Este documento presenta un resumen de la lección 7 para el 16 de febrero de 2013. Brevemente describe los puntos principales de la lección, incluyendo que: (1) Aunque Paley captó parte de la verdad sobre lo que revela la naturaleza acerca de Dios, también pasó por alto los efectos del pecado; (2) El mundo fue maldecido por el pecado de Adán y por el pecado de Caín, lo que afectó a toda la creación; (3) A pesar de que el mundo pertenece a Dios, Satanás ejerce influ
ESCRITO ESTA EN ACCIÓN. GÉNESIS 1:1- 31 (GN. No. 1) LA CREACIÓNCPV
TRÍPTICO BÍBLICO SOBRE GÉNESIS 1:1-31 QUE TRATA SOBRE LA CREACIÓN DEL UNIVERSO, ASOCIADA, SE PRESENTA UN CRUCIGRAMA DE LA MISMA LECTURA, UNA ILUSTRACIÓN CRISTIANA O ANÉCDOTA, UNOS PENSAMIENTOS SABIOS Y UN VERSÍCULO POR MEMORIZAR
ESCRITO ESTA EN ACCIÓN. GÉNESIS 1:1- 31 (GN. No. 1) LA CREACIÓNCPV
TRÍPTICO BÍBLICO SOBRE GÉNESIS 1:1-31 QUE TRATA SOBRE LA CREACIÓN DEL UNIVERSO, ASOCIADA, SE PRESENTA UN CRUCIGRAMA DE LA MISMA LECTURA, UNA ILUSTRACIÓN CRISTIANA O ANÉCDOTA, UNOS PENSAMIENTOS SABIOS Y UN VERSÍCULO POR MEMORIZAR
1. Lección 7: Para el 16 de febrero de 2013
POR ESPEJO, OSCURAMENTE
Sábado 9 de febrero
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Job 12:10; 1 Corintios 6:19,
20; Génesis 3:17; Juan 12:31; 1 Corintios 1:18-21.
PARA MEMORIZAR:
“Porque la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios; pues escrito
está: Él prende a los sabios en la astucia de ellos” (1 Cor. 3:19).
EN 1802, EL TEÓLOGO WILLIAM PALEY escribió un libro titulado Natural Theology
[Teología natural], en el cual alegaba que podemos usar las observaciones de la
naturaleza a fin de comprender el carácter de Dios. Escribió sobre las formas en
que los animales muestran el cuidado y la habilidad del Creador. Sin embargo,
Paley puede haber exagerado algunos rasgos, pues dejó de reconocer los efectos
que el pecado y la caída tuvieron sobre la naturaleza. No obstante, su argumento
general nunca ha sido refutado, ¡a pesar de numerosas y ruidosas pretensiones
en contra!
Carlos Darwin, en contraste, afirmaba que un Dios que diseñó cada rasgo
de la naturaleza no sería bueno. Como evidencia, se refirió a los parásitos que
se alimentan dentro de los organismos vivos de las orugas y la forma cruel en la
que el gato juega con un ratón. Para él, estos ejemplos eran una evidencia contra
la existencia de un Dios creador amante.
Aunque Paley estaba más cerca de la verdad que Darwin, la lección de esta
semana examinará la respuesta de la Biblia sobre qué revela la naturaleza acerca
de Dios, y qué no.
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2. Lección 7 // Domingo 10 de febrero
LA TIERRA ES DE DIOS
“Cierta vez, un científico desafió la necesidad de un Dios creador, alegando
que podía crear la humanidad tan bien como podría hacerlo cualquier dios. En-
tonces, Dios le dijo: ‘Muy bien, hazlo’. Así que, el científico comenzó a juntar algo
de polvo, pero Dios exclamó: ‘¡Espera un momento! ¡Fabrica tu propia tierra!’ ”
Aunque este incidente es solo una fábula, el punto es claro: Dios es el único
que puede crear de la nada. Dios hizo todo el material del universo, incluyendo
nuestro mundo, nuestras posesiones, y nuestros cuerpos. Él es el dueño legítimo
de cada cosa.
¿Cuál es el mensaje básico para nosotros en los siguientes textos? Más
importante, ¿qué nos dice este mensaje acerca de la forma en la que debe-
mos relacionarnos con el mundo, con Dios y los unos con los otros? Sal.
24:1, 2; Job 41:11; Sal. 50:10; Isa. 43:1, 2; 1 Cor. 6:19, 20.
Un himno cristiano muy conocido comienza con estas palabras: “El mundo
es de mi Dios...” (Himnario adventista, Nº 65). Realmente el mundo es de nuestro
Padre, porque él lo creó. No hay otro reclamo más legítimo a la propiedad que
haberlo creado. Dios creó el universo entero y, por lo tanto, es dueño de los cielos
y la tierra, y todo lo que en ellos hay.
No solo el mundo pertenece a Dios, él reclama la propiedad de toda criatura
de la tierra. Ningún otro ser (al menos que nosotros sepamos) tiene el poder
de crear la vida. Dios es el único Creador y, como tal, el dueño final de toda
criatura. Somos completamente dependientes de Dios para nuestra existencia.
No podemos dar a Dios nada fuera de nuestra lealtad; todo lo demás sobre la
tierra ya es de él.
Incluso más: nosotros somos de Dios no solo por creación sino, aún más im-
portante, por redención. Aunque la vida es un don maravilloso de Dios, ha sido
grandemente dañada por el pecado y terminará en la muerte; esta perspectiva
le quita todo significado y propósito. La vida, como existe ahora para nosotros,
no es tan grandiosa. Nuestra única esperanza es la maravillosa promesa de
redención, la único que puede hacernos “justos” otra vez. De este modo, somos
de Cristo por creación y por redención.
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3. Lunes 11 de febrero // Lección 7
UN MUNDO CAÍDO
Una cosa es cierta: el mundo en el cual vivimos ahora es vastamente diferente
del que salió de Dios al final de la semana de la creación. Ciertamente, existen
poderosas evidencias de belleza y de diseño casi por todas partes; sin embargo,
somos seres dañados por el pecado y tratamos de comprender el mundo dañado
por el pecado en el que vivimos. Aun antes del diluvio, el mundo había sido
impactado negativamente por el pecado. “En los días de Noé pesaba sobre la
tierra una doble maldición, como consecuencia de la transgresión de Adán y
del asesinato cometido por Caín” (CV 32).
¿Cómo fue “maldecido” el mundo? Y ¿cuáles fueron los resultados na-
turales de esas maldiciones? Gén. 3:17; 4:11, 12; 5:29.
La maldición del suelo por amor a Adán debe haber involucrado al reino de
las plantas, porque sus resultados incluyeron la producción de espinas y cardos.
La consecuencia es que toda la creación quedó afectada por las maldiciones
que resultaron del pecado. La cita de Elena de White, transcripta más arriba,
afirma muy claramente que la maldición sobre Caín no se limitó meramente a
él, afectó a todo el mundo.
Desafortunadamente, las maldiciones debidas al pecado no terminaron ahí,
porque el mundo afrontó otra maldición, que lo dañó grandemente: el diluvio
universal. “Y percibió Jehová olor grato; y dijo Jehová en su corazón: No volveré
más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del
hombre es malo desde su juventud; ni volveré más a destruir todo ser viviente,
como he hecho” (Gén. 8:21).
El diluvio arruinó el sistema de regado que Dios había establecido en la
creación, quitando el suelo de algunos lugares de la tierra y depositándolo en
otros. Incluso ahora, la lluvia continúa lavando el suelo, quitándole su fertilidad
y reduciendo aún más las cosechas. Dios prometió por su gracia no maldecir
otra vez la tierra, pero el suelo que hemos heredado está muy distante de ser el
la tierra rica y productiva que Dios originalmente creó.
Lee Romanos 8:19 al 22. Aunque estos son versículos difíciles, ¿cómo se rela-
cionan con lo que hemos considerado hoy? ¿Qué esperanza inherente deriva de
ellos?
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4. Lección 7 // Martes 12 de febrero
EL GOBERNANTE DE ESTE MUNDO
“Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde vienes? Respondiendo Satanás a Jehová,
dijo: De rodear la tierra y de andar por ella” (Job 1:7).
“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león
rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Ped. 5:8).
Como hemos visto, el mundo pertenece a Dios, tanto por creación como por
redención. Pero no debemos olvidar, tampoco, la realidad de Satanás, la realidad
de la gran controversia y la realidad de los intentos de Satanás por obtener el
control sobre todo lo que pueda. Incluso cuando, después de la Cruz, su derrota
ha sido clara, él no se queda quieto ni tranquilo. Su ira y poder destructores,
aunque hasta cierto punto limitados por Dios de maneras que no comprendemos
ahora, nunca deben ser subestimados. Tampoco debemos olvidar que, por más
a menudo que nos vengan problemas en diversos tonos de gris, la batalla final
se reduce a solo dos fuerzas: Cristo y Satanás. No hay terreno neutral. Y como
sabemos, mucho de este mundo cae bajo la bandera del lado equivocado. ¿Re-
sulta, entonces, extraño que el mundo esté tan dañado?
Lee Juan 12:31; 14:30; 16:11; y Efesios 2:2, y 6:12. ¿Qué verdad impor-
tante acerca de la realidad y del poder del maligno se encuentra en estos
textos?
En el libro de Job se ha levantado algo del velo que esconde la realidad de
la gran controversia, y podemos ver que Satanás tiene la capacidad de causar
gran destrucción en el mundo natural. Sea lo que fuere que incluye la frase
“príncipe de este mundo”, es claro que Satanás, en ese rol, ejercerá su influencia
poderosa y destructiva sobre la tierra. Esta verdad nos da a todos una poderosa
razón para darnos cuenta de que el mundo natural ha sido grandemente dañado,
y que necesitamos ser muy cuidadosos acerca de las lecciones que obtenemos
de él con respecto a Dios. Después de todo, miren cuán mal interpretó Darwin
el estado del mundo.
¿De qué modos puedes ver, claramente, la influencia destructora de Satanás en
tu propia vida? ¿Por qué tu esperanza es la Cruz y las promesas que se encuen-
tran en ella?
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5. Miércoles 13 de febrero // Lección 7
LA “SABIDURÍA” DEL MUNDO
Como humanos, hemos obtenido una increíble cantidad de conocimientos
e información durante estos últimos doscientos años. Sin embargo, el cono-
cimiento y la información no son lo mismo que la “sabiduría”. Tenemos una
mayor comprensión del mundo natural que nuestros antepasados, pero “mayor
comprensión” tampoco es lo mismo que sabiduría.
Lee 1 Corintios 1:18 al 21, y 3:18 al 21. ¿Cómo ves que estas poderosas
verdades se manifiestan en nuestro tiempo y contexto actuales, casi dos
mil años después de que fueron escritas?
Hay mucho en el pensamiento humano que desafía la Palabra de Dios. Sea
el problema la resurrección de Jesús, la creación misma o cualquier milagro, la
“sabiduría” humana (aun cuando se afirme en los “hechos” de la ciencia) debe
ser considerada “necedad” cuando contradice la Palabra de Dios.
Además, mucha ciencia actual, especialmente en el contexto de los orígenes
del hombre, parte de una perspectiva puramente naturalista. Incluso cuando
muchos de los más grandes genios científicos de la historia –Newton, Kepler,
Galileo– fueron creyentes en Dios y vieron sus descubrimientos como un medio
para explicar la obra de Dios en la creación (Kepler una vez escribió: “Oh, Dios,
pienso tus pensamientos después de ti”), tales sentimientos hoy son ridiculizados
por sectores de la comunidad científica.
Algunos hasta procuran explicar los milagros en la Biblia alegando que en
realidad fueron fenómenos ocurridos naturalmente, y que los antiguos, que igno-
raban las leyes de la naturaleza, mal interpretaron como acciones divinas. Hay,
por ejemplo, toda clase de teorías naturalistas que procuran explicar la división
del Mar Rojo como algo que no fue un milagro de Dios. Hace unos pocos años,
un científico especuló que Moisés estaba drogado, y que ¡fue una alucinación la
idea de que Dios le dio los Diez Mandamientos sobre tablas de piedra!
Por extrañas que suenen algunas de estas cosas, una vez que rechazas la idea
de Dios y de lo sobrenatural, tienes que ofrecer alguna otra explicación para ello;
y esas son las “locuras” de las que Pablo escribió tan clara y proféticamente.
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6. Lección 7 // Jueves 14 de febrero
MEDIANTE LOS OJOS DE LA FE
El Salmo 8 es uno de los más amados. Para David, un creyente en
Dios, la creación hablaba de la majestad y el amor de Dios. ¿Qué lecciones
específicas veía David en la creación, según está registrado en el Salmo
8? Además, considerando lo que sabemos hoy acerca de la creación –la
Luna, las estrellas y demás– en contraste con lo que se sabía en ese enton-
ces, ¿por qué las palabras de David parecen aún más notables?
Solo en los últimos cien años se ha llegado a comprender la vastedad del
cosmos y, comparado con ello, nuestra pequeñez. No podemos ni imaginar
que alguien tuviera, sin revelación divina, una idea de cuán grandes eran los
“cielos”. Si David estaba lleno de temor reverente en ese entonces, ¿cuánto más
deberíamos estarlo nosotros, sabiendo que, a pesar del tamaño del universo,
Dios nos ama con un amor que no podemos ni comenzar a sondear?
Lee Salmo 19:1 al 4. ¿Qué ve David en los cielos?
Muchos han mirado las estrellas de noche, han reconocido la grandeza de
Dios y la pequeñez de la humanidad, y han alabado a Dios por su cuidado. Otros
se concentraron en el problema del mal en la naturaleza y le echaron la culpa a
Dios por situaciones que, en realidad, son los resultados de sus propias elecciones
o de las actividades del diablo.
Para el creyente, la creación realmente habla del cuidado de Dios, aun en
medio del mal introducido por Satanás. No obstante, aunque el testimonio que
da la naturaleza sea poderoso, la revelación es incompleta, especialmente debido
a los resultados de la caída y de las maldiciones que trajo.
Lee Juan 14:9 y luego piensa acerca de Jesús en la cruz. ¿Por qué la Cruz siempre
debe ser para nosotros la principal revelación de la naturaleza y el carácter de Dios?
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7. Viernes 15 de febrero // Lección 7
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: “Se me ha advertido [1890] que de aquí
en adelante tendremos una confrontación constante. La así llamada ciencia y la
religión estarán en oposición porque el hombre finito no comprende el poder
y la grandeza de Dios. Estas palabras de la Santa Escritura se me presentaron:
‘Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para
arrastrar tras sí a los discípulos’” (MM 127).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. Piensa en la “triple maldición” (Elena de White, Spiritual Gifts, 3:88) sobre
esta tierra (las maldiciones por la caída de Adán, el pecado de Caín y el Diluvio).
El efecto complicado de ellas, acumulado durante miles de años, señala que
nuestro mundo actual es muy diferente del que era cuando Dios primero lo
creó. ¿Por qué debemos ser cuidadosos con las conclusiones que obtengamos
del mundo actual acerca de cómo era al principio?
2. Piensa en la obra de la ciencia, especialmente en el área de los orígenes.
No hay etiquetas escritas para explicar lo que vemos. La ciencia es una empresa
humana, y la mente humana está limitada en su alcance e inclinada a resistir la
autoridad divina. Además, la influencia de Satanás se siente fuertemente en la
naturaleza, tanto que lo que vemos es incompatible con la revelación de Dios en
la Biblia. ¿Por qué es importante que pongamos más confianza en la Escritura
que en la ciencia, especialmente cuando consideramos eventos singulares tales
como la creación de nuestro mundo?
3. Hay aspectos de tensión entre la Escritura y la ciencia, pero Dios es mucho
más sabio que nosotros, y reconocemos que hay mucho más en la creación de
lo que la ciencia puede descubrir. ¿Por qué no debemos sorprendernos cuando
encontramos tensión entre los eventos sobrenaturales registrados en la Biblia y
el enfoque materialista de la ciencia?
4. Considera la cita de Elena de White transcripta más arriba. ¿Cómo vemos
que esto se cumple en nuestra propia iglesia? ¿De qué modo podemos tratar
estos desafíos peligrosos para nuestra misión y mensaje de manera que –sin
comprometer nuestra posición sobre la creación y la Palabra de Dios– todavía
podamos mantener a la iglesia en un “lugar seguro” para quienes están luchando
con estas preguntas difíciles?
5. Lee Romanos 11:33 al 36; y Job 40:1, 2, 7 y 8. ¿Cuán confiable es la sabiduría
humana cuando intenta comprender los caminos de Dios? ¿Qué dificultades
encontramos cuando tratamos de armonizar la ciencia y la Escritura?
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