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                          Miguel Enríquez
                 MOVIMIENTO DE IZQUIERDA
                    REVOLUCIONARIA
                        DE CHILE




                               Escritos




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INTERVENCIONES DE MIGUEL ENRIQUEZ EN EL FORO POLITICO: "EL
        PODER POPULAR Y LOS COMANDOS DE TRABAJADORES".(*)



Miguel Enríquez E. Diciembre 1972.

Nota: Foro organizado por el sindicato de trabajadores del diario "Clarín" en la Casa de la Cultura
"Gabriela Mistral". Participaron: Luis Maira, de la Izquierda Cristiana; Víctor Barberis, del Partido
Socialista; Pablo Richard, del Movimiento Cristianos por el Socialismo; Oscar Garretón, del MAPU; y
Miguel Enríquez el Partido Comunista no asistió.


(PRIMERA INTERVENCION)

Compañeras y compañeros:
Queremos empezar por donde terminó el compañero.
Queremos empezar por agradecer al Sindicato de Trabajadores de "Clarín" la realización del foro,
felicitarlos y agradecerles. Es extraño realmente y poco frecuente que nos inviten a nosotros, al
Movimiento de Izquierda Revolucionaria, a participar en foros con otras fuerzas políticas. No es
extraño, eso sí, que haya sido un sindicato de trabajadores el que haya tomado la iniciativa.

El tema propuesto por los compañeros trabajadores de "Clarín" es el tema probablemente
fundamental en la discusión hoy día: el problema de la lucha por el poder, llamado aquí popular, y
toda lucha política es en última instancia una lucha por el poder, y la otra parte, la lucha por los
Comandos Comunales, que es la forma concreta que está asumiendo acá la lucha por el poder, es una
de sus formas. La única limitación que tendremos y por eso tendremos que galopar sobre los temas,
será el problema del tiempo.

Pensamos que no es posible hablar de lucha por el poder o del poder popular sin hablar del Estado.
Del Estado burgués, del aparato del Estado capitalista. No diremos ni aportaremos ninguna novedad
teórica pero ocurre un poco en Chile que la suma de tácticas, la flexibilidad política va rayando en
oportunismo, y es poco frecuente recordar cuál es la esencia real de las cosas y cómo realmente se
reordenan las fuerzas y los aparatos dentro de una sociedad.

El Estado es en esencia un instrumento de dominación de clase. Busca y ejerce fundamentalmente
una coerción, se trata de mantener una mayoría explotada dominada por una minoría explotadora. Lo
hace a través de dos formas fundamentales: formas represivas: allí están las masacres -Pisagua para
los que lo olvidan-, los desalojos, la represión policial o militar en sus distintas instancias, y tiene
también componentes y formas ideológicas, que son la moral, el derecho, la legalidad, etc. Todo está
allí construido y justamente para mantener la explotación y la dominación de una clase por otra. Tiene
varios componentes, entre ellos está el aparato ejecutivo, está el aparato armado, verdadero esqueleto
del aparato del Estado, las FF.AA., está el aparato burocrático, está el parlamento, está la justicia y
una serie de otros componentes, cada uno encargado de específicas funciones. La base fundamental
de él en la sociedad capitalista es el Estado de derecho que se consagra por escrito en la llamada
Constitución, en las leyes. Por escrito se representan los intereses de una minoría para explotar a una
mayoría, por escrito se consagra el derecho a la represión y a la explotación de una mayoría por una
minoría. La Constitución, y no hay ningún teórico capaz de demostrar lo contrario, no representa los
intereses de la nación, de todo el pueblo, representa los intereses de una minoría, y está y existe en
función de explotar, reprimir y mantener la dominación de una minoría sobre una mayoría.

El Estado sufrió transformaciones en el caso particular del chileno; tiene por un lado características
específicas y por otro sufrió modificaciones con el ascenso del gobierno de la UP. En Chile, el Estado es
también un aparato de coerción de clase. En Chile eso sí, adopta al mismo tiempo una determinada
forma, la forma más elevada del Estado Burgués, la forma en el cual la dictadura de la burguesía
sobre el proletariado se expresa en la forma de democracia representativa y Chile es uno de los países
que ha logrado generar una de las más estables y sólidas.

No sólo eso, el Estado chileno también por muchas razones tuvo un enorme crecimiento en décadas
pasadas, crecimiento que se acelero durante el gobierno de Frei y en particular durante el gobierno de
Allende. A fines de la década del 60, finalizando el gobierno de Frei, distintas otras causas que sería
largo de exponer acá, hicieron que estas formas representativas, estas formas democráticas de
expresión de la dictadura de la burguesía sobre el proletariado dejaron de ser tan democráticas, y fue
acercándose a democracias representativas un tanto más represivas. Y fueron haciéndose más



                                                    3
coercitivos los mecanismos de dominación política al interior de este país y ahí está la "mano dura" de
Pérez Zujovic, las masacres de Frei, las torturas, la represión, los decretos de reanudación de faenas,
el fenómeno general expresado en múltiples formas en los últimos años del gobierno de Frei. Esto era
por muchas razones lo que a finales iba germinando y generando lo que después iba a cristalizarse:
un período pre-revolucionario.

Entraba en crisis las clases dominante al mismo tiempo que se producía un marcado, notorio y
cualitativo ascenso de las luchas del pueblo, encabezadas por la clase obrera, que fundamentalmente
cuestionaban el sistema de dominación mismo; ya no se trataba sólo de la lucha entre fracciones de la
burguesía. Este período generó una situación particular en su desarrollo. La formulación y
configuración de las características de este período que llamamos pre-revolucionario cristalizó un
momento, que fue generado por causas que van mucho más allá de algunos partidos o de algunas
conducciones particulares: el gobierno de la Unidad Popular.

Se produjo a partir de la generación de este gobierno una particular situación en Chile. El aparato del
Estado siguió siendo un instrumento de dominación capitalista y burguesa pero sufrió importantes
modificaciones. Al interior de su cúspide, en la parte más alta de él, en el poder Ejecutivo, se instaló
una fuerza social, un frente político que no representaba los intereses de las clases dominantes y, al
contrario, tenía fundamentales contradicciones con ella. El resto del sistema eso sí, siguió establecido,
para lo cual había sido construido, y siguió funcionando. Siguió siendo el aparato del Estado
capitalista que tenía insertado dentro de sí un componente que estaba ocupado por otros sectores
sociales, por otros frentes políticos. Para el resto de los componentes del aparato del estado, la norma
de conducta siguió siendo la norma de conducta del aparato del estado capitalista.

Allí se fortaleció, en determinados componentes del aparato del Estado, la clase dominante. En el
Parlamento, en la Justicia, en la Contraloría, etc.

A partir de eso comenzó una lucha denodada al interior del aparato del Estado, a la vez que se daba
en el conjunto de la sociedad, por definir cuál era la clase y cuáles eran los intereses que
hegemonizaban el control del aparato del Estado. Pero esta lucha se daba sobre ciertas garantías y
sobre ciertos marcos. Los marcos los establecía el respeto a la legalidad, el respeto a la Constitución, el
respeto a aquella formulación por escrito de dominio de la burguesía. Podía operar y moverse el
pueblo, podían moverse las fuerzas políticas, incluso teniendo en la cúspide del aparato del Estado, el
control de ella, fuerzas que no eran de la clase dominante, siempre que lo hicieran dentro de
determinados moldes y marcos del sistema de dominación capitalista. Ese fue el carácter de las
garantías constitucionales exigidas por la DC en el Parlamento. La lectura de ellas establece
claramente cómo puede diferenciarse lo que es el sistema de dominación capitalista de lo que es el
ejercicio o el dominio de un sector o una parte del aparato del Estado. Esas mismas garantías son lo
que otros han llamado "el Moscú", como Claudio Orrego Vicuña, ideólogo DC que ha levantado la
defensa de la legalidad, la defensa de los partidos políticos, la defensa de la educación privada, la
defensa y el establecer la permanencia intacta de las FF.AA, de la propiedad privada, son considerados
el Moscú, a partir del cual había que dar cualquier batalla por defenderla, desde el punto de vista de la
burguesía. Andrés Zaldívar lo llamaba en entrevista de prensa "los pilares de la democracia", eran los
pilares de la dictadura de la burguesía.

¿Cuál era en esa peculiar situación la tarea que los revolucionarios debimos y debieron proponerse?
Fundamentalmente desarrollar la política concreta que permitiera hacer madurar un período pre-
revolucionario a una situación revolucionaria y que luchara teniendo como eje fundamental la
conquista del poder. Todo esto entendido en la particular forma que adoptaba la lucha de clases en
Chile. No se trataba de ir conquistando el poder por pedazos, como quien corta un salchichón en
pedazos, y cada pedazo que se va ganando o conquistando es una supuesta cuota de poder.

El hecho de conquistar el gobierno no permitía hablar de una cuota de poder al interior de la sociedad.
Más bien, decimos, son posiciones que son valorables y hay que valorar como positivo, a partir de las
cuales puede realmente combatirse, si se colocan en sentido correcto, por la conquista del poder. Pero
no puede entenderse que toda posición que se tome en el aparato del Estado es una cuota de poder
que se va tomando. Por la vía de la caricatura podríamos llegar incluso a decir que cuando Recabarren
era diputado, hace muchas décadas, había ya una cuota de poder en manos del proletariado, o
cuando tenemos a un suboficial de izquierda tenemos una cuota de poder al interior del aparato del
Estado. Y si exageramos esto, cuando tenemos una oficina pública que controlamos, o tengamos
algún funcionario público, tendríamos otra rebanada del salchichón llamado poder.

Nosotros no estamos con esto subvalorando lo que puede entenderse como el uso del instrumento que
pudiera haberse hecho del gobierno en manos de fuerzas de izquierda ni mucho menos. Pensamos
que era de verdad un poderoso instrumento que, orientado en un sentido correcto, pudo haber
permitido avanzar mucho, o por lo menos más de lo que realmente se avanzó ¿Qué entendíamos que
había que hacer? Entendíamos que había que acumular fuerzas y la fuerza no se podía encontrar al



                                                     4
interior del aparato del Estado. Esa fuerza no estaba en los pasillos del Congreso, en los pasillos del
ministerio; esos eran instrumentos, posiciones que, colocadas al servicio de la búsqueda de la fuerza
en la fuente fundamental, el movimiento de masas, podían permitir acumular realmente la fuerza a
favor del pueblo. Esa era la tarea fundamental, es la tarea fundamental, y la relación entre el
movimiento de masas y el gobierno debió haber sido y debe ser el uso del instrumento gobierno al
servicio de las luchas del pueblo. Para acumular fuerza al interior del pueblo. No en su freno, no al
contrario, el movimiento de masas detrás y teniendo al gobierno de la UP como meta única, incluso
última en oportunidad. ¿Cómo entendíamos que eso podía hacerse? Había que levantar un programa
y hacer las adecuaciones al programa de la UP que fueran necesarias. Después habrían de emerger
programas adecuados. Había al mismo tiempo que readecuar las tareas políticas, las alianzas, las
movilizaciones del pueblo, que identificar a los enemigos políticos y no confundirlos, y para andar
rápido, no ahondo sobre eso, había a la vez, y aquí llegamos a los Comandos Comunales, que ir
estructurando al interior de esta particular situación, órganos autónomos del pueblo, órganos
autónomos de clase, que fueran independientes de las clases dominantes. Esos órganos autónomos
son los que empiezan hoy a germinar en los Comandos Comunales.

Esta no es una tarea que esté permanentemente planteada en cualquier país, en cualquier momento;
pero en un período pre-revolucionario es justamente una de las tareas fundamentales y la
herramienta fundamental, y no el gobierno, que permitía acumular fuerza y realmente caminar hacia
la conquista del poder. Se trataba de organizaciones que fueran independientes de las clases
dominantes, de la burguesía. Se trataba de organizaciones de masas que fueran independiente del
aparato del Estado y no que estuvieran sujetas a él. Sin temores y pacateces de ningún tipo, dicho
claramente, caminar germinalmente hacia la dualidad de poder, que es el único camino que realmente
podría ir construyendo un poder alternativo. Decirlo por decreto, arbitraria y artificialmente, y no
entendiendo que es un problema que tiene que germinar progresivamente y de acuerdo a las
correlaciones de fuerza y al tenor de las fuerzas que se acumule, es evidente una sinrazón. Pero
puesto en la realidad concreta, como octubre lo demostró, era un camino posible y al que las masas
estaban más que dispuestas y están hoy más que dispuestas. Esto era, más o menos, lo que
entendíamos por las tareas que había que levantar alrededor de los Comandos Comunales. No se
podía tratar de plantear como tarea inmediata el asalto al poder, eso era caer en ultraizquierdismo,
nadie lo ha planteado así.

Tampoco, y en eso estamos todos de acuerdo, esos órganos no tenían que tener como eje una política
contra el gobierno, ni mucho menos. Pero tampoco podía, a partir de que se había conquistado el
gobierno confundir en el hecho y en la práctica y trabajar sobre la base de que se había conquistado el
poder o cuotas de aquel salchichón de poder. En particular, pensamos que la generación de los
Comandos Comunales no tiene que estar regida por una orientación de este tipo.

Establecer, como algunos quieren establecer, los Comandos Comunales no como embriones de poder,
sino como organismos dependiente del aparato del Estado y subordinados a él, es justamente anular
su desarrollo. La polémica no está puesta en si tienen que desarrollarse contra el gobierno o a favor
del gobierno; la política tiene que ser otra, como se articula la utilización del instrumento del gobierno
independizado de la generación de órganos de poder progresivo al interior del movimiento de masas y
la resultante de ambos factores o instrumentos puede permitirnos realmente avanzar.

Habría que hacerlo entendiendo realmente cuál era la situación particular que teníamos. Santiago no
era Petrogrado, ni el año 72 tenía mucho que ver con 1917, pero algo tenía que ver. No había acá una
crisis general del sistema en la cual las tareas que los bolcheviques entonces se plantearon estuvieron
a la orden del día; pero sí las líneas esenciales del desarrollo de la lucha de clases, en los períodos
fundamentales definidos, sí que tenían un hilo conductor similar. Había que hacerlo en Chile
entendiendo la permanecía del sistema de dominación capitalista y que el Estado burgués existía
como tal. Entendiendo a la vez que dentro de aquel aparato del Estado había posiciones ganadas por
fuerzas políticas que no eran de la clase dominante, que el gobierno estaba en manos de la izquierda;
y había que entender también que se daba un movimiento de masas, con la clase obrera como
vanguardia, en ascenso y a la ofensiva en términos globales, organismos autónomos. Entendiendo que
esto iba a establecer contradicciones con el aparato del Estado y con el sistema de dominación. Pero
allí no cabía vacilación. Si de revolución estábamos hablando, y ese es el objetivo así entendíamos la
generación de los Consejos Comunales de Trabajadores.

Llamábamos y llamamos a los Consejos Comunales de Trabajadores, aquellos organismos en los que
ya cristalizan tareas de poder. No es situación de hoy día, hoy hablamos de Comités Coordinadores o
Comandos Comunales en los cuales van germinando recién coordinaciones, incluso muchas de ellas
todavía están en una fase burocrática y no logran ser democráticas y convocar al conjunto del pueblo.
¿Por qué entendíamos esto de esta manera? Entendíamos que en el caso particular de Chile, el decir
alianza obrero-campesina era insuficiente, y había que establecer también la alianza con los que
llamábamos los "pobres de la ciudad", y la única forma que teníamos de incorporarlos, o la forma más
factible que teníamos presente, era la posibilidad de incorporarlos a través de lo que llamábamos los



                                                    5
Consejos Comunales. En segundo lugar, entendíamos que el pueblo estaba fragmentado, que la clase
obrera dividida por unidad de producción y que estaba el pueblo fragmentado por sector social, que
los pobladores no estaban unidos a los obreros, que la clase obrera no podía ser vanguardia de las
clases en forma global y plena en la medida en que estaban fragmentados campesinos de obreros,
pobladores de obreros, estudiantes de obreros, que había que buscar un mecanismo unificador de
todo el pueblo, un mecanismo que, al mismo tiempo que unificara, incorporara a capas que estaban
más retrasadas o que estaban pasivas, esto es lo que planteábamos alrededor de los Consejos
Comunales.

A partir de eso entendíamos que se podían plantear las tareas de control del aparato burocrático del
Estado en las cuales se levantara y reconociera la contradicción fundamental que había y hay entre el
movimiento de masas y el aparato del Estado, entendido como el aparato burocrático del Estado, las
tareas y la lucha antiburocrática que el pueblo vive minuto a minuto en la salud, en la vivienda, en la
educación, y del cual se defiende y tiene el derecho y el deber de combatir, y es la única forma también
de incorporar fuerza y capas del pueblo. Esto entendíamos que eran las tareas que tenían que
plantearse alrededor de la generación de este tipo de organismo. Allí se encontraría la fuerza y la
conciencia para enfrentar a la burguesía, por un lado, y para ir generando órganos de poder; y esto
manejando la contradicción de que en la realidad el aparato del Estado capitalista estaba aún allí, que
había un gobierno de izquierda; eso era real, y que al mismo tiempo teníamos que generar esos
organismos.

La crisis de octubre, y galopo un tanto pues ya se termino mi tiempo, hizo evidente todo esto. Ante la
ofensiva patronal, la clase obrera y el pueblo dieron un enorme salto adelante, un gigantesco paso
adelante. Antes habían germinado algunos factores de éstos en las crisis de agosto y septiembre. En la
crisis de octubre tomaron en sus manos el aparato productivo casi en su totalidad, demostraron que
los patrones estaban de más, como formulaban nuestras consignas; establecieron control obrero sobre
una enorme parte del aparato productivo y distributivo, rompieron la polaridad gobierno-oposición y
lograron establecer una polaridad de clase, aislando a la DC de la base obrera que había logrado ganar
en el período anterior. Se levantaron programas y adecuaciones programáticas conocidas como el
Pliego del Pueblo y el Manifiesto del Pueblo; embrionariamente surgían síntomas de una
contraofensiva popular que debió haber sido la senda fundamental a partir de la cual debió ser
orientado el movimiento de la izquierda y el pueblo después de la crisis de octubre. Pero la crisis de
conducción y las vacilaciones reformistas hicieron que esto no se estableciera.

Habiendo germinado en órganos, germinalmente de poder local en un ascenso que era característico
del período, pero que acá tomaba connotaciones importantes, habiéndose generado más de medio
centenar de Comando Comunales que abrían embrionariamente la generación de un poder popular, la
conducción reformista que predominó, y no fuimos capaces de revertirla, estableció lo contrario, buscó
una salida distinta; el gabinete, el llamado por ellos gabinete, por nosotros "gabinete UP- generales´´.

El reformismo fundamentalmente planteó y logró predominar en las fuerzas de izquierda y sabemos
que en esto tuvo que "predominar" porque el conjunto de las fuerzas de izquierda no participaba de
esto, y levantó la fórmula de lo que llamábamos gabinete UP-generales. ¿Qué estaba realmente
haciendo? Aceptando imposiciones de la clase dominante o de fracciones de ella; no caía el gobierno,
pero al mismo tiempo, eso sí, se consolidaba el sistema de dominación burgués. Las Fuerzas Armadas
son un componente del aparato del Estado burgués y en este momento, a partir de particulares
situaciones que se han dado en Chile, se han ido independizando o autonomizando, como algunos
llaman, de la representación del jarpismo o el freísmo, y se levantan como sacerdotes defensores del
estado de derecho, de la legalidad, del sistema de dominación capitalista, y esa es la realidad, y esto es
lo que se ha estado consagrando de hecho, a partir de la generación del Gabinete UP-Generales. Esto
para nosotros no significa tener que decir que "el gobierno es burgués", ni "abajo el gobierno", ni
tampoco "abajo los ministros militares". Decimos que ese es el problema que la táctica tiene que
resolver, Pero debe reconocerse que lo que se estaba consolidando eran el Moscú de Orrego, los pilares
de Zaldívar, o el Estado de derecho, como la ha llamado el mismo Ministro del Interior; y al interior de
él había que devolver determinadas fábricas, había que "no hacer antiimperialismo" contra el gobierno
norteamericano sino que contra algunas empresas, había que levantar no la lucha por un poder
popular, sino algunas transformaciones económicas; se estaba consolidando el sistema de dominación
capitalista, se estaba sentando las reglas del juego en las que el pueblo tenía que dar su lucha.

Nosotros no dejamos de valorar posiciones, especialmente del PS y la IC, que favorecieron y apoyaron
la generación de Comandos Comunales desde su partida, también entendemos lo hizo después el
MAPU, incluso el PC. Todas ellas las consideramos positivas aún cuando con algunos de ellos
tenemos todavía diferencias en la forma y en la adecuación que deben tomar en su desarrollo.

Las consecuencias, de lo que llamamos nosotros el cambio de carácter del gobierno, para nosotros
consiste fundamentalmente en que el eje del gobierno se ha desplazado, se ha resoldado o intenta
resoldar el aparato del Estado, se intenta por tanto, impedir el desarrollo de un poder popular. Se



                                                    6
intenta resoldar el aparato del Estado y su sistema de dominación. Esto dificultará el desarrollo de un
poder popular y debe ser entendido así; no significa que lo resolde en definitiva. Esto también es
independiente de que valoremos declaraciones de determinadas altas jerarquías militares que
podamos considerar positivas, pero la ubicación que las Fuerzas Armadas históricamente están
tomando y que objetivamente tienen es estos instantes es la que describimos; y llamarse a engaño a
partir de una u otra declaración es no entender la esencia de las cosas y de lo que ha ocurrido.

Terminemos diciendo una cosa. La generación de este gabinete y la formulación de las vertientes que
tomará el desarrollo de la lucha de clases en Chile en los próximos meses pasarán importantemente
por el fenómeno electoral y esto guarda relación con la generación de un poder popular. En concreto,
para nosotros, el problema de la importancia de las elecciones no pueden llamar a confundir a nadie y
no puede llamarse a engaño a nadie. Por la vía electoral nadie puede conquistar el poder, pero sí es un
hecho que en determinadas oportunidades es posible hacer uso de las elecciones como instrumento
táctico que fortalezca las luchas del pueblo por la conquista del poder. En la particular situación de
Chile, las elecciones de marzo tendrán importancia y serán fundamentales por la convocatoria que
generarán y también por las consecuencias que puedan tener. Desde ese punto de vista plan- teamos
la necesidad de que tanto los revolucionarios como el pueblo participen dentro de ellas, pero sobre la
base de dos cuestiones: la primera, es que lo hagan a partir y levantando un programa que quiebre las
polaridades de oposición-gobierno y que levante polaridades y enfrentamientos de clase, y le quite el
apoyo popular a la burguesía. Y por el otro, que declare no la consolidación del sistema de dominación
burgués, no el apoyo o el aplauso al parlamento, sino la lucha por la Asamblea del Pueblo, coronación
final del desarrollo progresivo de los Comandos Comunales. Eso es todo.

(SEGUNDA INTERVENCION)

Compañeros, quiero en primer lugar agradecer al compañero Richard por el tiempo que le robamos.
De inmediato quiero aprovechar los pocos minutos de que disponemos estableciendo por lo menos dos
cosas que creo que son importantes. La primera de ellas es que la coincidencia vista acá, en función
del desarrollo y las formas de organización del pueblo y los objetivos políticos, es mucho más
importante de los que pudiéramos haber pensado.

Augura, se podría decir, una posibilidad seria de abrir un camino más o menos sólido hacia la
conquista del poder. La verdad, eso sí, es que aquí no estamos todos. Lo que quisiéramos en segundo
lugar establecer es que, al mismo tiempo si valoramos esto, no le pidamos al pueblo, a partir de los
Comandos Comunales, lo que los partidos políticos de izquierda no precisan. Y nos parece que es
importante que se aclare acá. Aquí probablemente vamos a poner la nota amarga, en término de no
estar de acuerdo todos, quién sabe, pero nos parece básico establecerlo.

La verdad que sobre los Comando Comunales y la generación del Poder Popular en Chile, hay dos
estrategias planteadas: una, que denominamos reformista, y otra, revolucionaria.

Esto que aquí puede parecer teórico, o propio de foro, es dramático para los obreros del FTR o de los
distintos partidos de la izquierda, socialistas, comunistas, de las distintas fábricas, que están
amenazadas de ser desalojadas y devueltas a sus patrones, o algunas de ellas ya han sido
desalojadas. La apreciación que se tome, en las generaciones de los Comandos Comunales y su
relación con el gobierno por tanto, toma una importancia que nos parece obliga entrar a precisarlo.

En primer lugar, sobre los Comando Comunales hay dos formas de desarrollarlos. Yo creo que las
alternativas no son la idealista y la burocrática. Son, si están o no subordinadas al aparato
burocrático del Estado, al aparato del Estado burgués, o si son autónomos.

Si se construyen como formas que caminan hacia la conquista del poder, y por tanto hacia la
destrucción del Estado, o si están subordinados al aparato del Estado, y por tanto, a todas las
negociaciones, conciliaciones y contradicciones que se den al interior de los distintos componentes del
aparato del Estado controlado por distintas fuerzas sociales. Nos parece que esto es básico de
entender. Dentro de esto, de si la generación de los Comandos es democrática o burocrática.

En segundo lugar, establecer que esto es fundamentalmente importante hoy día, con el nuevo
gobierno que hoy tenemos. Sería, en otro período quién sabe discutible, quién sabe probablemente no.
En este minuto es crucial. Si alguien dice -si todos decimos- que el control del ejecutivo es un
instrumento importante, nosotros remarcamos, es tan importante que, puesto en un sentido o en
otro, puede significar un avance o un retroceso enorme. Y es en lo que tenemos que estar vigilantes en
este instante. Decíamos recién -rápidamente antes que ....- que el gobierno había cambiado, que se
había levantado, de parte de una fracción al interior del gobierno, la defensa del orden burgués, que el
eje del gobierno había cambiado. Ya no era sólo los partidos de la izquierda, eran los partidos de la
izquierda más las FF.AA. Esto, que parece teórico, decimos, es dramático.




                                                   7
Es dramático para los obreros de las industrias electrónicas de Arica que están seriamente
amenazados de desalojo y de tener que devolver sus empresas. Es dramático para los obreros de las
constructoras, que están amenazados también de tener que devolver sus empresas, por las
concesiones hechas en la solución del paro. Fue y es dramático, para los obreros del diario "El Sur" de
Concepción, que fueron desalojados policialmente y hay tres de ellos presos.

O sea, esto que parece una disquisición teórica, establece el camino y el curso posible que puede
tomar la generación de un Poder Popular, o el afirmamiento de un poder burocrático. Esto para
nosotros debe ser precisado. Y no se resuelve el problema, por tanto, al sólo establecer el apoyo a los
Comando Comunales. La forma y la relación que tomen con el Gobierno, su autonomía o su
dependencia, el hecho que estén subordinados o no a los intendentes o gobernadores, el hecho de que
sean generados democráticamente o burocráticamente, establece el curso que puedan tomar y si en
realidad, a partir de ellos, vamos a generar un Poder Popular o vamos a estar más bien contribuyendo
de alguna forma a frenar y debilitar el avance de las masas por la vía de la coordinación más eficiente,
incorporándolos, de hecho, al sistema de dominación con todas las contradicciones que este momento
tiene a su interior, de acuerdo a las distintas fuerzas que controlan los distintos componentes del
aparato del Estado.

O sea, para nosotros nace por tanto la necesidad por encima del acuerdo global que valoramos como
positivo, la necesidad de establecer los campos y separar las aguas, entre las concepciones que
consideramos en este aspecto vinculadas a otras evidentemente reformistas, y las que son
revolucionarias.

Nosotros sabemos que en estos problemas de las constructoras, de las electrónicas, del diario "El Sur",
hay distintas apreciaciones dentro del gobierno, dentro de la UP en particular y en general dentro de la
izquierda. Pero nos parece que en la forma y generación del Poder Popular estos problemas que
aparecen como consecuencia en el cambio y en el desarrollo de los Comandos Comunales, tomarán
prioritaria importancia. Nosotros no estamos llamando ni a luchar contra el gobierno, ni a hacer caer
el gobierno, ni colocar los Comandos Comunales en contradicción fundamental con el gobierno. Pero
sí con el aparato del Estado. Única forma de generar Poder Popular.

Nosotros llamamos a no combatir al gobierno, sino a combatir todas las concesiones y todas las
regresiones y todos los retrocesos. A apoyar aquellas medidas que puedan resultar positivas al pueblo
a recuperar iniciativa. Su propia iniciativa. A confiar más en sus propias fuerzas, dado el carácter del
nuevo gabinete. Llamamos en esencia, a continuar el avance, sobre la base del desarrollo de los
Comandos Comunales y este nuevo programa que ha ido surgiendo durante la crisis de octubre,
llamado Manifiesto del Pueblo, Pliego del Pueblo o Programa del Pueblo, pero lo que contiene dentro de
si seguirá enriqueciéndose con todas las reivindicaciones e intereses de los distintos sectores del
pueblo.

Aunque aparezca como quebrando la armonía, el hecho que estén aquí algunas fuer- zas de la
izquierda y hay otras que no lo están, nos parece positivo y evidencia que la polémica se está dando al
rojo vivo, al interior de determinadas empresas, determinados sectores y áreas geográficas. Nos parece
que el problema debe ser delimitado, y debe establecerse lo que se llama una política revolucionaria en
la construcción y generación de un poder alternativo, de un poder popular. Y cómo, en un momento
dado, la política reformista puede adecuarse a la generación y a la fuerza que el pueblo tuvo para
imponer los Comandos Comunales. Porque no estuvieron todas las fuerzas de la izquierda de acuerdo,
y fue una batalla que la clase obrera y las capas aliadas dieron al interior de las comunas en Chile,
hasta que lograron finalmente vencer las resistencias.

Pero hoy día hay adecuaciones que, si bien formalmente aparecen saludando y apoyando la
generación de los Comandos, están embrionariamente y en el nacimiento de ellos abortando su
perspectiva, el carácter revolucionario que puedan tener.
Nada más, para no tomarme tiempo de más.

(TERCERA INTERVENCION, RESPUESTAS A PREGUNTAS).

Compañeros, yo voy a ser breve y trataré de ser lo más breve posible. A mi me hicieron 17 preguntas,
es un poco en exceso y vamos por tanto a hablar un poco rápido y tratando de contestar sólo aquellas
cuestiones que nos parecen fundamentales.

En segundo lugar, al hacerlo así queremos establecer que nuestra opinión es la opinión de nuestra
organización sobre cada uno de los distintos problemas. La primera de ellas. Nos preguntan ¿cuál es
la relación entre los Comandos Comunales y el aparato de Estado? Nosotros pensamos que en lo
fundamental es de contradicción y lucha, y no hay posibilidad ninguna de subordinación, so pena de
hacer desaparecer la perspectiva de la generación de un poder alternativo. Esto es, no podrá haber




                                                   8
ningún tipo de relación de subordinación, sino que al contrario la generación de los Comandos
Comunales en la perspectiva será la lucha en contra del aparato del Estado burgués.

En segundo lugar. Desde el punto de vista de la relación con el Gobierno (aquí hay varias preguntas
que me voy a poder saltar, que hacen referencia a esto), ¿cuál es la relación que tienen que tener los
Comandos Comunales con el gobierno? En general, pensamos que tampoco deben ser subordinados,
ni deben estar relacionados directamente. Hay un proyecto planteado en términos que en la cúspide
de ellos se ubiquen gobernadores e intendentes. Somos contrarios a ello y nos parece que es la
subordinación de los C.C. al gobierno.

Ahora esto que en general nos interesa precisar, en particular nos interesa precisarlo mucho más
después de la constitución del Gabinete UP-Generales.

La verdad es que la sola existencia de los Comandos Comunales (C.C.) no desmienten la idea de que el
nuevo Gobierno y la presencia de las FF.AA al interior del Gabinete van a dificultar su desarrollo. Que
lo impidan es otra cosa. Pero tenemos que sumar muchas más fuerzas y habrá que crear nuevas
condiciones para siquiera poder volver a las condiciones que teníamos antes de la formación de este
Gabinete. Nos explicamos:

Qué queremos decir con esto, y muy rápidamente expuesto, ¿Qué posibilidades tienen los obreros de
las industrias electrónicas de Arica de ejercer poder si están siendo amenazados de desalojo?. ¿Qué
poder están ejerciendo los obreros del diario "El Sur" que fueron desalojados policialmente y tres
dirigentes de ellos están presos?

¿Qué poder pueden ejercer los obreros de la construcción que están siendo amenazados de tener que
devolver las industrias a los patrones que las paralizaron en la crisis de octubre?: Poco, parece que
bastante poco.

El problema es que la generación de un Poder Popular, la generación de un poder dual en perspectiva,
está planteado no sólo sobre la base de la conciencia de la clase obrera. No todos los movimientos que
producen ascenso de las luchas de la clase obrera y sus capas aliadas, no todos los ascensos de las
movilizaciones de masas generan dualidad de poder. Es necesario, para que se genere dualidad de
poder, que este planteada una crisis de dominación y en concreto, que el aparato del Estado esté en
crisis; y en concreto que la clase dominante esté en crisis y que ésta crisis se proyecte en que el
aparato del Estado entre en crisis, como estaba antes del nuevo gabinete y como todavía esta con el
nuevo gabinete. Pero está comenzando a resoldar sus crisis a partir de la inclusión de los militares. Y
este es el problema en perspectiva, o sea, la posibilidad de que el Poder Popular se genere, tendrá que
ser ahora combatiendo contra el resoldamiento del Estado, contra el resoldamiento del poder del
aparato de dominación burgués. Esa es la tarea planteada que es una dificultad adicional, y no una
cualquiera ni menor. Ese es el problema planteado en términos de la perspectiva.

Otra cosa es que no lo alcance a hacer con velocidad y fuerza suficiente, que no alcance a resoldarse el
aparato del Estado, no alcanza a superar en velocidad, extensión y profundidad el desarrollo que tome
la lucha de clases, la fuerza que tenga la clase obrera, cómo sea capaz de sellar su alianza con las
otras capas y se generen C.C. con mayor velocidad, que asuman rápidamente en extensión y
profundidad tareas de poder.

Desde el punto de vista de como influye la inclusión de los militares al interior del Gobierno y en la
generación de los C.C. creo que lo hemos precisado ya. Del punto de vista de ¿qué rol cumplen los
C.C. en la unidad de la izquierda y del pueblo?

En primer lugar. Todo órgano de poder dual y todo órgano que pretenda generar poder popular, poder
alternativo, en concreto, tiene como condición básica la unidad del pueblo. Si no la logra bajo la
conducción de la clase obrera, en ese caso no hay poder popular. O sea, creemos que eso es básico.

Pero a su vez, para lograr estos mismos objetivos es imprescindible que el conjunto de las fuerzas que
ofrecen conducción al pueblo, estén al interior de esos Comandos. Pero no en paz y armonía, sino en
denodado combate ideológico, que por encima de la unidad del pueblo, al interior de estos Comandos,
se dé el combate ideológico, la lucha -a nuestro entender- que debe ser implacable contra el
reformismo, contra cualquier desviación reformista que atenta no a la constitución orgánica, formal,
de un Comando Comunal, sino a la generación de un poder alternativo, de una dualidad de poder en
Chile. Esa es la relación que entendemos entre izquierda, pueblo y Comando Comunal.

En cuando a las posibilidades de una nueva alianza política en la izquierda, nosotros pensamos que
germinalmente ya está naciendo. No pasa por el quiebre de la UP en estos momentos, pero sí pasa por
la coincidencia expresada, puntualmente acá, en varias intervenciones. Está pasando por la unidad
que están encontrando determinados sectores, bajo algunas aproximaciones ideológicas, que no las



                                                   9
hace idénticas, pero que en la política práctica coinciden y empujan en un mismo sentido en común a
lo largo de todo el país. Compañeros socialistas, de la IC, del MAPU, JRR, están encontrando en
conjunto con el MIR también, la coincidencia en una cantidad de tareas, entre ellas, a veces, el
levantamiento del programa; otras veces sobre formas de luchas; otras veces sobre la dirección obrera
en las empresas nacionalizadas; otras veces sobre el control obrero de la pequeña y mediana
industria; otras veces para la constitución de un Comando Comunal. O sea, en todos los rangos y
niveles en que la política de aproximación revolucionaria, al menos, se va dando, hay una serie de
coincidencias. Y pensamos que esa alianza en concreto fue la que posibilitó que germinaran los
Comandos Comunales, que de otra forma probablemente no habrían surgido. Porque no nacieron tan
espontáneamente, si bien no tuvieron conducción nacional de algunos partidos de la izquierda. La
tuvieron nacional de algunos partidos y local de otros, y esa fue la razón de cómo nacieron y se
generaron los Comandos Comunales.

Un compañero preguntaba ¿por qué al Partido Comunista lo ataca la clase dominante a pesar de que
nosotros digamos que su dirección desarrolla o ejerce una política fundamentalmente reformista?

Pensamos que no hay contradicción en eso. En concreto, el reformismo es la introducción de la
ideología de la pequeña burguesía en la clase obrera y es usada por la clase dominante en los períodos
de normalidad. En los períodos prerrevolucionarios no lo necesitan para eso y usan otras formas:
fascistoides, goriloides o cualquiera de las formas de ofensiva de la clase dominante. Sólo así podría
explicarse que partidos reformistas pelearon en España, por ejemplo, denodadamente en contra de la
clase dominante. O sea el sólo hecho de ser reformistas -si uno no quiere caer en el doctrinarismo-
puede perfectamente colocarlo en la trinchera, y está en la trinchera en situaciones de este tipo, del
campo de los trabajadores en contra del enemigo.

Puede cumplir otro rol, que es desarticular, confundir, desarmar al pueblo, pero no necesariamente
deja de estar en el campo de los trabajadores en enfrentamientos cruciales. Y la práctica diaria acá,
con la misma práctica y política del Gobierno de la UP, con todas sus limitaciones, lo evidencia. La
historia de la guerra civil española lo cristaliza más claramente aún.

Del punto de vista de ¿cómo los Comandos Comunales pueden generarse -si pretenden, en
perspectiva, como poder dual, destruir el aparato del Estado-, en plena hegemonía del aparato del
Estado burgués? Es que también el problema de los períodos de la lucha de clases hace variar el
problema. Si bien estamos frente a un Estado burgués, estamos frente a un Estado burgués en crisis,
y en el marco de esa crisis, que es expresión de la crisis de la clase dominante, es donde justamente se
está dando, además, el ascenso de las luchas de la clase obrera y sus capas aliadas, a partir de las
cuales, y en ese rango, podemos generar, por esa fisura, el desarrollo de un poder dual en perspectiva.
No podemos decir que la sola constitución de un Comando Comunal hoy día sea poder alternativo al
del Estado burgués y en la misma medida final en la cual pasa a la ofensiva y pueda destruir el
Estado burgués y levantar como forma de Estado la dictadura del proletariado.

Del punto de vista de cuáles fueron los errores que el MIR cometió: muchos, enormes. Pero su línea
esencial pensamos que fue básicamente correcta.

Que el Gabinete militar impide o no la generación de Comandos Comunales y por que nosotros no
planteamos que se genere el poder dual sin estar los militares en el gobierno. Eso es lo que dice una
pregunta con una rectificación posterior. En esencia, estableciendo que nos opusimos al Gabinete UP-
Generales. No pesábamos al interior del gobierno, ni somos parte del gobierno, pero nos opusimos a
ese Gabinete por las razones que ya hemos expuestos.

Levantamos una política, que es una política en que establecemos una relación -lo que llamamos una
nueva relación- que es una relación de vigilancia con el nuevo gobierno que creemos se origina. Y una
relación no de combate irrestricto, permanente y a todo, sino una relación de vigilancia. Una relación
que apoya todo aquello que a partir de ese gobierno y de acuerdo a la correlación interna de fuerzas
que se dé allá, pueda permitir el fortalecimiento de las luchas del pueblo, y que rechaza, combate y
denuncia cualquier concesión. Pensamos que ir más allá sería caer en doctrinarismo, que lo que
veamos como perspectiva lo quisiéramos ver cristalizado, y eso aún no es así.

¿Qué papel le asignamos a las capas medias? Brevemente expuesto también. Sería también muy largo
exponerlo, por lo menos como lo vemos nosotros, pero en general pensamos que en la pequeña
burguesía pueden haber capas a las cuales habrá que neutralizar y haya capas a las cuales hay que
ganar a la alianza revolucionaria. En segundo lugar, que de acuerdo al curso que toma el desarrollo de
las revoluciones, las capas medias, más bien llamadas pequeña burguesía propietaria y no
propietaria, pueden tomar distinto comportamiento.




                                                   10
Y hay períodos prerrevolucionarios que madurando rápidamente a revolucionarios, parten a las capas
medias o a la pequeña burguesía y con velocidades e imponen las condiciones del proletariado, caso
de la revolución rusa.

Ahora, hay otros períodos en que no madurando el período pre-revolucionario a situaciones
revolucionaria y no conquistando el proletariado rápidamente el poder, la pequeña burguesía sufre un
proceso que hemos llamado, digamos en forma simple, de enardecimiento, de activación política. Se
cohesiona, se organiza. En algunos países han sido capaces de levantar partidos políticos, y aliados
con el gran capital después incluso ejercen el poder; caso del nazismo. En otros países hacen de coro
del gorilismo: caso del Brasil.

Caso de Chile: el problema por lo menos está en términos de que la pequeña burguesía,
fundamentalmente su fracción propietaria, está cohesionada, organizada y con una fuerza que incluso
pone condiciones, por lo menos, a los partidos de la clase dominante, a la vez que establecen alianzas
con ella. Hay otras capas, fundamentalmente las capas asalariadas de la pequeña burguesía, los más
bajos estratos, que están ganadas por la izquierda; son los trabajadores de la salud, del SUTE; hay
fuerza enorme en ese terreno.

Hay mucho más todavía que aspirar a incorporar o ganar. Es más. También están trabajando de
hecho el conjunto de la izquierda, y nosotros hasta donde podemos, en ganar también pequeña
burguesía propietaria para poderla incorporar a la alianza. El problema es cómo se hace esa alianza.
Si esa alianza se hace fortaleciendo el papel de la clase obrera y generando el poder dual para
enfrentar al aparato del Estado, o se hace con concesiones de tipo económico. O sea, se le incorpora al
terreno de la lucha de clases en los terrenos fundamentales, o se le comienza a hacer concesiones de
tipo económico, vía por la cual nada se obtuvo, que es otro problema. O sea en cuanto a la
importancia de ella, sus fracciones, que pudiéramos neutralizar o pudiéramos ganar, nadie lo
desconoce, menos en un país como Chile que tiene un tremendo desarrollo en lo que es la pequeña
burguesía.

En cuanto al carácter del gabinete UP-Generales, si esta es una concesión o si envuelve un
compromiso político o constitucional. Es de hecho, a nuestro entender, una concesión. En segundo
lugar, si es o no un compromiso constitucional, es justamente una buena forma de expresarlo.
Establece un compromiso con una fuerza que dice públicamente y claramente que está defendiendo el
Estado de derecho, la paz social. Eso es exactamente lo contrario a lo que las revoluciones levantan
como tarea, como meta y como objetivo. Del punto de vista de las elecciones de marzo, yo creo que ya
perfilábamos nuestra política.

Para nosotros las elecciones no entregan el poder a quienes participen en ella, pero si son
instrumentos tácticos que se pueden utilizar para fortalecer las luchas del pueblo y avanzar hacia la
conquista del poder. Su utilización en este caso concreto lo hace enormemente importante desde el
punto de vista de las consecuencias y las perspectivas abiertas a partir de las elecciones de marzo.
Nosotros, por lo menos como política, vamos a participar con actividad electoral sobre la base de
condicionarlo al levantamiento de un programa, el programa que hemos llamado el Programa del
Pueblo y al problema de impulsar los Comandos Comunales y a una serie de consideraciones que
iremos precisando en muy corto plazo.

En cuanto a la ausencia del PC, ¿Si fue o no por eludir el enfrentamiento ideológico? Yo creo que
ustedes deben sacar sus propias conclusiones.



(*) Publicado en PUNTO FINAL. Nro. 175. 16 de enero de 1973. Suplemento con las intervenciones de todos los
participantes, copiadas solo páginas 5-8,15-17 y 20-22.
Esta versión fue recogida de “Textos de Miguel Enríquez”, Recopilación de Martín
Hernández y Pedro Naranjo, 5 Tomos, La Habana 1984.




                                                    11
PARA ENFRENTAR LA GUERRA CIVIL (*)



Miguel Enríquez E. Mayo 1973

Ningún sector de la izquierda o de la clase obrera y el pueblo, la desean o la propician. Más bien ésta
surge como la nueva táctica de sectores patronales, ante el fracaso de los intentos de conciliación de
clase, y su reemplazo objetivo por la agudización y polaridad de la lucha de clases.

Quienes se proponen desatarla son algunos sectores de la clase dominante, que responden a la
política "jarpista", a través del desatamiento de un paro patronal inmediato, la acusación de
"ilegitimidad" al gobierno y desde allí el quiebre de las FF.AA.

Alertar al pueblo sólo frente a esta táctica patronal puede desarmarlo, pues existe otro sector
reaccionario, al que llamamos "freísta", que estando de acuerdo en desalojar a la UP del gobierno, se
propone una táctica, que por sofisticada no es menos reaccionaria, que le permita evitar la guerra civil
como tal y desplomar al gobierno a través de paros, ojalá de origen "laboral", que dividan a la clase
obrera, "escalonados", que impidan la toma de conciencia del pueblo de la agresión patronal; la
creación de conflictos institucionales entre el Parlamento y el Ejecutivo, que origine una dualidad
institucional y desde allí emplazar y después desalojar al Gobierno; así intentan evitarse el quiebre de
las FF.AA., ganándose a la oficialidad constitucionalista.

Por eso la política que sectores reformistas desarrollan, de sólo denunciar la posibilidad de la guerra
civil, tampoco arma cabalmente al pueblo. Sostenemos que la tarea fundamental es acumular la
fuerza de masas necesaria, sea para impedir la guerra civil, o para ganarla si ella se desata por
decisión reaccionaria.

Esa acumulación de fuerzas sólo puede asegurarse en el levantamiento de un Programa
Revolucionario del Pueblo, que surja de la discusión misma de la clase obrera y el pueblo, para la
industria, el agro, la vivienda, la educación, el Código del Trabajo, etc.; que reanime, arme y una al
pueblo; y en el desarrollo y fortalecimiento de organismos de masas que, incorporando a todos los
sectores del pueblo, permitan orgánicamente a la clase obrera ejercer su papel de vanguardia sobre el
resto de las capas del pueblo, en la perspectiva del desarrollo de un poder popular alternativo al orden
burgués e independiente del Gobierno: los Comandos Comunales de Trabajadores.



(*) Cuestionario respondido y publicado en la revista CHILE HOY, Nro. 50. Santiago, Mayo de 1973.
Página 6. Esta versión fue recogida de “Textos de Miguel Enríquez”, Recopilación de Martín Hernández y
Pedro Naranjo, 5 Tomos, La Habana 1984.




                                                   12
DISCURSO POR CADENA DE RADIOEMISORAS



Miguel Enríquez E.
Fragmentos. 6 de julio de 1973. (*)



..."El abortado intento golpista del viernes 29 de junio se originó en la desesperación en que cayeron
las clases patronales ante la fortaleza de la clase obrera y el pueblo, expresada en las jornadas del
viernes 15 de junio y el paro nacional recién pasado, que selló el fracaso de la táctica freísta de dividir
a los trabajadores y desde allí apoyarse en un movimiento con rasgos populares, para arrinconar y
luego derrocar al Gobierno"...

..."La clase obrera y el pueblo comprendieron que sus intereses estaban amenazados y como nunca en
Chile empujaron y desarrollaron las tareas de vigilancia y autodefensa y prepararon la resistencia y
contraofensiva popular frente al golpismo".

..."El otro proceso que se desarrolló en éstos días fue silenciado por todos los sectores, no obstante que
mantuvo alertado y en tensión al país durante toda la semana. Nosotros alertamos de la deliberación
abierta por oficiales reaccionarios en las Fuerzas Armadas en contra del pueblo, en algunos casos
llegando incluso a la incitación abierta al golpismo".

"Pero para sorpresa de ellos, y esto debe saberlo el pueblo y debe saber como ha crecido su fuerza,
estas incitaciones fueron de inmediato neutralizadas y enfrentadas, fundamentalmente por la
suboficialidad y los soldados y también por oficiales honestos y altos oficiales antigolpistas".

"Superada esta etapa pasaron a otra: la del emplazamiento y chantaje político. Algunos altos oficiales
pretendiendo expresar posiciones de la oficialidad reaccionaria han comenzado a desarrollar la táctica
de un progresivo emplazamiento al Gobierno, al que de una u otra forma se le hacen exigencias
políticas contra los intereses de los trabajadores. Al mismo tiempo los partidos políticos de las clases
patronales y sus gremios empujan en el mismo sentido, disparando desde las trincheras del poder
político y económico del que aún conservan, intentan precipitar el conflicto institucional, declarando
inconstitucional al Gobierno...".

..."Las clases dominantes se atrincheraron en las posiciones del poder político e institucional que aún
conservan; la clase obrera toma posiciones ocupando fábricas, fundos, y desarrollando poder
popular..."

..."Los niveles de actividad, organización, conciencia y disposición de lucha que la clase obrera ha
alcanzado, son inmensos: la clase obrera es hoy día un ejército constituido, decidido a luchar por sus
intereses y a resistir la embestida reaccionaria. La clase obrera y el pueblo desde las fábricas y fundos,
desde los comandos comunales y desde los consejos campesinos, ya han notificado a sus direcciones
políticas que la lucha salió de los pasillos y del Parlamento y que no permitirán retrocesos ni
concesiones. Es aquí y ahora cuando las vanguardias, los líderes y los partidos serán sometidos a la
prueba de fuego".

"La suboficialidad, los soldados y los carabineros, la oficialidad antigolpista han evidenciado por su
parte su disponibilidad a frustrar y aplastar cualquier intento golpista, como también a no prestarse a
emplazamientos al Gobierno que atenten contra los intereses del pueblo".

"Esta fortaleza del pueblo, esta debilidad de los golpistas es lo que lleva a la desesperación a las clases
patronales, que modifican su golpismo inmediatista por una técnica que emplazando y arrinconando
progresivamente al Gobierno lleve a este a desconcertar al pueblo, a hacerlo retroceder, a corroer su
organización y unidad, para luego caerle encima con toda la fuerza reaccionaria".

"Por eso, los mismos que ayer escondidos aplaudían el asesinato de civiles ametrallados por los
tanques, hoy vociferan y gritan acusando a los miles de obreros que ocupan centenares de fábricas de
construir grupos armados, exigiendo su represión... Por eso chillan contra el poder popular, al que
aterrados ven fortalecerse. ¿Que quieren? ¿Que la clase obrera y el pueblo permanezcan de
espectadores frente al desarrollo golpista?...".




                                                    13
..."La clase obrera y el pueblo no son tan ingenuos como para caer en sus montajes publicitarios y en
las timideces vacilantes ..., saben que son fuertes y están decididos a continuar sus contraofensivas.
Los trabajadores no retrocederán, no se desorganizarán, no abandonarán las posiciones que han
tomado y no caerán en los llamados sibilinos que hace la hipocresía freísta, de retroceder para liberar
la lucha en el campo contrario, para jugar el destino del pueblo con las cartas marcadas de la
institucionalidad y el orden burgués...".

"No es necesario dar un paso atrás para dar pasos adelantes. La clase obrera y el pueblo no necesitan
hoy una tregua o un respiro. Las clases patronales sí que necesitan de la tregua para el desarrollo de
su táctica del emplazamiento. Nada sería hoy más peligroso y más suicida que abandonar las
posiciones tomadas y abrir la tregua. Eso significaría, se quiera o no se quiera, se diga o no se diga,
desmoralizar, desorganizar y dividir a la clase obrera y al pueblo, hacerla retroceder y desde allí
implacablemente las clases patronales le caerían con toda su fuerza sanguinaria...".

..."Por todo ello la tarea de los revolucionarios y de los trabajadores es desarrollar y extender la
contraofensiva popular y revolucionaria en desarrollo..., en una forma que le permita a la clase obrera
y al pueblo expresar su fuerza y fundamentalmente multiplicarla.

"Recojamos el llamado de los Comandos Comunales de Santiago e impulsemos un paro nacional que
permita dar un vuelco definitivo a la situación política... que notifique a los golpistas de la disposición
de lucha de los trabajadores..., a los chantajistas que la clase obrera y el pueblo no capitularán... que
no aceptan la promulgación de la reforma Hamilton- Fuentealba... que no devolverán las empresas
tomadas y que seguirán tomando posiciones en fábricas y fundos. Impulsemos un paro nacional
durante el cual fortalezcamos y multipliquemos los comandos comunales..., que exija se tomen
medidas inmediatas contra los oficiales golpistas.

" Impulsemos un paro nacional que exige del Gobierno llevar a cabo a través de la lucha directa de
masas la tarea de terminar con la propiedad privada de todas las fábricas de más de 14 millones de
escudos, de todos los fundos entre 40 y 80 hectáreas, que expropie CENADI y CONCI y establezca de
una vez por todas una distribución igualitaria y equitativa, que resuelva los problemas de los ingresos
de los trabajadores y de las Fuerzas Armadas a costa de la ganancia capitalista, reconociendo el pago
de horas extraordinarias y la posibilidad para sus miembros de incorporarse a las organizaciones
populares...".

..."Los días que se avecinan serán decisivos. La clase obrera y el pueblo deben mantener las posiciones
conquistadas y alcanzar otras. Los trabajadores deben exigir una conducción revolucionaria y
decidida. Deben rechazar los retrocesos a los vacilantes".



(*) Publicado en "Chile Hoy". Nro. 57, Santiago, julio de 1973, pág. 5.
Esta versión fue recogida de “Textos de Miguel Enríquez”, Recopilación de Pedro
Naranjo y Martín Hernández, 5 Tomos, La Habana 1984.




                                                           14
LAS TAREAS DEL PUEBLO CONTRA LA OFENSIVA GOLPISTA.



Declaración pública. 29 de Junio 1973.


En el día de hoy un sector reaccionario de las Fuerzas Armadas, encabezado por el Comandante del
Regimiento Blindados 2, Roberto Souper, intentó un golpe de Estado ocupando desde tempranas
horas las calles cercanas a La Moneda.

LA INTENTONA GOLPISTA FRACASO.

La ultraderecha chilena, el Partido Nacional y sectores ultrarreaccionarios de la Democracia Cristiana
apoyaron este intento golpista llamando a los gorilas criollos a llevar a cabo la acción golpista contra el
pueblo y que costó la vida a numerosos trabajadores inocentes.

Sin embargo, el pueblo contestó con la movilización inmediata, ocupando las fábricas, los fundos y
lugares de trabajo e impulsando decididamente el Poder Popular a través de la creación de los
Comandos Comunales de Trabajadores.

Al mismo tiempo, las Fuerzas Armadas y Carabineros leales al gobierno, se movilizaron decididamente
y aplastaron el intento de ocupación del Palacio de la Moneda, controlando la situación.

Pero el intento golpista tiene raíces y ramificaciones más amplias. En esta acción sediciosa y golpista
están comprometido políticos y parlamentarios de derecha y militares ultrarreaccionarios. Están
comprometidos el PN, la ultrarreacción democratacristiana, la SOFOFA, la CUPROCH, la SNA y el
imperialismo.

OFENSIVA A FONDO CONTRA LOS REACCIONARIOS.

La clase obrera y el pueblo deben desencadenar ahora una ofensiva a fondo contra la reacción y la
ultrarreacción chilena. El pueblo tiene fuerza más que suficiente para resolver la crisis planteada en
su favor.

Solo la movilización y organización independiente de los trabajadores y el combate decidido e
inmediato contra la reacción patronal e imperialista pueden derrotar definitivamente esta intentona
golpista y cualquiera intentona posterior. La clase obrera y el pueblo tienen claro que la crisis actual,
no la pueden resolver otras fuerzas que no sean las fuerzas de la clase obrera y los trabajadores.

Es la clase obrera y los trabajadores organizados en los Comando Comunales, los Comités de
Autodefensa de los Comandos Comunales los que deben tomar el control de las comunas, barrios,
ciudades y campos del país.

ALERTA Y PODER POPULAR.

Por eso convocamos a la clase obrera, a los trabajadores y al pueblo a mantenerse en estado de alerta
y movilización. A mantener la ocupación de las fábricas y fundos y lugares de trabajo, reforzando los
Comités de Autodefensa y desarrollando en formas masivas la organización de Brigadas de Vigilancia.
No devolver ninguna de las grandes empresas tomadas por los trabajadores y a imponer el Control
Obrero en el resto.

Por eso el MIR llama a fortalecer los Comandos Comunales allí donde existen y a crearlos de inmediato
donde todavía no se han constituidos, integrando a todas las organizaciones de masas existentes en la
comuna: Sindicatos, Centros de Madres, JAP, Junta de Vecinos, Centro de Estudiantes, etc.

IMPULSAR LOS COMITES DE VIGILANCIA Y AUTODEFENSA.

El Comando Comunal debe asumir de inmediato el control y vigilancia de la comuna. Llamamos a que
los Comités Directivos de los Comandos Comunales se declaren en sesión permanente. A crear y
hacer funcionar de inmediato un Comité de Defensa del Comando Comunal, para que tome a su cargo
el control del orden y la vigilancia en la comuna, organizando el plan de defensa y creando brigadas de
masas organizadas para la vigilancia y la defensa.




                                                    15
A organizar el Comité de Salud, el Comité de Abastecimiento, el Comité de Agitación y Propaganda y
todos los comités que sean necesarios para el funcionamiento efectivo del Comando Comunal.

CARCEL PARA LOS OFICIALES REACCIONARIOS Y GOLPISTAS.

Llamamos a la clase obrera y al pueblo a vigilar y encarcelar de inmediato a los oficiales reaccionarios
y golpistas y a luchar por la democratización de las Fuerzas Armadas y Carabineros.

El MIR llama a fortalecer la unidad de la clase obrera y el pueblo uniformado, con los oficiales
honestos, los suboficiales, soldados y carabineros.

A QUEBRAR EL PODER DE LOS PATRONES.

El MIR llama a pasar de inmediato todas las fábricas de más de 14 millones de escudos de capital a
poder de los trabajadores, a pasar a manos de los trabajadores los fundos de más de 40 HRB y a exigir
su intervención.

A expropiar CENADI y CONCI y todas las grandes distribuidoras y almacenes y que el pueblo tome de
inmediato en sus manos la distribución y el abastecimiento de la población.

A expropiar todos los bienes del imperialismo y a suspender el pago de la deuda externa.

A cerrar, expropiar y pasar a manos y al control del pueblo todas las radios, diarios y canales de
televisión que hoy están al servicio del golpismo. A expropiar de inmediato la cadena El Mercurio,
Tribuna, Radio Agricultura y el Canal 13.

UNIDAD DE TODA LA IZQUIERDA Y LOS REVOLUCIONARIOS.

El MIR llama a toda la izquierda, a unir fuerzas para combatir frontalmente a la burguesía, a la
reacción y a la ultrarreacción nacional y extranjera para detener los planes y proyectos golpistas y
sediciosos, derrotándolos definitivamente mediante un combate en que la clase obrera y el pueblo les
arrebate sus fábricas y fundos y los desaloje de sus trincheras de poder político: El Parlamento, la
Contraloría y la Corte Suprema.

El MIR llama a la clase obrera y al pueblo a no dejarse engañar por los Jarpas y los Frei, por los
parlamentarios reaccionarios, por el PN y el PDC, por la prensa reaccionaria, quienes intentarán
esconder su responsabilidad en este frustrado intento golpista, que costó la vida a decenas de
trabajadores inocentes.

Entre los responsables hay instigadores, promotores, cómplices, organizadores y ejecutores directos.
Los trabajadores y el pueblo deben vigilar para exigir que los responsables, cualquiera sea su grado de
participación no queden impunes y paguen sus crímenes. El pueblo exige cárcel y un castigo duro y
ejemplar para los que han atentado contra sus intereses.

El MIR saluda a la clase obrera, a los trabajadores y al pueblo, a los oficiales honestos, soldados y
carabineros, al conjunto de la izquierda y a nuestros militantes que supieron enfrentar a los golpistas,
en los cuarteles, en la calle, en las fábricas, en las poblaciones, en las ciudades y campos de Chile. Al
mismo tiempo, los llamamos a permanecer alertas y a seguir combatiendo a la reacción y al golpismo,
en la lucha diaria que libran los trabajadores y el pueblo contra sus enemigos, a través de las tareas
aquí planteadas.

A DESENCADENAR UNA GRAN CONTRAOFENSIVA REVOLUCIONARIA Y POPULAR.

El MIR llama a desencadenar una vasta ofensiva revolucionaria y popular contra los enemigos del
pueblo, contra la reacción patronal y el golpismo.

El MIR llama a luchar por el Programa Revolucionario del Pueblo, por la plataforma inmediata
destinada a resolver los problemas más urgentes de las masas.

A crear y fortalecer el Poder Popular, creando los Comandos Comunales de Trabajadores en todas las
comunas del país, asumiendo el control y la vigilancia de la comuna y la dirección de las luchas de la
clase obrera y el pueblo. A luchar por la democratización de las Fuerzas Armadas y Carabineros y por
la vigilancia y encarcelamiento de la oficialidad reaccionaria y golpista. A impulsar con más fuerza que
nunca la lucha por sustituir el Parlamento burgués por la Asamblea del Pueblo y por imponer el
establecimiento de un verdadero Gobierno de los Trabajadores.

                                     SECRETARIADO NACIONAL



                                                   16
MOVIMIENTO DE IZQUIERDA REVOLUCIONARIA. MIR.



(*) Santiago, 29 junio de 1973. De la fotocopia de un libro sin indicación de título. Pág. 70-72.
Esta versión fue recogida de “Textos de Miguel Enríquez”, Recopilación de Pedro Naranjo y Martín
Hernández, 5 Tomos, La Habana 1984.




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DISCURSO PRONUNCIADO POR MIGUEL ENRÍQUEZ (*)


Secretario General del MIR - Chile
Teatro Caupolicán, Santiago de Chile, 17 de Julio de 1973.
9 páginas


Compañeros trabajadores,
compañeros dirigentes de las organizaciones de masas, compañeros dirigentes de otras organizaciones
políticas, compañeros del Movimiento de Izquierda Revolucionaria
Trabajadores de todo Chile:

En las últimas semanas el país ha sido sacudido por graves y agudos conflictos. La lucha de clases se
ha agudizado mostrando al desnudo las contradicciones de la sociedad. En una rápida sucesión de
hechos y choques, los trabajadores han ocupado finalmente el lugar protagónico en el escenario de la
lucha política. La clase obrera y el pueblo atrincherados en los fundos y fábricas, enfrentan a sus
enemigos de clase que les acechan y amenazan.

Nos reunimos nuevamente en este Caupolicán para recoger la experiencia de estos días, analizar los
acontecimientos y fijar los próximos objetivos.

Pero éste no es sólo un acto de análisis éste es un acto de preparación para los próximos
enfrentamientos, éste es un acto de combate, éste es un llamado a la clase obrera y al pueblo a
reafirmar su posición combativa y a reemprender con más fuerza que nunca la lucha sin cuartel
contra las clases patronales, contra Frei, contra Jarpa, contra los enemigos de nuestro pueblo.

Aquí señalaremos nuestra política y nuestra táctica para esta coyuntura y los próximos combates. Las
clases patronales pondrán el grito en el cielo: que chillen, hay intereses de clase, poder y riqueza que
ellos quieren conservar y que nosotros empujamos a los trabajadores a arrebatárselos.

Pero hay también otros, en la izquierda, que han pretendido cuestionar el derecho del MIR a proponer
una táctica a las masas.

Lo que señalaremos es la táctica que el MIR propone a la clase obrera y al pueblo, y al conjunto de la
izquierda. Esta es la táctica que un extenso sector de los trabajadores ha venido impulsando y es la
que el MIR impulsará, les guste o no les guste a las clases patronales y a los vacilantes.

Del fracaso del Feismo surgió el golpismo de hace días, casi una decena de tanques, con algunos
oficiales reaccionarios a la cabeza, detrás de las banderas del Partido Nacional y de la ultrareaccion
democratacristiana, asesinaron cobardemente a civiles el viernes 29. Por eso, basta ya de hablar del
Comandante Souper, de tribunales de honor, cuando de lo que se trata es de criminales y
delincuentes que en vez de cortaplumas contaron con tanques.

De lo que se trata es del grupo armado del Partido Nacional que asaltó La Moneda utilizando tanques
que fueron comprados con el trabajo de obreros y campesinos. Lo que aquí fue mancillado no fue la
Institucionalidad ni el honor de algunos oficiales, sino el honor del pueblo y la vida de más de dos
decenas de soldados y trabajadores. Todo el que dispara contra el pueblo será marcado históricamente
como asesino del pueblo, tenga o no tenga uniforme.

Aplastado el intento golpista por las Fuerzas Armadas, algunos oficiales honestos, suboficiales y
carabineros, y por el inmediato cerco que los trabajadores tendieron alrededor de Santiago. La clase
obrera, consciente que el problema no estaba resuelto, continuó y profundizó su contraofensiva. Se
ocuparon centenares de fábricas y fundos, se controlaron las poblaciones, se incorporaron los
estudiantes y se multiplicaron y fortalecieron los Comandos Comunales, tomó impulso la organización
de defensa de los trabajadores y se desarrolló y fortaleció el Poder Popular. La clase obrera y el pueblo
comprendieron que este era un momento de aumentar rapidamente su fuerza, tomar más posiciones,
de estructurar su fuerza en el poder popular, única institución capaz de multiplicar sus energías y de
fortalecer la alianza revolucionaria de clases.

Por eso, por encima de la presión reaccionaria, no es éste el momento de cuestionar o limitar el
desarrollo del Poder Popular, como hacen algunos vacilantes de la izquierda. Dejemos que griten los
politicastros reaccionarios, aterrados con el desarrollo del poder popular.




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Pese a todo, a lo largo y ancho del país se oye un solo grito que resuena en las fábricas, fundos,
poblaciones y liceos, en los cuarteles del pueblo: el llamado a crear, fortalecer y multiplicar el Poder
Popular; el poder de los comandos comunales, el poder de los obreros y los campesinos, el poder de la
revolución.

Las clases patronales, los Frei, los Aylwin, después de abortado el intento golpista salieron de sus
escondrijos, rompieron su silencio cómplice sólo para combatir las organizaciones de fuerza, de poder
y combate de los trabajadores, que habian sido las que habían organizado la lucha contra el golpismo
y la defensa de sus libertades.

El cinismo y el descaro reaccionario no tienen límites. Después que un grupo armado del Partido
Nacional desde los tanques bombardeó La Moneda y asesinó a trabajadores, la Democracia Cristiana y
el Partido Nacional se permiten acusar a los trabajadores de organizar grupos armados y exigen su
disolución, represión y aplastamiento, amenazando con declarar inconstitucional al gobierno y
derrocarlo si éste no cumple con la "honrosa" tarea de reprimir las organizaciones populares.

Que no se equivoquen los reaccionarios: la clase obrera y el pueblo no aceptarán estos chantajes, no
darán un paso atrás y seguirán multiplicando y fortaleciendo sus organizaciones de poder, sus
órganos de combate, grite lo que grite, reclame lo que reclame Frei y sus secuaces.

Así llegamos a la situación actual.

Vivimos un momento en que el enfrentamiento social y político se ha agudizado en grado extremo. Dos
enormes bloques sociales se han constituido.

Por un lado, la clase obrera y el pueblo extensamente activados y movilizados, que dió un salto
enorme en organización y conciencia, que desarrolló importantemente su capacidad de defensa, que
tomó la iniciativa y tomó nuevas posiciones en fábricas y fundos, levantando un poderoso dique al
golpismo y al chantaje, junto a los suboficiales, soldados y carabineros y junto a los oficiales
antigolpistas.

Por otro lado, las clases patronales al quedar al descubierto, sin banderas, desarmadas políticamente,
sin base popular, se atrincheraron en la institucionalidad y desde allí comenzaron a presionar y a
mover sus influencias en la alta oficialidad reaccionaria para que las Fuerzas Armadas actuaran
abiertamente a la defensa de sus intereses.

Los reaccionarios abrieron un proceso de deliberación en los cuarteles, incitando al golpismo, cuyas
manifestaciones más inmediatistas fueron abortadas por la suboficialidad y por la oficialidad
antigolpista.

Era el momento de dar un salto adelante en la contraofensiva, de extender la toma de posiciones y de
golpear a las clases dominantes. La clase obrera y el pueblo así lo entendieron y lo pusieron en
práctica. Vacilaciones en el gobierno no acompañaron esta disposición ofensiva de los trabajadores en
lo inmediato. Ello permitió a las clases patronales readecuar su táctica: emplazamientos y exigencias
al gobierno para llevarlo, con la ilusión de una posible negociación, tomar medidas o tolerarlas, que
permitieran a las clases patronales fortalecerse y desarticular a los trabajadores.

Combinaron una estrategia golpista con una táctica de emplazamientos y chantajes. Atrincherados en
la institucionalidad burguesa, desde sus posiciones en la justicia y en la Contraloría, desde el
Parlamento amenazan con acusar constitucionalmente al gobierno y así sembrar la anarquía en la
Fuerzas Armadas, si el gobierno no se somete a sus exigencias, empujan a la alta oficialidad
reaccionaria a realizar emplazamientos al gobierno. Frei, el que ayer no más, pontificaba acerca del
carácter profesional y apolítico que debían mantener las Fuerzas Armadas, personalmente pasó la
semana pasada incitando a la deliberación, a emplazar al gobierno y al golpismo a altos oficiales
reaccionarios.

Frei aspira a recuperar concretamente el control del gobierno, para ello necesita previamente
desarticular y dividir toda posible resistencia a sus chantajes o a sus golpismos. Intenta con sus
chantajes obligar a que este gobierno se haga parte del trabajo sucio de reprimir a sectores del pueblo.

Trabajan sobre los sectores vacilantes de la izquierda, sembrando en ellos ilusiones en acuerdos
posibles. Quieren tentar a éstos a seguir su juego, a llegar a entendimientos que paralicen y
desarticulen la lucha del pueblo y de la izquierda, para después de ello dejarle caer la mano de hierro
del golpismo reaccionario.

Que entienda el señor Frei y todos los reaccionarios, que podrán engañar a los vacilantes y a los
reformistas más recalcitrantes. Pero la clase obrera que los conoció en El Salvador y Pampa Irigoyen:



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el pueblo que los vio dar luz verde al asesinato del General Schneider y a los tanques del viernes 29; el
pueblo y los revolucionarios: Frei y sus secuaces no los lograrán engañar jamás.

Hacen todo esto levantando la defensa de la democracia y la legalidad, la misma que bombardearon
los tanques del Partido Nacional.

Defienden no la libertad de los trabajadores, sino la democracia y el orden burgués. Defienden esa
democracia en cuyo nombre se ha masacrado asesinado y, torturado a trabajadores.

Defienden esa democracia que mata por hambre y miseria a millones en el mundo entero. Defienden
esa democracia que no es democracia, sino dictadura burguesa y patronal.

Esa no es la democracia de los trabajadores. La democracia proletaria la democracia directa que no
necesita Parlamento, Justicia o Contraloría como las actuales que se arrogan la representación del
pueblo.

Los trabajadores están construyendo en las comunas sus propias instituciones de clase; los
Comandos Comunales, órganos del Poder Popular que se fortalece día a día, y lo seguirán haciendo lo
acepten o no lo acepten los vacilantes y reclamen lo que reclamen los reaccionarios.

Las clases patronales y sus sirvientes políticos exigen la represión a los trabajadores y a los
revolucionarios por medio de la Ley de Control de Grupos Armados. Esta ley fue propuesta y aprobada
por la mayoría reaccionaria del Congreso. Entonces, nosotros la calificamos de la nueva ley maldita, y
la combatimos públicamente, El gobierno pudo haberla vetado pero no lo hizo; suya es la
responsabilidad por la negligencia y las consecuencias de esta ley represiva.

Fueron grupos armados del Partido Nacional con la venia del freísmo, los que no hace quince días
bombardeaban La Moneda, asesinaron a Moisés Huentelaf en Cautín, al obrero Ahumada en Santiago
desde el local del Partido Democratacristiano, son los que han puesto centenares de bombas en los
últimos dos años, los que asesinaron a un general en 1970, los que ametrallaron a nuestro
compañero Nilton Da Silva en Santiago.

Qué hipocresía y qué cinismo la de estos politicastros que denuncian y exigen la represión al pueblo
para ocultar sus propios crímenes.

Qué inconcebible lo que ocurre en este país y en esta democracia. Mientras el propio Pablo Rodríguez,
el cobarde, reconoce públicamente que otras unidades militares estaban comprometidas en el intento
golpista, y el mismo Ejército afirma hoy día, que la derecha se robó seis ametralladoras pesadas con
seis mil tiros del Regimiento
Maturana, hay sinvergüenzas que exigen que las Fuerzas Armadas repriman a supuestos grupos
amados entre los trabajadores y la izquierda.

Antes de exigir nada, el señor Frei debe explicar al país qué sabía del intento golpista del viernes 29.
Antes de chantajear a nadie, el señor Frei debe informar a todo el país a qué ha incitado a algunos
altos oficiales con los que han contactado en los últimos días.

Los reaccionarios exigen la promulgación de la Reforma Constitucional Hamilton Fuentealba, es decir
la devolución de empresas. La clase obrera y el pueblo han promulgado en los hechos ya su propia ley.
Los trabajadores ya decidieron de quién son las atribuciones, que son suyas, para incorporar
empresas al área Social.

La clase obrera y el pueblo ya decidieron cuáles son las empresas que quedarán en el área Social y
cuáles quedarán sujetas al control obrero.

La clase obrera en su lucha ocupó las fábricas y no serán politicastros golpistas forrados en las
banderas de la democracia y en dólares extranjeros, los que vengan a imponer sus condiciones a los
trabajadores.

Dirán los reaccionarios que esto es transgredir las leyes, la Constitución y el Derecho. Sí que lo es. Las
constituciones expresan intereses de clase y correlaciones de fuerza. Aquí en Chile, la clase obrera
está levantando en la práctica sus propias leyes y la constitución tendrá que cambiar en favor del
pueblo.

Los pueblos tienen el derecho a hacer sus propias leyes. La clase obrera y el pueblo en Chile están
construyendo aceleradamente sus propias leyes y echando las bases de una nueva Constitución, de
una nueva legalidad, de una legalidad revolucionaria, de esa legalidad que se construye en el combate
y en la lucha.



                                                    20
Los reaccionarios exigen la devolución de las fábricas ocupadas. Con eso quieren desarticular a la
clase obrera, dividir al pueblo. La clase obrera en las fábricas, en los Comandos y Cordones, exige y se
hará respetar el paso de todas las grandes empresas al área Social, el Control Obrero en la pequeña y
mediana y la Dirección Obrera en las empresas del área Social.

La clase obrera ha notificado a la Democracia Cristiana y al Partido Nacional, a los Jarpa y a los
Bulnes, a los Frei y a los Aylwin, que no acepta la promulgación de la Reforma Hamilton Fuentealba;
que es ella, la clase obrera, la que decidirá qué empresa pasa al área Social y qué empresa no pasa.

Algunos vacilan frente al emplazamiento reaccionario, sostienen que es necesario llegar a acuerdos
con sectores del campo contrario y ganar tiempo, y que de otra manera el enfrentamiento estallará de
inmediato. Esto que no era cierto hace unas semanas tampoco lo es hoy día.

La correlación de fuerzas para un levantamiento golpista no favorece a la clase patronal. Parte
importante de los mandos son antigolpistas, y la oficialidad antigolpista y la suboficialidad ya se han
demostrado capaces de sofocar intentos sediciosos.

La clase obrera y el pueblo están hoy, como nunca antes habían estado de fuertes, en organización y
disposición de combate tras la defensa de sus intereses y sus conquistas. Las otras capas del pueblo
día a día se incorporan con más fuerza y decisión, imponiéndole a la izquierda en su conjunto la
reagrupación y la acción común en la base.

Ahora, si la ofensiva de masas en curso lograra también imponerle una acción al gobierno, esta fuerza
puede multiplicarse, y ganarse el tiempo que se busca de la única forma posible: arrinconando al
enemigo, paralizándolo.

Quienes frente al emplazamiento reaccionario busquen dar una salida intermedia de conciliación o
consenso, fracasarán en su objetivo y desarticularán y dividirán a los trabajadores y a la izquierda.

Por eso, es inútil el diálogo con el Partido Democratacristiano, Este es un partido burgués en el que
predomina la táctica reaccionaria del freísmo. Si en él hay corrientes antigolpistas no serán ganadas
por los trabajadores por medio de concesiones, estas concesiones terminarán fortaleciendo al freísmo.

Los revolucionarios deben tratar de ganarse a los trabajadores democratacristianos, pero a través de la
denuncia del carácter reaccionario de su partido, impulsando el programa revolucionario del pueblo y
a través de la acción de masas.

No es posible dialogar con quien chantajea y amenaza con reprimir a los trabajadores.
La tarea no es ganar tiempo a costa de concesiones que nos debiliten. La tarea es llamar a la clase
obrera a estrechar sus propias filas, desde allí resistir los emplazamientos, conquistar nuevas
posiciones y los trabajadores, así, luego podrán emplazar a los patrones.

Por eso, la clase obrera no quiere un gobierno ni un Gabinete de diálogo, sino que exige que el
Gabinete y el gobierno sean instrumentos de lucha y combate.

No es éste el momento de cuestionar las tomas o de limitar el desarrollo del poder popular. Este es un
momento histórico fundamental en el que las grandes tareas son atajar al golpismo, enfrentar el
emplazamiento, neutralizar a los vacilantes, empujar y profundizar una vigorosa y resuelta
contraofensiva revolucionaria y popular.

No hay otra alternativa para los revolucionarios. Puede haberla para los reformistas más
recalcitrantes, pero a éstos la historia sabrá marcarlos de acuerdo a su conducta.

La situación sólo ofrece dos caminos: la capitulación reformista o la contraofensiva revolucionaria y, si
esta última desencadenara un intento golpista habrá fuerzas de sobra para aplastarlo.

Toda forma de capitulación, en fin de cuentas, conducirá, más temprano que tarde. al aplastamiento
de los trabajadores, a través de una dictadura reaccionaria y represiva.

Dos tácticas se ofrecen a la clase obrera y al pueblo.

Una, que establece que no es posible profundizar la ofensiva popular, pues encendería de inmediato el
enfrentamiento, que es necesario ganar tiempo; se mantiene al interior de la institucionalidad
burguesa, a la que no deja de criticar, pero al no dar una salida alternativa a ésta, se abren al diálogo
con sectores del campo contrario, el que sólo pueden construir devolviendo empresas y haciendo
concesiones.



                                                    21
Esta táctica está irremediablemente condenada al fracaso, pues buscando aliados en el campo
contrario los pierde en el propio.

La otra táctica es la táctica revolucionaria.

Es la táctica que ha puesto en práctica la clase obrera y el pueblo en las semanas recientes.

La táctica revolucionaria consiste en reforzar y ampliar la toma de posiciones en las fábricas, fundos y
distribuidoras.

No devolver las grandes empresas tomadas, incorporarlas al área social bajo Dirección Obrera,
imponiendo en la pequeña y mediana industria el Control Obrero.

Desarrollando la fuerza de los trabajadores fuera de la institucionalidad burguesa, estableciendo el
Poder Popular en los Comandos Comunales, los Comités de Defensa, multiplicando y extendiendo la
ofensiva popular, incorporando a ella a los pobladores, campesinos y estudiantes, extendiendo la
movilización a todo el país.

Desarrollando la alianza de los trabajadores con los soldados, suboficiales y oficiales honestos.

Rescatando la base obrera y popular de la Democracia Cristiana. Fortaleciendo la alianza
revolucionaria de la clase obrera y el pueblo. Impulsando la reagrupación de los revolucionarios y la
acción común de la izquierda por la base.

La tarea inmediata de esta táctica revolucionaria es profundizar y ampliar la contraofensiva popular y
revolucionaria en curso y, para ello, proponemos la realización de un paro nacional por 24 horas.

Proponemos la realización de este paro a todas las organizaciones populares de este país: a la CUT a
los Comandos Comunales, a los Consejos Campesinos, a las Federaciones Campesinas y
Estudiantiles y a todos los trabajadores.

Proponemos que este paro notifique a los golpistas que la clase obrera y el pueblo aplastarán todo
intento golpista.

Proponernos este paro para notificar a los reaccionarios que la clase obrera y el pueblo resistirán y
enfrentarán toda forma de emplazamiento y chantaje. Un paro que notifique a los politicastros y
reaccionarios que la clase obrera no acepta la promulgación de la Reforma Constitucional de Hamilton
y Fuentealba, pues la clase obrera ya promulgó su ley y está decidida a no devolver ninguna gran
empresa.

Un paro nacional que rechace las triquiñuelas legalistas de los Frei, Pareto, Aylwin, Jarpa y Bulnes,
que pretenden colocar al pueblo y al gobierno en la ilegalidad.

Un paro nacional de carácter distinto, un paro que organice, fortalezca y multiplique los Comandos
Comunales en todo el país, incorporando a todas las capas del pueblo.

Un paro nacional que exija medidas inmediatas contra todos los oficiales golpistas y la remoción de los
mandos comprobadamente comprometidos en la sedición y, el chantaje.

Un paro nacional que levante como derecho legítimo de la clase obrera y el pueblo la organización de
sus propios órganos de vigilancia, de protección, de defensa y de lucha.

Un paro nacional que exija la solución de los problemas de ingreso de los trabajadores y de las
Fuerzas Armadas, a costa de la ganancia capitalista.

El MIR no pretende atribuirse la paternidad de esta proposición, no hemos hecho otra cosa que
recoger la proposición que hicieron los Comandos Comunales, sectores de vanguardia de la clase
obrera y el pueblo. Llamamos al resto de la izquierda y al conjunto de las organizaciones populares a
impulsar un paro nacional, como la mejor forma táctica de profundizar la contraofensiva en curso.

Fortalecer y desarrollar el Poder Popular y luchar por la democratización de las FFAA. La clase obrera
y el pueblo deben luchar por resolver los problemas de ingreso y abastecimiento de los miembros de
las FFAA por terminar las restricciones a éstos en sus derechos ciudadanos y porque tengan la
posibilidad de incorporarse a las organizaciones populares.




                                                    22
Los trabajadores hoy enfrentan un programa reaccionario, el programa de la explotación y la miseria.
Un programa general de hace dos años no es suficiente. El único programa que se ha demostrado
eficaz es el que hoy levantan extensos sectores de los trabajadores, es el Programa Revolucionario del
Pueblo: programa que multiplica la fuerza y el poder de los trabajadores.

No será sólo con un Programa económico de emergencia o con la batalla de la producción con lo que
se resolverá la actual crisis. El país vive una crisis política y sin resolver ésta no será posible resolver
los problemas económicos. Sólo enfrentando las posiciones de poder político que hoy controlan las
clases patronales desde el Parlamento, la Contraloría y la Justicia.

Por eso, hoy es más necesario que nunca impulsar la lucha contra el orden burgués y luchar por
generar los Tribunales del Pueblo, la Asamblea del Pueblo y el Poder Popular.

Los reaccionarios y en especial el freísmo, están exigiendo desde hace algunos días la represión de
nuestra organización: el MIR. No nos atemoriza ni nos sorprende. No es la primera vez que el freísmo
se juega por la represión, la tortura y la cárcel en contra nuestra. Les advertimos que no nos
encontrarán como a sus ahijados políticos de Patria y Libertad pidiendo asilo en las embajadas y que
hoy, reprimir al MIR es reprimir a un contingente importante de la clase obrera y el pueblo. Que
entonces, nos asistirá el derecho a levantar las formas de lucha que se correspondan a la nueva
situación.

Si la contrarevolución tomara la forma de un golpismo desatado, del emplazamiento militar violento,
los revolucionarios y los trabajadores deben de inmediato extender las tomas de fábricas y fundos,
multiplicar las tareas de defensa e impulsar el Poder Popular como Gobierno Local autónomo de los
poderes del Estado.

Los suboficiales, soldados y carabineros deben desobedecer las órdenes de los oficiales golpistas y, en
ese caso, todas las formas de lucha se harán legítimas.

Entonces, sí que será cierto que los trabajadores con los soldados, marineros, aviadores y carabineros,
los suboficiales y oficiales antigolpistas, tendrán el legítimo derecho a construir su propio ejército, el
Ejército del Pueblo.

Compañeros trabajadores:

Vivimos momentos definitorios, las conquistas y el futuro de los trabajadores están amenazados.

La lucha de clases es siempre una guerra, encubierta. La contrarrevolución burguesa se propone, hoy
en Chile, hacerla estallar.

El pueblo no se dejará amarrar las manos. La clase obrera y el pueblo están en disposición de
combate, están decididos a defender sus conquistas y están más decididos hoy que nunca a
conquistar su futuro.

Por eso, los trabajadores han puesto en marcha una gran contraofensiva revolucionaria y popular: por
eso, la clase obrera y el pueblo han organizado la defensa de sus conquistas y se preparan a
conquistar nuevas posiciones.

El pueblo emplaza su fuerza, desarrolla el poder popular, multiplica los Comandos
Comunales, y levanta la organización de su defensa.

Compañeros: el pueblo debe prepararse para resistir, debe prepararse para luchar, debe prepararse
para vencer. Trabajadores de Chile:
¡ADELANTE CON TODAS LAS FUERZAS!


¡ADELANTE CON TODAS LAS FUERZAS DE LA HISTORIA!



(*) La presente edición fué tomada de ”MiguelEnríquez: Textos Escogidas”. Tomo 0. Recopilación de Pedro Nararanjo y
Martín Hernández . Ciudad de la Habana Cuba. 1984. Edición de 160 págs. Mimeografo.




                                                        23
FRENTE A LA ORDEN DE DETENCION



Miguel Enríquez E. 29 de agosto de 1973
2 páginas


A LA CLASE OBRERA Y AL PUEBLO:
Por la prensa reaccionaria me he impuesto que estoy acusado de intento de subversión en la Armada,
que el Fiscal Naval, Víctor Villegas habría emitido orden de detención en contra del Secretario General
del MIR y petición de desafuero contra los Secretarios Generales del PS y del MAPU. Además, que el
Secretario General y otros dirigentes del MIR estaríamos "huyendo al extranjero". Frente a todo esto
estimo necesario puntualizar lo siguiente:

1.- La única subversión que se ha intentado desarrollar en la Armada es la de oficiales navales
reaccionarios que desde mayo de este año han venido preparando un golpe de Estado gorila, a través
de medidas como la acumulación de tres veces la cantidad normal de alimentos y combustibles en la
Escuadra, la búsqueda de conexiones con oficiales de otras ramas de las FF.AA. y las arengas a los
suboficiales y marineros de la Escuadra en las que se les exigía su apoyo para derrocar al Gobierno y
reprimir a los trabajadores. Al revés de lo que afirman los delincuentes de la prensa, Silva Espejo y
Fontaine, esta subversión reaccionaria fue la única que se dio en la Armada, y si no prosperó fue
precisamente gracias a la decidida resistencia antigolpista que emprendió un extenso sector de la
marinería, que hoy paga con prisión y torturas el haberse negado a disparar contra los trabajadores.

2.- Si esa orden de detención hubiera sido efectivamente emitida por la Fiscalía Naval tendríamos
entonces el privilegio de sumarnos a los centenares de marineros, obreros, campesinos y pobladores
hoy perseguidos y reprimidos por la justicia patronal, civil o uniformada.

Si esta caricatura de justicia tuviera al menos una mascarada de imparcialidad, antes de proponerse
reprimir revolucionarios debería primero encarcelar y procesar a los politicastros Jarpa, Frei y otros
senadores del PN y PDC, que cobardes e incapaces por sí mismo de llevar a cabo sus criminales
propósitos, vienen desde hace meses conspirando e instigando las filas de la oficialidad reaccionaria de
las FF.AA. para impulsarlas a que desaten un golpe de estado gorila "por................. (tres líneas
ilegibles en el original) ....... los marineros hoy encarcelados al Fiscal Naval. Debiera encarcelar y
reprocesar a los oficiales navales que torturaron sal- vajemente a los marineros antigolpistas, lo que
éstos también han denunciado al Fiscal Naval, quien además los ha visto con los brazos enyesados y
con heridas en la cara y manos. Debiera decretar la libertad inmediata de estos marineros, pero como
Fiscal es parte de la farsa no hará nada de esto.

3.- En cuanto a que algún dirigente del MIR estuviera "huyendo del país", para desilusión de "El
Mercurio" y de los politicastros reaccionarios, los militantes y dirigentes del MIR no somos como sus
"héroes democráticos" de Patria y Libertad, Pablo Rodríguez o Benjamín Matte, que al primer
contratiempo cobardemente buscaron asilo en embajadas y huyeron del país.

Para mayor desilusión y preocupación de los reaccionarios, los militantes y dirigentes del MIR no
somos como otros cobardes que, después de estridentes bravuconadas, terminan como Roberto
Thieme y diez de sus secuaces dejándose detener pasivamente por cuatro personas. El MIR, sus
militantes y dirigentes, sin estridencias verbales, han demostrado no actuar así, y saben y están listos
a luchar en todos los terrenos cuando las circunstancias lo hacen necesario.

4.- Hoy cuando la amenaza gorila se cierne sobre la clase obrera y el pueblo, cuando otros vacilan y
retroceden desarmando y confundiendo a los trabajadores y cuando comienza a imponerse, por
presión reaccionaria y debilidad reformista, una escalada represiva sobre los trabajadores y los
revolucionarios, los dirigentes y militantes del MIR estamos en nuestros puestos de lucha en todo el
país, e impulsando con más fuerza que antes nuestro trabajo revolucionario entre los obreros,
campesinos y pobladores, apoyando decididamente y en las formas que sean necesarias la lucha
antigolpista de los marineros, carabineros, soldados, clases, suboficiales y oficiales antigolpistas de las
FF.AA. y levantando el derecho legítimo a organizar la lucha antigolpista de todos los sectores del
pueblo.

MIGUEL ENRIQUEZ, Secretario General.
MOVIMIENTO DE IZQUIERDA REVOLUCIONARIA. MIR.




                                                    24
(*) Santiago, 29 de agosto de 1973. Publicado en el periódico "ULTIMA HORA" del 31 de agosto, 1973. Transcrito de una
fotocopia ilegible en el lugar indicado.
Esta versión fue recogida de “Textos de Miguel Enríquez”, Recopilación de Pedro Naranjo
y Martín Hernández, 5 Tomos, La Habana 1984.




                                                         25
Movimiento de Izquierda Revolucionaria de Chile y Miguel Enríquez
Movimiento de Izquierda Revolucionaria de Chile y Miguel Enríquez
Movimiento de Izquierda Revolucionaria de Chile y Miguel Enríquez
Movimiento de Izquierda Revolucionaria de Chile y Miguel Enríquez
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  • 2. http://www.scribd.com/people/view/3502992-jorge Miguel Enríquez MOVIMIENTO DE IZQUIERDA REVOLUCIONARIA DE CHILE Escritos http://www.scribd.com/Insurgencia 2
  • 3. INTERVENCIONES DE MIGUEL ENRIQUEZ EN EL FORO POLITICO: "EL PODER POPULAR Y LOS COMANDOS DE TRABAJADORES".(*) Miguel Enríquez E. Diciembre 1972. Nota: Foro organizado por el sindicato de trabajadores del diario "Clarín" en la Casa de la Cultura "Gabriela Mistral". Participaron: Luis Maira, de la Izquierda Cristiana; Víctor Barberis, del Partido Socialista; Pablo Richard, del Movimiento Cristianos por el Socialismo; Oscar Garretón, del MAPU; y Miguel Enríquez el Partido Comunista no asistió. (PRIMERA INTERVENCION) Compañeras y compañeros: Queremos empezar por donde terminó el compañero. Queremos empezar por agradecer al Sindicato de Trabajadores de "Clarín" la realización del foro, felicitarlos y agradecerles. Es extraño realmente y poco frecuente que nos inviten a nosotros, al Movimiento de Izquierda Revolucionaria, a participar en foros con otras fuerzas políticas. No es extraño, eso sí, que haya sido un sindicato de trabajadores el que haya tomado la iniciativa. El tema propuesto por los compañeros trabajadores de "Clarín" es el tema probablemente fundamental en la discusión hoy día: el problema de la lucha por el poder, llamado aquí popular, y toda lucha política es en última instancia una lucha por el poder, y la otra parte, la lucha por los Comandos Comunales, que es la forma concreta que está asumiendo acá la lucha por el poder, es una de sus formas. La única limitación que tendremos y por eso tendremos que galopar sobre los temas, será el problema del tiempo. Pensamos que no es posible hablar de lucha por el poder o del poder popular sin hablar del Estado. Del Estado burgués, del aparato del Estado capitalista. No diremos ni aportaremos ninguna novedad teórica pero ocurre un poco en Chile que la suma de tácticas, la flexibilidad política va rayando en oportunismo, y es poco frecuente recordar cuál es la esencia real de las cosas y cómo realmente se reordenan las fuerzas y los aparatos dentro de una sociedad. El Estado es en esencia un instrumento de dominación de clase. Busca y ejerce fundamentalmente una coerción, se trata de mantener una mayoría explotada dominada por una minoría explotadora. Lo hace a través de dos formas fundamentales: formas represivas: allí están las masacres -Pisagua para los que lo olvidan-, los desalojos, la represión policial o militar en sus distintas instancias, y tiene también componentes y formas ideológicas, que son la moral, el derecho, la legalidad, etc. Todo está allí construido y justamente para mantener la explotación y la dominación de una clase por otra. Tiene varios componentes, entre ellos está el aparato ejecutivo, está el aparato armado, verdadero esqueleto del aparato del Estado, las FF.AA., está el aparato burocrático, está el parlamento, está la justicia y una serie de otros componentes, cada uno encargado de específicas funciones. La base fundamental de él en la sociedad capitalista es el Estado de derecho que se consagra por escrito en la llamada Constitución, en las leyes. Por escrito se representan los intereses de una minoría para explotar a una mayoría, por escrito se consagra el derecho a la represión y a la explotación de una mayoría por una minoría. La Constitución, y no hay ningún teórico capaz de demostrar lo contrario, no representa los intereses de la nación, de todo el pueblo, representa los intereses de una minoría, y está y existe en función de explotar, reprimir y mantener la dominación de una minoría sobre una mayoría. El Estado sufrió transformaciones en el caso particular del chileno; tiene por un lado características específicas y por otro sufrió modificaciones con el ascenso del gobierno de la UP. En Chile, el Estado es también un aparato de coerción de clase. En Chile eso sí, adopta al mismo tiempo una determinada forma, la forma más elevada del Estado Burgués, la forma en el cual la dictadura de la burguesía sobre el proletariado se expresa en la forma de democracia representativa y Chile es uno de los países que ha logrado generar una de las más estables y sólidas. No sólo eso, el Estado chileno también por muchas razones tuvo un enorme crecimiento en décadas pasadas, crecimiento que se acelero durante el gobierno de Frei y en particular durante el gobierno de Allende. A fines de la década del 60, finalizando el gobierno de Frei, distintas otras causas que sería largo de exponer acá, hicieron que estas formas representativas, estas formas democráticas de expresión de la dictadura de la burguesía sobre el proletariado dejaron de ser tan democráticas, y fue acercándose a democracias representativas un tanto más represivas. Y fueron haciéndose más 3
  • 4. coercitivos los mecanismos de dominación política al interior de este país y ahí está la "mano dura" de Pérez Zujovic, las masacres de Frei, las torturas, la represión, los decretos de reanudación de faenas, el fenómeno general expresado en múltiples formas en los últimos años del gobierno de Frei. Esto era por muchas razones lo que a finales iba germinando y generando lo que después iba a cristalizarse: un período pre-revolucionario. Entraba en crisis las clases dominante al mismo tiempo que se producía un marcado, notorio y cualitativo ascenso de las luchas del pueblo, encabezadas por la clase obrera, que fundamentalmente cuestionaban el sistema de dominación mismo; ya no se trataba sólo de la lucha entre fracciones de la burguesía. Este período generó una situación particular en su desarrollo. La formulación y configuración de las características de este período que llamamos pre-revolucionario cristalizó un momento, que fue generado por causas que van mucho más allá de algunos partidos o de algunas conducciones particulares: el gobierno de la Unidad Popular. Se produjo a partir de la generación de este gobierno una particular situación en Chile. El aparato del Estado siguió siendo un instrumento de dominación capitalista y burguesa pero sufrió importantes modificaciones. Al interior de su cúspide, en la parte más alta de él, en el poder Ejecutivo, se instaló una fuerza social, un frente político que no representaba los intereses de las clases dominantes y, al contrario, tenía fundamentales contradicciones con ella. El resto del sistema eso sí, siguió establecido, para lo cual había sido construido, y siguió funcionando. Siguió siendo el aparato del Estado capitalista que tenía insertado dentro de sí un componente que estaba ocupado por otros sectores sociales, por otros frentes políticos. Para el resto de los componentes del aparato del estado, la norma de conducta siguió siendo la norma de conducta del aparato del estado capitalista. Allí se fortaleció, en determinados componentes del aparato del Estado, la clase dominante. En el Parlamento, en la Justicia, en la Contraloría, etc. A partir de eso comenzó una lucha denodada al interior del aparato del Estado, a la vez que se daba en el conjunto de la sociedad, por definir cuál era la clase y cuáles eran los intereses que hegemonizaban el control del aparato del Estado. Pero esta lucha se daba sobre ciertas garantías y sobre ciertos marcos. Los marcos los establecía el respeto a la legalidad, el respeto a la Constitución, el respeto a aquella formulación por escrito de dominio de la burguesía. Podía operar y moverse el pueblo, podían moverse las fuerzas políticas, incluso teniendo en la cúspide del aparato del Estado, el control de ella, fuerzas que no eran de la clase dominante, siempre que lo hicieran dentro de determinados moldes y marcos del sistema de dominación capitalista. Ese fue el carácter de las garantías constitucionales exigidas por la DC en el Parlamento. La lectura de ellas establece claramente cómo puede diferenciarse lo que es el sistema de dominación capitalista de lo que es el ejercicio o el dominio de un sector o una parte del aparato del Estado. Esas mismas garantías son lo que otros han llamado "el Moscú", como Claudio Orrego Vicuña, ideólogo DC que ha levantado la defensa de la legalidad, la defensa de los partidos políticos, la defensa de la educación privada, la defensa y el establecer la permanencia intacta de las FF.AA, de la propiedad privada, son considerados el Moscú, a partir del cual había que dar cualquier batalla por defenderla, desde el punto de vista de la burguesía. Andrés Zaldívar lo llamaba en entrevista de prensa "los pilares de la democracia", eran los pilares de la dictadura de la burguesía. ¿Cuál era en esa peculiar situación la tarea que los revolucionarios debimos y debieron proponerse? Fundamentalmente desarrollar la política concreta que permitiera hacer madurar un período pre- revolucionario a una situación revolucionaria y que luchara teniendo como eje fundamental la conquista del poder. Todo esto entendido en la particular forma que adoptaba la lucha de clases en Chile. No se trataba de ir conquistando el poder por pedazos, como quien corta un salchichón en pedazos, y cada pedazo que se va ganando o conquistando es una supuesta cuota de poder. El hecho de conquistar el gobierno no permitía hablar de una cuota de poder al interior de la sociedad. Más bien, decimos, son posiciones que son valorables y hay que valorar como positivo, a partir de las cuales puede realmente combatirse, si se colocan en sentido correcto, por la conquista del poder. Pero no puede entenderse que toda posición que se tome en el aparato del Estado es una cuota de poder que se va tomando. Por la vía de la caricatura podríamos llegar incluso a decir que cuando Recabarren era diputado, hace muchas décadas, había ya una cuota de poder en manos del proletariado, o cuando tenemos a un suboficial de izquierda tenemos una cuota de poder al interior del aparato del Estado. Y si exageramos esto, cuando tenemos una oficina pública que controlamos, o tengamos algún funcionario público, tendríamos otra rebanada del salchichón llamado poder. Nosotros no estamos con esto subvalorando lo que puede entenderse como el uso del instrumento que pudiera haberse hecho del gobierno en manos de fuerzas de izquierda ni mucho menos. Pensamos que era de verdad un poderoso instrumento que, orientado en un sentido correcto, pudo haber permitido avanzar mucho, o por lo menos más de lo que realmente se avanzó ¿Qué entendíamos que había que hacer? Entendíamos que había que acumular fuerzas y la fuerza no se podía encontrar al 4
  • 5. interior del aparato del Estado. Esa fuerza no estaba en los pasillos del Congreso, en los pasillos del ministerio; esos eran instrumentos, posiciones que, colocadas al servicio de la búsqueda de la fuerza en la fuente fundamental, el movimiento de masas, podían permitir acumular realmente la fuerza a favor del pueblo. Esa era la tarea fundamental, es la tarea fundamental, y la relación entre el movimiento de masas y el gobierno debió haber sido y debe ser el uso del instrumento gobierno al servicio de las luchas del pueblo. Para acumular fuerza al interior del pueblo. No en su freno, no al contrario, el movimiento de masas detrás y teniendo al gobierno de la UP como meta única, incluso última en oportunidad. ¿Cómo entendíamos que eso podía hacerse? Había que levantar un programa y hacer las adecuaciones al programa de la UP que fueran necesarias. Después habrían de emerger programas adecuados. Había al mismo tiempo que readecuar las tareas políticas, las alianzas, las movilizaciones del pueblo, que identificar a los enemigos políticos y no confundirlos, y para andar rápido, no ahondo sobre eso, había a la vez, y aquí llegamos a los Comandos Comunales, que ir estructurando al interior de esta particular situación, órganos autónomos del pueblo, órganos autónomos de clase, que fueran independientes de las clases dominantes. Esos órganos autónomos son los que empiezan hoy a germinar en los Comandos Comunales. Esta no es una tarea que esté permanentemente planteada en cualquier país, en cualquier momento; pero en un período pre-revolucionario es justamente una de las tareas fundamentales y la herramienta fundamental, y no el gobierno, que permitía acumular fuerza y realmente caminar hacia la conquista del poder. Se trataba de organizaciones que fueran independientes de las clases dominantes, de la burguesía. Se trataba de organizaciones de masas que fueran independiente del aparato del Estado y no que estuvieran sujetas a él. Sin temores y pacateces de ningún tipo, dicho claramente, caminar germinalmente hacia la dualidad de poder, que es el único camino que realmente podría ir construyendo un poder alternativo. Decirlo por decreto, arbitraria y artificialmente, y no entendiendo que es un problema que tiene que germinar progresivamente y de acuerdo a las correlaciones de fuerza y al tenor de las fuerzas que se acumule, es evidente una sinrazón. Pero puesto en la realidad concreta, como octubre lo demostró, era un camino posible y al que las masas estaban más que dispuestas y están hoy más que dispuestas. Esto era, más o menos, lo que entendíamos por las tareas que había que levantar alrededor de los Comandos Comunales. No se podía tratar de plantear como tarea inmediata el asalto al poder, eso era caer en ultraizquierdismo, nadie lo ha planteado así. Tampoco, y en eso estamos todos de acuerdo, esos órganos no tenían que tener como eje una política contra el gobierno, ni mucho menos. Pero tampoco podía, a partir de que se había conquistado el gobierno confundir en el hecho y en la práctica y trabajar sobre la base de que se había conquistado el poder o cuotas de aquel salchichón de poder. En particular, pensamos que la generación de los Comandos Comunales no tiene que estar regida por una orientación de este tipo. Establecer, como algunos quieren establecer, los Comandos Comunales no como embriones de poder, sino como organismos dependiente del aparato del Estado y subordinados a él, es justamente anular su desarrollo. La polémica no está puesta en si tienen que desarrollarse contra el gobierno o a favor del gobierno; la política tiene que ser otra, como se articula la utilización del instrumento del gobierno independizado de la generación de órganos de poder progresivo al interior del movimiento de masas y la resultante de ambos factores o instrumentos puede permitirnos realmente avanzar. Habría que hacerlo entendiendo realmente cuál era la situación particular que teníamos. Santiago no era Petrogrado, ni el año 72 tenía mucho que ver con 1917, pero algo tenía que ver. No había acá una crisis general del sistema en la cual las tareas que los bolcheviques entonces se plantearon estuvieron a la orden del día; pero sí las líneas esenciales del desarrollo de la lucha de clases, en los períodos fundamentales definidos, sí que tenían un hilo conductor similar. Había que hacerlo en Chile entendiendo la permanecía del sistema de dominación capitalista y que el Estado burgués existía como tal. Entendiendo a la vez que dentro de aquel aparato del Estado había posiciones ganadas por fuerzas políticas que no eran de la clase dominante, que el gobierno estaba en manos de la izquierda; y había que entender también que se daba un movimiento de masas, con la clase obrera como vanguardia, en ascenso y a la ofensiva en términos globales, organismos autónomos. Entendiendo que esto iba a establecer contradicciones con el aparato del Estado y con el sistema de dominación. Pero allí no cabía vacilación. Si de revolución estábamos hablando, y ese es el objetivo así entendíamos la generación de los Consejos Comunales de Trabajadores. Llamábamos y llamamos a los Consejos Comunales de Trabajadores, aquellos organismos en los que ya cristalizan tareas de poder. No es situación de hoy día, hoy hablamos de Comités Coordinadores o Comandos Comunales en los cuales van germinando recién coordinaciones, incluso muchas de ellas todavía están en una fase burocrática y no logran ser democráticas y convocar al conjunto del pueblo. ¿Por qué entendíamos esto de esta manera? Entendíamos que en el caso particular de Chile, el decir alianza obrero-campesina era insuficiente, y había que establecer también la alianza con los que llamábamos los "pobres de la ciudad", y la única forma que teníamos de incorporarlos, o la forma más factible que teníamos presente, era la posibilidad de incorporarlos a través de lo que llamábamos los 5
  • 6. Consejos Comunales. En segundo lugar, entendíamos que el pueblo estaba fragmentado, que la clase obrera dividida por unidad de producción y que estaba el pueblo fragmentado por sector social, que los pobladores no estaban unidos a los obreros, que la clase obrera no podía ser vanguardia de las clases en forma global y plena en la medida en que estaban fragmentados campesinos de obreros, pobladores de obreros, estudiantes de obreros, que había que buscar un mecanismo unificador de todo el pueblo, un mecanismo que, al mismo tiempo que unificara, incorporara a capas que estaban más retrasadas o que estaban pasivas, esto es lo que planteábamos alrededor de los Consejos Comunales. A partir de eso entendíamos que se podían plantear las tareas de control del aparato burocrático del Estado en las cuales se levantara y reconociera la contradicción fundamental que había y hay entre el movimiento de masas y el aparato del Estado, entendido como el aparato burocrático del Estado, las tareas y la lucha antiburocrática que el pueblo vive minuto a minuto en la salud, en la vivienda, en la educación, y del cual se defiende y tiene el derecho y el deber de combatir, y es la única forma también de incorporar fuerza y capas del pueblo. Esto entendíamos que eran las tareas que tenían que plantearse alrededor de la generación de este tipo de organismo. Allí se encontraría la fuerza y la conciencia para enfrentar a la burguesía, por un lado, y para ir generando órganos de poder; y esto manejando la contradicción de que en la realidad el aparato del Estado capitalista estaba aún allí, que había un gobierno de izquierda; eso era real, y que al mismo tiempo teníamos que generar esos organismos. La crisis de octubre, y galopo un tanto pues ya se termino mi tiempo, hizo evidente todo esto. Ante la ofensiva patronal, la clase obrera y el pueblo dieron un enorme salto adelante, un gigantesco paso adelante. Antes habían germinado algunos factores de éstos en las crisis de agosto y septiembre. En la crisis de octubre tomaron en sus manos el aparato productivo casi en su totalidad, demostraron que los patrones estaban de más, como formulaban nuestras consignas; establecieron control obrero sobre una enorme parte del aparato productivo y distributivo, rompieron la polaridad gobierno-oposición y lograron establecer una polaridad de clase, aislando a la DC de la base obrera que había logrado ganar en el período anterior. Se levantaron programas y adecuaciones programáticas conocidas como el Pliego del Pueblo y el Manifiesto del Pueblo; embrionariamente surgían síntomas de una contraofensiva popular que debió haber sido la senda fundamental a partir de la cual debió ser orientado el movimiento de la izquierda y el pueblo después de la crisis de octubre. Pero la crisis de conducción y las vacilaciones reformistas hicieron que esto no se estableciera. Habiendo germinado en órganos, germinalmente de poder local en un ascenso que era característico del período, pero que acá tomaba connotaciones importantes, habiéndose generado más de medio centenar de Comando Comunales que abrían embrionariamente la generación de un poder popular, la conducción reformista que predominó, y no fuimos capaces de revertirla, estableció lo contrario, buscó una salida distinta; el gabinete, el llamado por ellos gabinete, por nosotros "gabinete UP- generales´´. El reformismo fundamentalmente planteó y logró predominar en las fuerzas de izquierda y sabemos que en esto tuvo que "predominar" porque el conjunto de las fuerzas de izquierda no participaba de esto, y levantó la fórmula de lo que llamábamos gabinete UP-generales. ¿Qué estaba realmente haciendo? Aceptando imposiciones de la clase dominante o de fracciones de ella; no caía el gobierno, pero al mismo tiempo, eso sí, se consolidaba el sistema de dominación burgués. Las Fuerzas Armadas son un componente del aparato del Estado burgués y en este momento, a partir de particulares situaciones que se han dado en Chile, se han ido independizando o autonomizando, como algunos llaman, de la representación del jarpismo o el freísmo, y se levantan como sacerdotes defensores del estado de derecho, de la legalidad, del sistema de dominación capitalista, y esa es la realidad, y esto es lo que se ha estado consagrando de hecho, a partir de la generación del Gabinete UP-Generales. Esto para nosotros no significa tener que decir que "el gobierno es burgués", ni "abajo el gobierno", ni tampoco "abajo los ministros militares". Decimos que ese es el problema que la táctica tiene que resolver, Pero debe reconocerse que lo que se estaba consolidando eran el Moscú de Orrego, los pilares de Zaldívar, o el Estado de derecho, como la ha llamado el mismo Ministro del Interior; y al interior de él había que devolver determinadas fábricas, había que "no hacer antiimperialismo" contra el gobierno norteamericano sino que contra algunas empresas, había que levantar no la lucha por un poder popular, sino algunas transformaciones económicas; se estaba consolidando el sistema de dominación capitalista, se estaba sentando las reglas del juego en las que el pueblo tenía que dar su lucha. Nosotros no dejamos de valorar posiciones, especialmente del PS y la IC, que favorecieron y apoyaron la generación de Comandos Comunales desde su partida, también entendemos lo hizo después el MAPU, incluso el PC. Todas ellas las consideramos positivas aún cuando con algunos de ellos tenemos todavía diferencias en la forma y en la adecuación que deben tomar en su desarrollo. Las consecuencias, de lo que llamamos nosotros el cambio de carácter del gobierno, para nosotros consiste fundamentalmente en que el eje del gobierno se ha desplazado, se ha resoldado o intenta resoldar el aparato del Estado, se intenta por tanto, impedir el desarrollo de un poder popular. Se 6
  • 7. intenta resoldar el aparato del Estado y su sistema de dominación. Esto dificultará el desarrollo de un poder popular y debe ser entendido así; no significa que lo resolde en definitiva. Esto también es independiente de que valoremos declaraciones de determinadas altas jerarquías militares que podamos considerar positivas, pero la ubicación que las Fuerzas Armadas históricamente están tomando y que objetivamente tienen es estos instantes es la que describimos; y llamarse a engaño a partir de una u otra declaración es no entender la esencia de las cosas y de lo que ha ocurrido. Terminemos diciendo una cosa. La generación de este gabinete y la formulación de las vertientes que tomará el desarrollo de la lucha de clases en Chile en los próximos meses pasarán importantemente por el fenómeno electoral y esto guarda relación con la generación de un poder popular. En concreto, para nosotros, el problema de la importancia de las elecciones no pueden llamar a confundir a nadie y no puede llamarse a engaño a nadie. Por la vía electoral nadie puede conquistar el poder, pero sí es un hecho que en determinadas oportunidades es posible hacer uso de las elecciones como instrumento táctico que fortalezca las luchas del pueblo por la conquista del poder. En la particular situación de Chile, las elecciones de marzo tendrán importancia y serán fundamentales por la convocatoria que generarán y también por las consecuencias que puedan tener. Desde ese punto de vista plan- teamos la necesidad de que tanto los revolucionarios como el pueblo participen dentro de ellas, pero sobre la base de dos cuestiones: la primera, es que lo hagan a partir y levantando un programa que quiebre las polaridades de oposición-gobierno y que levante polaridades y enfrentamientos de clase, y le quite el apoyo popular a la burguesía. Y por el otro, que declare no la consolidación del sistema de dominación burgués, no el apoyo o el aplauso al parlamento, sino la lucha por la Asamblea del Pueblo, coronación final del desarrollo progresivo de los Comandos Comunales. Eso es todo. (SEGUNDA INTERVENCION) Compañeros, quiero en primer lugar agradecer al compañero Richard por el tiempo que le robamos. De inmediato quiero aprovechar los pocos minutos de que disponemos estableciendo por lo menos dos cosas que creo que son importantes. La primera de ellas es que la coincidencia vista acá, en función del desarrollo y las formas de organización del pueblo y los objetivos políticos, es mucho más importante de los que pudiéramos haber pensado. Augura, se podría decir, una posibilidad seria de abrir un camino más o menos sólido hacia la conquista del poder. La verdad, eso sí, es que aquí no estamos todos. Lo que quisiéramos en segundo lugar establecer es que, al mismo tiempo si valoramos esto, no le pidamos al pueblo, a partir de los Comandos Comunales, lo que los partidos políticos de izquierda no precisan. Y nos parece que es importante que se aclare acá. Aquí probablemente vamos a poner la nota amarga, en término de no estar de acuerdo todos, quién sabe, pero nos parece básico establecerlo. La verdad que sobre los Comando Comunales y la generación del Poder Popular en Chile, hay dos estrategias planteadas: una, que denominamos reformista, y otra, revolucionaria. Esto que aquí puede parecer teórico, o propio de foro, es dramático para los obreros del FTR o de los distintos partidos de la izquierda, socialistas, comunistas, de las distintas fábricas, que están amenazadas de ser desalojadas y devueltas a sus patrones, o algunas de ellas ya han sido desalojadas. La apreciación que se tome, en las generaciones de los Comandos Comunales y su relación con el gobierno por tanto, toma una importancia que nos parece obliga entrar a precisarlo. En primer lugar, sobre los Comando Comunales hay dos formas de desarrollarlos. Yo creo que las alternativas no son la idealista y la burocrática. Son, si están o no subordinadas al aparato burocrático del Estado, al aparato del Estado burgués, o si son autónomos. Si se construyen como formas que caminan hacia la conquista del poder, y por tanto hacia la destrucción del Estado, o si están subordinados al aparato del Estado, y por tanto, a todas las negociaciones, conciliaciones y contradicciones que se den al interior de los distintos componentes del aparato del Estado controlado por distintas fuerzas sociales. Nos parece que esto es básico de entender. Dentro de esto, de si la generación de los Comandos es democrática o burocrática. En segundo lugar, establecer que esto es fundamentalmente importante hoy día, con el nuevo gobierno que hoy tenemos. Sería, en otro período quién sabe discutible, quién sabe probablemente no. En este minuto es crucial. Si alguien dice -si todos decimos- que el control del ejecutivo es un instrumento importante, nosotros remarcamos, es tan importante que, puesto en un sentido o en otro, puede significar un avance o un retroceso enorme. Y es en lo que tenemos que estar vigilantes en este instante. Decíamos recién -rápidamente antes que ....- que el gobierno había cambiado, que se había levantado, de parte de una fracción al interior del gobierno, la defensa del orden burgués, que el eje del gobierno había cambiado. Ya no era sólo los partidos de la izquierda, eran los partidos de la izquierda más las FF.AA. Esto, que parece teórico, decimos, es dramático. 7
  • 8. Es dramático para los obreros de las industrias electrónicas de Arica que están seriamente amenazados de desalojo y de tener que devolver sus empresas. Es dramático para los obreros de las constructoras, que están amenazados también de tener que devolver sus empresas, por las concesiones hechas en la solución del paro. Fue y es dramático, para los obreros del diario "El Sur" de Concepción, que fueron desalojados policialmente y hay tres de ellos presos. O sea, esto que parece una disquisición teórica, establece el camino y el curso posible que puede tomar la generación de un Poder Popular, o el afirmamiento de un poder burocrático. Esto para nosotros debe ser precisado. Y no se resuelve el problema, por tanto, al sólo establecer el apoyo a los Comando Comunales. La forma y la relación que tomen con el Gobierno, su autonomía o su dependencia, el hecho que estén subordinados o no a los intendentes o gobernadores, el hecho de que sean generados democráticamente o burocráticamente, establece el curso que puedan tomar y si en realidad, a partir de ellos, vamos a generar un Poder Popular o vamos a estar más bien contribuyendo de alguna forma a frenar y debilitar el avance de las masas por la vía de la coordinación más eficiente, incorporándolos, de hecho, al sistema de dominación con todas las contradicciones que este momento tiene a su interior, de acuerdo a las distintas fuerzas que controlan los distintos componentes del aparato del Estado. O sea, para nosotros nace por tanto la necesidad por encima del acuerdo global que valoramos como positivo, la necesidad de establecer los campos y separar las aguas, entre las concepciones que consideramos en este aspecto vinculadas a otras evidentemente reformistas, y las que son revolucionarias. Nosotros sabemos que en estos problemas de las constructoras, de las electrónicas, del diario "El Sur", hay distintas apreciaciones dentro del gobierno, dentro de la UP en particular y en general dentro de la izquierda. Pero nos parece que en la forma y generación del Poder Popular estos problemas que aparecen como consecuencia en el cambio y en el desarrollo de los Comandos Comunales, tomarán prioritaria importancia. Nosotros no estamos llamando ni a luchar contra el gobierno, ni a hacer caer el gobierno, ni colocar los Comandos Comunales en contradicción fundamental con el gobierno. Pero sí con el aparato del Estado. Única forma de generar Poder Popular. Nosotros llamamos a no combatir al gobierno, sino a combatir todas las concesiones y todas las regresiones y todos los retrocesos. A apoyar aquellas medidas que puedan resultar positivas al pueblo a recuperar iniciativa. Su propia iniciativa. A confiar más en sus propias fuerzas, dado el carácter del nuevo gabinete. Llamamos en esencia, a continuar el avance, sobre la base del desarrollo de los Comandos Comunales y este nuevo programa que ha ido surgiendo durante la crisis de octubre, llamado Manifiesto del Pueblo, Pliego del Pueblo o Programa del Pueblo, pero lo que contiene dentro de si seguirá enriqueciéndose con todas las reivindicaciones e intereses de los distintos sectores del pueblo. Aunque aparezca como quebrando la armonía, el hecho que estén aquí algunas fuer- zas de la izquierda y hay otras que no lo están, nos parece positivo y evidencia que la polémica se está dando al rojo vivo, al interior de determinadas empresas, determinados sectores y áreas geográficas. Nos parece que el problema debe ser delimitado, y debe establecerse lo que se llama una política revolucionaria en la construcción y generación de un poder alternativo, de un poder popular. Y cómo, en un momento dado, la política reformista puede adecuarse a la generación y a la fuerza que el pueblo tuvo para imponer los Comandos Comunales. Porque no estuvieron todas las fuerzas de la izquierda de acuerdo, y fue una batalla que la clase obrera y las capas aliadas dieron al interior de las comunas en Chile, hasta que lograron finalmente vencer las resistencias. Pero hoy día hay adecuaciones que, si bien formalmente aparecen saludando y apoyando la generación de los Comandos, están embrionariamente y en el nacimiento de ellos abortando su perspectiva, el carácter revolucionario que puedan tener. Nada más, para no tomarme tiempo de más. (TERCERA INTERVENCION, RESPUESTAS A PREGUNTAS). Compañeros, yo voy a ser breve y trataré de ser lo más breve posible. A mi me hicieron 17 preguntas, es un poco en exceso y vamos por tanto a hablar un poco rápido y tratando de contestar sólo aquellas cuestiones que nos parecen fundamentales. En segundo lugar, al hacerlo así queremos establecer que nuestra opinión es la opinión de nuestra organización sobre cada uno de los distintos problemas. La primera de ellas. Nos preguntan ¿cuál es la relación entre los Comandos Comunales y el aparato de Estado? Nosotros pensamos que en lo fundamental es de contradicción y lucha, y no hay posibilidad ninguna de subordinación, so pena de hacer desaparecer la perspectiva de la generación de un poder alternativo. Esto es, no podrá haber 8
  • 9. ningún tipo de relación de subordinación, sino que al contrario la generación de los Comandos Comunales en la perspectiva será la lucha en contra del aparato del Estado burgués. En segundo lugar. Desde el punto de vista de la relación con el Gobierno (aquí hay varias preguntas que me voy a poder saltar, que hacen referencia a esto), ¿cuál es la relación que tienen que tener los Comandos Comunales con el gobierno? En general, pensamos que tampoco deben ser subordinados, ni deben estar relacionados directamente. Hay un proyecto planteado en términos que en la cúspide de ellos se ubiquen gobernadores e intendentes. Somos contrarios a ello y nos parece que es la subordinación de los C.C. al gobierno. Ahora esto que en general nos interesa precisar, en particular nos interesa precisarlo mucho más después de la constitución del Gabinete UP-Generales. La verdad es que la sola existencia de los Comandos Comunales (C.C.) no desmienten la idea de que el nuevo Gobierno y la presencia de las FF.AA al interior del Gabinete van a dificultar su desarrollo. Que lo impidan es otra cosa. Pero tenemos que sumar muchas más fuerzas y habrá que crear nuevas condiciones para siquiera poder volver a las condiciones que teníamos antes de la formación de este Gabinete. Nos explicamos: Qué queremos decir con esto, y muy rápidamente expuesto, ¿Qué posibilidades tienen los obreros de las industrias electrónicas de Arica de ejercer poder si están siendo amenazados de desalojo?. ¿Qué poder están ejerciendo los obreros del diario "El Sur" que fueron desalojados policialmente y tres dirigentes de ellos están presos? ¿Qué poder pueden ejercer los obreros de la construcción que están siendo amenazados de tener que devolver las industrias a los patrones que las paralizaron en la crisis de octubre?: Poco, parece que bastante poco. El problema es que la generación de un Poder Popular, la generación de un poder dual en perspectiva, está planteado no sólo sobre la base de la conciencia de la clase obrera. No todos los movimientos que producen ascenso de las luchas de la clase obrera y sus capas aliadas, no todos los ascensos de las movilizaciones de masas generan dualidad de poder. Es necesario, para que se genere dualidad de poder, que este planteada una crisis de dominación y en concreto, que el aparato del Estado esté en crisis; y en concreto que la clase dominante esté en crisis y que ésta crisis se proyecte en que el aparato del Estado entre en crisis, como estaba antes del nuevo gabinete y como todavía esta con el nuevo gabinete. Pero está comenzando a resoldar sus crisis a partir de la inclusión de los militares. Y este es el problema en perspectiva, o sea, la posibilidad de que el Poder Popular se genere, tendrá que ser ahora combatiendo contra el resoldamiento del Estado, contra el resoldamiento del poder del aparato de dominación burgués. Esa es la tarea planteada que es una dificultad adicional, y no una cualquiera ni menor. Ese es el problema planteado en términos de la perspectiva. Otra cosa es que no lo alcance a hacer con velocidad y fuerza suficiente, que no alcance a resoldarse el aparato del Estado, no alcanza a superar en velocidad, extensión y profundidad el desarrollo que tome la lucha de clases, la fuerza que tenga la clase obrera, cómo sea capaz de sellar su alianza con las otras capas y se generen C.C. con mayor velocidad, que asuman rápidamente en extensión y profundidad tareas de poder. Desde el punto de vista de como influye la inclusión de los militares al interior del Gobierno y en la generación de los C.C. creo que lo hemos precisado ya. Del punto de vista de ¿qué rol cumplen los C.C. en la unidad de la izquierda y del pueblo? En primer lugar. Todo órgano de poder dual y todo órgano que pretenda generar poder popular, poder alternativo, en concreto, tiene como condición básica la unidad del pueblo. Si no la logra bajo la conducción de la clase obrera, en ese caso no hay poder popular. O sea, creemos que eso es básico. Pero a su vez, para lograr estos mismos objetivos es imprescindible que el conjunto de las fuerzas que ofrecen conducción al pueblo, estén al interior de esos Comandos. Pero no en paz y armonía, sino en denodado combate ideológico, que por encima de la unidad del pueblo, al interior de estos Comandos, se dé el combate ideológico, la lucha -a nuestro entender- que debe ser implacable contra el reformismo, contra cualquier desviación reformista que atenta no a la constitución orgánica, formal, de un Comando Comunal, sino a la generación de un poder alternativo, de una dualidad de poder en Chile. Esa es la relación que entendemos entre izquierda, pueblo y Comando Comunal. En cuando a las posibilidades de una nueva alianza política en la izquierda, nosotros pensamos que germinalmente ya está naciendo. No pasa por el quiebre de la UP en estos momentos, pero sí pasa por la coincidencia expresada, puntualmente acá, en varias intervenciones. Está pasando por la unidad que están encontrando determinados sectores, bajo algunas aproximaciones ideológicas, que no las 9
  • 10. hace idénticas, pero que en la política práctica coinciden y empujan en un mismo sentido en común a lo largo de todo el país. Compañeros socialistas, de la IC, del MAPU, JRR, están encontrando en conjunto con el MIR también, la coincidencia en una cantidad de tareas, entre ellas, a veces, el levantamiento del programa; otras veces sobre formas de luchas; otras veces sobre la dirección obrera en las empresas nacionalizadas; otras veces sobre el control obrero de la pequeña y mediana industria; otras veces para la constitución de un Comando Comunal. O sea, en todos los rangos y niveles en que la política de aproximación revolucionaria, al menos, se va dando, hay una serie de coincidencias. Y pensamos que esa alianza en concreto fue la que posibilitó que germinaran los Comandos Comunales, que de otra forma probablemente no habrían surgido. Porque no nacieron tan espontáneamente, si bien no tuvieron conducción nacional de algunos partidos de la izquierda. La tuvieron nacional de algunos partidos y local de otros, y esa fue la razón de cómo nacieron y se generaron los Comandos Comunales. Un compañero preguntaba ¿por qué al Partido Comunista lo ataca la clase dominante a pesar de que nosotros digamos que su dirección desarrolla o ejerce una política fundamentalmente reformista? Pensamos que no hay contradicción en eso. En concreto, el reformismo es la introducción de la ideología de la pequeña burguesía en la clase obrera y es usada por la clase dominante en los períodos de normalidad. En los períodos prerrevolucionarios no lo necesitan para eso y usan otras formas: fascistoides, goriloides o cualquiera de las formas de ofensiva de la clase dominante. Sólo así podría explicarse que partidos reformistas pelearon en España, por ejemplo, denodadamente en contra de la clase dominante. O sea el sólo hecho de ser reformistas -si uno no quiere caer en el doctrinarismo- puede perfectamente colocarlo en la trinchera, y está en la trinchera en situaciones de este tipo, del campo de los trabajadores en contra del enemigo. Puede cumplir otro rol, que es desarticular, confundir, desarmar al pueblo, pero no necesariamente deja de estar en el campo de los trabajadores en enfrentamientos cruciales. Y la práctica diaria acá, con la misma práctica y política del Gobierno de la UP, con todas sus limitaciones, lo evidencia. La historia de la guerra civil española lo cristaliza más claramente aún. Del punto de vista de ¿cómo los Comandos Comunales pueden generarse -si pretenden, en perspectiva, como poder dual, destruir el aparato del Estado-, en plena hegemonía del aparato del Estado burgués? Es que también el problema de los períodos de la lucha de clases hace variar el problema. Si bien estamos frente a un Estado burgués, estamos frente a un Estado burgués en crisis, y en el marco de esa crisis, que es expresión de la crisis de la clase dominante, es donde justamente se está dando, además, el ascenso de las luchas de la clase obrera y sus capas aliadas, a partir de las cuales, y en ese rango, podemos generar, por esa fisura, el desarrollo de un poder dual en perspectiva. No podemos decir que la sola constitución de un Comando Comunal hoy día sea poder alternativo al del Estado burgués y en la misma medida final en la cual pasa a la ofensiva y pueda destruir el Estado burgués y levantar como forma de Estado la dictadura del proletariado. Del punto de vista de cuáles fueron los errores que el MIR cometió: muchos, enormes. Pero su línea esencial pensamos que fue básicamente correcta. Que el Gabinete militar impide o no la generación de Comandos Comunales y por que nosotros no planteamos que se genere el poder dual sin estar los militares en el gobierno. Eso es lo que dice una pregunta con una rectificación posterior. En esencia, estableciendo que nos opusimos al Gabinete UP- Generales. No pesábamos al interior del gobierno, ni somos parte del gobierno, pero nos opusimos a ese Gabinete por las razones que ya hemos expuestos. Levantamos una política, que es una política en que establecemos una relación -lo que llamamos una nueva relación- que es una relación de vigilancia con el nuevo gobierno que creemos se origina. Y una relación no de combate irrestricto, permanente y a todo, sino una relación de vigilancia. Una relación que apoya todo aquello que a partir de ese gobierno y de acuerdo a la correlación interna de fuerzas que se dé allá, pueda permitir el fortalecimiento de las luchas del pueblo, y que rechaza, combate y denuncia cualquier concesión. Pensamos que ir más allá sería caer en doctrinarismo, que lo que veamos como perspectiva lo quisiéramos ver cristalizado, y eso aún no es así. ¿Qué papel le asignamos a las capas medias? Brevemente expuesto también. Sería también muy largo exponerlo, por lo menos como lo vemos nosotros, pero en general pensamos que en la pequeña burguesía pueden haber capas a las cuales habrá que neutralizar y haya capas a las cuales hay que ganar a la alianza revolucionaria. En segundo lugar, que de acuerdo al curso que toma el desarrollo de las revoluciones, las capas medias, más bien llamadas pequeña burguesía propietaria y no propietaria, pueden tomar distinto comportamiento. 10
  • 11. Y hay períodos prerrevolucionarios que madurando rápidamente a revolucionarios, parten a las capas medias o a la pequeña burguesía y con velocidades e imponen las condiciones del proletariado, caso de la revolución rusa. Ahora, hay otros períodos en que no madurando el período pre-revolucionario a situaciones revolucionaria y no conquistando el proletariado rápidamente el poder, la pequeña burguesía sufre un proceso que hemos llamado, digamos en forma simple, de enardecimiento, de activación política. Se cohesiona, se organiza. En algunos países han sido capaces de levantar partidos políticos, y aliados con el gran capital después incluso ejercen el poder; caso del nazismo. En otros países hacen de coro del gorilismo: caso del Brasil. Caso de Chile: el problema por lo menos está en términos de que la pequeña burguesía, fundamentalmente su fracción propietaria, está cohesionada, organizada y con una fuerza que incluso pone condiciones, por lo menos, a los partidos de la clase dominante, a la vez que establecen alianzas con ella. Hay otras capas, fundamentalmente las capas asalariadas de la pequeña burguesía, los más bajos estratos, que están ganadas por la izquierda; son los trabajadores de la salud, del SUTE; hay fuerza enorme en ese terreno. Hay mucho más todavía que aspirar a incorporar o ganar. Es más. También están trabajando de hecho el conjunto de la izquierda, y nosotros hasta donde podemos, en ganar también pequeña burguesía propietaria para poderla incorporar a la alianza. El problema es cómo se hace esa alianza. Si esa alianza se hace fortaleciendo el papel de la clase obrera y generando el poder dual para enfrentar al aparato del Estado, o se hace con concesiones de tipo económico. O sea, se le incorpora al terreno de la lucha de clases en los terrenos fundamentales, o se le comienza a hacer concesiones de tipo económico, vía por la cual nada se obtuvo, que es otro problema. O sea en cuanto a la importancia de ella, sus fracciones, que pudiéramos neutralizar o pudiéramos ganar, nadie lo desconoce, menos en un país como Chile que tiene un tremendo desarrollo en lo que es la pequeña burguesía. En cuanto al carácter del gabinete UP-Generales, si esta es una concesión o si envuelve un compromiso político o constitucional. Es de hecho, a nuestro entender, una concesión. En segundo lugar, si es o no un compromiso constitucional, es justamente una buena forma de expresarlo. Establece un compromiso con una fuerza que dice públicamente y claramente que está defendiendo el Estado de derecho, la paz social. Eso es exactamente lo contrario a lo que las revoluciones levantan como tarea, como meta y como objetivo. Del punto de vista de las elecciones de marzo, yo creo que ya perfilábamos nuestra política. Para nosotros las elecciones no entregan el poder a quienes participen en ella, pero si son instrumentos tácticos que se pueden utilizar para fortalecer las luchas del pueblo y avanzar hacia la conquista del poder. Su utilización en este caso concreto lo hace enormemente importante desde el punto de vista de las consecuencias y las perspectivas abiertas a partir de las elecciones de marzo. Nosotros, por lo menos como política, vamos a participar con actividad electoral sobre la base de condicionarlo al levantamiento de un programa, el programa que hemos llamado el Programa del Pueblo y al problema de impulsar los Comandos Comunales y a una serie de consideraciones que iremos precisando en muy corto plazo. En cuanto a la ausencia del PC, ¿Si fue o no por eludir el enfrentamiento ideológico? Yo creo que ustedes deben sacar sus propias conclusiones. (*) Publicado en PUNTO FINAL. Nro. 175. 16 de enero de 1973. Suplemento con las intervenciones de todos los participantes, copiadas solo páginas 5-8,15-17 y 20-22. Esta versión fue recogida de “Textos de Miguel Enríquez”, Recopilación de Martín Hernández y Pedro Naranjo, 5 Tomos, La Habana 1984. 11
  • 12. PARA ENFRENTAR LA GUERRA CIVIL (*) Miguel Enríquez E. Mayo 1973 Ningún sector de la izquierda o de la clase obrera y el pueblo, la desean o la propician. Más bien ésta surge como la nueva táctica de sectores patronales, ante el fracaso de los intentos de conciliación de clase, y su reemplazo objetivo por la agudización y polaridad de la lucha de clases. Quienes se proponen desatarla son algunos sectores de la clase dominante, que responden a la política "jarpista", a través del desatamiento de un paro patronal inmediato, la acusación de "ilegitimidad" al gobierno y desde allí el quiebre de las FF.AA. Alertar al pueblo sólo frente a esta táctica patronal puede desarmarlo, pues existe otro sector reaccionario, al que llamamos "freísta", que estando de acuerdo en desalojar a la UP del gobierno, se propone una táctica, que por sofisticada no es menos reaccionaria, que le permita evitar la guerra civil como tal y desplomar al gobierno a través de paros, ojalá de origen "laboral", que dividan a la clase obrera, "escalonados", que impidan la toma de conciencia del pueblo de la agresión patronal; la creación de conflictos institucionales entre el Parlamento y el Ejecutivo, que origine una dualidad institucional y desde allí emplazar y después desalojar al Gobierno; así intentan evitarse el quiebre de las FF.AA., ganándose a la oficialidad constitucionalista. Por eso la política que sectores reformistas desarrollan, de sólo denunciar la posibilidad de la guerra civil, tampoco arma cabalmente al pueblo. Sostenemos que la tarea fundamental es acumular la fuerza de masas necesaria, sea para impedir la guerra civil, o para ganarla si ella se desata por decisión reaccionaria. Esa acumulación de fuerzas sólo puede asegurarse en el levantamiento de un Programa Revolucionario del Pueblo, que surja de la discusión misma de la clase obrera y el pueblo, para la industria, el agro, la vivienda, la educación, el Código del Trabajo, etc.; que reanime, arme y una al pueblo; y en el desarrollo y fortalecimiento de organismos de masas que, incorporando a todos los sectores del pueblo, permitan orgánicamente a la clase obrera ejercer su papel de vanguardia sobre el resto de las capas del pueblo, en la perspectiva del desarrollo de un poder popular alternativo al orden burgués e independiente del Gobierno: los Comandos Comunales de Trabajadores. (*) Cuestionario respondido y publicado en la revista CHILE HOY, Nro. 50. Santiago, Mayo de 1973. Página 6. Esta versión fue recogida de “Textos de Miguel Enríquez”, Recopilación de Martín Hernández y Pedro Naranjo, 5 Tomos, La Habana 1984. 12
  • 13. DISCURSO POR CADENA DE RADIOEMISORAS Miguel Enríquez E. Fragmentos. 6 de julio de 1973. (*) ..."El abortado intento golpista del viernes 29 de junio se originó en la desesperación en que cayeron las clases patronales ante la fortaleza de la clase obrera y el pueblo, expresada en las jornadas del viernes 15 de junio y el paro nacional recién pasado, que selló el fracaso de la táctica freísta de dividir a los trabajadores y desde allí apoyarse en un movimiento con rasgos populares, para arrinconar y luego derrocar al Gobierno"... ..."La clase obrera y el pueblo comprendieron que sus intereses estaban amenazados y como nunca en Chile empujaron y desarrollaron las tareas de vigilancia y autodefensa y prepararon la resistencia y contraofensiva popular frente al golpismo". ..."El otro proceso que se desarrolló en éstos días fue silenciado por todos los sectores, no obstante que mantuvo alertado y en tensión al país durante toda la semana. Nosotros alertamos de la deliberación abierta por oficiales reaccionarios en las Fuerzas Armadas en contra del pueblo, en algunos casos llegando incluso a la incitación abierta al golpismo". "Pero para sorpresa de ellos, y esto debe saberlo el pueblo y debe saber como ha crecido su fuerza, estas incitaciones fueron de inmediato neutralizadas y enfrentadas, fundamentalmente por la suboficialidad y los soldados y también por oficiales honestos y altos oficiales antigolpistas". "Superada esta etapa pasaron a otra: la del emplazamiento y chantaje político. Algunos altos oficiales pretendiendo expresar posiciones de la oficialidad reaccionaria han comenzado a desarrollar la táctica de un progresivo emplazamiento al Gobierno, al que de una u otra forma se le hacen exigencias políticas contra los intereses de los trabajadores. Al mismo tiempo los partidos políticos de las clases patronales y sus gremios empujan en el mismo sentido, disparando desde las trincheras del poder político y económico del que aún conservan, intentan precipitar el conflicto institucional, declarando inconstitucional al Gobierno...". ..."Las clases dominantes se atrincheraron en las posiciones del poder político e institucional que aún conservan; la clase obrera toma posiciones ocupando fábricas, fundos, y desarrollando poder popular..." ..."Los niveles de actividad, organización, conciencia y disposición de lucha que la clase obrera ha alcanzado, son inmensos: la clase obrera es hoy día un ejército constituido, decidido a luchar por sus intereses y a resistir la embestida reaccionaria. La clase obrera y el pueblo desde las fábricas y fundos, desde los comandos comunales y desde los consejos campesinos, ya han notificado a sus direcciones políticas que la lucha salió de los pasillos y del Parlamento y que no permitirán retrocesos ni concesiones. Es aquí y ahora cuando las vanguardias, los líderes y los partidos serán sometidos a la prueba de fuego". "La suboficialidad, los soldados y los carabineros, la oficialidad antigolpista han evidenciado por su parte su disponibilidad a frustrar y aplastar cualquier intento golpista, como también a no prestarse a emplazamientos al Gobierno que atenten contra los intereses del pueblo". "Esta fortaleza del pueblo, esta debilidad de los golpistas es lo que lleva a la desesperación a las clases patronales, que modifican su golpismo inmediatista por una técnica que emplazando y arrinconando progresivamente al Gobierno lleve a este a desconcertar al pueblo, a hacerlo retroceder, a corroer su organización y unidad, para luego caerle encima con toda la fuerza reaccionaria". "Por eso, los mismos que ayer escondidos aplaudían el asesinato de civiles ametrallados por los tanques, hoy vociferan y gritan acusando a los miles de obreros que ocupan centenares de fábricas de construir grupos armados, exigiendo su represión... Por eso chillan contra el poder popular, al que aterrados ven fortalecerse. ¿Que quieren? ¿Que la clase obrera y el pueblo permanezcan de espectadores frente al desarrollo golpista?...". 13
  • 14. ..."La clase obrera y el pueblo no son tan ingenuos como para caer en sus montajes publicitarios y en las timideces vacilantes ..., saben que son fuertes y están decididos a continuar sus contraofensivas. Los trabajadores no retrocederán, no se desorganizarán, no abandonarán las posiciones que han tomado y no caerán en los llamados sibilinos que hace la hipocresía freísta, de retroceder para liberar la lucha en el campo contrario, para jugar el destino del pueblo con las cartas marcadas de la institucionalidad y el orden burgués...". "No es necesario dar un paso atrás para dar pasos adelantes. La clase obrera y el pueblo no necesitan hoy una tregua o un respiro. Las clases patronales sí que necesitan de la tregua para el desarrollo de su táctica del emplazamiento. Nada sería hoy más peligroso y más suicida que abandonar las posiciones tomadas y abrir la tregua. Eso significaría, se quiera o no se quiera, se diga o no se diga, desmoralizar, desorganizar y dividir a la clase obrera y al pueblo, hacerla retroceder y desde allí implacablemente las clases patronales le caerían con toda su fuerza sanguinaria...". ..."Por todo ello la tarea de los revolucionarios y de los trabajadores es desarrollar y extender la contraofensiva popular y revolucionaria en desarrollo..., en una forma que le permita a la clase obrera y al pueblo expresar su fuerza y fundamentalmente multiplicarla. "Recojamos el llamado de los Comandos Comunales de Santiago e impulsemos un paro nacional que permita dar un vuelco definitivo a la situación política... que notifique a los golpistas de la disposición de lucha de los trabajadores..., a los chantajistas que la clase obrera y el pueblo no capitularán... que no aceptan la promulgación de la reforma Hamilton- Fuentealba... que no devolverán las empresas tomadas y que seguirán tomando posiciones en fábricas y fundos. Impulsemos un paro nacional durante el cual fortalezcamos y multipliquemos los comandos comunales..., que exija se tomen medidas inmediatas contra los oficiales golpistas. " Impulsemos un paro nacional que exige del Gobierno llevar a cabo a través de la lucha directa de masas la tarea de terminar con la propiedad privada de todas las fábricas de más de 14 millones de escudos, de todos los fundos entre 40 y 80 hectáreas, que expropie CENADI y CONCI y establezca de una vez por todas una distribución igualitaria y equitativa, que resuelva los problemas de los ingresos de los trabajadores y de las Fuerzas Armadas a costa de la ganancia capitalista, reconociendo el pago de horas extraordinarias y la posibilidad para sus miembros de incorporarse a las organizaciones populares...". ..."Los días que se avecinan serán decisivos. La clase obrera y el pueblo deben mantener las posiciones conquistadas y alcanzar otras. Los trabajadores deben exigir una conducción revolucionaria y decidida. Deben rechazar los retrocesos a los vacilantes". (*) Publicado en "Chile Hoy". Nro. 57, Santiago, julio de 1973, pág. 5. Esta versión fue recogida de “Textos de Miguel Enríquez”, Recopilación de Pedro Naranjo y Martín Hernández, 5 Tomos, La Habana 1984. 14
  • 15. LAS TAREAS DEL PUEBLO CONTRA LA OFENSIVA GOLPISTA. Declaración pública. 29 de Junio 1973. En el día de hoy un sector reaccionario de las Fuerzas Armadas, encabezado por el Comandante del Regimiento Blindados 2, Roberto Souper, intentó un golpe de Estado ocupando desde tempranas horas las calles cercanas a La Moneda. LA INTENTONA GOLPISTA FRACASO. La ultraderecha chilena, el Partido Nacional y sectores ultrarreaccionarios de la Democracia Cristiana apoyaron este intento golpista llamando a los gorilas criollos a llevar a cabo la acción golpista contra el pueblo y que costó la vida a numerosos trabajadores inocentes. Sin embargo, el pueblo contestó con la movilización inmediata, ocupando las fábricas, los fundos y lugares de trabajo e impulsando decididamente el Poder Popular a través de la creación de los Comandos Comunales de Trabajadores. Al mismo tiempo, las Fuerzas Armadas y Carabineros leales al gobierno, se movilizaron decididamente y aplastaron el intento de ocupación del Palacio de la Moneda, controlando la situación. Pero el intento golpista tiene raíces y ramificaciones más amplias. En esta acción sediciosa y golpista están comprometido políticos y parlamentarios de derecha y militares ultrarreaccionarios. Están comprometidos el PN, la ultrarreacción democratacristiana, la SOFOFA, la CUPROCH, la SNA y el imperialismo. OFENSIVA A FONDO CONTRA LOS REACCIONARIOS. La clase obrera y el pueblo deben desencadenar ahora una ofensiva a fondo contra la reacción y la ultrarreacción chilena. El pueblo tiene fuerza más que suficiente para resolver la crisis planteada en su favor. Solo la movilización y organización independiente de los trabajadores y el combate decidido e inmediato contra la reacción patronal e imperialista pueden derrotar definitivamente esta intentona golpista y cualquiera intentona posterior. La clase obrera y el pueblo tienen claro que la crisis actual, no la pueden resolver otras fuerzas que no sean las fuerzas de la clase obrera y los trabajadores. Es la clase obrera y los trabajadores organizados en los Comando Comunales, los Comités de Autodefensa de los Comandos Comunales los que deben tomar el control de las comunas, barrios, ciudades y campos del país. ALERTA Y PODER POPULAR. Por eso convocamos a la clase obrera, a los trabajadores y al pueblo a mantenerse en estado de alerta y movilización. A mantener la ocupación de las fábricas y fundos y lugares de trabajo, reforzando los Comités de Autodefensa y desarrollando en formas masivas la organización de Brigadas de Vigilancia. No devolver ninguna de las grandes empresas tomadas por los trabajadores y a imponer el Control Obrero en el resto. Por eso el MIR llama a fortalecer los Comandos Comunales allí donde existen y a crearlos de inmediato donde todavía no se han constituidos, integrando a todas las organizaciones de masas existentes en la comuna: Sindicatos, Centros de Madres, JAP, Junta de Vecinos, Centro de Estudiantes, etc. IMPULSAR LOS COMITES DE VIGILANCIA Y AUTODEFENSA. El Comando Comunal debe asumir de inmediato el control y vigilancia de la comuna. Llamamos a que los Comités Directivos de los Comandos Comunales se declaren en sesión permanente. A crear y hacer funcionar de inmediato un Comité de Defensa del Comando Comunal, para que tome a su cargo el control del orden y la vigilancia en la comuna, organizando el plan de defensa y creando brigadas de masas organizadas para la vigilancia y la defensa. 15
  • 16. A organizar el Comité de Salud, el Comité de Abastecimiento, el Comité de Agitación y Propaganda y todos los comités que sean necesarios para el funcionamiento efectivo del Comando Comunal. CARCEL PARA LOS OFICIALES REACCIONARIOS Y GOLPISTAS. Llamamos a la clase obrera y al pueblo a vigilar y encarcelar de inmediato a los oficiales reaccionarios y golpistas y a luchar por la democratización de las Fuerzas Armadas y Carabineros. El MIR llama a fortalecer la unidad de la clase obrera y el pueblo uniformado, con los oficiales honestos, los suboficiales, soldados y carabineros. A QUEBRAR EL PODER DE LOS PATRONES. El MIR llama a pasar de inmediato todas las fábricas de más de 14 millones de escudos de capital a poder de los trabajadores, a pasar a manos de los trabajadores los fundos de más de 40 HRB y a exigir su intervención. A expropiar CENADI y CONCI y todas las grandes distribuidoras y almacenes y que el pueblo tome de inmediato en sus manos la distribución y el abastecimiento de la población. A expropiar todos los bienes del imperialismo y a suspender el pago de la deuda externa. A cerrar, expropiar y pasar a manos y al control del pueblo todas las radios, diarios y canales de televisión que hoy están al servicio del golpismo. A expropiar de inmediato la cadena El Mercurio, Tribuna, Radio Agricultura y el Canal 13. UNIDAD DE TODA LA IZQUIERDA Y LOS REVOLUCIONARIOS. El MIR llama a toda la izquierda, a unir fuerzas para combatir frontalmente a la burguesía, a la reacción y a la ultrarreacción nacional y extranjera para detener los planes y proyectos golpistas y sediciosos, derrotándolos definitivamente mediante un combate en que la clase obrera y el pueblo les arrebate sus fábricas y fundos y los desaloje de sus trincheras de poder político: El Parlamento, la Contraloría y la Corte Suprema. El MIR llama a la clase obrera y al pueblo a no dejarse engañar por los Jarpas y los Frei, por los parlamentarios reaccionarios, por el PN y el PDC, por la prensa reaccionaria, quienes intentarán esconder su responsabilidad en este frustrado intento golpista, que costó la vida a decenas de trabajadores inocentes. Entre los responsables hay instigadores, promotores, cómplices, organizadores y ejecutores directos. Los trabajadores y el pueblo deben vigilar para exigir que los responsables, cualquiera sea su grado de participación no queden impunes y paguen sus crímenes. El pueblo exige cárcel y un castigo duro y ejemplar para los que han atentado contra sus intereses. El MIR saluda a la clase obrera, a los trabajadores y al pueblo, a los oficiales honestos, soldados y carabineros, al conjunto de la izquierda y a nuestros militantes que supieron enfrentar a los golpistas, en los cuarteles, en la calle, en las fábricas, en las poblaciones, en las ciudades y campos de Chile. Al mismo tiempo, los llamamos a permanecer alertas y a seguir combatiendo a la reacción y al golpismo, en la lucha diaria que libran los trabajadores y el pueblo contra sus enemigos, a través de las tareas aquí planteadas. A DESENCADENAR UNA GRAN CONTRAOFENSIVA REVOLUCIONARIA Y POPULAR. El MIR llama a desencadenar una vasta ofensiva revolucionaria y popular contra los enemigos del pueblo, contra la reacción patronal y el golpismo. El MIR llama a luchar por el Programa Revolucionario del Pueblo, por la plataforma inmediata destinada a resolver los problemas más urgentes de las masas. A crear y fortalecer el Poder Popular, creando los Comandos Comunales de Trabajadores en todas las comunas del país, asumiendo el control y la vigilancia de la comuna y la dirección de las luchas de la clase obrera y el pueblo. A luchar por la democratización de las Fuerzas Armadas y Carabineros y por la vigilancia y encarcelamiento de la oficialidad reaccionaria y golpista. A impulsar con más fuerza que nunca la lucha por sustituir el Parlamento burgués por la Asamblea del Pueblo y por imponer el establecimiento de un verdadero Gobierno de los Trabajadores. SECRETARIADO NACIONAL 16
  • 17. MOVIMIENTO DE IZQUIERDA REVOLUCIONARIA. MIR. (*) Santiago, 29 junio de 1973. De la fotocopia de un libro sin indicación de título. Pág. 70-72. Esta versión fue recogida de “Textos de Miguel Enríquez”, Recopilación de Pedro Naranjo y Martín Hernández, 5 Tomos, La Habana 1984. 17
  • 18. DISCURSO PRONUNCIADO POR MIGUEL ENRÍQUEZ (*) Secretario General del MIR - Chile Teatro Caupolicán, Santiago de Chile, 17 de Julio de 1973. 9 páginas Compañeros trabajadores, compañeros dirigentes de las organizaciones de masas, compañeros dirigentes de otras organizaciones políticas, compañeros del Movimiento de Izquierda Revolucionaria Trabajadores de todo Chile: En las últimas semanas el país ha sido sacudido por graves y agudos conflictos. La lucha de clases se ha agudizado mostrando al desnudo las contradicciones de la sociedad. En una rápida sucesión de hechos y choques, los trabajadores han ocupado finalmente el lugar protagónico en el escenario de la lucha política. La clase obrera y el pueblo atrincherados en los fundos y fábricas, enfrentan a sus enemigos de clase que les acechan y amenazan. Nos reunimos nuevamente en este Caupolicán para recoger la experiencia de estos días, analizar los acontecimientos y fijar los próximos objetivos. Pero éste no es sólo un acto de análisis éste es un acto de preparación para los próximos enfrentamientos, éste es un acto de combate, éste es un llamado a la clase obrera y al pueblo a reafirmar su posición combativa y a reemprender con más fuerza que nunca la lucha sin cuartel contra las clases patronales, contra Frei, contra Jarpa, contra los enemigos de nuestro pueblo. Aquí señalaremos nuestra política y nuestra táctica para esta coyuntura y los próximos combates. Las clases patronales pondrán el grito en el cielo: que chillen, hay intereses de clase, poder y riqueza que ellos quieren conservar y que nosotros empujamos a los trabajadores a arrebatárselos. Pero hay también otros, en la izquierda, que han pretendido cuestionar el derecho del MIR a proponer una táctica a las masas. Lo que señalaremos es la táctica que el MIR propone a la clase obrera y al pueblo, y al conjunto de la izquierda. Esta es la táctica que un extenso sector de los trabajadores ha venido impulsando y es la que el MIR impulsará, les guste o no les guste a las clases patronales y a los vacilantes. Del fracaso del Feismo surgió el golpismo de hace días, casi una decena de tanques, con algunos oficiales reaccionarios a la cabeza, detrás de las banderas del Partido Nacional y de la ultrareaccion democratacristiana, asesinaron cobardemente a civiles el viernes 29. Por eso, basta ya de hablar del Comandante Souper, de tribunales de honor, cuando de lo que se trata es de criminales y delincuentes que en vez de cortaplumas contaron con tanques. De lo que se trata es del grupo armado del Partido Nacional que asaltó La Moneda utilizando tanques que fueron comprados con el trabajo de obreros y campesinos. Lo que aquí fue mancillado no fue la Institucionalidad ni el honor de algunos oficiales, sino el honor del pueblo y la vida de más de dos decenas de soldados y trabajadores. Todo el que dispara contra el pueblo será marcado históricamente como asesino del pueblo, tenga o no tenga uniforme. Aplastado el intento golpista por las Fuerzas Armadas, algunos oficiales honestos, suboficiales y carabineros, y por el inmediato cerco que los trabajadores tendieron alrededor de Santiago. La clase obrera, consciente que el problema no estaba resuelto, continuó y profundizó su contraofensiva. Se ocuparon centenares de fábricas y fundos, se controlaron las poblaciones, se incorporaron los estudiantes y se multiplicaron y fortalecieron los Comandos Comunales, tomó impulso la organización de defensa de los trabajadores y se desarrolló y fortaleció el Poder Popular. La clase obrera y el pueblo comprendieron que este era un momento de aumentar rapidamente su fuerza, tomar más posiciones, de estructurar su fuerza en el poder popular, única institución capaz de multiplicar sus energías y de fortalecer la alianza revolucionaria de clases. Por eso, por encima de la presión reaccionaria, no es éste el momento de cuestionar o limitar el desarrollo del Poder Popular, como hacen algunos vacilantes de la izquierda. Dejemos que griten los politicastros reaccionarios, aterrados con el desarrollo del poder popular. 18
  • 19. Pese a todo, a lo largo y ancho del país se oye un solo grito que resuena en las fábricas, fundos, poblaciones y liceos, en los cuarteles del pueblo: el llamado a crear, fortalecer y multiplicar el Poder Popular; el poder de los comandos comunales, el poder de los obreros y los campesinos, el poder de la revolución. Las clases patronales, los Frei, los Aylwin, después de abortado el intento golpista salieron de sus escondrijos, rompieron su silencio cómplice sólo para combatir las organizaciones de fuerza, de poder y combate de los trabajadores, que habian sido las que habían organizado la lucha contra el golpismo y la defensa de sus libertades. El cinismo y el descaro reaccionario no tienen límites. Después que un grupo armado del Partido Nacional desde los tanques bombardeó La Moneda y asesinó a trabajadores, la Democracia Cristiana y el Partido Nacional se permiten acusar a los trabajadores de organizar grupos armados y exigen su disolución, represión y aplastamiento, amenazando con declarar inconstitucional al gobierno y derrocarlo si éste no cumple con la "honrosa" tarea de reprimir las organizaciones populares. Que no se equivoquen los reaccionarios: la clase obrera y el pueblo no aceptarán estos chantajes, no darán un paso atrás y seguirán multiplicando y fortaleciendo sus organizaciones de poder, sus órganos de combate, grite lo que grite, reclame lo que reclame Frei y sus secuaces. Así llegamos a la situación actual. Vivimos un momento en que el enfrentamiento social y político se ha agudizado en grado extremo. Dos enormes bloques sociales se han constituido. Por un lado, la clase obrera y el pueblo extensamente activados y movilizados, que dió un salto enorme en organización y conciencia, que desarrolló importantemente su capacidad de defensa, que tomó la iniciativa y tomó nuevas posiciones en fábricas y fundos, levantando un poderoso dique al golpismo y al chantaje, junto a los suboficiales, soldados y carabineros y junto a los oficiales antigolpistas. Por otro lado, las clases patronales al quedar al descubierto, sin banderas, desarmadas políticamente, sin base popular, se atrincheraron en la institucionalidad y desde allí comenzaron a presionar y a mover sus influencias en la alta oficialidad reaccionaria para que las Fuerzas Armadas actuaran abiertamente a la defensa de sus intereses. Los reaccionarios abrieron un proceso de deliberación en los cuarteles, incitando al golpismo, cuyas manifestaciones más inmediatistas fueron abortadas por la suboficialidad y por la oficialidad antigolpista. Era el momento de dar un salto adelante en la contraofensiva, de extender la toma de posiciones y de golpear a las clases dominantes. La clase obrera y el pueblo así lo entendieron y lo pusieron en práctica. Vacilaciones en el gobierno no acompañaron esta disposición ofensiva de los trabajadores en lo inmediato. Ello permitió a las clases patronales readecuar su táctica: emplazamientos y exigencias al gobierno para llevarlo, con la ilusión de una posible negociación, tomar medidas o tolerarlas, que permitieran a las clases patronales fortalecerse y desarticular a los trabajadores. Combinaron una estrategia golpista con una táctica de emplazamientos y chantajes. Atrincherados en la institucionalidad burguesa, desde sus posiciones en la justicia y en la Contraloría, desde el Parlamento amenazan con acusar constitucionalmente al gobierno y así sembrar la anarquía en la Fuerzas Armadas, si el gobierno no se somete a sus exigencias, empujan a la alta oficialidad reaccionaria a realizar emplazamientos al gobierno. Frei, el que ayer no más, pontificaba acerca del carácter profesional y apolítico que debían mantener las Fuerzas Armadas, personalmente pasó la semana pasada incitando a la deliberación, a emplazar al gobierno y al golpismo a altos oficiales reaccionarios. Frei aspira a recuperar concretamente el control del gobierno, para ello necesita previamente desarticular y dividir toda posible resistencia a sus chantajes o a sus golpismos. Intenta con sus chantajes obligar a que este gobierno se haga parte del trabajo sucio de reprimir a sectores del pueblo. Trabajan sobre los sectores vacilantes de la izquierda, sembrando en ellos ilusiones en acuerdos posibles. Quieren tentar a éstos a seguir su juego, a llegar a entendimientos que paralicen y desarticulen la lucha del pueblo y de la izquierda, para después de ello dejarle caer la mano de hierro del golpismo reaccionario. Que entienda el señor Frei y todos los reaccionarios, que podrán engañar a los vacilantes y a los reformistas más recalcitrantes. Pero la clase obrera que los conoció en El Salvador y Pampa Irigoyen: 19
  • 20. el pueblo que los vio dar luz verde al asesinato del General Schneider y a los tanques del viernes 29; el pueblo y los revolucionarios: Frei y sus secuaces no los lograrán engañar jamás. Hacen todo esto levantando la defensa de la democracia y la legalidad, la misma que bombardearon los tanques del Partido Nacional. Defienden no la libertad de los trabajadores, sino la democracia y el orden burgués. Defienden esa democracia en cuyo nombre se ha masacrado asesinado y, torturado a trabajadores. Defienden esa democracia que mata por hambre y miseria a millones en el mundo entero. Defienden esa democracia que no es democracia, sino dictadura burguesa y patronal. Esa no es la democracia de los trabajadores. La democracia proletaria la democracia directa que no necesita Parlamento, Justicia o Contraloría como las actuales que se arrogan la representación del pueblo. Los trabajadores están construyendo en las comunas sus propias instituciones de clase; los Comandos Comunales, órganos del Poder Popular que se fortalece día a día, y lo seguirán haciendo lo acepten o no lo acepten los vacilantes y reclamen lo que reclamen los reaccionarios. Las clases patronales y sus sirvientes políticos exigen la represión a los trabajadores y a los revolucionarios por medio de la Ley de Control de Grupos Armados. Esta ley fue propuesta y aprobada por la mayoría reaccionaria del Congreso. Entonces, nosotros la calificamos de la nueva ley maldita, y la combatimos públicamente, El gobierno pudo haberla vetado pero no lo hizo; suya es la responsabilidad por la negligencia y las consecuencias de esta ley represiva. Fueron grupos armados del Partido Nacional con la venia del freísmo, los que no hace quince días bombardeaban La Moneda, asesinaron a Moisés Huentelaf en Cautín, al obrero Ahumada en Santiago desde el local del Partido Democratacristiano, son los que han puesto centenares de bombas en los últimos dos años, los que asesinaron a un general en 1970, los que ametrallaron a nuestro compañero Nilton Da Silva en Santiago. Qué hipocresía y qué cinismo la de estos politicastros que denuncian y exigen la represión al pueblo para ocultar sus propios crímenes. Qué inconcebible lo que ocurre en este país y en esta democracia. Mientras el propio Pablo Rodríguez, el cobarde, reconoce públicamente que otras unidades militares estaban comprometidas en el intento golpista, y el mismo Ejército afirma hoy día, que la derecha se robó seis ametralladoras pesadas con seis mil tiros del Regimiento Maturana, hay sinvergüenzas que exigen que las Fuerzas Armadas repriman a supuestos grupos amados entre los trabajadores y la izquierda. Antes de exigir nada, el señor Frei debe explicar al país qué sabía del intento golpista del viernes 29. Antes de chantajear a nadie, el señor Frei debe informar a todo el país a qué ha incitado a algunos altos oficiales con los que han contactado en los últimos días. Los reaccionarios exigen la promulgación de la Reforma Constitucional Hamilton Fuentealba, es decir la devolución de empresas. La clase obrera y el pueblo han promulgado en los hechos ya su propia ley. Los trabajadores ya decidieron de quién son las atribuciones, que son suyas, para incorporar empresas al área Social. La clase obrera y el pueblo ya decidieron cuáles son las empresas que quedarán en el área Social y cuáles quedarán sujetas al control obrero. La clase obrera en su lucha ocupó las fábricas y no serán politicastros golpistas forrados en las banderas de la democracia y en dólares extranjeros, los que vengan a imponer sus condiciones a los trabajadores. Dirán los reaccionarios que esto es transgredir las leyes, la Constitución y el Derecho. Sí que lo es. Las constituciones expresan intereses de clase y correlaciones de fuerza. Aquí en Chile, la clase obrera está levantando en la práctica sus propias leyes y la constitución tendrá que cambiar en favor del pueblo. Los pueblos tienen el derecho a hacer sus propias leyes. La clase obrera y el pueblo en Chile están construyendo aceleradamente sus propias leyes y echando las bases de una nueva Constitución, de una nueva legalidad, de una legalidad revolucionaria, de esa legalidad que se construye en el combate y en la lucha. 20
  • 21. Los reaccionarios exigen la devolución de las fábricas ocupadas. Con eso quieren desarticular a la clase obrera, dividir al pueblo. La clase obrera en las fábricas, en los Comandos y Cordones, exige y se hará respetar el paso de todas las grandes empresas al área Social, el Control Obrero en la pequeña y mediana y la Dirección Obrera en las empresas del área Social. La clase obrera ha notificado a la Democracia Cristiana y al Partido Nacional, a los Jarpa y a los Bulnes, a los Frei y a los Aylwin, que no acepta la promulgación de la Reforma Hamilton Fuentealba; que es ella, la clase obrera, la que decidirá qué empresa pasa al área Social y qué empresa no pasa. Algunos vacilan frente al emplazamiento reaccionario, sostienen que es necesario llegar a acuerdos con sectores del campo contrario y ganar tiempo, y que de otra manera el enfrentamiento estallará de inmediato. Esto que no era cierto hace unas semanas tampoco lo es hoy día. La correlación de fuerzas para un levantamiento golpista no favorece a la clase patronal. Parte importante de los mandos son antigolpistas, y la oficialidad antigolpista y la suboficialidad ya se han demostrado capaces de sofocar intentos sediciosos. La clase obrera y el pueblo están hoy, como nunca antes habían estado de fuertes, en organización y disposición de combate tras la defensa de sus intereses y sus conquistas. Las otras capas del pueblo día a día se incorporan con más fuerza y decisión, imponiéndole a la izquierda en su conjunto la reagrupación y la acción común en la base. Ahora, si la ofensiva de masas en curso lograra también imponerle una acción al gobierno, esta fuerza puede multiplicarse, y ganarse el tiempo que se busca de la única forma posible: arrinconando al enemigo, paralizándolo. Quienes frente al emplazamiento reaccionario busquen dar una salida intermedia de conciliación o consenso, fracasarán en su objetivo y desarticularán y dividirán a los trabajadores y a la izquierda. Por eso, es inútil el diálogo con el Partido Democratacristiano, Este es un partido burgués en el que predomina la táctica reaccionaria del freísmo. Si en él hay corrientes antigolpistas no serán ganadas por los trabajadores por medio de concesiones, estas concesiones terminarán fortaleciendo al freísmo. Los revolucionarios deben tratar de ganarse a los trabajadores democratacristianos, pero a través de la denuncia del carácter reaccionario de su partido, impulsando el programa revolucionario del pueblo y a través de la acción de masas. No es posible dialogar con quien chantajea y amenaza con reprimir a los trabajadores. La tarea no es ganar tiempo a costa de concesiones que nos debiliten. La tarea es llamar a la clase obrera a estrechar sus propias filas, desde allí resistir los emplazamientos, conquistar nuevas posiciones y los trabajadores, así, luego podrán emplazar a los patrones. Por eso, la clase obrera no quiere un gobierno ni un Gabinete de diálogo, sino que exige que el Gabinete y el gobierno sean instrumentos de lucha y combate. No es éste el momento de cuestionar las tomas o de limitar el desarrollo del poder popular. Este es un momento histórico fundamental en el que las grandes tareas son atajar al golpismo, enfrentar el emplazamiento, neutralizar a los vacilantes, empujar y profundizar una vigorosa y resuelta contraofensiva revolucionaria y popular. No hay otra alternativa para los revolucionarios. Puede haberla para los reformistas más recalcitrantes, pero a éstos la historia sabrá marcarlos de acuerdo a su conducta. La situación sólo ofrece dos caminos: la capitulación reformista o la contraofensiva revolucionaria y, si esta última desencadenara un intento golpista habrá fuerzas de sobra para aplastarlo. Toda forma de capitulación, en fin de cuentas, conducirá, más temprano que tarde. al aplastamiento de los trabajadores, a través de una dictadura reaccionaria y represiva. Dos tácticas se ofrecen a la clase obrera y al pueblo. Una, que establece que no es posible profundizar la ofensiva popular, pues encendería de inmediato el enfrentamiento, que es necesario ganar tiempo; se mantiene al interior de la institucionalidad burguesa, a la que no deja de criticar, pero al no dar una salida alternativa a ésta, se abren al diálogo con sectores del campo contrario, el que sólo pueden construir devolviendo empresas y haciendo concesiones. 21
  • 22. Esta táctica está irremediablemente condenada al fracaso, pues buscando aliados en el campo contrario los pierde en el propio. La otra táctica es la táctica revolucionaria. Es la táctica que ha puesto en práctica la clase obrera y el pueblo en las semanas recientes. La táctica revolucionaria consiste en reforzar y ampliar la toma de posiciones en las fábricas, fundos y distribuidoras. No devolver las grandes empresas tomadas, incorporarlas al área social bajo Dirección Obrera, imponiendo en la pequeña y mediana industria el Control Obrero. Desarrollando la fuerza de los trabajadores fuera de la institucionalidad burguesa, estableciendo el Poder Popular en los Comandos Comunales, los Comités de Defensa, multiplicando y extendiendo la ofensiva popular, incorporando a ella a los pobladores, campesinos y estudiantes, extendiendo la movilización a todo el país. Desarrollando la alianza de los trabajadores con los soldados, suboficiales y oficiales honestos. Rescatando la base obrera y popular de la Democracia Cristiana. Fortaleciendo la alianza revolucionaria de la clase obrera y el pueblo. Impulsando la reagrupación de los revolucionarios y la acción común de la izquierda por la base. La tarea inmediata de esta táctica revolucionaria es profundizar y ampliar la contraofensiva popular y revolucionaria en curso y, para ello, proponemos la realización de un paro nacional por 24 horas. Proponemos la realización de este paro a todas las organizaciones populares de este país: a la CUT a los Comandos Comunales, a los Consejos Campesinos, a las Federaciones Campesinas y Estudiantiles y a todos los trabajadores. Proponemos que este paro notifique a los golpistas que la clase obrera y el pueblo aplastarán todo intento golpista. Proponernos este paro para notificar a los reaccionarios que la clase obrera y el pueblo resistirán y enfrentarán toda forma de emplazamiento y chantaje. Un paro que notifique a los politicastros y reaccionarios que la clase obrera no acepta la promulgación de la Reforma Constitucional de Hamilton y Fuentealba, pues la clase obrera ya promulgó su ley y está decidida a no devolver ninguna gran empresa. Un paro nacional que rechace las triquiñuelas legalistas de los Frei, Pareto, Aylwin, Jarpa y Bulnes, que pretenden colocar al pueblo y al gobierno en la ilegalidad. Un paro nacional de carácter distinto, un paro que organice, fortalezca y multiplique los Comandos Comunales en todo el país, incorporando a todas las capas del pueblo. Un paro nacional que exija medidas inmediatas contra todos los oficiales golpistas y la remoción de los mandos comprobadamente comprometidos en la sedición y, el chantaje. Un paro nacional que levante como derecho legítimo de la clase obrera y el pueblo la organización de sus propios órganos de vigilancia, de protección, de defensa y de lucha. Un paro nacional que exija la solución de los problemas de ingreso de los trabajadores y de las Fuerzas Armadas, a costa de la ganancia capitalista. El MIR no pretende atribuirse la paternidad de esta proposición, no hemos hecho otra cosa que recoger la proposición que hicieron los Comandos Comunales, sectores de vanguardia de la clase obrera y el pueblo. Llamamos al resto de la izquierda y al conjunto de las organizaciones populares a impulsar un paro nacional, como la mejor forma táctica de profundizar la contraofensiva en curso. Fortalecer y desarrollar el Poder Popular y luchar por la democratización de las FFAA. La clase obrera y el pueblo deben luchar por resolver los problemas de ingreso y abastecimiento de los miembros de las FFAA por terminar las restricciones a éstos en sus derechos ciudadanos y porque tengan la posibilidad de incorporarse a las organizaciones populares. 22
  • 23. Los trabajadores hoy enfrentan un programa reaccionario, el programa de la explotación y la miseria. Un programa general de hace dos años no es suficiente. El único programa que se ha demostrado eficaz es el que hoy levantan extensos sectores de los trabajadores, es el Programa Revolucionario del Pueblo: programa que multiplica la fuerza y el poder de los trabajadores. No será sólo con un Programa económico de emergencia o con la batalla de la producción con lo que se resolverá la actual crisis. El país vive una crisis política y sin resolver ésta no será posible resolver los problemas económicos. Sólo enfrentando las posiciones de poder político que hoy controlan las clases patronales desde el Parlamento, la Contraloría y la Justicia. Por eso, hoy es más necesario que nunca impulsar la lucha contra el orden burgués y luchar por generar los Tribunales del Pueblo, la Asamblea del Pueblo y el Poder Popular. Los reaccionarios y en especial el freísmo, están exigiendo desde hace algunos días la represión de nuestra organización: el MIR. No nos atemoriza ni nos sorprende. No es la primera vez que el freísmo se juega por la represión, la tortura y la cárcel en contra nuestra. Les advertimos que no nos encontrarán como a sus ahijados políticos de Patria y Libertad pidiendo asilo en las embajadas y que hoy, reprimir al MIR es reprimir a un contingente importante de la clase obrera y el pueblo. Que entonces, nos asistirá el derecho a levantar las formas de lucha que se correspondan a la nueva situación. Si la contrarevolución tomara la forma de un golpismo desatado, del emplazamiento militar violento, los revolucionarios y los trabajadores deben de inmediato extender las tomas de fábricas y fundos, multiplicar las tareas de defensa e impulsar el Poder Popular como Gobierno Local autónomo de los poderes del Estado. Los suboficiales, soldados y carabineros deben desobedecer las órdenes de los oficiales golpistas y, en ese caso, todas las formas de lucha se harán legítimas. Entonces, sí que será cierto que los trabajadores con los soldados, marineros, aviadores y carabineros, los suboficiales y oficiales antigolpistas, tendrán el legítimo derecho a construir su propio ejército, el Ejército del Pueblo. Compañeros trabajadores: Vivimos momentos definitorios, las conquistas y el futuro de los trabajadores están amenazados. La lucha de clases es siempre una guerra, encubierta. La contrarrevolución burguesa se propone, hoy en Chile, hacerla estallar. El pueblo no se dejará amarrar las manos. La clase obrera y el pueblo están en disposición de combate, están decididos a defender sus conquistas y están más decididos hoy que nunca a conquistar su futuro. Por eso, los trabajadores han puesto en marcha una gran contraofensiva revolucionaria y popular: por eso, la clase obrera y el pueblo han organizado la defensa de sus conquistas y se preparan a conquistar nuevas posiciones. El pueblo emplaza su fuerza, desarrolla el poder popular, multiplica los Comandos Comunales, y levanta la organización de su defensa. Compañeros: el pueblo debe prepararse para resistir, debe prepararse para luchar, debe prepararse para vencer. Trabajadores de Chile: ¡ADELANTE CON TODAS LAS FUERZAS! ¡ADELANTE CON TODAS LAS FUERZAS DE LA HISTORIA! (*) La presente edición fué tomada de ”MiguelEnríquez: Textos Escogidas”. Tomo 0. Recopilación de Pedro Nararanjo y Martín Hernández . Ciudad de la Habana Cuba. 1984. Edición de 160 págs. Mimeografo. 23
  • 24. FRENTE A LA ORDEN DE DETENCION Miguel Enríquez E. 29 de agosto de 1973 2 páginas A LA CLASE OBRERA Y AL PUEBLO: Por la prensa reaccionaria me he impuesto que estoy acusado de intento de subversión en la Armada, que el Fiscal Naval, Víctor Villegas habría emitido orden de detención en contra del Secretario General del MIR y petición de desafuero contra los Secretarios Generales del PS y del MAPU. Además, que el Secretario General y otros dirigentes del MIR estaríamos "huyendo al extranjero". Frente a todo esto estimo necesario puntualizar lo siguiente: 1.- La única subversión que se ha intentado desarrollar en la Armada es la de oficiales navales reaccionarios que desde mayo de este año han venido preparando un golpe de Estado gorila, a través de medidas como la acumulación de tres veces la cantidad normal de alimentos y combustibles en la Escuadra, la búsqueda de conexiones con oficiales de otras ramas de las FF.AA. y las arengas a los suboficiales y marineros de la Escuadra en las que se les exigía su apoyo para derrocar al Gobierno y reprimir a los trabajadores. Al revés de lo que afirman los delincuentes de la prensa, Silva Espejo y Fontaine, esta subversión reaccionaria fue la única que se dio en la Armada, y si no prosperó fue precisamente gracias a la decidida resistencia antigolpista que emprendió un extenso sector de la marinería, que hoy paga con prisión y torturas el haberse negado a disparar contra los trabajadores. 2.- Si esa orden de detención hubiera sido efectivamente emitida por la Fiscalía Naval tendríamos entonces el privilegio de sumarnos a los centenares de marineros, obreros, campesinos y pobladores hoy perseguidos y reprimidos por la justicia patronal, civil o uniformada. Si esta caricatura de justicia tuviera al menos una mascarada de imparcialidad, antes de proponerse reprimir revolucionarios debería primero encarcelar y procesar a los politicastros Jarpa, Frei y otros senadores del PN y PDC, que cobardes e incapaces por sí mismo de llevar a cabo sus criminales propósitos, vienen desde hace meses conspirando e instigando las filas de la oficialidad reaccionaria de las FF.AA. para impulsarlas a que desaten un golpe de estado gorila "por................. (tres líneas ilegibles en el original) ....... los marineros hoy encarcelados al Fiscal Naval. Debiera encarcelar y reprocesar a los oficiales navales que torturaron sal- vajemente a los marineros antigolpistas, lo que éstos también han denunciado al Fiscal Naval, quien además los ha visto con los brazos enyesados y con heridas en la cara y manos. Debiera decretar la libertad inmediata de estos marineros, pero como Fiscal es parte de la farsa no hará nada de esto. 3.- En cuanto a que algún dirigente del MIR estuviera "huyendo del país", para desilusión de "El Mercurio" y de los politicastros reaccionarios, los militantes y dirigentes del MIR no somos como sus "héroes democráticos" de Patria y Libertad, Pablo Rodríguez o Benjamín Matte, que al primer contratiempo cobardemente buscaron asilo en embajadas y huyeron del país. Para mayor desilusión y preocupación de los reaccionarios, los militantes y dirigentes del MIR no somos como otros cobardes que, después de estridentes bravuconadas, terminan como Roberto Thieme y diez de sus secuaces dejándose detener pasivamente por cuatro personas. El MIR, sus militantes y dirigentes, sin estridencias verbales, han demostrado no actuar así, y saben y están listos a luchar en todos los terrenos cuando las circunstancias lo hacen necesario. 4.- Hoy cuando la amenaza gorila se cierne sobre la clase obrera y el pueblo, cuando otros vacilan y retroceden desarmando y confundiendo a los trabajadores y cuando comienza a imponerse, por presión reaccionaria y debilidad reformista, una escalada represiva sobre los trabajadores y los revolucionarios, los dirigentes y militantes del MIR estamos en nuestros puestos de lucha en todo el país, e impulsando con más fuerza que antes nuestro trabajo revolucionario entre los obreros, campesinos y pobladores, apoyando decididamente y en las formas que sean necesarias la lucha antigolpista de los marineros, carabineros, soldados, clases, suboficiales y oficiales antigolpistas de las FF.AA. y levantando el derecho legítimo a organizar la lucha antigolpista de todos los sectores del pueblo. MIGUEL ENRIQUEZ, Secretario General. MOVIMIENTO DE IZQUIERDA REVOLUCIONARIA. MIR. 24
  • 25. (*) Santiago, 29 de agosto de 1973. Publicado en el periódico "ULTIMA HORA" del 31 de agosto, 1973. Transcrito de una fotocopia ilegible en el lugar indicado. Esta versión fue recogida de “Textos de Miguel Enríquez”, Recopilación de Pedro Naranjo y Martín Hernández, 5 Tomos, La Habana 1984. 25