El 22 de marzo fue declarado el Día Mundial del Agua por las Naciones Unidas en 1992 para aumentar la conciencia pública sobre la importancia del agua limpia. La fecha se estableció después de que la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo en Río de Janeiro propusiera un día para celebrar el agua, y la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptara formalmente la resolución.