia y respeto por el orden jurídico.