Este documento resume una parábola de Jesús sobre el trigo y la cizaña. Explica que Jesús siembra la palabra de Dios en nosotros, pero que también hay fuerzas del mal que siembran cizaña. Aunque queremos eliminar el mal, Dios espera pacientemente hasta el final para separar el trigo de la cizaña, respetando nuestra libertad. Debemos aprender a ser misericordiosos como Dios.