la Eucaristia es una Fiesta-Explicación para niños
17. arriesgarse por un tesoro
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2. « Todavía se encontraron entre las ruinas de Jerusalén restos bastante importantes de sus grandes riquezas; los romanos habían extraído muchas, pero con las indicaciones de los prisioneros exhumaron más aún. Oro, plata, y valiosos muebles que sus propietarios, por la inseguridad de la guerra, habían enterrado » (Flavio Josefo, Guerra Judía VII,114 -115 . «El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo» (Mt 13,44). Buscando seguridad El modo más habitual de conservar seguros objetos valiosos era esconderlos en lugares poco accesibles. Lugares sagrados como los Templos con frecuencia no eran respetados, sino que eran el blanco principal de los saqueos: « Antíoco penetró arrogantemente en el Santuario y se llevó el altar de oro, el candelabro con todas sus lámparas, la mesa de los panes de la ofrenda, los vasos para las libaciones, las copas, los incensarios de oro, el cortinado y las coronas, y arrasó todo el decorado de oro que recubría la fachada del Templo. Tomó también la plata, el oro, los objetos de valor y todos los tesoros que encontró escondidos » (1 Mac 1,21-23; cf. 6,2-3). El Evangelio pone también el ejemplo del que entierra un talento (= 34 kg.) de plata para mantenerlo seguro (Mt 25,24-25). DOMINGO XVII - Tiempo Ordinario Arriesgarse por un tesoro
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5. « Jesús ha dicho: El Reino del Padre es parecido a un comerciante que tenía mercancía y que encontró una perla. Este comerciante era sabio: vendió la mercancía y se compró la perla. Vosotros buscad también el tesoro que no perece, que dure allí donde la polilla no se acerca para comerlo y donde el gusano no lo destruye » (Ev Tom 76). También en la parábola de la perla la versión de Tomás destaca más el tema del DESCUBRIMIENTO que la decisión de asumir un riesgo. Porque el comerciante no se dedica a la compra de perlas, sino que vende otro tipo de mercancía. La perla es presentada como una oportunidad no buscada: «El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas; y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró» (Mt 13,45-46). El comerciante tiene que tomar la decisión URGENTE de usar lo recaudado de sus ventas para un fin que no tenía proyectado, como el que sigue a Jesús dejando atrás sus compromisos familiares (Mt 8,22). Y por eso se lo considera SABIO , porque no duda un instante. Pero ha quedado en esta versión muy amortiguada la radicalidad del dicho, ya que no « vende TODO lo que tenía para comprarla », sino sólo la mercancía con la que trabajaba. Decidir sin dudar DOMINGO XVII - Tiempo Ordinario Arriesgarse por un tesoro